Como comentaba en mi Cuaderno de Ruta hace tres días, este fin de semana estoy liado con determinados quehaceres relacionados con mi trabajo, y no tenía claro si iba a poder subir mi sección habitual de recomendaciones semanales. Pero para una cortita y concreta, sí que me da tiempo, así que a ello voy.
Ya está la edición número 21, la del XX aniversario, de PhotoEspaña a pleno rendimiento. En su sede principal en Madrid, pero también sus sedes secundarias y en sus sedes invitadas. Entre ellas, Zaragoza. Tengo el proyecto de viajar a la capital un día a ver algunas de las exposiciones allí presentadas. Quizá con compañeros de la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza (AFZ). Pero si no, a mi aire, que además me puede servir para visitar a la gente que quiero y que le ha dado por vivir en tal lugar. Mientras, Zaragoza. A falta de que inauguren la "Ars Combinatoria" de Chema Madoz en la Lonja, tenemos las dos exposiciones del Centro de Historias. Una de ellas la visitamos de una forma muy especial. Os lo cuento.
El trabajo de Judith Prat (instagram), fotógrafa de la tierra, aragonesa, lo conozco desde hace tiempo. Pero no había tenido yo personalmente la ocasión de coincidir con el ella. Con motivo de la presentación dentro del programa de PhotoEspaña en Zaragoza de su exposición "Expolio", tuvo la bondad de realizar una visita guiada por ella misma para los socios de AFZ. Ocasión que no debía, ni podía, desaprovechar. Así que el pasado miércoles, a las siete de la tarde, allí estábamos todos. Lo cierto es que la exposición, con fotografías de una calidad excelente, en la mejor tradición del fotoperiodismo que combina información, denuncia y una adecuada combinación de ética y estética, se explica por sí misma. Dos escenarios, la República Democrática del Congo y Nigeria, dos materias primas que el primer mundo codicia, el coltán y el petróleo, dos situaciones de violencia enquistada y promovidas por la actitud de ese primer mundo interesado, y dos poblaciones que sufren, con especial incidencia en las mujeres, que sufren formas muy especiales de violencia, con frecuentes agresiones sexuales y con la pérdida de la libertad personal y el sometimiento a situaciones de exclusión social. Pero que te lo explique la autora, de forma clara, sin ambages, centrándose en lo esencial, pero sin olvidar los detalles que nos recuerdan que estos conflictos afectan a seres humanos de verdad, es un plus impagable. Así pues, visita de 10 sobre 10, que se cerró con un breve coloquio ante unas cervecitas en la propia cafetería del Centro de Historias.
Pero la de Judith no es la única exposición de PhotoEspaña en la Centro de Historias. Si con ella habíamos quedado a las siete de la tarde, yo aparecí por el centro alrededor de las seis y cuarto, para tener tiempo de ver la exposición "1968: el fuego de las ideas", del argentino Marcelo Brodsky. Estamos en el 50º aniversario del mayo del 68, y con él, del rosario de protestas y revoluciones, grandes o pequeñas, que surgieron por todo el mundo en aquella época. América latina, Estados Unidos, Europa occidental, la Europa del Telón de Acero,... Brodsky no utiliza fotografías propias, se apropia de las que se publicaron en la época, fotografías de prensa en su mayor parte, pero también extraídas de archivos policiales, en blanco y negro, sobre las que interviene. Les aplica colores y las comenta. No deja de ser una reflexión, bastante profunda, sobre lo que aquellas protestas fueron y lo que han supuesto.
Las conclusiones no dejan de ser agridulces. Cincuenta años, un repaso al estado de las libertades del mundo, y las tendencias que observamos, no dejan mucho margen al optimismo. Aunque también se pueden apreciar cambios positivos que nacieron de aquellas protestas. Pero sigue habiendo ausencia de libertad y censura en muchas partes del mundo, algunos regímenes despóticos han sido sustituidos por presuntas democracias en las que gobiernan opciones populistas, frecuentemente xenófobas y con políticas que abocan a la desigualdad socioeconómica. Países se han disgregado. A veces en medio de situaciones de gran violencia. Véase la antigua Yugoslavia. Y los jóvenes de aquellas protestas no han dejado de ser la generación que ha guiado el mundo a la situación actual.
Algunas de las reflexiones del párrafo anterior pueden ser de mi cosecha. No coyunturales. Las llevo pensando desde hace tiempo, y más con los recuerdos que nos hacen del aniversario de aquellas protestas. Y se deducen con facilidad de las fotografías que selecciona Brodsky y las intervenciones que sobre ellas realiza, los comentarios que en ellas o alrededor de ellas introduce. Por ligar las dos exposiciones vistas en esa tarde, la propia Judith Prat nos comentaba la ausencia de ética en la relación entre los países desarrollados y emergentes con los subdesarrollados, en cuyo subsuelo se encuentran las codiciadas materias primas. O la dificultad de publicar determinados reportajes en una prensa cada vez menos independiente, o con intereses distintos de los que hicieron de ella el llamado "cuarto poder", un poder regulador de los tres oficiales que señalan las constituciones de los países presuntamente democráticos.
En fin. En cualquier caso, visita obligada al Centro de Historias para cualquier aficionado a la fotografía de Zaragoza o que pase por la capital aragonesa en estas fechas. Y para los demás, aunque no seáis aficionados a la fotografía, también.
Esta semana me voy a olvidar de posibles marcadores que haya recogido durante la semana, en la cosa fotográfica, y me voy a centrar en la rica jornada que pasamos ayer en Barbastro, provincia de Huesca, en el Somontano de las sierras prepirenaicas. Para los que no la conozca, Barbastro es una ciudad pequeña. Como lo son las de todo Aragón salvo la macrocefálica capital. Algo más de quince mil habitantes, y una fuerte dependencia de la agricultura; es la cabecera de la comarca del Somontano, que alberga una próspera industria vitivinícola, con una denominación de origen que produce caldos de excelente calidad. Pero lo que decía... una población limitada.
El caso es que esta simpática ciudad es sede de AfiB, Asociación fotográfica y de la Imagen de Barbastro, que tiene ya una trayectoria respetable en el tiempo, que no es producto de la moda digital ya que nació en 1982, y que a pesar de no ser muchos, son dinámicos y activos. Y desde hace unos cinco años organizan el festival de fotografía BFoto, muy dinámico, con una calidad notable en las obras expuestas y las actividades realizadas, y con una preocupación especial por los talentos jóvenes y emergentes. Aunque no faltan los talentos consagrados y los talentos locales.
El caso es que desde AFZ, Asociación de Fotógrafos de Zaragoza, se organizó para el día 23 de junio de este 2018 una excursión para pasar el día en compañía con algunos miembros de AfiB y organizadores del festival, atentos y amabilísimos como pocos podrían ser, y visitar las exposiciones. También estuvieron presentes algunos miembros de la asociación de fotografía Litera Full Frame, venidos desde Binéfar. Además de la visita a las exposiciones, comimos todos juntos, intercambiamos fotografías en el Coso barbastrense, y nos tomamos algún chisme para paliar el calor de estos primeros días de verano. Aparte de ir visitando la ciudad de paso.
Pero vamos con las exposiciones y los fotógrafos. La sección del festival que más me ha llamado la atención ha sido la dedicada a los fotógrafos, en esta ocasión fotógrafas, emergentes. Cuatro son las que exponían en El Moliné, excelente centro de exposiciones... y oficina de turismo.
Beatriz Aísa es ya bien conocida por nosotros. Esta geógrafa/fotógrafa, artista en general, ha sido responsable de que entrará a muchos el gusanillo de la fotografía estenopeica y otras técnicas alternativas fotográficas como la cianotipia. El trabajo que presenta es resultado de un programa de residencia de artistas en el Espacio Portalet en el verano de 2017, y a través del uso de la fotografía estenopeica y la solarigrafía nos ofrece su punto de vista y su reflexión alrededor del emblemático Pic du Midi d'Ossau, viejo volcán extinto, pico emblemático del mediodía francés, casi en la frontera con España, desde la que también es una montaña notable,... aunque en este caso mirando hacia el norte.
Cristina Sánchez nos presenta una serie de trípticos, en pequeño tamaño en su mayoría, verdaderos haikus fotográficos, que como los literarios nos hablan de la vida y la muerte, de la naturaleza y del paso de las estaciones.
Marta Pareja nos presenta su conjunto de reflexiones y metáforas visuales sobre la percepción del entorno, el paisaje y la naturaleza. Muchas excelentes fotografías en formato cuadrado en blanco y negro, desconozco si usa equipo analógico o digital, que me gustaron mucho.
Finalmente, la mejicana Rebeca Cordero juega con el equívoco al presentar idílicas escenas domésticas representadas en comercios de mobiliario doméstico.
El tema principal del festival del año 2018 es RURAL, centrándose en la vida, los problemas o el paisaje del mundo de las pequeñas poblaciones, agrícolas en su mayoría, y su relación con el paisaje. Y son diversas las exposiciones que nos hablan de este tema. Voy a comentar algunas... no todas para no hacerme excesivamente prolijo.
Creo que ya he traído a estas páginas al riojano Carlos Traspaderne (también sobre arquitectura brutalista y sobre Adriana en sitios) y su deambular por las riberas del Ebro buscando las edificaciones precarias o efímeras que surgen entre los campos del valle de este río principal en buena parte de la península. Elegante fotografía realizada con una Hasselblad.
Ricardo Cases nos ofrece una visión muy chocante, muy expresiva del mundo de la caza, que no dejará indiferente a nadie. A favor. O en contra. De la caza. Las fotografías son excelentes.
La local Katerina Buil nos presenta una serie muy íntima y próxima al optar por su propia abuela, que vive sola en un pequeño pueblo pirenaico para mostrarnos la dureza y la potencial, y real, soledad de los habitantes de ese medio.
Otro altoaragonés, Antonio Lachós, se toma el paisaje transformado por el ser humano con cierto humor, pero también con reflexión, a través de su serie de coches abandonados en medio del campo.
Junto al anterior, el murciano José Quintanilla busca el aspecto de los procesos antiguos, especialmente similar a la platinotipia, para reflexionar sobre el impacto del paso del tiempo en los objetos, los lugares y el paisaje. Grandes formatos, para una exposición visualmente llamativa, pero que convenció menos que otras.
No tiene un tema explícitamente relacionado con lo rural, pero la serie sobre los miedos nocturnos de una insomne Myriam Correa también llamó la atención.
Como he dicho no voy a ser exaustivo. A lo largo y ancho de Barbastro se pueden encontrar bares, librerías, escaparates de tiendas y otros establecimientos que albergan y exponen obras vinculadas al festival. También los "verotipos", grandes copias de fotografías sobre la mujer rural en los muros de la canalización del río Vero a su paso por Barbastro.
Como mención especial, en uno de los cafés de la ciudad podemos encontrar una breve representación de una serie de depósitos de agua en poblaciones rurales de la presidenta de AFZ, Beatriz Orduña, que a algunos nos recordó los trabajos de la pareja formada por Bernd y Hilla Becher, aunque ella confesó que no eran una referencia suya.
Una jornada cansada, pero afortunada. Comentar simplemente que para hacer el reportaje fotográfico de la jornada me llevé la Panasonic Lumix G9 sobre la que monté el 95 % del tiempo el pequeño "pancake" G 14/2,5 ASPH de Panasonic. En un par de ocasiones sólo usé el Leica G Macro-Elmarit 90/2,8 ASPH para acercarme un poquito al objeto. Las fotos son directas de cámara, usando el perfil de color para fotografía en blanco y negro que introdujeron hace unas semanas en la actualización de firmware, L.Monochrome D, y que me gusta mucho. Nada de procesado del archivo RAW aquí; el JPEG acompañante tal cual sale.
Hoy domingo, AFZ ha continuado visitando exposiciones, con una visita guiada a "Capa en color", que ya pude visitar hace un par de años en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, pero siempre es un placer revisitar la obra de genial, y algo caradura, Robert Capa. Y aún volveré a verla alguna vez más mientras esté en el Caixaforum Zaragoza. La foto realizada con la pequeña Leica D-Lux.
No sé muy bien qué ha pasado esta semana, pero no tengo muchas recomendaciones marcadas. Bueno. Sí que lo sé. Que no he parado de hacer un montón de cosas que tenía que hacer, y no le he dedicado tiempo a la fotografía. Y es que desde hace dos días estoy formalmente de vacaciones durante dos semanas. Lo cual quiere decir que estoy a punto de salir de viaje, y esta sección de recomendaciones quedará vacante durante, calculo yo, al menos dos domingos.
Sí que me dio el viernes por la tarde para actualizar el firmware de la Panasonic Lumix G9. Viene con una serie de mejoras varias que no voy a detallar. Pero una cosa que me ha llamado la atención es que viene con un nuevo perfil en blanco y negro que parecía interesante. Estos perfiles prefabricados son interesantes en dos situaciones. En vídeo, cuando no te interesa perder tiempo luego en la gradación del color, luminosidad y contraste. En fotografía, para compartir de forma inmediata, sin tiempo de procesar el archivo raw. Generas un JPEG acompañante con el perfil que te interese, expones de forma adecuada para un resultado inmediato conveniente, y a compartir sin perder tiempo en procesados en el móvil o en la tableta. La versión definitiva ya saldrá más adelante del raw. Y el nuevo perfil en blanco y negro me parecía interesante y lo estuve probando ayer, mientras visitábamos una exposición del pintor Rebullida en la Lonja de Zaragoza, y luego mientras paseábamos antes de refugiarnos a cenar algo durante la tormenta vespertina que cayó sobre la ciudad. Fotografías no procesadas, salvo el marco, directas de cámara.
Un fenómeno muy americano durante la posguerra mundial fue el de las pin-up. Señoritas de muy buen ver, en fotografía o ilustración, de formas muy neumáticas, muy curvilíneas, con ropa escasa, que se popularizaron en una sociedad paradójicamente muy conservadora. La pin-up por excelencia fue Bettie Page. Y probablemente las mejores fotografías de Page las hizo Bunny Yeager, fotógrafa que fue modelo y pin up antes de fotógrafa. Quizá por eso entendió a Bettie mejor que nadie. Lo vi en AnOther Magazine.
Es curioso que generalmente descubro más fotógrafos emergentes españoles en las páginas del British Journal of Photography que de los medios especializados nacionales. Estos parece que apuestan sobre seguro, sin riesgos, y suelen hablar de los fotógrafos consagrados, o incluso en los ya extintos, antes que mojarse sobre los emergentes. Los dos últimos que nos descubre el BJP son una pareja de lorquinos, JD Valiente y Sole Satana, con un curioso e interesante trabajo sobre los fiambres y la cultura de la chacinería... algo tan español, y al mismo tiempo tan universal.
Desde hace un tiempo voy siguiendo un sitio web dedicado a la fotografía contemporánea en China, Photography of China. Ya he traído a estas páginas varias recomendaciones en los últimos meses. Esta gente tiene también un canal en Youtube que es interesante seguir. Y en este canal presentan una serie denominada "Shortcut", la mayoría de sus vídeos, con entrevistas rápidas a fotógrafos chinos, o de otras nacionalidades pero que trabajan en China. Esta semana han presentado dos. Uno dedicado a la pareja chinoneerlandesa formada por Ning Kai y Sabrina Scarpa, y otro dedicado al fotógrafo chino Ou Zhihang. El trabajo de este último, que implica también la performance, me ha parecido especialmente interesante. Os dejo los vídeos.
En Oldskull estuve leyendo y viendo el reportaje de la noruega Andrea Gjestvang sobre las secuelas en los supervivientes de los atentados del verano de 2011 en Noruega. Un suceso que afectó notablemente a la sociedad de ese pacífico país, y que puso de manifiesto que nadie está libre del resurgimiento de la intolerancia violenta fascista. Me da igual que sea de forma organizada que por la ida de olla de un individuo en particular. Es una enfermedad que parece residir con demasiada frecuencia en la mente del ser humano. Los retratos que nos ofrece la fotógrafa noruega son estupendos, llenos de empatía y entorno.
Aesthetica Magazine es una interesante revista de arte contemporáneo que presenta con frecuencia trabajos de fotógrafos actuales. Lo que pasa que hay que disfrutarla en formato de papel, y no es fácil. Pero en la última semana nos ha ofrecido con la salida de su número 83 una serie de trabajos muy interesantes, que resumo a continuación.
Serie colaborativa de Michelle Cho y June Kim, donde trabajan las ideas de cotidianidad en un entorno inspirado por determinadas formas arquitectónicas.
No me puedo creer lo de prisa que está pasado el tiempo esta primavera. Ya estamos a finales de mayo. Dentro de nueve días comenzaré un viaje de vacaciones. Modesto a priori. Aunque después de hacer unas cuentas, incluyendo el coste de desplazamiento, cuesta más barato viajar a extremo oriente que por las regiones vecinas de Francia... En fin. La alegría es que no vamos a coger aviones, y haremos un tipo de viaje más tranquilo a base de desplazamientos ferroviarios que nos llevarán por el sureste francés hasta llegar a la ciudad de Ginebra en Suiza.
Quizá por ese ambiente ferroviario que va a tener mi próximo viaje, he tomado la decisión de ilustrar con motivos ferroviarios las recomendaciones semanales de este domingo. Ferrocarriles en Suiza y Francia, como los que tendremos durante casi dos semanas, favorecidos por el aumento de las conexiones trasnfreonterizas ferroviarias entre España y Francia. Y también porque esta semana he hecho pocas fotos. Algunas. Pero la jornada de ayer se vio marcada por la inestabilidad del tiempo, que podría haber dado lugar a buenas imágenes, y mi la falta de disponibilidad de mi coche durante unos días. Cosas de la ITV... y de una tuerca en paradero desconocido. Pero vamos con las recomendaciones semanales.
El auge de las ideologías populistas nacionalistas y de extrema derecha por toda Europa es uno de los más preocupantes de los últimos tiempos. Si a eso añadimos el declive de la prensa tradicional en favor de una más descontrolada y con fuentes menos claras en internet, y los fuertes intereses económicos que tienen los grupos de comunicación, estamos ante un problema de utilización de los medios como altavoz para estos grupos populistas, de escaso o nulo talante democrático. En Oldskull nos retrotraen al pasado mostrándonos las impresionantes fotografías que el fotógrafo Hugo Jaeger, fotógrafo privado de Adolf Hitler, realizó en las manifestaciones masivas del partido nazi en la Alemania de los años 30. Más potentes en cuanto combinan las pensada parafernalia de esta miserable organización criminal con la novedad del color de las primeras Kodachrome.
Compensemos los excesos estrambóticos del nazismo con la delicadeza estética de Saul Leiter. Aunque más conocido por su inteligente uso del color temprano en las calles de Nueva York, tiene un cuerpo de obra muy desconocido en forma desnudos en blanco y negro de las mujeres que fueron sus parejas, sus amantes, o simplemente tuvieron algún tipo de relación con él. Llenos de sensibilidad y cualquier cosa menos convencionales, son una muestra de la sensibilidad estética del fotógrafo. Lo hemos visto en Another Magazine.
Los medios británicos, y bastantes de los que no lo son, traen con frecuencia noticias sobre Martin Parr, quizá uno de los fotógrafos más prolíficos y más característicos de la fotografía británica. Tradicionalmente, su centro de interés ha estado en el ser humano, al que siempre ha dirigido un mirada simpática, pero con una fuerte carga irónica. Comprensiva, pero sin dejar de mostrar las flaquezas de la naturaleza humana. En Creative Boom nos proponen una parte de su trabajo en el que reflexiona sobre la naturaleza del hecho de ser británico. Algo que tendrían que haberse currado más antes de votar el Brexit, no después... y en el que no falta esa doble mirada, empática e irónica.
Fotógrafa británica importante, ya consagrada, miembro de Magnum Photos, es Olivia Arthur, cuyo trabajo de fotógrafa documental que se recorre el mundo siempre me ha interesado. Pero esta vez su trabajo lo ha realizado sin salir de casa. Preparándose para su segunda maternidad, realiza una honesta y detallada investigación del impacto que la maternidad trae a la vida de las gentes. A las mujeres, y sus cambios físicos y emocionales, a sus parejas y la relación con ellas, a los hijos previos, que siente su papel protagonista desplazado, al mundo laboral,... y siempre pensando en los hitos del proceso. Desde la concepción hasta el nacimiento. Obra muy honesta, en blanco y negro, que no hace más que aumentar mi respeto por esta fotógrafa. Os dejo un vídeo del proyecto Home de Olivia Arthur.
Sigamos con fotógrafas. En Plataforma de Arte Contemporáneo (PAC) nos han hablado de la mesa redonda Fotografia Under30, que reúne a tres fotógrafas españolas, aunque con frecuencia se tienen que buscar la vida fuera de nuestras fronteras, que no han cumplido todavía los 30 años, y ahí están. Currándoselo. Berta Vicente (instagram), Laura Izuzquiza y Bárbara Traver (instagram). Tres fotógrafas que conviene conocer y seguir en los próximos años. Que no digáis que no se os avisa.
Los retratos de Mark Seliger no dejan indiferentes a nadie. Entre el retrato psicológico y el conceptual, igual te muestra un sencillo retrato en blanco y negro de un conocido clérigo budista, que te trae a un famoso cómico norteamericano vestido de hoja de lata. Pero en cualquier caso, no dejan indiferentes, como he dicho. Y eso es lo que nos dice y en lo que insisten en el artículo que le han dedicado en NPR (National Public Radio).
Conocí hace unos años la obra de Shirin Neshat, fotógrafa y directora de cine, durante la celebración de una edición de PhotoEspaña. No puede recordar cuanto hace ya. Unos años. Pero su repercusión sobre la naturaleza, sobre el hecho de ser mujer en el entorno de una sociedad mulsulmana, religión que practica, aunque tenga prohibido viajar a Irán, su país natal. Mujer de la que desconfían unos y otros, mujer libre por lo tanto para decir y expresar lo que piensa, sus logros estéticos y conceptuales merecen ser conocidos y digeridos. Y luego que cada cual saque las conclusiones que considere oportunas. Peor no seamos simples... por favor. Lo hemos visto en la PAC (Plataforma de Arte Contemporáneo).
Notable experiencia la que nos traen en Booooooom, en la que nos muestran la obra del fotógrafo Sandro Miller que ha contado como colaborador al actor John Malkovich, posando como una diversidad de caracteres del universo de David Lynch. Incluido el propio Lynch. Imprescincible para los amantes de la obra del responsable de Twin Peaks.
Las peculiaridades de Japón son siempre fuente de atracción apara fotógrafos tanto locales como extranjeros. Y un ejemplo lo encontramos en la colección de paisajes nocturnos o vespertinos de las carreteras niponas realizadas por Eiji Ohashi. ¿Qué tienen todas ellos en comun, aparte de la hora crepuscualar? La presencia de las omnipresentes máquinas dispensadoras de bebidas que encontraremos por todo el archipiélago, hasta en los rincones más recónditos, y convenientemente integradas en las luces del paisaje. Lo hemos visto en el tumblr de HLDKY.
Y si las dispensaduras de bebidas son omnipresentes, las salas de pachinko,... casi otro tanto. Oficialmente, no se juega por dinero en Japón. Y los extranjeros no pueden jugar al pachinko... pero ahí están. De lo más populares. E integrados en el paisaje urbano del archipiélago. Los hemos visto en el tumblr de Present /&/ Correct, y a pesar de su aparente homogeneidad, son de fotográfos diferentes.
Siempre me llaman la atención los bodegones. Especialmente si salen de lo convencional. La página de Cooph es una página que se dedica a enseñarnos truquillos para hacer fotos cucas, más que dedicarse a la fotografía como una de las bellas artes. Y además actúa como promoción de prendas y materiales para fotógrafos. Pero de vez en cuando nos muestra algo interesante, como las naturalezas muertas de Jo Whaley. Vistosas, bien compuestas, mezclando elementos naturales y la acción del ser humano. Estéticamente irreprochables en su profundo colorido.
Hace unos días os mostraba algunas fotos realizadas con mi Agfa Synchro Box. En Booooooom han dedicado un artículo al fotógrafo basado en Montevideo Gabriel Adda (instagram), que hace unos retratos estupendos con una de estas cámaras y película Kodak Ektar 100.
Semana muy entretenida, en la que he tenido que atender a una multiplicidad de compromisos, y que me ha dejado con otros sin atender. Fotográficamente hablando, en estas páginas hubo un par de entradas, aparte de las recomendaciones del fin de semana, que van desde fotografiar con viejas cámaras de fuelle y objetivo retráctil, hasta "cazar" aves con un moderno teleobjetivo y un duplicador de focal.
Fotográficamente, aparte de pasear algún rato con alguna cámara, con resultados aún no revisados, estuve probando las capacidades del macro con mi nueva Panasonic Lumix G9, fotografías que podéis ver hoy ilustrando esta entrada, y fracasamos de nuevo por culpa de las condiciones meteorológicas en un cierto proyecto que debemos realizar en los alrededores de Fuendetodos. Alguna foto hice... nada que ver con los propósitos iniciales.
Las macrofotografías están realizadas con el Panasonic Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH, y la escala de reproducción está en el 1:1 o sus cercanías.
Hoy empezaremos por lo castizo. Por lo hispano. Especialmente cuando llama la atención de los de fuera. Como es el caso de una de las fotógrafas de moda en España, de la que ya he hablado en varias ocasiones, Cristina de Middel. De Middel es en estos momentos candidata a ser miembro de pleno derecho de Magnum Photos. "Candidata", no "nominada"; "nominee" se traduce como "candidata"... aviso a todos esos periodistas listos que son incapaces de diferencia un "falso amigo" cuando traducen del inglés, y no digamos ya de otros idiomas. Y en Magnum Photos le han dedicado un artículo a "la de Middel", con algunos de sus trabajos más destacados.
No sabía si hablar de este vídeo que apareció en el canal de Eīhwaz hace unos días, dedicado a la fotografía callejera en Barcelona. El caso es que acreditan la música del vídeo, pero no el autor o los autores de las fotografías. Lo cual me parece un olvido lamentable. Bueno. Las fotografías están muy bien. Os dejo puesto el vídeo. He dejado un comentario, para ver si corrigen la omisión.
Finalmente, en Albedo Media nos hablan de un antiguo proyecto de Joan Fontcuberta y Pere Formiguera, que pone de relieve la afición de Fontcuberta a poner en solfa el concepto de realidad a través de su obra fotográfica. No son pocas las series en las que ha dado una patina de realidad a eventos, personas u objetos que son invenciones. Y no son pocos los que se han tragado el engaño. Histórica la metedura de pata de cierto farsante de la radio y la televisión, "especializado" en fenómenos paranormales, ovnis y memeces por el estilo, que con toda seriedad habló del cosmonauta Ivan Istochnikov, una de las invenciones de Fontcuberta.
Una de las cosas que me gusta hacer cuando visito un museo es hacer fotos. Los museos son un lugar excelente para hacer fotografías, no de las obras de arte, sino de la interacción de los visitantes con las mismas. Se crea una atmósfera y una relación especial. Que no pocos fotógrafos han aprovechado. Uno de los que lo ha hecho con maestría es Elliott Erwitt, como nos muestran en el correspondiente artículo de Magnum Photos.
Corea del Norte es uno de los lugares del mundo más inaccesibles y, quizá por ello, uno de los más deseados por los fotógrafos. De vez en cuando encontramos el trabajo de uno de ellos que de una forma u otra, siguiendo canales más oficiales o más clandestinos, nos muestra imágenes de esta distopía hecha realidad. En Lens Culture nos muestran las fotografías que el fotógrafo Filippo Venturi (instagram) ha realizado, situando como protagonistas a los jóvenes del país.
En aCurator nos han mostrado el trabajo de la noruega Anette Asbjørnrød que nos muestra las imágenes ucrónicas de un lugar de vacaciones de verano en la costa durante los rigores meteorológicos del invierno, mostrando paisajes minimalistas y llenos de significado.
Un aspecto extraño tienen también las fotografías de un artículo que aparece en Creative Boom, realizadas en las modernas ciudades chinas. Fotografías de Yan Wang Preston que nos presenta los árboles que son plantados o trasplantados a las modernas megalópolis de cemento que, por otro lado, tan graves desastres están causando a la ecología del país y del planeta. También esta transplante es una metáfora de la inmigración continua de personas desde sus regiones a estas megalópolis, transplante en el que también acaban fuera de lugar, con frecuencia.
En Lenscratch han estado de concursos. Y nos están mostrando algunos de los trabajos premiados.
Por ejemplo, la reflexión sobre las xenofobias y los rechazos culturales en Estados Unidos. Un país que lleva casi 250 años presumiendo de "democracia liberal", y que todavía no tiene resuelto el tratamiento igualitario ante la ley y equitativo en relación a la justicia social a las minorías étnicas. Jerry Takigawa, nortamericano que por apellido supondréis correctamente un origen nipón, trabaja sobre antiguas fotografías y documentos para poner en crítica el tratamiento de sus ancestros durante la guerra mundial y el racismo y xenofobia puesto de manifiesto, incluso por personalidades políticas de esa "democracia liberal".
Otro trabajo que también se basa en una denuncia. El tratamiento que se realizó a los nativos norteamericanos cuando se les recluyó en reservas, despojándoles de sus territorios y tradicionales medios de vida para repartirlos entre los inmigrantes de origen europeo. Jeffrey Heyne combina creativamente fotografías traídas de las expediciones a la luna con las fotografías que él realiza de los recorridos que los nativos realizaban para ir a sus cazaderos, en imágenes llenos de dobles significados.
En más de una ocasión he manifestado mi admiración por el collage, esa disciplina que tanto creció en el nacimiento del surrealismo, que me gustaría practicar, pero para la que no me siento dotado. Combinando antiguos retratos y postales, John Stezaker, artista apropiacionista, conseguir modificar por completo el significado de las imágenes de las que parte, en una acción destructiva que me parece que emparenta más con el dada que con lo surreal. Lo hemos visto en Hunter Art Magazine.
Y a través de The Online Photographer me entero de que en The Atlantic, prestigiosa revista cuya sección de fotografía sigo, dedican un artículo a una focal fotográfica, el 50 mm. Como dicen en T.O.P., el artículo tiene algún error conceptual. Se pueden hacer muchas disquisiciones, de hecho constantemente las podemos leer y escuchar, de porqué esta focal es la considerada "normal" o "estándar"... Siempre he tenido la sensación de que en su momento no fue más que una conjunción de conveniencias en las que la sencillez y los bajos costos derivados en su fabricación tuvieron mucho que ver. Durante mucho tiempo ha sido mi focal preferida, aunque ahora prefiero moverme en las focales entre los 28 y los 40 mm. Todas estas cifras relativas al formato de fotograma de 24 x 36 mm, porque en otro formatos, esas longitudes focales no valen... hay que hacer las traslaciones de escala correspondientes.