Os comentaba hace unos días mi primera experiencia con la Holga 120N... una cámara de escasa calidad, pero de gran expresividad. Ese primer carrete lo expuse en realidad en una situación muy controlada. Unas condiciones de luz muy estables, luz diurna de sol más o menos constante. Un carrete de ISO 125 y un revelado muy controlado.
El sábado día 12 de marzo de 2016 salí a una pequeña excursión de poco más de medio día con algunos colegas de Fotógraf@s en Zaragoza al coqueto pueblo de Anento, que presume ser uno de los más bellos de España... no sé,... sí que es cierto que está muy arreglado y muy cuidado, y su famoso Aguallueve, un manantial al fondo de un pequeño valle en cuya entrada esta el pueblo, de paredes escarpadas, y que debido a la umbría en la que se encuentra se congela durante el invierno. Dado que el manantial nace de la pared y cae por ella en forma de gotas de agua, de forma más o menos intensa, da la sensación de un lugar donde siempre llueve.
Me llevé alguna cámara digital y la Holga 120N. Por supuesto, podemos ver algunas de las fotografías en color tomadas con tecnología digital, para que os hagáis idea del lugar.
En primer lugar el pueblo, aseado y arreglado, aunque con contrastes entre lo renovado y lo vetusto.
Luego el camino hasta el Aguallueve, entre el camino por el fondo del valle, algunos árboles en flor y los cortados que enmarcan el valle.
Hasta que llegamos al Aguallueve... Donde había algo de hielo, pero no mucho. No ha sido un invierno excesivamente frío.
Tras el paseo un ratito por el pueblo, con la foto de grupo, un saludo al hada azul y una visita, ya camino de casa, a los restos del castillo que domina el pueblo.
Pero como digo, también era cuestión de comprobar las "prestaciones" de la Holga 120N en situaciones menos controladas. Es decir, teniendo en cuenta que velocidad y apertura son prácticamente fijas, que la única forma de controlar la exposición es con la velocidad de la película, a ver como se las apaña uno para pasar unas horas en un sitio donde no sabes cuanta luz va a haber en un momento dado.
Me llevé varios rollos. 2 o 3 de Kodak Tri-X 400 y 2 o 3 de Ilford FP4 Plus 125. No me acuerdo de cual de ellos me llevé 2 y de cual 3. Así pues, una película de sensibilidad más baja, por si hacía sol, y otro de sensibilidad más alta, por si predominaba el nublado. Empecé por uno de ISO 400, porque el sol se ocultaba con frecuencia por las nubes.
Como la tendencia era a mantenerse despejado, cuando acabé las 12 exposiciones de ese primer rollo cargué uno de ISO 125. Aunque he de confesar que hubo momentos en los que no tuve claro que la elección fuese correcta. En algunas de las tomas me enfrenté a contraluces, que la cámara aguantó regular, pero mejor de lo que esperaba.
Con ese segundo carrete no osé hacer fotografías bajo el Aguallueve. Demasiada poca luz. Pero cuando acabé las 12 exposiciones, volví a poner un Tri-X de ISO 400 y hacer unas cuantas fotografías en la sombra.
He de confesar que en la sombra más intensa incluso el ISO 400 se quedó corto y tengo unos cuantos negativos, tanto de la FP4 Plus como del segundo Tri-X claramente subexpuestos. El revelado lo hice todo en la misma sopa de revelador HC-110 de Kodak, a 1:32 (dilución B) durante 6 minutos a 20 ºC. Quizá el FP4 Plus hubiera necesitado algo más de tiempo de revelado, o una temperatura un poquito más alta, 1 o 2 ºC. El Tri-X está claramente correcto para el primero de los carretes y escaso para el segundo, que hubiese necesitado un forzado de uno o dos pasos.
Mi sensación después de esta prueba... Salvo que tengas muy controladas las circunstancias de la toma, mejor usar la Holga 120N con ISO 400. Siempre es más fácil rescatar las luces algo quemadas que las sombras transparentes en el negativo. Y probablemente en situaciones de sombras profundas necesite algo más del ISO 400. Como consecuencia, he decidido que durante una temporada la usaré con película cromogénica Ilford XP2 Plus que con cuna sensibilidad nominal de ISO 400, soporta muy bien las sobreexposiciones, y aguantará al menos un paso de subexposición, lo que puede bastar para fotografiar a la sombra en un día soleado. Pero estos son los límites. Si falta más luz habrá que forzar la Tri-X un par de pasos, o hacerse con alguna película de más sensibilidad.
Por cierto, que hay que estar muy atento al avance de la película, que si no te puede pasar que en algún caso hagas alguna doble exposición. O te dejes algún negativo sin exponer.
Llego aquí a la última entrada que dedicaré al taller de retrato que entre los meses de abril y mayo realizamos bajo el paraguas de Fotógraf@s en Zaragoza (Flickr - Facebook). Si en la entrada anterior os contaba como transcurrió los dos últimos talleres, el de retrato con iluminación de estudio y el de procesado y retoque, hoy os voy a traer algunos ejemplos de las fotografías realizadas como prácticas de los mismos.
Para el procesado os quiero recordar que no hicimos todo un curso de cómo manejar Adobe Photoshop. Tratamos algunos temas pertinentes en retrato. Con Ángel López vimos: ajuste del tono de piel, retoque de imperfecciones mediante la técnica de la separación de frecuencias, y ajuste del tono de los ojos. Pili Montes nos introduzco en algunas técnicas básicas, y discretas, de la herramienta Licuar de Photoshop.
Una cuestión de orden. No uso software pirateado en mi ordenador. Primero, porque no lo considero necesario. Segundo, porque es someter al ordenador a un riesgo, con la llegada de "porquerías" informáticas. Con una disciplina adecuada de lo que tengo instalado y no en mi iMac de finales del año 2009, este funciona perfectamente. Como la mayor parte de la fotografía que hago se puede calificar de fotografía documental, y no exige grandes retoques ni procesados, ni siquiera cuando hago paisajes, con versiones legales de Adobe Photoshop Lightroom me defiendo perfectamente para tener organizada mi fototeca y procesar mis fotografías. Hasta recientemente, si necesitaba algún retoque extra, o montar algún panorama u otras cosas, usaba la versión 10 de Adobe Photoshop Elements. Pero pocas veces.
Desde hace unos meses, voy siguiendo las betas de Affinity Photo, una nueva aplicación para Mac OS X que es mucho más potente que Photoshop Elements, en muchos casos igualando la potencia de Adobe Photoshop. Han anunciado que cuando salga al mercado como versión definitiva tendrá unos precios mucho más razonables que cualquier plan de compra de Adobe Photoshop CC, con o sin Lightroom. Y las betas son totalmente funcionales, aunque es de suponer que la versión definitiva estará más depurada y con mayores y mejores funciones. El caso es que lo que he hecho es aprender a aplicar las técnicas aprendidas en el taller con la versión de prueba de Photoshop CC en la beta de Affinity Photo. Por ello me ha costado unos cuantos días procesar las fotografías que hoy os presento. Y que pueden tener alguna deficiencia por todo estos motivos.
Las primeras fotografías corresponden a la sesión de la mañana, teniendo como modelo a Verónica Abizanda. Básicamente, sobre fondo negro, aplicamos esquemas sencillos y básicos de iluminación con una, dos y tres fuentes de luz, además de ensayar un retrato en clave baja.
He de decir que a estas alturas, ya había comprobado varias cosas. Que la mejor herramienta para ajustar la mirada, el iris de los ojos, es el Lightroom que uso habitualmente. También que Affinity Photo tiene un filtro para la separación de frecuencias mucho más rápido y práctico que Adobe Photoshop CC. Y que por lo demás, los retoques sobre las capas resultantes, la de baja frecuencia (color) y la de alta frecuencia (textura), son perfectamente cómodos de realizar. El tono de la piel también lo ajusto en Lightroom.
En la sesión de tarde contamos con la presencia de Carolina de la Rosa como modelo, y ensayamos más lo que serían técnicas de iluminación y pose de la modelo en fotografía de moda. Iluminaciones más uniformes, sobre fondo blanco (que puede hacerse gris).
La herramienta Licuar, que también existe en Affinity Photo, no la he usado... no he sentido la necesidad. Quizá más adelante. En cualquier caso, esto es lo que ha dado de sí el taller de fotografía de retrato, que ha sido una experiencia muy divertida y formativa.
En este fin de semana pasado, celebramos los dos últimos módulos del taller. Y aquí fue al revés. Usé la película tradicional para hacer el reportaje del taller y una cámara digital para las fotografías de práctica real con modelo. Hoy os contaré cómo transcurrió el taller; más adelante, cuando haya puesto en práctica lo aprendido en el tercer módulo, el del tratamiento digital de las imágenes, subiré los resultados.
El sábado pues, tras una introducción a las bases de la fotografía en estudio y algún recordatorio de lo aprendido en el primer módulo sobre los planos en el retrato y algunas posiciones del o de la modelo, pasamos a trabajar en un estudio improvisado en las instalaciones del Centro Cívico de Miralbueno. Como hice en su momento hay que dedicar un tiempo a los agradecimientos. A Ángel López, por su paciencia y buen hacer como docente. A Kino, por el impulso que da a las actividades y al organización de este a priori "desorganizado" grupo. A Miguel Rubira, por sus gestiones para conseguirnos unos espacios tan estupendos para desarrollar el trabajo.
Las fotografías de la sesión de la mañana del módulo segundo están realizadas con película tradicional, Kodak Tri-X 400 forzada a IE 1600, y revelada con HC-110, 19 minutos a 24 ºC. Usé la Pentax MX con un SMC-M 50/1,7. Por la tarde y en el módulo tercero, usé cámaras digitales.
Para sesión de la mañana del sábado contamos como modelo con Verónica Abizanda, que con gran paciencia soportó estoicamente los ratos de explicaciones de Ángel, así como las interminables rondas de disparos que los participantes en el taller íbamos haciendo.
En la sesión de tarde cambiamos de modelo y de decorado. Nos acompañó Carolina de la Rosa, que también mostró buen humos y paciencia ante los más o menos caóticos participantes del taller. Quizá un poco más caóticos que por la mañana, como podremos ver en las fotografías a continuación.
En cualquier caso, espero ofreceros como he dicho antes algunos resultados del trabajo realizado en el taller dentro de unos días. Pero previamente tengo que poner en práctica los conocimientos adquiridos en el tercer y más corto módulo del taller. Módulo que se desarrolló en la mañana del domingo, mientras la gente se dedicaba a votar y esas cosas propias de las democracias occidentales, en el Centro Cívico de las Esquinas del Psiquiátrico. Que vaya nombre para un centro cívico. Pero es que el de Miralbueno estaba ocupado por las elecciones.
Habitualmente yo utilizo Adobe Photoshop Lightroom para la organización y el procesado de mis fotografías, y me resulta suficiente en el 95 % o más de las situaciones. Pero en el caso del retrato, especialmente cuando se trabaja en estudio con temas de moda o belleza, se suele hacer un procesado más intenso, con un retoque más fino, especialmente de la luz y de las pequeñas imperfecciones de la piel de los y las modelos. No estoy hablando aquí de modificar escandalosamente el aspecto de las personas... ¿vale? Afortunadamente el taller se condujo dentro de unos criterios éticos que considero muy de agradecer. Pero aprendimos o refrescamos técnicas para depurar el tono y color de la piel, la técnica de separación de frecuencias para resolver imperfecciones, las mejores técnicas de ajuste de la nitidez final de la fotografía, y a manejar con prudencia la herramienta "Licuar", todo ello en Adobe Photoshop.
Yo llevo ya un par de días en casa poniendo en práctica los conocimientos de retoque con alguna de las fotos realizadas en la sesiones de estudio. Pero como me gusta complicarme la vida, estoy utilizando la beta de Affinity Photo, un programa de retoque fotográfico que está surgiendo como una alternativa potente y mucho más económica al conocido programa de Adobe, aunque sólo disponible para la plataforma de Mac OS X. Ya os contaré. Pero adelanto que la técnica de separación de frecuencias es mucho más rápida y sencilla de practicar.
Influido por todos esos interesantes fotógrafos americanos de la New Topographics, hace años que me interesa mucho el concepto de paisaje alterado por el hombre y una cierta exploración de la periferia urbana; ese punto en el límite entre la ciudad y lo que debería ser medio natural, aunque frecuentemente este se encuentra totalmente alterado por la actividad humana. Es un entorno en el que pocos encuentran belleza, aunque indudablemente puede tener cualidades éticas y estéticas propias.
Por segundo año consecutivo, Fotógraf@s en Zaragoza (FeZ) con el Centro Cívico de Miralbueno. Este centro municipal promotor de actividades culturales y ciudadanas es el lugar donde realizamos muchas de las actividades de carácter formativo dentro de FeZ, por lo que está bien colaborar con ellos en otras cuestiones. Además en estos momentos celebran su décimo aniversario. No estuvimos muchos, pero fue una estupenda mañana de fotos, conversación y buen humor.
Como ya conocía el entorno, llevé en la cabeza un idea de las fotos que quería tener. El paseo se hizo entre las 11 y las 13 horas, por lo que el sol estaría muy alto en el cielo y la luz iba a ser dura, salvo que alguna misericordiosa nubecilla lo evitase. Improbable. Utilicé:
La Voigtländer Perkeo II con un par de carretes de Kodak Portra 160. Tardaré unos días en ver los resultados.
La Leica M-E, con un objetivo Industar-22. Este es un objetivo de fabricación soviética de los años 50, y su misión era evitar unas fotos excesivamente intensas en las condiciones de luz que íbamos a tener. Tiene un peor rendimiento que los objetivos que copia, el Elmar 50 mm y el Tessar 50 mm de Leica y Carl Zeiss respectivamente, es muy blando a plena apertura (f/3,5), peligroso a contraluz por las pérdidas de contraste, pero sosprendentemente utilizable a f/8 o f/11, aunque con una fidelidad a los colores muy "elástica".
El primer aspecto que me interesaba del paseo era reflejar ese límite entre los que es el ámbito plenamente urbano, la ciudad con todas sus consecuencias, y lo que habitualmente llamamos "el campo". Una naturaleza profundamente alterada por el hombre que rodea la ciudad, con su actividad económica, sus herramientas, sus ruinas, sus deechos y sus paradojas o contradicciones.
Hasta no hace tantos años, el barrio de Miralbueno se encontraba relativamente aislado del núcleo principal de la ciudad. Un barrio que albergaba agricultores fundamentalmente, con casas pequeñas de una sola planta, pequeñas parcelas alineadas con un camino rural y alguna calle derivada. Hoy en día está absorbida por el urbanismo desaforado de la ciudad, pero aquí y allí quedan restos de lo que fue. O paradojas, que se reflejan en el nombre de sus calles.
Finalmente, cuando ya acabábamos el paseo, dimos con alguna de las realidades sociales. Un grupo de personas mayores, ya jubilados, quizá algunos de esos agricultores de los que hemos hablado, constituidos en rondalla y ofreciendo un concierto en el entorno del centro cívico. La extraña sensación de percibir más personas sobre el escenario que en las sillas destinadas al público. La triste realidad de una sociedad, la española, muy invertebrada y poco participativa.
En cualquier caso, una mañana interesante y bien aprovechada, y que despedimos como he dicho en amable y divertida tertulia, brindando por los que estábamos y por los que faltaban...