Siempre he tenido problemas de nitidez cuando uso los adaptadores de objetivos con montura de rosca M42 con las cámaras Pentax de bayoneta K. Y sin embargo, cuando se desarrolló esta última se hizo de forma que fuese posible usar con el aro adaptador correspondiente las ópticas Pentax Takumar con montura M42 con las nuevas cámaras con montura K que la marca japonesa empezó a fabricar a principios de los años 70. No tengo un adaptador original de la marca. Tengo dos adaptadores modernos, uno lo compré, el otro me lo dieron por no usar. La cuestión es que, independientemente de si los objetivos que usara fuesen el Takumar SMC 35 mm f2 de Pentax o cualquiera de los objetivos rusos o alemanes orientales que tengo, en ocasiones, las fotos realizadas usando estos objetivos y estos adaptadores no quedaban nítidos.
A estas alturas, quienes hayan leído las entradas de este blog durante el verano sabrán que he venido usando varias de estas ópticas fabricadas tras el telón de acero durante la guerra fría, con una diversidad de cámaras. Nunca he tenido problemas de nitidez, dentro de la calidad esperable con estos objetivos, con las cámaras de montura M42 o con las Canon EOS usando el adaptador. Así que decidí, para finalizar el verano, usar alguna de ellas con la Pentax MX. Para no arriesgar mucho coste, usé el rollo de película más barato que encontré, un Fomapan 100 Classic, le puse el Meyer Optik Görlitz Trioplan 50 mm f2,9 convenientemente adaptado con los aros correspondientes, y me fui a hacer fotos.
No tuve necesidad de revelar el rollo. Simplemente mirando por el visor réflex de la Pentax MX, que es bastante bueno, uno era consciente de que el objetivo no enfocaba a infinito. Sin problemas con las distancias cortas, pero con las lejanas y los paisajes, no se veía nítido. Como funcionan a diafragma cerrado con el adaptador, sí que podía observar que el problema era más grave cuanto mayor fuese la apertura usada. Pero en general, difícil encontrar un visión nítida a distancias largas de enfoque. Sólo expuse esa mañana algo así como la mitad del rollo. Y paré. Para no desperdiciar tontamente película. Y además... daba la impresión de que aumentaban los problemas de reflejos parásitos, incluso fotografiando con el sol a la espalda.
Llegando a casa me puse a pensar, llegando a una conclusión. Si los objetivos con otras cámaras, y la cámara con otros objetivos, enfocan siempre sin problemas a infinito... ¿el problema estará en el adaptador? Veamos los dos adaptadores.
Como se puede comprobar, uno de ellos tiene el aro más ancho que el otro. Cuando se monta sobre el objetivo, genera un aumento de la distancia entre la montura del objetivo y el plano de la película. Luego no puede enfocar a infinito. Y en todos estos años,... no me había dado cuenta. ¡Seré burro! Porque además es el que tendía a usar, cuando los usaba, hasta que me harté y compré el adaptador para la montura Canon EF, porque es más sencillo de montar y desmontar. El otro tiene su intríngulis, y hay que usar una pieza para desmontarlo, que hay que llevar consigo si se quieren alternar los objetivos M42 y los propios de bayoneta K. Un incordio. Pero quizá ese adaptador es el que hacía que de vez en cuando los objetivos con rosca M42 sí que enfocasen correctamente. Así que decidí probarlo. Con el Takumar 35 mm.
De entrada, estaba claro. En el visor de la cámara, usando este adaptador, la imagen se veía perfectamente nítida a todas las distancias de enfoque. Cierto es que también podría ser porque estaba usando distinto objetivo. Pero hice la prueba con una Pentax digital, para no gastar película, y efectivamente, el adaptador era el culpable. Así que termine el rollo con el adaptador difícil de usar y el Takumar... y todas las fotos salieron perfectamente nítidas. Misterio resuelto.
Con respecto a la película, se expuso a su sensibilidad nominal ISO 100, y se reveló durante 6 minutos a 20 ºC en Kodak HC-110 dilución B (1+31) que es la recomendada por el fabricante de la película para revelado en tanque pequeño. Aunque en ocasiones he usado la más corta para revelado en tanque rotatorio sin problemas. Bueno... quedaron bien. Digitalizados como de costumbre con una Panasonic digital y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 OIS ASPH. De todos modos, creo que seguiré usando estos objetivos con las EOS... porque son más sencillos de usar los adaptadores, y por la comodidad del modo con prioridad al diafragma. Aunque en la práctica, al usarlos a diafragma cerrado con la Pentax MX es como si los usases con prioridad al diafragma.
Llevo tres semanas sin actualizar estas páginas por un buen motivo; he estado de vacaciones, viajando por Japón. Pero pocos días antes de salir de viaje, tuve ocasión de tirar un par de rollos en formato 120 de la película Fomapan 100 Classic en la ciudad romana de Los Bañales. Estos dos rollos pertenecen a los seis que compré, de distintas sensibilidades, hace unos meses por la actualización modernista de las cajas de envase de las películas de Foma como consecuencia de algún aniversario de la marca o de la empresa. Pero esta película no es desconocida para mí, ya que ya la había utilizado previamente bajo su propia marco como bajo la marca Lomography Earl Grey B&W 100 (y aquí, y aquí). Es la misma película.
No es una película que me disguste... pero hasta el capricho de lo de la caja modernista, no me había planteado volver a usarla. No tiene ninguna ventaja sobre películas más fáciles de conseguir en ese intervalo de sensibilidades, los 80 a 125 ISO. Es, ciertamente, más económica que la Ilford FP4 Plus, por poner un ejemplo. Pero esta última la puedo comprar en mi ciudad con cierta facilidad, mientras que la Fomapan 100 Classic la he de pedir a través de internet, con el aumento del precio por los costes de envío. Antes era fácil encontrar la variante de Lomography, pero era más cara... y ya no tiene gracia. Puesto que al fin y al cabo, la gran ventaja de esta película de grano tradicional más o menos cúbico es que es barata con unos resultados que no están mal. Si se pierde por algún motivo la ventaja del factor precio... ya no tengo claro el motivo por el que haya que preferirla.
De otras sensibilidades de la marca, ya hablé de lo mucho que me sorprendió la variante de 200 ISO. Esa es otro cantar. Además es una rareza en la gama porque es una película de grano tabular. De hecho, la apariencia del grano no me parece significativamente más aparente en la de mayor sensibilidad, con lo que tienen más ventajas que la que traigo hoy a la palestra.
Pero bueno, ya que las compré por el capricho mencionada, había que sacarles rendimiento. Así que en una excursión planificada por la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ para unas visitas guiadas al yacimiento de los Bañales y a Ejea, me llevé la Fujifilm GS645S Wide60 Professional, con los dos rollos de Fomapan 100 Classic y un par de filtros, uno amarillo #8 y otro rojo #25, de Heliopan, para mejorar el contraste en las fotografías, especialmente para destacar las nubes en el cielo azul. De la Fomapan 100, como su nombre indica nos dicen que es una película pancromática, aunque como suele ser habitual la sensibilidad a los rojos no llega a los tonos más profundos, mientras que con los azules se puede meter incluso ligeramente en los ultravioletas más cercanos. Así que viene bien usar los filtros en fotografía de paisaje al aire libre. Acabé usando preferentemente el filtro rojo, con el que pierdes unos tres pasos de sensibilidad, pero como el día fue de sol radiante,.. pues está bien.
En Los Bañales ya había estado en un par de ocasiones, con cámaras digitales y con película en color y blanco y negro. Y es la primera vez que hacía una extensa visita guiada que llegó casi a las cuatro horas, que no se hicieron en absoluto pesadas porque fue muy ameno. Se desconoce el nombre original de esta ciudad romana que pudo llegar a tener entre 2000 y 3000 habitantes, pero que se desvaneció progresivamente cuando cayó el imperio y entramos en la alta edad media. Probablemente, según se nos contó, por agotamiento de los recursos próximos.
Las condicionex de luz y de toma fueron muy estables a lo largo de la mañana, por lo que prácticamente use los mismos ajustes de tiempo de exposición y apertura del diafragma durante toda la sesión. El filtro rojo me vino bien para mejorar el contraste de las fotografías. Y la cámara de Fujifilm es un valor seguro. El revelado fue en Kodak HC-110 dilución B (1 + 31), durante 6 minutos a 20 ºC, con la agitación clásica; treinta segundos de agitación constante al iniciar, y cuatro inversiones tranquilas cada minuto hasta llegar al tiempo previsto. De lo más clásico, para un película clásica. Espero que os gusten las fotos.
La idea de hacer esta prueba me vino de un vídeo que vi en su momento en Youtube cuando me hice con la Agfa Synchro Box, y me documenté un poquito de las posibilidades de uso que tenía una cámara tan simple. El vídeo lo dejo aquí puesto, ya que aun en inglés está bastante claro de lo que se trata de hacer. Vamos a usar una cámara de cajón, da igual el modelo, con película tradicional de 35 mm biperforada, en lugar de los rollos de medio formato del tipo 120 o 620 que son habituales en origen para estas cámaras
Recordamos que mi Agfa Synchro Box es un aparato muy simple. Dotado de un menisco de focal fija como objetivo, que tiene la posibilidad de usar un par de diafragmas, uno más cerrado y otro más abierto, este último con o sin filtro amarillo. Tiene una única velocidad de obturación, que ronda entre el 1/30 y 1/25 s, y admite película de formato medio de tipo 120, con la que obtenemos 8 negativos de 6 x 9 cm. En el caso de esta cámara, es relativamente sencillo encontrar película válida para usarla. Pero existe un cierto número de cámaras, especialmente Kodak, que usan la película de tipo 620. Película de idénticas características pero sobre un eje más fino que hace que no sean compatibles en las cámaras de 120, ni la película de 120 en las de 620. O haces una traslación de la película de unos ejes a otros en un cuarto oscuro, o la compras a precio de solomillo del bueno en una tienda nortemericana donde se encargan ellos de hacer esta operación (https://filmphotographystore.com/collections/all/620-film).
Bueno. Como habéis visto, lo que vamos a hacer es utilizar un rollo de película de tipo 135, los de toda la vida. Vemos lo que necesitamos.
Como veis, la cámara, un carrete de película, en este caso la checa Fomapan 100, que es barata, y para el experimento bastará, y un rollo de cinta aislante.
Lo primero que haremos es tapar con la cinta aislante la ventanilla trasera que habitualmente nos sirve como contador de exposiciones, mostrando la numeración del papel protector de la película de tipo 120. La película de 35 mm no lleva papel, por lo que no hay contador, y además la entrada de luz velaría la película.
En segundo lugar, colocaremos un eje de película en la posición de recepción de la misma cuando avancemos los fotogramas. Al mismo, con un poco de cinta aislante o de cinta adhesiva, engancharemos el extremo del carrete de 35 mm.
Hasta aquí es fácil. Lo siguiente es colocar el chasis con el resto de la película en la posición donde va el rollo habitual de 120. Pero lo tendremos que sujetar con el uso de cinta aislante o adhesiva, lo mejor que podamos, asegurándonos que va a quedar razonablemente fijo. Algunas cámaras, no es el caso de la mía, lleva alguna barra de metal transversal por la que hacer pasar la película que ayuda a sujetar el carrete. Esta parte dependerá del modelo de cada cual.
Por supuesto, habremos de comprobar que la película circula lo más centrada posible por el dorso de la cámara. La calidad de la lente baja mucho en el campo y en las esquinas, por lo que la solución de hacerla circular por un lateral, para tener más claro lo que aparece encuadrado no es buena, la imagen se degrada mucho. Además, los limitados visores de prisma de la cámara distorsionan mucho en los bordes. Así que habrá que imaginarse lo que quedará impresionado en la película en función de lo que aparezca en el centro del visor. Por supuesto, la imagen impresionará todo el ancho de la película incluidas las zonas de las perforaciones.
Por lo tanto, tendremos fotogramas de aproximadamente 87 x 35 mm de tamaño, aunque las zonas de las perforaciones se pareciarán más. Hay que contar con una zona efectiva de 87 x 25 mm aproximadamente.
Antes de cerrar la cámara, haremos una prueba para ver cuantos giros hay que dar a la manivela de avance para asegurarnos de que no se monten unos fotogramas sobre otros. Decir que conforme avancemos el rollo, más separación habrá entre los mismos, así que lo que nos de al principio será de sobras para toda la película. He de decir que yo cometí un error, conté tres vueltas, cuando debía haber contado tres medias vueltas, y por lo tanto hice poco más de la mitad de las fotos posibles. Ya lo sé para la próxima.
Veamos los resultados.
Pues no están mal, para ser una primera experiencia. Algún fotograma me quedó mal centrado, pero hubo varios que quedaron aprovechados. Utilicé en todos ellos la apertura más amplia, pero con el filtro amarillo. Lo que pierdo de profundidad de campo, que no es para tanto en las tomas amplias que realicé, lo gano por el aumento del contraste general.
Con una sensibilidad nominal de la película de 100 ISO y a pleno sol, los negativos quedaron expuestos con el equivalente a un índice de exposición de 50. Pero como el objetivo ofrece muy poco contraste, no disminuí el tiempo de revelado y respeté los 6 minutos a 20 ºC recomendados para el Kodak HC-110. Los negativos me quedaron moderadamente más densos de lo debido, pero muy utilizables, con una buena gama tonal. Esta película checa, que ya probé en su momento en formato medio, está bastante bien para su precio.
Por supuesto, como era de esperar, hay una razonable nitidez en el centro del fotograma, que se pierde a marchas forzadas conforme nos desplazamos a los extremos del mismo. A pesar del formato panorámico que nos queda, hay que tener en cuenta que el ángulo de visión es más el de un objetivo estándar que el de un angular, por lo que el encuadre será más crítico. Todo está más apretado de lo que os gustaría. Pero bueno... todo es cuestión de ir cogiendo práctica.
Mi Agfa Synchro Box no necesita de estos bricolajes para funcionar. Utiliza película de tipo 120, fácil de encontrar. Pero para aquellos que podáis disponer de alguna Brownie 620 o similar, cuyos carretes no encontraréis, esta es una opción para seguir dándoles vida. Ánimo.
Poco queda que contar ya de la excursión a Muel en el marco del III Encuentro Analógico organizado desde la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza (AFZ) (Facebook). Mañana empezaremos las tandas de trabajo en el laboratorio para aquellos que no pueden revelar sus fotografías en su casa, o para quienes deseen hacer copias en la ampliadora tradicional del cuarto oscuro.
En esta ocasión, el uso de la película no tuvo nada de especial. Con un día soleado, no precisamente la luz que más nos gusta a los fotógrafos, muy dura y plana, fuimos haciendo fotografías mientras recorríamos el Parque Municipal de Muel. Empezando eso sí por los alrededores de la ermita y la presa romana.
Es cierto que ha habido fotógrafos notables, recuerdo en estos momentos a Ansel Adams, famoso paisajista, teórico y práctico de la fotografía norteamericano, que no han dudado en usar las horas centrales del día a su favor con película en blanco y negro. Lo fundamental es controlar los fuertescontrastes y aprovecharlos para componer la imagen.
Lo cierto es que la Fomapan 100 Classic, se come bien el exceso de contraste y revelada en Kodak HC-110, dilución B (1:32), durante 6 minutos a 20 ºC, ofrece detalle tanto en las luces como en las sombras aun en estos días de luz dura si está bien expuesta. Y hay que recordar que exponemos para las sombras y revelamos para las luces.
Por cierto, era día de fiesta, parrillas y ranchos, celebrando San Jorge, patrón de Aragón.
En lo que se refiere a la exposición, la Plaubel Makina 67 es una cámara que nos permite mucho dominio de la situación, ya que dispone de una medición parcial en el centro del encuadre. Por lo tanto, no es difícil medir para las sombras, asegurando que no se te queda el fotograma escaso de luz. Eso sí, para sacarle partido a estas cámaras con medición parcial, hay que saber leer la luminosidad de la escena, para saber dónde medir. No son cámaras para novatos. Aunque un novato que se vea obligado a aprender con una cámara de este tipo puede alcanzar una alto nivel de comprensión de la luz y de cómo medirla.
Por supuesto, habiendo una cascada, hubo que probar alguna exposición prolongada, lo que fue más sencillo aprovechando que llevaba un filtro rojo que se come tres pasos de luz.
Este filtro rojo debería habernos proporcionado cielos más densos y mayor contraste en la escena, al bloquear las longitudes de onda medias y cortas del espectro luminoso. Sin embargo, su efecto en los paisajes fue muy moderado.
Sí se produjo cierto oscurecimiento del cielo con respecto a las fotografías sin filtro, pero no de forma espectacular. Tendré que revisar la curva espectrográfica de la película para entenderlo mejor. O quizá mi filtro rojo de 58 mm, que tiene muuuuuuuchos años, igual no es de la mejor calidad y deja pasar una variedad de longitudes de onda mayor de lo que aparenta. No sé.
Llegado el momento, es decir al llegar al final del parque y comprobar qué hora se nos hacía, aprovechamos para hacer las últimas fotografías, los rollos de 120 se acaban enseguida con los 10 negativos de 56 x 68 cm que ofrece la Makina 67.
Terminamos haciendo una tertulia final mientras nos refrescamos con unas cervezas, hizo casi calor, y nos emplazamos hasta la próxima ocasión.