La fotografía como afición y otras artes visuales

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Por Italia, con digital micro cuatro tercios y mi cámara ya tradicional para película en blanco y negro

La redacción de esta entrada puede ser más laboriosa de los previsto. Me llevará mi tiempo. Tal vez varios días. Tengo el ordenador de sobremesa en el servicio técnico, y la reparación se va a prolongar bastante más de lo que pensaba. Para la mayor parte de las tareas, la tableta me vale con comodidad, pero redactar en condiciones artículos de un blog es bastante menos confortable. El caso es que más de un mes después de mi regreso del viaje de vacaciones a Italia, todavía no había hablado de las "condiciones fotográficas" del viaje. Que tienen dos componentes, que voy a comentar en la misma entrada; la fotografía digital y la fotografía con película tradicional.

Sitio arqueológico de Pompeya.

Lo más sencillo de comentar es esto último, la fotografía con película tradicional. Aunque consideré seriamente la posibilidad de llevarme la Olympus Trip 35 ante los buenos resultados que ofrece. Acabé llevándome la Minox 35 GT-E. Esta es más pequeña y bolsillera, tiene más posibilidades de intervención sobre la exposición, y es una solución que ya he usado en suficientes ocasiones como para sentirme cómoda con ella. La única pega que tiene, en realidad, es que hay que prever unas pilas de repuesto por si se agotan las que lleva. Duran mucho... pero llega un momento en que se agotan, claro. Y me ha pasado, que no me he dado cuenta a tiempo y he malgastado película y perdido ocasiones fotográficas. Pocas veces, pero ha sucedido. La Olympus Trip 35 no necesita pilas, pero es más grandota y con muchas menos oportunidades de intervención sobre la exposición. No obstante, hablaré de ella en un futuro, en una entrada más o menos similar a esta sobre mi más reciente viaje a Andalucía.

Ravello.

Como material sensible,... no hay novedades. Mi película de elección cuando viajo es la Ilford XP2 Super 400, muy versatil. Material sensible para fotos en blanco y negro de tecnología cromogénica, que se revela en procesado C-41 con cualquier otro rollo de negativos en color. Aunque admite el revelado con química tradicional para blanco y negro. Cuando se revela en C-41, tiene una gran latitud de exposición. Su sensibilidad nominal es ISO 400, pero es pueden usar índices de exposición entre 50 y 800. A índices de exposición bajo, hay un grano muy fino, prácticamente imperceptible y mucho detalle. Las luces tardan mucho en bloquearse. A sensibilidades altas el grano es mucho más aparente, especialmente en las sombras, pero salvas con una calidad razonable la situación y obtienes un documento fotográfico más que digno. Así que desde el punto de vista de la fotografía con película tradicional, nada nuevo sobre lo contado en viajes anteriores.

Fiordo de Furore; Positano.

Mis quebraderos de cabeza me los causa la digital. Mi equipo de viaje de fotografía digital es la Panasonic Lumix G9, con una serie de ópticas de focal fija o variable que viajan conmigo, aunque no todos los días van todas en la mochila. Depende. Si se anuncia lluvia, los dos zooms de apertura máxima f2,8, uno de Olympus (12 - 40 mm) y otro de Panasonic (35 -100 mm), protegidos contra la intemperie como la cámara, son de elección. Lo mismo si es una jornada de naturaleza y paisaje. Pero en entornos urbanos prefiero la discreción y el escaso peso de las ópticas fijas. El Summilux 15 mm, el Lumix 25 mm y un teleobjetivo corto son de elección. Hasta recientemente el Olympus 45 mm. Desde hace poco, quizá, el Sigma 56 mm, más luminoso. Y perdido siempre, en toda ocasión, en algún rincón de la mochila el súper-gran angular Laowa 7,5 mm. Pero...

Sitio arqueológico de Herculano.

Pero desde esta primavera la Lumix G9 tiene una avería que va y viene, no es fiable, y en el servicio técnico no acaban de acertar con ella. A Suiza me llevé la Panasonic Lumix G100, con el planteamiento de ópticas que he explicado en el párrafo anterior. Pero la Lumix G100 es una cámara de construcción barata, muy de plástico, y que no siempre se equilibra bien con los zoom. La calidad de las imágenes está al mismo nivel que la Lumix G9, no obstante.

Museo arqueológico nacional de Nápoles; claustro de Santa Chiara.

Por ello, probé en Dinamarca a llevarme la Canon EOS RP. El problema con esta es que, aunque el volumen y el peso del cuerpo no se lleva gran cosa con la Lumix G9, aunque no tiene las protecciones contra la intemperie y otros refinamientos de la Panasonic, las ópticas son mucho más grandes y pesadas que las del sistema micro cuatro tercios. Por ello, y con mi planteamiento de equipajes ligeros, no podía llevarme más allá de lo que me llevé a Dinamarca, el EF 24-105 mm y el RF 50 mm. Y con un peso similar. Al final, me decidí por llevar la Lumix G100, porque las combinaciones de ópticas son mucho más versátiles, siendo un equipo muy ligero y discreto en ambientes urbanos. Aunque es cierto es que los archivos raw del sensor de formato completo y 26 megapíxeles de la EOS RP son mucho más poderosos que los 20 megapíxeles de las Lumix y un sensor que tiene una cuarta parte del tamaño. En la práctica... tampoco se nota tanto en el 95 % de las situaciones.

Villa Adriana.

Como de costumbre, el equipo principal es el digital, con la pequeña Minox 35 GT-E reservada para circunstancias concretas en las que una fotografía en blanco y negro con película tradicional pudiera aportar un plus o una variante interesante sobre la versión en color digital. Salvo una tarde en Roma. Como ya tengo muchas fotos digitales de Roma, como entre unas cosas y otras mi paseo por la ciudad comenzó a las cuatro y cuarto de la tarde, con una luz buena que iba a durar no mucho más de dos horas, decidí organizarme yo solo un rally fotográfico por los monumentos de la Roma clásica, que se prestan mucho a la película en blanco y negro. Y ciertamente estoy muy contento con los resultados.

Foro romano; Coliseo.

En color de medio formato (que no formato medio) - Olympus Pen EE3 con Kodak Portra 400

Continúo hoy el repaso a los rollos de película fotográfica expuestos durante el mes de septiembre. Fueron bastantes. Sin embargo, en octubre no va a ser así. Bueno,... en realidad sí. Lo que sucede es que van a estar asociados a viajes, y no al desarrollo habitual de mi afición fotográfica en mi entorno habitual. Conforme me vayan llegando del laboratorio os iré presentando también los rollos viajeros.

Hoy vamos a una cuestión. Periódicamente utilizo mis cámaras de medio formato, que no es lo mismo que formato medio. El formato medio son los rollos de película y cámaras que nos proporcionan unos negativos de tamaños que superan ampliamente el popular 24 x 36 mm sobre película de 35 mm biperforada. Antaño hubo una diversidad de tipos de película y formatos en el formato medio, pero hoy en día ha quedado reducida a los formatos más populares que se obtienen sobre el tipo 120, película de 60 mm de ancho. Según la cámara obtenemos negativos de 6 x 4,5 cm, 6 x 6 cm, 6 x 7 cm, 6 x 9 cm, 6 x 12 cm e incluso 6 x 17 cm, aunque la superficie de estos últimos iguala los del gran formato de 9 x 12 cm.

El medio formato son las cámaras que sobre película de 35 mm biperforada ofrece negativos que aproximadamente tienen unas dimensiones de 17 x 24 mm, vamos a decir que son la mitad que los habituales, y que por lo tanto podemos obtener el doble de fotogramas en un rollo de película que lo que es habitual sobre este tipo de rollos de película. Esa es la ventaja. El inconveniente es que, cuanto más pequeño es el fotograma, menos capacidad de ampliación y menos detalle recoge la película sensible. Lo cual puede ser un inconveniente importante para algunos... o una oportunidad creativa para otros.

Yo tengo en uso dos cámaras Olympus de medio formato. La prestigiosa Olympus Pen F, cámara réflex con visor de porro, de objetivos intercambiables, que es estupenda, bonita, una delicia de uso... y que vamos, está muy bien. Con un objetivo estándar de 38 mm f/1,8. Y la sencilla compacta Olympus Pen EE3, pequeñita, de objetivo fijo rodeado de un fotómetro de selenio, foco fijo a la hiperfocal, más o menos, porque la apertura es variable, ya que funciona con un automatismo en el que según los niveles de luz combina aperturas entre el f/3,5 y el f/22 con dos velocidades de obturación, 1/200 y 1/40 segundo. Y todo ello, sin necesidad de pilas.

La cosa es que casi siempre las uso con película negativa en blanco y negro. Porque el color, cuando lo mandas revelar y digitalizar, te suelen digitalizar los negativos por pares, como si fuera un negativo de 24 x 36 mm, no te digitalizan individualmente los negativos de 17 x 24 mm. Pero esto va cambiando, y en Carmencita Film Lab descubrí ya el año pasado que te los digitalizan individualmente. Y que puedes obtener ficheros de 20 megapixeles a partir de estos negativos en lugar de los 8 o 9 megapixeles máximo de antes. Por supuesto, eso no implica que puedas obtener toda la información y capacidad de ampliación de un negativo más grande. Pero aprovecha mejor la información que contienen estos pequeños negativos.

En septiembre, expuse un rollo de Kodak Portra 400 en la Olympus Pen EE3. Y en general, estoy contento con los resultados,... salvo que los negativos quedaron un tanto subexpuestos. Supongo que la antigüedad del fotómetro de selenio lo hace menos fiable. Y como ajusté el fotómetro a un índice de exposición igual a la sensibilidad nominal de la película para obtener colores más saturados aun a costa de un mayor grano... pues quedaron subexpuestos. Las próxima vez ajustaré a IE 200 y quedarán bien. No obstante, me gustan las fotos que he obtenido. Que no tienen nada de especial. Simplemente, el resultado de pasear por la ciudad.

Último rollo de película de agosto - Olympus Pen F con Fujifilm Neopan 100 Acros II

Lo que son las cosas, estamos ya en el primer día de octubre y aun me queda por comentar un rollo que comencé en agosto y terminé el 1 de septiembre. Mi verano ha sido muy activo fotográficamente con la #CrappyCommieCameraParty, dedicada a la fotografía con cámaras (u otros equipamientos fotográficos en mi caso) fabricados en países comunistas. Pero aunque esta "fiesta" fotográfica estaba convocada entre el 1 de julio y el 30 de septiembre, a finales de septiembre estaba cansado y empecé a usar otros equipos más agradecidos en su diseño y manejo. Y por ello, en los últimos días de agosto decidí sacar a pasear la estupenda Olympus Pen F con su Zuiko 38 mm f1,8 al que le puse un filtro amarillo de Hoya para mejorar el contraste de las fotografías en blanco y negro.

Como película opté por un rollo de Fujifilm Neopan 100 Acros II. Estando todavía en pleno verano, con bastante horas de luz y ambiente despejado, el no disponer de mayor reserva de sensibilidad no me pareció un problema. Y dado el reducido tamaño de los negativos de la Pen F, un poco por debajo de la mitad del habitual 24 x 36 mm, el grano casi imperceptible de esta película y su elevada nitidez hace que sea muy apropiada para usar con esta cámara. Para medir la luz, la Pen F no tiene fotómetro incorporado, usé mi fiel Gossen Digisix, perfectamente fiable.

La película la revelé con Kodak HC-110, que es mi revelador habitual. Ofrece buena calidad y gran permanencia con la botella abierta, no perdiendo eficacia con la inevitable oxidación al entrar en contacto con el aire. Pero con el cambio de fórmula de la Acros a esta su segunda versión, fabricada por Hartman (Ilford) para la marca japonesa bajo las especificaciones de esta, no siempre está claro cuales son los tiempos recomendados para el revelado con HC-110. Según donde consultes, los tiempos son similares, pero no la concentración propuesta por el revelador. En estos momentos, la que parece funcionar mejor es la dilución C 1+19, revelando durante 5 minutos a 20 ºC. La proponen en Digitaltruth y algún otro sitio. Pero por si os interesa, los hay quien propone la misma dilución durante 5 minutos y 30 segundos, e Ilford, que ofrece el Ilfotec HC, con la misma fórmula que el Kodak HC-110, da como recomendada la dilución B 1+31 durante esos mismos 5 minutos a 20 ºC. Parecería que esta sería la más apropiada, por ser Hartman (Ilford) el fabricante de la Acros... pero no me da los mismos resultados que la dilución C.

Una vez revelados los negativos, fueron digitalizados con la Panasonic Lumix G100 con el Leica DG Macro-Elmarit 45 mm f2,8 ASPH OIS, obteniendo unos ficheros que solo necesitaban el ajuste del punto negro y del punto blanco para obtener unos resultados adecuados, con imágenes nítidas y con un grano casi imperceptible. Aunque la digitalización con cámara digital siempre tiende a resaltar más el grano que los escáneres dedicados de película. Todo depende de cuán agresivo tenga que ser el ajuste posterior del contraste de la imagen.

En general, los resultados son buenos, confirmándose como una excelente combinación de cámara y película, especialmente gracias a las buenas calidades del objetivo estándar de la cámara. Siempre mejor con este diafragmado por lo menos a f5,6. Lo único que me gustaría es que se pudiese optar por rollos de 24 exposiciones, que para la Pen F se convertirían en prácticamente unas 50, ya que el rollo de 36 exposiciones, que ofrece unas 75 con la Pen F, se hace interminable.

Problemas con los adaptadores M42 a Pentax K - Pentax MX con Fomapan 100 Classic

Siempre he tenido problemas de nitidez cuando uso los adaptadores de objetivos con montura de rosca M42 con las cámaras Pentax de bayoneta K. Y sin embargo, cuando se desarrolló esta última se hizo de forma que fuese posible usar con el aro adaptador correspondiente las ópticas Pentax Takumar con montura M42 con las nuevas cámaras con montura K que la marca japonesa empezó a fabricar a principios de los años 70. No tengo un adaptador original de la marca. Tengo dos adaptadores modernos, uno lo compré, el otro me lo dieron por no usar. La cuestión es que, independientemente de si los objetivos que usara fuesen el Takumar SMC 35 mm f2 de Pentax o cualquiera de los objetivos rusos o alemanes orientales que tengo, en ocasiones, las fotos realizadas usando estos objetivos y estos adaptadores no quedaban nítidos.

A estas alturas, quienes hayan leído las entradas de este blog durante el verano sabrán que he venido usando varias de estas ópticas fabricadas tras el telón de acero durante la guerra fría, con una diversidad de cámaras. Nunca he tenido problemas de nitidez, dentro de la calidad esperable con estos objetivos, con las cámaras de montura M42 o con las Canon EOS usando el adaptador. Así que decidí, para finalizar el verano, usar alguna de ellas con la Pentax MX. Para no arriesgar mucho coste, usé el rollo de película más barato que encontré, un Fomapan 100 Classic, le puse el Meyer Optik Görlitz Trioplan 50 mm f2,9 convenientemente adaptado con los aros correspondientes, y me fui a hacer fotos.

No tuve necesidad de revelar el rollo. Simplemente mirando por el visor réflex de la Pentax MX, que es bastante bueno, uno era consciente de que el objetivo no enfocaba a infinito. Sin problemas con las distancias cortas, pero con las lejanas y los paisajes, no se veía nítido. Como funcionan a diafragma cerrado con el adaptador, sí que podía observar que el problema era más grave cuanto mayor fuese la apertura usada. Pero en general, difícil encontrar un visión nítida a distancias largas de enfoque. Sólo expuse esa mañana algo así como la mitad del rollo. Y paré. Para no desperdiciar tontamente película. Y además... daba la impresión de que aumentaban los problemas de reflejos parásitos, incluso fotografiando con el sol a la espalda.

Llegando a casa me puse a pensar, llegando a una conclusión. Si los objetivos con otras cámaras, y la cámara con otros objetivos, enfocan siempre sin problemas a infinito... ¿el problema estará en el adaptador? Veamos los dos adaptadores.

Como se puede comprobar, uno de ellos tiene el aro más ancho que el otro. Cuando se monta sobre el objetivo, genera un aumento de la distancia entre la montura del objetivo y el plano de la película. Luego no puede enfocar a infinito. Y en todos estos años,... no me había dado cuenta. ¡Seré burro! Porque además es el que tendía a usar, cuando los usaba, hasta que me harté y compré el adaptador para la montura Canon EF, porque es más sencillo de montar y desmontar. El otro tiene su intríngulis, y hay que usar una pieza para desmontarlo, que hay que llevar consigo si se quieren alternar los objetivos M42 y los propios de bayoneta K. Un incordio. Pero quizá ese adaptador es el que hacía que de vez en cuando los objetivos con rosca M42 sí que enfocasen correctamente. Así que decidí probarlo. Con el Takumar 35 mm.

De entrada, estaba claro. En el visor de la cámara, usando este adaptador, la imagen se veía perfectamente nítida a todas las distancias de enfoque. Cierto es que también podría ser porque estaba usando distinto objetivo. Pero hice la prueba con una Pentax digital, para no gastar película, y efectivamente, el adaptador era el culpable. Así que termine el rollo con el adaptador difícil de usar y el Takumar... y todas las fotos salieron perfectamente nítidas. Misterio resuelto.

Con respecto a la película, se expuso a su sensibilidad nominal ISO 100, y se reveló durante 6 minutos a 20 ºC en Kodak HC-110 dilución B (1+31) que es la recomendada por el fabricante de la película para revelado en tanque pequeño. Aunque en ocasiones he usado la más corta para revelado en tanque rotatorio sin problemas. Bueno... quedaron bien. Digitalizados como de costumbre con una Panasonic digital y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 OIS ASPH. De todos modos, creo que seguiré usando estos objetivos con las EOS... porque son más sencillos de usar los adaptadores, y por la comodidad del modo con prioridad al diafragma. Aunque en la práctica, al usarlos a diafragma cerrado con la Pentax MX es como si los usases con prioridad al diafragma.

Por Dinamarca con película en blanco y negro - Minox 35 GT-E con Ilford XP2 Super 400

Sinceramente, podría empezar esta entrada como lo hice hace unas semanas a propósito de mi viaje de vacaciones a Suiza, y replicarla casi al completo. Prácticamente, lo único que tendría que cambiar son las fotos de muestra. Como vengo haciendo desde hace unos años, decidí llevar en mi escapada danesa una cámara fotográfica para película tradicional, además del equipo digital. Como las fotografías del equipo digital, siempre en formato RAW, son por defecto en color, independientemente que luego se puedan trabajar en blanco y negro, la película fotográfica que me llevo es en blanco y negro. La que mejor resultado me viene dando desde hace tiempo es la Ilford XP2 Super 400, película negativa en blanco y negro que tiene la peculiaridad de que está basada en tecnologías similares a las películas negativas en color, y se revela en el proceso C-41 o equivalentes al igual que esta.

En esta ocasión no tuve dudas sobre qué cámara usar. Cuando planificamos el viaje, esta vez con más tiempo que a Suiza, pensaba que íbamos a transitar por caminos ya conocidos. Pero no me plantee llevarme el blanco y negro en película tradicional como cámara tradicional, porque tenía unas intenciones muy clara sobre las fotos que quería hacer en color digital. Así que la Minox GT-E, colgada del cinturón del pantalón, era la opción perfecta.

Al igual que sucedió con la Panasonic Lumix G100, convivió perfectamente con la Canon EOS RP. Que como ya conté fue la mayor parte del tiempo calzada con el RF 50 mm f1,8 STM. Así, mientras íbamos de un lugar a otro, una cámara con un 35 mm y otra con un 50 mm. Ambas focales tienen partidarios, que muchas veces discuten ardientemente sobre cuál es la mejor cuando sólo puedes o quieres llevar un objetivo fijo con una única longitud focal. Para mí... es indiferente. A lo que llevo un par de horas de viaje, ya me he acostumbrado a buscar sujetos apropiados a la focal que tengo disponible. Y no son exactamente las mismas con un 35 mm que con un 50 mm. En ocasiones, ha sido un 40 mm, que también funciona muy bien.

Como conté con el viaje a Suiza, fue usada preferentemente en exteriores, con valores de exposición que van desde el f11 y 1/500 segundo en tiempo plenamente soleado y los f5,6 y 1/60 segundo en situaciones de sombra densa, nublados profundos o luz crepuscular. En estos últimos casos, si me quedaba corto de exposición, podía subir a IE 400 u 800. Pero preferentemente he usado un IE 200. Con aperturas habituales en f5,6 y f11, es fácil enfocar por zonas con la escala de profundidad de campo. No hay ayuda al enfoque que es manual, por lo que siempre hay que estimar la distancia de enfoque. En algún caso me atreví a usar el f2,8 sin muchos problemas, para aislar el sujeto principal del fondo. Pero también me he atrevido con interiores. Teniendo cuidado al disparar, incluso a velocidades próximas al 1/30 segundo, no he tenido grandes problemas de fotos trepidadas.

Mis conclusiones son similares a las que llegué hace unas semanas. Estoy bastante satisfecho con los resultados. Como ya he dicho, la película Ilford XP2 Super 400 es una película polivalente que va muy bien para un todo uso. A IE 200 y con escenas bien iluminadas, tan apenas se aprecia el grano. Que se hace más evidente, pero no desagradable, en las sombras o en días más grises y nublados. En fin, espero que os gusten las fotos.