Este sábado por la mañana amaneció nublado. Incluso de madrugada debieron de caer algunas gotas sobre Zaragoza. El caso es que, aunque las nubes se abrieron poco a poco, tuvimos una mañana de luz suave, difusa. Una buena ocasión para salir con alguna cámara de fotos, frente a la mayoría de los días de verano en los que la luz es excesivamente dura, contrastada, con colores poco saturados.
De todas formas, hacía un tiempo que le estaba dando vueltas a sacar de nuevo a pasar mi cámara más antigua. La Agfa Billy Jgetar 8.8, fabricada en algún momento entre 1928 y 1931. Recordemos algunas de las características de la cámara.
Cámara de formato medio para pelícla tradicional en carrete de tipo 120, y fotogramas de aproximadamente 6 x 9 cm. 8 fotogramas por carrete.
Tres posiciones de diafragma entre f/8.8 y f/18.
Tres velocidades de obturación: 1/25, 1/50 y 1/100 s.
Dos posiciones de enfoque: Nah (cerca, 2 - 5 metros) y Fern (lejos, aproximadamente en la hiperfocal).
Un objetivo ANASTIGMAT-JGESTAR que sólo tiene 3 elementos, los cuales carecen de revestimientos de ninguna clase. Esto produce un rendimiento flojo en las esquinas y un contraste muy bajo en la imagen.
Después de repasar el stock de película presente en mi frigorífico, que necesita un cierto nivel de reabastecimiento, decidí usar una película para un uso que no le es propio. Cogí un carrete de Ilford XP2 Super. Esta es una película en blanco y negro pero de tipo cromogénico. Es decir, pensada para ser revelada en procesado C41, como la habitual pelicula cromogénica en color. No obstante, tomé una serie de decisiones personales, con la confianza de que el resultado sería bueno.
Utilizaría un índice de exposición de 200, en lugar de su sensibilidad nominal de ISO 400.
La revelaría en una solución B de HC110 de 1+31 (o 1:32), durante 5,5 minutos que es la duración recomendada para un índice de exposición de 400. Lo que buscaba era asegurar unas sombras bien expuestas con el IE 200, pero aumentar el contraste de los negativos utilizando el tiempo de revelado superior al necesario. De esta forma, compensaría de alguna forma el contraste limitado del objetivo. Por lo menos, el contraste general. El microcontraste de la imagen es más difícil de levantar de esta forma.
No era mi intención en ningún momento perder el aspecto propio de una fotografía realizada con una cámara que tiene casi 90 años. Tras el revelado confirmé que los negativos, salvo uno, el del grafiti que habéis podido ver antes que estaba muy transparente, tenían una densidad adecuada. El contraste seguía siendo bajo, pero con un pequeño ajuste, sin forzar la máquina, en el programa de escaneado, se extendía desde sombras densas pero con detalle hasta luces no empastadas. Por cierto, la fotografía del grafiti está un poco blanda de enfoque, probablemente porque tendría que haber ajustado la posición "nah" (cerca) en lugar de la posición "fern" (lejos), a la que están hechas el resto de las fotos.
Una vez digitalizados los negativos, tienen muy pequeños ajustes de luminosidad y contraste en Lightroom para darles un aspecto más homogéneo a la serie, y se han limpiado las impurezas en Affinity Photo. Pero he buscado conservar el rendimiento original de la cámara. El procesado global se ha realizado con más calma y atención al detalle que en los primeros carretes que hice con esta cámara.
Salvo la primera de las fotografías que os presento, que estaba muy inclinada, por lo que la enderecé en Lightroom y luego le apliqué el borde negro en Snapseed para Mac OS X, todas las demás están sin reencuadrar, y con los bordes negros originales de la película al escanearla. Se nota los que son originales por una indentación negra en las esquina superior izquierda de cada fotografía.
Como era previsible, el aspecto general de las fotografías es muy suave. Aunque agradable. Se acomoda muy bien a las condiciones de luz en las que se hicieron las fotografías. El detalle en el centro del fotograma es razonable, a lo que ayuda el gran tamaño del fotograma original. Estamos hablando que con una resolución de escaneo muy moderada, 1800 píxeles por pulgada, he obtenido ficheros que superan los 25 megapíxeles. Aunque el rendimiento del conjunto es bajo, grandes tamaños de fotogramas conllevan gran cantidad de información que supera esta desventaja. Las esquinas de los fotogramas, de todos modos y como era previsible, flojean mucho.
También el grano de la película está muy contenido. La XP2 Plus a un IE 200 y con su revelado C41 tiene un grano muy fino. Pero con un revelado convencional en blanco y negro y más largo de lo que a lo mejor necesita para conseguir más contraste, lo normal es que el grano se haga más presente... Pues bien... no ha supuesto ningún problema ni ninguna molestia.
Balance general,... bueno. Estamos ante una cámara de hace casi 90 años como ya he dicho. Pero desde luego, el conjunto de decisiones que he tomado para usarla han sido adecuadas. Y el paseo, y sus resultados fotográficos, sin ser obras de arte, disfrutables. Espero que esta experiencia le sirva a alguien de guía en el caso de que se quiera aventurar en la azarosa experiencia del uso de cámaras clásicas o antiguas. Único defecto no deseado, en el último de los fotogramas que so presento, podréis ver una filtración de luz en el lado derecho de la fotografía.
Ayer recibí, de una forma un poco accidentada, los últimos carretes que mandé a revelar a Carmencita Film Lab. Son una miscelánea... así que haré un breve comentario de cada uno y os pondré unas fotografías.
Olympus mju-II + Kodak Portra 400 en el Encuentro Analógico
Al encuentro analógico que celebramos hace algo más de un mes ya, además de las cámaras con carretes en blanco y negro llevé también un cámara con un carrete en color, un Kodak Portra 400. La cámara es la Olympus Mju-II, una pequeña joya de los años 90, con un objetivo excelente 35mm f/2,8, muy compacta y con protección contra el polvo y las salpicaduras. Era mi cámara de ir a esquiar. Pero te la podías llevar a cualquier parte. Desde el advenimiento de la tecnología digital la uso poco, pero debería usarla más.
Me la llevé a Nueva York,... y le estoy dando vueltas a llevármela dentro de poco menos de un mes a mis próximas vacaciones.
Os dejo algunos ejemplos
Lo cierto es que la Portra 400 se deja usar en las "malas condiciones" de luz diurna excesivamente contrastada. El único problema, que podéis ver en algún fotograma, es que la lente más externa del objetivo queda muy expuesta y sin posibilidad de poner un parasol, por lo que alguna vez se cuela alguna luz parásita si no está perfectamente limpia.
Un Ilford HP5 Plus que compré en Lucerna
Pues sí. El año pasado, en agosto, me escapé a Suiza, a Lucerna concretamente, unos días. Me llevé la Leica M2 para hacer algo de blanco y negro. Pero tuve la impresión de que iba a hacer corto con los Kodak Tri-X que me llevé de casa, y compre en Lucerna un par de carretes de Ilford HP5 Plus. No tenían Tri-X. Expuse uno. Y el otro se quedó en la nevera a la vuelta, olvidado.
Reordenando la nevera hace unas semanas me lo encontré. Así que calce la Pentax MX con el Industar-22 50/3,5 con el adaptador correspondiente, y me fui a hacer fotos el día del 1º de Mayo. Me di un paseo por el domesticado soto de La Almozara.
A falta de unas nubecillas que hiceran menos soso el cielo de un día totalmente despejado con sol y viento, la HP5 Plus agradeció que usase un filtro naranja que impidió que esos sosos cielos quedaran totalmente blanquecinos.
Lo terminé al día siguiente entre las escaleras del IAACC Pablo Serrano.
La primitiva fórmula óptica del Industar-22, una copia de un Tessar primitivo con una apertura máxima de sólo f/3,5, puso en apuros a la HP5 Plus en interiores. Pero salimos con vida del apuro.
Kodak ColorPlus 200 - la opción barata de Kodak
Salvo que busques alguna aplicación o un rendimiento muy específicos, en estos momentos la reina de las película negativas en color es la Kodak Portra 400. Podemos decir que la Portra 160 y la Ektar de Kodak pueden ofrecer mejores resultados en retrato y paisaje respectivamente. Y que la gama de Fuji también merece la pena un vistazo. Pero la versatilidad de la Portra 400, que se puede exponer sin mayores problemas con unos índices de exposición entre 50 y 800, e incluso hay quien la fuerza a 1600 alterando el tiempo de revelado, no tiene parangón. Entre 50 y 400 ofrece una calidad excelente, y usarla por defecto a IE 200 es una garantía. Pero tiene un problema. Se está poniendo muy, muy cara. E incluso está habiendo rupturas de stock que hacen que su disponibilidad sea baja. En estos momentos se encuentra a precios entre 8 y 10 euros el carrete con 36 exposiciones.
Hice un encargo a Foto-R3 hace unas semanas de químicos para revelado en blanco y negro, y cotilleé su oferta de películas en color. Y encontré la Kodak ColorPlus 200 por 2,68 euros el carrete con 36 exposiciones. La tercera parte del premio de su prima más lista. Probablemente es muy similar, si no es la misma, que la que en otras ocasiones se vende o vendía como Kodak Gold 200.
Decidí coger unos cuantos carretes, y probé el primero con la Pentax MX calzada con el "pancake" de la marca, el SMC-M 40 mm 1:2,8. Un objetivo este que uso poco, porque está claramente por debajo de cualquiera de los dos 50 mm de la marca que tengo, el SMC-A 50/2 o el SMC-M 50/1,7, o del SMC-A 35/2,8. Este objetivo se encuentra en medio de estas posibilidades... pero como estos otros objetivos son claramente mejores y más cómodos de usar... De hecho, mi opción para ir ligero suele ser el 50/2, que aunque sobresale más que el 40 mm es poco menos ligero.
Pero cuando un objetivo de su época se usa a sus aperturas óptimas, f/8 - f/11, tampoco supone mayor problema. Y me apetecía llevar poco bulto en la bolsa que uso entre semana.
Resultados...
En primer lugar, decir que más bien está expuesto a un IE de 125 que a su sensibilidad nominal de 200 ISO. Aproximadamente. Cuando los pasos de diafragma se ajustan por medios pasos, y las velocidades de obturación por pasos enteros, lo cierto es que tiene poco sentido decir si hay diferencias entre un IE 125 o 160,... o un IE 160 o 200. El error que cometemos al exponer puede comerse esa diferencia en sensibilidad. Pues nada. Aproximadamente, casi un paso de sobreexposición para este primer carrete.
No me disgusta el color que ha quedado, y eso que he la situación era de luz de sol en horas centrales del día, con algún que otro contraluz. Sin embargo, esta película tiene más grano que la Kodak Portra 400 expuesta a IE 200. Y quien sabe si también a su sensibilidad nominal de 400 ISO. Pero diablos,... cuesta la tercera parte.
Bueno. Seguiremos buscando un compromiso entre calidad y precio.
Os hablé hace unos días del II Encuentro "analógico", en esta ocasión encuentro conjunto entre la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza y Fotógrafos en Zaragoza, y en concreto de la estupenda mañana de domingo que pasamos desempolvando nuestras más o menos antiguas cámaras para película tradicional y fotografiando con carretes en blanco y negro. Para algunos una sensación que todavía mantenemos, para otros olvidada y recuperada, para bastantes una experiencia nueva.
Hace unos días ya procedimos a revelar los negativos. No dispongo de fotografías de esa ocasión. Y pronto comenzaremos a realizar nuestras ampliaciones en papel. Pero entre medias disfrutamos este jueves 5 de mayo de 2016 de un taller de digitalización de negativos a cargo de Marco Evangelisti.
El método explicado es muy similar al que expuse ya hace un tiempo en estas páginas. Así que aquí no me extenderé mucho en el método. Os remito al anterior enlace. Pero sí que me apetecía dejar constancia aquí con unas fotografías de la actividad y del buen ambiente que reinó en una de las aulas del Centro Cívico Almozara durante prácticamente hora y media que duró.
Al final, muchas preguntas y curiosidad, alguna sorpresa por los buenos resultados que puede dar el método comparado con los escáneres caseros con módulos para transparencias, y la foto de grupo, que tengo ganas de ver, a través del objetivo de la Yashica Mat 124G de Ana Cosculluela... Yo también tengo una como esa,... aunque por un pequeño desperfecto hace tiempo que la tengo en dique seco.
Lo confieso. Que se denomine fotografía "analógica" a la fotografía con película y otros procesos fotoquímicos más o menos tradicionales es algo que odio. Lo de "analógico" y "digital" tiene su origene en el mundo de la electrónica, en función del tipo de codificación de la señal, bien nos movamos en el mundo del sonido, de la radio, de la imagen o de lo que sea. Pero aquí estamos en dos tipos de tecnologías distintas. La tradicional fotografía con procesos físicoquímicos y la actual fotografía con procesos electrónicos digitales. Pero bueno, como el calificativo se ha agarrado por culpa de internet al personal como una garrapata, pues hablaré del II Encuentro "analógico" de fotografía que se celebró, o estamos celebrando, en Zaragoza en estos días.
El I Encuentro fue una actividad propia de la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza (AFZ); pero en esta segunda edición se ha abierto la puerta a una participación conjunto de esta asociación y el grupo no organizado formalmente, coordinado mediante redes sociales, Fotógrafos en Zaragoza (FeZ). En realidad aquella es hija de este, aunque ahoran sigan caminos paralelos, con eventuales puntos de contacto. Más que nada porque hay buenos aficionados que participan en ambos grupos. Son dos formas de relacionarse entre personas con interés común en la fotografía, no incompatibles entre sí.
El pasado domingo 24 de abril de 2016E, un grupo de personas nos juntamos en el entorno de la Expo de Zaragoza con nuestras cámaras para película tradicional. Más antiguas o más modernas; propias o heredadas de nuestros ancestros; compradas hace años nuevas o recuperadas de segunda o tercera mano recientemente. Algunas de formato medio, alguna de fotografía instantánea, las más de formato pequeño, para palícula de 35 mm y negativo de 24 x 36 mm. Lo que los modernos de la electrónica digital llaman ampulosamente "full frame"... formato pequeño en el mundo de la película tradicional.
Con una mañana ventosa, pero con sol radiante hasta que algunas nubes se empezaron a acumular, los motivos arquitectónicos presentes, y el contraste producido por la dura luz de las horas centrales del día se llevan mejor con la fotografía en blanco y negro que con el color. De todos modos, como la intención es seguir el encuentro con actividades de laboratorio, se había aconsejado a los asistentes cargar sus cámaras con película negativa monocroma.
Yo me llevé, no obstante, tres cámaras:
En las imágenes anteriores tenéis ejemplos de las fotografías realizadas con mi Pentax MX, cámara réflex mecánica de 1977, en la que estaba probando un veterano Meyer-Optiks Görlitz Trioplan V 50/2,9, de lo que os hablaré otro día. Alguna de las fotografías, como la de la Torre del Agua, está tomada con un Meyer-Optiks Görlitz Primoplan V 50/1,9, primo hermano del anterior, que me prestaron momentáneamente. La usé con un carrete de Fujifilm Neopan 100 Acros, película negativa en blanco y negro de grano fino.
También me llevé la Olympus mju-II, cámara compacta con exposición electrónica, de óptica fija 35/2,8, que usé con un carrete de Kodak Portra 400, película negativa en color. Esta tardaré todavía un tiempo en tenerla disponible.
Finalmente, me llevé también la Voigtländer Perkeo II, coqueta y sencilla cámara de los años 50 del siglo XX, con objetivo retractil de fuelle, de formato medio para negativos de 54 x 54 mm. La usé con un par de carretes Ilford FP4 Plus 125. He de decir que el obturador de la cámara empezó a dar problemas al final de la mañana, y no sé si la tendré que retirar de circulación.
Los carretes en blanco y negro los revelé con Ultrafin Plus con una dilución 1 + 4 durante 7 minutos, tanto el Acros como los FP4 Plus. Los resultados han sido unos fotogramas un poco más densos de lo que esperaba, pero muy explotables, y con un grano muy fino.
El miércoles 27 de abril nos juntamos para revelar los carretes, de forma que los más experimentados echasen una mano a los más novatos. La sensación es que salvo algunos accidentes en el momento de la toma, hubo una generalidad de carretes correctamente expuestos y aprovechables. De momento, un éxito. Dentro de unos días, procederemos a experimentar la ampliación sobre papel fotográfico.
No obstante, yo hice previemente el revelado en casa. El revelador que usamos para el conjunto fue el versatil Kodak HC-110, pero a mí me apetecía utilizar un revelador de grano fino como el Ultrafin Plus. Y además, eso me daba más libertad para echar una mano a la gente.
Como ya he dicho, mi Perkeo II empezó a dar muestras de avería, en el armado del obturador que hay que realizar tras avanzar la película. En concreto, la palanca de armado del obturador, no volvía a su posición de reposo. A mí me daba la sensación de que el obturador no actuaba. El caso es que sí, y como consecuencia obtueve por accidente varias exposiciones múltiples, que han quedado curiosas. Lamentablemente, en un momento dado se atascó completamente, y en estos momentos la cámara no funciona. Ya veremos qué se puede hacer.
Ese mismo día se celebraba el día internacional de la fotografía estenopeica. Yo no cogí ninguna de estas, porque las que tenía en activo se llevan mal con el viento que hacía ese día. Pero no faltaron los ejemplares de cámaras estenopeicas, algunas muy espectaculares y muy elegantes.
En su conjunto, una experiencia muy satisfactoria, que todavía no ha terminado, y de la que tal vez os cuente alguna cosa más. Animaos vosotros también a recuperar vuestras veteranas cámaras de película tradicional. Son estupendas.
Os comentaba hace unos días mi primera experiencia con la Holga 120N... una cámara de escasa calidad, pero de gran expresividad. Ese primer carrete lo expuse en realidad en una situación muy controlada. Unas condiciones de luz muy estables, luz diurna de sol más o menos constante. Un carrete de ISO 125 y un revelado muy controlado.
El sábado día 12 de marzo de 2016 salí a una pequeña excursión de poco más de medio día con algunos colegas de Fotógraf@s en Zaragoza al coqueto pueblo de Anento, que presume ser uno de los más bellos de España... no sé,... sí que es cierto que está muy arreglado y muy cuidado, y su famoso Aguallueve, un manantial al fondo de un pequeño valle en cuya entrada esta el pueblo, de paredes escarpadas, y que debido a la umbría en la que se encuentra se congela durante el invierno. Dado que el manantial nace de la pared y cae por ella en forma de gotas de agua, de forma más o menos intensa, da la sensación de un lugar donde siempre llueve.
Me llevé alguna cámara digital y la Holga 120N. Por supuesto, podemos ver algunas de las fotografías en color tomadas con tecnología digital, para que os hagáis idea del lugar.
En primer lugar el pueblo, aseado y arreglado, aunque con contrastes entre lo renovado y lo vetusto.
Luego el camino hasta el Aguallueve, entre el camino por el fondo del valle, algunos árboles en flor y los cortados que enmarcan el valle.
Hasta que llegamos al Aguallueve... Donde había algo de hielo, pero no mucho. No ha sido un invierno excesivamente frío.
Tras el paseo un ratito por el pueblo, con la foto de grupo, un saludo al hada azul y una visita, ya camino de casa, a los restos del castillo que domina el pueblo.
Pero como digo, también era cuestión de comprobar las "prestaciones" de la Holga 120N en situaciones menos controladas. Es decir, teniendo en cuenta que velocidad y apertura son prácticamente fijas, que la única forma de controlar la exposición es con la velocidad de la película, a ver como se las apaña uno para pasar unas horas en un sitio donde no sabes cuanta luz va a haber en un momento dado.
Me llevé varios rollos. 2 o 3 de Kodak Tri-X 400 y 2 o 3 de Ilford FP4 Plus 125. No me acuerdo de cual de ellos me llevé 2 y de cual 3. Así pues, una película de sensibilidad más baja, por si hacía sol, y otro de sensibilidad más alta, por si predominaba el nublado. Empecé por uno de ISO 400, porque el sol se ocultaba con frecuencia por las nubes.
Como la tendencia era a mantenerse despejado, cuando acabé las 12 exposiciones de ese primer rollo cargué uno de ISO 125. Aunque he de confesar que hubo momentos en los que no tuve claro que la elección fuese correcta. En algunas de las tomas me enfrenté a contraluces, que la cámara aguantó regular, pero mejor de lo que esperaba.
Con ese segundo carrete no osé hacer fotografías bajo el Aguallueve. Demasiada poca luz. Pero cuando acabé las 12 exposiciones, volví a poner un Tri-X de ISO 400 y hacer unas cuantas fotografías en la sombra.
He de confesar que en la sombra más intensa incluso el ISO 400 se quedó corto y tengo unos cuantos negativos, tanto de la FP4 Plus como del segundo Tri-X claramente subexpuestos. El revelado lo hice todo en la misma sopa de revelador HC-110 de Kodak, a 1:32 (dilución B) durante 6 minutos a 20 ºC. Quizá el FP4 Plus hubiera necesitado algo más de tiempo de revelado, o una temperatura un poquito más alta, 1 o 2 ºC. El Tri-X está claramente correcto para el primero de los carretes y escaso para el segundo, que hubiese necesitado un forzado de uno o dos pasos.
Mi sensación después de esta prueba... Salvo que tengas muy controladas las circunstancias de la toma, mejor usar la Holga 120N con ISO 400. Siempre es más fácil rescatar las luces algo quemadas que las sombras transparentes en el negativo. Y probablemente en situaciones de sombras profundas necesite algo más del ISO 400. Como consecuencia, he decidido que durante una temporada la usaré con película cromogénica Ilford XP2 Plus que con cuna sensibilidad nominal de ISO 400, soporta muy bien las sobreexposiciones, y aguantará al menos un paso de subexposición, lo que puede bastar para fotografiar a la sombra en un día soleado. Pero estos son los límites. Si falta más luz habrá que forzar la Tri-X un par de pasos, o hacerse con alguna película de más sensibilidad.
Por cierto, que hay que estar muy atento al avance de la película, que si no te puede pasar que en algún caso hagas alguna doble exposición. O te dejes algún negativo sin exponer.