A mediados de enero, una compañera de trabajo me hizo una consulta. La novia de su hijo le había pasado una Canon Sure Shot Zoom, no puedo recordar el modelo exacto, para ver si se podía usar. Esta fue una gama de cámaras "compactas" para película tradicional que fue muy popular en los años 90, con numerosas declinaciones. Sus características principales era una fabricación sencilla, en plástico, policarbonatos, pero de razonable calidad, armadas por un objetivo zoom de amplitud variable, generalmente muy poco luminoso especialmente en el extremo de focal más larga. Flash incorporado, lectura de la sensibilidad por contactos DX y pocas posibilidades de intervención por parte del fotógrafo; todo muy automático. Era una de las variantes de las popularmente conocidas como "cámaras para tontos". Yo siempre he dicho que no hay cámaras para tontos, pero sí "tontos" con cámaras. Lo suyo era utilizar estas cámaras con una película con un mínimo de ISO 400 de sensibilidad; por la escasa luminosidad del objetivo, en toda su gama de focales, pero especialmente en el extremos largo. El problema es que habían intentado ponerla en marcha... y no iba. Me la trajo.
No pude hacer nada. La cámara, como casi todas las Canon desde finales de los 80 del siglo XX, tiene un sistema de carga automática, motorizada, como el avance de la película entre fotogramas, que se encarga de dejar la película en condiciones de ser expuesta, tras depositar el extremo de la lengüeta del rollo en una marca apropiada para el correcto funcionamiento de la cámara. Pero este ejemplar era incapaz por completo de enhebrar la película. Intentamos varios truquillos, pero fue en vano. Le dije a mi compañera que por el precio actual de estas cámaras, que la desechase apropiadamente, que se buscaran una de segunda mano si les hacía ilusión. Me agradeció el intento,... y me regaló el rollo de película que habíamos fracasado en cargar en la cámara.
El rollo en cuestión era un Lomography Color Negative 400. Con lo cual... cualquier cosa podía salir de ahí. Para empezar, porque nadie sabe exactamente qué tipo de película vende Lomography bajo sus marcas. En sus iteraciones más recientes, se dice que esta película negativa en color alguna vieja emulsión de Kodak de ISO 200 o 400, mínimamente actualizada. Se sabe que la versión en rollos de tipo 120 viene de China, pero no se sabe si la emulsión se fabrica allí, si simplemente se envasa allí, y si las emulsiones en rollos de 35 mm y tipo 120 son las mismas o diferentes. Pues eso. Lomography. Quien quiera consistencia en los resultados que busque en otra parte. Para los que gusten de sorpresas... quizá les convenga.
Cargué la película en la Canon EOS 650,... en esta ocasión sin problema alguno, a pesar de que con tanta manipulación la lengüeta del rollo estaba un tanto deformada, y en el último fin de semana de enero, me dediqué a hacer fotos con ella. Fue un fin de semana largo. Un "puente". El 29 de enero, que fue viernes en 2021, es festivo en Zaragoza. Y yo me cogí un día de fiesta el lunes 1 de febrero por motivos que hoy no vienen al caso.
El grueso de las fotos están hechas con el Tamron SP 35mm f1.8 Di VC USD, un objetivo con una ópitca muy buena, estabilizado, pero que con una cámara de hace más de 30 años, teóricamente compatibles, se lleva regular, y no funciona el enfoque automático. O por lo menos no funciona la mayor parte de las ocasiones. Tampoco me supuso mayor problema. La mayor parte de las fotos se hicieron en un paseo por los pinares de Venecia de Zaragoza, y en la caminata hasta la Cartuja Baja, en la que terminé el rollo antes de empezar a usar la Hasselblad 500CM.
En cuanto a los resultados... El rollo fue mandado a revelar en el mismo lote que el Kodak Ultramax 400 del que os hablaba hace unos días. Por lo tanto, se podría, hasta cierto punto, comparar las dos emulsiones de la misma sensibilidad nominal, negativos en color, y que se supone están elaboradas por el mismo fabricante. Es difícil comparar dos películas que se han usado en distintas condiciones. Parece que la granularidad de la Ultramax 400 es más discreta que la de la Lomography 400. Las diferencias en los colores pueden justificarse por la variabilidad del operador del laboratorio a la hora de escanear los negativos. Y este operador, de Carmencita Film Lab, me informó al remitirme los archivos escaneados, que había algunos fotogramas subexpuestos... pero no me especificó en qué rollo estaban. Así que tengo que esperar a que el transportista se digne en entregarme los negativos revelados para ver cuáles son y en qué circunstancias.
En general, los resultados no están mal. Como digo, los principales problemas que he observado con los productos "lomográficos" es de consistencia. Como nunca sabes exactamente con qué estas fotografiando, no puedes prever lo que va a salir. Otra cuestión es el precio. Por lo que veo en la web de la marca, estos rollos los venden en paquetes de tres unidades a un precio que supone algo más de nueve euros por rollo. Lo cual evidentemente es un sinsentido, pagar semejante cantidad por un producto de origen semidesconocido que no garantiza la consistencia de resultados como otras marcas más económicas y con unos controles de calidad mejor establecidos. Así que la cosa quedará como una anécdota del mes de enero de 2021.
Después de dedicar la mayor parte de los meses de noviembre y diciembre a llevar película negativa en color de sensibilidad media-baja, ISO 100, en las cámaras que uso para tomar apuntes fotográficos mientras me desplazo de un lado a otro de la ciudad, en el mes de enero decidí llevar algo más versatil, una sensibilidad menos apurada cuando empieza a fallar la luz. A principio del mes, me pasé por un comercio de Zaragoza donde todavía se puede comprar cierta variedad de emulsiones fotográficas, no exactamente las que más me gustarían, pero es lo que hay, y vi que tenían algunos paquetes de tres rollos de Kodak Ultramax 400. Así que me llevé uno.
Siempre me ha resultado un poco confuso el catálogo de películas de Kodak, por dos motivos. Uno, porque a lo largo de los años he conocido un montón de denominaciones distintas para sus emulsiones, y llega un momento en el que no sabes qué esta en catálogo y qué no. Otro, porque las emulsiones que se encuentran en catálogo tienen denominaciones muy diversas. Antaño, sabías que la gama de películas negativas en color no profesionales eran las Kodacolor Gold, y te limitabas a elegir la emulsión con la sensibilidad que preferías y ya está. Pero ahora... Un artículo en Casual Photophile me aclaró un poco el panorama. En ISO 100, la Kodak Pro Image 100 que he usado este invierno. Aunque se la denominada "professional", casi nadie la considera como tal. En ISO 200, dos emulsiones, la Kodak Gold 200 y la Kodak Color Plus 200. Las dos consideradas para principiantes y aficionados básicos. La segunda más barata y quizá menos nítida, más granulosa y más cálida que la primera, pero más fácil de encontrar en el comercio. Y en ISO 400, la Kodak Ultramax 400. Parece que han desaparecido las Gold 100 y 400.
Así que me pareció bien coger este trío de Ultramax 400. En los últimos años, cuando no quiero gastar en Portra 400, muy cara y no siempre disponible, he venido usando en esta sensibilidad considerada la más polivalente y todo terreno, la Fujifilm Superia Xtra 400. No está de más conocer las diversas posibilidades. Así que a principio de mes cargué el primero de los rollos de Kodak Ultramax 400 en la Leica Minilux. Y fui tirando de ella. La Minilux es una cámara que me gustaría que fuera un poco más pequeña, que tiene varias de las pejigueras que presentaban casi todas las cámaras compactas de su época, pero que tiene varias características que hacen de ella una cámara agradable de usar. Su objetivo de Summarit 40 mm f/2,4, la posibilidad de usar la cámara en prioridad a la apertura y con enfoque "manual", especialmente para enfocar por zonas o a la hiperfocal, y el compensador de exposición entre -2 y +2 por medios pasos, son los atributos que me gustan. No me gusta que el flash no pueda quedar permanentemente desactivado y que cada vez que apagas la cámara vuelve a ponerse en modo automático, disparándose cuando no quiero.
Las fotos las realicé entre el 8 y el 24 de enero, en modo bloc de apuntes fotográfico. Es decir, cámara en la mochila urbana... y cuando veía alguna escena que quería registrar como recordatorio, como nota, como apunte fotográfico,... foto. Sin más. Y desde este punto de vista, realmente la sensibilidad ISO 400 es más ventajosa que la ISO 100. Incluso tomé alguna foto en interiores. Como pega principal, en situaciones de luz abundante, prácticamente está siempre en f/16 y 1/400 segundo, que es su velocidad de obturación máxima. El revelado en Carmencita Film Lab presentaba un exceso de dominante amarilla, a pesar de solicitar un rendimiento neutro del color. Y aunque es fácil de corregir... es molesto. Quizá por el hecho de que las películas de Kodak tienen famas de presentar tonos cálidos, no las corrigen adecuadamente. Pero lo que en fotos realizadas en la sombra está bien, cuando hay cielos abiertos y estos no se ven azules si no algo entre el azul y el no sé muy bien que denominar... no está bien. Tendré que ponerles una nota la próxima vez, porque no es la primera vez que me pasa.
Cuando probé hace unos días mi nuevo visor de prisma con fotómetro incorporado PM 51 para el sistema Hasselblad V (lo de sistema V no se utilizó hasta la aparición del sistema H, antes era simplemente el sistema Hasselblad), me quedé con la duda de la precisión del fotómetro al caer en la desconfianza sobre el comportamiento general de la película que usé en ese momento, la Lomography Potsdam Kino 100. Aunque los negativos tenían información suficiente para aprovechar la imagen, quedaron muy poco densos, con aspecto más de cortos de revelado que de subexpuestos. Pero sin tener muy claro qué había pasado.
El 1 de febrero cogí un día de fiesta, y junto con dos amistades, nos pusimos nuestras zapatillas de caminar y nos hicimos una caminata de 15 kilómetros dentro del término municipal de Zaragoza. Seguimos en confinamiento perimetral por la pandemia de covid-19. Afortunadamente, los casi mil kilómetros cuadrados de término municipal, aunque muchos de ellos sean de paisaje árido, estepario, permiten rutas para caminar relativamente diversas. Yo cogí de nuevo la Hasselblad 500CM, le calcé el Distagon 50/4 C T* y le puse un rollo de Fujifilm Neopan 100 Acros II. La emulsión japonesa es mucho más fiable que las Lomography, incluso si, o quizá porque, está fabricada por Ilford en el Reino Unido.
Hice algo que, a la larga o a la corta, quizá fuera un error. Cuando salí de casa, las condiciones de luz para fotografiar, sin ser óptimas, eran relativamente agradables. El día estaba soleado, pero con una luz no demasiado dura. Y para dar más empaque a los cielos, decidí colocar un filtro rojo sobre el objetivo. Con el 50 mm genera un poco de viñeteo mecánico, he venido observando. Y además, el seleccionar sólo una parte de las longitudes de onda de la luz visible, tal vez afecte a las medidas del fotómetro. Pero en ese momento no pensé en ello. De todos modos, las mediciones consistentemente fueron las adecuadas para las condiciones de luz menos los tres pasos de luz que se come el filtro rojo. No es un filtro de buena marca. Aunque eso se nota más en los eventuales destellos de luz inoportunos con las luz de frente que en la definición de la imagen.
También me encontré con que la luz evolucionó desfavorablemente, aunque quedó muy estable. Desfavorablemente, porque las ligera nubosidad que generaba una luz demasiado dura, pero que justificaba el filtro rojo para generar algo de contraste en los cielos, desapareció, dejando una luz realmente dura. Con un fuerte contraste que la película absorbe sin problema, por su buena latitud de exposición, pero que convirtió en banales la mayor parte de los motivos que yo llevaba en mente.
En cualquier caso, mis comprobaciones mientras caminaba, entre las medidas que me proponía el fotómetro del PM 51 y del Gossen Digisix que llevaba en el bolsillo, aunque luego los negativos me quedaron un poco más densos de lo que esperaba. Revelé la Fujifilm Acros II en Kodak HC-110 en dilución C (1+19) durante 5 minutos a 20 ºC, según propuesta encontrada en el Massive Development Chart de Digitaltruth. Fujifilm no ofrece información sobre el revelado con HC-110. Y Kodak sólo ofrece datos para sus propias películas. Ilford ofrece para su revelador Ilfotec HC una propuesta de 4,5 minutos a 20 ºC en dilución 1+31 con la película ajustada a IE 80. Así que igual me pasé de rosca con el revelado. Desgraciadamente no di en consultar los datos de Ilford hasta que vi que los negativos estaban más densos de lo previsto.
En fin,... que aunque los negativos son aprovechables, llevo una mala racha en la que ando desconcentrado por motivos diversos y eso se nota en mi forma de trabajar con la película, por lo que no acierto con la sistemática adecuada. No pienso con claridad. Volveré a ello... cuando tenga la cabeza más despejada. Ahora tengo pendiente de revelar un rollo de Acros II expuesto con la Leica Minilux... y no sé muy bien que hacer. Ya os lo contaré.
Los objetivos Takumar, fabricados por Asahi Kogaku (Asahi Optical) para sus cámaras Pentax con montura de rosca M42 y otros sistemas, son de los más apreciados en la actualidad de los objetivos antiguos. O clásicos, como algunos dicen. Los motivos son diversos. Primero, porque hay muchos, es fácil encontrarlos. Segundo, porque tienen buena calidad de construcción y en su concepción óptica para la época en la que fueron fabricados. De hecho, no pocos de los objetivos Pentax para montura K fueron los mismos pero adaptados a los tiempos modernos. Tercero, porque la montura M42 es muy fácil de adaptar a otras monturas, pudiéndose usar sobre una diversidad de sistemas con algunas limitaciones, menos importantes de lo que nos puede parecer.
Especialmente es fácil adaptarlas sobre las cámaras Canon EOS. Tanto a la montura EF de las réflex, como a la nueva montura RF de las cámaras sin espejo. Usándolas en modo prioridad al diafragma, permiten medir la luz sin problemas y los resultados son... pues depende. Sobre película tradicional, igual de buenos que cuando se concibieron. Sobre sensores digitales,... no nos engañemos, los diseños que precisan estos, especialmente si la cuenta de píxeles es muy elevada, son muy exigentes. Pero diafragmados a aperturas medias, entre f/5,6 y f/11, se defienden bastante bien.
En su momento, hace ya sus años, me hice con el Takumar SMC 35 mm f/2. Porque me apetecía tener un 35 mm razonablemente luminoso, adaptable a las Canon EOS, ya que en aquel momento el EF 35/2 estaba muy obsoleto, y los 35 mm más luminosos eran muy voluminosos y muy caros. Este objetivo está muy bien construido, es muy agradable de enfocar, y tiene un tamaño razonablemente compacto para la luminosidad que da. Pero volvemos a lo de antes. Sobre película tradicional, los resultados son los adecuados al medio, pero sobre sensores digitales, con diafragmas muy abiertos tiene un contraste y una nitidez en las esquinas y en los bordes mejorables. Pero a f/8, enfocando a la hiperfocal, bien identificada en su escala de distancia de enfoques, se convierte en un objetivo de reportaje competente y rápido de utilizar.
El gran inconveniente que pueden presentar estos objetivos es consecuencia de la presencia de torio radiactivo en la composición de alguna de sus lentes para mejorar la transmisión de la luz en las mismas. Cuando salieron al mercado los Takumares más "legendarios" fue el momento en el que Asahi Kogaku, alias Pentax, decidió ir a por Carl Zeiss. Los japoneses hacen estas cosas. Se fijan en el líder en un sector industrial, y empiezan a hacerle sombra sacando al mercado productos similares que poco a poco se van acercando en calidad y prestaciones a los del líder, pero con un precio más asequible. Entonces, por cada uno de los planares, tessares, distagones y otros que tenía Carl Zeiss en el mercado, se buscaron objetivos Takumar que compitiesen mano a mano con ellos. Con fórmulas ópticas muy similares, el principal área de mejora de los japoneses fue mejorar los revestimientos antirreflejos de las lentes, para mejorar el contraste y la transmisión de la luz. Me acuerdo lo que me dijo quien me vendió mi primera Pentax en 1989... "el 50/2 de la Pentax parece menos luminoso que los 50/1,7 o 50/1,8 de otras marcas, pero deja pasar tanta luz como ellos". Y eso se señalaba con las siglas S.M.C. o SMC de los Takumar primero, y de los Pentax-K, Pentax-M o Pentax-A posteriores. Super Multi Coated; Super Multi Revestido. Pero también utilizaron el recurso de usar elementos raros en los vidrios ópticos para mejorar esa transmisión.
Pero los elementos radiactivos decaen y emiten una diversidad de radiaciones; que no necesariamente son dañinas para la salud. Depende del tipo y la intensidad. El torio, que tiene un periodo de semidesintegración enoooorme, en el ámbito de los miles de millones de años, emitiendo partículas alfa (núcleos de helio), tiene como consecuencia un peligro bajo, porque la cantidad de radiactividad en un momento dado es muy pequeña. Así que, olvidándonos del peligro para la salud, el auténtico inconveniente es que las lentes del objetivo adoptan un tinte amarillento que introduce una dominante de color en la fotografía, y reduce la transmisión de la luz, en los casos extremos hasta un paso. Así que, teniendo en cuenta el fin de introducir el torio en los vidrios ópticos, con el tiempo hemos hecho un pan como unas tortas.
Las dominantes son fáciles de corregir. En ocasiones, como por ejemplo fotografiando en sombras abiertas, frías, nos vienen bien para la foto. Si la toma es digital no es difícil devolver a la imagen sus colores naturales, y cuando se trata de negativos en color, casi siempre un operador habilidoso te devuelve una imagen positiva bien corregida. Con las diapositivas es otro cantar... claro. Durante el mes de diciembre pasado, del fatídico 2020, rescaté el Takumar SMC 35/2 de la estantería y lo usé tanto con la EOS RP como con la EOS 650. Las fotos de hoy están realizadas con esta y película Kodak ColorPlus 200. Como veréis, no hay especiales dominantes raras con respecto a otras película u otros objetivo.
Me gusta usar este objetivo, aunque no da la calidad, hay 50 años de distancia en el diseño, que el Tamron 35 mm f/1,8 que tengo para montura Canon EF. Pero es mucho más compacto y ligero. Así que todo depende de lo que quiera hacer. Si preciso las aperturas muy abiertas... el Tamron. Si voy en modo reportaje, con diafragmas de f/8 o f/11, el Takumar me vale y voy más cómodo. Me hablan de una serie de formas caseras de eliminar el tono amarillento del objetivo usando lámparas que emiten una cierta cantidad de radiación ultravioleta. Ya veré si algún día me pongo a ello... o no me merece la pena por lo fácil que es corregir las dominantes. Sí... tengo alguna cámara para objetivos con rosca M42. Alguna Praktica. Pero de verdad que es mucho más cómodo usarlos con la EOS 650 con el adaptador. Infinitamente más cómodo.
Durante el mes de noviembre me animé a intentar los colores otoñales con la Kodak Ektar 100. Incluso si no quedaba más remedio que hacerlo en el un ámbito urbano, por causa de la pandemia, en lugar de salir a buscar los bosques otoñales a la naturaleza. La Ektar 100 está bien pero es una película que exige atención a la exposición y cuidado en el revelado, pero que a cambio ofrece unos colores vivos y un grano muy fino. Y con las continuas subidas de precio de las emulsiones fotográficas, especialmente por parte de Kodak,... pues es cara.
Una opción que puede ser interesante para fotografía en color dentro de la marca americana es la Kodak Pro Image 100. Una película que parece ser que originalmente fue concebida para los mercados asiáticos y de América latina, pero que finalmente ha acabado por estar disponible por todo el globo. Y que se puede encontrar un 40 % más barata que la referencia profesional para la fotografía profesional de paisaje. Sí... ya sé que la Pro Image 100 también lleva el adjetivo "Professional"... pero dejadme que sonría con cierto excepticismo. Cuando una película se diseña más para su aguante en todas las circunstancias climáticas que para su consistencia en los resultados... pero con frecuencia se comenta como una alternativa a la Ektar 100 por sus colores y su sensibilidad.
Tenía, y sigo teniendo, creo, algunos rollos de Pro Image 100 por casa. Es cierto que es una sensibilidad que acabas utilizando poco,... porque las sensibilidades superiores de ISO 200, 400... y quien sabe si incluso 800, son más todoterreno. Pero en los primeros días de diciembre de 2020, decidí poner un rollo en la pequeña Leica Minilux. Al fin y al cabo, esta tiene un objetivo relativamente luminoso, el Summarit 40/2,4. Y esa es una longitud focal que me gusta mucho como óptica versátil. Por otro lado, este Summarit que integró en su momento, en la década de los noventa, varios modelos de Leicas compactas, fabricadas en Japón por Minolta, más que probablemente, siempre ha tenido una excelente reputación en cuanto a nitidez y otros comportamientos ópticos.
En aquellos días de principios de diciembre, mi cabeza no estuvo en su punto más centrado. Por lo que no tengo fotografías realmente originales realizadas con este rollo. Más bien variaciones de motivos urbanos que ya había explorado previamente en mis idas y venidas por la ciudad. También me animé a usarla en "interiores", en el museo del fuego y de los bomberos, que tiene un patio bastante luminoso; menos que los exteriores puros y duros, pero más que unas salas de museo al uso. La consecuencia es que obligué a trabajar a la cámara en su situación más apurada para fotografiar a mano alzada, a f/2,4 de diafragma y 1/45 segundo de velocidad de obturación. Pero, salió airosa del trance.
El balance general es que, como ya sabía, la cámara con ese Summarit de 40 mm de focal, permite obtener unas imágenes nítidas y bien corregidas, quizá con cierto viñeteo, no molesto, a sus máxima apertura. Los colores que ofrece la Pro Image 100 me parecen correctos. Incluso en algunos casos muy agradables. No son los mismos que con la Ektar 100, pero quizá más polivalentes. Lo que me sorprende más negativamente es que para ser una sensibilidad ISO 100, el grano es bastante aparente. Apreciablemente más grosero que el de la Ektar 100 o la Portra 160. Y probablemente, más grosero que el de la Portra 400 sobreexpuesta, aunque esto no me atrevo a asegurarlo con tanta rotundidad. El caso es que no le encuentro excesivas ventajas a usarla en lugar de algunas películas económicas de ISO 200 que se encuentran en el mercado.