Probando la Fujifilm Neopan 100 Acros y cambiando hábitos con la Ilford FP4 Plus 125, con una Pentax MX
Nos dicen, nos cuentan, que los diseños “retro” están de moda entre las cámaras fotográficas más modernas. Fujifilm, Olympus, Nikon, Sony,… todas estas marcas han sacado al mercado en los últimos tiempos productos que apelan a la nostalgia y al buen hacer del pasado para comercializar modernos aparatos digitales.
No son pocos los que aceptan el envite. La mayor parte de ellos porque los aparatos parecen bellos a los ojos del comprador; cuando menos distintos. Como con más personalidad. Pero lo que no se valora en su justa medida es que el manejo de una cámara bien pensada de antaño es realmente un placer. No pocas de ellas estaban pensadas para ser utilizadas con eficacia y eficiencia. Producían buenos resultados y, en manos conocedoras, estos llegaban con el esfuerzo centrado en la foto y no en cómo manejar la cámara.
Uno de estos aparatos puede ser mi Pentax MX, una réflex para película perforada de 35 mm, muy compacta de tamaño, muy ligera, mecánica por completo, la pila sólo sirve para alimentar el fotómetro, y sorprendentemente ágil de manejo a pesar de la ausencia de automatismos.
No me voy a extender en explicar el manejo de la cámara, que aquí vemos con un SMC Pentax-M 50/1,7. Todavía resulta más compacta con el 50/2 o con el 40/2,8, este último de tipo “pancake”. Pero a mí me gusta usarla con este veterano objetivo que me parece superior a los dos anteriores, aunque abulte más por su más que aceptable luminosidad.
En esta visión cenital de la cámara vemos todos los mandos que necesitamos para hacer la fotografía. El enfoque y el diafragma en el objetivo, la velocidad de obturación y la sensibilidad de la película en la cámara. El visor informa de los parámetros esenciales para la toma, y la palanca del disparo retardado duplica su función con la de previsualizador de la profundidad de campo.
En las últimas semanas he estado usando esta cámara con película negativa en blanco y negro. Frente a la tendencia actual de usar sensibilidades medias/altas, en torno a los 400 ISO, he optado por algo más moderado. Tenía en casa algún carrete de Ilford FP4 Plus. Y estas navidades llegó a mi poder otro de Fujifilm Neopan 100 Acros. La sensibilidad nominal de la primera es 125 ISO y la de la segunda, como podréis suponer, 100. Pero vi que ajustadas respectivamente a un índice de exposición de 100 y 80, tenían tiempos de revelado similares en Rodinal 1+50 a 20º C. Pensé que si las usaba en una misma sesión o en días consecutivos, podría ahorrar tiempo revelándolas juntas.
Lo cierto es que así como el carrete de Acros lo expuse en una mañana, la FP4 me ha durado un par de semanas. En cualquier caso, efectivamente las he revelado juntas, como pensaba, sin ningún problema.
La Fujifilm Neopan 100 Across ha sido una sorpresa muy agradable. La usé en un largo paseo por el centro de Zaragoza en una mañana.
Presenta una gradación tonal muy agradable y, revelada en Rodinal, un grano apreciablemente más fino que la Ilford que ya había utilizado en otras ocasiones.
A pesar de la escasa sensibilidad, recuerdo el IE de 80, con el 50/1,7 puedes afrontar una abundante cantidad de situaciones en una mañana nublada de invierno.
Exponiendo por debajo de su sensibilidad nominal, se ahuyenta el fantasma de la subexposición, si bien es cierto que nunca me ha preocupado mucho. El fotómetro de la MX mide correctamente las luces.
En líneas generales, considero que es una de las películas de las que he usado en los últimos tiempos que mejor resultado me ha dado. La única pega que le veo es que tiene una estabilidad dimensional menor que las Ilford, y se curva bastante más, lo cual puede ser una pega al digitalizarla en el Epson Perfection V600 Photo que uso en casa.
Pero he salido adelante sin mayores problemas. La única cuestión ahora es la facilidad o la dificultad para encontrarla a un coste razonable. Tengo que ver si la puedo conseguir en Zaragoza o si hay que pedirla por internet, lo cual suele aumentar los costes, por el envío.
La Ilford FP4 Plus, disminuyendo el IE de 125 a 100, ha mejorado respecto a otras ocasiones, en las que aunque ofreciendo buena nitidez de imagen, resulta un grano un poco más escandaloso de lo previsto. No parece llevarse muy bien con el Rodinal.
Soy consciente de que el Rodinal no es un revelador de grano fino, pero esperaba un resultado un poco mejor en una película de sensibilidad nominal 125 ISO.
Cierto es que en esta ocasión ha ido muy bien en las escenas con mayor contraste, ofreciendo unos negros profundos y una luces no empastadas.
A partir de ahora, tenderé a usarla a IE de 100 o incluso 80, especialmente en situaciones de contraste elevado. En estas escenas a cumplido muy bien.
Pero no sé que me dice que si encuentro con facilidad la Across, cambiaré de película habitual.
Fotografiar con una cámara de medio formato es algo muy interesante, y divertido. Desde luego, hacerlo con una de medio formato digital es impensable por su coste absolutaente prohibitivo. Pero hacerlo con una cámara tradicional de película es algo perfectamente planteable. Sobretodo, porque en estos momentos hay muchas cámaras de venta de segunda mano u ocasión, y muchos modelos no son especialmente costosos. La estética del negativo de gran tamaño es muy interesante y, dado que obliga a tener una buena técnica para obtener buenos resultados, son muy pedagógicas.
Desde la primavera de 2012, tengo una Yashica Mat 124G, una reflex binocular, muy interesante, pero que tiene un problema. Es muy grandota; da pereza sacarla con frecuencia. Por eso, me apetecía tener algún aparato más llevadero. Aunque claro, por definición son más grandes que las cámaras de formatos más pequeños.
De vacaciones en Londres en octubre de 2013, en una tienda de material fotográfico clásico y de ocasión en Portobello Road, vi la cámara que os traigo hoy. Una Zeiss Ikon Ikonta B (521/16); sería un modelo de posguerra similar a un modelo anterior del mismo nombre pero con código 520/16. Si no estoy equivocado. La gente, cuando la ve, suele decir cosas como “qué maravilla” o “qué joya”. Pero lo cierto es que es un aparato de gama baja, aunque no la más básica del fabricante, y que no me costó mucho dinero; pero que funciona. Y plegadito, me cabe en un bolsillo de un chaquetón.
Os la muestro en fotos.
Aquí tenemos la cámara totalmente desplegada. No es muy grande. Más, teniendo en cuenta que el negativo tiene un tamaño de 54 x 54 milímetros.
El objetivo es un Novar-Anastigmat 7,5 cm f/4,5. Es una focal estándar, equivalente a un 43 mm en el formato estándar de película de 35 mm, y tiene un diseño muy sencillo. Tres elementos en tres grupos. Como comentaremos más adelante, el revestimiento, si es que lleva, no hace maravillas.
Hay que enfocar por estimación. No lleva ninguna ayuda para el enfoque. Pero vemos que tanto en la escala de enfoque (en metros) como en la de diafragmas hay un punto rojo, que es una indicación para usar la hiperfocal cuando la luz en el ambiente lo permite.
El visor es muy sencillo, y plegable. En el elemento anterior vemos la indicación del formato del negativo, redondeando 6 x 6 cm, así como la focal del objetivo, 7,5 cm.
El visor visto por detrás; el recuadro donde se aplica el ojo no es muy grande, y además hay que tener cuidado al encuadrar. El error de paralaje puede llevar a “cortar cabezas”.
En la trasera de la cámara, además de la identificación del modelo, Ikonta 521/16, vemos la ventanilla con el cristal rojo para contar las exposiciones realizadas, que vienen impresas en el papel que protege la película en los rollos de formato 120.
Una de las cuestiones que más extraña a la gente que no conoce las cámaras más antiguas o clásicas, es que es necesario montar el obturador antes de disparar. Eso se hace con la manivela que vemos sobre el selector de velocidades de obturación. En la posición vertical que vemos en la foto, no es posible tomar la fotografía.
Cosa que sí es posible en la posición horizontal que vemos en esta otra imagen. El obturador, Kilo, como vemos grabado en el frontal del objetivo, es de gama baja, y no alcanza más que 1/175 segundo. Muy escaso aparentemente, aunque hay que tener en cuenta que cuando la cámara salió al mercado, una sensibilidad de 100 ASA / 21 DIN (entonces no existía la norma ISO), se consideraba ya una sensibilidad alta. Con el diafragma cerrado a f/16, la cámara admite sensibilidades de hasta 200 ISO a pleno sol. Más sensibilidad, implica sobreexposición.
En una excursión reciente al Monasterio de Rueda, Escatrón y las saladas de Sástago/Bujaraloz, me la llevé; con algunos carretes de película en blanco y negro Ilford XP2 Super. Esta película es para revelado en proceso C41, como el de las películas negativas en color. Pero también se puede revelar como cualquier otro negativo en blanco y negro, con resultados razonables. Especialmente si se expone a 100 o 200 ISO, en lugar de a su sensibilidad nominal de 400 ISO. Por evitar el excesivo grano.
Como las circunstancias de toma fueron muy variables e imprevisibles, para evitar sorpresas, opté por un tipo de revelado que no es el mejor, pero que ayuda a salvar situaciones malas. Se trata del revelado desatendido en Rodinal a 1+100, durante 90 minutos. Lo cierto es que la mayor parte de los paisajes no lo necesitaban, y se hubieran beneficiado de un revelado más convencional. Pero las tomadas en el claustro del monasterio, con contrastes muy fuertes, agradecieron este revelado compensador.
Veamos con fotografías los resultados.
En situaciones de contrastes muy elevados, la cámara no se maneja muy bien, ya que las fuentes potentes de luz producen pérdidas de contraste. Por lo que las fotografías tomadas en el claustro del Monasterio de Rueda son muy regulares. Intentaré digitalizarlas de nuevo para ver si se puede apañar de alguna forma. En cualquier caso, se nota que el objetivo no está fabricado por Carl Zeiss, a pesar de la marca de la cámara. Por lo que he leído, los Novar-Anastigmat se subcontrataban a otros fabricantes como Rodenstock o Steinheil, que no disponían de las avanzadas técnicas de revestimiento que en aquel momento tenían ya los objetivos Carl Zeiss, como los modelos Tessar.
Sin embargo, en cuanto nos enfrentamos a este paisaje del río Ebro, con una luz suave a primeras horas de la tarde, y con el suave contraste que produce el revelado desatendido, tenemos una estupenda gradación de tonos y una imagen que sin ser un prodigio de resolución, es muy agradable.
Desconozco que ha sucedido en un momento dado, pero ha habido algún negativo que ha aparecido lleno de motas negras. Estas son propias de suciedad en el momento de la toma. Una pena, porque esta imagen del azud del Ebro en Escatrón, a la altura del monasterio, podría haber quedado muy razonable.
Como el enfoque es por estimación, y la profundidad de campo en formato medio no es muy grande, he usado diafragmas relativamente cerrados. Entre f/8 y f/11. Como la luz no ha sido muy fuerte en ningún momento, con un índice de exposición de 200 es posible disparar a f/11 y 1/175 segundo. Esto produce una sobreexposición de aproximadamente un paso sobre la sensibilidad nominal de la película 400 ISO, que le sienta muy bien, ya que produce un grano muy contenido, y una buena gradación de tonos.
A pesar de estar en diafragmas de ese tipo, un enfoque a corta distancia, entre 2 y 3 metros, produce un agradable desenfoque en el fondo.
Esta imagen ha quedado razonablemente bien por los pelos, ya que los contraluces le sientan fatal a este objetivo. De hecho, encima de “Camino Jacobeo del Ebro”, ya se percibe una pérdida de contraste por los reflejos internos del objetivo.
Trasladados a las saladas que hay entre Sástago y Bujaraloz, la buena luz del atardecer es ideal para usar esta cámara. De hecho, al usar un revelado compensador, he tenido que usar el Lightroom sobre el archivo digital obtenido del escáner para recuperar bastante contraste. La fotografía había quedado demasiado plana. En un proceso puramente físico-químico, habría que haber usado papel de alta gradación para remontar el contraste.
En cualquier caso, queda claro que en las condiciones adecuadas es una cámara perfectamente utilizable y muy disfrutable, en un proceso mixto película-digital.
Así que con estas imágenes de las antiguas salinas que hay junto a la salada, humedal de la estepa monegrina, me despido confiando en que esta experiencia que os he contado os haya gustado.
“Photowalk” por el casco histórico de Zaragoza con el X Asalto, patrocinado por Fujifilm.
El pasado miércoles 9 de septiembre de 2015 se celebró en Zaragoza un “photowalk”, un paseíco fotográfico nos gusta llamarlo por aquí, en el marco del X Asalto, festival de internacional de arte urbano, y patrocinado por Fujifilm.
La actividad comenzó con la presentación por parte de la organización de la misma, y tuvimos la intervención de dos fotógrafos que usan habitualmente equipos de la marca Fujifilm para comentar las virtudes del sistema X de la marca japonesa.
Por una lado estuvo Albert Muñoz, conocido como @barrut, que nos comentó las virtudes de las cámaras de objetivos intercambiables del sistema como apropiadas para la fotografía documental, por ejemplo en el marco de un viaje.
Después tuvimos a alguién “de casa”, a Marcos Cebrián de Zaragoza Walkers, que nos cantó las virtudes de las compactas de objetivos no intercambiables de la serie X100/X100S/X100T como cámara apropiadas para la fotografía documental de calle. Este es el tipo de cámara que me interesaba a mí en esta historia.
Había bastante afluencia de público de todas las edades y condiciones, lo cual me hizo temer de que no pudiera cumplir el objetivo que me había propuesto con esta actividad.
¿Y cual era este objetivo? Pues probar una de estas cámaras; como ya he comentado, la que me interesaba era la Fujifilm X100T. Esta es una cámara compacta, pero con un sensor de imagen de tamaño más que respetable, del tipo llamado comunmente APS-C, de un tamaño de 23,6 x 15,6 mm. Lleva un objetivo no intercambiable de 23 mm de focal y apertura máxima 1:2, equivalente a un 35 mm en el paso universal. Y el conjunto tiene un tamaño muy contenido y discreto.
La ergonomía es muy clásica, con rueda de diafragmas en el objetivo, selector de velocidades de obturación y compensación de la exposición sobre la cámara en mandos accesibles y fáciles de manejar. La carencia más grande que encuentro es que la sensibilidad hay que seleccionarla a través de los menús en la pantalla trasera. El visor puede ser de visión directa con abundancia de información o electrónico. Prefiero el primero. Hay más “delicatessen” en este ámbito en las que no entré. En el rato que dispuse de ella, puesto que conseguí el préstamo de un ejemplar, me centré al uso tradicional con estas cámaras, que no es muy distinto de las cámaras de película tradicional de hace unas décadas.
A partir de aquí, las fotografías están realizadas todas con la Fujifilm X100T; las anteriores proceden de mi Olumpus OM-D E-M5 con un objetivo Olympus M.Zuiko 45 mm 1:1,8.
Tras unos primeros fotogramas en formato JPEG, cuando me entretuve en encontrar y ajustar algunos parámetros, puedo decir que los archivos RAW de lo que dispones contienen abundancia de información y dan mucho juego para revelar posteriormente en Adobe Photoshop Lightroom. Este programa tiene un perfil dedicado a esta cámara con su objetivo. La imagen que nos propone por defecto es de contraste suave, colores muy moderadamente saturados, por lo que hay mucho margen para ajustarlos a tu gusto.
La cámara es pequeña y, además, silenciosa. Es muy discreta. No asustas a nadie, nadie se mosquea si te ve brujulear con ella en las cercanías. Por lo tanto, es realmente adecuada para fotografía documental.
Si has manejado cámaras de ergonomía clásica, te haces con ella en segundos, tras los cuales empiezas a hacer fotos. Aunque afinar los ajustes de la misma lleva algún ratito más, para encontrar tu configuración cómoda.
Mentalmente, mis comparaciones se iban a la cámara compacta que uso habitualmente, la Leica D-LUX. La ergonomía de la X100T es mejor, el visor directo mejor que el electrónico, aunque el de la D-LUX es muy muy utilizable. Hay una neta ventaja en la Fujifilm en la calidad de la imagen, especialmente a altas sensibilidades, sin que la imagen la Leica/Panasonic sea mala ni mucho menos. La Leica fabricada por Panasonic tiene la ventaja de un objetivo de focal variable equvalente a un 24–70 1:1,7–2,8 en formato universal.
Las fotografías a las pinturas de arte callejero me sirven como referencia para analizar en qué medida se ve afectado por el error de paralaje al usar el visor visión directa. El electrónico no sufre de este problema. La verdad es que el error es mínimo. Ya te dicen en la especificaciones que el marco de referencia cubre el 92% de la imagen real, error que también encontramos en algunas reflex de gamas baja o media. A mí me vale para este tipo de cámaras, porque se ve compensado con otras ventajas de la visión directa.
Como ya digo, es estupenda por su discreción para jugar en las distancias cortas. Su uso es rápido e intuitivo, la gente te ignora, y en cuanto encuentras tu configuración adecuada, vas muy ágil. Con la tarde cayendo, con una luz agradable pero progresivamente más débil, decidí poner la cámara en manual, con un diafragma f/4 y una velocidad de obturación de 1/125, la compensación de exposición entre neutra y +1 según las circunstancias, y dejando que escogiera automáticamente la sensibilidad hasta un IE máximo de 3200. Sin problemas en la calidad de la imagen.
No tengo previsto a corto plazo la compra de una cámara nueva. No hace tanto que compré la Leica D-LUX, que me está haciendo un papel muy bueno en los últimos tiempos, y cuyos usos se superpondrían. Pero en un futuro, dentro de un tiempo, cuando la D-LUX haya dado lo que debe ofrecer, me plantearé seriamente una de estas cámaras. Sólo me hace falta tomar una decisión valiente. La de ir por el mundo con una sola longitud focal. Porque disponer de un tele corto en la misma cámara es la principal razón para haber preferido en su momento la D-LUX.
Por lo demás, es una muy buena cámara, más versátil de lo que parece y muy divertida de usar. Veremos como evoluciona en un futuro en sus descendientes.
El paseíco fotográfico culminó con un sorteo de una compacta de Fujifilm más sencilla,… pero yo tengo muy mala suerte con los sorteos. Nunca me tocan.
Como ya comenté en su momento, mi primera cámara réflex, comprada allá por el año 1989, fue una Pentax. Desde entonces, siempre he tenido equipo de esa marca, y tengo una pequeña colección de objetivos con bayoneta K, que abarcan las focales entre los 21 mm (para formato APS-C) y los 200 mm (para formato completo). Uso con cierta frecuencia la mecánica Pentax MX con angulares moderados y algún objetivo estándar. Para quien no sea consciente del hecho es una cámara para película tradicional. Mecánica. La pilas sólo alimentan el fotómetro. Pero puede funcionar perfectamente sin ellas. También he venido usando con alguna frecuencia la Pentax K-x, un modelo digital, con sensor de tipo APS-C, al que le suelo calzar un macro 100 mm f/4 al que le tengo mucha simpatía.
Desde que llegó para quedarse la tecnología digital, siempre he tenido algún cuerpo de este tipo para poder usar estos objetivos. Pero nunca he gastado mucho. Los dos primeros fueron de segunda mano y a precio de chollo. Luego vino la K-x, que compré por poquito más de 300 euros. Ahora, por un poco más, he decidido actualizar el cuerpo, y he adquirido una Pentax K-S1, una cámara del año pasado, que tuvo un éxito escaso, con un sensor probablemente de origen Sony de 20 megapixeles, y un diseño estético no muy afortunado... Supongo que por eso existen stocks a los que quieren dar salida a precios bajos.
Os presento a la bestia, calzada con un Pentax SMC-A 35/2,8 de enfoque manual.
La cámara es realmente pequeña. Abulta muy poquito, como sucedía con la K-x. Y ese es uno de los motivos por los que me conviene. El caso es que sin ser una cámara puntera en nada,... funciona sin problemas y te la puedes llevar a cualquier sitio sabiendo que si las fotos son malas, la culpa es tuya. No de la cámara. Porque os hagáis una idea, la puntuación que le dan a su sensor en DxOMark, para los aficionados a los números, es similar a la que recibió en su momento la Canon EOS Mark II, y está por encima de las Micro Cuatro Tercios, y muy cerca de las Nikon de gama media. Obviamente, hay otras características que la sitúan en las gamas bajas del mundo de las cámaras. Pero hay que pensar en ella como el soporte para aprovechar una serie de ópticas a las que tengo cariño y con las que me gusta fotografiar de vez en cuando.
Las primeras fotografías que hice con ella fueron pruebas con el Pentax SMC-A 35/2,8, un angular moderado en el formato completo tradicional, que ejerce de focal estándar con los sensores APS-C.
Las primeras sensaciones, teniendo en cuenta que son fotografías realizadas a las siete de la mañana, con sensibilidades entre los 800 y los 1600 ISO, es que no se maneja nada mal en esas condiciones sin ser puntera, y que Pentax ha mejora su reproducción de los colores. Algo que no me acaba de convencer en los modelos anteriores.
Después estuve probándola con algunos de los objetivos más modernos que tengo de la marca, el SMC-DA 21/3,2 Limited y el SMC-DA 70/2,4 Limited (focales equivalentes en formato completo, 32 y 105 mm). Además de algún paisaje, les dediqué un tiempo en la rosaleda del Parque Grande de Zaragoza, con el apoyo eventual de un flash, disparado siempre fuera de la zapata de la cámara, a distancia.
Una cuestión más quiero decir. Aunque no me interesaba, la cámara viene con el "pisapapeles" de turno, un objetivo Pentax SMC-DA L 18-55/3,5-5,6 AL,... chismes que sigo pensando que tienen más inconvenientes que ventajas para los "aprendices" de "fotógrafo" que muchas veces se compran este tipo de cámaras. Pero bueno, esta mañana lo he probado un poquito. Como de costumbre, son chismes que se defienden, especialmente si evitar sus aberturas máximas. Que teniendo en cuenta que en el extremo tele es f/5,6 a veces es difícil. En cualquier caso... no sé, por ahí se quedará. No creo que lo use mucho. Quizá para salir con el sobrino y hacerle alguna foto al vuelo...
Como veis, no afirmo que la Kodak Pocket A-1 sea la peor cámara de mi vida. Hay un par o tres que han rondado mi entorno doméstico que independientemente de si todavía tengo acceso a ellas, no puedo comprobar si eran mejores o peores. Mi sensación es que, adecuadamente utilizadas en función de sus limitaciones, darían mejor resultado que esta pequeña cámara de plástico. Por un único motivo. Por el tamaño de su negativo, al menos cuatro veces más grande, que no obliga a ampliaciones tan grandes como con los procedentes de esta cámara.
Os la presento.
Como veis, básicamente consiste en un paralelepípedo de plástico, con una lente en el centro, probablemente también de plástico, un visor en la esquina superior derecha, un para de elementos descriptores de la marca y el modelo, y una correa atada en su esquina inferior izquierda.
Si la vemos por detrás...
... lo único novedoso es la tapa que se abre y se cierra para colocar o extraer el cartucho de película tipo 110, y una ventana transparente en el que vemos el contador de exposiciones que va incluido en el propio cartucho de exposiciones.
En la parte superior el botón disparador y un zócalo para el sistema de flash de un solo uso exclusivo para algunas de las cámara sencillas de Kodak. Recuerdo de la época que algunos vendedores definían estas cámara, y otros modelos de esta u otras marcas del mismo cariz, como "automáticas" porque no exigían la intervención del fotógrafo. Lo hacían todo ellas. No tal. Es una cámara mecánica, no necesita pilas, aunque el disparador no se podrá accionar si no hay un cartucho de película colocado en la cámara. No es necesaria la intervención del fotógrafo porque no hay opciones entre las que escoger para varias las características de la fotografía.
El tamaño del negativo es aproximadamente de 13 x 17 mm, muy similar al del actual formato cuatro tercios o micro cuatro tercios. Al igual que en este, la relación entre el ancho y el alto del negativo es 4:3. La apertura es fija a f/11. La velocidad de obturación se anunciaba en las especificaciones como de 1/50 segundo. El objetivo de 25 mm, equivalente a un 50 mm en el formato de película de 135, está presuntamente enfocado a la distancia hiperfocal, lo que para este formato de película sería a unos 3,7 metros, con una profundidad de campo de 1,8 metros a infinito. Pero esto es un cálculo que he hecho yo suponiendo que estuviera bien calibrado todo el sistema. Cosa que no puedo garantizar. Por que el caso es que las fotos, lo que se dice nítidas muy nítidas no salen.
Las fotografías que muestro aquí para ver cómo va la cámara en la actualidad fueron tomadas el pasado 7 de marzo de 2015 en la plaza de los Sitios, en Zaragoza. En esos días había unas jornadas de recreación histórica de la época de las guerras napoleónicas, en las que la ciudad sufrió dos terribles sitios, especialmente el segundo, en 1808 y 1809.
En la mañana en que estaban tomadas las fotografías había un sol radiante, y en la mayor parte de los casos procuré que el objeto principal de la fotografía estuviera entre 2 y 4 metros de distancia. Dado que la sensibilidad de la película negativa en color utilizada, Lomography Tiger CN 200, es de 200 ISO, y dadas las circunstancias del día, los negativos se encontrarán sobre expuestos en su mayoría entre 1 y 3 diagfragmas. Siguiendo la regla "soleado, f/16", la exposición correcta con el sol en la espalda del fotógrafo para esa mañana sería de f/16 - 1/200. Es decir, f/11 - 1/50 supone tres diafragmas de sobrexposición. En sujetos en la sombra abierta al cielo, la exposición sería correcta. No sé quien le hace la película a la Sociedad Lomográfica, pero con la mayor parte de las emulsiones modernas de carácter generalista, no debería haber problema para que en esas condiciones los negativos de esa mañana fueran perfectamente aprovechables.
Y de hecho, no tengo especial queja al respecto. No me han remitido todavía los negativos revelados y no los he podido inspeccionar. Pero los archivos jpeg que he podido descargar y de los que han salido las fotografías que aparecen en este artículo no muestran ningún problema al respecto. Es evidente que los fuertes contrastes de un día soleado, con zonas fuertemente iluminadas por el sol y zonas ensombrecidas por los árboles de la plaza, ponen en pequeñas difucultades la latitud de la película, pero nada grave.
El auténtico problema es la nitidez. Supongo que el objetivo de esta pequeña y barata cámara será un pequeño menisco de plástico. El colmo de la sofisticación sería un doblete acromático que pudiera corregir por lo menos en parte la aberración cromática, pero no me lo parece. Más bien tengo la sensación en que confían en la amplia profundidad de campo para que todos los colores queden enfocados a la vez. Y una sola lente tampoco elimina la aberración esférica, aunque la forma del menisco puede paliarla.
En cualquier caso, si bien en el centro la nitidez es floja pero suficiente para pequeñas ampliaciones, piénsese que estas cámara estaban pensadas para obtener copias en papel de no más de 12 x 9 cm, las esquinas y los laterales pierden nitidez a marchas forzadas. He probado a imprimir copias en casa a distintos tamaños de ampliación. En concreto a 18 x 13,5 cm, a 12 x 9 cm y a 8 x 6 cm. Efectivamente el de 12 x 9 cm es el más razonable, obteníendose copias simpáticas. El 8 x 6 cm lo he puesto por estar a caballo en superficie aprovechable por la imagen entre los dos tipos de Fuji Instax. Algo más grande que la Mini, y algo más pequeña que la Wide. Pero me resulta excesivamente pequeña
En estos momentos, el único lugar que conozco y tengo más o menos a mano para revelar este tipo de película son los laboratorios de la propia Sociedad Lomográfica, remitiéndolos por correo. Para la calidad final que se obtiene, el coste la película (6,90 euros) sumado al del revelado sin copias pero con los negativos escaneados a aproximadamente 1,5 megapíxeles (18 euros, 20 euros si es en blanco y negro), más los posibles costes de envío para la película si no la puedes comprar en tu localidad, hace que la cosa salga relativamente cara. En Zaragoza es posible comprar la película en la FNAC. Algo te ahorras en los envíos por lo menos. Si la resolución del escaneado os parece escasa... no os preocupéis, los negativos no dan para más... Mandé también un carrete en blanco y negro, pero todavía no tengo los resultados. Ya os hablaré de ellos.
Las fotografías que muestro aquí están tal cual, salvo el recorte que he hecho, porque el escaneado que te mandan tiene un marco que hecha a perder una parte de la fotografía. Calculo que un poquito más del 15% de la imagen aprovechable. Con tal de hacer publicidad de sus productos, además de cobrarlos caros, no dudan en quitarte un 15% de tu negativo. Cada vez entiendo menos a los que están enganchados a esta gente. Con estas circunstancias de precio y "maltrato" de los productos, dudo que repita muy a menudo la experiencia. Os dejo una muestra, mientras me despido de vosotros hasta la próxima aventura fotográfica.