Como ya habréis podido deducir de algún artículo anterior, o si sois seguidores de mi Cuaderno de ruta, he estado de vacaciones en Hong Kong y Macao, regiones administrativas especiales de la República Popular China (RPC), con una idiosincrasia peculiar. Lugares que, como destino viajero, son más interesantes que "bonitos". Eso es algo que te pregunta mucho la gente cuando vuelves de viaje; "¿Era bonito?". Pues eso, más interesante que bonito.
Otra de las cuestiones que surgen cuando hablas de Hong Kong es el tema de las compras. Cualquiera que se maneje por eBay u otros sitios de compra en internet sabe hasta que punto Hong Kong es origen de muchos artículos que se ofrecen a muy buen precio, aunque con un dudoso nivel de garantía. En general, productos fabricados en la RPC que salen al mundo a través del enclave capitalista en el sudeste del gigante asiático. Todo el mundo asume que el sitio es jauja y se compra el equipo fotográfico como quien compra longanizas. Se olvidan dos cosas. La primera es que en las tiendas de Hong Kong las cosas no son necesariamente baratas. Con unos costes de alquiler inmobiliario por las nubes, los márgenes de beneficio disminuyen, y los precios no puede ser muy bajos. Salvo en algún artículo concreto, para material nuevo, todo a un precio parecido con respecto a Europa. Con el añadido de que si no llevas etiqueta verde en el pasaporte, al pasar por la aduana de entrada en España te pueden parar y decirte que qué es eso y que cuanta mosca vas a soltar a favor de la Hacienda española. La torta un pan. La única ventaja real en compras fotográficas de material nuevo es que la variedad en las tiendas es infinitamente mayor, y puedes ver, tocar y probar material que en las tiendas españolas no vas a ver y acabarás comprando de oidas. Y con suerte te irá bien.
Otra cuestión es el material de segunda mano y ocasión. La principal advertencia para comprar material procedente de la antigua colonia británica es cuidado con los estragos de la humedad. El clima en Hong Kong es de carácter subtropical, con veranos muy calurosos y muy lluviosos, y con el resto del año menos caluroso, pero con humedades relativas del aire altas, incluso si el régimen de lluvias baja notablemente. Y la humedad no sienta bien a los aparatos fotográficos. Aparte de la aparición de óxido en aparatos metálicos, existe el problema muy real de la proliferación de hongos en las lentes de los objetivos. Y da igual lo prestigiosas que sean las marcas de los objetivos, los hongos aparecen por igual, y no siempre te cuentan el problema ni eres capaz de detectarlo.
Dicho lo cual, yo me dí un paseo por algunas de las tiendas de fotografía que llevaba referenciadas, y en una de ellas, de las más recomendadas, situada en Champagne Court, cerca de Nathan Road, en Tsim Sha Tsui, un lugar donde hay varios establecimientos en el que se venden todo tipo de cámaras de segunda mano y ocasión, para todos los gustos. Y en uno de los escaparates vi un aparato que inmediatamente atrajo mi atención y que os presento ahora. Se trata de la Plaubel Makina 67.
Plaubel fue una empresa de aparatos fotográficos alemana que estuvo muy activa durante laa primera mitad del siglo XX, que proponía soluciones interesantes e innovadoras a la mecánica de las cámaras fotográfica de cierto nivel, pero que no sobrevivió a la posguerra mundial. Hubo varias Plaubel Makina en ese tiempo, bien consideradas, de formato medio, con distintos formatos de fotográma. En algún momento de los años 70, una empresa japonesa compró los derechos de la marca y se hizo con algunas de las patentes y de la tecnología asociada, y la adaptó a los tiempos modernos. En 1977/78 sacó al mercado la Plaubel Makina 67, cámara de formato medio que usa carretes de tipo 120 en los que se obtienen 10 negativos de 6 x 7 cm (en realidad 56 mm x 69 mm). El objetivo, fabricado por Nikon, un Nikkor 1:2,8/80 es fijo, no intercambiable, y bastante luminoso para tratarse de una cámara que aspiraba a mantener un tamaño compacto dado su formato. En realidad tiene unas formas contundentes y es pesada, metal obliga, pero es fácilmente transportable, dado que el objetivo es retractil. En el objetivo se incluye un obturador de tipo central, con velocidades de obturación entre 1 segundo y 1/500 segundo más posición B. Dado el tipo de obturador, un flash sincroniza a todas las velocidades de obturación, por lo que es ideal para usar flashes de relleno a plena luz del día.
El objetivo tiene una fórmula de 6 elementos en cuatro grupos, lo cual hace pensar en un diseño tradicional doble gauss, semejante a los Planar de Carl Zeiss. Diseño muy popular en las focales estándar como esta, que en realidad es casi un angular poco angular, ya que equivale a un 39 mm en el formato 24 x 36 mm. A pesar de que se dice que el formato es 6 x 7 cm, la realidad es que sus dimensiones reales, 56 x 69 mm hace que la relación ancho largo sea más bien de 5:4, como sucede en las placas de gran formato, que el 7:6 ue insinua su nombre. En cualquier caso, me parece un formato muy agradable para trabajar la composición de la fotografía.
Hubo dos versiones posteriores de la cámara con cambios más o menos importantes. Una de ellas fue la Playbel Makina w67, con un objetivo de 55 mm, que sería un gran angular equivalente a un 28 mm en 24 x 36 mm. Pero con una luminosidad máxima de f/4,5, es decir un paso y un tercio menos luminoso que la versión estándar. Teniendo en cuenta que la versión estándar tiene una focal relativamente amplia para ser estándar, prefiero esta versión con su mayor luminosidad, a la gran angular que puede ser penalizada en modo reportaje por esa escasa luminosidad, y que en modo paisaje tiene que contar con el error de paralaje del visor. La otra versión es la Plaubel Makina 670, que es igual a la que aquí os presento salvo que admite también carretes 220 además de los 120, que doblan el número de fotogramas por carrete. Pero como esto ya no se vende...
Es importante que hablemos del mecanismo de enfoque.
El enfoque se realiza mediante la utilización de un telémetro de coincidencia que es suficientemente preciso como para usar la apertura máxima de f/2,8 con confianza. En el visor hay líneas que corrigen el paralaje, que vemos como se mueven al enfocar. El centro, en el que se aprecia la imagen de coincidencia, se ve con claridad y es cómodo de usar. Se enfoca por lo tanto con rapidez y precisión. La rueda de enfoque no está en el objetivo sino en el cuerpo de la cámara, rodeando a una generosísimo botón disparador, y con escalas de destancias en metros (números blancos) y en pies (números rojos). Hay una escala de profundidad de campo que es bastante simbólica, que indica los valores para f/8 y f/22. Afortunadamente el mecanismo de enfoque es muy preciso.
La rueda de enfoque acciona una palanca en un mecanismo de tijera sobre el objetivo montado en un fuelle, que es el elemento más distintivo de Plaubel a lo largo de toda su historia. Sorprende no ver la posiblidad de acoplar al botón disparador un cable disparador para los tiempos de obturación largos, hasta que ver que sí esta, discretamente situado en el lateral de la cámara, y sin romper la minimalista y agradable estética del aparato. La zapata para flash es fría, sin contactos, y hay que conectar el flash a la cámara mediante un cable con conector PC-Sync, que está en el objetivo, donde se encuentra el obturador.
La cámara es mecánica y se puede usar sin pilas. Con ellas, dispones de un fotómetro que es apto sólo para expertos ya que es de tipo puntual. Eso sí, quien lo sepa usar, puede obtener un rendimiento magnífico y una gran control de la exposición. Yo no lo he usado todavía. La carrete de exposición lo hice exponiendo por estimación o con la ayuda de una aplicación en el móbil.
El objetivo tiene rosca para filtros con el muy conveniente diámetro de 58 mm, y viene como accesorio un filtro protector de marca Nikon también. Es absolutamente necesario tener montado el filtro para poder poner la tapa del objetivo. La usé en el primer carrete en blanco y negro con un filtro naranja de Kenko, y la tapa no ajustaba correctamente. Se caía.
Desde que volví de Hong Kong he expuesto tres carretes. El viernes pasado por la tarde un carrete en blanco y negro, con el filtro naranja, algunas de cuyas muestras pongo aquí. Y dos carretes Kodak Portra 400, negativos en color, que expuse el domingo por la mañana y que tardaré unos días en tener revelado y con las copias escaneadas a mi disposición.
Utilicé en blanco y negro película Ilford XP2 Super, tal y como la vengo utilizando últimamente con buenos resultados con otras cámaras clásicas. A pesar de que tiene una sensibilidad nominal ISO 400, la uso a una sensibilidad nominal de 200 (un paso de sobreexposición) pero lo revelo con HC110 como si estuviese expuesta a 400 o incluso a 800, para las cámaras más antiguas. De esta forma obtengo un grano fino, un buen contraste y una gama de contraste bastante fácil de escanear. Ya sé que la película es para revelado C41, pero como ya me ha dado en otras ocasiones tan buen resultado con el revelado tradicional en blanco y negro con HC110, sigo haciéndolo.
He de confesar una cosa. Una vez puesto el filtro naranja, que exigen una compensación de la exposición de entre +1,5 y +2 pasos, se me olvidó. Y estuve exponiendo a IE 200 pero como si no llevase filtro. Por lo menos durante parte del carrete. Eso supone que en realidad el IE fue de 400 e incluso 800. Como el revelado es el adecuado para IE 400 y la película tiene una amplia latitud de exposición, los negativos son un poco claros, pero hay sustancia tanto en las luces como en las sombras. Estas últimas son las que más me preocupaban.
La tardes estaba nubosa, tristona, perola cantidad de información suministrada por el negativo permite dar a las fotografías un ambiente muy acorde al momento. Seguimos sin observar sombras carentes de detalle. Con mi negativo casero Epson Perfection Photo V600, no merece la pena pasar de 1900 pixeles por pulgada al digitalizar. No hay ganancia en el detalle fino a partir de ahí aunque el fichero sea más grande. De todos modos, con un negativo de tamaño 69 x 56 mm obtenemos ficheros de 21,6 megapixeles, que no está nada mal. Y como la Ilford XP2 Super tiene una estabilidad dimensional excelente, es muy fácil de manejar para digitalizar.
Con aperturas hasta f/2,8 y con semejante tamaño de negativo, es tremendamente fácil separar el sujeto principal del fondo. Lo complejo es conseguir profundidades de campo amplias, especialmente con poca luz y sin trípode. Pero desde luego pude comprobar que el telémetro de coincidencia es realmente preciso y fácil de utilizar.
A la Makina hay que hacerse. Aunque con el objetivo retraído es muy fácil de transportar, realmente su sólida fabricación en metal y el hecho de que tenga que encajar un formato de negativo de 6 x 7 hacen de ella una cámara pesada. Aunque algunos la consideren una Leica de formato medio, lo cierto es que su uso no puede ser tan agil, y se presta más a una cierta calma en la toma de las fotografías, aunque sea una cámara pensada para ser utilizada en exteriores y en modo reportaje. Pero reportaje reflexivo, no el aquí te pillo aquí te mato.
Es una cámara cara, y por ello nunca la hubeira comprado sin haber podido tenerla en mis manos un buen rato, comprobando el funcionamiento de su obturador, de su diafragma o de su mecanismo de enfoque, o con una linternilla comprobando el buen estado del objetivo. Lo cierto es que está como nueva. Impecable. Cámas similare tenemos la Mamiya 7, de objetivos intercambiables, también cara puesto que tiene un prestigio muy elevado. Pero por ejemplo, el objetivo estándar´, también de 80 mm de focal, tiene una luminosidad un paso inferior, f/4. Salvo que necesites la posibilidad de intercambiar objetivos, la Makina 67 puede ser una buena alternativa.
Fujifilm tuvo su gama de cámaras telemetricas de formato medio con ópticas fijas. Yo tengo la Fujifilm GS645 Professional W60, de la que ya os he hablado, incluso recientemente. Es mucho más barata, pero también su construcción, en plástico, es más elemental. Y su negativo, de 55 x 40 mm, tiene poco más de la superficie útil del 69 x 56 mm. Pero las hay de 6 x 9 cm, muy interesantes, y grandotas, y el modelo más reciente, fabricado por Cosina que también ha realizado una versión Voigtländer de la misma cámara, La Fujifilm GF670 es similar conceptualmente a la Makina 67, y también se cotiza a precios muy altos.
Y en digital... Lo más parecido conceptualmente en digital sería la nueva Hasselblad X1D, de objetivos intercambiables, con su objetivo de 45 mm montado. Para un sensor de imagen de 55 x 44 mm. Y un precio que en total puede multiplicar por 10 el de cualquiera de las anteriores. Estamos en otro nivel. pero es lo más parecido conceptualmente en el mundo de la fotografía digital. La reciente Fujifilm GFX 50s es más una cámara de sistema, aunque no réflex, y no tendría una filosofía comparable.
De momento, las muestras que tengo de su uso, un carrete con 10 exposiciones, son limitadas. Pronto habrá más. Pero las sensaciones son buenas. Y en cualquier caso, ahora siento que tengo una cámara potente y adecuada para disfrutar a fondo de la fotografía con película tradicional de formato medio. Más sólida y consistente que la Fujifilm o los aparatos más antiguo, y menos aparatosa que la Hasselblad, que se adapta mejor a mis bodegones o fotografiar montada en un trípode algún paisjae o algún retrato. Espero que os haya interesado el artículo
Entrada miscelánea hoy, con dos temas distintos. Brevemente, de todos modos.
En primer lugar, tras el comentario que hice hace unos días sobre la estenopeica Ondu Pinhole 6x12 Multiformat, me llegaron hace unos días las pruebas en color.
La prueba la realicé con un carrete de Kodak Portra 400, aunque utilizada con un índice de exposición 200, la mitad de su sensibilidad nominal. Los colores quedan más saturados y el grano es más discreto. Aunque con negativos de 54 x 54 mm, tampoco es que se fuera a notar mucho el grano de la Portra 400 a su sensibilidad nominal de ISO 400.
Algo que sospeché en alguno de los negativos en blanco y negro se ha confirmado. Ocasionalmente, se producen filtraciones de luz. Lo cual encanta a algunos, pero a mi no excesivamente.
Por lo demás, el conjunto de observaciones que hice el otro día sobre la base de los negativos en blanco y negro valen lo mismo. Salvo que los negativos en color digitalizados en Carmencita Film Lab se muestran más nítidos.
¿Más nítidos? En líneas generales sí... pero he observado que ha pesar de que sobre el papel la profundidad de campo es infinita, los primeros planos, en este caso las rosas de la rosaleda del Parque Grande de Zaragoza, dan la impresión de quedar menos nítidos. Como si en realidad quedasen "fuera" del intervalo hiperfocal. Es una impresión, pero que puede tener otras causas. Como por ejemplo, ligeros movimientos del objeto durante el segundo o dos que dura la exposición que se aprecian en el primer plano muy aparente y pasan desapercibidos en el fondo más alejado y con objetos reproducidos a una escala mucho menor.
De todas formas, las horas centrales del día entre las doce y las dos de la tarde, a las que hice las fotos, y en pleno verano y sin una nube en el cielo, no son las condiciones más adecuadas para un iluminación sutil que permita una valoración estética adecuada... Demasiado contraste, demasiado saturados algunos objetos y demasiado poco otros. Mala luz.
Pasemos a otra cuestión. En 2012, Google adquirió la compañía Nik Software, que elaboraba dos conjuntos de aplicaciones. Por un lado Snapseed, una de las mejores aplicaciones para tratamiento de imágenes en teléfonos inteligentes y tabletas, y que también tenía una versión de escritorio para Mac OS X, que yo uso especialmente para poner marcos a las fotografías que sube a internet. Actualmente, las aplicaciones para dispositivos móviles siguen están disponibles y se mejoran periódicamente. Desgraciadamente la aplicación para Mac OS X la abandonaron.
Por otro lado, el conjunto de aplicaciones para tratamiento de fotografías que se agrupaban bajo la denominación Nik Collection. Aplicaciones que funcionan de forma autónoma o como plugins de otros programas de edición de imagen y que proponen distintas soluciones para tratar las fotografías de forma relativamente sencilla. Conversiones a blanco y negro, alto rango dinámico, contraste y luminosidad, efectos especiales, imitación de películas tradicionales... Pues bien, si antes de la adquisición por parte de Google se vendían por unos 500 dólares/euros, tras la misma bajaron a 150, y desde marzo son gratis. Esto se puede considerar una buena noticia... o una mala noticia.
Buena noticia porque se pueden hacer muchas cosas con ellas. En los últimos días he tratado de pillarles un poquito el truco. Podemos ver una vista del castillo de Lorrea, antes y después de pasarla por algunas de las aplicaciones.
Pensemos que en el ejemplo puesto estoy trabajando con un archivo RAW de hace 10 años, de sólo 6 megapíxeles, de una cámara que compré de segunda mano y que había salido al mercado 4 años antes... en 2002. La cámara ya no es utilizable porque entregó su alma, es decir el obturador, en Helsinki en el verano de 2007. Pero que merece la pena recuperar de vez en cuando alguna de aquellas fotografías. Que no están mal.
Pero también he dicho que puede ser una mala noticia... si ya no venden sino que regalan este software, quiere decir que Google no está interesado en mantenerlo como parte del negocio. Habrá aprovechado la tecnología y los desarrollos acompañantes para las aplicaciones que haya creído convenientes, y es muy posible que deje morir poco a poco estas aplicaciones. Es lo que pasó con la versión de escritorio de Snapseed, que ahora está debajo de su software de tratamiento de imágenes en Google Photos sustituyendo a Picasa, que con lo majo que era también parece que ha entrado en vía muerta. Pero como he dicho, Snapseed aguantó un tiempo disponible para los Macs de escritorio, sin actualizaciones, pero ya no lo está... ¿Asistiendo a los últimos coletazos de vida de la Nik Collection? Una pena porque sería bastante útil para tratar con calidad las fotografías sin las complicaciones de un Photoshop u otros similares. Tampoco es que se aprenda a usar bien de la noche a la mañana, ¿vale?
Vivitar fue en su momento un marca bien conocida en el mundo de la fotografía. Establecida por una empresa norteamericana, californiana, durante una época comercializó todo tipo de chismes fotográficos, aunque sus productos más conocidos eran objetivos que comercializaba para las monturas habituales de cámaras réflex en el mercado. Bien es cierto que solía encargar la manufactura de los mismos a fabricantes japoneses o coreanos... Tokina, Cosina o Kiron fueron los más habituales, pero también Sigma, Samyang (estos son coreanos) e incluyo Olympus han fabricado objetivos bajo marca Vivitar. Alguna cámara apareció también, muchas de ellas Cosinas que se declinaron bajo diferentes marcas. E incluso alguna unidad de flash electrónico que llego a tener un carácter semiprofesional, y que fue muy solicitada. Entre los objetivos, los "Series 1", los fabricara quien los fabricase, llegaron a tener cierto prestigio porque eran fabricados con estándares más altos de calidad. Desde hace unos años la marca pertenece a otra empresa que la cede, supongo que a cambio de los correspondientes pagos, para que aparezca en todo tipo de chismes fotográficos o electrónicos de calidad y características no especialmente destacables.
En algún momento de la primera década del siglo XXI apareció en el mercado una cámara para película tradicional con el sumamente descriptivo nombre de Vivitar Ultra Wide & Slim. Es decir, Vivitar ultra gran angular y delgada.
Al parecer fabricada en China, es una cámara diminuta, muy estrechita, de ahí lo de "slim". Y su característica más notable probablemente es que su objetivo tiene una focal de 22 mm. Es decir es un gran angular realmente muy abierto, lo cual puede abrir una posibilidades creativas notables.
En la cámara no viene más información técnica, pero al parece se le asume un objetivo de enfoque fijo con un diafragma también fijo f/11, y una velocidad de obturación de 1/125 s. Con esas características, suponiendo que esté enfocada a la hiperfocal, quedarían razonablemente nítidos los objetos situados entre 75 centímetros e infinito. Con una película negativa en color de ISO 200/24º se podría fotografiar en exteriores en días nublados, aunque no demasiado, o soleados. Como la película negativa en color soporta bien la sobreexposición quedarían bien. Para más seguridad, mejor utilizar película de ISO 400 u 800 para poder usarla en la sombra o en días con nublados más densos. Todo esto teóricamente. Luego hablaré de mi experiencia.
Tiene una tapa trasera que no es nada fácil de abrir, y una rueda para el avance de la película. En la parte superior, el botón disparador y un contador de exposiciones que no es fácil de leer. Nada más... bueno, una correita para sujetarla a la muñeca. Un buen detalle. No lleva flash incorporado ni posibilidad de utilizar uno externo.
Toda ella parece estar echa de plástico. Y si abrimos la tapa...
Vemos que tiene el espacio justo para el carrete de película de 35 mm y poco más. El visor, de visión directa, distorsiona un montón y por lo tanto el encuadre es muy aproximativo. Más que probablemente el ángulo de visión del visor es menor que el del objetivo, por lo que en el negativo aparece más de lo que vemos. Esto es útil para enjuagar el error de paralaje... y así no sacamos muchas cabezas cortadas.
La filosofía de utilización es... si tienes luz suficiente, apuntas, encuadras y disparas. No hay que hacer nada más.
Se sabe que existen versiones bajo otras marcas. Probablemente se ha usado como objeto de promoción de empresa en eventos. Es decir, en congresos, simposios, convenciones y similares, una empresa la regala junto con un carrete a los asistentes por si quieren hacer fotos de recuerdo. Insisto en que con sus características, muy bien iluminado tiene que estar un interior o muy alta tiene que ser la sensibilidad de la película para poder ser utilizada en esas condiciones. Es cámara para usar en exteriores. Su precio... a mi me costo 20 euros en ebay, más cuatro euros en sellos.
Veamos su utilización.
He de reconocer que no tuve piedad con ella. Contraluces y situaciones de luz variadas para ver como respondía. Como yo pensaba que el diafragma era de f/8 decidí ponerle una película de Ilford FP4 Plus de ISO 125/22º, que luego revelé en revelador Kodak HC110, a dilución 1+31 durante 9 minutos.
Si es cierto que usa una combinación de diafragma f/11 y velocidad de obturación 1/125 s, creo que en las condiciones que la usé debería haber encontrado varios fotogramas francamente subexpuestos. Esto, en líneas generales, no sucedió. La escultura de la plaza de España de Zaragoza aparece razonablemente bien iluminada salvo la cara que esta muy en sombra. Como el contraste de los negativos era relativamente normal, tampoco tengo que asumir que el revelado produjera un forzado en los tonos. Por lo tanto, tengo la impresión de que, una de dos, o el diafragma es más abierto o el obturador es más lento. O estamos manejándonos realmente a f/11 y 1/60 o a f/8 y 1/125.
La facilidad con la que algunas personas viandantes salen movidas me hace suponer que la realidad es la primera versión. Quizá el diafragma sea de f/11, pero es muy posible que el obturador sea impreciso y se mueva más bien a una velocidad de 1/60 s por obturación. Así que olvidémonos de intentar fijar los sujetos más activos.
La definición en general es modesta, con bajones en las esquinas. Además viñetea bastante aunque sin que sea caricaturesco. Lo esperable. Aprovechable estéticamente ablando. Los contraluces los soporta mucho mejor de lo que yo esperaba. Y si es cierto que se produce pérdida de contraste, al escanear el negativo se puede ajustar un poquito y obtener una fotografía razonable.
La presenté en sociedad en una reunión de bienvenida del periodo vacacional de Fotógraf@s en Zaragoza. Solamente a horas ya avanzadas y con poca luz, se empezó a notar la escasez de sensibilidad de la película que le puse.
Probablemente, en una próxima escapada de unos días por el mundo me la lleve con algún carrete en color de ISO 400. A ver que tal se comporta. Espero que bien ahora que la conozco un poco mejor.
En cualquier caso ya os lo contaré... No espero que dure mucho, no obstante. Se ve que su calidad de fabricación es floja. Es poco más que una cámara desechable pero con posibilidad de reutilizarla... iba a decir indefinidamente, pero lo dejaremos en mientras dure. Pero su objetivo gran angular la hace muy atractiva, especialmente en reportaje y en paisaje tanto urbano como natural.
Hoy os presento otra cámara de las que tengo por casa, pero hoy no voy a hablar de ella con mi experiencia fotográfica directa, sino por haber convivido con ella durante muchos años. Era la cámara que usaba mi padre, o lo que es lo mismo la cámara familiar, con la que se tomaron buena parte de las fotografías de recuerdo de mi infancia y parte de la adolescencia. La he desempolvado dentro de un proyecto en el que estoy, analizando el contenido del "baul de los recuerdos" casero, un baulito de latón en el que mi madre metía objetos diversos, en su mayor parte fotografías. Y ahí empecé a encontrar fotografías que sabía que habían sido realizadas con la cámara que os presento hoy.
La cámara la tengo por casa desde hace años. En principio como un objeto de recuerdo nostálgico más que nada. En su momento se dejó de usar porque en principio no funcionaba... pero la he estado revisando, y aunque no le he puesto un carrete y he hecho fotos con ella, no veo que le pase nada malo. El obturador parece funcionar. Y no se percibe daño estructural por ninguna parte...
En cualquier caso, las fotografías de ejemplo que traigo pertenecen a otras épocas y no están realizadas por mí. Fundamentalmente están hechas por mi padre en los años que van entre 1963 y 1973.
Yo la recuerdo en casa desde siempre. Después de haber investigado un poquito, parece que este modelo de cámara Viking con objetivo Vikinar fue fabricado por una empresa española llamada Manufacturas de Física Aplicada Fowell S. A. que durante la primera mitad de los años cincuenta había fabricado ya una cámara. copia de una nortemericana. La que vamos a denominar Viking Vikinar parece que fue fabricada entre 1960 y 1965. Mis padres la compraría en algún momento en sus primeros años de matrimonio, o como más tardar en mi primer año de vida o principios del segundo. He localizado fotografías probablemente realizadas con esta cámara en las que yo apenas comenzaba a caminar, cosa que sucedió cuando yo tenía 13 meses de edad. Fui hijo único hasta los 9 años de edad en que nació mi hermana, por lo que durante ese tiempo la mayor parte de las fotografías realizadas con ella son mías, solo o acompañado de mi madre. También aparecen otros familiares y amigos de la familia. Especialmente mis padrinos y sus dos hijas.
Era también la cámara de las vacaciones, que desde que cumplí los tres años y hasta el año anterior a que naciera mie hermana fueron sistemáticamente en Benicarlo, desde donde hacíamos excursiones frecuentes a Peñíscola.
La cámara es muy sencilla. Un cuerpo de plástico que aparenta ser aluminio, con muy pocos elementos de control. Hay una palanca para avanzar la película y una rueda para rebobinarla una vez expuesto el carrete, estándar de formato 135. En esta rueda de rebobinado hay un sistema para indicar la sensibilidad de la película en las escalas ASA y DIN, pero que es un mero recordatorio, ya que la cámara no dispone de fotómetro.
La cámara lleva un objetivo Vikinar 48 mm f/6,3. Acromático,... supongo por lo tanto dos elementos, dos lentes. Si llevase tres, por lo menos le pondrían un nombre del tipo Anastigamat o algo así. La apertura se puede regular con una palanca que tiene tres posiciones; soleado, nublado y nublado con lluvia. Si suponemos que el "nublado con lluvia" es f/6,3, tal vez las siguientes sean aperturas en las que se sigue un razón de la mitad de superficie que la anterior. En ese caso estaríamos hablando de tres aperturas: f/6,3 - f/9 - f/12,5. Este correlación de diafragmas fue frecuente en objetivos alemanes de principios de siglo. Pero en los años 60 ya se había impuesto el f/5,6 - f/8 - f/11... quizá la abertura mayor del Vikinar fuese f/6,3 pero los siguientes sería f/8 y f/11. No lo puedo saber sin hacer pruebas. Tiendo a pensar que la primera opción es la apropiada. Con frecuencia hoy decir a mi padre que aunque hiciese un tiempo soleado, con las películas de sensibilidad media (100 ASA - 21 DIN) de la época era mejor hacer las fotos en la posición nublado. Pero bueno... no nos olvidemos que puede ser un conocimiento intuitivo de que los negativos se llevan mejor con la sobreexposición que ocn la subexposición.
El obturador tiene dos posiciones: I y T. "I" significa instantánea, y parece que se corresponde con una velocidad de obturación de 1/125 segundo aproximadamente. En ese caso, realmente sería adecuada para exposiciones al aire libre de acuerdo a las condiciones mencionadas. La "T" implica que el obturador queda abierto en exposiciones prolongadas. Pero no hay ninguna rosca para ajustar un cable disparador. Hay una falsa zapata para accesorios en la parte superior que no sirve para nada, y no lleva conexión alguna para flash. Hay que olvidarse de exposiciones en interior salvo usando la posición "T" del obturador.
La distancia de enfoque es fija. Suponiendo que lo esté en la hiperfocal, podríamos hacer cábalas sobre cuál de las tres posiciones del diafragma es la de referencia. A f/12,5, la hiperfocal serían 6 metros aproximadamente, con un límite inferior de 3 metros. A f/9, la hiperfocal serían 8,5 metros aproximadamente, con un límite inferior de 4,3 metros. A f/6,3, la hiperfocal serían 12 metros, con un límite inferior de 5 metros. Apuesto por la un enfoque fijo a una distancia de entre 5 y 6 metros. La mayor parte de las fotografías de la época, las que copias que se obtenían en las tiendas de fotografía, tenían un tamaño que no llegaba ni siquiera al 10 x 15 cm que luego se haría popular. Más bien estaríamos como mucho en los 9 x 13 cm aproximadamente. En esas condiciones, la apariencia de enfoque aumentaría y casi con cualquiera de los tres diafragmas, a una distancia de enfoque fija de 5 a 6 metros, tendríamos una sensación de nitidez en todo el diafragma. Con ampliaciones más grandes... habría que comprobar...
Como veis, un aparato anodino, destinado a personas con nivel adquisitivo modesto y a un uso familiar. Una cámara adecuada para la triste España de la época. Pero que sin embargo está asociada a recuerdos muy alegres. Especialmente porque mi padre nunca llegó a pillar el truco al hecho de que hay un error de paralelismo entre el objetivo y el visor directo, que con una focal relativamente larga como son esos 48 mm provocaba de vez en cuando cabezas cortadas y otros accidentes de encuadre que daban lugar a divertidas polémicas familiares.
Confirmar algunos extremos técnicos mencionados conllevaría ponerle un carrete y hacer algunas pruebas... pero no sé... para estos momento... he preferido hacer el análisis fijándome en las fotografías de antaño. Quien sabe si más adelante...
Durante estas vacaciones pasadas tenía intención de dedicar algún tiempo a la fotografía estenopeica. Voy muy mal en mi proyecto de construir una camara de este tipo de gran formato, en torno al tamaño de 20 x 25 cm. En mi cabeza se trata de un chisme que permita obtener el aspecto inequívoco de la fotografía estenopeica, pero con un razonable nivel de nitidez. Todo llegará.
Mientras tanto, se trataba de utilizar la Holga 120WPC de la que ya os hablé en su momento. De hecho, estuve tomando unas cuantas fotos en el entorno del camino de Miraflores de Zaragoza, zona suburbana, donde se confunden el paisaje urbano y rural de forma característica.
Esta cámara, como ya comenté, mediante un sistema de máscaras permite realizar fotogramas de aproximadamente 6 x 9 cm y 6 x 12 cm de tamaño. La suelo utilizar a 6 x 9 cm. Si no tienes cuidado, acabas haciendo alguna doble exposición,... que si hay suerte puede quedar curiosa.
El caso es que el día en que nos acercamos a Madrid para la exposición del Bosco y otras exposiciones de PHotoEspaña, me encontré en la tienda del Caixaforum madrileño una bonita cámara de madera, estenopeica, de acabado impecable, y con un sistema de imanes de neodimio para colocar en su sitio los distintos elementos de la cámara.
En la foto anterior vemos la palanca de madera que ejerce de obturador y que se mantienen en sus posiciones cerrada o abierta con los mencionados imanes de neodimio, resultando en un accionamiento muy suave. Sin problemas. Mediante un sistema de láminas separadoras, se pueden realizar fotogramas de distintos formato. Fundamentalmente, 6 x 6 cm, 6 x 9 cm y 6 x 12 cm. En el folleto incluido, habla también del 6 x 8 cm, aunque no sé muy bien como.
Como se puede suponer, la películas es de formato 120, de 6 cm de ancho. Los ejes de los carretes tambien se sujetan con un sistema de imanes, lo cual hace que haya poco riesgos de que se estropeen sistemas mecánicos, ni por mal uso ni por desgaste.
El estenopo, que se ve en el centro de la lámina dorada en el centro, tiene un diámetro de 0,3 mm que para la focal de 40 mm anunciada, da una apertura relativa de f/135. Yo preferiría un esfuerzo un poquito mayor en este capítulo, que intentarán bajar los diámetros de los estenopos a 0,15-0,20, para conseguir una apertura relativa de unos f/200 a f/265. No se pierde la estética de la estenopeica, no pasa nada por aumentar unos segundos la exposición, y aumenta la nitidez de la imagen.
La tapa posterior también se sujeta en su sitio mediante un sistema de imanes de neodimio, lo sufiecientemente firme como para que no hayas filtraciones de luz. Los círculo que en la imagen parecen negros correponden a las ventanas con filtro rojo para leer el número de exposiciones realizadas. Es difícil de usar sin una luz directa que los ilumine.
He probado la cámara usando los separadores para fotogramas de 6 x 6 cm, con un carrete de negativos en color que todavía no he revelado y un carrete de Fujifilm Neopan Acros 100. Esta última es muy adecuada, por su resistencia al fallo en la ley de reprocidad. Hay que llegar a exposiciones de casi minuto y medio antes de que esta falle, mientras que con otras películas, a partir de un segundo ya hay que compensar. En situaciones normales al aire libre, es fácil medir la luz y obtener buenas exposiciones. Si a pleno día aplicamos la regla "soleado f/16", una exposición equivalente a f/16 y 1/100 s sería equivalente a f/135 y 1 segundo aproximadamente. Si está nublado, pues 4 segundos. Y en la sombra no muy densa, 8 o 10 segundos. Sin muchos problemas.
Veamos algunos ejemplos tomados en el Parque Grande de Zaragoza.
En general, el resultado es razonablemente bueno. Pero sigo diciendo que para un ángulo de visión equivalente a unos 20 - 22 mm en formato 24 x 36 mm, un estenopo más fino, permtiría una nitidez en el centro de la imagen mejor. Desde luego, veremos como llega el escaneado profesional de Carmencita Film Lab con los negativos en color, pero el aspecto de las fotografías obtenidas no es equiparable a las de propaganda de la página web de Ondu, que se ven mucho más nítidas.
Por lo demás, es un aparato muy bonito, muy bien hecho de forma artesanal, y que puede ser muy divertido de usar. Muy probablemente en un futuro lo usaré con formatos de 6 x 9 o 6 x 12 cm... pero de momento, para probar, mejor disponer de 12 exposiciones por carrete en lugar de los 8 ó 6 de los formatos mencionados.