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Un paseo con una Fujifilm X100T

“Photowalk” por el casco histórico de Zaragoza con el X Asalto, patrocinado por Fujifilm.

El pasado miércoles 9 de septiembre de 2015 se celebró en Zaragoza un “photowalk”, un paseíco fotográfico nos gusta llamarlo por aquí, en el marco del X Asalto, festival de internacional de arte urbano, y patrocinado por Fujifilm.

La actividad comenzó con la presentación por parte de la organización de la misma, y tuvimos la intervención de dos fotógrafos que usan habitualmente equipos de la marca Fujifilm para comentar las virtudes del sistema X de la marca japonesa.

Por una lado estuvo Albert Muñoz, conocido como @barrut, que nos comentó las virtudes de las cámaras de objetivos intercambiables del sistema como apropiadas para la fotografía documental, por ejemplo en el marco de un viaje.

Después tuvimos a alguién “de casa”, a Marcos Cebrián de Zaragoza Walkers, que nos cantó las virtudes de las compactas de objetivos no intercambiables de la serie X100/X100S/X100T como cámara apropiadas para la fotografía documental de calle. Este es el tipo de cámara que me interesaba a mí en esta historia.

Había bastante afluencia de público de todas las edades y condiciones, lo cual me hizo temer de que no pudiera cumplir el objetivo que me había propuesto con esta actividad.

¿Y cual era este objetivo? Pues probar una de estas cámaras; como ya he comentado, la que me interesaba era la Fujifilm X100T. Esta es una cámara compacta, pero con un sensor de imagen de tamaño más que respetable, del tipo llamado comunmente APS-C, de un tamaño de 23,6 x 15,6 mm. Lleva un objetivo no intercambiable de 23 mm de focal y apertura máxima 1:2, equivalente a un 35 mm en el paso universal. Y el conjunto tiene un tamaño muy contenido y discreto.

La ergonomía es muy clásica, con rueda de diafragmas en el objetivo, selector de velocidades de obturación y compensación de la exposición sobre la cámara en mandos accesibles y fáciles de manejar. La carencia más grande que encuentro es que la sensibilidad hay que seleccionarla a través de los menús en la pantalla trasera. El visor puede ser de visión directa con abundancia de información o electrónico. Prefiero el primero. Hay más “delicatessen” en este ámbito en las que no entré. En el rato que dispuse de ella, puesto que conseguí el préstamo de un ejemplar, me centré al uso tradicional con estas cámaras, que no es muy distinto de las cámaras de película tradicional de hace unas décadas.

A partir de aquí, las fotografías están realizadas todas con la Fujifilm X100T; las anteriores proceden de mi Olumpus OM-D E-M5 con un objetivo Olympus M.Zuiko 45 mm 1:1,8.

Tras unos primeros fotogramas en formato JPEG, cuando me entretuve en encontrar y ajustar algunos parámetros, puedo decir que los archivos RAW de lo que dispones contienen abundancia de información y dan mucho juego para revelar posteriormente en Adobe Photoshop Lightroom. Este programa tiene un perfil dedicado a esta cámara con su objetivo. La imagen que nos propone por defecto es de contraste suave, colores muy moderadamente saturados, por lo que hay mucho margen para ajustarlos a tu gusto.

La cámara es pequeña y, además, silenciosa. Es muy discreta. No asustas a nadie, nadie se mosquea si te ve brujulear con ella en las cercanías. Por lo tanto, es realmente adecuada para fotografía documental.

Si has manejado cámaras de ergonomía clásica, te haces con ella en segundos, tras los cuales empiezas a hacer fotos. Aunque afinar los ajustes de la misma lleva algún ratito más, para encontrar tu configuración cómoda.

Mentalmente, mis comparaciones se iban a la cámara compacta que uso habitualmente, la Leica D-LUX. La ergonomía de la X100T es mejor, el visor directo mejor que el electrónico, aunque el de la D-LUX es muy muy utilizable. Hay una neta ventaja en la Fujifilm en la calidad de la imagen, especialmente a altas sensibilidades, sin que la imagen la Leica/Panasonic sea mala ni mucho menos. La Leica fabricada por Panasonic tiene la ventaja de un objetivo de focal variable equvalente a un 24–70 1:1,7–2,8 en formato universal.

Las fotografías a las pinturas de arte callejero me sirven como referencia para analizar en qué medida se ve afectado por el error de paralaje al usar el visor visión directa. El electrónico no sufre de este problema. La verdad es que el error es mínimo. Ya te dicen en la especificaciones que el marco de referencia cubre el 92% de la imagen real, error que también encontramos en algunas reflex de gamas baja o media. A mí me vale para este tipo de cámaras, porque se ve compensado con otras ventajas de la visión directa.

Como ya digo, es estupenda por su discreción para jugar en las distancias cortas. Su uso es rápido e intuitivo, la gente te ignora, y en cuanto encuentras tu configuración adecuada, vas muy ágil. Con la tarde cayendo, con una luz agradable pero progresivamente más débil, decidí poner la cámara en manual, con un diafragma f/4 y una velocidad de obturación de 1/125, la compensación de exposición entre neutra y +1 según las circunstancias, y dejando que escogiera automáticamente la sensibilidad hasta un IE máximo de 3200. Sin problemas en la calidad de la imagen.

No tengo previsto a corto plazo la compra de una cámara nueva. No hace tanto que compré la Leica D-LUX, que me está haciendo un papel muy bueno en los últimos tiempos, y cuyos usos se superpondrían. Pero en un futuro, dentro de un tiempo, cuando la D-LUX haya dado lo que debe ofrecer, me plantearé seriamente una de estas cámaras. Sólo me hace falta tomar una decisión valiente. La de ir por el mundo con una sola longitud focal. Porque disponer de un tele corto en la misma cámara es la principal razón para haber preferido en su momento la D-LUX.

Por lo demás, es una muy buena cámara, más versátil de lo que parece y muy divertida de usar. Veremos como evoluciona en un futuro en sus descendientes.

El paseíco fotográfico culminó con un sorteo de una compacta de Fujifilm más sencilla,… pero yo tengo muy mala suerte con los sorteos. Nunca me tocan.

Un cuerpo nuevo para mi colección de objetivos Pentax: K-S1 a precio de saldo

Como ya comenté en su momento, mi primera cámara réflex, comprada allá por el año 1989, fue una Pentax. Desde entonces, siempre he tenido equipo de esa marca, y tengo una pequeña colección de objetivos con bayoneta K, que abarcan las focales entre los 21 mm (para formato APS-C) y los 200 mm (para formato completo). Uso con cierta frecuencia la mecánica Pentax MX con angulares moderados y algún objetivo estándar. Para quien no sea consciente del hecho es una cámara para película tradicional. Mecánica. La pilas sólo alimentan el fotómetro. Pero puede funcionar perfectamente sin ellas. También he venido usando con alguna frecuencia la Pentax K-x, un modelo digital, con sensor de tipo APS-C, al que le suelo calzar un macro 100 mm f/4 al que le tengo mucha simpatía.

Desde que llegó para quedarse la tecnología digital, siempre he tenido algún cuerpo de este tipo para poder usar estos objetivos. Pero nunca he gastado mucho. Los dos primeros fueron de segunda mano y a precio de chollo. Luego vino la K-x, que compré por poquito más de 300 euros. Ahora, por un poco más, he decidido actualizar el cuerpo, y he adquirido una Pentax K-S1, una cámara del año pasado, que tuvo un éxito escaso, con un sensor probablemente de origen Sony de 20 megapixeles, y un diseño estético no muy afortunado... Supongo que por eso existen stocks a los que quieren dar salida a precios bajos.

Os presento a la bestia, calzada con un Pentax SMC-A 35/2,8 de enfoque manual.

La cámara es realmente pequeña. Abulta muy poquito, como sucedía con la K-x. Y ese es uno de los motivos por los que me conviene. El caso es que sin ser una cámara puntera en nada,... funciona sin problemas y te la puedes llevar a cualquier sitio sabiendo que si las fotos son malas, la culpa es tuya. No de la cámara. Porque os hagáis una idea, la puntuación que le dan a su sensor en DxOMark, para los aficionados a los números, es similar a la que recibió en su momento la Canon EOS Mark II, y está por encima de las Micro Cuatro Tercios, y muy cerca de las Nikon de gama media. Obviamente, hay otras características que la sitúan en las gamas bajas del mundo de las cámaras. Pero hay que pensar en ella como el soporte para aprovechar una serie de ópticas a las que tengo cariño y con las que me gusta fotografiar de vez en cuando.

Las primeras fotografías que hice con ella fueron pruebas con el Pentax SMC-A 35/2,8, un angular moderado en el formato completo tradicional, que ejerce de focal estándar con los sensores APS-C.

Las primeras sensaciones, teniendo en cuenta que son fotografías realizadas a las siete de la mañana, con sensibilidades entre los 800 y los 1600 ISO, es que no se maneja nada mal en esas condiciones sin ser puntera, y que Pentax ha mejora su reproducción de los colores. Algo que no me acaba de convencer en los modelos anteriores.

Después estuve probándola con algunos de los objetivos más modernos que tengo de la marca, el SMC-DA 21/3,2 Limited y el SMC-DA 70/2,4 Limited (focales equivalentes en formato completo, 32 y 105 mm). Además de algún paisaje, les dediqué un tiempo en la rosaleda del Parque Grande de Zaragoza, con el apoyo eventual de un flash, disparado siempre fuera de la zapata de la cámara, a distancia.

Una cuestión más quiero decir. Aunque no me interesaba, la cámara viene con el "pisapapeles" de turno, un objetivo Pentax SMC-DA L 18-55/3,5-5,6 AL,... chismes que sigo pensando que tienen más inconvenientes que ventajas para los "aprendices" de "fotógrafo" que muchas veces se compran este tipo de cámaras. Pero bueno, esta mañana lo he probado un poquito. Como de costumbre, son chismes que se defienden, especialmente si evitar sus aberturas máximas. Que teniendo en cuenta que en el extremo tele es f/5,6 a veces es difícil. En cualquier caso... no sé, por ahí se quedará. No creo que lo use mucho. Quizá para salir con el sobrino y hacerle alguna foto al vuelo...

Kodak Pocket A-1 ¿La peor cámara de mi vida?

Como veis, no afirmo que la Kodak Pocket A-1 sea la peor cámara de mi vida. Hay un par o tres que han rondado mi entorno doméstico que independientemente de si todavía tengo acceso a ellas, no puedo comprobar si eran mejores o peores. Mi sensación es que, adecuadamente utilizadas en función de sus limitaciones, darían mejor resultado que esta pequeña cámara de plástico. Por un único motivo. Por el tamaño de su negativo, al menos cuatro veces más grande, que no obliga a ampliaciones tan grandes como con los procedentes de esta cámara.

Os la presento.

Como veis, básicamente consiste en un paralelepípedo de plástico, con una lente en el centro, probablemente también de plástico, un visor en la esquina superior derecha, un para de elementos descriptores de la marca y el modelo, y una correa atada en su esquina inferior izquierda.

Si la vemos por detrás...

... lo único novedoso es la tapa que se abre y se cierra para colocar o extraer el cartucho de película tipo 110, y una ventana transparente en el que vemos el contador de exposiciones que va incluido en el propio cartucho de exposiciones.

En la parte superior el botón disparador y un zócalo para el sistema de flash de un solo uso exclusivo para algunas de las cámara sencillas de Kodak. Recuerdo de la época que algunos vendedores definían estas cámara, y otros modelos de esta u otras marcas del mismo cariz, como "automáticas" porque no exigían la intervención del fotógrafo. Lo hacían todo ellas. No tal. Es una cámara mecánica, no necesita pilas, aunque el disparador no se podrá accionar si no hay un cartucho de película colocado en la cámara. No es necesaria la intervención del fotógrafo porque no hay opciones entre las que escoger para varias las características de la fotografía.

El tamaño del negativo es aproximadamente de 13 x 17 mm, muy similar al del actual formato cuatro tercios o micro cuatro tercios. Al igual que en este, la relación entre el ancho y el alto del negativo es 4:3. La apertura es fija a f/11. La velocidad de obturación se anunciaba en las especificaciones como de 1/50 segundo. El objetivo de 25 mm, equivalente a un 50 mm en el formato de película de 135, está presuntamente enfocado a la distancia hiperfocal, lo que para este formato de película sería a unos 3,7 metros, con una profundidad de campo de 1,8 metros a infinito. Pero esto es un cálculo que he hecho yo suponiendo que estuviera bien calibrado todo el sistema. Cosa que no puedo garantizar. Por que el caso es que las fotos, lo que se dice nítidas muy nítidas no salen.

Las fotografías que muestro aquí para ver cómo va la cámara en la actualidad fueron tomadas el pasado 7 de marzo de 2015 en la plaza de los Sitios, en Zaragoza. En esos días había unas jornadas de recreación histórica de la época de las guerras napoleónicas, en las que la ciudad sufrió dos terribles sitios, especialmente el segundo, en 1808 y 1809.

En la mañana en que estaban tomadas las fotografías había un sol radiante, y en la mayor parte de los casos procuré que el objeto principal de la fotografía estuviera entre 2 y 4 metros de distancia. Dado que la sensibilidad de la película negativa en color utilizada, Lomography Tiger CN 200, es de 200 ISO, y dadas las circunstancias del día, los negativos se encontrarán sobre expuestos en su mayoría entre 1 y 3 diagfragmas. Siguiendo la regla "soleado, f/16", la exposición correcta con el sol en la espalda del fotógrafo para esa mañana sería de f/16 - 1/200. Es decir, f/11 - 1/50 supone tres diafragmas de sobrexposición. En sujetos en la sombra abierta al cielo, la exposición sería correcta. No sé quien le hace la película a la Sociedad Lomográfica, pero con la mayor parte de las emulsiones modernas de carácter generalista, no debería haber problema para que en esas condiciones los negativos de esa mañana fueran perfectamente aprovechables.

Y de hecho, no tengo especial queja al respecto. No me han remitido todavía los negativos revelados y no los he podido inspeccionar. Pero los archivos jpeg que he podido descargar y de los que han salido las fotografías que aparecen en este artículo no muestran ningún problema al respecto. Es evidente que los fuertes contrastes de un día soleado, con zonas fuertemente iluminadas por el sol y zonas ensombrecidas por los árboles de la plaza, ponen en pequeñas difucultades la latitud de la película, pero nada grave.

El auténtico problema es la nitidez. Supongo que el objetivo de esta pequeña y barata cámara será un pequeño menisco de plástico. El colmo de la sofisticación sería un doblete acromático que pudiera corregir por lo menos en parte la aberración cromática, pero no me lo parece. Más bien tengo la sensación en que confían en la amplia profundidad de campo para que todos los colores queden enfocados a la vez. Y una sola lente tampoco elimina la aberración esférica, aunque la forma del menisco puede paliarla.

En cualquier caso, si bien en el centro la nitidez es floja pero suficiente para pequeñas ampliaciones, piénsese que estas cámara estaban pensadas para obtener copias en papel de no más de 12 x 9 cm, las esquinas y los laterales pierden nitidez a marchas forzadas. He probado a imprimir copias en casa a distintos tamaños de ampliación. En concreto a 18 x 13,5 cm, a 12 x 9 cm y a 8 x 6 cm. Efectivamente el de 12 x 9 cm es el más razonable, obteníendose copias simpáticas. El 8 x 6 cm lo he puesto por estar a caballo en superficie aprovechable por la imagen entre los dos tipos de Fuji Instax. Algo más grande que la Mini, y algo más pequeña que la Wide. Pero me resulta excesivamente pequeña

En estos momentos, el único lugar que conozco y tengo más o menos a mano para revelar este tipo de película son los laboratorios de la propia Sociedad Lomográfica, remitiéndolos por correo. Para la calidad final que se obtiene, el coste la película (6,90 euros) sumado al del revelado sin copias pero con los negativos escaneados a aproximadamente 1,5 megapíxeles (18 euros, 20 euros si es en blanco y negro), más los posibles costes de envío para la película si no la puedes comprar en tu localidad, hace que la cosa salga relativamente cara. En Zaragoza es posible comprar la película en la FNAC. Algo te ahorras en los envíos por lo menos. Si la resolución del escaneado os parece escasa... no os preocupéis, los negativos no dan para más... Mandé también un carrete en blanco y negro, pero todavía no tengo los resultados. Ya os hablaré de ellos.

Las fotografías que muestro aquí están tal cual, salvo el recorte que he hecho, porque el escaneado que te mandan tiene un marco que hecha a perder una parte de la fotografía. Calculo que un poquito más del 15% de la imagen aprovechable. Con tal de hacer publicidad de sus productos, además de cobrarlos caros, no dudan en quitarte un 15% de tu negativo. Cada vez entiendo menos a los que están enganchados a esta gente. Con estas circunstancias de precio y "maltrato" de los productos, dudo que repita muy a menudo la experiencia.  Os dejo una muestra, mientras me despido de vosotros hasta la próxima aventura fotográfica.

Olympus mju-II, una todoterreno con un objetivo excelente

Una estupenda cámara compacta que me da problemas.

Hacia mediados de los años 90 del siglo XX Olympus sacó al mercado una cámara compacta que acabó siendo una de las más apreciadas por los conocedores de la época. Se trataba de la Olympus mju-II. Con un tamaño muy ajustado, difícil de hacer más pequeña, esta cámara para película perforada de 35 mm llevaba un excelente objetivo, un 35/2,8, que la hacía ideal para reportaje. Además gozaba de protección contra el polvo y las salpicaduras. No era sumergible, pero te la podías llevar a la playa, o llevarla en el interior del anorak cuando subías a esquiar, sin miedo a que dejase de funcionar. Yo por aquel entonces llevaba como compacta una Minox 35 ML, pero aunque muy divertida de usar y eficaz, era mucho más delicada de manejo. Así que me hice con una mju-II, y las alternaba según las circunstancias de la jornada.

La cámara era poco más grande que un paquete de tabaco, tenía un pequeño flash, y la podías llevar sin problemas en un bolsillo del pantalón.

Este era uno de los grandes atributos que atraía a los fotógrafos más exigentes. Un objetivo de focal fija de 35 mm, muy luminoso para una compacta de película perforada de 35 mm. Ese f/2,8 era extraordinario en este tipo de cámaras, y así de compactas. Y era muy nítido, aunque la programación de la exposición favorecía las aberturas más abiertas, que tenían la menor definición en las esquinas.

Además del botón para hacer la foto estos son los únicos mandos de la cámara. Un botón para seleccionar el modo de flash y otro para el temporizador/mando a distancia. Un problema es que no guardaba la configuración, y al apagar la cámara (cerrando la cobertura deslizante del frontal) y volviéndola a encender, volvía a la configuración de base. Y otra cosa positiva. La exposición por defecto era multizonal en todo el fotograma. Pero pulsando simultáneamente ambos botones, podías escoger la exposición puntual en el centro. Esto permitía afinar mucho la exposición, y yo usaba diapositivas sin problemas.

La selección de la sensibilidad de la película era por código DX, aunque sólo tenía 4 contactos. Por lo tanto sólo admitía valores enteros (100, 200, 400, 800,…) y no los intermedios. No suponía especial problema con las películas habituales de la época.

En el pasado viaje a Nueva York, como ya conté, me la llevé con película Ilford FP4+ de 125 ISO. La usé sin ningún problema. Sin embargo, para las fiestas del Pilar de Zaragoza, le puse un carrete de Portra 400, y aquí empezó a dar guerra.

Como se ve, da la impresión que en el lateral derecho del fotograma se ha interpuesto una banda de algún material translúcido.

He revisado toda la cámara y no he podido hallar el problema. Necesita una limpieza del polvo acumulado con los años, pero no he localizado nada más.

Recientemente me la he llevado a un viaje en el día a Barcelona, el mismo problema ha aparecido en algunos fotogramas. De todos modos, el carrete de este viaje, un Ilford Delta 400, está muy dañado ya que en el momento de cargar el carrete de el tambor de revelado, hubo un accidente, y se veló en parte. Os dejo algunos ejemplos de ese carrete.

Este fotograma de la Estación de Francia de Barcelona muestra un cierto velado en la parte inferior del mismo, y la banda lateral problemática a su derecha.

En esta fotografía tomada en el camino entre el Museo Picasso y el mercado de Santa Caterina la banda problemática no aparece, está hecha con posterioridad a la anterior, peor aparece un cierto grado de velado en ambos laterales.

En la calle del Bisbe, todos los problemas se suman: el velado en los laterales y la misteriosa franja en esta ocasión en la parte de abajo al ser la fotografía vertical.

En la primera versión de este artículo, que hasta aquí he replicado fielmente, terminaba diciendo que era una pena todos estos problemas, porque por lo demás es una cámara discreta y estupenda para reportaje. En esta segunda versión acabaré de un modo más optimista. Un poco después de escribir el artículo en Medium, me di cuenta que el problema de base se debía a una entrada indeseada de luz en la cámara oscura por la ventanilla de lectura del tipo de película en la tapa de la cámara. La espumilla que garantizaba la estanqueidad a la luz está algo deteriorada y por eso se producía esa franja velada en ese extremo del fotograma. La solución puede ser de dos tipos. Cambiar la espumilla y, la más sencilla, tapar la ventanilla con cinta aislante negra opaca. Así lo hice, lo de la cinta aislante, y la cámara funciona sin ningún problema.

El 2014 en fotos (2): De película

El año pasado fue el primero en el que en mi repaso fotográfico al año incluí un artículo específicamente dedicado a la fotografía con película tradicional. Es una aspecto de la fotografía que no quiero dejar de lado, especialmente por lo gratificante que es utilizar viejos aparatos mecánicos, en los que pulsar el disparador para hacer la foto tiene algo de rito.

Ayer, en el artículo dedicado a los viajes, pudistéis ver algunos ejemplos cuando en mis desplazamientos por el mundo me llevé alguna cámara tradicional. Hoy analizaré los desafíos y problemas que me he encontrado durante el año para ir sacando adelante la fotografía con película tradicional en tiempos de dominio digital. He de decir que en estos momentos estoy con procesos mixtos. Toma de la fotografía con película tradicional, revelado químico y a continuación digitalización, bien sea en casa con mi EPSON PERFECTION V600 PHOTO (negativos en blanco y negro), bien sea en algún servicio comercial (negativos en color).

El primer reto del año fue encontrar qué película en blanco y negro era la que más me satisfacía para usar con negativos relativamente pequeños, como los de la película de 35 mm, bien sea en con negativos de 24 x 36 mm o bien de medio formato, 18 x 24 mm, más pequeños todavía. Tras varias pruebas, mi preferida, aunque no es la más fácil de encontrar es la FUJIFILM NEOPAN ACROSS 100. Que he usado preferentemente aunque no únicamente con la réflex PENTAX MX.

Mi primer carrete con la Across, en un mercadillo de productos ecológico; me gustó mucho el resultado.
Comparé los resultados con la Ilford FP4 Plus en la misma época, alla por enero; pero con el revelador R09 One Shot (fórmula igual al Rodinal), que era el que usaba en aquellos momentos, las Ilford no se acaban de llevar bien.
También prove la versión de 400 ISO de la Fuji Neopan, pero con formato pequeño, prefiero los 100 ISO para mantener el grano un poco a raya.
El tema del grano fino es especialmente importante con el negativo de medio formato, 18 x 24 mm, todavía más pequeño; en la Canon Demi EE17 la Across venía de maravilla.
Curiosamente, luego a lo largo del año tan apenas he usado esta cámara. Ya me explicaré.

Por lo tanto, durante el resto del año he venido usando la ACROS con la PENTAX MX, con alguna variación. Que ha consistido en usar alguna telemétrica de LEICA, con la misma película, o cualquiera de estas cámaras con la KODAK TRI-X. Está película, de sensibilidad nominal 400 ISO, la suelo usar a un índice de exposición de 200, ajustando a la baja el tiempo de revelado, para controlar el contraste y disminuir el grano.

Con la Acros y la MX he podido probar con el paisaje, con objetivos de 35 y 50 mm.
En su momento, participaron estas combinaciones en alguna quedada de Fotógraf@s en Zaragoza, como la de Miralbueno.
Incluso con un objetivo macro se atrevieron con la fotografía de aproximación, con resultados aceptables.
Sin embargo, en condiciones de luz escasa, es preferible una telemétrica como la Leica CL, para evitar la trepidación por el movimiento del espejo, y usar una película más sensible como la Tri-X. Así lo probé en la reunión de modelistas ferroviarios de Casetas.

Sin duda, la metedura de pata fenomenal la hice cuando quise aprovechar un carrete de ILFORD DELTA 100 que tenía por casa y que expuse con la PENTAX MX. Esta película da excelente resultados, pero es menos todo terreno que las anteriores. El caso es que por error la expuse a 400 ISO. La salvé como pude con revelado desatendido. En este caso con HC-110 porque el RODINAL se me había terminado.

La película caída en desgracia sirvió para documentar las fiestas del barrio de San José.

La cámaras de formato pequeño que he mencionado hasta ahora las he usado ocasionalmente con película en color, especialmente porque este año he probado diversos servicios comerciales de revelado y digitalizado. Los que se ofrecen en ZARAGOZA me han dado ya varios disgustos, así que he optado por los servicios en internet y confiar mis negativos al servicio de correos, que parece más cuidadoso que "ciertos profesionales" de la fotografía.

Por ejemplo, probé los servicios del laboratorio de la LOMOGRAPHY, que no están más, muy saturados para mi gusto, pero con una resolución excesivamente baja. No me interesaron más.

Esta imagen de las saladas de Bujaraloz podría haber ido al artículo de viajes. En cualquier caso, nos muestra lo bien que va la Olympus Mju-II con negativos Portra 160.
En esta imagen tomada con una Leica M2 comprobamos cómo los servicios "lomográficos" gustan de aportar imágenes bien saturadas.

También probé los servicios de CARMENCITA FILM LAB, que me convencieron bastante más y que son los servicios de revelado en color y digitalizado de negativos que uso en estos momentos.

El servicio que ofrecen los valencianos de Carmencita nos proporciona imágenes con tonos menos saturados y más sutiles más de mi gusto.
He incluso con este par de fotografía tomadas con dos Fujifilm Superia 400 que tenía por casa, la cosa queda bastante aceptable.

Pero reconozcámoslo, mis esfuerzos, especialmente en la segunda mitad del año han sido en poner en marcha en condiciones las cámara de formato medio que han ido cayendo en mi poder. Los negativos de formato medio, de 56 x 41 o de 56 x 56 mm de tamaño, son mucho más agradecidos a la hora de obtener detalles y capacidad de ampliación, incluso con un revelado casero. Y usar estas cámaras resulta muy divertido, aunque algunas sea muy grandotas.

Pero las cámara antiguas, incluso si están en buenas condiciones, necesitan ser repasadas para que funcionen bien, especialmente si han estado inactivas durante mucho tiempo. Y eso es algo a lo que he dedicado mucho esfuerzo. Más que a desarrollar algún tipo de proyecto fotográfico.

La FUJIFILM GS645S WIDE 60 PROFESSIONAL que me traje de NUEVA YORK ofrece unos resultados estupendos, pero tuve que ajustar dos cosas. Primero, tuve que aprender los trucos para colocar adecuadamente el carrete. Si no, quedaba suelto y se velaba parcialmente. Segundo, tuve que llevarla al taller para ajustar el telémetro y que enfoque adecuadamente. Conseguido esto, los resultados son buenos, con un cámara relativamente ligera.

Cuando controlas adecuadamente el enfoque, la GS645S ofrece unos resultados muy interesantes.
Y por ser una telemétrica relativamente "compacta" se puede usar incluso en modo reportaje.
Pero es que también, con una buena gestión de la profundidad de campo, incluso en color y con encuadres cuidados, ofrece imágenes muy agradables que puedes tomar en un paseo por la ciudad. Por el Canal Imperial de Aragón en este caso.

Como cámara ligera y bolsillera de formato medio, me agencié una cámara VOIGTLÄNDER PERKEO II, la más compacta de las cámara de 6 x 6 que se ha fabricado nunca, y que tiene un objetivo COLOR-SKOPAR, una fórmula óptica similar a los TESSAR, que da unos resultado muy buenos tanto en blanco y negro como en color.

Comprobar los buenos resultados de la Perkeo II en blanco y negro fue una muy agradable sorpresa. Por encima de lo esperado. Sólo cuando metes el sol en el fotograma sufres de pérdidas de contraste notables.
En estas cámara antiguas, un objetivo adecuado es fundamental para la buena calidad de la imagen. El Color-Skopar de la Perkeo II proporciona en color unos contrastes y unos tonos muy agradables.

Pero el proyecto que más me ha interesado ha sido el de procurarme un equipo HASSELBLAD con un precio razonable y en un estado suficientemente bueno. Prácticamente lo he ido adquiriendo por piezas y al final tengo un cuerpo 503CX con un PLANAR CF 80/2,8, un DISTAGON C 50/4 y un SONNAR C 150/4. El cuerpo y uno de los objetivos han necesitado viajes al taller. También dispongo, gratis, un cuerpo 501CM pero con problemas. Si en un momento dado me da por ahí, puedo llevarlo a arreglar y por lo que me cueste. O se puede usar como piezas para arreglar el otro. Los últimos carretes realizados todavía no los tengo revelados. Pero os puedo ofrecer unos cuantos ejemplos de cómo he ido usándolo conforme los he ido probando.

Mis primeros resultados con la Hasselblad fueron engañosamente buenos a la primera.
En blanco y negro, siempre con Kodak Tri-X, las situaciones se manejan con comodidad, y sin mayores problemas.
Pero pronto empecé a aprender que manejar una Hasselblad exige atención y dedicación. Obtener este bodegón, para el que necesité un aro de extensión, fue algo que me llevó su rato.
Las anteriores fotografías corresponden al Planar CF 80/2,8; el Distagon C 50/4 también está muy bien, pero todavía hay que tener más cuidado al encuadrar, aunque el enfoque es más sencillo al ser un gran angular. Pero en cualquier caso, no te puedes apresurar.
Para usar la Hasselblad con película en color, no se me ocurre nada mejor que la Portra 400 de Kodak. En cualquier caso, después de estas últimas, decidí llevar la cámara y el Planar a revisión en taller para una puesta a punto de algunos problemas mecánicos. Por lo tanto, no dispongo todavía de las pruebas con el Sonnar, que están recién hechas. Ahora toca buscar algún proyecto para este 2015.