Nuevamente nos acercamos a los lugares que la UNESCO ha calificado como PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD. Ya nos hemos acercado en artículos anteriores a dos de los lugares en JAPÓN que reciben esta calificación y que tuve la ocasión de visitar en mi viaje reciente al país oriental. Me refiero a la isla de MIYAJIMA con el santuario de ITSUKISHIMA y al entorno del MONTE FUJI. Ambos combinaban patrimonio cultural y natural. Ambos eran lugares de gran belleza paisajística y de gran significación histórica. Al que acudimos hoy tiene características totalmente distintas. Se trata del MEMORIAL DE LA PAZ DE HIROSHIMA (CÚPULA DE GENBAKU), popularmente conocida como la CÚPULA DE LA BOMBA ATÓMICA.

Como podemos apreciar, en esta ocasión no se trata de un lugar de especial belleza. De hecho se trata de una ruina. Una ruina de un edificio que todavía no tiene 100 años. De hecho, el edificio original se inauguró en 1915 para un exposición comercial y era de concepción europea. Y se construyó a conciencia. Muy resistente.

Este edificio se encontraba a 160 metros de la vertical del lugar donde explotó la primera bomba atómica que se utilizó contra un objetivo enemigo en una guerra. Previamente se había efectuado una explosión de prueba en el desierto de NUEVO MÉJICO (ESTADOS UNIDOS), pero HIROSHIMA tuvo el dudoso honor de ser el primer objetivo "militar" (la inmensa mayoría de los 150.000 muertos que ocasionó desde que explotó hasta final de 1945 fueron civiles, de ahí las comillas) en un bombardeo atómico. La bomba explotó sobre el centro de la ciudad a una altura de entre 500 y 600 metros, con el fin de aumentar los efectos destructores de la misma. A pesar de todo, cuando la nube de polvo y humo se disipó, sobresalía en el desolado, aplanado y calcinado paisaje las ruinas de este edificio, con el esqueleto de su característica cúpula destacando sobre el resto.

La conservación de estas ruinas no careció de controversia. Algunos de los habitantes de la ciudad preferían su desaparición. Al fin y al cabo, aunque una estructura característica, carece de cualidades estéticas especiales. Y acarreaba consigo dolorosos recuerdos para los supervivientes de la catástrofe. Sin embargo, otros eran partidarios de su conservación como recuerdo de la misma, como memorial y reclamo para conseguir una paz permanente entre los pueblos. Deseo que hasta el momento no ha sido especialmente escuchado por las élites gobernantes del planeta.

Finalmente, en el entorno de la cúpula fue desarrollándose el llamado PARQUE DE LA PAZ DE HIROSHIMA, configurado por una gran zona ajardinada y distintos elementos y museos que sirven de recordatorio a la catástrofe.

Por lo tanto, finalmente se decidió por la conservación de la cúpula, que se ha convertido realmente con el tiempo en un símbolo característico de la ciudad, tanto como recuerdo del cruel bombardeo como de la resistencia a desaparecer.

Se conserva tal y como quedó, salvo los trabajos realizados para apuntalar sus paredes y estructuras, con el fin de garantizar que su aspecto sea lo más parecido posible a como quedó tras aquel 6 de agosto de 1945. Y hoy en día es parada obligada para los visitantes de la ciudad.

Al fin y al cabo, no es difícil llegar a la misma. Una vez en la estación de ferrocarril de HIROSHIMA, allí mismo podremos tomar alguna de las líneas de tranvía, convenientemente publicitadas, que nos llevarán directamente hasta la parada de GENBAKU DOME-MAE, a pocos metros del monumento y del PARQUE DE LA PAZ, a orillas del río OTA.

Un lugar que hay que visitar no por su belleza, sino por la necesaria reflexión histórica. Por el esfuerzo que hay que hacer entre todos para que semejantes desmanes no se repitan.