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Día internacional de los museos - Hasselblad 500CM y Bergger Pancro 400 a IE 1600

En febrero de 2020 encargué, entre otros, dos rollos de película Bergger Pancro 400 en formato 120 que planteaba usar en una ocasión determinada y fundamentalmente para retrato. De esos rollos que habitualmente no muestro en público por la privacidad pactada con los/las modelos. Pero en esto que llegó cierta pandemia y se suspendieron, indefinidamente al principio, y por completo al final, aquellas sesiones de retrato. Y ahí se me quedaron colgando los dos rollos de Pancro 400. Que es un emulsión que no me disgusta, pero que no tiene suficientes ventajas sobre otras de uso más flexible para que me plantee usarlas de forma habitual. El caso es que se quedaron olvidadas, relativamente, en mi nevera.

Cuando llegó la tormenta de nieve Filomena en enero y salí a hacer unas fotos... vi los rollos en la nevera y cogí uno. Luego resultó una idea no muy afortunada, porque necesité forzar el revelado una par de pasos, por la carencia de luz suficiente a primeras horas de aquella mañana de sábado. El caso es que aquel revelado, no recomendado en principio, con Kodak HC-110 en dilución A (1+15) durante 7 minutos a 20 ºC, no quedó mal. El contraste de los negativos fue razonablemente adecuado. Y no hubo un aumento muy destacable del grano, especialmente considerando que estaba usando formato medio. Pero no le di más vueltas al asunto. Y el otro rollo quedó rondando en la nevera de casa.

Como una especie de repetición de la jugada, hace dos domingos era el Día Internacional de los Museos, era día de entrada libre en algunos de ellos, y hacían actividades especiales. Así que agarré la Hasselblad 500CM con el visor PM 51 y el Planar 80/2,8 CF, abrí la nevera, vi la Pancro 400 y la cogí, y me fui al Museo Pablo Gargallo, donde el artista plástico Steve Gibson estaba "soltando palomas" por todo el museo. Normalmente, con una sensibilidad nominal ISO 400, tendría que haber sido suficiente para hacer fotos a mano alzada con una velocidad de obturación de 1/60 s y una apertura f/2,8 o f/4. Por lo menos, en buena parte del museo. Pero la lluvia y el nublado cerrado que hubo toda la mañana del domingo me obligó, nuevamente, a exponer para IE 1600 y repetir el revelado que usé en enero. Una vez más, aunque el HC-110 no está recomendado para esta película, y menos para un revelado forzado, el resultado no quedó mal.

El problema es que tuve muchos problemas de nitidez en los fotogramas por la escasa profundidad de campo en tomas relativamente cercanas, fotografiando casi todo el rato a f/2,8. No sé si puede estar asociado a algún problema con el visor, que hasta ahora casi no había usado a distancias tan cercanas y con diafragmas tan abiertos, o a que pequeños movimientos de cámara hacia adelante o hacia atrás en el momento de la toma, hicieron que me fuese del enfoque adecuado. Tengo pendiente de revelar un rollo de película en color de ISO 800 en la rosaleda del Parque Grande de Zaragoza, en la que añadí un tubo de extensión de 10 mm al Planar 80 mm. Pero los diafragmas usados fueron más cerrados, porque las condiciones de luz fueron mejores. Me daría mucha rabia haber tenido los mismo problemas de enfoque incorrecto. Ya veremos... que dijo un ciego a otro ciego.

Día de nieves - Fujifilm GS645S Wide 60 + Bergger Pancro 400 @ 1600

Dicen que dos errores nunca hacen un acierto. Pero después del paso de la tormenta de nieve denominada por no sé muy bien quién "Filomena", he empezado a plantearme si una cadena de errores sí que pueda dar lugar a un acierto. Probablemente no. Pero intentaré explicarme.

Cuando estaba yo en segundo de bachiller, me refiero al bachiller unificado polivalente BUP, no al de ahora, llegó un día don Antonio Tena, profesor de física y química y nos comunicó los resultados del último examen. Solían ser desoladores. A mí se me daba bien la cosa... pero las escabechinas que hacía don Antonio eran de temer. Lo hacía más o menos así. Primero resolvía los problemas del examen en la pizarra. Luego procedía a preguntarnos a cada uno qué nota creíamos merecer. Y a continuación, él contestaba en el 80 % de los casos... "Eehhh, no. Cero." Pero aquel día lo hizo distinto. Simplemente, comunicó el resultado de la última operación de cada problema, el segundo de los cuales daba 4, y luego nos preguntó. Cuando llegó a un alumno que denominaremos ABS, como los sistemas de frenado, y le preguntó la nota que creía merecer, ABS contestó, sin freno alguno,... "Como mínimo un cinco, aprobado; porque el segundo problema me dio 4". A continuación, lo sacó a la pizarra y le hizo repetir la resolución del problema. Y, efectivamente, un cúmulo descomunal de errores, tanto conceptuales como aritméticos, le llevaron a la solución "correcta"... 4. Ya es puñeta que 2+2, 2*2 y 2^2... todo dé 4. Pues tengo la sensación de que esto me ha pasado a mí con este rollo.

El sábado pasado nevó. Para lo que se estila en Zaragoza,... mucho. Para lo que se estila en muchas partes del globo,... algo. Pero ante la novedad, al igual que muchos, aficionados o no a la fotografía, salí a hacer fotos. Me desperté espontáneamente antes de las ocho de la mañana. Y sin mucho pensar, me dispuse a salir a la calle. Pero no tenía claro cómo hacerlo. ¿Digital o fotoquímico? ¿Color o blanco y negro? ¿Cámara grande o una compacta bastaría? Al final... eche al macuto de todo un poco, que es el primero de los errores.

Del segundo me percaté cuando llevaba un rato ya en la calle y me dispuse a realizar mi primera fotografía con un rollo de película en blanco y negro que había cogido del frigorífico al vuelo. Convencido yo de que se trataba de la flexible y agradecida Ilford HP5 Plus 400, con la intención de exponerla a un índice de exposición de 1600. Pero no... ante mis ojos, en lugar de la blanca caja con el HP5 en verde de la Ilford, aparecía la caja granate oscuro de una Bergger Pancro 400. Me quedé pensando qué hacer... puesto que no tenía ni idea de si sería apropiada para forzar dos pasos con el único revelador que tengo, el Kodak HC-110. Al final, la cargué en la Fujifilm GS645S Wide 60... encuadré y disparé. Y sólo después mis neuronas me avisaron que la cámara no enfoca automáticamente y que no tenía ni idea de a que distancia estaba enfocado el objetivo. A dos metros. Perfecto... para una escena que pedía enfoque a infinito y con una apertura de f/4 en formato medio. ¿Tercer error? Más arriba la podéis ver... alguien la calificará de "atmosférica".

A partir de ahí, tomado medidas de vez en cuando de la luz, que fue aumentando ligeramente en intensidad durante las dos horas que estuve bajo la nevada, fui haciendo fotos, esta vez ya correctamente enfocadas. El objeto de exponer a un IE 1600 era doble. En primer lugar, porque cuando salí de casa había muy poquita luz para exponer a mano alzada. Y en segundo lugar, porque fotografiar una nevada justo cuando está sucediendo es de por sí otro error. La luz es horrible. Tremendamente difusa, no hay prácticamente contraste. Todo es de una grosura uniforme. Así que fui buscando elementos que destacaran en el paisaje suburbano de Zaragoza, confiando en que el aumento de contraste por el forzado les diese algo de vida. Lo que no sabía es cómo iban a quedar los tonos oscuros. Con la HP5 Plus no me hubiera preocupado mucho. Pero con la Pancro 400... ni idea. Medí la luz con el Gossen Digisix.

Y llegó el momento de revelar. En la documentación oficial de Bergger sólo ofrecía una combinación de tiempos, concentración y temperatura para el HC-110 y la Pancro 400; dilución B, 1+31, para un IE 400, 9 minutos a 20 ºC. En el Massive Dev Chart, había otra .. dilución B, 1+31, para un IE 800, 11,25 minutos a 20 ºC.  Y la única información añadida que encontré fue un tipo por ahí que había revelado para IE 1600, 14 minutos a 20 ºC también con la dilución B. A partir de ahí me empecé a ofuscar un poco... creí ver una tendencia... me puse a hacer cuentas... y dije. Pues debe estar bien. Porque 11,25 es aproximadamente 9*1,25 y 14 es aproximadamente 11,25*1,25. Me dije... sí, hay por ahí una fórmula matemática para forzar película cuando no se saben tiempos... así que... Me la quedo. 14 minutos. Miré el reloj. No tenía tiempo. Tenía que salir. Así que me dije... usaré 7 minutos a dilución A, 1+15, que es el doble de concentrado y ya está. No sé porqué pensé que esto sería correcto. Y además, con posterioridad comprobé cómo calcular los tiempos tentativamente cuando se desconoce y se quiere forzar la película... y lo que me decía era que tendría que haber usado 20 minutos a dilución B. Ya he perdido la cuenta de los potenciales errores que llevaba cometidos con este rollo.

El caso es que cuando colgué el rollo a secar, con prisas, porque ya iba tarde a un compromiso, aquello no tenía mala pinta. Se veían cosas. Los negativos tenían contraste. Y casi estaban ligeramente pasados de exposición, pero no mucho. Y sólo algunos. A primera hora de la tarde he procedido a digitalizar los negativos con la Panasonic Lumix G9... y dadas las circunstancias... pues no son ninguna catástrofe. Lo dicho... un cúmulo de errores que al final han producido un acierto. Por cierto... con posterioridad he llegado a la conclusión por lo que se puede leer por ahí, que si se fuerza la Pancro 400, el HC-110 no está especialmente recomendado. El caso es que ni siquiera me han salido un grano excesivamente notorio... En fin... cosas de la fotografía fotoquímica.

Bergger Pancro 400 en 35 mm con Canon EOS 650

He usado en diversas ocasiones la película Bergger Pancro 400 en formato medio. Os recuerdo que esta película salió al mercado a principios del año 2017. En su momento compré algún carrete de 35 mm, pero he tenido pocas ocasiones de usarlos. Por cierto, había oído hablar de que se había producido un agotamiento de existencias. Y parece ser cierto para el formato de 35 mm, sí que es posible comprar en rollos de formato 120 para cámaras de formato medio.

Hace unos días, para "desintoxicarme" del empacho de cámara digital como consecuencia de un viaje reciente de dos semanas a Taiwán, salí un sábado de buen tiempo y luz agradable por la tarde con uno de los carretes de 35 mm. El entorno por donde hice mi fotopaseo particular es uno de mis favoritos; algunas zonas suburbanas de Zaragoza, donde la ciudad termina y comienza eso que llamamos el campo. Un paisaje profundamente alterado por el ser humano, a inspiración, modestamente, del movimiento de la New Topographics.

El equipo usado para el paseo fue la "histórica" Canon EOS 650, con dos objetivos; el Canon EF 50/1,4 USM y un Sigma 28/1,8 ya muy veterano. "Histórica" por ser la cámara que inauguró hace 31 años la serie EOS de Canon. Este último Sigma es un objetivo que no funciona con las cámaras EOS de Canon modernas. Da un error que impide usarlo a nada que no sea su máxima apertura. Lo compré en los años 90 por tener un gran angular luminoso. En aquellos momento lo habitual es que los objetivos de estas focales no sobrepasaran el f/2,8 de apertura, pero se empezaron a fabricar algunos más luminosos. Lo cierto es que las aperturas más amplias son para usarlas como último remedio. Tienen poco contraste. Y si se pudiesen usar en digital, probablemente darían muchos problemas en las esquinas. El motor de enfoque automático es muy ruidoso y más lento que las ópticas propias de Canon. Pero para paisajear, usándolo a sus aperturas más favorables entre f/5,6 y f/11 con película tradicional, no va mal. Con el 50 milímetro de Canon... pues lo que mucha gente ya se sabe. De haber sido bien valorado en el pasado, ahora hay cantidad de gente que de repente lo odia. Yo no me quejo.

La película la revelé en Kodak HC-110 en dilución B (1+31 o 1:32), durante ocho minutos a 21 ºC; treinta segundos de agitación inicial, y luego cuatro inversiones tranquilas al final de cada minuto. Los negativos están digitalizados fotografiándolos con una Panasonic Lumix G9 y un objetivo Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH, lo que nos da un archivo aprovechable de unos 17 megapixeles. Son necesarios ajustes de contraste que realizo entre Adobe Lightroom y Affinity Photo. Importo en Lightroom los archivos RAW y hago un ajuste inicial de los blancos y los negros sin tocar nada mas. De aquí exporto en formato TIFF de 16 bits a Affinity Photo, donde invierto los valores del negativo al positivo y termino de ajustar el contraste con niveles o curvas. Ajustes mínimos. Finalmente, en Lightroom, ajusto la nitidez y exporto o imprimo. Una copia en formato 20 x 30 cm se ve con elevada nitidez, pero también con un grano muy marcado, aunque no desagradable.

Me gusta mucho la gradación tonal de esta película. Soy de los que opinan que la sensibilidad nominal ISO 400 es excesivamente optimista. Yo he expuesto este carrete a un índice de exposición de 250, con un revelado para los tiempos recomendados para un índice de exposición de 400. A pesar de todo, el aspecto de los negativos es poco contrastado y muy fino. Cierto es que en ningún momento se pierde información en las sombras; todas tienen textura suficiente. Quizá lo que más me haya sorprendido es lo notable que es la presencia del grano; lo que no descarto que provenga en parte de los ajustes de contraste necesario en el archivo digital por el contraste tan suave del negativo. Se podría plantear aumentar el contraste del mismo aumentando el tiempo o la temperatura del revelado, pero eso también produciría un aumento de la presencia del grano.

En cualquier caso, la textura del grano es una cuestión de preferencias personales. A unos les gusta más marcada a otros menos. Como digo, la cantidad de información y la gradación de los grises me gustan mucho para estas horas del atardecer. En horas centrales del día, me gusta menos la respuesta de esta película. En cualquier caso, me entran dudas de que aporte algo a otros productos más sencillos de encontrar. Aunque me parece un buen material.

Bergger Pancro 400 en revelado desatendido con Adox APH 09 (Rodinal)

La película Bergger Pancro 400 me gusta bastante, y desde que salió al mercado hace poco más de un año para sus presentaciones de 35 mm y tipo 120, la he usado de vez en cuando. Con frecuencia la uso para llevar en la cámara cuando paseo por la ciudad, generalmente cargada en la Fujifilm GS645S Wide 60, un conjunto que me resulta agradable para paseos ciudadanos.

Aunque hay no pocos que proponen una sensibilidad efectiva más baja que el ISO 400 de su sensibilidad nominal, a mí me gusta usar esa sensibilidad nominal, y conseguir unos negro profundos. Que hasta el momento nunca me han quedado empastados y sin detalle.

Nunca hasta la fecha había utilizado un revelado desatendido, ni con Kodak HC-110 ni con Rodinal, sus clones o derivados.

Como ya habéis visto estos días atrás, en pocos días se me acumularon varios carretes, cada uno de su padre y de su madre, un Ilford Delta 100, un Fujifilm Neopan 100 Acros, y el Bergger Pancro 400 del que os hablo aquí. Y tenía poco tiempo para dedicarles al revelado y procesado. Así que tiré por la del vago, y decidí meterlos todos en una sopa de Adox APH 09, con una dilución 1+100, a una temperatura entre 20 y 21 ºC. Se procede a continuación a un revelado desatendido, es decir con una agitación mínima. Treinta segundos iniciales de suaves inversiones, y luego dejar estar quieto durante una o dos horas sin agitar, salvo un par de inversiones a mitad de ese periodo para evitar irregularidades. El objetivo es conseguir un revelado compensador, en el que las luces agoten enseguida el revelador vecino y no suban más allá de la cuenta, que no se empasten, mientras que las sombras, con mucha menos plata tengan a su disposición revelador durante todo el tiempo, revelándose a fondo. El Adox APH 09 os recuerdo que comparte la fórmula que usaba Agfa para el Rodinal hasta la Segunda Guerra Mundial. Se revela con las mismas técnicas y los mismo tiempos. Y yo soy incapaz de distinguir los resultados de esta fórmula con respeto a otras clónicas o derivadas del Rodinal. Y es muy barato.

Para estos paisajes urbanos o suburbiales, coloqué ante el objetivo de la GS645S un filtro rojo nª 25. Como tiene un diámetro de filtro de 49 mm, es un filtro que me sirve para esta cámara, para los objetivos más habituales de las Pentax, con un adaptador 49-46 mm para varios objetivos del sistema micro cuatro tercios. Y con tal de no usarlo con grandes angulares, con un adaptador 49-52 mm, con objetivos de otros sistemas que tengo por ahí. En cualquier caso, en esta ocasión me ha servido para dar más profundidad a los cielos, y una mejor separación entre esos y las nubes, o entre estas.

En cuanto a los resultados... sensaciones mixtas. La gradación tonal que he obtenido me parece satisfactoria. Si de por sí la Pancro 400 no es una película excesivamente contrastada, el revelado compensador proporciona una gradación bastante lineal de los tonos. Quizá sea cierto que le sienta mejor un índice de exposición un poco superior, digamos IE 320 o inlcuso IE 250... pero como ya he dicho, me gustan las sombras más profundas, y con IE 400 no se bloquean. Así que seguiré fiel a este índice de exposición.

Donde ya no estoy tan contento es en el grano de la película. Entendámonos, estamos ante una película cuya sensibilidad nominal es ISO 400. Y estoy usando un derivado o clónico del Rodinal. Así que no puedo esperar el grano más fino posible para esta película y estas condiciones. Pero dicho lo cual, creo que el revelado que le he practicado a una Pancro 400 en el que el grano ha sido más aparente. No desagradable; es regular y homogéneo, pero muy aparente. Especialmente, como es natural en las grandes extensiones de tonos uniformes. Lo cierto es que una película de ISO 100 con un filtro amarillo, para no perder tanta luz, me hubiera dado las mismas condiciones de exposición, y un grano mucho más discreto, como me sucedió con la Fujifilm Neopan 100 Acros. Teniendo en cuenta que el filtro amarillo que usé con la Acros resta un paso de exposición, el índice de exposición efectivo fue de 50 para una película de ISO 100. Como el filtro rojo que usé con la Pancro 400 resta tres pasos de exposición, el índice de exposición efectivo para esta fue también de 50. Evidentemente, hay diferencias estéticas entre el uso del filtro rojo y el amarillo. Cada cual tiene que valorar lo que le conviene. Para mí, ese índice de exposición efectivo de 50 es lo mínimo para ir sin trípode. Contando con que si baja la luz por nublados y tal, o porque me muevo por entre calles, le puedo quitar el filtro y recuperar luz.

Los resultados globales no están mal. Pero confirman la tendencia observada, y también leída en diversas fuentes, de que el revelado desatendido con Rodinal, clónicos y derivados se lleva mejor con las películas de sensibilidad media-baja. De ISO 125 hacia abajo. Y bien expuestas, sin riesgos de subexposición. Ahora sólo dispongo de Adox APH 09 en casa, pero me estoy planteando mantener una reserva de algún otro revelador tipo Ilford DD-X, Kodak TMax Developer o Ultrafin T-Plus o similares. Ya veremos. Es que el Rodinal y el Kodak HC-110 son tan cómodos y eternos...

Voigtländer Snapshot Skopar 25mm f/4 MC - Un buen acompañante moderno para una cámara de hace 60 años o más

No lo uso mucho. Realmente nunca he sido de focales extremas. Por debajo de los 28 mm, en equivalentes al formato 24 x 36, o por encima de los 100 mm de focal, me parecen siempre ya focales especializadas. Poco polivalentes. Y habitualmente me gusta ir con ópticas polivalentes. Dicho lo cual, no serán pocos los que me llevarán la contraria. Y dirán que una focal de 24-25 mm es un angular demasiado frecuente hoy en día para considerarlo fuera de las opciones habituales de cualquier fotógrafo, aficionado o profesional. Es posible. Por otra parte, no siempre pienso en él... y ahí siempre me equivoco, porque lo debería tener más en cuenta como opción.

Adquirí el Snapshot Skopar 24/4 MC de Voigtländer hace ya 15 años, quizá algo más. Recuerdo que en el verano de 2003 ya lo llevé a unas vacaciones por el valle del Dordoña en Francia. Un tiempo atrás había adquirido la Leica CL con su Summicron-40/2 como óptica estándar, y no tardé mucho en adquirir su complementario, el Elmar-C 90/4. Una combinación de cámara y ópticas ideal para ir de viaje, que me ha marcado mucho en años posteriores. Pero a esa combinación le faltaba un gran angular. Y lo más asequible que encontré estaba en determinadas ópticas de Voigtländer, que a pesar de su veterano y prestigioso nombre alemán, estaban y están fabricadas por los japoneses de Cosina.

Como se puede deducir de ese "Snapshot Skopar" del nombre, Cosina no presentó esta óptica con muchas pretensiones. Con una montura de rosca de 39 mm compatible con las Leicas de antes de mediados de los años 50, era utilizable con un adaptador con las posteriores con bayoneta M. Pero con un ligero problema. Esta sencilla óptica no tiene acoplado el sistema de enfoque al telémetro de coincidencia de las cámaras. Hay que enfocarla por estimación. Lo cual no es mucho problema. Con una focal tan corta, la profundidad de campo es amplia. Y una adecuada escala de profundidades de campo ayuda considerablemente a enfocar por zonas. Su rueda de enfoque tiene además un par de clicks señalando las distancias de 1, 1,5 y 3 metros, que señalan con bastante aproximación los modos de retrato y retrato de cuerpo entero para las dos primeras, y la de la hiperfocal a f/8 la tercera. No es exactamente así, pero así funciono las más de las veces. Incluso a su apertura máxima, muy modesta, f/4, es difícil errar el enfoque.

En principio, esa modesta apertura máxima de f/4 es un inconveniente para fotografiar con poca luz. Pero ya hemos dicho que no es un óptica con pretensiones. Es un objetivo para el paisaje, natural o urbano, y para hacer fotografías de recuerdo muy dinámicas cuando vamos por el mundo. Si estamos al aire libre, ajustamos el diafragma a f/8, encajamos el enfoque a 3 metros, y tenemos todo enfocado desde los 1,5 metros hasta el infinito. Ajustamos la velocidad de obturación en función de la luminosidad ambiental y es como dice una cuestión de "snapshot photography". Apuntar, encuadrar y disparar. Con un medio sensible de ISO 400, película o digital, da igual, con sol radiante estamos a 1/1000 s de velocidad de obturación. Si está nublado, 1/500. Si llueve o en la sombra, 1/200. En un bosque no muy cerrado, 1/100 o 1/50. En un interior bien iluminado, 1/30. Y no hemos tocado ni la distancia de enfoque ni el diafragma, y seguimos obteniendo fotografías nítidas. Con una Leica, sin espejos incordiando, he disparado a 1/8 y sigue bastante nítido, aunque no suelo bajar de 1/15 o 1/20.

A algún lector avispado y experimentado en fotografía le habrá extrañado un poco la progresión de velocidades que he mencionado. No es la habitual. Pero es la que aparece en mi Leica IIIf, cámara telémétrica de 1951, que es una cámara con la que he usado mucho esta cámara. Queda un equipo bastante bonito, capaz y ligero. Que incluso se puede introducir en un bolsillo de un chaquetón en invierno. Ideal para pasear por el campo y hacer paisajes. Quizá, lo ideal estéticamente sería buscar un visor de aspecto menos moderno. Pero no está mal.

Cosina también nos hace ver en su deniminación, MC, que es una óptica "multicoated". Es decir, con múltiples revestimientos, para protegerla de los reflejos indeseables y de las pérdidas de contraste, especialmente cuando la luz nos venga de frente. Vamos a ver,... no está al nivel de las ópticas Leica o las Zeiss, pero su construcción es bastante digna. Observares que entre las fotos que presento hay varias en contraluz, con el sol de frente.

Hay que recordar que Cosina también fabrica o ha fabricado las ópticas Zeiss para montura Leica M. Y luego está el hecho de que en ocasiones Cosina ha fabricado versiones MC y SC. Estas últimas, "single coated", para dar un rendimiento más antiguo a las imágenes. El caso es que la calidad de imagen de este pequeñín es bastante notable, aguantando el tipo bien incluso cuando se lo calzas a la exigente Leica ME con su sensor de 18 megapíxeles. Eso sí introduciendo en la cámara un ajuste de óptica muy gran angular, para que haga corrección por firmware de los problemas asociados en un sistema digital con una óptica gran angular de tipo simétrico. Aproximadamente, simétrico. No me voy a poner exquisito con la cuestión del diseño de la óptica.

Os puedo asegurar que no tiene peor rendimiento en nitidez que el EF 28/1,8 de Canon cuando lo calzas en una EOS de formato completo moderna. No ofrece el mismo contraste que las buenas ópticas Leica o Zeiss, pero los resultados son más que honorables.

En la serie de fotografías de hoy, la usé con la Leica IIIf y película Bergger Pancro 400, revelada en TMax Developer 1+9 a 20 ºC durante 9 minutos. Los resultados que podéis ver no son óptimos por dos razones. Esa fórmula de revelado, recomendada en el Massive Dev Chart de Digitaltruth me dejó los negativos infrarrevelados. Y además, la estabilidad dimensional de la Pancro 400 es horrible, y es un verdadero dolor de cabeza digitalizarla en casa de forma digna.

Este objetivo ya no se comercializa. Sé que un tiempo después de adquirir la mía aparecieron versiones con montura de bayoneta M, con el telémetro acoplado, pero con la misma fórmula óptica. Pero ya no aparece en el catálogo de ópticas de Voigtländer. Lo más cercano que aparece es un Color Skopar 21/4 MC para bayoneta M. Ya no hay ópticas para rosca de 39 mm, que en mi caso es un plus preferible.

Es posible utilizarlo también en sistemas sin espejo. Como por ejemplo en mis micro cuatro tercios. Pero ahí presenta pocas ventajas. Se convierte en un estándar poco luminoso... que bueno... Quizá podría tener su interés con una Sony de formato completo, siempre que se le pueda indicar a la cámara que realice correcciones por firmware para una focal muy angular. Si no es así, sólo sería válida para el blanco y negro, o intentar corregir posible viñeteo de color mediante software. Difícil.

Uso poco esta óptica. Pero le tengo cariño, oye.