Aunque estamos a punto de entrar en la primavera, aquí nos tienes en un fin de semana en el que de vez en cuando nos cae algún chaparrón, que se alterna con momentos de sol, y que nos trae también un vientecillo frío que augura para las próximas horas todavía mayores inclemencias meteorológicas. En cualquier caso, mi semana fotográfica ha venido caliente, porque tengo reestructuración de mi equipo fotográfico digital principal, lo que me ha tenido relativamente ocupado, en la medida en que mi tiempo libre me lo ha permitido. Os lo cuento dentro de unos días.
De momento, hoy os traigo la dosis semanal de recomendaciones fotográficas, acompañadas en esta ocasión de algunas fotografías procedentes de paseos fotográficos realizados hace un par de semanas con la Fujifilm GS645S Wide 60 Professional cargada con algunos rollos de Fujifilm Neopan 100 Acros, revelada en Adox APH09 (variante del Rodinal) 1+25, durante 6 minutos y 15 segundos a 20 ºC. Me gusta la Acros, aunque su base podría tener una mejor estabilidad dimensional, que la hiciese más sencilla de manipular. Pero su contraste muy moderado, pero con negros profundos si la expones a su sensibilidad nominal, me permite sacarle mucho jugo.
Hace unos días, en Iconic Photos, contemplaba una de las más interesas fotografías de la fotógrafa Margaret Bourke-White. Realizada en la Unión Soviética en 1930, país que la fotógrafa visitó y documentó ampliamente ante el impulso industrializador que el régimen bolchevique esta imponiendo al país para convertirlo en la potencia en la que se convirtió, a base de stalinianos planes quinquenales. Fue su primer gran trabajo. En cualquier caso, tengo la sensación de Bourke-White, fuera de su país natal, Estados Unidos, está un poquito olvidada, y creo que es una excelente fotógrafa, verdadera precursora de muchos fotógrafos, masculinos o femeninos, que vinieron después. Un excelente reportera y documentalista.
El fenómeno Vivian Maier ha pegado fuerte en el mundo de la fotografía en los últimos años. De tal modo, que no hay mes, o casi podríamos decir semana, en que no haya alguien que proclame haber encontrado la "nueva vivianmaier" de donde sea que viva. Y los alegres chicos de Photolari nos hablan, ya que nos hemos ido a la Unión Soviética, de la "vivanmaier" de Leningrado, Masha Ivashintova, de la que también se han encontrado 30.000 fotografías en un ático o algo así. Que frente a lo que sucede con otras "vivianmaiers", me ha llamado la atención porque nos muestra imágenes de indudable calidad documental. Aunque también hoy otras propias de album de fotos familiar. Pero bueno... ahí está.
El blog de Magnum Photos está de lo más cuidado e interesante últimamente. Y traigo en las últimas semanas muchas recomendaciones de sus páginas. Esta semana, cuatro, nada menos.
En primer lugar tenemos a Jacob Aue Sobol que, a la hora de reflejar los problemas de la guerra civil en Guatemala en los años 70 y 80, decidió fijarse en los problemas y andanzas de una familia indígena, los Gómez Brito. Un reportaje potente, a veces duro, pero lleno de humanidad, y que pone caras y sentimiento a los conflictos armados, en los que las caras de las víctimas se confunden muchas veces entre los números de las masas. El estilo de Sobol, inconfundible, con su blanco y negro contrastado y con uso y abuso del gran angular para meterse encima de la escena.
También es inconfundible el estilo de Antoine d'Agata. Inspirado por el hecho de que la hija de d'Agata se encontraba próxima al Bataclan durante los ataques integristas de noviembre de 2015, se ha paseado desde principios de 2017 por los templos religiosos de la capital francesa para captar de un forma muy expresionista la naturaleza de los rituales religiosos, en un claro intento de despersonalizarlos y desnaturalizarlos, mostrando las semejanzas entre los de todas las religiones. Mostrando más las mentiras que esconden en lugar de las verdades inmutables que dicen representar.
En otro orden de cosas, tenemos un artículo dedicado al acto de dormir y soñar, tal y como lo ve a lo largo de su obra el italiano Ferdinando Scianna. Un recorrido por las fotografías de durmientes a lo largo de la obra; durmientes muy diversos, desde la diosa esculpida en mármol al obrero cansado sobre una acera. Detrás de cada una de estas imágenes podemos pensar una historia, sobre porqué esas personas necesitan ese reposo, y qué sueños lo poblarán. Me gusta el acercamiento humano que proponen las fotografías de Scianna.
Y la última propuesta que nos llega de Magnum Photos tiene que ver con la actualidad más reciente. En institutos de toda la geografía de Estados Unidos, el pasado 14 de marzo escolares adolescentes de todo tipo y condición abandonaron sus aulas y salieron a la calle para protestar por las armas y la violencia que periódicamente se desata en sus centros educativos. Dos lugares, dos fotógrafos, aparecen representados en este artículo, Alessandra Sanguinetti que se acercó a un instituto en el norte de California, y Peter van Agtmael, que hizo lo propio en algún lugar de Brooklyn.
En A Photo Editor nos proponían hace unos días un libro. De una fotógrafa especializada en retrato, de la que yo conocía algunos de los que ha realizado a gentes famosas del mundo del cine y otras farándulas. Se trata de Jennifer Roberts, y tiene un estilo muy directo pero a la vez muy cercano a la persona fotografiada. Un estilo que hoy en día se ve mucho, pero que en el que pocos consiguen destacar. Pero a mí, los retratos de esta canadiense me han llamado ya varias veces la atención.
En Cada día un fotógrafo/Fotógrafos en la red nos traen de vuelta a Europa, a Alemania en concreto, y nos proponen el trabajo de la germana Andrea Hüber, que también se ha especializado en retrato, con o sin ropa. Su estilo varía. Personalmente me quedó con su retratos y desnudos en formato cuadrado procedentes de su Hasselblad. También sus fotografías en blanco y negro. En cualquier caso, nos cuentan del minimalismo en su equipo. Una cámara y un objetivo estándar. Para qué más.
Ahora nos iremos a esas disciplinas en las que la fotografía es un medio más para la creación artística, pero quizá no el esencial aunque sí importante. Nos recuerdan en Dazed la performance que se hizo famosa hace unos años en Instagram por parte de la entonces estudiante de arte Amalia Ulman (y aquí; y su cuenta actual real en Instagram). La joven argentina se inventó una identidad, la de una joven tratando convertirse en un "it girl" y una vida en esta red social, atrayendo a numerosos seguidores, en torno a las jóvenes que utilizan estas herramientas para construirse una vida, con no poco grado de artificio. La joven artista alcanzó notoriedad y ha continuado con sus performances de lo más diversas, siempre estableciendo una mirada crítica sobre la actualidad.
En On this Date in Photography nos proponen una reflexión. ¿Existe o no existe una diferencia entre la mirada masculina y la femenina en fotografía? Probablemente. La sociedad ha diferenciado tradicionalmente la moral, la educación y los roles sociales de hombres y mujeres, luego diferencias ha de haber aunque existan zonas en común. Pero de todos modos, que cada uno lea el artículo, reflexione y saque sus propias conclusiones. Por supuesto, el artículo, que se centra en el análisis de dos fotógrafos, uno hombre, Boris Smelov, y otro mujer, Maria Austria, procura generar equívocos y algo de confusión.
Y termino con el número 108 de Fraction Magazine, que se ha retrasado un poquito. Pero ha merecido la pena porque este mes ha traido unos porfolios distintos y, creo que, más interesantes.
El estilo de Frank Machalowski (web del autor) lo habíamos visto previamente en la obra de Alexey Titarenko. Y aunque no llega a la maestría del ruso, no deja de ser interesante.
Jugando con la foto encontrada en los rastrillos y el collage, tenemos la obra de Nick Schietromo (web del autor).
Por último es interesante el juego con la geometría y el flirteo con la abstracción en lo cotidiano, aunque sus obras son figurativas, que nos propone Margeaux Walter (web de la autora).
Cuando yo pensaba que entrando en agosto internet se iba a poner más soso en lo que se refiere a noticias o artículos sobre fotografía, me he encontrado con una semana con variedad de cosas interesantes. Espero que os gusten.
Las fotografías acompañantes... A ver. Esta semana se ha producido un cierto debate en uno de los grupos de fotografía que me a priori me resultaba relativamente banal. Y creo que la gente da importancia a cosas poco importantes. La cuestión fue provocada por un enlace a un artículo de un señor que abogaba por fotografiar en digital guardando la imagen en archivos JPG en lugar de los archivos con datos brutos (RAW) como la mayor parte de los "entendidos" recomiendan. Lo cierto es que el debate ha acabado llamándome la atención no por el tema, ya digo que me resulta banal, sino por los dogmatismos que descubres en la gente. Usando expresiones para referirse al otro, al que opina distinto como "absolutamente erróneo", "totalmente equivocado", "no sabe de lo que habla y es un vago"... o cosas parecidas. Aunque he entrecomillado, no necesariamente cito literalmente, pero me acerco. Como digo, me sorprende. Porque esto son meras herramientas que no tienen nada que ver con la esencial de la fotografía. Nada. El único motivo por el que puede convenir y conviene disparar en RAW es porque luego hay mucha más flexibilidad a la hora de ajustar la luz, el contraste y el color de la imagen sin perder demasiada información. Pero la mayor parte de la gente que conozco obtiene peores resultados al tratar sus archivos brutos que lo que conseguiría usando el JPG que le proporciona la cámara. Y fotografiar en JPG de forma seria, lejos de ser de "vagos" exige un profundo conocimiento de la cámara y de las circunstancias de la toma, especialmente la calidad de la luz, ya que hay que tomar decisiones a priori sobre la misma que luego será difícil de corregir en el procesado. La cosa está clara. O piensas y trabajas antes de hacer la foto (JPG), o lo haces después (RAW). El caso es que en el caso de los datos en bruto también hay que pensar antes, porque si partes de un churro de foto, por mucho que proceses es fácil que al final siga siendo un churro.
Dicho lo cual, suelo guardar las fotos con los datos en bruto (RAW), por una cuestión de conveniencia. El caso es que ayer acompañé a unos amigos a conocer las saladas de Sástago y, aunque fundamentalmente hice fotos con película tradicional, hice unas cuantas con la Leica D-Lux en blanco y negro y JPG, con un filtro amarillo puesto ante el objetivo. Que son las que acompañan la entrada de hoy. Por cierto que estaban sin agua... un sentimiento raro... ver estas cuencas endorreicas así.
Ha sido el 80º aniversario de la muerte de Gerda Taro durante la guerra civil española. Son diversos los medios, prácticamente todos extranjeros, aunque el hecho se produjo en nuestro país, que se han hecho eco de la efeméride y han recordado la figura de la fotógrafa. Mi primera noticia del aniversario creo que me llegó del International Center of Photography. Hay que recordar que "Robert Capa" comenzó siendo la marca bajo la que se vendían las fotos de esta fotógrafa alemana y del fotógrafo húngaro Endre Ernő Friedmann, quien a la muerte de Taro se quedó ya para siempre con el nombre. Y aunque los estilos de ambos parecen claramente diferenciados, no es de descartar que alguna foto atribuida al segundo fuera realizada por Taro.
En el blog de Camerafilia, además de sus habituales entradas sobre bellos aparatos fotográficos, hemos podido ver dos series de fotografías dedicados a dos interesantes fotógrafos, La primera serie estuvo dedicada al fotógrafo afroamericano Gordon Parks, que yo ya conocía bastante bien, y que estuvo siempre en primera línea para reivindicar a la comunidad afroamericana en los Estados Unidos y sus derechos civiles. La segunda serie, sin embargo, ha estado dedicada a una fotógrafa que yo no conocía. Se trata de Laura Gilpin y es una fotógrafa que participa de esa fenomenal tradición de fotógrafos norteamericano paisajistas y etnógrafos que nos han legado magníficas imágenes de las culturas ancestrales del país y de sus impresionantes paisajes, gracias a la maestría con la que manejaban sus cámaras de gran formato, su conocimiento de la composición y de la luz. También destacó por su platinotipias, una técnica fotográfica de gran belleza.
Por un lado tenemos a David Hurn. Hurn es un fotógrafo galés que en un momento dado abandonó las verdes colinas y acantilados de esa región occidental de la isla de Gran Bretaña por los secos y áridos paisajes de Arizona, en una serie de viajes que rompían por completo la imagen del mundo tal y como se había criado. A más de 8000 kilómetros de su domicilio en Cardiff, el mundo le ofrecía un paisaje físico y humano radicalmente distinto e igualmente atrayente para su ojo fotográfico.
Aunque fuera de la serie On the Road, no deja de ser un gran viaje el que nos muestran con las fotografías de Ian Berry, que recorrió la antigua ruta de la seda entre China y Occidente en 1996. Recientemente las intenciones del gigante asiático de impulsar una gran ruta de comunicación entre Pekín y Alemania. Un paso más para las obvias intenciones chinas de ser la potencia dominante en el mundo. Es lógico que la serie no pertenezca a la serie mencionada, ya que el viaje no se ha realizado por carretera sino fundamentalmente por tren. Lo cual, hoy en día, con la inestabilidad de muchos países del recorrido igual es más difícil que hace 20 años.
Vuelvo a rescatar a Antoine D'Agata, que ha aparecido en las dos últimas ediciones de mis recomendaciones semanales, esta vez a propósito de un artículo de Albedo Meida, que hace un repaso a su serie de viajes a Méjico en los últimos 30 años. De lo que conozco de la obra de D'Agata, esta serie es una de la que más me gusta, de las que más me impresiona. Probablemente porque es más integral, y además de las personas, casi siempre de entornos marginales, y de su tendencia a situarse en el centro de la acción, nos proporciona también referencias al paisaje y al ambiente. Un ambiente siempre duro, difícil, hostil a la persona.
Y cambiando totalmente de tercio. Desde hace un tiempo me está llamando cada vez más la atención el paisaje nocturno. Llevo pensando una temporada en hacer un proyecto personal sobre la cuestión. Pero todavía no he decidido cuáles van a ser las características del mismo. De momento voy intentando inspirarme viendo la obra de fotógrafos de nivel. Esta semana, por ejemplo, en Booooooom he podido contemplar los paisajes nocturnos de William Broadhurst, realizados en la hora azul y con una estética espléndida. Llevo ya un tiempo siguiendo el tumblr de este fotógrafo.
Cada vez me gustan más los artículos y porfolios que publican en LensCulture. No hace mucho hablé del libro que recientemente han publicado con las mejores fotografías publicadas en esta revista de fotografía virtual. En esta semana han aparecido varios artículos que me han gustado, de los cuales he seleccionado dos.
Por una lado, nos hemos llegado hasta Dubai, donde el fotógrafo Nick Hannes es entrevistado sobre su visión sobre este emirato del Golfo Pérsico, capital de los Emiratos Árabes Unidos. Entre la más rancia y conservadora cultura islámica y la modernidad de sus infraestructuras realizadas gracias a los pingües beneficios que se obtienen del petróleo. Abundancia de estética kitsch, contradicciones notorias, algunas rozando el absurdo, y una cuidada estética e imagen muy clara para unas fotografías que van un poco más allá de lo documental.
Con una estética muy distinta, partiendo de un cuidado trabajo con una cámara de gran formato a la hora de seleccionar el enfoque y la profundidad de campo, en un blanco y negro contrastado, el brasileño Claudio Edinger nos muestra una imagen muy distinta de la ciudad de Río de Janeiro de las que estamos acostumbrados a tener y a ver. Aunqeu no deja de transitar por todos los tópicos asociados a la ciudad carioca.
Y como muchos están de vacaciones, y los que pueden y les gusta viajan, me traigo de Photolari su recomendación de 21 "fantásticos" fotógrafos de viaje para inspirarse. Creo que estos amenos y decididos periodistas del mundo de la fotografía caen en las tendencias habituales y en las modas con más facilidad de lo que ellos mismos creen. Mucha estética tipo "500px" entre su selección, sitio en el que al final todas las fotografías parecen tópicos vistos una y otra vez, por espectaculares que sean, aunque hay algunos nombres que realmente me parecen muy interesantes.
Ami Vitale es una fotógrafa de viajes que me gusta mucho. Una fotógrafa viajera con gran capacidad de empatizar y acercarse a las personas de distintas culturas y entornos. Habitual de National Geography, sin salirse del estilo que marca esta publicación, creo que tiene una personalidad propia más acusada que otros fotógrafos en nómina de esta antigua revista de viajes y descubrimientos.
Michele Palazzo es otro de los fotógrafos de la lista que han despertado mi interés. Sin duda porque su fotografía en la calle se sale de los senderos mil veces trillados que actualmente se ven constantemente en eso que los modernos han dado en llamar como si nunca se hubiera practicado antes, la street photography.
Pete Muller se sale también de la tónica general, siendo un fotógrafo que realmente se introduce en los problemas y en la denuncia de los conflictos de los lugares a los que viaja. Algo parecido le pasa a Zoran Marinovic, que más allá de su ostentosa calificación de "embajador" de una conocida marca de material fotográfico, sus proyectos son más reportajes documentales sobre distintos conflictos sociales y políticos que fotografía de viaje propiamente dicha.
Michael Wolf también podemos considerar que tiene una visión más distintiva, centrada en la vida en las ciudades, desde distintos puntos de vista, estéticas, y aproximaciones al problema.
Entendámonos, el resto también están bien. Pero son más comerciales, más "a la moda", más intercambiables unos con otros.
En los últimos meses, algunos nuevos libros o revistas de fotografía han entrado en mi biblioteca, y hace tiempo que no hablaba de estos. No voy a hablar de todos, por que no quiero hacer una entrada muy larga, entre otras cosas porque no tengo mucho tiempo.
Las fotografías acompañantes proceden del carrete en color con el que probé la Nikomat FTn con el Nikkor-S Auto 50/1,4.
Carrete 1
Nueva revista española dedicada a la fotografía argéntica, aunque ellos comente el "pecado" de llamarla "analógica". Algún día tendría que dedicarme a explicar por qué el adjetivo "analógica" no me parece apropiado. O no, porque igual sería un tostón. Pero lo dicho, no me parece apropiado. Pero a lo que vamos.
Financiada colectivamente a través de Verkami, la revista Carrete se define a sí misma como "una publicación independiente especializada en fotografía analógica, cuyo principal objetivo es difundir la obra de artistas que trabajan en este formato, además de compartir mucho otro contenido como entrevistas, reseñas de material o reportajes". Como veis, objetivos muy generalistas, ya que la única especificidad que se han marcado es la fotografía con película o procesos fotoquímicos tradicionales.
La revista se envió a los suscriptores en junio... pero con algún problema. Yo tuve que reclamarla, y me llegó en julio. Viene etiquetada con un "Junio/Noviembre 2017" dando la idea de que su intención es una periodicidad semestral. Un par de números al año. La revista tiene una buena calidad de impresión, sin ser extraordinaria. El precio es de 20 euros, con el envío postal incluido en el mismo.
Los contenidos,... eso es lo más importante, diversos. Unos más profundos y merecedores de publicación, y otros más anecdóticos, más de relleno. Pero es un primer número y se supone que cuando una aventura así se pone en marcha lo hace con mucho margen de mejora. Habrá que estar al tanto de cómo evoluciona el proyecto.
Colección 64P. - La Fábrica
Una de las estaciones del peregrinaje que os conté el domingo pasado en nuestra visita al festival PHotoEspaña 2017 fue la Biblioteca Nacional de España, donde se mostraban una selección de publicaciones, los mejores libros de fotografía editados en el último año. Allí es donde me fijé en dos libritos editados por La Fábrica. Una nueva colección con más empaque que sus Photobolsillos, pero que presente algún trabajo destacado de algún fotógrafo contemporáneo. La colección se denomina 64P. - Fotoensayos, indudablemente por el hecho de que su contenido esté limitado a 64 páginas en un tamaño similar a un cuaderno. Ligeros, llevaderos, pero con una cuidada presentación y una excelente calidad de impresión. La única pega que se me ha ocurrido es que uno de los libros tiene como color dominante un rojo granate relativamente oscuro, que hace difícil la lectura de los textos en tinta negra. El otro tiene como tono dominante un naranja claro mucho más sencillo de leer. Ambos son ediciones bilingües en inglés y en español. La vocación internacional de La Fábrica cada vez es más clara.
El primero tiene mucho que ver con una de las exposiciones estelares del festival de este año, y retrata su relación con una joven camboyana, adicta a las drogas y prostituida desde los 12 años. El título hace claramente alusión al míto legendario de una primera esposa de Adán, anterior a Eva, que no aparece en los libros sagrados de las religiones monoteistas de origen semítico, y que se habría unido a los ángeles caídos. Algunos la considerarían un súcubo que domina a los varones mediante el sexo. Sería la mujer creada a imagen y semejanza de Dios, al igual que Adán, mientras que Eva fue creada a partir de una costilla de Adán. Leyendas. La obra de d'Agata es claramente interesante, aunque también me genera cuestiones éticas sobre cómo se relaciona con estas mujeres. A las que retrata y con las que se retrata en relaciones muy íntimas.
Rio Branco es un fotógrafo brasileño, aunque nacido en las Canarias, que reflexiona en este trabajo sobre la naturaleza de las mujeres, y de las relaciones entre hombres y mujeres, a través de fotografías con fuerte carga simbólica, a veces más aparente que otras. Dejando a parte el significado de las fotografías, estas tienen composiciones muy directas, con colores densos, profundos, unas veces más saturados y otras menos, moviéndose entre géneros sin problemas, del retrato a lo documental, y de aquí al bodegón, con gran naturalidad.
Esperaremos la aparición de nuevos títulos de esta colección, cuya idea y presentación me gustan. Bastante. Y por 19 euros, me parece que no están mal.
The Best of LensCulture Vol. 1
LensCulture es una revista en línea en idioma inglés dedicada a la fotografía contemporánea, que llevo siguiendo ya desde hace un tiempo. Su objetivo principal es el descubrimiento de nuevos talentos en el mundo de la fotografía. Es uno de esos sitios que sigues para ver fotografías, para ver qué es lo que hace la gente por el mundo. Y de vez en cuando encuentras cosas muy interesantes.
En este final editaron un primer libro con las mejores fotografías de los mejores trabajos que han ido recibiendo en los últimos casi 10 años, y que han sido premiados en sus certámenes anuales. Lo cierto es que han reunido obra de más de 150 fotógrafos en un solo volumen con una excelente selección. Una buena forma de poder inspirarse o ver buenas fotografías de orígenes diversos sin tener que estar pegado a la pantalla de un ordenador o una tableta.
Apuntes de fotografía
Esto es lo que es este libro, que he adquirido más por simpatía que porque realmente sea un libro que me aporte mucho. Un libro de apuntes, con "recursos y técnicas básicas de fotografía analógica". Vaya... este también ha caído en la trampa de lo "analógico".
Se trata de la reedición de los apuntes de Jordi Gumí, fotógrafo catalán ya fallecido, originalmente editados en catalán en 2004, y publicado ahora en castellano por la editorial GG (Gustavo Gili). El texto es muy esquemático, limitándose a establecer los conceptos básicos de las fotografía con cámaras para película tradicional, desde el funcionamiento de los principales elementos de la cámara, las características del material sensible, los principios básicos del revelado en blanco y negro, y algunas consideraciones sobre el formato y el lenguaje fotográfico, con claves básicas de composición de la fotografía.
Como digo, nada que no haya leído ya de una forma u otra, pero su presentación con dibujos como los que tomaría un estudiante en el aula copiando lo que su profesor dibuja en la pizarra me ha hecho gracia, y como he dicho antes, lo he comprado por simpatía. Aunque podría ser de indudable valor para quien se inicia en este tipo de fotografía. Eso sí, quien quiera profundizar, tendrá que buscar en otra parte.
Esta semana voy a dejar en reserva para el domingo que viene los enlaces que tengo guardados con recomendaciones fotográficas de todo tipo, y pasaré a contaros la visita que hicimos ayer 22 de julio de 2017 a algunas de las más destacadas exposiciones del festival PHotoEspaña 2017, que marca el 20º de este festival fotográfico en el calendario de actividades culturales principales en nuestro país.
Organizado el viaje desde la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza (AFZ), el grupito que nos reunimos para hacer el viaje no fue numeroso, seis personas, pero sí interesante e interesados por la fotografía. Como no ando con mucho tiempo, iré rápido. Además, algunas de las cosas que vimos ya las he ido comentando en semanas anteriores. A al menos las he mencionado.
Tras un pequeño madrugón para coger el AVE de las siete de la mañana a Madrid, cercanías a la puerta del Sol, y poco después de las nueve de la mañana tomando el café/chocolate/té en la calle de San Bernardo mientras hacíamos tiempo a que abrieran las exposiciones a las diez.
Pinchazo en la Real Academia de San Fernando, en la calle de Alcalá, que ya había clausurado su exposición, pero de inmediato nos plantamos en el Espacio Fundación Telefónica, calle Fuencarral casi esquina con la Gran Vía, para ver la exposición que conmemora los 100 años de Leica. El aniversario ya pasó hace un tiempo, pero la exposición sigue recorriendo el mundo y ha llegado a nuestro país. Aunque esperaba ver un montaje a mayor grandeza de la legendaria marca, la verdad es que los responsables de la misma se han contenido a la hora del bombo y platillo, y nos ofrecen un recorrido por la historia de la fotografía en el siglo XX, con sus principales momentos y géneros, que tiene mucho de didáctico. Aparte de que está llena de obras maestras, algunas conocidas y otras no tanto. Fotógrafos con mucho nombre y otros con menos, pero que pocos desmerecen la excelencia colgada de las paredes de la sala de exposiciones. Nos gustó bastante.
Un poco más hacia abajo en dirección a Cibeles, paramos en la sala de exposiciones de Loewe, también en Gran Vía, donde empezamos a notar la mano de Alberto García-Alix, invitado por la organización a marcar las directrices principales del programa oficial de este año. Y así, en la pequeña pero apañada sala de exposiciones de la conocida marca de moda recorremos la obra del norteamericano Minor White, un fotógrafo muy elegante, cultivador de una estética muy cuidada, que es capaz de encontrar en los lugares u objetos más anodinos, a los que dota de significados diversos. Siempre digo que es un fotógrafo del que tengo que conocer más, porque cuando veo obra suya me gusta realmente, pero no he visto la suficiente.
Llegados ya al Círculo de Bellas Artes, en la calle Alcalá, una de las sedes principales del festival, encontramos abierta dos de las tres exposiciones programadas. La tercera está cerrada por un "problema técnico".
"Loaded Shine" de Paulo Nozolino es la primera que visitamos. El portugués presenta una serie de 20 fotografías en gran tamaño a partir de negativos de 35 mm, en la que un juego de luces sutiles, de origen artificial las más de las veces, del flash de su cámara, juega con sombras profundas para representar ideas o conceptos que surgen entre la fuerte estructura de los granos de plata que surgen de la fuerte ampliación de estos negativos. Para verla muy despacio, quizá.
Uno de los platos fuertes del festival es la segunda de las exposiciones que visitamos en el CBA, ese "Corpus" del francés Antoine d'Agata, que recorre tres décadas de su experiencia como persona y fotógrafo, a través del sexo y el consumo de sustancias psicoactivas. Una exposición explícita, dura, a veces repetitiva, que quizá se pueda atragantar a quien la intente digerir de una vez, aunque también valiente y osada. No apta en cualquier caso para personas de mente cerrada. Ya advierten en la entrada que la naturaleza explícita de las fotografías y los vídeos de la exposición pueden "herir la sensibilidad del espectador".
Momentánea visita a la terraza del CBA, donde no reinaba la paz que había experimentado en otras visitas. Unos chiringuitos veraniegos y una música con excesivos decibelios no ayuda a disfrutar del lugar, por lo menos para mí. Así que nos dirigimos a la Casa de América, en la esquina de Cibeles con Recoletos, donde nos llevamos la decepción de que han adelantado el cierre de las exposiciones allí programadas. No obstante, encontramos que su terraza-restaurante es un buen lugar para comer. En el interior se está fresquito y tranquilo. Y además llega el momento del día. Además de nosotros seis y el camarero sólo llegan otras dos personas, otras dos comensales, una de ellas una de las mejores actrices que han circulada por las pantallas grandes y pequeñas y por los escenarios de nuestro país. Se trata de Charo López, con quien sucede uno de los momentos simpáticos del día. Son muchos los papeles inolvidables que nos ofreció en su carrera, pero por algún motivo a mí siempre me viene a la memoria esa tía María de Secretos del corazón, llena de humanidad y de amor.
Se hace duro hacer la digestión con el calor del verano madrileño, menos riguroso de lo que esperábamos afortunadamente, pero nos dirigimos a continuación al Centro Cultural de la Villa, en la plaza de Colón. Tres exposiciones nos esperan.
La más amplia y conocida es el amplio trabajo de Cristina García Rodero sobre Lalibela, lugar donde se congregan comunidades cristianas etíopes desde la edad media, y que ha registrado con su cámara en distintos momentos desde el año 2000 hasta la fecha. García Rodero ha dedicado buena parte de su carrera a documentar las tradiciones vinculadas a las creencias, sean supersticiones, tradiciones populares o religiones diversas, y las relaciones de la gente con la muerte, por lo que este trabajo se enmarca perfectamente en el cuerpo principal del trabajo de la fotógrafa española de la agencia Magnum Photos. Grandes fotos de factura muy cuidada, de composiciones primorosas, con una blanco y negro lujoso, con cuidadas escalas de grises y fina atención a las texturas fuesen de las piedras, de las telas o de la piel de los fieles y monjes.
En una de las salas, el trabajo "Carbono" de Gil Antonio Munuera, abstracciones con técnicas fotográficas sobre material de carbono, que pretenden que reflexionemos sobre nuestras interacciones con la materia y la naturaleza, con la luz y con la oscuridad.
La otra amplia exposición es "Pensar en futuro, nuevos relatos fotográficos", selección de fotografías de diversos autores procedentes de visionados de porfolios relacionados con la capital de Senegal. Obras muy diversas, en general comprometidas socialmente, que a ratos nos atraen y nos gustan más, y otras menos, pero dentro de una buena calidad general.
Tras un paso por la Biblioteca Nacional de España, donde se ponen a disposición del público para su consulta una colección de los últimos trabajos editados en materia de libros de fotografía, nos trasladamos a Cibeles, a Centro Centro, donde encontramos dos exposiciones.
Una es uno de los platos fuertes del festival, el "Café Lehmitz" del sueco Anders Petersen. Una obra ya clásica de documentación de la "parroquia" que frecuentaba el café de este nombre a final de los años sesenta en el barrio de Sankt-Pauli de Hamburgo. Siempre asociado con el entorno de la prostitución y los estratos más marginales de la ciudad hanseática, genera una fauna humana a la que Petersen dota de rostros y de emociones. Realmente, un trabajo notable.
También encontramos el trabajo de la mejicana Teresa Margolles, "Pistas de baile". Es una crítica a la operación de arrasado por la piqueta del centro de Ciudad Juárez, operación por la cual se quiere adecentar la cara de la ciudad, pero sin resolver los problemas de sus gentes. Distintos miembros de la comunidad trans de la ciudad, posan sobre las baldosas que quedan en los solares donde se encontraban las cantinas y las salas de baile de la ciudad.
Finalmente, nos dirigimos a la última escala del día antes de dirigirnos a la estación a coger nuestro tren de regreso a Zaragoza. Es el Jardín Botánico, donde tradicionalmente se muestran un par de exposiciones del festival y se suele instalar la librería o la tienda de recuerdos del mismo.
Por un lado, visitamos la exposición dedicada a Elliott Erwitt y las fotografías de sus dos viajes a Cuba. Las del primero, con mucha más enjundia, en 1964, metiéndose y fotografiando en el entorno próximo de los líderes de la revolución, retratando en diversas ocasiones a Fidel Castro y Ernesto Guevara, en un momento en el que las relaciones entre el país caribeño y EE.UU. ya estaban seriamente deterioradas. Las del segundo, invitado en 2015 por una conocida marca de licores cubana, más anecdótica.
Por otro lado, Peter Fraser analiza la relación del mundo con las matemática, adhiriéndose a la tesis de la naturaleza intrínsecamente matemática del universo. A la que yo no me adhiero. Las matemáticas modelizan el universo desde mi punto de mi vista, pero no necesariamente lo rigen. En cualquier caso, vistosas fotografías en color de gran formato, en el que cabe pararse detenerse a reflexionar sobre los aspectos matemáticos, las más de las veces geométricos, que inspiran al autor.
Queda un tiempo para visitar la tienda y comprar un par de libros de los que hablaré otro día y salir paseando del jardín botánico con tiempo para llegar sin agobios a coger el tren en Puerta de Atocha.
Lo mejor de todo es que es la primera vez en que visito las exposiciones de PHotoEspaña con un grupo de aficionados a la fotografía como yo. Normalmente lo he hecho por mi cuenta o acompañado de alguna de mis amistades en la capital. Que también está muy bien. Pero esta ocasión creo que ha sido más enriquecedora por la capacidad de dialogar y comentar sobre la marcha, por la posibilidad de que la visión de los otros nos hiciera descubrir aspectos de las obras que a lo mejor se nos hubieran escapado. Espero que podamos repetir en años venideros.
Para mí, los finales de enero, especialmente la fiesta de San Valero, sobretodo si está próxima al fin de semana, siempre son diferentes. Todos los años. Y por ello, estas recomendaciones semanales, que redacto ya en casa hacia la última hora de la tarde, no van a seguir el esquema habitual de las de casi todos los domingos.
Hoy es 29 de enero de 2017. Y estamos viendo constantemente por los medios de comunicación que el racismo y la xenofobia están en alza por todo el mundo. El presidente del que se supone es el país más poderoso del mundo, una país que "ha presumido" de defender la democracia y la libertad, ha inaugurado su mandato firmando una serie de decretos, algunos de los cuales tienen clara significación racista o xenófoba. Parece que algunos tribunales se le están oponiendo,... pero los síntomas son claros. Por cierto, la primera ministra de un país europeo ha visitado a este hombre en estos días, en un acto que a muchos ha parecido de pleitesía, un país europeo que también presume de "democracia" y además de rancio abolengo, pero no ha hecho declaraciones algunas sobre estas cuestiones. Sólo ha hablado de dinero y comercio.
El 27 de enero de 1945 el ejército soviético llegaba a la pequeña localidad polaca de Oświęcim, la cual durante la ocupación alemana fue conocida por el nombre germanizado de Auschwitz. Y se encontraron con el sería conocido como uno de los mayores horrores homicidas que la humanidad ha conocido. Fruto de la intolerancia racista y xenófoba... Que no diga nadie después que no estamos avisados de lo que puede llegar a pasar. Pero por si acaso, en el mundo de la fotografía hay documentos y recordatorios suficientes, si los queremos ver.
En las páginas de Magnum Photos, agencia fundada por un grupo de fotógrafos que siempre se caracterizaron por su defensa de las libertades y por su denuncia de los fascismos, han publicado esta semana un artículo dedicado al viaje que el fotógrafo Antoine d'Agata realizó al campo de exterminio en 2002. D'Agata nos propone una visión propio y muy personal de lo que vio allí. Y también nos cuenta con sus propias palabras sus sentimientos y decisiones fotográficas. Yo también visité este campo. En 2008, y las fotografías que acompañan esta entrada son de ese viaje.
Como decía, el líder más poderoso del mundo ha decidido que no quiere acoger en su país a personas refugiadas de determinadas religiones y países. Dice que para evitar el riesgo del terrorismo. En .Mic nos hablan de una iniciativa que conviene conocer ante noticias como esta. Dos académicos han abierto una cuenta de Twitter bajo el nombre de St. Louis Manifest. El SS St. Louis fue un barco de pasajeros alemán que transportaba 937 refugiados judíos que huían de la persecución de la Alemania nazi. Las autoridades de los Estados Unidos impidieron que atracara en el puerto de Miami, rechazaron al bajo, que se vio obligado a volver a Europa. 254 de los pasajeros no consiguieron sobrevivir a la catástrofe humana de los años siguientes. Lo hubieran hecho si hubiesen sido acogidos. En la cuenta de twitter, aparecen fotografías con los muertos cuando aún vivían. Y un texto con su nombre, el hecho de que fue rechazado por los EE.UU. y fueron asesinados. Muy potente. Y muy pertinente.
Todos los judíos que no eran inmediatamente asesinados en las cámaras de gas de Auschwitz cuando llegaban al campo y eran internados en el mismo, eran registrados y fotografiados. Muchas de esas fotografías se conservan. Pero como nos señalan en Iconic Photos, algunas de las más potentes visualmente puede que sean las fotografías de Czesława Kwoka, tomadas por Wilhelm Brasse, uno de los prisioneros polacos del campo. En el ideario nazi, también se justificaron estas acciones contra los judíos en nombre de la paz, de la seguridad y de la defensa de la civilización occidental. Eran "un peligro" para los jerarcas nazis. Como podemos ver en las fotografías de Czesława. Una niña de 14 o 15 años de edad, con la mirada absolutamente aterrorizada, que fue golpeada brutalmente como contó el propio Brasse por una mujer guardiana, y como se ve por los golpes que tiene la niña en los labios. La imagen de un ser muy peligroso contra "la civilización y los valores" de occidente. La niña murió unos meses más tarde.
Como decía antes, no digamos que no estamos avisados.