Cuando yo pensaba que entrando en agosto internet se iba a poner más soso en lo que se refiere a noticias o artículos sobre fotografía, me he encontrado con una semana con variedad de cosas interesantes. Espero que os gusten.
Las fotografías acompañantes... A ver. Esta semana se ha producido un cierto debate en uno de los grupos de fotografía que me a priori me resultaba relativamente banal. Y creo que la gente da importancia a cosas poco importantes. La cuestión fue provocada por un enlace a un artículo de un señor que abogaba por fotografiar en digital guardando la imagen en archivos JPG en lugar de los archivos con datos brutos (RAW) como la mayor parte de los "entendidos" recomiendan. Lo cierto es que el debate ha acabado llamándome la atención no por el tema, ya digo que me resulta banal, sino por los dogmatismos que descubres en la gente. Usando expresiones para referirse al otro, al que opina distinto como "absolutamente erróneo", "totalmente equivocado", "no sabe de lo que habla y es un vago"... o cosas parecidas. Aunque he entrecomillado, no necesariamente cito literalmente, pero me acerco. Como digo, me sorprende. Porque esto son meras herramientas que no tienen nada que ver con la esencial de la fotografía. Nada. El único motivo por el que puede convenir y conviene disparar en RAW es porque luego hay mucha más flexibilidad a la hora de ajustar la luz, el contraste y el color de la imagen sin perder demasiada información. Pero la mayor parte de la gente que conozco obtiene peores resultados al tratar sus archivos brutos que lo que conseguiría usando el JPG que le proporciona la cámara. Y fotografiar en JPG de forma seria, lejos de ser de "vagos" exige un profundo conocimiento de la cámara y de las circunstancias de la toma, especialmente la calidad de la luz, ya que hay que tomar decisiones a priori sobre la misma que luego será difícil de corregir en el procesado. La cosa está clara. O piensas y trabajas antes de hacer la foto (JPG), o lo haces después (RAW). El caso es que en el caso de los datos en bruto también hay que pensar antes, porque si partes de un churro de foto, por mucho que proceses es fácil que al final siga siendo un churro.
Dicho lo cual, suelo guardar las fotos con los datos en bruto (RAW), por una cuestión de conveniencia. El caso es que ayer acompañé a unos amigos a conocer las saladas de Sástago y, aunque fundamentalmente hice fotos con película tradicional, hice unas cuantas con la Leica D-Lux en blanco y negro y JPG, con un filtro amarillo puesto ante el objetivo. Que son las que acompañan la entrada de hoy. Por cierto que estaban sin agua... un sentimiento raro... ver estas cuencas endorreicas así.
Ha sido el 80º aniversario de la muerte de Gerda Taro durante la guerra civil española. Son diversos los medios, prácticamente todos extranjeros, aunque el hecho se produjo en nuestro país, que se han hecho eco de la efeméride y han recordado la figura de la fotógrafa. Mi primera noticia del aniversario creo que me llegó del International Center of Photography. Hay que recordar que "Robert Capa" comenzó siendo la marca bajo la que se vendían las fotos de esta fotógrafa alemana y del fotógrafo húngaro Endre Ernő Friedmann, quien a la muerte de Taro se quedó ya para siempre con el nombre. Y aunque los estilos de ambos parecen claramente diferenciados, no es de descartar que alguna foto atribuida al segundo fuera realizada por Taro.
En el blog de Camerafilia, además de sus habituales entradas sobre bellos aparatos fotográficos, hemos podido ver dos series de fotografías dedicados a dos interesantes fotógrafos, La primera serie estuvo dedicada al fotógrafo afroamericano Gordon Parks, que yo ya conocía bastante bien, y que estuvo siempre en primera línea para reivindicar a la comunidad afroamericana en los Estados Unidos y sus derechos civiles. La segunda serie, sin embargo, ha estado dedicada a una fotógrafa que yo no conocía. Se trata de Laura Gilpin y es una fotógrafa que participa de esa fenomenal tradición de fotógrafos norteamericano paisajistas y etnógrafos que nos han legado magníficas imágenes de las culturas ancestrales del país y de sus impresionantes paisajes, gracias a la maestría con la que manejaban sus cámaras de gran formato, su conocimiento de la composición y de la luz. También destacó por su platinotipias, una técnica fotográfica de gran belleza.
Por un lado tenemos a David Hurn. Hurn es un fotógrafo galés que en un momento dado abandonó las verdes colinas y acantilados de esa región occidental de la isla de Gran Bretaña por los secos y áridos paisajes de Arizona, en una serie de viajes que rompían por completo la imagen del mundo tal y como se había criado. A más de 8000 kilómetros de su domicilio en Cardiff, el mundo le ofrecía un paisaje físico y humano radicalmente distinto e igualmente atrayente para su ojo fotográfico.
Aunque fuera de la serie On the Road, no deja de ser un gran viaje el que nos muestran con las fotografías de Ian Berry, que recorrió la antigua ruta de la seda entre China y Occidente en 1996. Recientemente las intenciones del gigante asiático de impulsar una gran ruta de comunicación entre Pekín y Alemania. Un paso más para las obvias intenciones chinas de ser la potencia dominante en el mundo. Es lógico que la serie no pertenezca a la serie mencionada, ya que el viaje no se ha realizado por carretera sino fundamentalmente por tren. Lo cual, hoy en día, con la inestabilidad de muchos países del recorrido igual es más difícil que hace 20 años.
Vuelvo a rescatar a Antoine D'Agata, que ha aparecido en las dos últimas ediciones de mis recomendaciones semanales, esta vez a propósito de un artículo de Albedo Meida, que hace un repaso a su serie de viajes a Méjico en los últimos 30 años. De lo que conozco de la obra de D'Agata, esta serie es una de la que más me gusta, de las que más me impresiona. Probablemente porque es más integral, y además de las personas, casi siempre de entornos marginales, y de su tendencia a situarse en el centro de la acción, nos proporciona también referencias al paisaje y al ambiente. Un ambiente siempre duro, difícil, hostil a la persona.
Y cambiando totalmente de tercio. Desde hace un tiempo me está llamando cada vez más la atención el paisaje nocturno. Llevo pensando una temporada en hacer un proyecto personal sobre la cuestión. Pero todavía no he decidido cuáles van a ser las características del mismo. De momento voy intentando inspirarme viendo la obra de fotógrafos de nivel. Esta semana, por ejemplo, en Booooooom he podido contemplar los paisajes nocturnos de William Broadhurst, realizados en la hora azul y con una estética espléndida. Llevo ya un tiempo siguiendo el tumblr de este fotógrafo.
Cada vez me gustan más los artículos y porfolios que publican en LensCulture. No hace mucho hablé del libro que recientemente han publicado con las mejores fotografías publicadas en esta revista de fotografía virtual. En esta semana han aparecido varios artículos que me han gustado, de los cuales he seleccionado dos.
Por una lado, nos hemos llegado hasta Dubai, donde el fotógrafo Nick Hannes es entrevistado sobre su visión sobre este emirato del Golfo Pérsico, capital de los Emiratos Árabes Unidos. Entre la más rancia y conservadora cultura islámica y la modernidad de sus infraestructuras realizadas gracias a los pingües beneficios que se obtienen del petróleo. Abundancia de estética kitsch, contradicciones notorias, algunas rozando el absurdo, y una cuidada estética e imagen muy clara para unas fotografías que van un poco más allá de lo documental.
Con una estética muy distinta, partiendo de un cuidado trabajo con una cámara de gran formato a la hora de seleccionar el enfoque y la profundidad de campo, en un blanco y negro contrastado, el brasileño Claudio Edinger nos muestra una imagen muy distinta de la ciudad de Río de Janeiro de las que estamos acostumbrados a tener y a ver. Aunqeu no deja de transitar por todos los tópicos asociados a la ciudad carioca.
Y como muchos están de vacaciones, y los que pueden y les gusta viajan, me traigo de Photolari su recomendación de 21 "fantásticos" fotógrafos de viaje para inspirarse. Creo que estos amenos y decididos periodistas del mundo de la fotografía caen en las tendencias habituales y en las modas con más facilidad de lo que ellos mismos creen. Mucha estética tipo "500px" entre su selección, sitio en el que al final todas las fotografías parecen tópicos vistos una y otra vez, por espectaculares que sean, aunque hay algunos nombres que realmente me parecen muy interesantes.
Ami Vitale es una fotógrafa de viajes que me gusta mucho. Una fotógrafa viajera con gran capacidad de empatizar y acercarse a las personas de distintas culturas y entornos. Habitual de National Geography, sin salirse del estilo que marca esta publicación, creo que tiene una personalidad propia más acusada que otros fotógrafos en nómina de esta antigua revista de viajes y descubrimientos.
Michele Palazzo es otro de los fotógrafos de la lista que han despertado mi interés. Sin duda porque su fotografía en la calle se sale de los senderos mil veces trillados que actualmente se ven constantemente en eso que los modernos han dado en llamar como si nunca se hubiera practicado antes, la street photography.
Pete Muller se sale también de la tónica general, siendo un fotógrafo que realmente se introduce en los problemas y en la denuncia de los conflictos de los lugares a los que viaja. Algo parecido le pasa a Zoran Marinovic, que más allá de su ostentosa calificación de "embajador" de una conocida marca de material fotográfico, sus proyectos son más reportajes documentales sobre distintos conflictos sociales y políticos que fotografía de viaje propiamente dicha.
Michael Wolf también podemos considerar que tiene una visión más distintiva, centrada en la vida en las ciudades, desde distintos puntos de vista, estéticas, y aproximaciones al problema.
Entendámonos, el resto también están bien. Pero son más comerciales, más "a la moda", más intercambiables unos con otros.
A la espera de tener la ocasión de ver las dos exposiciones que me faltan de visitar de las tres que ha programado el festival fotográfico PHotoEspaña 2016, recuerdo que la primera fue la de Chema Conesa en la Lonja de Zaragoza, este sábado pasado tuve la ocasión de visitar algunas de las más destacadas exposiciones que se celebran en la ciudad capital del festival, como siempre Madrid.
Siempre he encontrado "inconvenientes" las fechas en que se celebra el festival. Ir de exposiciones en Madrid, con el frecuente calor atorrador que se acumula en el centro de la capital, puede ser absolutamente agotador. De hecho, tras una mala experiencia en el 2013, he faltado a las dos últimas ediciones por no encontrar una fecha disponible con una climatología razonable, aparte de otros motivos. En esta ocasión, para este sábado, parece que se atemperaban algo las temperaturas altas que se habían dado durante la semana. Y me estaba quedando sin excusas para visitar a algunas buenas amistades que tengo en la villa y corte, a las que tenía un tanto abandonadas. Pero vamos con las exposiciones.
Cristina de Middel en el Centro Cultural Fernán Gómez y la galería de La Fábrica
Tenía muchas ganar de contemplar "en directo" la obra de Cristina De Middel. Aunque esta fotógrafa no es de antesdeyer, lo cierto es que ha sido en los últimos años, paradójicamente con más frecuencia en medios extranjeros que nacionales, cuando ha empezado a sonar con fuerza.
Sus proyectos "The Afronauts" y "Party" han dado bastante de qué hablar. Reconozco que la primera vez que me llamó poderosamente la atención fue la imagen de un joven china bailando con alegría y desenfado, acompañada por una página fuertemente censurada de la versión en inglés del libro rojo de Mao en la que lo único que se podía leer era,
"PARTY... If there is to be revolution, there must be a... ... ... ... ... party. ... ... ..."
De lo que podías deducir a partir de ahí sobre las intenciones de la autora... pues lo único que te entraban ganas es de saber más. La idea subyacente, me pareció una genialidad.
El proyecto que se presenta en el festival se titula "Muchísimo", y es como un gran "collage" en el que las imágenes de los distintos proyectos de De Middel cubren las paredes de la amplia sala de exposiciones, repitiéndose, en distintos tamaños, y dialogando unas con otras. Una exposición que se sale de los caminos trillados, que obliga a una contemplación participante de la obra, y que me gustó mucho. El catálogo de la exposición, sin embargo, no me parece a la altura, aunque lo compré.
Por la tarde tuve la ocasión de visitar también la pequeña exposición que en la librería-galería La Fábrica exhibía su serie "Antipodes"
Me hizo gracia cuando leí la entrevista que os recomendé el domingo que apareció hace unos días en Clavoardiendo. Reconocía que hay dos tipos de trabajos entre los que hace. Aquellos que tienen algo que decir pero que no funcionan bien a la hora de generar ingresos y ganarse la vida, y otros que, siendo como es en estos momentos una fotógrafa respetada, se venden bien... y son por lo tantos alimenticios y le permiten financiar los otros, que igual le apetecen más.
Por lo tanto, los paisajes que nos presenta en la galería tienen menos potencia que las imágenes vistas por la mañana. Pero no están mal... y complementan la visión del fotógrafo como artista que tiene que crear y ganarse la vida.
Juanita Biarnés en el Centro Cultural Fernán Gómez
Comparte con De Middel lugar de exposición la veterana reportera gráfica, pionera de su profesión entre las mujeres, Juana Biarnés. Totalmente diferente, aunque ambas compartan en común ser pioneras en formas de hacer cosas.
Fotoperiodista que se mantuvo en activo desde el año 1962 hasta 1985 en que dejó la profesión, está siendo reivindicada en los últimos tiempos después de haber permanecido en un olvido relativo durante todo ese tiempo. Nos sorprende con un conjunto de imágenes frescas, desenfadadas, realizadas con descaro, con poca preocupación por la técnica pero con una maestría en la composición muy superior a la que nos quiere vender. Mucho más divertida que otros fotógrafos de la misma época, sin que por ello recorte un ápice en su misión de reflejar un mundo que nos guste más o nos guste menos era como fue. O como es. Porque más allá de los aspectos externos o estéticos... no sé yo si hemos cambiado tanto como pretendemos. Se pasa bien en la exposición, y se aprecia el trabajo de la fotoperiodista
Libros de fotografía en el Museo de la Biblioteca Nacional
En los últimos tiempos, el libro de fotografía, en muchas ocasiones autoeditado o sacado adelante en pequeñas tiradas por modestas editoriales, pero con mucha imaginación, es la vía por la que muchos fotógrafos se dan a conocer y tratar de nadar en la procelosas aguas de la profesión.
En los sótanos del enorme edificio de la Biblioteca Nacional encontramos un Museo en cuyas salas se han habilitado unos expositores para contemplar los trabajos más destacados del último año. Lo cierto es que para poder apreciar convenientemente los trabajos habría que dedicar mucho más tiempo del que disponía. Y luego te quedas con las ganas de tener algunos de los volúmenes... lo cual es difícil... porque ya digo que son pequeñas tiradas que se agotan pronto. Y luego algunas de ellas alcanzan precios muy altos de segunda mano. Se convierten en objetos de colección. ¿Sabéis que un ejemplar de "The Afronauts" de De Middel en buen estado puede alcanzar los 1200 euros? Pues eso.
Fotografía sudamericana en la Casa de América
Dos exposiciones encontramos en el palacete de la Casa de América en Recoletos esquina con la plaza de Cibeles. La primera de ellas nos cuenta la desorientación del fotógrafo cubano José Alberto Figueroa a quien junto con su mujer, la caída del muro de Berlín y de los regímenes comunistas en Europa les pilló en la capital alemana... en el lado oriental, para más INRI. El título de la exposición, en alemán, "Und Jetzt?". Y ahora qué...
La otra exposición es una colectiva, realizada a partir del visionado de porfolios de fotógrafos diversos latinoamericanos, y que con el título "Cartografías íntimas, un acercamiento a las relaciones interpersonales", recoge fotografías o series de ellas que buscan evocar lugares o momentos, sensaciones o sentimientos, que marcan las relaciones entre las personas. O diálogos visuales entre las mismas. Más interesante esta que la anterior, que me parece más anecdótica, aunque no carezca de miga.
Rostros en el Centro Cibeles
El tema principal de la edición de este año de PHotoEspaña es "Europa" o el estado actual de la fotografía en el continente europeo. Me acerco a este Centro Cibeles, que no conocía, y que se encuentra en lo que es el tradicional y presuntuoso Palacio de Comunicaciones, antigua sede de los servicios de correos y telégrafos en la plaza de Cibeles. Y en la exposición que acoge me sumerjo totalmente en ese tema, Europa, a través del retrato.
Estamos ante otra exposición colectiva, esta vez con muestras del trabajo de algunos de los fotógrafos más representativos del panorama actual europeo. Nombres como García-Alix, Corbijn, Teller, Mikhailov, Dijkstra, Ruff,... entre otros muchos, muchos de ellos nombres consagrados en el panorama fotógrafíco actual, nos muestran sus capacidades para el retrato, la diversidad conceptual de los mismos, así como la diversidad que se esconde dentras del concepto de europeos, siendo las personas de este subcontinente el principal objeto de sus obras. A mí, las colectivas me suelen dejar siempre algo insatisfecho... De algunos de los fotógrafos quisiera conocer más... otros me pueden resultar superfluos. En cualquier caso, estamos ante un panorama bastante rico, que puede abrir el apetito a un mayor conocimiento de la obra de cualquiera de ellos.
Diversidad de ofertas en el Círculo de Bellas Artes
El CBA suele ser una cita ineludible cada verano. Pero al mismo tiempo, su oferta puede tener que ver, o no, con el tema principal del festival. En esta ocasión,... no nos podemos quejar. Dos de tres exposiciones se enmarcan plenamente en la temática europea. Veámoslo.
Se sale de las expectativas la muestra sobre la obra de la fotógrafa norteamericana Louise Dahl-Wolfe, "Con estilo propio". Básicamente norteamericana... fotografía de moda.
Interesante representante de lo que es la fotografía de moda y editorial en los años 40 y 50, hay que reconocer las virtudes estéticas y conceptuales de la fotógrafa. Y sin embargo, es cuándo se sale de la fotografía de moda y propone imágenes más personales, algunos desnudos, algún autorretrato, cuando se sale del famoseo y la alta costura, cuando más me interesa su obra. No obstante, como digo, se sale de las expectivas del tema del festival y, siendo interesante, da la sensción de ser un pegote.
Más en línea con el tema de Europa, y especialmente con la construcción y la identidad europea está el ensayo fotográfico "The Castle (El castillo)" de Federico Clavarino.
El italiano en una instalación fotográfica dividida en cuatro capítulos, nos desgrana su visión de la naturaleza de la identidad europea, desde el mito fundacional hasta los elementos de futuro, que con más o menos incertidumbre se asoman en el horizonte. Estamos ante una obra de claro corte conceptual, que incide más en los símbolos que en la estética o en las formas. Más compleja de comprender para muchos.
Y quizá una de las grandes exposiciones del festival, totalmente comprometida con la reflexión sobre el fenómeno europeo, es la colectiva que surge de los fondos de la colección de Nicolas Motelay con el título de "Transiciones, diez años que trastornaron Europa".
Los diez años a los que hace referencia el título de la exposición son los que van entre 1979 y 1989, y de alguna forma se relacionan, en términos europeos, aunque el fenómeno pudiera ser mundial, como el tiempo que va desde la llegada de Margaret Thatcher al poder hasta la caída del muro de Berlín. Cierto es que en la obra encontramos fotografías tomadas antes y, quizá, después de ese período de tiempo. Obras que corresponden a fotógrafos destacados del Reino Unido, Bélgica, Francia, Alemania, Rusia, Ucrania, Finlandia,... no sé si me dejo alguno. Pero que abarcar una evolución sociopolítica de carácter, cuando menos, continental. Desde los perfeccionistas pero aburridos, desde mi humilde punto de vista, fotógrafos alemanes de la escuela de Duseldorf, cuya obra nunca había encontrado también acomodada como en esta exposición, hasta las interesantes miradas de Boris Mikhailov a Rusia y Ucrania, pre y post comunismo.
Lucia Moholy en la galería Loewe Gran Vía
Desde hace unos años, la superpija tienda de Loewe en la Gran Vía madrileña patrocina y participa en el festival PHotoEspaña. Y en ocasiones con propuestas interesantes... aunque con frecuencia ignoradas por el respetable. Casi nunca me encuentro a nadie en la sala de exposiciones. Y eso que la gente de la tienda son muy amables aunque saben que lo tuyo no es comprar uno de sus bolsos.
En esta ocasión nos traen a una fotógrafa por la que siente notable simpatía, Lucia Moholy.
Lucia Moholy suele arrastrar el peso de ser más conocida por haber sido durante una etapa de su vida la esposa del artista László Moholy-Nagy, con quien pasó bastantes años trabajando en la Bauhaus. Durante esta etapa, la fotógrafa realizó un importante esfuerzo documentando con su cámara todos los aspectos de la vida académica en la institución, así como fotografiando muchos de los diseños y productos que salían de sus aulas y talleres. Poco reconocida hasta hace poco, en la actualidad su trabajo está empezando a ser mucho más considerado, siendo valorada por sí misma más allá de por las personas o los ambientes en los que se relacionó. También realizó reportajes en diversas parte de Europa.
Inge Morath, el Danubio y ocho fotógrafas contemporáneas en el Espacio Fundación Telefónica
Hablaré ahora de una de las sorpresas más agradables del festival. En los años 50, la fotógrafa austriaca Inge Morath, que nació en Graz, a orillas del río Danubio, arteria que une un considerable número de países europeos, quiso recorrer el curso del mismo y hacer un trabajo de documentación de la vida en sus orillas. No lo pudo completar en aquel momento. La guerra fría y las tensiones políticas junto con las férreas dictaduras de algunos de los países tras el telón de acero impidieron su recorrido. No fue hasta los años 90 cuando pudo cumplir su cometido.
En esta exposición encontramos 60 fotografías de ese trabajo. Y algo más. En 2014, un grupo de fotógrafas galardonadas con el premio Inge Morath, constituido con la ayuda de la Magnum Photos, decidieron seguir las huellas de Morath, y durante algo más de un mes recorrieron el Danubio, con un camión convertido en sala de exposiciones ambulantes, y documentando a su vez esa geografía humana y natural en la actualidad.
La exposición nos ofrece una buena muestra de las fotografías que recogieron cada una de las fotógrafas, cada una con su estilo muy diverso, junto con abundante material de cómo se hizo y cómo sucedió.
Reconozco que fue una de las exposiciones con las que más disfruté a lo largo del día. A la que dedicamos bastante rato, fijándonos en los detalles. Y con las ganas permanentes de qué pena no poder participar en un proyecto así. Incluso pensando en la posibilidad de hacerlo a título particular, usar unas vacaciones para desarrollar más modestamente un proyecto de conocimiento más profundo de una región emblemática por algún motivo. Vamos... cambiar la forma en que hacemos habitualmente nuestras vacaciones.
Nos han quedado muchas exposiciones interesantes sin ver. Pero un día da para lo que da, especialmente si además hay que encontrar tiempo para conversar con los amigos hace un tiempo descuidados. Me estoy planteando volver un poco más adelante... especialmente porque me apetecería complementarlo con la exposición del Bosco en el Prado. Ya veremos.
De momento, os dejo con el vídeo de la experiencia de las ocho fotógrafas en el Danubio... Es casi media hora, pero está bastante bien.