Termina hoy una semana que para mí ha sido de fiesta, y que sin haber parado de hacer cosas, por unos motivos u otros me ha cundido bastante menos de lo que pensaba. En cualquier caso, y antes de pasar a mis recomendaciones de esta semana, comentar que ha sido ocasión de disparar sobre cuatro rollos de película en blanco y negro.
Dos de ellos todavía están sin revelar y corresponden a la iniciativa FP4party que funciona en Twitter durante varias semanas del mes de diciembre. Esta que termina es la semana de disparar, la que empieza mañana es la de revelar, y la siguiente la de exponer los resultados. Sí, hay que fotografiar con película Ilford FP4 Plus, o sus antecesoras con el mismo nombre si quedan por ahí carretes caducados. De ahí el nombre.
Los otros dos son de la película Kodak TMax 400 de la que os hablé el lunes pasado. Y fueron expuestos en su mayor parte el miércoles en el Taller Escuela de Cerámica de Muel en una quedada analógica de la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ. Y en una pequeña parte, un par de días más tarde, paseando por Zaragoza. De estas últimas proceden las fotografías que ilustran la entrada de hoy. Las de Muel las dejo para un artículo monográfico sobre la experiencia, dentro de unos días.
Se nota que he estado de fiesta, porque tengo más recomendaciones que otras semanas. Veremos haber cómo escribo esto con cierta agilidad. En primer lugar, los de Lomography han echado la vista atrás y nos han recordado la relación simbiótica entre un fotógrafo, Alfred Stieglitz, y su compañera y musa, la pintora Georgia O'Keeffe. Stieglitz es uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX en Estados Unidos ya que llevó a la fotografía como arte a la modernidad y a su madurez, y contribuyó a abrirle paso en los museos de arte moderno y contemporáneo.
David Lynch es un director de cine muy especial, poco comprendido por el público en general, pero que ha sabido integrar cine y surrealismo de forma muy efectiva, e incluso en ocasiones comercial. ¿Quién no conoce a Laura Palmer? Como muchos otros directores y gentes del cine, también tira de cámara fija. Y en Another Magazine nos hablan de sus muy interesantes desnudos femeninos, en los que transporta su visión a la fotografía fija.
Philip Lorca diCorcia es uno de los fotógrafos más interesantes de la fotografía contemporánea. Norteamericana y mundial en general. Sus retratos en Times Square es una obra de referencia. En Albedo Media han dedicado un interesante artículo a repasar la obra de diCorcia, que conviene conocer.
Saltando de continente, nos vamos hasta la Europa oriental. En Vantage nos presentan la obra de un fotógrafo lituano poco conocido, Vitas Luckus, que terminó su vida suicidándose momentos después de haber matado a puñaladas a un agente de la KGB... Ahi es nada. Pero lo que importa aquí son las interesantes fotografías de Luckus, con un estilo documental, pero lleno de poesía y una extraña belleza.
A través de la cuenta en Instagram de Fotografiska, llego a conocer la obra de la fotógrafa china Chen Man, que también ha merecido algún artículo en algún otro medio. De ella, he llegado a leer que es la Leibovitz del gigante asiático. A mí, este tipo de comparaciones no me gustan demasiado. Porque de alguna forma ponen en segundo lugar a uno de los dos artistas, que es "como", negando su propia identidad. En cualquier caso, en la vistosa y colorida obra de Chen (este es el apellido), es difícil encontrar los límites entre la fotografía de moda y la fotografía conceptual. Lo que me cuesta más aceptar es que sus fotografías estén hechas con al Seagull con la que aparece en su fotografía del perfil en Facebook, pero quién sabe...
Txema Salvans es uno de los fotógrafos españoles más interesantes. Quizá carezca de la vistosidad de otros fotógrafos, pero sus documentos tienen bastante profundidad. Fue relativamente famoso su trabajo sobre la espera de las prostitutas en las carreteras del Mediterráneo español. Curiosamente, como nos cuentan en Albedo Media, el concepto se ha mantenido en una segunda serie, pero en la que las prostitutas han sido sustituidas por pescadores con caña en los embalses de la zona. El mismo concepto de espera, la misma desolación, la misma luz dura e implacable del sol hispano...
Otro fotógrafo de origen español, pero nacido en el Reino Unido en LensCulture, es Daniel Castro García. Fotógrafo que, en LensCulture, confiesa que, respecto a su propia identidad, ni se siente plenamente británico en su país de residencia, ni plenamente español en el país de sus raíces. Y por lo tanto, investiga con sus fotografías el concepto de ser extraño, a través de los inmigrantes africanos que llegan a las costas europeas del Mediterráneo. Bastantes de sus fotografías me han impresionado por su calidad formal y técnica.
Tanto en Artnau como en Booooooom nos presentan las fotografías de retratos de la barcelonesa Andrea Torres Balaguer en las que se nos niega sistemáticamente la visión del rostro de la persona. Mediante su ocultación por la pose, o mediante la utilización de técnicas mixtas junto con la pintura. Fotografías de factura sencilla pero muy elegante, y que se llenan de misterio por esa ocultación deliberada y sistemática de la identidad de la persona.
El collage, ya lo he comentado en varias ocasiones, es una técnica que me causa cierta fascinación. Y que aunque he intentado alguna vez, no he conseguido absolutamente nada satisfactorio. En Another Magazine nos presentan los collages de Sammy Slabbinck, realizados a partir de fotografías antiguas, en lo que me parece una forma apropiada del apropiacionismo en el arte fotográfico, al resultar una obra nueva y distinta a partir de la antigua. Variados, intrigantes y bellos los collages de Slabbinck.
Finalmente, como en todo principio de mes, ha llegado la nueva edición, el número 105, de Fraction Magazine. En esta ocasión me gustaría destacar dos trabajos. El titulado Lighght (no es una errata) del fotógrafo Douglas Lovell, en el que relaciona sus interesantes fortografías en blanco y negro con el mundo de la Cábala. A mí la parte cabalística me la trae un poco al pairo, pero no pocas de las fotos me han gustado. El segundo de los trabajos lleva el titulo My Faded Fantasy, en el que el fotógrafo Matthew Finley, partiendo de fantasías, de lo que se sueña cuando se está despierto, usando procesos fotoquímicos antiguos nos ofrece una serie de imágenes oníricas de desnudos masculinos y femeninos.
Ayer domingo no me dio la vida para escribir mis habituales recomendaciones fotográficas de casi todos los domingos. He tenido un fin de semana raro, ocupado, aunque entretenido y agradable, habiendo de atender a diversos compromisos, que si no eran simultáneos, poco les faltaban. Compromisos es mucho decir, puesto que todos eran opciones de tiempo libre que podría haber elegido no hacer. Pero una vez que las eliges, se convierten en un compromiso. Uno de ellos fue el recorrido que realicé con un relativamente nutrido grupo de fotógrafos y aficionados a la fotografía por el barrio de Valdefierro de Zaragoza, para recorrer las obras de la edición de 2017 del Festival de Arte Urbano Asalto. De ahí proceden las fotografías que muestro en esta entrada.
Estas proceden de la pequeña Panasonic Lumix GM5, cámara digital que me llevé con el fin de obtener unas cuantas fotos de uso inmediato. Pero dentro de unos días empezarán a aparecer en mi cuenta de Instagram las Impossible Project en color que realice, u os contaré de los dos carretes de Fujifilm Superia XTra 400 que realicé con la Canon EOS 650. Sí, Impossible; todavía no he adquirido ni he llegado a la situación de utilizar una de las nuevas Polaroid Originals.
Siguiendo siempre un criterio más o menos cronológico, aunque sin que sea excesivamente preciso, empiezo hablando esta semana de la obra de Alfred Stieglitz, uno de los fotógrafos y teóricos de la fotografía que ha dado la historia de este medio de expresión en el siglo XX. Abanderó el abandono del pictorialismo y la búsqueda de modos de expresión propios para la fotografía, así como la entrada de la misma en los museos. En Lomography Magazine nos hablan de las diversas facetas de Stieglitz como fotógrafo y, en especial, de su faceta de fotógrafo surrealista. O al menos muy influenciado por esta corriente artística.
Stieglitz quien realizó la fotografía a La fuente, el famoso urinario puesto del revés de Marcel Duchamp, que epató al mundo del arte moderno en la segunda década del siglo XX. Paul Outerbridge fue otro importante fotógrafo que también vivió y se desarrolló como artista en ese entorno, relacionándose también con Duchamp y otros miembros de las vanguardias. También asumió la tarea de utilizar objetos cotidianos para expresar sus visiones estéticas, nos nutrió de unos retratos innovadores, y fue un pionero de la fotografía en color. Como punto de entrada para conocer su obra, os sugiero el artículo que hace unos días publico AnOther Magazine.
Y siguiendo con las primeras décadas del siglo, en ese ambiente surgió una bella modelo nacida en el estado de Nueva York, pero que tras su paso por el París de las vanguardias acabó convertida en una interesante fotógrafa. Hablo por supuesto de Lee Miller. En Lomography Magazine nos han hablado esta semana de su vertiente como fotógrafa de moda, que no dejó de practicar durante los días de la Segunda Guerra Mundial en los que permaneció en Londres. Antes de integrarse en una unidad militar hacia el final de la guerra y realizar alguna de sus fotografías más significativas en los últimos días del conflicto mundial en la Europa continental.
Y si antes he hablado de Outerbridge como pionero de la fotografía en color, en varias ocasiones he comentado en estas páginas la labor de Saul Leiter como impulsor de este tipo de fotografía, elevándola a un nivel artístico y expresivo notable. Para quien se quiera iniciar en la fotografía de Leiter, no puedo dejar de recomendar el artículo publicado recientemente por Oscar Colorado en sus páginas.
Damos un salto de unas décadas en el tiempo. Y nos encontramos con dos de los fotógrafos más personales de las últimas décadas del siglo XX, la norteamericana Nan Goldin y el japonés Nobuyoshi Araki. Ambos colaboraron unos años en la década de los años 90, durante los cuales Goldin pasó tiempo en Asia. Y de ahí surgió un trabajo conjunto Tokyo Love: Spring 1994, que reunió el trabajo de ambos. Debe ser bastante difícil de encontrar y de admirar. Nos han hablado de él en AnOther Magazine.
Nicholas Nixon también es un fotógrafo actual, pero que viene trabajando desde las últimas décadas del siglo XX, que he mencionado y comentado en diversas ocasiones en estas páginas. En ClavoArdiendo nos informan, como en otros medios nacionales, que está exponiendo en Madrid una amplia retrospectiva de su trabajo, con varias de sus más importantes y prolongadas series representadas. Sinceramente, espero tener la oportunidad de acercarme a visitar esta exposición. No sé ni cuando ni como, pero...
El British Journal of Photography viene realizando periódicamente la convocatoria Portrait of Britain, en la que se busca recoger una colección de retratos que representen a la sociedad británica de hoy en día. Una sociedad ciertamente compleja, como sabrá cualquiera que siga la actualidad sociopolítica del Reino Unido. La ganadora del certamen de este año ha sido la fotógrafa Sophie Harris-Taylor, con una fotografía de un grupo de hermanas. Pero ciertamente Harris-Taylor es una retratista notable que conviene conocer más allá del premio mencionado.
En el blog de Public Art Fund pudimos ver esta semana durante los recordatorios del aniversario del 11 de septiembre una fotografía de Agnes Denes sobre los campos de trigo en Manhattan. Este fue uno de los trabajos que más me han llamado la atención dentro del arte moderno conceptual. La plantación en las proximidades de Battery Park de un campo de trigo, que rompía conceptual y estéticamente con lo que conocemos y es el Bajo Manhattan. No puedo recordar con precisión donde conocí esta obra... en la visita a algún museo de arte moderno, pero que en estos momentos no consigo recordar, y me da pereza buscar. En cualquier caso, me ha parecido interesante como combinación de la fotografía con otras formas de expresión.
En Booooooom me ha llamado esta semana la minimalista obra de Theo Tagholm, un fotógrafo contemporáneo que juega con los juegos de geometrías y de detalles, incluso con la abstracción en los objetos más anodinos y cotidianos de las calles o lugares emblemáticos de las ciudades actuales.
En Cada día un fotógrafo nos han presentado la obra de Luther Gerlach, fotógrafo también contemporáneo, pero que basa su actividad en el uso prácticamente exclusivo de procesos fotográficos históricos desde hace tres décadas, especialmente aquellos utilizados en los primeras décadas de existencia de la técnica fotográfica. Os dejo un vídeo que nos habla un poco de su trabajo.
Hace unos días os hablé de un conjunto de fotógrafas japonesas que fueron recomendadas en LensCulture, de las que luego hice una selección personal de las que más me habían llamado la atención, y hoy voy a hablar de una de ellas en concreto. Se trata de Yukari Chikura (facebook), y aunque en el mencionado medio la trate como un talento emergente, lo cierto es que aunque joven, tiene ya un extenso cuerpo de obra con reportajes diversos y de gran calidad conceptual y estética. Sean las tradiciones de una fría región nipona, sean las condiciones de vida en las más tristes zonas de los genocidios en Camboya de hace unas décadas, sean los paisajes más conceptuales que la atan a su familia. Me gusta mucho esta fotógrafa.
Terminaremos hablando del collage, una técnica fotográfica que en los últimos años se realiza más de forma digital que a partir de las tradicionales tijeras y pegamento de antaño. Una técnica que siempre me ha atraído mucho, que se uso ampliamente durante la época de las vanguardias artísticas, que alguna vez he intentado con resultados muy pobres, lamentablemente,... y de la que podemos saber más a partir del artículo que le han dedicado en AnOther Magazine, y con el que me despido esta semana.
La primera de las recomendaciones de esta semana es la que ha decidido cómo voy a acompañar fotográficamente esta entrada dominical. En Yorokubu nos hablaban hace unos días del proyecto de la fotógrafa norteamericana Jade Doskow, Lost Utopias, en el que recorre con su cámara los restos abandonados de antiguas exposiciones universales o internacionales. Algunos de esos "restos" se han ganado su permanencia y su admiración permanente, como la torre Eiffel en París o el Atomium en Bruselas, pero no es infrecuente que queden como olvidados restos oxidados y abandonados de algo que pudo ser y no fue. En mi ciudad, en Zaragoza, tuvimos en 2008 una exposición internacional que también nos dejó una serie de infraestructuras características. Con la crisis económica y financiera que surgía al mismo tiempo que se celebraba la exposición, algunas de esas infraestructuras han tenido utilidad, algún puente, parques, algunos edificios, un acuario fluvial,... pero otras son cáscaras vacías por muy emblemáticas que se consideraran o se consideren.
Recogidas con cámaras de pelicula tradicional en el último año, aparecerán en esta entrada algunos de esos paisajes.
Hace unos días dedicaron una serie de artículos en L'Oeil de la Photographie a Erwin Blumenfeld. Llegado a Estados Unidos en 1941 huyendo de los nazis que imperaba en su país natal, Alemania, y que estaban llevando la guerra y la destrucción por toda Europa, pronto se consolidó como uno de los fotógrafos más imaginativos y elegantes del mundo de la moda, con un maravilloso uso del color. No me suele atraer mucho la fotografía de moda, pero Blumenfeld me gusta mucho, especialmente desde que tuve la ocasión de ver una exposición dedicada a él en París hace unos años.
El fin de semana pasado se celebró la entrega de los Óscar. Dejando de lado el excesivo impacto, desmesurado podríamos decir, que tuvo el error en la entrega de premios, lo cierto es que el evento ha dado lugar a unos cuantos artículos en los que la fotografía se une al cine.
Una de las candidatas a mejor actriz, y que en mi opinión hizo un trabajo tan merecedor del primer premio como la ganadora, fue la británica Ruth Negga. En AnOther Magazine nos muestran una serie de fotografías de la actriz realizadas por Collier Schorr, de stilo clásico, en un bello blanco y negro que sacan partido de la belleza natural de esta bella actriz de origen etíope e irlandés.
En American Photo nos muestran el trabajo de Mark Seliger para Vanity Fair con los retratos de los intérpretes ganadores de los Óscar con sus estatuillas y a otros protagonistas de la gala posando en una de las fiestas posteriores a la ceremonia de entrega de los premios. Color muy elegante y sobrio, con ciertos toques de decorado art deco, para destacar a estos protagonistas de la noche.
Algo más de profundidad tiene el artículo que dedicaron en Lens Culture a la cinematografía de Moonlight, película ganadora del premio gordo. Aun que no del premio a la mejor dirección de fotografía, que se fue a la colorida La La Land. En cualquier caso, además de mostrarnos algunos ejemplos de la excelente cinematografía de la película, nos muestran algunas de sus influencias fotográficas, como los trabajos de Viviane Sassen o los de Earlie Hudnall Jr.
Si ya hemos comentado la relación entre fotografía y cine en los párrafos anteriores, no hay que negar tampoco las que mantiene con otras artes. A distintos niveles.
Por ejemplo, en otro artículo de AnOther Magazine tratan de descodificar el estilo personal de la pintora norteamericana Georgia O'Keeffe, todo un carácter y un personaje, una de las artistas más importantes del siglo XX. Y lo hacen a través de los retratos que sus amigos fotógrafos le hicieron a través de su vida, más posados o más espontáneos, eso hasta punto da igual. Alfred Stieglitz, Ansel Adams, Todd Webb o Bruce Weber son algunos de los ejemplos de estos excelentes fotógrafos.
En otro extremo, es el propio artista plástico el que utiliza la fotografía para usarla en su obra o para documentar su obra. En L'Oeil de la Photographie nos mostraban hace unos días las polaroid de Duane Hanson en las que recoge sus esculturas hiperrealistas de gente corriente, pero también se sirve de ellas para adquirir ideas para el desarrollo de estas obras. Forman parte, de alguna forma, del proceso creativo del escultor.
Lo digo y lo repito con frecuencia en estas páginas. La fotografía en color me gusta tanto como la fotografía en blanco y negro, y me parece tan capaz como esta de conseguir grandes resultados. Sin embargo, eso no fue una verdad admitida durante mucho tiempo, y por ello admiro y me gusta contemplar la obra de los precursores coloristas.
La tribu de los Nuba en el sur de Sudán, fue objeto del interés de distintos fotógrafos en la segunda mitad del siglo XX. Es relativamente conocido el trabajo de Leni Riefensthal, cuando tras abandonar el cine como consecuencia de su caída en desgracia por su colaboración descarada con el régimen nazi, intentó rehabilitarse mediante la fotografía y un interés etnográfico. Pero antes que ella, fue George Rodger, como nos informa en Magnum Photos, uno de los pioneros en acercarse a la región de Kordofán para fotografiar a esta interesante etnia, hoy en día en peligro por los conflictos violentos que asuelan esta parte del mundo. Y utilizar el color a finales de los años 40 lo convierte en uno de los pioneros de estas técnicas a tener en cuenta.
Conocía ya el trabajo de Gordon Parks, uno de los fotógrafos afroamericanos más comprometidos con los temas relacionados con el movimiento de los derechos civiles, aunque principalmente lo he asociado siempre al reportaje en blanco y negro. Pero como podemos ver en L'Oeil de la Photographie, Parks, que también hacía la fotografía de moda y se movía en el mundo de las artes, dominó también con maestría el color, y es realmente interesante conocer esa parte de su obra.
Y vamos con un poco de miscelánea.
En verano de 2012 hice un viaje breve a Ginebra, desde donde conocí algunas de las localidades y de los paisajes de la llamada Riviera Suiza, a orillas del lago Lemán. Un lugar absolutamente privilegiado desde muchos puntos de vista. Pero en FotoRoom podemos ver el interesante trabajo de Elsa Guillet, una joven fotógrafa natural de esa región, que no puede evitar reflexionar entre los distintos mundos que representan esos paisajes. El de los ricos y ociosos que disfrutan de las belleza y encantos del lugar, y la de los trabajadores que se ufanan para salir adelante y para servir a los anteriores. Y reflexiona con fotografías, que es lo suyo.
Sonia Sieff, la hija del desaparecido y celebrado Jeanloup Sieff, está siguiendo los pasos de su padre y se ha hecho fotógrafa. Hace un par de años ya lo comprobé en una pequeña exposición en París donde se mezclaban los trabajos de padre e hija. En L'Oeil de la Photographie han publicado un artículo a propósito del primer libro de Sonia Sieff. Y se confirma lo que ya percibí. Aunque sigue con los temas del padre, fotografiar a la mujer de forma sensual y de la forma más natural posible, sus fotografías son correctas pero no llegan a la intensidad de las de su progenitor.
Finalizaremos con otro reportaje que nos llega desde L'Oeil de la Photographie, esta vez dedicado al trabajo de Marco Scozzaro, italiano radicado en Nueva York, que mezca la fotografía con la inclusión de elementos digitales en sus fotografías. Pero sin estridencias, y aportando elementos estéticos y conceptuales a las imágenes. Y al mismo tiempo planteándonos dónde empieza o termina la fotografía, y dónde y cuándo hablamos de otras técnicas artísticas. O incluso, si eso es importante.