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Adaptadores de objetivos para la Fujifilm GFX 50R - Fringer EF-GFX [Canon EF]

Hace unos días os hablaba de mi primera experiencia utilizando la Fujifilm GFX 50R, cámara digital de formato medio, con objetivos Carl Zeiss para Hasselblad V mediante un adaptador Hartblei. Que no fue mal, pero siempre teniendo en cuenta que son objetivos diseñados para un sistema de película tradicional hace varias décadas. Ahora voy con otro adaptador y otro sistema de objetivos, el Fringer EF-GFX para adaptar ópticas con montura Canon EF y compatibles, las que montan las Canon EOS que vengo utilizando desde 1993.

Una aclaración importante. No he comprado la GFX 50R para usar ópticas de otros sistemas. Para mí el sentido está en usar principalmente sus propias ópticas, las que están diseñadas para sacar buen partido del sistema, de las que de momento sólo tengo una, el GF 50 mm f3,5. Pero estas ópticas son caras. La siguiente que me gustaría tener cuesta cerca de 2000 euros. Y hay que ahorrarlos. Pasará un tiempo. Por ello, mientras tanto, no está mal considerar la posibilidad de aprovechar la inversión realizada, si la calidad final de la imagen merece la pena.

El Fringer EF-GFX está reputado, por lo que he podido leer, como el adaptador que mejor funciona para este fin. Como la mayor parte de ellos está fabricado en China, pero es más caro que la mayoría, está bien fabricado, la estética del adaptador se funde bien con la cámara (las ópticas Canon EF no tanto), las comunicaciones electrónicas funcionan bien, conservando la transmisión de datos EXIF, el enfoque automático y determinados automatismos. Y para poder ajustar el diafragma tiene un aro de selección que funciona bien y hace que las ópticas EF sean más agradables de usar en este aspecto que en su sistema original. Pero... ¿unas ópticas pensadas para cubrir un formato de 24 x 36 mm pueden funcionar bien sobre un sensor de 33 x 44 mm? ¿Una diagonal de 43 mm frente a una de 55 mm? Lo iremos viendo con fotos.

La primera foto procede de usar un Tamron 35 mm f1,8 sobre la GFX 50R con el adaptador Fringer. Y la pongo para comentar una cuestión de las Fuijfilm GFX. Además de las numerosas posibilidades de relaciones de aspecto que se pueden usar sobre el sensor completo, 4:3, 5:4, 7:6, 1:1, 3:2, 16:9 y 65:24, de la que la que aprovecha el total es la primera, 4:3, tiene un modo de sensor recortado con una relación de aspecto fija, no modificable, 3:2, que tiene el mismo campo de visión que un 24 x 36 mm. Es el recuadro de imagen dentro de la línea roja. Y en el caso de la GFX 50R, ese recuadro tiene 30,5 megapíxeles. Más que mi Canon EOS RP, o que la EOS R6, o muy similar a la EOS R. Es decir... nada desdeñable. Es curioso que exista esta opción, porque Fujifilm no tiene un sistema para estas dimensiones de sensor que aprovechar... Quizá quería favorecer la migración de fotógrafos con otros sistemas al suyo, manteniendo sus ópticas. Aunque ellos no fabrican adaptadores.

Vamos con otra cuestión importante.

Si observamos la montura de las ópticas EF, vemos que hay de dos tipos. Las que tienen una ventana circular que nos permite ver toda lente posterior en su integridad, y las que tienen una ventana rectangular, que recorta la visión que tenemos de la lente posterior. Y que también recorta la imagen que viene de ella. Y aquí vamos a uno de los problemas importantes que tienen las ópticas pensadas para el formato 24 x 36 mm; el viñeteo. Las esquinas de las imágenes generadas por las GFX está ensombrecido por dos tipos de viñeteo posibles.

El viñeteo mecánico, cuando la óptica tiene una de estas ventanas trasera rectangulares. Y esto no hay quien lo arregle a posteriori. Cerrar el diafragma del objetivo lo único que hace es que los límites de la zona ensombrecida sean más nítidos.

El viñeteo óptico, cuando la óptica tiene una gran ventana trasera circular. Se produce por la progresiva caída de la intensidad de la luz hacia los bordes del campo y las esquinas. Es un viñeteo que se elimina en gran medida al cerrar el diafragma del objetivo. Y también se puede eliminar o paliar en el procesado de la imagen digital. En cierta medida, se da en todos los objetivos, incluso dentro de su sistema, siendo más o menos evidente según las focales y la apertura máxima. Cuidado... hay ópticas con ventana trasera circular que también pueden producir viñeteo mecánico.

En las primera imagen que he puesto, se puede apreciar el viñeteo óptico del Tamron 35 mm usado a su máxima apertura. Veamos un ejemplo de viñeteo mecánico con un EF 24-105 mm f4 a 24 mm y su máxima apertura, frente al mismo objetivo, sobre el sensor recortado y a f8.

Veamos un ejemplo de viñeteo óptico corregible. Las dos siguientes fotos son la misma. Una de ella es la versión JPEG tomada directamente en la cámara con el EF 40 mm f2,8, mientras que la siguiente está procesada sobre el archivo RAW en Capture One. Como se ve, en la segunda el viñeteo ha desaparecido. También veremos a continuación dos fotografías similares tomadas con el mismo 40 mm, una a f2,8 y la otra a f11.

No es obligatorio corregir el viñeteo óptico... sólo cuando molesta. A veces viene bien para centrar nuestra atención sobre el sujeto principal de la imagen. Pero vamos con otro problema sin solución.

Es conocido que en la mayoría de las ópticas, existen excepciones, la calidad de la imagen, la nitidez por la resolución óptica, es inferior en los bordes y esquinas de la imagen que en el centro. Si nos vamos a un sistema que está pensado para cubrir un área de 24 x 36 mm, puede que aunque cubra el 33 x 44 no lo haga en condiciones. Por ejemplo, el EF 40 mm ya mencionado. En las dos siguientes fotografías, no sé si la imagen para el blog permitirá ver las diferencias, la que está realizada con el sensor recortado, aun a f2,8 tiene nitidez suficiente en el granulado del pavimento de la acera. Sin embargo, la que está a sensor completo, aun cerrando a f8, en la esquina, el granulado del pavimento de la acera se ve borroso. No usaría este objetivo con el sensor completo para aplicaciones que necesiten precisión y nitidez, como un paisaje natural. Pero para reportaje, en determinadas circunstancias, sería asumible.

Vamos con los objetivos que he probado hasta el momento.

Me llamó la atención hace unos días que, del moribundo sistema EF de Canon, sólo quedan en catálogo nueve ópticas de focal fija. Siete de ellas son de la serie L, la más prestigiosa y profesional, y una es el simple EF 50 mm f1,8 STM, que tiene pocos años de existencia. Pero también queda el EF 85 mm f1,8 USM, un objetivo que está en catálogo desde julio de 1992, hace casi treinta años. Pero que siempre ha gozado de prestigio entre los usuarios del sistema. Aunque yo hubiese preferido el muy similar, pero más raro, EF 100 mm f2 USM, acabé por comprar el 85 mm de segunda mano. No lo uso mucho, pero le tengo mucho cariño para hacer retratos. Que no suelen aparecer por aquí, por que las personas retratadas prefieren no verse en redes sociales o similares. Así que lo probé con la GFX 50R.

Tiene viñeteo mecánico en las esquinas, por lo que conviene usar relaciones de aspecto que las eviten como la 5:4, la 16:9 o la 1:1. La 4:3 y 3:2 a sensor completo se ven afectadas.

Decir que me gustan las fotos panorámicas construidas con este objetivo, con la apertura máxima, para una menor profundidad de campo, mimetizando hasta cierto punto estéticas de formatos grandes. Por ejemplo, el siguiente panorama son cuatro fotografías con una relación de aspecto 1:1.

Y por supuesto, se puede usar sin problema con el sensor recortado. No tiene el mismo contraste que ópticas más modernas, pero la resolución es buena. Pocos notarán las diferencias con ópticas más modernas y prestigiosas, aunque existan. Eso sí, en las fotos con el sensor completo, su estética es más la de un 70 mm en formato 24 x 36 mm, que la del 85 mm original. Con lo que casi lo prefiero con el sensor recortado, o para los panoramas que he mencionado.

Una de las ópticas que más ilusión me hacía que funcionasen bien es el Tamron 35 mm f1,8 que ya he mencionado. Una óptica estabilizada, mucho más luminosa que los objetivos Fujinon GF, protegida contra la intemperie, bien construida,... que queda bien puesta en la GFX 50R. Y he de decir que si bien a máxima apertura la calidad en las esquinas se resiente considerablemente, el viñeteo es controlable, y cuando cerramos el diafragma tiene una calidad suficiente en todo el campo. Por lo que es uno de los objetivos más usables, dándonos un gran angular equiparable a un 28 mm luminoso para el formato 24 x 36 mm. Ya me merece la pena el adaptador, con lo que llevo probado hasta el momento.

Me llevé el sábado por la tarde la cámara con el Canon EF 24-105 mm f4L IS USM para dar un paseo por el Recinto Expo 2008. Como ya sabía y he mostrado con anterioridad, hay que usarlo con el sensor recortado, por el importante viñeteo mecánico, especialmente en las focales angulares. En la posición tele, quizá podría usarse con el sensor completo. En cualquier caso, la calidad de imagen que ofrece sobre los 30,5 megapíxeles del sensor recortado es muy buena. Perfectamente utilizable. El conjunto es voluminoso y no ligero, pero queda equilibrado y se usa con comodidad. En estos momentos, para muchas aplicaciones, me garantiza mejor calidad de imagen que este objetivo sobre la EOS 5D Mark II o sobre la EOS RP, por la mayor calidad del sensor de la GFX 50R, más moderno y con una dinámica mucho más amplia.

Del 40 mm ya he comentado cosas, poco más queda que añadir. Lo paseé por el museo de Zaragoza, en una exposición sobre la estancia de Goya en Roma, antes de ser un pintor reconocido, y viene bien, aunque como objetivo de reportaje, donde la nitidez en las esquinas sea poco importante. Como en todos los objetivos anteriores, usado sobre el sensor completo de la GFX 50R, el ángulo de visión que proporciona es mayor que con las Canon EOS. Y así, en lugar de funcionar como un estándar corto, se convierte en un angular moderado.

Poco me queda decir de momento. Aunque el adaptador no es barato, hasta que reúna fondos para mis siguientes objetivos Fujinon GF, aumenta notablemente las capacidades fotográficas de mi cámara de formato medio. Y por lo tanto es una inversión razonable. Funciona bien. Está bien construido. El firmware es actualizable a través de su puerto USB... Ya está. Si todo va bien, el próximo fin de semana querría probarlo con otros chismes añadidos a los objetivos. Como los anillos de extensión para macrofotografía o el multiplicador de focal sobre el EF 200 mm f2,8L USM. Ya os contaré.

Adaptadores de objetivos para la Fujifilm GFX 50R - Hartblei HV [Hasselblad V]

Voy usando la Fujifilm GFX 50R. Con parsimonia. No es una cámara para usar cotidianamente o para cualquier cosa. Para eso son más convenientes otras más ligeras. Y además en la mayor parte de las ocasiones no necesitamos los 51 megapíxeles de información que suministra esta cámara de formato medio digital. Pero cuando la uso estoy satisfecho. Como en un reciente viaje en el día a Olite, cuyas fotos podéis ver en mi Cuaderno de ruta (y aquí).

Planar 80 mm

Cuando la compré, con su Fujinon GF 50 mm f3,5 (me voy a ahorrar el resto del largo nombre del objetivo, lleno de absurdas siglas), era consciente que tardaría en tener otro objetivo dentro del sistema. Es mucho gasto. Pero no me importa en exceso. En la excursión a Olite quedó probado lo que ya suponía... que por mucho que nos vendan la necesidad de equipos muy amplios y más o menos sofisticados, durante décadas la gente viajó por el mundo con una sola longitud focal y eso no les impidió hacer fotos estupendas. No obstante, en casa tengo muchas ópticas de otros sistemas. Y una de las ventajas de los sistemas sin espejo es que se les puede adaptar cualquier óptica con una distancia de brida superior a la del sistema. La distancia de brida es la distancia entre el plano de la montura del objetivo y el plano de la superficie sensible. Así que cualquier objetivo para cámaras réflex y algunos para cámaras sin espejo puede ser adaptado a la GFX 50R.

Planar 80 mm

Algo que he hecho en más de una ocasión con cámaras de sistemas con sensores más pequeños, en la GFX 50R surge un inconveniente. El sensor es más grande. Y las ópticas están diseñadas para cubrir un círculo con un diámetro de imagen determinado. Por lo que lo más probable es que la mayor parte de ellas generen un viñeteo más o menos intenso en la fotografía. Pero,... bueno... existen los sistemas de formato medio para película tradicional, que suelen cubrir un fotograma más grande que el de la GFX 50R. Como los tres objetivos que tengo para Hasselblad V, que cubren un fotograma de 54 x 54 mm, dos veces mayor que el de la Fujifilm, con una diagonal 1,4 veces mayor que la del sistema GF.

Planar 80 mm

Existen varias marcas, la mayor parte de ellas chinas, que hacen adaptadores para ópticas con montura Hasselblad V sobre cámaras con montura Fujifilm GF. Pero opté por la solución de Hartblei, que fabrica en Ucrania aunque comercializa a través de Alemania, evitando los sobrecostes de aduanas, por vender desde la Unión Europea. Es el adaptador que más valorado está, un cilindro hueco de aluminio anodizado negro, muy consistente, y que presume de tener un tratamiento interior que evita por completo las luces parásitas por reflejos internos. Y no es necesariamente más caro o mucho más caro que los mejores adaptadores chinos, por lo que ahorrándonos las aduanas... incluso sale más barato.

Planar 80 mm

Hay que decir que lo considero una prueba inicial para valorar la posibilidad de algo más sofisticado. Tanto Hartblei como alguna marca china fabrican adaptadores con movimientos de desplazamiento de la óptica, aprovechando el mayor tamaño de la superficie cubierta por las ópticas para Hasselblad. Lo cual es idóneo para fotografiar arquitectura, evitando la convergencia de líneas por los contrapicados de cámara. Algunos permiten también la basculación de la óptica, modificando el plano de enfoque. Como en las cámaras técnicas de gran formato. Pero no son baratos. A la hora de invertir en uno de ellos, hay que asegurarse de que merece la pena. Porque por buena reputación que tengan los objetivos Carl Zeiss para Hasselblad, se diseñaron para un sistema muy distinto que el Fujifilm GF.

Sonnar 150 mm

Por ejemplo, hay muchas personas que creen que los objetivos de formato medio son superiores en resolución óptica a los de las cámaras para película de 35 mm. Pero eso no es así. Como el tamaño del fotograma que obtenemos con una cámara de formato medio es mucho mayor, el grado de ampliación que sufre la copia final suele ser inferior, por lo que puedes alcanzar un resultado mejor con una óptica con menor resolución óptica que con un sistema para película de 35 mm. Sin embargo, en el mundo digital, la densidad de los píxeles hace que no puedas permitirte estos lujos, como regla general. Si la GFX tuviera la densidad de píxeles que tiene mi Canon EOS RP, sólo tendría una resolución espacial de 43 megapíxeles. Aunque si tuviera la de la Panasonic Lumix G9, tendría una impresionante resolución espacial de 129 megapíxeles. Por lo tanto, en general las ópticas para sistemas digitales tienen que estar preparadas para situaciones muy exigentes.

Sonnar 150 mm

De las tres ópticas Carl Zeiss que tengo para Hasselblad, hay una que no me interesa adaptar. Es un Distagon 50 mm f4 C T*, coincidente en longitud focal con el objetivo que traía la cámara. Y no hay duda; el Fujinon es mejor que el Distagon. Pero el Planar 80 mm f2,8 CF T* y el Sonnar 150 mm f4 C... que funcionan como teleobjetivos con la GFX 50R sí que pueden ser interesantes. Son estos los que probé hace unos días.

Sonnar 150 mm

El 80 mm es el objetivo más moderno de los tres, con la fórmula óptica más actualizada, y con los multirrevestimientos de las lentes que han dado a las ópticas Carl Zeiss su merecida fama de objetivos muy contrastados, y que viene indicado por la apelación T*. La llevé en un amplio paseo un sábado por la mañana en el que fui por paisajes urbanos diversos, para terminar con unas cuantas fotos en la terminal ferroviaria industrial del Polígono Cogullada en Zaragoza. En general, podemos decir que fue el primer contacto, en el que pude comprobar que el uso de estos objetivos es engorroso. Hay que acordarse de cerrar el diafragma manualmente, porque si no, da igual lo que le indiquemos... hará las fotos a plena apertura. En general, las fotos resultaron bastante nítidas y contrastadas, pero no tanto como con la óptica nativa de Fujifilm. Se aprecia claramente la distancia generacional entre ellas.

Sonnar 150 mm

Por la tarde el puse el 150 mm. Este objetivo es el más antiguo de los tres, su fórmula óptica tiene décadas, y sus lentes, según creo, tienen revestimiento antirreflejos, pero sencillo. De ahí que no luzca la etiqueta T* en su nombre. Aunque a veces cuando lo menciono se me olvida y se la pongo. Pues no. No es pata negra. Es más antiguo. Nunca me ha supuesto un problema en realidad. Lo usé en un paseo por el recinto Expo 2008 al atardecer. Una caminata tranquila entre el puente de la Almozara y la parada del autobús urbano de la línea Circular 1 frente a la Torre del Agua. Coincidiendo con un bello y cálido atardecer. El objetivo mostró lo que los fanáticos de las marcas llaman "carácter". Es decir mostró todas sus debilidades y su incapacidad para competir con las ópticas modernas. Sufre mucho en contraluces, y en general tiene un contraste y una resolución claramente por debajo de cualquier óptica moderna y de la del propio 80 mm comentado con anterioridad. Lo cual no quiere decir que las fotos no puedan ser interesantes. Pero hay que ser conscientes de sus limitaciones. Curiosamente, me resultó más sencillo de manejar que el 80 mm, una vez adaptado a la Fujifilm GFX. Con la Hasselblad 500CM es al contrario; la óptica CF, más moderna, es más sencilla de manejar que la óptica C, más antigua.

Sonnar 150 mm

¿Cuál es mi veredicto final? Usaré de vez en cuando el adaptador con estas ópticas, seguramente. Entendámonos. Están a la zaga de las ópticas modernas, pero diafragmados a f8 o f11 producen fotografías perfectamente utilizables, suficientemente nítidas para la mayor parte de los espectadores, cuyo valor dependerá de la capacidad del fotógrafo para realizar imágenes significativas. Pero de momento queda en suspenso la posibilidad de comprar el adaptador con desplazamientos, mucho más caro. Porque no tengo claro que la calidad de las ópticas sobre el sensor de la GFX 50R acompañe las necesidades de la fotografía de arquitectura. Reconozco que tengo que probar también el Distagon 50 mm, que es de una generación intermedia a los dos anteriores. Es de la serie C, como el Sonnar 150 mm, pero tiene los multirrevestimientos T* de las lentes como el Planar 80 mm. y por ser la focal más corta, sería el más adecuado para la fotografía de arquitectura en la mayor parte de las ocasiones. Y próximamente probaré un adaptador para ópticas Canon EF. Muchas de ellas cubren un círculo de imagen muy próximo al del sistema GFX. Y en cualquier caso, la GFX 50R tiene un modo "35 mm" en el que sólo usa un rectángulo de 24 x 36 mm con una resolución de 30 megapíxeles que no está mal. Si funciona bien, hasta que vaya pudiendo adquirir otras ópticas del sistema, puede ser un adición interesante al equipo, especialmente para usar las ópticas L de que dispongo, el EF 24-105 mm f4L USM, que me proporcionaría focales grandes angulares y teleobjetivo corto, y el EF 200 mm f2,8L USM, que me proporcionaría un teleobjetivo medio. Incluso algo más con el duplicador de imagen. Ya os contaré.

Sonnar 150 mm

Problemas con los adaptadores M42 a Pentax K - Pentax MX con Fomapan 100 Classic

Siempre he tenido problemas de nitidez cuando uso los adaptadores de objetivos con montura de rosca M42 con las cámaras Pentax de bayoneta K. Y sin embargo, cuando se desarrolló esta última se hizo de forma que fuese posible usar con el aro adaptador correspondiente las ópticas Pentax Takumar con montura M42 con las nuevas cámaras con montura K que la marca japonesa empezó a fabricar a principios de los años 70. No tengo un adaptador original de la marca. Tengo dos adaptadores modernos, uno lo compré, el otro me lo dieron por no usar. La cuestión es que, independientemente de si los objetivos que usara fuesen el Takumar SMC 35 mm f2 de Pentax o cualquiera de los objetivos rusos o alemanes orientales que tengo, en ocasiones, las fotos realizadas usando estos objetivos y estos adaptadores no quedaban nítidos.

A estas alturas, quienes hayan leído las entradas de este blog durante el verano sabrán que he venido usando varias de estas ópticas fabricadas tras el telón de acero durante la guerra fría, con una diversidad de cámaras. Nunca he tenido problemas de nitidez, dentro de la calidad esperable con estos objetivos, con las cámaras de montura M42 o con las Canon EOS usando el adaptador. Así que decidí, para finalizar el verano, usar alguna de ellas con la Pentax MX. Para no arriesgar mucho coste, usé el rollo de película más barato que encontré, un Fomapan 100 Classic, le puse el Meyer Optik Görlitz Trioplan 50 mm f2,9 convenientemente adaptado con los aros correspondientes, y me fui a hacer fotos.

No tuve necesidad de revelar el rollo. Simplemente mirando por el visor réflex de la Pentax MX, que es bastante bueno, uno era consciente de que el objetivo no enfocaba a infinito. Sin problemas con las distancias cortas, pero con las lejanas y los paisajes, no se veía nítido. Como funcionan a diafragma cerrado con el adaptador, sí que podía observar que el problema era más grave cuanto mayor fuese la apertura usada. Pero en general, difícil encontrar un visión nítida a distancias largas de enfoque. Sólo expuse esa mañana algo así como la mitad del rollo. Y paré. Para no desperdiciar tontamente película. Y además... daba la impresión de que aumentaban los problemas de reflejos parásitos, incluso fotografiando con el sol a la espalda.

Llegando a casa me puse a pensar, llegando a una conclusión. Si los objetivos con otras cámaras, y la cámara con otros objetivos, enfocan siempre sin problemas a infinito... ¿el problema estará en el adaptador? Veamos los dos adaptadores.

Como se puede comprobar, uno de ellos tiene el aro más ancho que el otro. Cuando se monta sobre el objetivo, genera un aumento de la distancia entre la montura del objetivo y el plano de la película. Luego no puede enfocar a infinito. Y en todos estos años,... no me había dado cuenta. ¡Seré burro! Porque además es el que tendía a usar, cuando los usaba, hasta que me harté y compré el adaptador para la montura Canon EF, porque es más sencillo de montar y desmontar. El otro tiene su intríngulis, y hay que usar una pieza para desmontarlo, que hay que llevar consigo si se quieren alternar los objetivos M42 y los propios de bayoneta K. Un incordio. Pero quizá ese adaptador es el que hacía que de vez en cuando los objetivos con rosca M42 sí que enfocasen correctamente. Así que decidí probarlo. Con el Takumar 35 mm.

De entrada, estaba claro. En el visor de la cámara, usando este adaptador, la imagen se veía perfectamente nítida a todas las distancias de enfoque. Cierto es que también podría ser porque estaba usando distinto objetivo. Pero hice la prueba con una Pentax digital, para no gastar película, y efectivamente, el adaptador era el culpable. Así que termine el rollo con el adaptador difícil de usar y el Takumar... y todas las fotos salieron perfectamente nítidas. Misterio resuelto.

Con respecto a la película, se expuso a su sensibilidad nominal ISO 100, y se reveló durante 6 minutos a 20 ºC en Kodak HC-110 dilución B (1+31) que es la recomendada por el fabricante de la película para revelado en tanque pequeño. Aunque en ocasiones he usado la más corta para revelado en tanque rotatorio sin problemas. Bueno... quedaron bien. Digitalizados como de costumbre con una Panasonic digital y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 OIS ASPH. De todos modos, creo que seguiré usando estos objetivos con las EOS... porque son más sencillos de usar los adaptadores, y por la comodidad del modo con prioridad al diafragma. Aunque en la práctica, al usarlos a diafragma cerrado con la Pentax MX es como si los usases con prioridad al diafragma.

Adaptador para fotografía panorámica en Hasselblad - Hasselblad 500CM con Ilford FP4 Plus

La fotografía panorámica, es decir, aquella en la que su lado horizontal es considerablemente más largo que el vertical, tiene su encanto. Ya desde que el cine cambió sus proporciones del estándar de la academia (1,375:1) a los panorámicos que se han estabilizado en torno al 2,39:1, aunque los hay muy diverso, o desde que los televisores cambiaron sus proporciones de pantalla del 4:3 al 16:9, y ya se propone el 21:9 (aproximación al real que sería 64:27), la visión de la imagen en amplios panoramas a resultado muy atractiva. En fotografía ha habido varias propuestas para estos formatos.

Es habitual que las cámaras digitales, especialmente los sistemas sin espejo, ofrezcan el formato 16:9, que sería un mínimo. Y que es tan habitual que ya pocos lo consideran un formato panorámico. El formato 2:1 también se ha dado. Especialmente en respaldos para cámaras de gran formato que usaban película de medio formato, para una imagen de aproximadamente 12 x 6 cm. En realidad más bien 11,2 x 5,6 cm o así. Los Lomography ofrecen un zarriete de plástico con este formato. Muy célebres fueron dos panorámicas extremas. Jugando en las grandes ligas, la familia de la Fujifilm GX617, con negativos de casi 6 x 17 cm, con un ratio de 2,83:1 aproximadamente. Y muy popular, hasta el punto de que tiene unos precios de segunda mano absolutamente idos de madre, las Hasselblad X-Pan y sucesoras, fabricada por Fujifilm, que también las fabricaba con su propia marca como Fujifilm TX-1 y TX-2, con un negativo de 24 x 65 mm, y un ratio de imagen 2,7:1.

Sinceramente, a mí estos ratios de imagen cercanos al 3:1 me parecen excesivamente extremos, y siempre me han apetecido más los que oscilan entre el 2:1 y el 2,5:1. Por ejemplo, cuando hago panorámicas con cámaras digitales y luego las llevo a mis libros de fotografía, las suelo ajustar a una proporción 2,38:1, que se ajusta muy bien a las páginas dobles de los libros que encargo en Blurb. En cualquier caso, de vez en cuando me he planteado el disponer de una forma de hacer panoramas sobre película fotográfica, que no sea recortando en exceso la superficie de película disponible. He probado en alguna ocasión con adaptadores de película a 35 mm hechos con impresoras 3D, pero aunque he obtenido cosas curiosas, la falta de imprecisión en el encuadre... y que según con qué formatos no fuese realmente panorámico... pues me dejaban algo insatisfecho.

Recientemente comprobé que alguien en Italia vendía un combo con el adaptador para el carrete, el eje receptor adaptado para la película de 35 mm, y una máscara para el visor que permitía un encuadre preciso, para el sistema Hasselblad V. La imagen resultante ocupa todo el ancho de la película, incluido donde se encuentran las perforaciones, pero con la máscara, sabes lo que ha salido en el espacio entre ellas, con unas dimensiones de 24 x 56 mm, con unas proporciones 2,33:1 que entran dentro de lo que son mis preferidas. Así que lo encargué, y lo recibí recientemente.

Va bien. Aprovechar del todo la longitud de la película de 35 mm implica tomar ciertos riesgos. Primero, no pasar toda la película hasta que se frene en el fotograma 1 del respaldo, porque pierdes mucha longitud de película. Pero hay que imaginarse cuánto hay que pasar para que no empieces a fotografiar en la zona velada del principio del rollo. Segundo, cuando llegas al fotograma 12, ya no te deja disparar más. Si el rollo es de 24 exposiciones, probablemente pierdes poco. Pero si es de 36 exposiciones, pierdes película como para 5 o 6 fotogramas más. Por lo que tienes que llevar una bolsa oscura, estanca a la luz, introducir en ella la cámara, extraer unos milímetros el respaldo, lo que libera el bloqueo al disparo, y volver a cerrar. Y seguir fotografiando exactamente en el mismo punto. Pero claro, hay que asegurarse de que no entra nada de luz... para evitar veladuras.

Lo he probado con un rollo de Ilford FP4 Plus revelado en Kodak HC-110 1+19, 5 minutos y 15 segundos a 21 ºC, y ha quedado bien... quizá un poco sobreexpuesto, porque decidí usar el fotómetro del visor PM 51, que es más cómodo que el visor de capuchón para encuadrar en horizontal. Hay que considerar que por la forma en que corre la película por el respaldo de la Hasselblad, la cámara es cómoda para fotografías verticales. Y bastante incómoda para las horizontales. Recomiendo un trípode, o bien una empuñadura con disparador incorporado, lo que significa gasto. Pero si no os arriesgáis, como me ha pasado a mí, a que algunas tomas están trepidadas o con el horizonte inclinado, por lo que luego se pierde imagen al recortar más para enderezar la imagen. Pero en general queda bien. Y se pueden obtener imágenes interesantes. También en vertical.

Frankencámara - Macro con la Panasonic Lumix GM5 y un Pentax SMC-A 100/4 Macro

Los modernos sistemas de cámaras sin espejo de objetivo intercambiable, con la corta distancia que existe en su diseño entre la montura del objetivos y la superficie del captor de imagen, son idóneas en principio para aprovechar viejos objetivos de sistemas réflex más o menos antiguos, obsoletos o no, mediante el uso de adaptadores. Se pierden funciones, entre las cuales la más importante es el enfoque automático, pero si la óptica es buena y te cubre un área específica de tu práctica fotográfica con razonable solidez puede merecer la pena.

Entendámonos. Difícilmente son interesantes con grandes angulares, que siempre se pelean con los sensores digitales modernos por el ángulo de incidencia sobre estos de los fotones de luz, o las focales más usuales, en los que los objetivos dedicados, que vienen con las cámaras, o que tienen buen precio hacen de ellos objetivos mucho más cómodos y eficientes de usar. Pero hay otras posibilidades.

Por ejemplo, el terreno del macro, en el que habitualmente desdeñamos el enfoque automático. Desde hace unos años disponía de un adaptador de objetivos con montura de bayoneta Pentax K al sistema Micro Cuatro Tercios. Sin embargo, ahorré en el adaptador, y este presentaba holguras y pronto se le empezaron a caer piezas. Poco útil. Me he hecho con uno nuevo, que sin ser muy caro cuesta más que el anterior, y que efectivamente está mucho mejor hecho, y los objetivos quedan mejor unidos a la cámara. Veamos el conjunto que he utilizado estos días.

Se trata del minúsculo cuerpo de cámara de la Panasonic Lumix GM5 al que con ayuda del adaptador le he añadido un objetivo Pentax SMC-A 100/4 Macro. Este objetivo llega a una razón de reproducción de 1:2; un centímetro en la superficie del sensor es ocupado por dos centímetros en el objeto enfocado. Pero con el factor de recorte del sistema Micro Cuatro Tercios con respecto al de las cámaras de formato 24x36 de origen del objetivo, el cuadro comprendido en la imagen es similar al de una reproducción 1:1 en dicho sistema tradicional. Y los 100 mm de focal equivalen a unos 200 mm... Bueno, esto da igual, porque la distancia mínima de enfoque es la que es y no se modifica, es lo que importa.

Veamos algún ejemplo de cómo quedan las fotos con esta combinación.

Hay algunas consideraciones que conviene hacer. En los últimos tiempos se ha puesto de moda fotografiar a plena abertura. Por aquello del famoso "bokeh", término japonés que yo escuché por primera vez en la revista Photo Technique hace más de 20 años, cuando casi nadie fuera de japón hablaba de él. Sin embargo, y especialmente en el terreno del macro, las grandes aberturas son muy complejas de usar, aun usando un sólido trípode. No sólo es que los animalitos no se esté quietos con facilidad. Es que cualquier ligera brisa te mueve también las flores, las plantas que fotografías, y conseguir que esté enfocado lo que te interesa es complejo. De hecho, varias de las fotografías que presento aquí están realizadas a diafragmas de f/8 o f/11, y a pesar de todo las profundidades de campo son escasas. Por otro lado, esas aberturas ofrecen resultados más cerca del óptico en términos de nitidez, de calidad de imagen general, que las plenas aberturas. A cambio, tendremos que subir en el ajuste de sensibilidad de la cámara, y los índices de exposición de 400 u 800, aun a plena luz del día son de rigor para conseguir velocidades de obturación suficientemente cortas de 1/400 s o menores. Bien sea para fijar el movimiento de los objetos fotografiados, bien sea para evitar la trepidación cuando fotografiamos a mano alzada.

Los resultados finales, con un esfuerzo razonable en Adobe Photoshop Lightroom en la corrección de las dominantes de colores, debidas al entorno y no a la óptica que es bastante neutra, y en los ajustes de nitidez y reducción del ruido si nos hemos visto obligados a subir el índice de exposición por encima de los 400 u 800 ISO en cámaras de sensor Micro Cuatro Tercios, pueden ser bastante satisfactorios.

Los que aquí os presento son el resultado de un relajante paseo, después de una mañana de estrés laboral, por las rosaledas del Parque Grande de Zaragoza. Mucho más efectivo que cualquier otra medida a la hora de descomprimir las tensiones de las mañanas de trabajo. Seguro que hay otros equipos mucho más óptimos y ergonómicos. Pero que no podría acarrear en la pequeña bolsa donde transporto, además de alguna cámara con un objetivo, el lector de libros electrónicos, las gafas para leer, algunos boligrafos, la cartera y una libreta de notas.

Si a alguien le sirve como ideas, inspiración o sugerencia, misión cumplida. A mí, de momento, que he estado ahí, como una hormiguita más, que me quiten lo bailado.