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Una cámara "de juguete" en Albarracín y los Montes Universales - Lomography ActionSampler con Rollei Superpan 200

Comentaba recientemente nuestro paseo por Albarracín en el que, además de una cámara digital, saqué a pasear la Canon EOS 650 con un carrete de Fujicolor Superia Xtra 400. Pero llevaba algo más en el bolsillo. Decidí rescatar de la estantería unos días antes de esta excursión, la plasticosa Lomography ActionSampler, una de esas cámaras "de juguete", para un uso informal, pero que pueden tener su gracia y su expresividad.

Recordemos las características de esta cámara.

Con una colorida decoración, es una cámara de plástico, absolutamente elemental. Apertura fija, velocidad de obturación única, y cuatro lentes que dividen en el tradicional negativo de 36 x 24 mm en cuatro cuadros con una superficie similar a la de los modernos sensores micro cuatro tercios, que se van exponiendo por turno, ya que el obturador no se abre simultáneamente para los cuatro. Como consecuencia, si sumas el error de paralaje de cada una de las cuatro lentes a la posibilidad de que algún elemento de la imagen esté en movimiento, los cuatro cuadros no son exactamente iguales. La denominación de la cámara, ActionSampler, resalta su intención de que sea usada en situaciones dinámica, con sujetos en movimiento, para mayor efecto.

Lo cierto es que en esta ocasión la he usado en situaciones más bien estáticas, donde me interesaba más la repetitividad del motivo, ligeramente distinto, o con una afectación distinta de las aberraciones propias de los meniscos de plástico que constituyen las lentes de esta cámara. La película usada ha sido un carrete de Rollei Superpan 200, que compré hace tiempo por la posibilidad de usarlo como película infrarroja, pero que tenía abandonado al decidir que iba a limitar la fotografía infrarroja al formato medio.

Tradicionalmente, no he sido muy aficionado del material sensible ISO 200. Cuando hay demasiada luz, me parece excesiva, especialmente si quieres usar diafragmas muy abiertos. Cuando empieza a escasear, se me queda corta. Sin embargo, es un índice de exposición muy frecuente en estos días. Hay muchos sensores digitales cuya sensibilidad base, por lo tanto la que ofrece mejor calidad, es ISO 200. Las películas en color económicas, aunque no necesariamente malas, también están en esa sensibilidad. Y recientemente he ido comprobando, con determinadas películas en blanco y negro de ISO 100-125, que un forzado de un paso no les sienta mal. Pero como habitualmente esas películas las uso con un filtro amarillo o naranja... a efectos prácticos es como usar un índice de exposición de 50 a 125, según el filtro.

Pero en esta ocasión, con experiencias previas con la Superpan 200, sin poder modificar el diafragma o la velocidad de obturación, sabía que una cierta sobreexposición y algo de subexposición no me iba a impedir obtener fotografías razonables.

El revelado lo he realizado con Kodak HC-110, dilución B (1+31), durante 6 minutos a 20 ºC. Es la recomendación que nos dan en The Massive Dev Chart, para un índice de exposición de 200. Se han digitalizado los negativos con la Panasonic Lumix G9 y el objetivo Panasonic Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH. No he ajustado mucho el cuadro al sensor. La calidad de imagen que ofrecen las lentes de plástico de la cámara es muy limitada, por lo que al final no merece la pena tener archivos de mucho más allá de 6 o 7 megapíxeles, para ampliaciones de tamaño DIN A-4 o DIN A-3 con un amplio margen blanco. Ya se observará en la limitada calidad que da una visualización web, que la nitidez no es la principal virtud de las fotografías que ofrecen estas cámaras "de juguete".

Lo que sí podemos decir que los negativos tienen una variedad de aspectos, desde los muy tenues, claramente subexpuestos, hasta los más densos, claramente sobreexpuestos. Pero en ninguno me he encontrado sombras bloqueadas o luces empastadas.

¿Los resultados? Pues lo que ya suponía, y he venido ya indicando más arriba. Cuanta mayor variación exista entre los cuatro cuadros de la fotografía, más sentido expresivo tiene esta. En esta ocasión, los resultados no son para tirar cohetes. Imágenes muy estáticas, y muchas de ellas con el objeto principal situado a una distancia apreciablemente larga. Eso minimiza la variabilidad entre los cuatro cuadros; por lo tanto, las fotografías pueden resultar algo monótonos. Fotografiando sobre objetos cercanos, como retratos, el error de paralelismo ofrece variaciones que pueden ser interesantes. Y si el sujeto se está moviendo, el retardo del obturador entre los cuatro cuadros, también.

Sólo algunas fotografías realizadas a contraluz o en motivos próximos, generan efectos propios de la variabilidad entre la cuatro lentes que pueden generar un cierta expresión diferenciadora.

Pero bueno. Es cuestión de seguir usando de vez en cuando la cámara en un futuro hasta ir encontrando los sujetos en los que tiene más razón de ser el uso de una cámara "de juguete" como esta que, eso sí, llamó la atención de varios de los pocos turistas con los que nos cruzamos y que nos permitió entablar alguna conversación e incluso comer acompañados de desconocidos, que enriquecieron el diálogo durante la comida. Bien está.

ActionSampler Clear - Cámara de juguete con posibilidades

Creo que ya lo he comentado alguna vez. Para un aficionado razonablemente serio a la fotografía, incluida la fotografía con película basada en los haluros de plata y otros procesos fotoquímicos, Lomography es objeto de una relación de amor y odio al mismo tiempo. Me explico.

Por un lado, hay que reconocerles que han jugado un importante más importante del que nos gustaría reconocer en mantener vivo un mercado que permita mantener la afición a la película fotográfica tradicional. También hay profesionales que siguen fieles a ella. Pero no entre los que consumen cantidades importantes como para justificar el interés de los fabricantes por suministrar equipo y consumibles. Los que trabajan a destajo, se ha pasado al digital, porque a la larga, e incluso a la corta, es más eficiente. Quedan aquellos que tratan la fotografía como una de las bellas artes, que siguen fieles a ella, y algún excéntrico que ofrece a sus clientes el aspecto final de la película tradicional en el reportaje social. O sea la BBC, bodas,  bautizos y comuniones, especialmente si el cliente tiene posibles. Así que la cosa de la película tradicional es cosa de aficionados y artistas. Y Lomography ha hecho mucho por los aficionados. Dudo que haya hecho mucho por el arte... aunque a veces vendan esa idea.

Por otro lado, se han "especializado" en vender cámaras malas a precios caros. Han creado una inflación en el coste de los equipos, que quizá sea un poco artificiosa. Ellos venden sus cámaras a un precio excesivo para la calidad que tienen. Pero también han provocado que haya más demanda de segunda mano para cámaras decentes, las millones que hay por ahí, abandonadas por sus dueños que se contentan hoy en día con las fotos del teléfono móvil. También promocionan acabados cutres y chapuceros, como si fueran "artísticos". Polvo, rayas, pelos, goterones del revelado, filtraciones de luz,... cosas que ha quince años eran una demostración de zafiedad, hoy en día son... "cool".

Como decía,... amor y odio simultáneamente.

Bien. En su catálogo de cámaras o chismes, hay cosas que pueden resultar razonables. Y divertidas. Es innegable. Y este es el caso de esta ActionSamplear Clear que os presento hoy. Por menos de 30 euros, puede proporcionar diversión, alegría y quien sabe si alguna foto interesante. Por qué no.

Como veis en la foto de presentación, su característica principal es que tiene cuatro objetivos que producen cuatro imágenes similares, pero no idénticas sobre un fotograma estándar de 36 x 24 mm. Similares, porque todas apuntan al mismo sitio, y trasladarán a la imagen los mismos objetos. No idénticas, por dos razones. La primera es que entre las cuatro habrá un cierto error de paralaje, su punto de vista es ligeramente distinto. Lo cual se manifestará especialmente en los objetos cercanos. En la distancia, ese error se minimiza. La segunda es que el obturador va abriendo brevemente la apertura de cada una de ellas secuencialmente en este orden: amarilla, azul, roja y, por último, verde.

Es pequeñita. Podéis haceros idea del tamaño con el carrete de Bergger Pancro 400 con la que la he probado. Prácticamente, bolsillera. Y podéis ver que en el interior hay cuatro tabiques que dividen el área de proyección de cada lente, evitando que se mezclen las imágenes. Ya aviso que hay bastante gente que se carga estos tabiques, porque el efecto es mejor sin ellos. A la vista de mis pruebas, y de lo que he visto a otros compañeros de afición, tienen razón.

Lo que hay que manejar de la cámara es elemental. Un visor de visión directa, azul clarito, que se repliega sobre la parte superior de la cámara. Un botón disparador, el amarillo, que al menos en mi ejemplar va bastante duro, provocando un retardo en el disparo. Esto es importante, porque la gracia de la cámara es usarla en situaciones de acción, para que el movimiento del sujeto se refleje en las cuatro imágenes del fotograma. Pero si no es reactivo,... es difícil controlar la cosa. Una rueda de avance de la película, rosa, y una palanca de rebobinado, verde. Para qué más. Un cordón permite sujetarla a la muñeca. 

Pero,... cuáles son los resultados...

Como ya he comentado, he utilizado un carrete de Bergger Pancro 400 para probarla. El revelado lo he hecho con TMax Developer, a una dilución 1+9, nueve minutos a 20 ºC. Pero... Pero. Lo cierto es que desde hace un mes es la primera vez que uso este revelador, que es reutilizable un determinado número de ocasiones. Se supone que un litro de preparado, 1+4, admite entre 15 y 20 carretes una vez preparado, según el tipo de película. Y que conviene desecharlo al mes de haberlo preparado, guardándolo mientras protegido de la luz. El caso es que hace unos días lo usé con una Lomography 100 Earl Grey, que lo dejó coloreado de verde. Lo tendría que haber desechado en ese momento, pero lo he usado de todas formas. Y el negativo ha quedado con muchas impurezas. He sido un idiota vamos. Revelar a revelado... pero una chapuza.

Observad el lateral derecho de esta última foto y veréis los restos de impurezas. Además, como ya había observado hace unas semanas, la Pancro 400 tiene una estabilidad dimensional. Se retuerce como una culebra. Por lo que es complicado manipularla una vez revelada, lavada y seca. No digamos mantenerla plana en el escáner. El caso es que es más fácil que se adhieran pelillos y partículas de polvo. La gloria de un "lomógrafo", vamos. Una pena, porque es una película que había probado y usado previamente en formato medio, donde no había apreciado este problema. Tienen distinta base. La película de medio formato usa como base el PET (Tereftalato de polietileno), mientras que la de 35 mm usa el acetato (de celulosa). Bergger jura y perjura que ambas llevan una capa para mantener la estabilidad dimensional, pero en la de 35 mm obviamente no funciona. Si buscáis por ahí, no soy el único que se queja.

Como veis, la he usado en diversas situaciones. He de decir que aquellas en las que se marcan más las diferencias entre los cuatro fotogramas, que implican a personas, no se ven aquí. O son niños, cuyas imágenes no publico, o adultos que prefieren no salir, o que no sé si les apetece, en un blog como este. Estas son las que más gracia e interés tienen ya os lo advierto.

Las cuatro lentes que lleva tienen una focal de 26 mm. Dado que cada una de las imágenes es una cuarta parte del fotograma, para encontrar la focal equivalente en el caso de que la imagen ocupara el formato completo, basta multiplicar por 2. Equivalen a cuatro objetivos de 52 mm, focales estándar. Hay que decir que el área de cada una de las cuatro imágenes es similar a la de un sensor micro cuatro tercios, aunque las proporciones no son las mismas. La apertura es fija a f/8, y la velocidad de obturación que se anuncia es de 1/100 segundo. Según esto, con una película de ISO 100 o 125 bastaría para fotografiar en situaciones que van desde el día soleado y despejado hasta un nublado no muy denso.

El caso es que yo he utilizado un negativo en blanco y negro con una sensibilidad nominal de ISO 400, y me han quedado unos negativos muy poco densos. Al verlos, me quedé con la impresión de que la subexposición iba a ser palmaria. Pero lo cierto es que al digitalizarlas no me he encontrado con sombras empastadas. En todos los negativos era posible apreciar detalle incluso en las sombras más densas. Desde luego, a mí esta película no me deja mal nunca. También pensé que la mala calidad de la solución reveladora podría haber influido. La dilución y tiempo empleados no aparecen en la hoja de especificaciones de la película, las he obtenido del Massive Developer Chart en Digitaltruth.

Lo que sí puedo decir es que la nitidez es bastante floja. Si además mueves la cámara para variar los encuadres durante la toma, todavía se pierde más nitidez. Pero no creo que nadie use esta película por su nitidez. En fin. Un divertimento. Ahora me queda eliminar los tabiques para mejorar el aspecto de las copias finales, y probarla con un carrete en color. Probablemente un Fujicolor Superia Xtra 400, que suele comportarse muy bien en todo tipo de circunstancias. Ya os contaré.