Llegamos a los último días del años. Probablemente, casi seguro al 99,99 %, esta es la última entrada del año. En mi Cuaderno de ruta aún publicaré los resúmenes fotográficos del año. Estos no son los últimos rollos del año. Tengo tres rollos en color para revelar, pero como los revelo a mes vencido, hasta dentro de unos días, entrado enero de 2022, no dispondré de ellos. Y me falta por revelar un rollo de Kodak T-Max 400 expuesto con la Olympus Trip 35. Si todo va bien, lo revelaré hoy. Mañana lo digitalizaré. Pero no creo que hable de él hasta el 3 de enero por lo menos. No sé si estos días que quedan de 2021 empezaré algún rollo más... pero quizá los considere ya del 2022. Así que, a efectos prácticos, estos rollos de Fujifilm Neopan 100 Acros II, ligeramente caducada, hermano de los que comenté hace unos días,... van a ser mi cierre fotográfico del año.
Al igual que los de la Hasselblad, lo expuse en los días festivos del puente de la "Inmaculada Constitución". Fue una continuación de los retratos que estuvimos haciendo, aunque en esta ocasión los retratos eran de tipo ambiental, y opté por otro punto de vista y otro formato. Y al igual que con la Hasselblad, entre retrato y retrato en distintas localizaciones en la zona entre el Canal Imperial de Aragón y el Parque Grande de Zaragoza, fui tomando algún paisaje. La cámara es la Fujifilm GS645S Wide60, con su óptica fija de 60 mm f4. La equivalencia con el formato de 24 x 36 mm basada en las diagonales del negativo sería de una focal de 37 mm. Pero como no son formatos homotéticos, este es 4:3 frente al 3:2 del formato pequeño, siempre lo veo más como más cercano a efectos prácticos de una focal de 40 mm que la de 35 mm. Una focal estándar corta más que un angular moderado.
La película las revelé en el mismo tambor que la de la Hasselblad. Y repitiendo lo que decía hace unos días, hace ya un tiempo que tengo estandarizado el manejo de la Acros II, tanto en su revelado normal como en el revelado desatendido que es adecuado para controlar los contrastes. Expuesta a un índice de exposición 80, revelada en Kodak HC-110 dilución 1+119, durante 60 minutos con mínima agitación. Ya observé que este tipo de revelado, llamado desatendido, me gusta para las películas de baja sensibilidad, para controlar los contrastes, por ser un revelado compensador. Digitalizada con la Panasonic Lumix G100. Y como ya comenté, si no fuera por la gran diferencia de precio, usaría siempre esta película y arrinconaría la Ilford FP4 Plus 125.
Las condiciones de luz no fueron las mismas que el día de la Hasselblad. El día salió nublado. Por ello, algunas de las fotos, las primeras que tomé, están demasiado faltas de contraste para tener mucho interés. Y eso que la gradación de tonos de la Acros II es estupenda para trabajar con ella. Conforme fue avanzando la mañana la cosa se puso más interesante. Con aperturas f8 o f11, en el Fujinon 60 mm de la cámara la nitidez está asegurada en todo el campo. Y lo más destacable por otra parte es que cada vez me siento más cómodo con estas focales normales cortas. Por ello,... he decidido liarme la manta a la cabeza y he realizado una cierta inversión en calidad que llegará dentro de unos días. Es en digital... pero tiene que ver con este tipo de focales y cámaras. Por lo demás, no hay mucho más que contar que no lo comentara ya hace unos días. Feliz 2022.
No voy a perder mucho tiempo comentando este rollo de Fujifilm Neopan 100 Acros II, ligeramente caducada, en septiembre de 2021, lo cual tiene poca importancia al haber estado guardada en el frigorífico a 4 ºC desde que la recibí. Hice a finales del año pasado un pedido de esta película, mi preferida en ese ámbito de sensibilidad, entre ISO 80 y 125, tanto en 35 mm como en formato 120. Pero luego ha resultado que he usado menos de la que pensaba. Es cierto que tampoco lo hubierais visto, porque estaba destinada a retratos de personas de mi entorno que usualmente prefieren no aparecer en internet. De hecho, en los primeros días de diciembre de 2021 expuse cuatro rollos de Acros II, de los que hablaré de dos de ellos, con dos cámaras distintas de formato medio.
Este que os comento hoy, lo expuse en los días festivos del puente de la "Inmaculada Constitución". Y fue un día en que consideramos oportuno hacer una sesión de retrato, por la luz con la que amaneció, algo casi improvisado, con dos rollos de la misma película. Lo que pasa es que entre retrato y retrato en distintas localizaciones en la zona entre el parque de la Granja y el azud del río Ebro en Zaragoza. Llevé dos objetivos, el angular Carl Zeiss Distagon 50 mm f4 C T* para los paisajes urbanos, y el teleobjetivo corto Carl Zeiss Sonnar 150 mm f4 C T* para los retratos. Las fotos que vemos hoy son del objetivo angular. Por supuesto, estamos hablando de objetivos para la Hasselblad 500CM.
En cuanto a la película, tengo poco que decir en su forma de exponerla y revelarla. Hace ya un tiempo que tengo estandarizado el manejo de la Acros II, tanto en su revelado normal como en el revelado desatendido que es adecuado para controlar los contrastes. Expuesta a un índice de exposición 80, revelada en Kodak HC-110 dilución 1+119, durante 60 minutos con mínima agitación. Este tipo de revelado, llamado desatendido, me gusta para las películas de baja sensibilidad, para controlar los contrastes, por ser un revelado compensador. Digitalizada con la Panasonic Lumix G100. Si no fuera por la gran diferencia de precio, usaría siempre esta película y arrinconaría la Ilford FP4 Plus 125.
Poco más hay que decir. La gradación de tonos de la Acros II es estupenda para trabajar con ella. El grano es muy fino, indetectable prácticamente a partir de negativos de 56 x 56 mm, y con los objetivos Carl Zeiss, incluso si no son de las últimas generaciones de los fabricados para el sistema Hasselblad V, la nitidez está asegurada en todo el campo, a poco que seas cuidadoso al enfocar y cierres el objetivo un par de pasos sobre la apertura máxima. Sin querer decir que las aperturas mayores no sean perfectamente aprovechables. No hay mucho más que contar. Felices fiestas.
Hace muy poquitos días os comentaba el rollo de película negativa en color que usé en la Leica Minilux durante el mes de abril de este año, en su uso cotidiano de esta cámara como bloc de notas fotográfico. Como una herramienta que me permite mantener entrenado el ojo cuando algo me llama visualmente la atención. En ocasiones un mismo motivo, con distinto ambiente, distinta luz, a distintas horas del día... es una forma que considero válida para mantener entrenada la visión. Y la focal de 40 mm del Summarit de la Minilux es una buena opción como objetivo polivalente para este ejercicio.
Tras el rollo de Kodak ProImage 100 que os comenté hace tres días, le puse uno de los rollos de Fujifilm Neopan 100 Acros II que me llegaron hace unas pocas semanas. Esta película es cara. Pero a mí me gusta mucho usarla, desde los tiempos de su predecesora, la original fabricada en Japón. Recordemos que la actual se fabrica en el Reino Unido, presumiblemente por Harman Technology Ltd (fabricante de las películas Ilford y Kentmere), bajo las especificaciones de la marca japonesa.
A priori, siendo una película tecnológicamente avanzada, que se sitúa entre las películas modernas de grano especial, no sé si tabular o no, como las Delta de Ilford o las T-Max de Kodak, uno diría que hay que tenerle un cierto respeto. Las películas de grano tabular de Ilford y de Kodak siempre se han considerado como más exquisitas en sus requerimientos a la hora de exponer con precisión y con menos capacidad de perdonar los revelados descuidados o con químicos inapropiados. La Acros II mantiene el grano finísimo para su sensibilidad, yo creo que con ventaja sobre las Delta y T-Max, una buena gama tonal y un buen contraste, pero siempre la he encontrado sencilla de utilizar. De forma similar a las películas de grano tradicional. Sabemos que cuanto más cuidadosos seamos mejor resultados obtendremos, pero que si cometemos algún errorcillo en la exposición o en el revelado, no va a ser grave. Pues esa sensación me da.
De hecho, con el rollo que os traigo aquí me he encontrado con un "problema". Me di cuenta cuando ya el rollo estaba revelado. Con Kodak HC-110, dilución C 1+19, 5 minutos a 20 ºC, 10 inversiones tranquilas al empezar el revelado y luego 5 al principio de cada minuto hasta el final del mismo. Queda muy bien y con un grano casi inapreciable. El caso es que cuando estaba lavando el rollo, aproveché para cargar en la Minilux, que había quedado libre, un rollo de Kodak Ultramax 400, que es lo que llevo estos días, y entonces me di cuenta que el compensador de exposición de la cámara estaba en +1. Y no sé desde cuando. Al evaluar el rollo cuando lo sequé a colgar, pude ver que llevaba todo el una sobreexposición de un paso. Debería haber ajustado la concentración o los tiempos de revelado.
En cualquier caso, al digitalizar el rollo, como de costumbre con la Panasonic Lumix G9 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS, en esta ocasión en modo de alta resolución moderada, que da ficheros de 40 megapíxeles, que una vez que recortas los sobrantes se quedan en unos 30 megapíxeles, las imágenes quedaban bien. Un sencillo ajuste del punto blanco y del punto negro, y para compensar el exceso de revelado, una ligera bajada de los tonos medios, y quedan bien.
Normalmente, para películas de 35 mm, no suelo usar el modo de alta resolución, que reservo para la abundante superficie del formato medio. Pero la nitidez y el grano fino de la Acros II invitan a extraer algo más de información que de otras películas, y es posible. Probablemente, con una Ilford HP5 Plus, incluso con la FP4 Plus, poca ventaja real hay de digitalizar a 20 megapíxeles o a más. Pero con la Acros creo que sí. El modo de alta resolución de la Lumix G9 permite obtener simultáneamente un copia de la imagen en alta resolución, en este caso los moderados 40 megapíxeles, y en resolución normal, 20 megapíxeles, y se ve una mejor. Con otras películas, apenas. Todo sistema tiene sus límites marcados por el eslabón más débil de la cadena. En cualquier caso, una nueva serie de apuntes fotográficos realizados con comodidad.
En los últimos meses he reconectado con la Leica Minilux. No tan compacta como otras cámaras que tengo como la Minox 35 GT-E o la Olympus mju-II, presenta algunas ventajas sobre estas, y últimamente es mi cámara preferida para llevar encima en todo momento para tomar apuntes fotográficos.
Con respecto a la Minox, se puede usar también en modo de exposición con prioridad a la apertura. Tiene un sistema de compensación de la exposición entre -2 y +2 pasos por medios pasos, frente al sencillo x2 de la Minox, es decir un modo de sobrexposición de un paso para los contraluces. La focal de 40 mm no es muy diferente de la de 35 mm, pero yo la prefiero. Es marginalmente más luminoso, f/2,4 frente a f/2,8. Y aunque se puede usar enfocando por estimación y utilizando las hiperfocales, un poco al estilo de la Minox pero no igual por no tener escala de profundidad de campo, tiene la ventaja de que en distancias cortas puedes usar el enfoque automático y ser más preciso. Especialmente si necesitas aperturas amplias, donde el error al enfocar es más crítico. Tiene flash incorporado. Y como ya he dicho, es menos compacta, más talabarte. Los objetivos de las dos cámaras tienen buena prensa, pero el Summarit de la Minilux suele estar mejor considerado. La fórmula óptica, tipo "planar", 6 elementos en 4 grupos, es más compleja que la "tessar", 4 elementos en 3 grupos, del Minotar de la Minox. La Minox es una cámara más rápida. No necesita accionar ningún motor de enfoque y no hay retraso entre el accionamiento del disparador y el accionamiento del obturador. Con la Minilux, sí. Por eso, la Minox es más "reportajera", mientras que la Minilux es más un bloc de notas fotográfico.
La Olympus mju-II es comparable a la Minox en tamaño. Y tiene prestaciones similares a la Minilux, menos las más interesantes. No tiene enfoque manual, ni modo prioridad a la apertura. Ni compensador de la exposición. Todo automático. Los principales inconvenientes de la Minilux se encuentran también en la mju-II. La única ventaja notable, que fue además la que desencadenó su compra cuando salió al mercado en los años 90 del siglo XX es que está protegida contra salpicaduras de agua y contra el polvo. Y era la cámara que subía conmigo cada fin de semana a las pistas de esquí.
Con todo esto por delante, después de utilizarla en los últimos tiempos principalmente con rollos de película negativa en color, tomé la decisión de hacer un rollo de blanco y negro. Y para aprovechar las buenas cualidades de su óptica, le puse una película en condiciones. La Fujifilm Neopan 100 Acros II, la nueva versión de esta película de grano fino y elevada definición, que ahora fabrica Ilford en Reino Unido aunque bajo especificaciones de Fujifilm, puede hacer que las fotos obtenidas puedan tener un empaque superior a la de un mero bloc de notas. Si la distribución tonal es adecuada y si la nitidez es buena, puede ser ampliadas a buen tamaño.
Durante una semana fui recogiendo escenas ciudadanas, de rincones de la ciudad que me interesan por diversos motivos. Normalmente suelo ajustar el fotómetro a IE 80 y no al IE 100 de su sensibilidad nominal. Pero la mayor parte de estas compactas electrónicas no permiten este ajuste, ya que leen la sensibilidad por los contactos DX, así que su sensibilidad nominal tuvo que ser. Hice las fotos y revelé en Kodak HC-110 en dilución B (1+31) durante 5 minutos. Es distinto revelado que el que realicé recientemente en unos rollos realizados con la Hasselblad 500CM. Lo cierto es que aquellos no me gustaron cómo quedaron, supuse que algo estaba mal en la información de la que disponía y busqué otra información sobre el revelado de la Acros II con HC-110. Y esta parece ser correcta.
A la simple inspección visual, ya se apreciaba que la densidad y gama tonal de los negativos era bastante buena. Digitalicé los negativos con la Panasonic Lumix G9 y el Macro-Elmarit 45/2,8 a la resolución normal de 20 megapíxeles, que era más que suficiente para los fines pretendidos. Prácticamente no se aprecia grano alguno en las imágenes, confirmando las cualidades de la película. Hay amplia información de las luces a las sombras y el aspecto general de las imágenes, al menos técnicamente es muy bueno. El que interesen a la persona que las vea o no es otro cantar, pero para lo que yo quería, ya me han venido bien y han cumplido sobradamente las expectativas. Con las limitaciones que impone la sensibilidad ISO 100 en cuanto a necesidad de luz, la combinación de cámara y película es bastante buena. Se obtienen imágenes nítidas y limpias. La focal de 40 mm es muy polivalente y la cámara, aunque no tan compacta como las que han servido de comparación al principio, se transporta cómodamente una bolsa o mochila urbanita. El único pero es que la Acros II es una película cara. ¿Merece la pena sobre otras películas de sensibilidad similar como la Ilford FP4 Plus bastante más barata? Pues en muchos casos probablemente no... pero en alguno, en trabajos seleccionados puede que sí. Cada cual ha de valorar la situación.