En los últimos tiempos, los canales de vídeo de Youtube se han convertido en una fuente de información notable. Y estoy suscrito a unos cuantos, diversos. Veamos alguno de los destacados por algún motivo.
El primer canal de vídeo de Youtube al que recuerdo haber estado suscrito fue DigitalRev. Había estado haciendo una búsqueda sobre uso de objetivos Leica sobre cuerpos de cámara micro 4/3 y me apareció este vídeo presentado como ha sido habitual por Kai Wong. Supongo que tras la cámara estaba, no lo sé, Lok Cheung, que con el tiempo se convirtió en coprotagonista de las aventuras de probar nuevo material fotográfico.
Como contraste, el último canal al que me he suscrito, y que me está gustando mucho es el de José F. Ortuño. Guionista y realizador, te explica los secretos del cine de una forma concisa, concreta y fácil de entender. Os dejo su último vídeo subido, para quienes no se cosque todavía de qué va 2001: a space odyssey. Aunque sin referencias a Nietzsche, a mí ya me lo explicó cuando yo tenía 14 años y estaba en 8º de EGB mi profesor de ciencias, el señor Ibarra en el colegio Calasancio de Zaragoza, de cuyo nombre de pila no me acuerdo. Uno de los mejores profesores que nunca tuve, y uno de los culpables de que me gusten las ciencias como me gustan.
Pero hay otros diversos canales que sigo con real afición... Uno de los que suele aparecer en estas páginas, sobre fotografía en el sentido amplio de la palabra, es el de Ted Forbes, The Art of Photography, que en su último vídeo nos habla de la que se considera la primera fotografía conocida de la historia, un paisaje urbano de 1825 realizado por Nicéphore Niépce.
Como estos días estoy de vacaciones, durante una semana, y además se junta esta absurda colocación de fiestas oficiales a días alternos que lleva a que todo sea un caos en el sector de los servicios en España, estoy dedicando tiempo a mis aficiones, principalmente la fotografía. Espero la llegada de alguna compra, y estoy intentando o comprobando diversas cosas.
Por ejemplo, ayer estuve probando una combinación óptica para fotografía macro con un factor de reproducción mayor del 1:1 para Canon EOS o Canon EF, como prefiráis considerar.
Con una de mis cámaras clásicas como modelo, la Zeiss Ikon Contessa 35, encadené el Canon EF 50 mm f/1,4 USM con un tubo de extensión de Kenko de 36 mm y con el duplicador de primera generación Canon EF 2x Extender. El 50 mm y el duplicador no son compatibles entre sí, porque el objetivo no tiene espacio para alojar las lentes delanteras de duplicador que protruyen hacia adelante. Pero al colocar los 36 mm del tubo de extensión, el montaje es posible.
A la distancia mínima de enfoque de 45 cm, el 50 mm tiene una factor de reproducción de x 0,14 o x 0,15. Lo habitual en estos casos. Con los 36 mm de extensión, la distancia de enfoque baja a aproximadamente 20,1 cm, consiguiendo un factor de reproducción de x 0,87 aproximadamente. Bastante próxima de la escala de reproducción x 1, es decir, a tamaño real, cuando 1 cm en la realidad se corresponde con 1 cm en el sensor o en el fotograma de película. Pero si le ponemos el duplicador, manteniendo la distancia de enfoque, se duplica la ampliación, que se sitúa en el entorno del x 1,74.
La nitidez no está mal, aunque la profundidad de campo es ridícula. No obstante, en la fotografía anterior podréis comprobar cómo si bien los números centrales están nítidos, los de las esquinas tienen una pérdida de nitidez apreciable. Pero bueno... nada que pueda importar realmente mucho salvo en reproducciones críticas de objetos planos.
Me han llegado también en estos días los negativos en color que realicé durante la quedada "analógica" en la cartuja de Aula Dei hace unas semanas. Como ya venía sospechando, la Plaubel Makina 67, que da una calidad de imagen absolutamente impresionante, y que tiene unas proporciones de fotograma, más cercanas al 5:4 que al 7:6, que me encantan, sufre de filtraciones de luz. Que son mucho más claras y apreciables en las fotografías en color que realicé. Pero que al mismo tiempo me permiten deducir donde está el problema.
Claramente, el problema es que la espuma que cierra la tapa del compartimento de la película en la cámara, y que sirve como sello contra la luz en la cámara oscura, está degradada. Y permite el paso de la luz. Por lo tanto, tendré que llevarla a algún sitio para que me la cambien. Mientras, hoy mismo, voy a probar a hacer algún carrete sellando las juntas con cinta aislante negra. Para confirmar el diagnóstico.
En las fotografías también se aprecia el viñeteo mecánico de un parasol que le puse al objetivo, y que ha resultado demasiado largo para la focal del mismo. La última de las tres fotografías que he puesto es cuadrada, porque está al principio del carrete y parece que ha quedado cortada.
Por otra parte, el carrete de Kodak Portra 400 que le puse al final de la mañana a la Leica M2, y que terminé de exponer al día siguiente, tanto si usas el Carl Zeiss Biogon-C 35 mm f/2 como el Leica Elmar-C 90 mm f/4, los resultados son buenos. A la Leica, 20 años más antigua que la Makina 67, parece afectarle menos el paso del tiempo. Y con ellos despido esta entrada miscelánea.
Hace unos días os hablaba del libro "Inherit the Dust" de Nick Brandt, que se corresponde con la exposición sobre esta serie del fotógrafo británico que estuve visitando en Fotografiska en Estocolmo a mitad de agosto. En esa entrada enlazaba un vídeo que parece que no funciona, sobre cómo se concibió este interesante trabajo.
El caso es que dicho vídeo pertenecía a uno de los dos cortometrajes que se podían ver en la exposición que ayudaban mucho a comprender lo que estábamos presenciando. En uno de ellos se trata como he dicho de cuáles fueron las motivaciones y cómo se concibió esta serie de espectaculares y profundas fotografías, y el otros nos habla de la compleja puesta en escena de las fotografías, el cómo se hizo de la serie. Ambos vídeos creo que son muy interesantes para cualquier aficionado a la fotografía, no teniendo mayor inconveniente que el hecho de estar en inglés, cuestión que en España puede ser todavía un problema de difícil solución en amplios sectores de población.
De todos modos, ya que Elizabeth Avedon los ha visto y le han gustado tanto como a mí, los ha enlazado en su blog, y de paso me ha permitido localizarlos a mí para ofreceroslos aquí a todos vosotros. Espero que os gusten tanto como a mí y a Avedon.
Había dos cosas que quería hacer. Y aproveché el pasado domingo, cuando todavía la gran avenida del Ebro que ha afectado a las comarcas ribereñas de este río en la provincia de Zaragoza estaba todavía en crecida, para hacerlo.
La primera era comprobar hasta que punto el Carl Zeiss Planar 80/2,8 está limitado. Este objetivo es el único que no me costó nada. Había sufrido previamente un accidente, fue arreglado, pero la sensación es que no acababa de ir bien. Así que tenía que comprobar sus auténticas limitaciones.
La segunda era utilizar la versión para formato medio de la película Fujifilm Neopan 100 Acros, de la que se dice que es la mejor película negativa en blanco y negro para una sensibilidad de 100 ISO que hay. Grano muy fino, gama de grises muy amplia, fácil de revelar, excelentes resultados en diversas circunstancias. Ya la había probado en formato 135.
Efectivamente, el Planar 80/2,8 está limitado, y la naturaleza de su limitación está mucho más clara de lo que pensaba por lo que me habían contado. No enfoca a infinito. Cuando la rueda de enfoque llega a su tope y marca enfoque a infinito, en realidad está enfocando a una distancia de unos 7 metros, he calculado a ojo. La hiperfocal a f/16 según la DOF Calculator estaría casi a 9 metros. A f/22, la apertura mínima del objetivo, estaría alrededor de 6 metros y 35 centímetros. Realmente sigue siendo útil para retratos o para fotografiar objetos relativamente cercanos, siempre que no nos importe o nos venga bien sacrificar la nitidez del fondo lejano de la imagen. Hasta ahora sólo lo había probado en alguna naturaleza muerta en casa, donde no hay problema. Pero definitivamente está limitado. Tendré que buscar una solución. O lo intento arreglar... o me compró un objetivo estándar para la Hasselblad.
En cuanto a la Acros, realmente es una película excelente que me hace lamentar tener un escáner que limita la resolución final que la imagen puede alcanzar. Revelado con HC-110, a 20 ºC durante 7 minutos a la dilución E (1+47 a partir del jarabe concentrado), da unos resultados excelentes, siendo una combinación muy cómoda de utilizar para quien no se pega el tiempo revelando carretes fotográficos. Una favorita. La única pega que le encuentro es que su estabilidad dimensional no es muy buena, se comba bastante, por lo que cuesta colocarla en el portanegativos del escáner lo suficientemente plana para optimizar la resolución. Pero con un poco de cuidado y dedicación, se escanea muy bien. A 3200 pixeles por pulgada, obtenemos un archivo de casi 50 megapíxeles, a partir del cual recomiendo usar imágenes para imprimir no mayores de los 35 x 35 cms o 40 x 40 cms como mucho. Con este escáner. No me puedo ni imaginar lo que sería poderse permitir el lujo de escanearlo con un escáner de tambor... ríete tu de los millones de píxeles de algunas cámaras modernas y de los miles de euros que cuestan.
Os dejo un pase de fotografías con los ejemplos del domingo pasado.
Ese mismo día, además de la Hasselblad 503CX me llevé como complemento la compacta Leica D-Lux (Typ 109), que usé para tomar algunos pequeños clips de vídeo. Que he montado en un vídeo de algo más de tres minutos que podéis ver a continuación. Como no me llevé trípode, los clips de vídeo fueron tomados a pulso, por lo que quedaron un poco trepidados. He utilizado la opción de Youtube para estabilizarlos, y no quedan mal, aunque en alguna escena se ve algún artifacto. Especialmente en la base de los troncos anegados por la inundación.
Un tuit de THE BRITISH JOURNAL OF PHOTOGRAPHIE me informaba el lunes por la tarde del fallecimiento del fotógrafo RENÉ BURRI (1933 - 2014). BURRI estaba considerado ya desde hace tiempo un fotógrafo clásico de la fotografía documental en el siglo XX, con algunas fotografías de esas que con el tiempo son calificadas como icónicas, como representativas de un tiempo o un lugar. Miembro de MAGNUM PHOTOS, además de la calidad documental de su obra, esta arrastraba consigo indudables cualidades estéticas, consecuencia probablemente de su formación inicial en escuelas de diseño y artes aplicadas. Excelente su manejo de la luz, de las sombras y del color.
Hace un tiempo, un año o así, visualicé un vídeo en el que presentaba él mismo seis de sus fotografías más significativas. Siento decir que está en inglés y no he encontrado ninguna versión con subtítulos. Pero en cualquier caso lo voy a poner, y porque por lo menos la fotografía es un lenguaje universal y podremos disfrutar de esta pequeña selección que resume el trabajo del fotógrafo suizo.
NANA TRONGRATANAWONG es una fotógrafa tailandesa, especializada en viajes y naturaleza. En su página en internet podréis encontrar abundantes ejemplos de su buen trabajo. Imágenes de todo el mundo muy bellas, con una estupenda realización técnica, con una preferencia con todo lo que tiene que ver con los océanos y la vida submarina.
Pero estos días atrás se ha convertido en un personaje popular no gracias a una fotografía sino a una secuencia de vídeo. Tomada con una cámara GOPRO, pequeñas cámaras pensadas para registrar tanto en forma de fotografía fija como especialmente en forma de vídeos las actividades de los más aventureros al aire libre, vemos como la fotógrafa se sumerge en el agua en medio de innumerables medusas, muy bellas, de tonos anaranjados rojizos. Y supongo que distintas de las que producen horribles flictenas e irritaciones cutáneas diversas con su contacto en las playas del Mediterráneo.
Hay dos versiones del vídeo, una más larga, el trabajo de la propia NANA, menos cuidada desde el punto de vista de la posproducción de la imagen, menos trabajada en su colorimetría y en los defectos propios de las limitaciones del matrial utilizado, y luego el metraje usado por GOPRO para realizar un anuncio comercial de la marca y su material. Más depurado visualmente. Yo prefiero el primero. El que resulta más espontáneo. Y el que marca la confluencia de lo visual, sea imagen fija o imagen en movimiento, en el que queda claro que la diferencia la marca el autor, la persona que con su creatividad e imaginación es capaz de producir imágenes que nos seducen, nos alegran o nos conmueven.