Justo el día en que la marca sueca de cámaras fotográficas Hasselblad decidía presentar su cuca X1D (enésima cámara en cuyo nombre aparece una combinación de estas letras y número), decidí que a la salida de Fotógraf@s en Zaragoza al pantano de Búbal, con comida tradicional a base de migas y ternasco en Jaca, me iba a llevar mi Hasselblad 503CX. Me llevé los tres objetivos, y los tres los usé; todos firmados por Carl Zeiss, el Distagon 50/4, el Planar 80/2,8 T y el Sonnar 150/4. Junto con mis dos tubitos de extensión por si convenía acercarse a algún motivo. Y así fue.
Primero y antes que nada, os presentaré a los presuntos implicados de esta historia. Los aficionados a la fotografía de FeZ.
Me llevé película de dos tipos... tres en realidad. Por un lado la Kodak Ektar 100, película negativa en color que ofrece un saturación aumentada de los colores y se ve más apropiada para el uso en paisajes. Dos carretes, 24 exposiciones en total, fueron los que usé en primer lugar de este tipo de película. Recientemente había escuchado a Matt Day hablar maravillas de esta película (en inglés) en las condiciones en las que íbamos. Paisajes a horas "inconvenientes", cuando el sol ya está alto sobre el horizonte, la luz es dura, y encima es verano con sus calimas que dan un tono azulado a todo por la dispersión de la luz.
Todos los revelados realizados por Carmencita Film Lab en tamaño XL, es decir unos 25 megapíxeles. Han empezado a ofrecer un revelado XXL que creo que permitirá obtener archivos de entre 40 y 50 megapíxeles a partir de los negativos de formato medio. De momento no necesito tanto.
Lo cierto es que sin que la sensación sea negativa, los resultados producidos por la Ektar me causan cierta desazón. No son del todo positivos. Probé también alguna fotografía de aproximación... para ver que tal.
Las sombras se salvan por poco. Esta película tiene una dinámica, una latitud de exposición, más limitada que otros negativos en color. He decir que en el 90% de los casos medí la luz por estimación... es decir, día soleado con una película de 100 ISO es igual a una exposición de f/16 y 1/125 s. En realidad, la mayor parte de las fotografísa están tomadas a f/8 y 1/500 s, una solución similar, con algunas a f/11 y 250 s si precisaba más profundidad de campo. No es posible usar f/5,6 o menores, puesto que la velocidad de obturación máxima del obturador central de los objetivos Carl Zeiss es de 1/500 s. Salvo en algún caso que estimé la exposición para las sombras, multiplicando por 2 o por 4 la exposición.
Cuando terminé los dos carretes Ektar, pasé a la Kodak Portra 160, una película de uso más general y que se lleva muy bien con los retratos. Pero sigamos con los paisajes y las fotografías de aproximación.
Con una dinámica más amplia y un menor contraste, me siento mucho más cómodo con esta película en estas circunstancias de toma. Supongo que en un amanecer o un atardecer, con los tonos cálidos del alba o el ocaso, y un contraste más ajustado, la Ektar 100 funcionará mejor. Pero en las horas centrales del día, definitivamente, esta Portra 160 es de elección para mi gusto.
Pero las Portra, tanto las 160 como las 400, fueron inventadas en un principio para retratos, aunque ahora se hayan convertido en su evolución en unas películas todo terreno. Hice algunos retratos. La mayoría en interior. Y ahí, estas películas son excelentes. Cuando terminé con las 24 exposición de los dos carretes de Portra 160, aún puse uno de Portra 400, que cuando hay luz suficiente disparo a un índice de exposición de 200. Y sin problemas.
Por supuesto, realizar retratos no posados sino improvisados con una Hasselblad, especialmente en interior o semiinterior, tiene su complicación. Con exposiciones de f/2,8-f/4 y 1/60 s, hay que tener mucho cuidado de conseguir enfocar con precisión. A f/2,8 la profundidad de campo es equivalente a un f/1,4 o más abierto en el formato pequeño de 24x36. Y 1/60 s es el límite para usar a mano el objetivo estándar del Hasselblad, el 80 mm (focal equivalente en 24x36, 45 mm aproximadamente). Pero en cualquier caso, es divertido.
Me despido con unas flores. Y hasta la próxima. Fue un día espléndido. Un buen principio de vacaciones.
Comienzo ya la última entrada relacionada con el primer módulo del taller de retrato organizado por Fotógraf@s en Zaragoza. El haber optado para las prácticas con modelo bajo luz ambiental de interiores y exteriores por un conjunto de películas tradicionales en lugar de la tecnología digital al uso, me ha permitido ampliar mucho la experiencia, y enriquecerla considerablemente, como habréis podido comprobar los que habéis seguido esta serie de artículos. Quedan dos módulos más, que se celebrarán el 23 y el 24 de mayo, ya veremos qué cuento de ellos.
Tras la experiencia de usar dos tipos distintos de película negativa en blanco y negro, a altas sensibilidades en interior y a sensibilidades medias (bajas las consideran muchos hoy) en exterior. Me quedaban los carretes en color, película Kodak Portra 400 (también la hay en 160 y 800 ISO), que llevé como complemento. He de decir que, como su nombre insinúa, originalmente esta película negativa en color se concibió como especializada para retrato, mientras que la marca americana dejaba la Ektar 100 como película más adecuada para paisaje, en el marco de la fotografía profesional o para aficionado avanzado. Es cierto que la formulación de la Portra se ha ido modificando para que quede adaptada a un uso más general.
Me llevé al taller mi cámara Pentax MX con un SMC-M 50/1,7 cargada con un carrete de 36 exposiciones de Portra 400. Han salido menos. No sé muy bien por qué. Pero lo esencial está ahí. Cuando uso esta combinación, suelo ajustar el exposímetro de la cámara a un índice de exposición de 200, en lugar del 400 nominal de la película. La amplia latitud de exposición de la película lo permite sin problema, obteniéndose fotografías con grano más reducido y colores algo más saturados. Os pongo aquí algunas fotografías realizadas unos días antes del taller.
Todos los negativos en color han sido revelados y digitalizados en Carmencita Film Lab, y ya adelanto que han hecho un excelente trabajo.
No obstante, por esa amplia latitud de exposición, no dudo si llega el caso en exponer algunos fotogramas a índices de exposición más bajos, sabiendo que luego en la copia o en el escaneado es fácil recuperar unos tonos y unas texturas aceptables hasta un IE 800 (algunos dicen que más). En fin, lo que hago es olvidarme del fotómetro en interiores, abrir a f/2 y ajustar la velocidad de obturación a 1/60. Y que salga el sol por Antequera. Veamos un ejemplo.
Como la primera parte de las prácticas del taller de retrato con luz ambiente fueron interiores, utilicé esta estrategia para hacer alguna foto de Sara (Sarini Modelo Imagen), la estupenda modelo que nos ayudó en estas prácticas. Veamos algún ejemplo.
Cuando se utiliza la película con un índice de exposición más alta que su sensibilidad nominal de 400 ISO, los colores quedan menos saturados, y hay riesgo de que las sombras queden deslavazadas. Por supuesto, el grano de la película es más evidente. La fotografía anterior puede tener un índice de exposición de 1600 (no lo calculé exactamente).
Ya en exteriores, a con un índice de exposición de 200, la película brilla en toda su potencialidad, y ya depende exclusivamente de la habilidad del fotógrafo el aprovechar las circunstancias que se le ofrecen. Eso lo juzgaréis vosotros con los ejemplos que pongo.
Finalmente, tras utilizar los carretes de película negativa en blanco y negro que ya he comentado, cargué el respaldo de la Hasselblad 503CX con otro carrete de Kodak Portra 400, éste con la intención de utilizarlo a sus sensibilidad nominal de 400 ISO. El objetivo usado fue el tele corto Carl Zeiss Sonnar 150/4 C.
En dos situaciones disparé fotografías. En la primera de ellas, con Sara en situación estática, sentada en un banco. Estas no supusieron mayor problema que mis propias limitaciones en la habilidad para componer o aprovechar la buena pose. Con un negativo de aproximadamente 55 x 55 mm estamos hablando de una superficie de material sensible 3,5 veces superior a la de un negativo de 24 x 36 mm o un sensor digital del mismo tamaño. Esto tiene la gran ventaja de que recoges una cantidad de información mucho mayor, algo que se nota y se agradece, y la desventaja de que la gestión del enfoque es más delicada, por su menor profundidad de campo. Las fotografías que aquí muestro fueron expuestas con diafragmas f/8 a 1/500 segundo, y a pesar de todo se aprecia la limitada profundidad de campo. Eso sí la gradación de los colores, la suavidad de los tonos y la cremosidad del desenfoque son envidiables. No he realizado ningún tratamiento digital sobre la digitalización del negativo que he recibido de Carmencita Film Lab, salvo algún ligero recorte para eliminar algún elemento superfluo en los bordes del fotograma.
La segunda situación en la que usé este carrete fue con la modelo en movimiento, simulando el caminar por una pasarela con sus giros y esas cosas. Aquí he de decir que la Hasselblad no se adapta bien a este tipo de fotografía. Hay que estar muy experimentado en su uso y tener mucha capacidad de anticipación, así que el número de éxitos ha sido pequeño. Y las que han quedado bien tienen un aspecto más estático que otra cosa.
Considerando el conjunto de la experiencia, de las cuatro entradas que he realizado, he extraído mis propias conclusiones:
Evidentemente, como fotógrafo de retrato, aun habiendo consiguiendo algunas fotografías que me gustan, tengo mucho campo para la mejora. Es una disciplina en la que es especialmente importante la atención al detalle. Además de tener un sentido de la estética y la composición, también hay que tener un técnica bien asentada.
Nunca había sido muy aficionado al forzado de la película negativa en blanco y negro, por el miedo que nos metieron haya a principios de los 90 en la Spectrum a perder la textura en las sombras. Pero me gustan las posibilidades de la Tri-X para usarla con índices de exposición altos. El revelado con HC-110 fue fácil y conservó el detalle en el negativo sin que el grano se hiciese demasiado escandoloso. A utilizar con más frecuencia.
Encantado con la Fujifilm Neopan 100 Acros. Cantidad de detalle, grano muy fino, una gama de grises de aspecto infinito. Tendré que acostumbrarme a tener en casa de todas formas un revelador de grano fino, menos enérgico que los reveladores todo terreno que suelo utilizar. El Ultrafin Plus se acabará cuando termine el envase actual, así que tendré que plantearme otras alternativas.
La película Kodak Portra 400 es y seguirá siendo durante mucho tiempo mi película en color preferida. Me gusta mucho su escala tonal y sus colores. Especialmente con la agradable luz con la que estuvimos trabajando buena parte de la mañana del día del taller. Y el resultado me resulta más agradable que la intensa nitidez que te puede dar un buen sensor digital. No ha de extrañar que en el procesado de los archivos digitales use preajustes (presets) que intente reproducir el aspecto de la película tradicional para dar un poco de organicidad a la imagen. En estos momento me siento atraído a utilizar más mis cámaras para película tradicional.
Espero que esta serie de artículos os haya gustado. Volverán después del 24 de mayo.
Cuando ya falta poco para que me manden de Carmencita Film Lab los resultados de mis carretes de película negativa en color del primer módulo del taller de retrato que hice con Fotógraf@s en Zaragoza, y a pocas horas de salir por viaje de trabajo rumbo al far west peninsular, os muestro los resultados del carrete en blanco y negro que hice con la Hasselblad 503CX durante la sesión en exteriores con Sara (Sarini Modelo Imagen).
Para exteriores opté por usar película negativa en blanco y negro Fujifilm Neopan 100 Acros. Hay quien dice que en estos momentos es la mejor película posible para este intervalo de sensibilidades, con gran fino, amplia gama de grises, y capaz de resolver una gran cantidad de detalles. Además, no necesita corrección de la exposición con exposiciones de hasta dos minutos. Y se revela fácilmente con los reveladores habituales, aunque pueden obtenerse mejores resultados con los específicos para películas de grano fino. Lo cierto es que es cómoda de usar y da buenos resultados.
La película la revelé con revelador Tetenal Ultrafin Plus. Como no soy un gran consumidor de químicos, suelo usar reveladores de uso común. En estos momentos, habitualmente el HC-110 de Kodak. Pero cuando cerró IMESA, nuestra tienda favorita en Zaragoza para equipamiento fotográfico diverso, me acerqué a decir un adiós y aunque no tenía necesidades de compra en ese momento, me llevé este revelador. He de decir que cuando aparecieron los negativos todavía húmero del tambor, el aspecto de transparencia me dio miedo. Pensé que había subexpuesto el negativo, aunque recuerdo que hice una medición muy cuidada, o que los seis minutos de revelado habían sido insuficientes. No obstante, al escanear la película con el Epson Perfection V600 Photo se obtiene la imagen sin problemas, con una amplia gama de grises y con detalle tanto en las luces como en las sombras. O sea, bien.
He de decir que, lamentablemente, he tenido algunos problemas con este carrete. Todo el mundo tiene un momento malo. Y cometí algún error en el enfoque, justo en alguna de las tomas que mejor podrían haber quedado. No se puede ir con prisas con la Hassel...
Otro problema. Los dos primeros negativos del carrete están afectados por un moteado negro cuyo origen desconozco. En la primera fotografía de este artículo se aprecia algo pero poco. Pero en la siguiente, un primer plano de Sara que también me gustaba, es muy acusado, y ni con el tiempo que he dispuesto para elaborar este artículo no he podido corregir las numerosas motas de forma satisfactorio. Además no me gusta no saber de donde vienen los problemas para evitar que aparezcan de nuevo...
Pero aun hubo más incidentes. Durante la toma, estaba preparándome para hacer la primera fotografía con Sara sentada en el banco, cuando recibí un empujón involuntario que me hizo disparar la cámara precipitadamente. El caso es que a falta de haber acertado un poquito más en el punto de enfoque, casi sale uno de esos errores afortunados. Pero es lo que yo digo, pocas veces dos errores hacen un acierto. Casi nunca...
Finalmente decir que el resto de los fotogramas, casi todos ellos variantes de Sara sentada en el banco, quedaron muy bien técnicamente sin mayores problemas, y la única cuestión que queda es evaluar el encuadre, el punto de vista y la oportunidad de la fotografía en función del gesto o el ademán de la modelo. Teniendo en cuenta que en el retrato femenino, con contrastes bajos, con gamas amplias de grises y una iluminación suave es más difícil equivocarse, no es mala combinación de cámara, película y revelador la utilizada. Desde luego, con la Tri-X 400 de Kodak que uso habitualmente como película todo terreno, no se suelen obtener gamas de grises y transiciones tan suaves. Y el grano es mucho mayor.
Previendo que íbamos a hacer fotografía tanto en interiores como en exteriores, y una vez tomada la decisión de llevarme equipos de fotografía para película tradicional, me llevé tres tipos de película. En blanco y negro de 100 y 400 ISO, y en color de 400 ISO. Llevé dos cámaras para película tradicional. Una de formato medio, la ya mencionada Hasselblad 503CX, con dos objetivos de 80/2,8 y 150/4, además de un par de tubos de extensión por si se terciaba hacer un primer plano del rostro de la modelo. Al final, no los usé. Me gustan más los planos un poquito más abiertos. Más si tenemos en cuenta los complementos que lucía Sara (Sarini Modelo Imagen), la modelo.
Por la dinámica del taller, no hubo ocasión de montar las cámaras sobre los trípodes, que hubiera producido un follón de mucho cuidado. Así que decidí forzar la película para interiores dos pasos. Es decir, aun cuando la Kodak Tri-X tiene una sensibilidad nominal de 400 ISO, utilicé un índice de exposición (IE) 1600. Eso me permitió usar con el Sonnar 150/4 una velocidad de obturación de 1/125 segundos a su apertura máxima f/4. Como el 150 mm es equivalente a un 80 mm en el formato de 24 x 36 mm, es una velocidad de obturación que me daba cierta seguridad frente a las tomas trepidadas.
El problema más importante, especialmente en la primera toma, fue el contraste y en el ambiente y el hecho de que el rostro de la modelo quedase en sombra. Vemos primero una imagen general de la situación.
Una situación como vemos que no es fácil, y sin espacio para colocar muchos modificadores de luz. Además, en este primer módulo del taller no íbamos a usar los flashes. Sólo luz ambiental.
A pesar del forzado de la película, el contraste del negativo no se ha hecho incontrolable. El revelado lo he realizado con revelador Kodak HC-110 una la solución no oficial H 1:64 (una parte de jarabe del revelador en 64 partes de solución de trabajo, o una parte de jarabe en 63 partes de agua). Un tiempo de revelado de 20 minutos a 22 ºC, propuesta que encontré en la página de Greg Mironchuk, que parece que se conoce bien el revelador. En general, Greg propone 19 minutos a 24 ºC; el ajuste de temperatura a la baja y de tiempo al alza lo hice yo porque era lo más cómodo para mi grifería.
Los negativos los he digitalizado fotografiando cada fotograma con la Olympus OM-D E-M5 y el Panasonic Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS.
Hay un grano apreciable, como no podía ser menos a esa sensibilidad, y más si se ve en pantalla, con la imagen al 100%. A ese tamaño, casi asusta. Pero he realizado pruebas en papel con impresora de chorro de tinta a lo que sería un tamaño de imagen de 35 x 35 cm y se ven bastante bien.
El problema en estas primeras tomas, con un contraluz tan acusado, es que el contraste en el rostro de Sara es muy bajo. Y se fuerza en el procesado tras la digitalización, el grano se hace mucho más aparente. En cualquier caso, la versión de contraste suave, me parece que es agradable. Mejorable, pero agradable.
Después, pasamos a una fotografía en la que Sara recibía la luz de una ventana, desde su izquierda, quedan el rostro con respecto al fotógrafo en posición de tres cuartos. Veamos la situación general.
"El secreto del éxito consiste en un 1% de inspiración, un 98% de transpiración y un 2% de atención al detalle."
Sí; ya sé lo que me vais a decir si hacéis la suma de los porcentajes. Yo me reí mucho. Atención al detalle... El caso es que la atención al detalle es importante en esto de los retratos. Y ha habido dos detalles, que en el momento de la toma me pasaron totalmente desapercibidos, que luego al encontrarme con las fotos me han traído por la calle de la amargura. Uno de ellos es el pliegue que formaba su vestido junto a su axila derecha. Al recibir la luz lateral se ve en exceso, se resalta, estropeando el retrato. He tenido que tirar de diversas herramientas en Lightroom para paliar el problema.
El otro problema está en los ojos. Sara tiene unos ojos muy claros. Y la luz que recibía en ellos reflejaba hacia el objetivo de una forma tal que en la mayor parte de las tomas quedaba una mirada muy extraña, difícil de arreglar en posproducción. Tampoco tengo claro si me gusta el reflejo en el marco de la ventana. Vamos. Que para que las cosas queden bien, es evidente que hay que prestar mucha atención a los detalles. Os dejo, de las tomas de esta esta escena, la que me parece quedó mejor.
Alguno dirá que menuda complicación me busqué, con lo cómodos que son los archivos de las cámaras digitales para torturarlos después en posproducción y que queden más o menos bien. Pero ¿y la dosis extra de diversión de usar una cámara clásica como la Hasselblad? ¿un objetivo firmado por Carl Zeiss? ¿chapotear entre los químicos del revelado para sacar dos diafragmas extras de sensibilidad de todo un clásico en el mundo de la película tradicional como es la Tri-X? Como dice el anuncio... eso no tiene precio.
Hasta hace unos meses no estuve en condiciones de poder comprometerme a participar en las actividades formativas de Fotógraf@s en Zaragoza (FeZ), grupo de aficionados a la fotografía surgido de la red social Flickr, aunque también podéis encontrarlo en Facebook, y en su blog. Pero ya en noviembre tuve ocasión de participar, muy satisfactoriamente, en el de iniciación al vídeo, y ahora se habría la oportunidad de hacerlo en una serie de talleres sobre retrato que se van a celebrar entre abril y mayo de este año.
Estos talleres son autoorganizados, y se pueden hacer en gran medida por los desvelos de las gentes que de forma voluntaria ejercen el liderazgo informal del grupo, y de la voluntad altruista de aquellos más expertos en prestarse, trabajar y esforzarse por los menos. En esta ocasión, como en otras, tenemos que agradecer el esfuerzo y la paciencia de Ángel López, por la preparación de los talleres, junto con Kino por su empuje y su aportación en la cosa de los "robos".
Empezamos el sábado por la mañana, que con un día espléndido, anunciaba un fin de semana muy agradable. La mañana del sábado se dedicó a los conceptos teóricos y ejemplos proyectados sobre el retrato. Incluyendo aspectos y legales.
En la tarde del sábado tocó armarse con las cámaras y otros dispositivos, fundamentalmente para domar, controlar o aportar la luz. Especialmente en una tarde en la que la luz del sol se puso excesivamente radiante y dura. Hubo que echarle ganas para intentar sacar partido en distintas situaciones, no necesariamente óptimas. Fue una tarde más para pensar desde el punto de vista técnico que artístico. Al fin y al cabo, antes de correr hay que andar, y había que conocer los aspectos técnico sobre el control de la luz y la exposición. Y además los modelos improvisados éramos los propios participantes del taller, que normalmente no sabemos posar. Pero claro... a veces hay que hacer retratos a personas que no saben posar, y eso no es excusa para no hacer un buen trabajo... Nadie dijo que fuera a ser fácil.
Terminamos con tertulia alrededor de unas cervezar, y empezamos a mentalizarnos para la sesión del domingo por la mañana.
Y es que para dicha sesión estaba prevista la participación de una joven modelo, Sara (Sarini Modelo Imagen), que aunque sea joven tiene mucha más experiencia en esto de participar en un sesión de retrato, aunque sea delante del objetivo y no detrás del visor de la cámara. Fue curioso, porque se notó el respeto que imponía en los participantes, que adoptamos inmediatamente una actitud de interés y ganas, y que hizo que la mañana se pasase de forma muy interesante, divertida,... y rápida.
Durante el día anterior había estado trabajando con dos cámara, la Leica M-E con un 35/2,8 y un 50/2 y la Canon EOS 5D Mark II con un 85/1,8. También me llevé un 200/2,8 para esta última, pero finalmente la cedí para el uso de otros compañeros. Es una focal muy buena de calidad, pero que me resulta excesiva.la mayor parte de las veces.
Pero para la sesión del domingo decidí arriesgar. Hacer algo que me obligase más a mantener la atención y la concentración. Me llevé la Hasselblad 503CX con un 80/2,8 y un 150/4 (focal estándar y tele corto respectivamente). La usé en interiores con Kodak Tri-X 400 forzada a 1600, y en exteriores con Fujifilm Neopan 100 Acros a su sensibilidad nominal y Kodak Portra 400 expuesta a su sensibilidad nominal. También llevé la Pentax MX con un 50/1,7 y Kodak Portra 400 expuesta a IE 200.
Para hacer alguna prueba y determinar la exposición, usé mi compacta habitual de los últimos tiempos, la Leica D-Lux (Typ 109), de la que proceden las fotografías que veréis a continuación, y que corresponden a los retratos que hicimos a Sara en distintas condiciones.
Ya tengo ganas de que lleguen los talleres de mayo. Creo que han sido unas horas muy satisfactorias. Y sólo me queda volver a agradecer a Sara, Ángel, Kino, y se me había olvidado Miguel, a quien le debemos la buena acogida que nos dispensan en el Centro Cívico Miralbueno. Los resultados de las películas tradicionales,... llegaran cuando lleguen. Paciencia.