Durante el año 2017 fui realizando una labor de revisión de distinto tipo de material sensible, especialmente películas en blanco y negro, con el fin de acostumbrarme a revisar y conocer las características y capacidades de cada tipo de película, y tener un mejor criterio a la hora de adquirir el material de acuerdo a mis necesidades.
En color, la oferta es más limitada y las cosas son habas contadas. En estos momentos tengo ya la decisión tomada. Como película todo uso, todo terreno, la Fujifilm Superia XTra 400 me da lo que necesito, aunque sólo está en película de 35 mm. Una reserva suficiente de sensibilidad, un grano razonablemente fino aunque yo no la llamaría película de grano fino, y unos colores agradables y relativamente vivos. Una película alegre. Para paisajes, con grano más fino, no me cabe la menor duda de que la Kodak Ektar 100 es casi obligatoria. Y para retrato es de rigor la Kodak Portra 400. Que podría ser una opción como película polivalente, aunque con colores menos vivos que la XTra 400, si no fuera porque es apreciablemente más cara. De elección, eso sí, en formato medio, donde el producto de Fujifilm no está disponible. Para las altas sensibilidades... Fujifilm tiene algún producto interesante, y siempre se puede usar la Portra 400 forzándola.
En blanco y negro, las opciones son mucho más variadas, y la elección no está tan clara. Probé muchas el año pasado. Para mi fotografía infrarroja, las Rollei Retro 80S y Superpan 200 son de rigor. Van bien y tienen un precio razonable. Pero en el resto, cuesta decidirse por una película en concreto. Comprobé hacia final de año que me había centrado en mis pruebas en las películas de tecnología tradicional, de grano cúbico, y que salvo la Fujifilm Neopan 100 Acros y algún carrete de Kodak TMax 400, hacía décadas que no probaba las de tecnología más moderna, con grano tabular. La Acros me gusta mucho, aunque a veces es poco contrastada, y justa de sensibilidad. La TMax 400, como la mayor parte de las Kodak, para quienes hacemos un proceso mixto fotoquímico-digital, es una pesadilla para escanear por su escasa estabilidad dimensional. Vi que tenía que retomar las Delta de Ilford. Desde 1997, en un viaje a Oviedo, no había usado ninguna. En aquella ocasión fue una Delta 400.
Adquirí por lo tanto unos cuantos rollos de Ilford Delta 100 y 400, en formato medio, y el día 30 de enero, un día que me cogí libre en el trabajo y subí de excursión a pasear por el valle de Tena, en los Pirineos aragoneses, cogí los rollos de Delta 100 y la Hasselblad 503CX con el Carl Zeiss Planar 80/2,8 T* CF y me dispusé hacer unos cuantos paisajes. Normalmente uso un filtro amarillo, pero no en esta ocasión. En la montaña, cuando está totalmente despejado, los cielos son suficientemente oscuros para que con una película como esta no sea necesario para envitar unos cielos excesivamente blanquecinos y lavados.
Uno de los rollos, por un error al cerrar el tambor de revelado, se veló parcialmente. Nueve de los doce negativos quedaron inservibles. También esto provocó alguna irregularidad en el revelado, que se aprecia en algún negativo del resto, aunque en el proceso mixto, en la parte digital, he corregido algunos y han quedado aprovechables. Nunca hay que bajar la guardia, y nunca hay que dudar en comprobar dos veces que todo el material queda convenientemente ajustado.
Lo primero que me quedó claro es una cosa. Si la semana pasada os hablaba de mis pruebas con la Rollei Ortho 25 Plus, he de decir que con la finura de grano y la nitidez que ofrece la Delta 100, no merece la pena el inconveniente de usar una sensibilidad tan escasa, por lo menos en formato medio. Quizá con película de 35 mm pueda ser planteable que haya más diferencia, pero para las ampliaciones que hago yo, ya me vale. Como recientemente había usado la Ilford FP4 Plus, también he percibido la diferencia a favor de la Delta 100 en nitidez y limpieza de la imagen. A cambio, se nos recuerda que debemos ser más cuidadoso en la medición de la luz y la exposición de la imagen. Para estas fotografías use el Sekonic L-408 Multimaster que compré en navidades para medir cuidadosamente la luz. A veces con medición incidente de la luz, a veces con medición parcial, comprobando el contraste de la escena, con la medición reflejada en un ángulo de 5º. Se me olvidaba decirlo, en todo momento el índice de exposición ha sido coincidente con la sensibilidad nominal de la película, ISO 100.
Como revelador, he usado el Kodak TMax Developer, del que disponía de una cierta cantidad, que es el revelador desarrollado por Kodak para películas de grano tabular. Lo usé a la dilución recomendada 1+4, durante 7 minutos a 20 ºC. Treinta segundos de inversiones continuadas de forma inicial y cuatro inversiones cada minuto hasta el final del revelado. Nunca hago las inversiones con excesiva energía. Soy más bien calmado. Me dicen, aunque desconozco las fórmulas químicas de ambos, que el TMax Developer es similar al DD-X de Ilford, que es el revelador recomendado por la marca británica para estas películas.
Qué conclusiones puedo sacar. Pues que me he sentido muy cómodo con esta película. Los negativos, salvo los estropeados por la filtración de luz, tenían un aspecto estupendo, con sombras con detalle y con luces sin bloquear. Hay que decir que las condiciones de luz fueron de luz radiante, en horas centrales de día. Y en las escenas había desde extensiones de nieve iluminadas por el sol, hasta algún bosque de coníferas de hojas perennes muy oscuras. Sin mayores problemas, todo quedó integrado en la escena sin pérdida de información por ninguno de los extremos.
La película tiene una muy buena estabilidad dimensional y se mantiene plana en el soporte del escáner sin problemas, lo que colabora a una buena nitidez final. Dejados a la exposición automática del programa de escaneado, ya hubieran tenido los archivos resultantes un buen aspecto. No obstante, digitalicé en archivos Tiff de 16 bits, agustando los negros y los blancos extremos de modo que se consiguiese el mayor rango dinámico posible en los tonos. No fue problemático. Luego tuve que hacer algún ajustes, nada intempestivos, con el contraste para dejar las imágenes como las percibí en el momento de la toma. Como ya había previsto, aun sin el filtro amarillo, los cielos azules se mantuvieron en tonalidades medias sin ningún problema. De haber habido nubes en el cielo, estas hubieran quedado perfectamente separadas. Pero no las hubo.
He de decir que quedé muy satisfecho. Y en esos momentos, practicamente puedo decir que esta película se va a convertir en mi película de grano fino de elección. Quizá para el uso con cámaras antiguas, más imprecisas, igual use alguna película de grano cúbico tradicional, quizá la Ilford FP4 Plus, que puede perdonar un poco más posibles errores en la exposición, pero ahí está. Comparada con la Fujifilm Acros, que es la que más me gustaba hasta ahora, la principal ventaja que encuentro en la japonesa es la ausencia de error en la ley de la reciprocidad para exposiciones largas. Pero aparte de eso, creo que la Delta 100 es mi favorita. Tengo la sensación de que ya lo fue en tiempos, he estado revisando las películas que usaba a mediados de los noventa y ahí está muy presente, y lo volverá a ser. La única pega real que encuentro... que es más cara que otras. Pero es un producto de muy buena calidad.
Recientemente, a través de Twitter, Ilford Photo hizo una petición de exponer en este medio fotografías de paisaje realizadas con sus materiales etiquetándolas de una determinada manera, y la fotografía que está sobre estas líneas fue seleccionado para un pequeño artículo en su blog oficial (Friday Favourites #landscapes), como ejemplos de uso de película Ilford en paisaje. De las cinco fotografías publicadas, en una no consta la película utilizada, de las otras cuatro dos están realizadas con Ilford Delta 100 y otras dos con Ilford Pan F+. Esta última, una película de ISO 50. Lo cual da una idea de la adecuación de estas películas a este propósito.
En líneas generales, existe una regla en la fotografía con película tradicional que dice que cuanto menor es la sensibilidad de la película, menor es el grano de la misma. Quizá habría que expresarla al revés. Las películas que tienen un grano muy reducido, tiene menor sensibilidad. No voy a meterme en explicaciones al respecto, por miedo a cometer algún error conceptual si voy muy deprisa.
Por lo tanto, para determinado tipo de trabajos, como pueden ser algunos retratos, bodegones y fotografía de producto y paisaje, las películas de sensibilidad baja serían de elección. Aunque como contrapartida, será necesario el uso de un buen trípode para asegurar la foto nítida si la luz no es abundante y hay que usar diafragmas cerrados. La velocidad de obturación será muy lenta.
Hace unos meses, leí unos artículos y vi unos vídeos en los que se experimentaba y se hablaba de la película Rollei Ortho 25 plus. Como muchas películas técnicas de este tipo, con determinados reveladores de alto contraste son película adecuadas para la reproducción de documentos. Pero con otros, se puede alcanzar una gradación suave de tonos grises, que las hace muy adecuadas para su uso artístico.
Un elemento añadido en el caso de esta película es que se trata de una película ortocromática. Es decir, no es sensible a las longitudes de onda del rojo, pero sí a las del azul y el verde. Ahora voy con algo más sobre el tema, mientras voy poniendo fotografías de algunos bodegones sencillos que realicé con un carrete de formato 120 y la Hasselblad 503CX. La óptica utilizada fue el Carl Zeiss Planar 80/2,8 T* CF, con un filtro amarillo.
Una de las características que debemos conocer de una película blanco y negro cuando la utilizamos es su curva de sensibilidad espectral. Es decir, dentro del intervalo de longitudes de onda de la luz visible, a cuales de ella es sensible y en qué medida ese tipo de película. Históricamente, las primeras emulsiones fueron sensibles a las longitudes de onda correspondientes al azul y al verde. Estas son las llamadas emulsiones ortocromáticas. Los colores azules suelen rendir muy claros, con el riesgo de que los cielos aparezca blancos, los verdes tienen unos tonos medios, y los rojos muy oscuros, al no ser la película sensible a estos tonos.
Conforme fue avanzando el progreso en la formulación de las emulsiones, aparecieron las emulsiones pancromáticas, con una sensibilidad extendida al rojo en mayor o menor grado. En general, pocas son sensibles a los rojos más profundos, pero al menos sí lo son a los naranjas y a los rojos más claros, más ligeros. También existen películas superpancromáticas y con sensibilidad extendida al infrarrojo, en la que esos rojos profundos sí que son registrados, e incluso con filtros adecuados podemos seleccionar sólo las longitudes de onda más largas, los rojos profundos y el infrarrojo cercano, para formar nuestra imagen. A lo largo de 2017 han aparecido en estas páginas una diversidad de ejemplos sobre estas películas.
En general, la forma de controlar el contraste con la película en blanco y negro es, conociendo su sensibilidad espectral, y dependiendo del uso que le vamos a dar, utilizar filtros de colores que bloqueen en mayor o menor medida determinadas longitudes de onda y permitan el paso de otras. Así, utilizando un filtro amarillo, que es el que más uso, los objetos con estos tonos se aclaran, véase los plátanos, y los cielos azules se oscurecen en los paisajes, quedando más naturales. Ver fotografías más adelante.
En paisaje, los filtros más usados son los amarillos, amarillos verdosos, naranjas y rojos. En el retrato y en deterimando tipo de paisajes hay quien prefier usar el verde, pero depende mucho del efecto a conseguir. Por ejemplo si se quiere acentuar unos labios maquillados en rojo, se pone un filtro verde, y estos aparecen más oscuros. Pero puede que queramos disimular algunas imperfecciones de la piel, que tienen tonos cálidos, y en ese caso, un filtro naranja o rojo las aclara y las disimula. No hay reglas fijas, pero hay una racionalidad detrás de cada uso.
En cualquier caso, mi principal intención a la hora de usar la Rollei Ortho 125 Plus era conseguir unas imágenes con una estructura de grano muy fina, nada intrusiva. Todavía más cuando usamos una cámara de formato medio, que exige unas ampliaciones menores que las películas de formato de 35 mm.
Con el fin de comprobar este uso, cargué otro rollo en la Fujifilm GS645S Wide 60, también con un filtro amarillo, con el fin de oscurecer los cielos, y me fui a hacer alguanas fotos en paisajes urbanos en un día con abundante luz. No llevaba trípode, por lo que necesitaba mucha luz. El ISO 25 de la película, al poner el filtro, se convierte a la hora de calcular la exposición en un IE 12 o 16.
Ambos rollos fueron revelados con el revelador de Kodak TMax, que se supone ofrece un grano más fino que otros más tradicionales como el Rodinal y sus derivados. Con una dilución de 1+4, a 24 ºC tiene un tiempo de revelado de 6 minutos. Muy cómodo. El revelado transcurrió sin problemas, y aparecieron negativos con buena densidad, adecuados tanto para el escáner como para la ampliadora.
Ahora bien, a lo que estamos. De cara a conseguir la mayor nitidez posible, con un grano escasamente intrusivo con respecto a otras películas, ¿merece la pena el esfuerzo de usar una película de tan escasa sensibilidad? Hay que tener en cuenta que hay una serie de cuestiones sobre las que la documentación oficial no es clara, como cunatificar el fallo de la ley de reciprocidad para exposiciones largas. En los bodegones, los tiempos medidos era de 1 o 2 segundos, y yo dupliqué la exposición. Aparecieron algunos fotogramas más densos de lo previsto. Desconozco el comportamiento más allá.
Una constricción clara es su uso sin trípode. En alguna de las fotos de paisaje urbano, a pesar de la buena iluminación, si la necesidad de una profundidad de campo amplia lo exigió, dejé la velocidad de obturación en el límite admisible, y he encontrado alguna pérdida de nitidez. Con ISO 100, no hubiera pasado.
Lo cierto es que con los rollos de 120, en condiciones normales, en una copia impresa o en una ampliación, el grano va a ser imperceptible. Aprecio una mejora clara con respecto a la Ilford FP4 Plus, por ejemplo. Pero no tengo tan clara la mejora respecto a la Ilford Pan F. O ahora que estoy trabajando con la Ilford Delta 100, con respecto a esta. No digo que no haya diferencia, sino que tal vez no merezca la pena. En un momento dado, quizá la elección tenga que deberse a otras características de la película. He de decir que la gama de tonos y el contraste de las imágenes me ha gustado. Pero también me están gustando para la Delta 100, que hacía un par de décadas que no usaba. Bueno... ahí lo dejo. Dentro de unos días os cuento lo de la Delta 100.
En diciembre, hace un mes, os contaba de mi participación en una "fiesta" fotográfica virtual, que giraba en torno a la película Ilford FP4 Plus. O sus versiones anteriores, si es que alguien tenía por ahí algún carrete, ya caducado, guardado en la nevera o en un cajón. O en una vieja cámara para película tradicional.
Sobre la marcha, los organizadores del evento decidieron convocar otra "party" para celebrar la llegada del año nuevo. El calendario quedaba como sigue:
1ª semana: 1 al 7 de enero de 2018, hacer las fotos.
2ª semana: 8 al 14 de enero de 2018, revelar las fotos.
3ª semana: 15 al 21 de enero de 2018, publicar las fotos.
Si en diciembre participé un poco por casualidad, porque tenía un par de rollos de formato 120 en casa, en esta ocasión fue una decisión más planificada. Lo malo es que no me daba tiempo a pedir a distancia los rollos de formato 120, no es posible encontrarlos en tiendas físicas en Zaragoza en estos momentos, que yo sepa, así que me tuve que contentar con un par de carretes de 35 mm.
Os voy a ir mostrando las fotos que he remitido a la "fiesta", y entre medias iré comentando las circunstancias de la toma.
Día 1 de la #fp4party
Uno de los carretes de FP4 Plus de 35 mm lo cargué en la pequeña pero competente Leica Minilux, la cámara que me traje hace unos pocos meses de Seúl. Esto me permitía llevarla todos los días encima, e ir haciendo fotografías cuando encontrase unos motivos y una luz adecuados. Por ejemplo, un día que pasé por los terrenos de la antigua expo, y me detuve en el "señor de las letras" de Jaume Plensa, uno de los muchos que tiene plantados por el mundo. A ver si encontraba la combinación de letras "FP"... y sí. La encontré.
Día 2 de la #fp4party
Como podéis comprobar, aunque no pude conseguir rollos de formato medio, no me resigné a no usar una cámara de formato medio. Y con el adaptador que me agencié hace unos meses, decidí usar uno de los carretes de 35 mm con la Yashica Mat 124 G. El mismísimo primer día del año, el día de año nuevo.
Unas imágenes del invento.
Día 3 de la #fp4party
También jugué un poquito con la abstracción. En esta ocasión, en uno de los extremos del puente del Tercer Milenio. Con una luz de la tarde en invierno, muy suave.
Día 4 de la #fp4party
No lo he comentado antes, pero lo comento ahora. A uno de los participantes en la "party" no le gustó que usase el carrete de 35 mm en la Yashica Mat 124G. Puso el grito en el cielo, diciendo que "tantos años de trabajo serio en el laboratorio, para ahora ver esto... qué degradación"... Me quedé sorprendido. Es una fiesta. y nada impide un uso lúdico de la fotografía. Por otra parte, que guste o no guste tiene que depender de cosas distintas de los dogmas de hacer las cosas "como Dios manda"... Bueno. A mucha otra gente sí que les gustaron. Y más las de los chorizos y longanizas que las dedicadas a los bellos ejemplos de arquitectura gótica o mudéjar de Zaragoza.
Día 5 de la #fp4party
Estas dos fotografías están tomadas al lado de donde trabajo, un día cuando salía a las tres y media de la tarde.
No lo he dicho antes, pero los dos carretes fueron revelados, en momentos distintos, en revelador TMax a una dilución 1+4, a 20 ºC durante ocho minutos, con agitación intermitente cada minuto. El segundo, el de la Minilux, está algo defectuoso porque le revelador se había contaminado con otra sustancia procedente de otro revelado. Por algo no me gustan a mí estos reveladores de más de un uso.
Día 6 de la #fp4party
Aunque las publiqué en el sexto día de la semana, en realidad fueron de las primeras fotos que tomé. La del Godzilla tuvo bastante éxito. La verdad es que la gente se ve más atraída por lo anecdótico que por otra cosa en esto de las redes sociales.
Día 7 de la #fp4party
Un par de fotos diversas realizadas con la Minilux para cerrar la semana. Ahora, esperaremos a ver si alguna de ellas pasa los cortes de selección y llega a algún lugar digno. En diciembre, no hubo suerte. Lo cierto es que hay gente con mucho nivel. Pero bueno... lo importante es participar ¿no?
He recibido recientemente los resultados de revelar un par de carretes en color. Ambos han sido revelados y digitalizados, muy bien, en Revelatum Laboratorio de Revelado. Uno de ellos es película calibrada para luz de tungsteno, el otro es un carrete expuesto en una cámara de medio formato. Os cuento cada uno de ellos con un poquito de detalle.
Este es el tercer y último carrete que me quedaba de un sobre de regalo de la marca KONO! comercializada por Reanimated Film directamente o a través de las Lomography Shop y similares.
Deducimos las características de la película a partir del nombre: KOLORIT = película en color, 400 = sensibilidad nominal ISO 400, TUNGSTEN = equilibrada para luz artificial de lámparas de filamento incandescente de tungsteno.
Así pues, la característica más importante es que se trata de un película para usar en interiores con luz artificial de tonos cálidos. Cómo no he encontrado una ocasión adecuada, opté por exponerla a la luz del día con un filtro corrector de tipo 85B.
En líneas generales, el resultado ha sido correcto. Sin más. Probablemente, como otras películas de Reanimated Film, se trata de retales de película cinematográfica de Eastman Kodak. Y probablemente esté emparentada con las Cinestill, las cuales proceden de algunas Vision 3. Probablemente la Vision 3 500T, calibrada para luz de tungsteno. En alguna toma, se ha apreciado los halos rojos que resultan de eliminar las capas antihalo que harían incompatible esta película con el procesado estándar C-41 y exigirían el procesado específico ECN-2.
Algunos fotogramas del carrete presentan luces rojas, signo de veladuras de algún tipo. Me lo hizo notar el técnico de revelado, pero en un principio, sin haberlas analizado bien, las achaqué a algún efecto de la propia película. No parece tal. En algún momento a esos primeros negativos del rollo les ha llegado algún rayo de luz indebido. En principio, la Pentax MX con la que he realizado las tomas, no ha sufrido nunca este tipo de problemas. Aunque es cierto que ayer estuve revisando carretes realizados con ella este año, y hay uno de febrero, en blanco y negro, en el que se puede observar el problema. Sin embargo sólo aparece en unos pocos, al principio del carrete. Recientemente, en el Taller escuela de cerámica de Muel no presentó en absoluto ningún problema.
Con este rollo expuse mis primeras fotografías sobre película tradicional con el objetivo SMC-M 28/3,5. Ya tenían un 28 mm f/2,8 para montura Pentax K de Sigma,... pero es muy malo. Y encontré este pequeño objetivo propio de Pentax, muy compacto, por un precio sumamente asequible. Está como nuevo. Y en principio hace fotos como un jabato. Sobre la cámara digital, se convierte en un 42 mm también útil, aunque excesivamente poco luminoso.
En general, es nítido, tiene buen contraste, razonable resistencia a los contraluces, y no parece distorsionar en exceso. Ventajas de la apertura moderada. Todo es más sencillo de fabricar.
OLYMPUS PEN EE3 + FUJIFILM SUPERIA XTRA 400
Es la primera vez que utilizo esta pequeña y veterana cámara, tiene ya 50 años, con película en color. Cuando las mandas a revelar, lo habitual es que te digitalicen los negativos de dos en dos como si fueran uno. Os recuerdo que en esta cámara, en lugar de obtener 36 negativo de 24 x 36 mm, se obtienen 72 negativos de 24 x 17 mm aproximadamente, por lo que se denominan de medio formato.
Teniendo en cuenta tal hecho, puede ser una estrategia interesante presentar las fotografías como dípticos, tal y como salen del escáner. Se puede haber previsto el hecho, o dejarlo al azar, que es lo que veréis en esta entrada. Es cierto que los cinco dípticos que he mostrado en primer lugar son fotografías unidas por un tema en común, la visita la Taller Escuela de Cerámica de Muel con la Asociación de fotógrafos de Zaragoza, AFZ. Pero a continuación os mostraré algunos otros dípticos menos relacionados a priori. Fruto de haber paseado con la cámara por la ciudad.
Lo que sí suponía es que la película Fujifilm Superia XTra 400 iba a ser muy adecuada para esta cámara. Su sensibilidad nominal media alta, ISO 400, permite un margen suficiente de situaciones de luz, con un grano contenido y con un buen contraste y saturación. También tiene una buena latitud de exposición, lo cual le permite comerse contrastes pronunciados, así como funcionar bien, como podéis ver en negativos contiguos, en interior y al aire libre. Muy recomendable esta combinación, que seguramente utilizaré en más ocasiones.
Y por cierto, que buenos son los Zuiko de estas sencillas Olympus Pen de gama baja, que aguntan la luz que les eches. Incluso con contraluces, que en otras ópticas producirían notables pérdidas de contraste.
Hoy es el día de Navidad de un 2017 que se nos acaba. Un año que para mí ha sido agridulce. Con cosas buenas, pero también con cosas que prefería olvidar... no sin antes haber sacado cierto provecho de las enseñanzas que me ofrecen. Y claro, terminar el año con estas fiestas, que no tienen sentido para mí desde el punto de vista de las creencias, y que en lo que llevamos de siglo XXI han estado asociadas en no pocas ocasiones a estrés o tristeza... no es lo mejor para el ánimo. Es cierto que he llegado a un cierto entente con ellas para que la cosa no vaya a más, e incluso pasar algún momento agradable... pero el sentimiento que prevalece es que pasen cuanto antes. Lo peor es que en Zaragoza, la ciudad española en la que nací y en la que vivo, no es infrecuente que estas fechas se vean acompañadas de nieblas cerradas, que no se levantan en todo el día, que traen un ambiente frío, y un tono gris relativamente depresivo. Y este año es uno de ellos. Si hace unos días, mientras tomábamos unas cervezas a la salida del cine, nos congratulábamos de que a pesar del tiempo estable de este diciembre las nieblas no hubieran hecho acto de presencia, evidentemente ignorábamos que estaban agazapadas para echarse sobre nosostros justo en los días más festivos.
Dicho todo lo anterior, hay que compensarlo, al menos fotográficamente con noticias de fiesta. O "party", en inglés. Hay una serie de gente, aficionados a la fotografía argéntica, con película fotográfica de la de toda la vida, que organizan periódicamente "fiestas" fotográficas. Y en diciembre toca @FP4Party, en la que se celebran las buenas cualidades de una de las películas más tradicionales en blanco y negro, la Ilford FP4 Plus. Y si alguien tiene alguna de sus declinaciones anteriores, previas a 1990, pues también valen. Este año, tras comprobar que tenía un par de carretes de FP4 Plus disponible, decidí participar. No es una película que use mucho, quizá erróneamente por mi parte, pero era suficiente para "festejar" la fotografía, con gente que no he visto en mi vida, pero cuyos comentarios y fotos leo con frecuencia.
La dinámica de la "fiesta" es la siguiente. En la primera semana de diciembre se abre la veda a la toma de las fotografías. La gente escoge su cámara preferida para la ocasión, la carga con la película de Ilford y sale a hacer fotos. O las hace en su casa. Se da la segunda semana para que la gente revele o mande revelar sus carretes. Y la tercera semana de diciembre, la semana pasada en esta ocasión, es el momento de enseñar las fotografías. Los organizadores de la "fiesta" seleccionan aquellas que a su criterio son las mejores de las que se publican cada día de la semana, y luego se recopilan en una publicación en internet. Todavía no dispongo de los resultados.
Yo elegí usar los dos carretes de formas distintas. Ambos eran rollos de formato 120, para cámaras de formato medio. Uno de ellos lo usé en casa, una tarde que daba pereza salir a la calle. Cargué el rollo en uno de los respaldos de la Hasselblad 503CX, y organicé unos sencillos bodegones con unos huevos, unas granadas y una romanesco que tenía por casa. La iluminación, la luz que entraba por el balcón. Los objetivos, el Planar 80/2,8 T* y el Sonnar 150/4 T*, con la colaboración si fuese necesaria, que lo fue, de los tubos de extensión de 10 y 21 mm que dispongo para este sistema.
El otro rollo sufrió en su momento algunas visicitudes que me hacían temer que pudiese estar parcialmente velado, como así fue. Los cuatro primeros fotogramas estaban afectados por entradas de luz intempestivas. Pero el resto estaba perfectamente. Cargué el rollo en la Yashica Mat 124G, cogí el fotómetro de mano, dado que el de la cámara tiende a sobreexponer un montón, y me fui a pasear en una mañana soleada por las cercanías de la vía ferroviaria en Miraflores. Aparte del paso de algún tren de alta velocidad, hice algunos paisajes en este ambiente ferroviario.
Los dos rollos los revelé juntos en una solución de TMax Developer 1+4, durante 8 minutos a 20 ºC. Era la segunda vez que usaba este revelador. He de decir que quedé muy gratamente sorprendido por el resultado. Una excelente rendición tonal y una exasa presencia de grano. La FP4 Plus tiene un grano fino dada su sensibilidad nominal de ISO 125/22º, pero no es la película de grano más fino del mercado para ese tipo de sensibilidades. La excelente estabilidad dimensional del soporte y el buen trabajo del revelador hicieron que digitalizar los negativos en el Epson Perfection V600 Photo fuera un juego de niños.
Y aquí en esta entrada os dejo las seis fotografías que he subido a Twitter para la celebración de la FP4Party de diciembre de 2017. Tal ha sido la animación, que han anunciado una nueva edición de forma inmediata, para el mes de enero de 2017. Aprovechando que ayer, aunque domingo, los comercios estaban abiertos por ser Nochebuena, me hice con un par de carretes de 35 mm. Ahora tengo que pensar cómo los expongo y con qué cámara. Como sigan las nieblas, y teniendo en cuenta que la semana que viene trabajo, voy a tener que discurrir a fondo.