Si cuando llegué a KIOTO, lo de encontrarme con el ojo de pez y comprarlo fue un poco una casualidad, feliz casualidad desde mi punto de vista, en TOKIO sí que teníamos previsto algún rato, dependiendo de las circunstancias, para dedicarlo a las tiendas. Y he aquí que la mañana del 25 de septiembre salió gris y lluviosa. Así que quedamos a las doce en otro lado, y nos dividimos según nuestros interesantes para la cosa comercial. Y yo me quedé en SHINJUKU donde abundan las tiendas de fotografía, con material nuevo y también de segunda mano.
De segunda mano vi muchas cosas interesantes, y alguna de ellas a punto estuvo de venirse conmigo, y este artículo tendría un cariz muy distinto. Pero las circunstancias hicieron que no me decidiera por ninguna. Y así hasta que entre en MAP CAMERA. Disfruté mucho en el sótano de este comercio, donde encontramos marcas como LEICA, HASSELBLAD, ROLLEI, ZEISS, y una amplia colección de telemétricas de las marcas anteriores, pero también de marcas japonesas como CANON y NIKON. Lo que pasa es que los precios estaban un poco subiditos de tono para mis intenciones. Así que me dediqué a mirar otros pisos, con material moderno. Y la quinta planta está dedicada a las cámaras de objetivos intercambiables sin espejo. Y allí se me quedó mirando un PANASONIC LEICA DG SUMMILUX 15 MM F/1,7 ASPH. En concreto, este que aparece montado en mi OLYMPUS OM-D E-M5.
Yo ya disponía de un gran angular, un 14/2,5 también de PANASONIC que no está mal, pero que tiene algunos defectos que me empezaban a pesar. A saber... un bajo contraste a aperturas grandes, especialmente en contraluces, y demasiados artefactos de colorines en situaciones de fuerte contraste. Estos últimos se pueden corregir con facilidad. El problema del contraste a aperturas grandes, más difícilmente. Y es cierto que de nitidez no está mal, y que es extraordinariamente compacto. Pero estaba un escalón por debajo del resto del equipo.
El objetivo que me he traído de la capital japonesa es más grandote. Al fin y al cabo es un paso más luminoso. Es un objetivo diseñado por LEICA aunque fabricado en JAPÓN por PANASONIC para las cámaras micro cuatro tercios. Es metálico, incluido su generoso parasol. El enfoque automático es total y absolutamente silencioso y muy rápido. Dispone de selector de diafragmas en el barrilete, como veremos en la siguiente fotografía, aunque sólo es útil en las cámaras PANASONIC. En las OLYMPUS hay que ignorarlo y seleccionar el diafragma con la rueda del cuerpo de la cámara. Eso es una pena, porque probado con la PANASONIC LUMIX GF1 es una gozada ergonómicamente hablando. Y dispone de una generosa rueda de enfoque que permite la corrección manual cuando está en modo automático con gran facilidad.
Está claro que el objetivo está un par de escalones por encima del 14/2,5 en calidad. Y la cuestión es que con diversos descuentos, estaba a un precio que me sorprendió. Por lo bajo. Así que no lo dudé, y se ha venido conmigo. Aunque a partir de ese momento fue el angular de primera elección en lo que me quedaba de viaje, haciendo una pareja estupenda con el 45/1,8 de OLYMPUS. De hecho, algunos días fueron los dos únicos objetivos que usé, siendo absolutamente suficientes para mis propósitos de fotografía viajera.
Vuelvo a escribir en este sitio dedicado a mi afición a la fotografía y otras artes visuales, tras unas semanas de interrupción debido a mis vacaciones. Vacaciones que he pasado en JAPÓN, donde no dejé de "ir de tiendas" de fotografía, aunque limité mis adquisiciones a piezas que tuvieran algún sentido en mi arsenal fotográfico.
Y nada más llegar a Kioto, entramos a curiosear en la sucursal de los grandes almacenes YODOBASHI CAMERA (en japonés), que estaban muy próximos a la estación principal de ferrocarril y al hotel en el que estábamos alojados. Y allí vi un objeto que ya me había llamado la atención y que acabé comprando, sobretodo por el precio, descontando los impuestos por ser turista, me parecía razonable para los fines que ha mí me interesaban.
Se trata de la OLYMPUS BODY CAP LENS 9 MM F/8 FISH-EYE. Este es un accesorio de plástico que funciona como una tapa para un cuerpo de cámara micro cuatro tercios, pero que incluye un sistema de lentes que funciona como un objetivo ojo de pez de 9 mm de focal, y de apertura fija f/8. Ya tenía el chisme similar de 15 mm de focal, que en ocasiones en usado con un sentido lúdico. Pero pienso que este nuevo accesorio podría tener más sentido.
Como veis, el chisme no abulta casi nada, por lo que es ideal para transportar el equipo. Permite organizarlo mejor en la bolsa. Y si surge una ocasión, permite hacer una fotografía. Aunque con el carácter de los objetivos ojos de pez, del que voy a hablar ahora.
Supongo que sabréis que los objetivos ojo de pez son aquellos, generalmente de corta focal, grandes angulares extremos, que no están corregidos para conseguir que las líneas rectas aparezcan como tales en la imagen fotográfica. Como consecuencia, tienen ángulos de visión muy amplios, en este caso de 140º, y la geometría aparece fuertemente distorsionada. Veamos un ejemplo típico en un fotografía tomada en el santuario YASAKA de KIOTO.
Hay quien se entusiasma con este tipo de imágenes. Pero lo cierto es que, aunque son indudablemente muy dinámicas, a mi me cansan enseguida. Motivo por el cual hasta el momento no me había decantado por incluir un objetivo ojo de pez en mi equipo. Aunque no son enormemente caros, su coste no me merecía la pena para el escaso uso que probablemente le iba a dar. Es cierto que pueden tener un uso lúdico que en ocasiones permita obtener imágenes más o menos informales, y puede ser divertido. También puede ser utilizado con criterio para acentuar el grafismo de un imagen. A fin de cuentas, el interés de la imagen siempre va a depender en gran medida de la intención y el saber del fotógrafo.
Con un ángulo de visión tan grande, uno puede permitirse tomar imágenes como la siguiente obtenida ante la gran TORII del santuario de ITSUKUSHIMA en la isla de MIYAJIMA, estando prácticamente encima de los protagonistas de la misma, sin que se percaten de que son ellos el objeto de la fotografía.
Como ya digo, para mí, cuando se abusa de este tipo de imágenes deformadas, uno se cansa enseguida de las mismas. Sin embargo, un gran angular de estas características, tan amplio, puede venir bien para fotografiar paisajes, espacialmente cuando la capacidad para recular es escasa. El primer problema en la composición que hay que tener en cuenta es que cualquier línea recta que no esté en el centro horizontal o vertical de la imagen aparecerá distorsionada. Por lo tanto, la línea del horizonte hay que tener mucho cuidado de cómo se sitúa y cómo se compone alrededor de ella.
Veamos dos ejemplos. En el primero, volvemos a la majestuosa TORII de ITSUKUSHIMA, en el momento de la marea baja, rodeada de algo de agua y de los limos que son cubiertos cuando la marea sube. El horizonte está claramente curvado, pero la imagen se sostiene relativamente por las cadenas de montes que aparecen en el fondo de la fotografía.
En el segundo, estamos ante la cúpula de la bomba atómica en HIROSHIMA. En este caso, el edificio principal, en la vertical central de la fotografía, y el horizonte en la línea central de la dimensión más amplia del fotograma. También hay distorsión que se aprecia en el césped del primer plano. Pero con la abundancia de formas orgánicas de la escena, el conjunto queda relativamente natural, no muy alejado de lo que podríamos obtener con otros grandes angulares.
Definitivamente, en la naturaleza, cuando hay carencia de líneas rectas y estamos en entornos de carácter muy orgánico, la distorsión de la imagen puede pasar muy desapercibida, y estamos ante un objetivo gran angular con tres posiciones de enfoque. A infinito, en la posición hiperfocal, y enfoque de cercanía a 20 cm. Se puede poner en posiciones intermedias, si dispones de un visor que permita afinar el enfoque y tener cuidado. La cuestión es que los límites para su uso están en la creatividad del fotógrafo.
Veamos dos ejemplos, uno en los montes de ARASHIYAMA en KIOTO, y el otro en los santuarios del MONTE MISEN de la isla de MIYAJIMA.
Con el ángulo de visión de 140º, la cámara estaba casi en la nariz del malhumorado KAMI. En fin, no nos olvidemos de señalar las limitaciones del objetivo. Ya hemos comentado con amplitud la particular estética que proporciona. A mi me costó una cantidad de yenes que al cambio equivale apenas a 60 euros. Por ese dinero, uno no puede esperar una calidad óptica extrema. Así que hay que olvidarse de hacer grandes ampliaciones para exposición de fotografías de paisajes. Pero sí que algunas de estas imágenes lucirán bien en las páginas de mi futuro libro de fotografías del viaje a un tamaño que puede rondar el DIN A-4 o un poco menos. Además, con una apertura fija a f/8, en situaciones de luz escasa necesitas un trípode o subir de sensibilidad ISO. Es cierto que con el estabilizador de la EM-5 se puede disparar la fotografía a velocidades de obturación muy bajas, pero... Y bueno, es un aparato de plástico, que no tiene las limitadas tolerancias de un objetivo de calidad, por lo que su manejo siempre es muy aproximativo. Es un aparato lúdico, eventualmente útil, pero no sustituirá nunca realmente ni a un objetivo ojo de pez de calidad, ni a un objetivo gran angular extremo de calidad.
Pero nos podemos divertir con él. Y así lo haremos. De momento, imitaremos al gran KATSUSHIKA HOKUSAI, y nos despediremos con una vista desde el MONTE TENJO en KAWAGUCHIKO del majestuoso MONTE FUJI. O FUJISAN en japonés, nunca FUJIYAMA como popularmente se le conoce en este país.
Estas semanas atrás comencé a contar mi experiencia con el sistema CANON EOS, sea en versión para película tradicional o en versión digital. Me queda un último artículo, pero antes he decidido tomar un pequeño desvío para no caer en la monotonía.
En la primavera de 2013 visité el mercadillo de coleccionismo que se celebraba en el centro cívico del barrio de OLIVER en ZARAGOZA. Fui sin más expectativa que curiosear y hacer alguna fotografía de los expuesto a la venta si se terciaba. El caso es que encontré algunos puestos con material fotográfico antiguo. Especialmente alguno con cámaras y objetivos fabricados en la extinta UNIÓN SOVIÉTICA, bajo las habituales marcas ZORKI (Зоркий) y FED (ФЭД). Las primeras se manufacturaban en una fábrica cerca de MOSCÚ, mientras que las segundas se hacían en JARKOV, en lo que hoy es UCRANIA. Buena parte de las cámaras que se fabricaron con estas denominaciones eran copias más o menos descaradas de las cámara LEICA y otros modelos del mundo occidental en la época.
Como podéis ver en la fotografía, las cámaras lucían unos objetivos con un aspecto muy característico ya que fue muy copiado en todo el mundo. Externamente muy similares al mítico ELMAR 50/3,5 con que LEITZ CAMERA dotó a sus primeras cámaras LEICA, la fórmula óptica correspondía al TESSAR de CARL ZEISS, cuyas máquinas, diagramas y materiales, especialmente los vidrios ópticos, de la fábrica de JENA (ALEMANIA) se llevaron a la UNIÓN SOVIÉTICA al terminar la guerra. Las inscripciones de las objetivos de las dos cámaras, como indico en la fotografía, son distintas según el lugar de fabricación. Pero de hecho, salvo estas cuestiones cosméticas, son el mismo objetivo.
Como estaba a la venta suelto uno de ellos por un precio muy asumible, me lo compre. Se trata de un INDUSTAR-22, que como su nombre no indica tiene una focal de 5 cm (50 mm) y una abertura máxima f/3,5. Con ese nombre, que no es un FED, deducimos que es el modelo fabricado cerca de MOSCÚ. Durante unas semanas lo usé con distintas cámaras. Principalmente digitales y para fotografías en color. Y salvo las notables pérdidas de definición a plena abertura y de contraste cuando el sol u otra fuente de luz puntual se encuentra frente al objetivo, no van mal del todo. Se puede hacer fotos.
Veamos un poco las características de esta pieza optomécanica. Su aspecto externo es muy similar al de un ELMAR 50/3,5 como ya hemos dicho, hasta el punto de que los accesorios externos de estos, como filtros o parasoles, se pueden montar sin problemas sobre él. La montura es de rosca, con el mismo paso que la montura de rosca de LEICA, por lo que se puede utilizar con toda la gama de cámaras telemétricas de la marca alemana, tanto las que originalmente llevaban esta montura, como las que llevan montura de bayoneta M, mediante un adaptador. Las fotos que aquí presento tomadas con este objetivo, fueron realizadas con una cámara telemétrica digital, LEICA M-E, de la que ya hablaré más extensamente en otra ocasión.
Las cosas funcionan de forma "casi perfectas". Lo cierto es que, desde el punto de vista mecánico el INDUSTAR-22 consigue adoptar los defectos del ELMAR y eliminar algunas de sus virtudes. El accionamiento del diafragma es difícil, en el frontal del objetivo, como el ELMAR. Está pensado más bien para que el fotógrafo acomode un diafragma con una abertura razonable, por ejemplo f/8, y la deje ahí quieta, modificando la velocidad de obturación para ajustar la exposición. Sin embargo, las distancias de enfoque y la escala de profundidad de cambio las tiene intercambiadas con respecto al ELMAR, lo cual es un error porque de cara a enfocar por zonas, práctica muy conveniente con este tipo de cámaras y ópticas, no siempre podemos apreciar con claridad la profundidad de campo para un diafragma dado. Cosa que con el ELMAR es muy sencillo.
En cuanto al rendimiento óptico, como ya he dicho la fórmula corresponde a un TESSAR de CARL ZEISS, un conjunto de cuatro elementos dispuestos en tres grupos. El ELMAR tiene una fórmula que se le parece mucho, pero con el diafragma situado en una posición más adelantada que el TESSAR. Por ello, parece que los expertos lo consideran como una fórmula distinta. En cualquier caso, esta fórmula óptica fue muy popular durante décadas, copiada por multitud de fabricantes, y en general con muy buenos rendimientos a poco que se fabricase con un poco de cariño. No permite aberturas de diafragma muy grandes, pero su escaso número de elementos hace que sea más resistente a las pérdidas de contraste por las reflexiones internas de la luz al rebotar contra las lentes. Esta formula suele dar a plena abertura una imagen razonablemente nítida en el centro con las esquinas y los laterales francamente menos nítidos. Pero mejora progresivamente conforme se cierra el diafragma dando buenos resultados a partir de f/5,6 o f/8 dependiendo de la habilidad del fabricante.
Teóricamente, el objetivo tiene las lentes revestidas con una capa antirreflejos, lo cual viene indicado por la letra cirílica П (equivalente a una p mayúscula), pintada en rojo. Pero cuando se utiliza este objetivo frente a luces puntuales de frente o en escenas fuertemente contrastadas, se pueden producir pérdidas de contraste notables, especialmente a aberturas importantes.
Entonces, os podréis preguntar si es un objetivo de juguete o si puede tener un uso más serio. Pues la cuestión es que el problema del material de origen soviético no es que fuera malo por sí mismo. El problema era que tenía unos controles de calidad prácticamente inexistentes. Por lo tanto, estos objetivos son una lotería. Si una determinada unidad está bien construida y ajustada, puede funcionar sin problemas y dar unos resultados razonables, considerando las limitaciones de su diseño original y su época de fabricación, los años cincuenta. Y os lo muestro con algunas muestras más, también tomadas con la LEICA M-E, pero en esta ocasión pensadas para ser reveladas en blanco y negro.