La fotografía como afición y otras artes visuales

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El barrio en medio formato - Hasselblad 500CM y Kodak Ektar 100

Llevo muchos años dedicando mis paseo fotográficos a un área en las afueras de Zaragoza que comprende la parte más oriental del barrio de San José, lo que se llama el entorno de la Granja, las riberas del Canal Imperial de Aragón, el barrio de Montemolín y el rectángulo comprendido entre el río Ebro y el soto de Cantalobos al norte, el Canal Imperial al sur, la ronda de la Hispanidad o Tercer Cinturón de ronda al oeste y la Z-40 o Cuarto Cinturón de ronda al este. Es un área de terreno en la que se mezclan los usos residenciales, los equipamientos comunitarios, las áreas industriales y las huertas de Las Fuentes y otros restos de actividad agrícola en Montemolín y Miraflores. Un área que desde que soy jovencito he visto siempre en perpetuo cambio. Y aun ahora, sigue en perpetuo cambio.

Para reflejar fotográficamente esos paisajes, profundamente alterados por el ser humano, he utilizado todo tipo de medio fotográficos. Digital, película tradicional, en blanco y negro, en color, fotografía estenopeica, con grandes angulares, con teleobjetivos,... Todo tipo de formas de ver, que me permitan ir desde lo general a lo particular. Desde lo hermoso a la fealdad. Desde lo preciso documentalmente hablando a lo etéreo o atemporal. Unas veces con más éxito,... otras con menos. Hay que besar muchos sapos para encontrar de vez en cuando al príncipe encantador. O en la versión masculina del dicho, hay que besar a muchas brujas para encontrar alguna princesa. Lo que pasa es que a mí me caen mejor muchas brujas que la mayor parte de las princesas.

En el mes de marzo, antes del cambio de hora, cuando el atardecer y la luz del atardecer llegaba a una hora todavía relativamente temprana, que no te impedía luego acostarte pronto si había que trabajar al día siguiente, o tener tarde-noche para intentar tener la limitada actividad social que nos impone la pandemia, salí con una cámara de medio formato para dar una nueva vuelta fotográfica a esta extensa área de los suburbios de Zaragoza. Desde que incluí el visor de prisma PM 51 entre los accesorios de la Hasselblad he mejorado la precisión en el encuadre con esta cámara, así como la precisión en el enfoque. Junto con una alta fiabilidad en la medición de la luz con el fotómetro incorporado. Por contra, la cámara resulta notablemente más abultada que con el visor de capuchón para disparar desde la cintura.

Así pues, una tarde de domingo, antes de cenar, antes de que llegara el crepúsculo, me di un amplio paseo por la zona, fotografiando fundamentalmente equipamientos comunitarios (colegios, parques, auditorios, centros deportivos,...) o áreas a medio desarrollar o medio urbanizar. Y me le puse un rollo de Kodak Ektar 100, que me gusta mucho para reflejar los colores de estos lugares y de estas horas del día. No cogí el trípode, pero con el Carl Zeiss Planar 80/2,8 CF T* supuse que sólo tras la puesta del sol serían problemáticas las combinaciones de diafragma y velocidad de obturación para conseguir una profundidad de campo suficiente y poder disparar la cámara a mano alzada.

Así fue. Cuando salí de casa podía disparar sin problemas a velocidades de 1/125 segundo con diafragma f/11. Y sólo muy al final, cuando el sol ya se ocultaba en el horizonte, tuve que bajar por debajo de f/5,6 y 1/60 segundo. En cualquier caso, para entonces ya había disparado los doce fotogramas que un rollo de película en formato 120 ofrece con los negativos de 56 x 56 mm del respaldo A12S de la Hasselblad. En cuanto a las fotos... las podéis ver vosotros mismos.

Leica Minilux como cámara de apuntes (2): Fujifilm Neopan 100 Acros II

En los últimos meses he reconectado con la Leica Minilux. No tan compacta como otras cámaras que tengo como la Minox 35 GT-E o la Olympus mju-II, presenta algunas ventajas sobre estas, y últimamente es mi cámara preferida para llevar encima en todo momento para tomar apuntes fotográficos.

Con respecto a la Minox, se puede usar también en modo de exposición con prioridad a la apertura. Tiene un sistema de compensación de la exposición entre -2 y +2 pasos por medios pasos, frente al sencillo x2 de la Minox, es decir un modo de sobrexposición de un paso para los contraluces. La focal de 40 mm no es muy diferente de la de 35 mm, pero yo la prefiero. Es marginalmente más luminoso, f/2,4 frente a f/2,8. Y aunque se puede usar enfocando por estimación y utilizando las hiperfocales, un poco al estilo de la Minox pero no igual por no tener escala de profundidad de campo, tiene la ventaja de que en distancias cortas puedes usar el enfoque automático y ser más preciso. Especialmente si necesitas aperturas amplias, donde el error al enfocar es más crítico. Tiene flash incorporado. Y como ya he dicho, es menos compacta, más talabarte. Los objetivos de las dos cámaras tienen buena prensa, pero el Summarit de la Minilux suele estar mejor considerado. La fórmula óptica, tipo "planar", 6 elementos en 4 grupos, es más compleja que la "tessar", 4 elementos en 3 grupos, del Minotar de la Minox. La Minox es una cámara más rápida. No necesita accionar ningún motor de enfoque y no hay retraso entre el accionamiento del disparador y el accionamiento del obturador. Con la Minilux, sí. Por eso, la Minox es más "reportajera", mientras que la Minilux es más un bloc de notas fotográfico.

La Olympus mju-II es comparable a la Minox en tamaño. Y tiene prestaciones similares a la Minilux, menos las más interesantes. No tiene enfoque manual, ni modo prioridad a la apertura. Ni compensador de la exposición. Todo automático. Los principales inconvenientes de la Minilux se encuentran también en la mju-II. La única ventaja notable, que fue además la que desencadenó su compra cuando salió al mercado en los años 90 del siglo XX es que está protegida contra salpicaduras de agua y contra el polvo. Y era la cámara que subía conmigo cada fin de semana a las pistas de esquí.

Con todo esto por delante, después de utilizarla en los últimos tiempos principalmente con rollos de película negativa en color, tomé la decisión de hacer un rollo de blanco y negro. Y para aprovechar las buenas cualidades de su óptica, le puse una película en condiciones. La Fujifilm Neopan 100 Acros II, la nueva versión de esta película de grano fino y elevada definición, que ahora fabrica Ilford en Reino Unido aunque bajo especificaciones de Fujifilm, puede hacer que las fotos obtenidas puedan tener un empaque superior a la de un mero bloc de notas. Si la distribución tonal es adecuada y si la nitidez es buena, puede ser ampliadas a buen tamaño.

Durante una semana fui recogiendo escenas ciudadanas, de rincones de la ciudad que me interesan por diversos motivos. Normalmente suelo ajustar el fotómetro a IE 80 y no al IE 100 de su sensibilidad nominal. Pero la mayor parte de estas compactas electrónicas no permiten este ajuste, ya que leen la sensibilidad por los contactos DX, así que su sensibilidad nominal tuvo que ser. Hice las fotos y revelé en Kodak HC-110 en dilución B (1+31) durante 5 minutos. Es distinto revelado que el que realicé recientemente en unos rollos realizados con la Hasselblad 500CM. Lo cierto es que aquellos no me gustaron cómo quedaron, supuse que algo estaba mal en la información de la que disponía y busqué otra información sobre el revelado de la Acros II con HC-110. Y esta parece ser correcta.

A la simple inspección visual, ya se apreciaba que la densidad y gama tonal de los negativos era bastante buena. Digitalicé los negativos con la Panasonic Lumix G9 y el Macro-Elmarit 45/2,8 a la resolución normal de 20 megapíxeles, que era más que suficiente para los fines pretendidos. Prácticamente no se aprecia grano alguno en las imágenes, confirmando las cualidades de la película. Hay amplia información de las luces a las sombras y el aspecto general de las imágenes, al menos técnicamente es muy bueno. El que interesen a la persona que las vea o no es otro cantar, pero para lo que yo quería, ya me han venido bien y han cumplido sobradamente las expectativas. Con las limitaciones que impone la sensibilidad ISO 100 en cuanto a necesidad de luz, la combinación de cámara y película es bastante buena. Se obtienen imágenes nítidas y limpias. La focal de 40 mm es muy polivalente y la cámara, aunque no tan compacta como las que han servido de comparación al principio, se transporta cómodamente una bolsa o mochila urbanita. El único pero es que la Acros II es una película cara. ¿Merece la pena sobre otras películas de sensibilidad similar como la Ilford FP4 Plus bastante más barata? Pues en muchos casos probablemente no... pero en alguno, en trabajos seleccionados puede que sí. Cada cual ha de valorar la situación.

El 2017 en fotos (2): Haciendo fotos con otros

En los últimos años, el segundo de los tres días de balance fotográfico del año lo dedicaba a la fotografía fotoquímica, sobre película fotografíca tradicional u otros soportes más o menos similares. Lo que algunos llaman, a mi no me gusta, fotografía "analógica". La película tradicional ha cobrado tal peso en mi afición que esta distinción me parece ahora poco importante. A efectos prácticos, la forma en que practico la fotografía es como sigue.

La función de "bloc de notas" la tienen asignadas mis pequeñas cámaras digitales, de las que siempre llevo alguna encima. No. No me he pasado al teléfono móvil. Podría valer, pero siguen teniendo algunas limitaciones que me molestan.

La fotografía de viajes, como las que visteis ayer, la realizo con cámaras digitales. Aunque en el viaje a Dinamarca en Semana Santa me llevé también una pequeña Olympus Pen EE3 de medio formato.

La fotografía creativa fuera de los viajes la practico fundamentalmente, aunque no exclusivamente, sobre soporte fotoquímico. Hay excepciones... Por ejemplo, algo de fotografía deportiva o macrofotografía... en estos campos he usado digital. Pero fundamentalmente, películas tradicionales en blanco y negro o color.

Así que este año esta segunda entrada la voy a dedicar a la fotografía que he practicado en compañía de otros. Sobre película tradicional o sobre soporte digital, da lo mismo. Vamos a ello.

CURSOS Y TALLERES

Empezamos en enero con el segundo taller de fotografía estenopeica. Que fue tan interesante o más que el primero. Probablemente por dos motivos; porque ya conocíamos el asunto y porque el grupo que nos reunimos fue muy cohesionado y estaba muy motivado.

Del propio grupo, y tras unas conversaciones con Beatriz Aísa, la profesora, acordamos la organización de un taller de cianotipias que realizamos a principio de junio. También fue muy divertido, también con un grupo, que sin ser idéntico, hubo algunas variaciones, estuvo también muy motivado y colaborativo.

Además de estos dos talleres, podría comentar las actividades realizadas en el ámbito del "Encuentro Analógico" de la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ. Pero esto le dejaré para más adelante. Simplemente reseñaré con dos ejemplos, uno digital y otro con película en blanco y negro, el taller de macrofotografía que realizamos a principios de abril también con AFZ.

FOTÓGRAF@S EN ZARAGOZA FEZ

Me ha sorprendido al repasar las fotografías del año que, aparte de algunos caFeZicos y alguna visita a alguna exposición, ha habido pocas actividades "oficiales" de este grupo que tiene poco de oficial, ya que fundamentalmente se mueve a través de las redes sociales. Pero caFeZicos y visitas a exposiciones no son actividades de hacer fotos; de hablar de fotografía sí, pero no pensadas para hacer foto.

Entiendo que los animadores del grupo echaron un considerable esfuerzo en la preparación del Tercer Encuentro de Fotógrafos de Aragón, en el que participé parcialmente, porque me coincidieron algunas de sus actividades con mi viaje a las Lofoten. Pero si que estuve en el paseíco, que viene a ser el día grande del encuentro.

Y también me acerqué a la foto colectiva de la celebración navideña en diciembre. Aunque no pude quedarme a la chocolatada posterior. Un fin de semana muy ajetreado.

Aparte de estas dos activides, José Miguel "Masjota" Aznar propuso a través de FeZ una salida nocturna a los Monegros para foguearnos con la Vía Láctea.

Y a través de una iniciativa de Miguel "Miguelón" Sanz que publicó en el Facebook de FeZ también participé en un calmado y agradable paseo un domingo por la mañana por la desembocadura del río Gállego.

Pero no he encontrado nada más. Otros años ha habido más quedadas y excursiones para hacer fotos... Este año, o ha habido menos, o me han pillado mal. No sé muy bien.

ASOCIACIÓN DE FOTÓGRAFOS DE ZARAGOZA AFZ

Desde febrero de este año soy formalmente socio de esta asociación. En años anteriores había participado esporádicamente como "amigo" en algunas de sus actividades abiertas a no socios. Especialmente con el grupo del "Encuentro Analógico". Siempre he pensado que si perteneces a una asociación es para participar activamente en ella. Si no, no tiene sentido. En fin. Que me vi con ganas y me asocié.

No voy a entrar tampoco en relatar diversas visitas a exposiciones u otras reuniones sociales. Me dedicaré también a comentar las ocasiones para hacer fotografías en compañía.

Empezamos en febrero con una excursión de fotografía con película tradicional, en un día muy ventoso, a las ruinas del pueblo viejo de Rodén.

Muy divertido fue también el domingo por la mañana que dedicamos a fotografiar la prueba de maratón que se corrió por las calles de Zaragoza. Una de esas ocasiones en las que preferí el digital y un largo teleobjetivo, que no es lo mío habitualmente.

Muy entretenido fue el Encuentro Analógico de este año en primavera. Además de un par de talleres en los que participé compartiendo algunas de mis experiencias, tuvimos una excursión a Muel y unas cuantas sesiones de laboratorio que estuvieron muy bien. Aunque por mi viaje a Italia y Constanza no pude participar en todas las que me hubiera gustado.

De estos últimos, empezó a surgir otra actividad muy interesante, la excursión que hicimos el día de San Juan a Ejea de los Caballeros, coorganizada con la animosa Laura "Lura Photos" Calavia, y que nos dio para pasar un buen día en la capital de las Cinco Villas y para organizar un exposición en el Museo La Espiral, dedicado a promocionar la cultura en la comarca, y que todavía en estas fechas está disponible hasta el 8 o el 9 de enero de 2018. También una experiencia que generó mucha satisfacción.

Hubo también ocasiones para otras actividades puntuales relacionadas con la cultura o con el aprendizaje o práctica de distintas técnicas.

Un grupo nos juntamos a principios de julio para visitar las exposiciones de PHotoEspaña en Zaragoza.

Un grupito más pequeño nos animamos también a visitar algunas en Madrid, como os contaba ayer.

A la vuelta del verano, en septiembre, otra actividad cultural, el Festival de Arte Urbano Asalto 2017, nos volvió a reunir para recorrer el barrio de Valdefierro para ver y fotografiar las obras de este año.

Y antes de terminar ese mes, un grupo nos juntamos en el Parque del Agua para practicar entre todos la fotografía del ocaso. Yo, desde luego, fui con algunas de mis mejores cámaras de formato medio para película tradicional.

Con motivo de la exposición de Nadav Kander en el Museo Pablo Gargallo, aprovechamos para realizar un paseo por el barrio de San Pablo. Previamente, un instituto de la ciudad había cedido a la asociación algunos materiales de fotografía fotoquímica que ya no usan para su formación en audiovisual, entre ellos algunos rollos caducados de Kodak Ektachrome 100. Usé uno ese día. Que no fue mal, una vez tomada la precaución de considerar que su sensibilidad había quedado reducida a la mitad.

Y también de esa cesión de material nos llegaron unos rollos de 30,5 metros (100 pies en el sistema imperial de medidas) de película Kodak TMax 400. Reciclamos algunos chasis de película para 35 mm y aprovechamos la jornada de puertas abiertas del Taller Escuela de Cerámica de Muel para comprobar que funcionaban muy bien... si es que estábamos a la altura de las circunstancias como fotógrafos. También fue el momento de comprobar que la pequeña Olympus Pen EE3 de medio formato va bien también en color.

Espero que este nivel de actividad se mantenga en 2018.

AMISTADES FOTOGRÁFICAS

Hay actividades que realizas con personas que comparten tus mismas inquietudes y con las que te reúnes de vez en cuando a hacer algunas fotos. Reconozco que por diversos motivos soy menos asiduo a algunas de sus actividades; pero es que en esta vida hay muchas cosas para hacer y poco tiempo para hacerlas. Son gente que he conocido en FeZ, o en AFZ, o en ASAFONA (la asociación de fotógrafos de naturaleza de Aragón), o que están en los tres sitios a la vez. O en ninguno. Da lo mismo. Resumiré aquí con algunas fotos algunos de esos momentos, agradeciendo mucho a las personas con las que los he compartido el haberme permitido participar en ellos.

Atardecer en los sotos del Ebro en Utebo.
Vía Láctea sobre Castejón de Valdejasa para San Lorenzo.
Los castillejos de los Armantes.
La flor del Azafrán en Monreal del Campo.
Estampados con la flor del azafrán en Monreal del Campo.

UN AFICIONADO A LA FOTOGRAFÍA BAJO LA INFLUENCIA...

Para terminar esta larga entrada, las siguientes fotografías corresponden a actividades que he realizado en solitario, pero bajo la influencia o como consecuencia de mi relación con otros aficionados a la fotografía.

Por ejemplo, una serie de intercambios y experiencias de otras personas me llevó a interesarme este año por la fotografía infrarroja. Y todavía seguiré un tiempo con este proyecto, aunque ahora durante el invierno no sea el momento más adecuado para practicarla.

Mis contactos en Twitter con aficionados a la fotografía fotoquímica de todo el mundo me llevaron a participar a principios de diciembre en la #FP4Party... fiesta en las redes sociales en la que la única condición era fotografiar con película de la familia Ilford FP4.

Y en el encuentro y chocolatada de diciembre de 2016 de FeZ encontré la excusa para recuperar mi cámara Polaroid. Y hoy en día, con otra con la que me hice, más la Instax de mi sobrino Diego, con quien he salido algún día a hacer fotos instantáneas, he disfrutado de la afición a este material. Al que dedico mi cuenta de Instagram...

The B-Side - Película documental sobre la fotógrafa Elsa Dorfman

Breve entrada para reseñar una película documental que ha aparecido recientemente en el catálogo de Netflix, sobre la fotógrafa Elsa Dorfman. Os dejo el avance de la película, que se puede encontrar también en Youtube.

El director de documentales Errol Morris nos presenta la vida y obra de esta fotógrafa amiga suya, que a caballo de la década de los años 60 y 70 del siglo XX se relacionó con muchas de las figuras, especialmente de mundo de la literatura, de la llamada Generación Beat. En el documental se resalta especialmente su relación con el poeta Allen Ginsberg, aunque fueron muchos otros los que pasaron por el domicilio y el estudio de Dorfman y fueron fotografiados por ella. Esta generación de intelectuales tuvo gran influencia en la segunda mitad del siglo XX ya que fueron los ideólogos de movimientos pacifistas, se opusieron al materialismo de la economía capitalista, abogaron por la libertad sexual, y adoptaron posturas y formas de expresión procedentes de la contracultura. Fueron básicos para el desarrollo del movimiento hippie y el surgimiento de la postmodernidad que apareció con fuerza y ha dominado la cultura occidental desde los años 70.

Para ilustrar la entrada, algunas fotografías de las que he tomado en los últimos meses con mi Polaroid Image System SE, y película compatible que ahora fabrica "The Impossible Project".

Desde el punto de vista fotográfico, lo que hace especial de algún modo el trabajo de Dorfman, además de la gente famosa que posó para ella, fue el uso de una gigantesca cámara Polaroid para película instantánea de 20 x 24 pulgadas. Es decir, redondeando, 51 x 64 centímetros. Esta película instantánea era de tipo peel apart, en la que tras permitir la acción de los químicos de procesado de la misma, se despegaba en dos parte, el positivo y el negativo de la imagen. Esta película, al igual que el resto de los productos fotográficos Polaroid ya no se fabrica. La compañía Impossible Project que consiguió hacerse con algunas de las máquinas de Polaroid en los Países Bajos, fabrica actualmente una película similar, aunque no igual, peel apart, de 8 x 10 pulgadas.

Para usar esta película de semejante tamaño, hacían falta cámaras especiales, de las que sólo se fabricaron seis ejemplares. Dorfman tenía una de ellas. Por ilustrar los conceptos para aquellos que piensan que un sensor de 24 x 36 mm, curiosamente denominado habitualmente full frame, es un formato "grande",... un objetivo de 300 mm sería un super gran angular en una de estas gigantescas cámaras. Pesan en torno a los 107 kilogramos. Cuando Polaroid, adquirido por un grupo empresarial ansioso por quedarse con la marca, pero al que importaba un rábano toda la herencia y el saber hacer de la empresa, anunció el cese de la fabricación de la película instantánea, Dorfman consiguió antes de la debacle de desguaces y quemas de material, salvaguardar un cierto stock de película, pero en definitiva, al final anunció que se retiraba. No le merecía la pena seguir en activo si no podía trabajar con seguridad como a ella le gustaba. No sólo famosos se fotografiaron ante su Polaroid. Mucha gente común acudió también a retratarse con unas copias que tienen un carácter único.

Refugee - Documental sobre cinco fotógrafos trabajando con refugiados

El problema de los refugiados, personas desplazadas de sus hogares por motivos bélicos o políticos, también por causa de la pobreza o el hambre, ha sido una de las costantes de la historia del siglo XX y en estos principios del XXI, probablemente en escalas mucho más importantes que en otros tiempos de la historia, aunque los desplazamientos más o menos masivos de poblaciones se han registrado a lo largo de toda la historia.

Han sido muchos los fotógrafos que han trabajado y documentado el tema, creando imágenes que en muchas ocasiones se han considerado un icono de una época, un conflicto o una situación. La actual situación de conflictos en el mundo, especialmente, aunque no sólo, en el mundo islámico, sumado al reforzamiento de las derechas populistas, generalmente racistas o xenófobas, la crisis financiera de 2007/2008 cuyas consecuencias todavía se arrastran y otros factores han hecho que en los últimos años las noticias sobre los problemas de los refugiados encabecen con frecencia los programas de noticias de los medios de comunicación.

Para ilustrar la entrada de hoy, algunos lugares de la Europa actual, que hoy se muestran reticentes a la solidaridad con los refugiados y cuyas poblaciones lo fueron en su momento. Potsdamer Platz en Berlín.

Recientemente se estrenó en la cadena de vídeo bajo demanda Netflix un corto documental, Refugee, de 23 minutos de duración, que se realizó con motivo de una exposición colectiva en The Annenberg Space for Photography en la ciudad de Los Ángeles, que se celebró entre el 23 de abril y el 21 de agosto de 2016.

Traduzco a continuación libremente la nota de prensa que se publicó con motivo de la misma, y que servirá para comentar el contenido del documental. El cortometraje sigue las andanzas de cinco fotógrafos de fama internacional que fueron encargados por la Fundación Annenberg para realizar fotografías de personas desplazadas en los cinco continentes de cara a la exposición que hemos mencionado.

Trincheras de la guerra civil española en la sierra de Alcubierre.

Lynsey Addario, de quien os hablé hace unos días a propósito de su libro autobiográfico, cubre los problemas de los musulmanes rohinyá, minoría religiosa desplazada de sus hogares en Birmania, país de mayoría budista. ¿No habíamos quedado que los budistas eran buena gente y muy pacíficos y tolerantes? ¿No es eso lo que nos vende el dalai lama?

Omar Victor Diop, fotógrafo de moda senegalés, ha fotografiado retratos de mujeres de la República Centroafricana que han huido con sus bebés al vecino Camerún.

La mejicana Graciela Iturbide, una de las más destacadas continuadoras de la excelente tradición de fotógrafos documentalistas de ese país, con obra en muchos de los museos de arte moderno más conocidos en el continente americano, ha documentado las familias de desplaciados internos de colompia, que huyen de la violencia de los conflictos con las guerrillas y con los cárteles de la droga.

Cementerio de judío de Praga.

Martin Schoeller, conocido por sus intensos retratos en primer plano de destacados líderes políticos y otras figuras destacadas del mundo de la cultura y de las artes, retrata a los refugiados reasentados recientemente en los Estados Unidos.

Y el británico Tom Stoddart sigue los pasos de los refugiados de Oriente Medio que a través de Turquía llegan a Europa a través de las islas griegas del Egeo, pasan por el infierno de los Balcanes, donde quedan frecuentamente en tierra de nadie, para finalmente llegar a Berlín.

Estación de ferrocarril de Budapest Keleti.

Como narradora actúa la actriz australiana Cate Blanchett, que entre otras actividades filantrópicas, desde 2016 es embajadora de buena volunta de ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados.

El documental, como ya he dicho antes, tiene una duración de sólo 23 minutos, en los cuales poco se puede profundizar en el tema. Y evidentemente tiene un tono complementario a unas fotografías de las cuales aparecen algunos ejemplos, pero que como conjunto expositivo suponemos más ricas. Pero nos da una idea, aunque sea somera, de la forma de trabajar de estos fotógrafos. Es además dinámico, y con imágenes que no dejan indiferente, aunque la imaginería del problema de los refugiados y poblaciones desplazadas en general haya empezado a saturar las sensibilidad, por otra parte lábiles, de la población privilegiada del mundo occidental. Que tampoco hace tantas décadas que sufrieron en sus propias carnes las sensaciones de ser refugiados. Por lo tanto, es un documental recomendable, tanto para el aficionado a la fotografía como al que no. Que nunca sobran este tipo de producciones.

Esta fotografía no es actual, es de la ciudad de Zagreb en 1993, en plena guerra de los Balcanes, donde las mujeres rezan en las capillas por sus hijos, hermanos o maridos en el frente o desaparecidos.