Cuando ya falta poco para que me manden de Carmencita Film Lab los resultados de mis carretes de película negativa en color del primer módulo del taller de retrato que hice con Fotógraf@s en Zaragoza, y a pocas horas de salir por viaje de trabajo rumbo al far west peninsular, os muestro los resultados del carrete en blanco y negro que hice con la Hasselblad 503CX durante la sesión en exteriores con Sara (Sarini Modelo Imagen).
Para exteriores opté por usar película negativa en blanco y negro Fujifilm Neopan 100 Acros. Hay quien dice que en estos momentos es la mejor película posible para este intervalo de sensibilidades, con gran fino, amplia gama de grises, y capaz de resolver una gran cantidad de detalles. Además, no necesita corrección de la exposición con exposiciones de hasta dos minutos. Y se revela fácilmente con los reveladores habituales, aunque pueden obtenerse mejores resultados con los específicos para películas de grano fino. Lo cierto es que es cómoda de usar y da buenos resultados.
La película la revelé con revelador Tetenal Ultrafin Plus. Como no soy un gran consumidor de químicos, suelo usar reveladores de uso común. En estos momentos, habitualmente el HC-110 de Kodak. Pero cuando cerró IMESA, nuestra tienda favorita en Zaragoza para equipamiento fotográfico diverso, me acerqué a decir un adiós y aunque no tenía necesidades de compra en ese momento, me llevé este revelador. He de decir que cuando aparecieron los negativos todavía húmero del tambor, el aspecto de transparencia me dio miedo. Pensé que había subexpuesto el negativo, aunque recuerdo que hice una medición muy cuidada, o que los seis minutos de revelado habían sido insuficientes. No obstante, al escanear la película con el Epson Perfection V600 Photo se obtiene la imagen sin problemas, con una amplia gama de grises y con detalle tanto en las luces como en las sombras. O sea, bien.
He de decir que, lamentablemente, he tenido algunos problemas con este carrete. Todo el mundo tiene un momento malo. Y cometí algún error en el enfoque, justo en alguna de las tomas que mejor podrían haber quedado. No se puede ir con prisas con la Hassel...
Otro problema. Los dos primeros negativos del carrete están afectados por un moteado negro cuyo origen desconozco. En la primera fotografía de este artículo se aprecia algo pero poco. Pero en la siguiente, un primer plano de Sara que también me gustaba, es muy acusado, y ni con el tiempo que he dispuesto para elaborar este artículo no he podido corregir las numerosas motas de forma satisfactorio. Además no me gusta no saber de donde vienen los problemas para evitar que aparezcan de nuevo...
Pero aun hubo más incidentes. Durante la toma, estaba preparándome para hacer la primera fotografía con Sara sentada en el banco, cuando recibí un empujón involuntario que me hizo disparar la cámara precipitadamente. El caso es que a falta de haber acertado un poquito más en el punto de enfoque, casi sale uno de esos errores afortunados. Pero es lo que yo digo, pocas veces dos errores hacen un acierto. Casi nunca...
Finalmente decir que el resto de los fotogramas, casi todos ellos variantes de Sara sentada en el banco, quedaron muy bien técnicamente sin mayores problemas, y la única cuestión que queda es evaluar el encuadre, el punto de vista y la oportunidad de la fotografía en función del gesto o el ademán de la modelo. Teniendo en cuenta que en el retrato femenino, con contrastes bajos, con gamas amplias de grises y una iluminación suave es más difícil equivocarse, no es mala combinación de cámara, película y revelador la utilizada. Desde luego, con la Tri-X 400 de Kodak que uso habitualmente como película todo terreno, no se suelen obtener gamas de grises y transiciones tan suaves. Y el grano es mucho mayor.
Previendo que íbamos a hacer fotografía tanto en interiores como en exteriores, y una vez tomada la decisión de llevarme equipos de fotografía para película tradicional, me llevé tres tipos de película. En blanco y negro de 100 y 400 ISO, y en color de 400 ISO. Llevé dos cámaras para película tradicional. Una de formato medio, la ya mencionada Hasselblad 503CX, con dos objetivos de 80/2,8 y 150/4, además de un par de tubos de extensión por si se terciaba hacer un primer plano del rostro de la modelo. Al final, no los usé. Me gustan más los planos un poquito más abiertos. Más si tenemos en cuenta los complementos que lucía Sara (Sarini Modelo Imagen), la modelo.
Por la dinámica del taller, no hubo ocasión de montar las cámaras sobre los trípodes, que hubiera producido un follón de mucho cuidado. Así que decidí forzar la película para interiores dos pasos. Es decir, aun cuando la Kodak Tri-X tiene una sensibilidad nominal de 400 ISO, utilicé un índice de exposición (IE) 1600. Eso me permitió usar con el Sonnar 150/4 una velocidad de obturación de 1/125 segundos a su apertura máxima f/4. Como el 150 mm es equivalente a un 80 mm en el formato de 24 x 36 mm, es una velocidad de obturación que me daba cierta seguridad frente a las tomas trepidadas.
El problema más importante, especialmente en la primera toma, fue el contraste y en el ambiente y el hecho de que el rostro de la modelo quedase en sombra. Vemos primero una imagen general de la situación.
Una situación como vemos que no es fácil, y sin espacio para colocar muchos modificadores de luz. Además, en este primer módulo del taller no íbamos a usar los flashes. Sólo luz ambiental.
A pesar del forzado de la película, el contraste del negativo no se ha hecho incontrolable. El revelado lo he realizado con revelador Kodak HC-110 una la solución no oficial H 1:64 (una parte de jarabe del revelador en 64 partes de solución de trabajo, o una parte de jarabe en 63 partes de agua). Un tiempo de revelado de 20 minutos a 22 ºC, propuesta que encontré en la página de Greg Mironchuk, que parece que se conoce bien el revelador. En general, Greg propone 19 minutos a 24 ºC; el ajuste de temperatura a la baja y de tiempo al alza lo hice yo porque era lo más cómodo para mi grifería.
Los negativos los he digitalizado fotografiando cada fotograma con la Olympus OM-D E-M5 y el Panasonic Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS.
Hay un grano apreciable, como no podía ser menos a esa sensibilidad, y más si se ve en pantalla, con la imagen al 100%. A ese tamaño, casi asusta. Pero he realizado pruebas en papel con impresora de chorro de tinta a lo que sería un tamaño de imagen de 35 x 35 cm y se ven bastante bien.
El problema en estas primeras tomas, con un contraluz tan acusado, es que el contraste en el rostro de Sara es muy bajo. Y se fuerza en el procesado tras la digitalización, el grano se hace mucho más aparente. En cualquier caso, la versión de contraste suave, me parece que es agradable. Mejorable, pero agradable.
Después, pasamos a una fotografía en la que Sara recibía la luz de una ventana, desde su izquierda, quedan el rostro con respecto al fotógrafo en posición de tres cuartos. Veamos la situación general.
"El secreto del éxito consiste en un 1% de inspiración, un 98% de transpiración y un 2% de atención al detalle."
Sí; ya sé lo que me vais a decir si hacéis la suma de los porcentajes. Yo me reí mucho. Atención al detalle... El caso es que la atención al detalle es importante en esto de los retratos. Y ha habido dos detalles, que en el momento de la toma me pasaron totalmente desapercibidos, que luego al encontrarme con las fotos me han traído por la calle de la amargura. Uno de ellos es el pliegue que formaba su vestido junto a su axila derecha. Al recibir la luz lateral se ve en exceso, se resalta, estropeando el retrato. He tenido que tirar de diversas herramientas en Lightroom para paliar el problema.
El otro problema está en los ojos. Sara tiene unos ojos muy claros. Y la luz que recibía en ellos reflejaba hacia el objetivo de una forma tal que en la mayor parte de las tomas quedaba una mirada muy extraña, difícil de arreglar en posproducción. Tampoco tengo claro si me gusta el reflejo en el marco de la ventana. Vamos. Que para que las cosas queden bien, es evidente que hay que prestar mucha atención a los detalles. Os dejo, de las tomas de esta esta escena, la que me parece quedó mejor.
Alguno dirá que menuda complicación me busqué, con lo cómodos que son los archivos de las cámaras digitales para torturarlos después en posproducción y que queden más o menos bien. Pero ¿y la dosis extra de diversión de usar una cámara clásica como la Hasselblad? ¿un objetivo firmado por Carl Zeiss? ¿chapotear entre los químicos del revelado para sacar dos diafragmas extras de sensibilidad de todo un clásico en el mundo de la película tradicional como es la Tri-X? Como dice el anuncio... eso no tiene precio.
Hasta hace unos meses no estuve en condiciones de poder comprometerme a participar en las actividades formativas de Fotógraf@s en Zaragoza (FeZ), grupo de aficionados a la fotografía surgido de la red social Flickr, aunque también podéis encontrarlo en Facebook, y en su blog. Pero ya en noviembre tuve ocasión de participar, muy satisfactoriamente, en el de iniciación al vídeo, y ahora se habría la oportunidad de hacerlo en una serie de talleres sobre retrato que se van a celebrar entre abril y mayo de este año.
Estos talleres son autoorganizados, y se pueden hacer en gran medida por los desvelos de las gentes que de forma voluntaria ejercen el liderazgo informal del grupo, y de la voluntad altruista de aquellos más expertos en prestarse, trabajar y esforzarse por los menos. En esta ocasión, como en otras, tenemos que agradecer el esfuerzo y la paciencia de Ángel López, por la preparación de los talleres, junto con Kino por su empuje y su aportación en la cosa de los "robos".
Empezamos el sábado por la mañana, que con un día espléndido, anunciaba un fin de semana muy agradable. La mañana del sábado se dedicó a los conceptos teóricos y ejemplos proyectados sobre el retrato. Incluyendo aspectos y legales.
En la tarde del sábado tocó armarse con las cámaras y otros dispositivos, fundamentalmente para domar, controlar o aportar la luz. Especialmente en una tarde en la que la luz del sol se puso excesivamente radiante y dura. Hubo que echarle ganas para intentar sacar partido en distintas situaciones, no necesariamente óptimas. Fue una tarde más para pensar desde el punto de vista técnico que artístico. Al fin y al cabo, antes de correr hay que andar, y había que conocer los aspectos técnico sobre el control de la luz y la exposición. Y además los modelos improvisados éramos los propios participantes del taller, que normalmente no sabemos posar. Pero claro... a veces hay que hacer retratos a personas que no saben posar, y eso no es excusa para no hacer un buen trabajo... Nadie dijo que fuera a ser fácil.
Terminamos con tertulia alrededor de unas cervezar, y empezamos a mentalizarnos para la sesión del domingo por la mañana.
Y es que para dicha sesión estaba prevista la participación de una joven modelo, Sara (Sarini Modelo Imagen), que aunque sea joven tiene mucha más experiencia en esto de participar en un sesión de retrato, aunque sea delante del objetivo y no detrás del visor de la cámara. Fue curioso, porque se notó el respeto que imponía en los participantes, que adoptamos inmediatamente una actitud de interés y ganas, y que hizo que la mañana se pasase de forma muy interesante, divertida,... y rápida.
Durante el día anterior había estado trabajando con dos cámara, la Leica M-E con un 35/2,8 y un 50/2 y la Canon EOS 5D Mark II con un 85/1,8. También me llevé un 200/2,8 para esta última, pero finalmente la cedí para el uso de otros compañeros. Es una focal muy buena de calidad, pero que me resulta excesiva.la mayor parte de las veces.
Pero para la sesión del domingo decidí arriesgar. Hacer algo que me obligase más a mantener la atención y la concentración. Me llevé la Hasselblad 503CX con un 80/2,8 y un 150/4 (focal estándar y tele corto respectivamente). La usé en interiores con Kodak Tri-X 400 forzada a 1600, y en exteriores con Fujifilm Neopan 100 Acros a su sensibilidad nominal y Kodak Portra 400 expuesta a su sensibilidad nominal. También llevé la Pentax MX con un 50/1,7 y Kodak Portra 400 expuesta a IE 200.
Para hacer alguna prueba y determinar la exposición, usé mi compacta habitual de los últimos tiempos, la Leica D-Lux (Typ 109), de la que proceden las fotografías que veréis a continuación, y que corresponden a los retratos que hicimos a Sara en distintas condiciones.
Ya tengo ganas de que lleguen los talleres de mayo. Creo que han sido unas horas muy satisfactorias. Y sólo me queda volver a agradecer a Sara, Ángel, Kino, y se me había olvidado Miguel, a quien le debemos la buena acogida que nos dispensan en el Centro Cívico Miralbueno. Los resultados de las películas tradicionales,... llegaran cuando lleguen. Paciencia.
Casi desde los primeros tiempos de la fotografía digital, muchas cámaras, de las compactas en un principio, permitían la grabación de vídeo. Bien es cierto que en un principio eran vídeos de resoluciones modestas (VGA o poco más), con una calidad discutible y con una ergonomía más discutible todavía, ya que eran aparatos pensados para la fotografía fija, y la grabación de vídeo era un plus añadido, pero en absoluto su fin principal.
Con el tiempo las cosas mejoraron y se fue produciendo una confluencia de intereses. Confluencia que dio un salto cualitativo importante cuando una réflex digital, la CANON EOS 5D MARK II, incorporó funciones de grabación de vídeo en FULL HD, y se empezaron a popularizar vídeos de muy buena calidad grabado con estos aparatos. Incluso se empezó a utilizar para grabar escenas de algunas producciones comerciales, fue célebre un capítulo de la serie HOUSE M.D., y luego se han podido ver algunas películas de bajo presupuesto en las que se ha utilizado en todo o en parte este tipo de cámaras para filmar la película. Se me ocurren dos relativamente recientes, como la versión de MUCH ADO ABOUT NOTHING (Mucho ruido y pocas nueces) de JOSH WEDON, o FRANCES HA de NOAH BAUMBACH.
Como habréis podido comprobar por uno de los enlaces anteriores, yo tengo una de esas afamadas CANON EOS. Y otras cámaras que han llegado después capaces de filmar vídeo con alta calidad, con alta resolución y definición. Sin embargo, nunca me había sentido inclinado al uso de estas funciones. La mayor parte de los vídeos caseros que me muestra la gente suelen ser un aburrimiento supino. Así que...
No obstante, recientemente FOTÓGRAF@S EN ZARAGOZA (FEZ) (BLOG)(FLICKR)(FACEBOOK) lanzó la iniciativa de realizar un taller de 12 horas de iniciación al vídeo con DSLR. U otras cámaras con funcionalidad similar. Yo decidí apuntarme, y acudir con la OLYMPUS OM-D E-M5. La preferí por su tamaño compacto, por su sistema de estabilización en caso de filmar a mano alzada, y porque mi mejor trípode tiene una rótula inapropiada para vídeo, mientras que un viejo VELBON de tamaño compacto, que se lleva mejor con cámaras pequeñas que con las grandes DSLR tiene una más adecuada para este fin.
El primer sábado, sólo sesión de mañana, la dedicamos a la teoría. El profesor, ANTONIO HURTADO (HURTI)(TWITTER), a quien conocíamos de cafezicos y quedadas diversas, y del que muchos desconocíamos su labor profesional en postproducción de producciones audiovisuales, entre ellas algunos conocidos programas de la televisión autonómica. Estupendo, simpático y dedicado.
El segundo sábado, desgraciadamente pasado por agua lo que limitó nuestras posibilidades de grabación al aire libre, lo dedicamos a la filmación de tomas para nuestros cortos por la mañana, y a las tareas de postproducción por la tarde, comenzando a familiarizarnos con algún programa de edición de vídeo. Comenzando, digo, porque uno de los comentarios más frecuentes entre los asistentes era aquel de... "madre mía, esto es un mundo"...
Por supuesto, no faltó la comida a medio día, casi tan importante como el propio curso para el intercambio de experiencias y opiniones. Cierre con la foto colectiva de grupo.
Ahora ya sólo quedaría, muchos pensarán, ver el resultado del taller; los vídeos. La cosa no es tan fácil. Particularmente, en el que trabajamos en mi grupo está muy verde. Nos complicamos un poco la vida metiendo muchos diálogos, filmando con tres cámaras, y el sonido que recogimos es nefasto. Y además implica un montaje complicado para nuestro nivel. Con el tiempo y una caña... Ahora podría poner el montaje provisional, obtenido con las tomas realizadas con una cámara. Pero una serie de historias el fin de semana me lo han impedido. Por no dejaros con nada, pondré el vídeo de resumen, 1 minuto, que el "profe", Antonio, filmó mientras realizábamos el taller. Es simpático.
Terminaré esta primera entrada, con uno de las primeras clases con tomas en estudio, de retrato, en los que nosotros mismos, los alumnos ejercimos como fotógrafos y como modelos. Recuerdo que fue una clase divertida, aunque comenzamos un poco intimidados. Al fin y al cabo, como grupo, no nos conocíamos previamente. Pero poco a poco nos relajamos y fueron saliendo algunas cosas.Siendo esta la primera entrada en esta nueva aventura en internet, parece lógico empezar por el principio. Aunque compré mi primera cámara "seria" en 1989, una Pentax P30N con un objetivo de las misma marca SMC-A 50/2, fue en el otoño de 1992, con mi vida profesional ya encarrilada, cuando decidí que tenía que aprender de forma reglada las bases de mi afición fotográfica.
Para ello, me inscribí en uno de los cursos que organizaba, y organiza todavía, la GALERÍA SPECTRUM de Zaragoza. En aquellos momentos esta galería organizaba la formación en fotografía de la siguiente forma. Tenía cuatro cursos, Básico 1, Básico 2, Avanzado 1, Avanzado 2, que en el plazo de dos años, o al ritmo que el alumno desease, ofrecían las bases para el trabajo como fotógrafo, o en el caso de un aficionado, para poder ejercitar su afición con cierta calidad. Aparte, organizaba cursos o seminarios sobre temas específicos, en los que profundizaba en estos temas. Yo me apunté al curso Básico 1.
Como se puede ver en las fotografías anteriores, las cámaras que se utilizaban mayoritariamente, y a pesar de que el enfoque automático se había ido imponiendo poco a poco comercialmente, eran sencillas cámara de enfoque manual, con objetivos estándar de 50 mm u objetivos de focal variable del tipo 28-70 mm o similares, de calidad básica. La profesora, Nati Gascón, solía invitarnos a usar las focales fijas y los equipos más sencillos, si disponíamos de ellos.
Eran momentos en lo que básicamente nos peleábamos con los conceptos más técnicos, como la medición o la profundidad de campo, dejando un poco de lado los aspectos estéticos y competitivos. Se trabajaba con negativos en blanco y negro que revelábamos y ampliábamos nosotros mismos en las clases. Agfapan 100 e Ilford HP5 Plus, según se necesitase más o menos sensibilidad, reveladas en Rodinal 1+50.
Tras la primera salida colectiva por el Parque Grande para conocer lo básico, entre los primeros carretes tuvimos momentos también de ir por la ciudad paseando con más libertad, buscando temas y preocupándonos por la composición. Que es lo que al fin y al cabo nos pedía el cuerpo. El mobiliario urbano, las manifestaciones ciudadanas, las posibilidades gráficas o dinámicas de la antigua estación de Zaragoza El Portillo todavía en funcionamiento. Le quedaban algo más de 10 años antes de desaparecer.
Eran los momentos en los que se estaba estableciendo y afianzando una afición.
Terminaré estmismos, los alumnos ejercimos como fotógrafos y como modelos. Recuerdo que fue una clase divertida, aunque comenzamos un poco intimidados. Al fin y al cabo, como grupo, no nos conocíamos previamente. Pero poco a poco nos relajamos y fueron saliendo algunas cosas.
Aquel fue el principio. A partir de aquí, en estas páginas, sin un orden definido, según convenga, os iré contando distintos aspectos de mi afición por la fotografía y otras artes visuales.Un saludo, Carlos Carreter.