La fotografía como afición y otras artes visuales

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Un pequeño y modesto 35-70 mm para celebrar el 35º aniversario de los sistemas Canon EOS

Hace cinco años se celebraba el 30º aniversario del lanzamiento al mercado de la primera cámara Canon EOS. Se inauguraba así un sistema fotográfico electroóptico (Electro Optical System - EOS), en la que la comunicación entre cámara y objetivos a través de su montura carecía de elementos mecánicos, realizándose exclusivamente por vía electrónica. Las ópticas llevan desde el principio incorporados los motores que accionan el enfoque automático y, con el tiempo, la estabilización de la imagen. Muy criticados en su momento, cuando yo compré mi primera réflex, una Pentax P30n, en 1989 todavía llovían críticas en los medios especializados después de dos años por haber "dejado tirados" a los usuarios de las Canon con montura FD y enfoque manual. Pero en pocos años Canon se convirtió en el fabricante con mayor volumen de ventas tanto en el sector consumidor como el profesional. Yo tengo cámaras Canon EOS desde 1993, una Canon EOS 100. Pero como estaban muy muy baratas, adquirí un cuerpo Canon EOS 650, el primer modelo de la saga, que salió al mercado en marzo de 1987, para celebrar el aniversario.

Sorprendentemente, porque no lo esperaba, la cámara me agradó mucho. Aunque era todavía un concepto en evolución, no del todo maduro, me resulta muy agradable de usar. Con cualquier tipo de óptica. Desde el EF 50 mm f1,8 original, con montura metálica y escala de distancias de enfoque que perdieron sus iteraciones posteriores, con el que conformaba un kit de venta en 1987, hasta objetivos más modernos de la última década. El único que me da algún problema, no funciona el enfoque automático, es el Tamron 35 mm f1,8, aunque lo he usado sin problemas en enfoque manual. También la he usado mucho para usar objetivos de enfoque manual, sobretodo de montura de rosca de 42 mm, con el adaptador correspondiente. Suelo usarla para la película negativa en color. El enfoque es más lento que los actuales, pero razonable y preciso. Y el sistema de exposición es muy preciso. Ahora, en este nuevo aniversario característico, los que terminan en 0 o en 5, el 35º, por muy poco dinero le he comprado un Canon EF 35-70 mm f3,5-4,5, el otro objetivo que acompañaba a la cámara en los kits de entrada al sistema. Podéis ver el conjunto más arriba.

Este objetivo, lanzado al mismo tiempo que la cámara en marzo de 1987, es muy similar estéticamente al EF 50 mm f1,8 de primera generación. Es más largo, para acomodar más elementos ópticos, así como el aro de accionamiento de la variación de focal, pero esas son las diferencias. Su fórmula óptica no era nueva, ya que venía heredada del objetivo con similar intervalo de focales y luminosidad para la montura FD. Como sucedió con otros objetivos iniciales para el sistema EOS con montura EF. Al igual que el 50 mm, su motor de enfoque es primitivo para los estándares actuales, no permitiendo el retoque del enfoque cuando está en modo de enfoque automático. Es más ruidoso que los silenciosos motores USM o STM, y más lento, pero razonablemente eficaz. El objetivo es bastante compacto y ligero. Su principal problema es que el elemento delantero, con la rosca de filtro, se retrae dentro del barrilete del objetivo, dificultando mecánicamente el uso de determinados accesorios, como parasoles enroscados en la rosca de filtro, de 52 mm, como la del 50 mm. Aunque no lo he comprobado, puede dificultar también el uso de polarizadores de montura fina.

Lo probé inicialmente con una cámara digital. Como EOS 5D Mark II la tengo sin usar desde hace tiempo, con la batería descargada, lo puse en la más ligera EOS RP con el adaptador de montura EF a RF. Funciona perfectamente, como era de esperar, en lo que se refiere a la mecánica del enfoque automático, algo más ligero este que con la EOS 650, y en cuanto a la comunicación electrónica entre objetivo y cuerpo de cámara. Eso sí... el diseño óptico no está bien adaptado a las exigencias de los sensores digitales modernos. Pero en cuanto cierras algo el diafragma, ya mejora bastante, y a f8 da buena calidad. Incluso he montado sin problema algún "panorama" con un par de fotos. Más que para hacer una foto de aspecto panorámico, para aumentar el ángulo de visión al unir dos verticales para montar una fotografía cuadrada.

Ese uso sobre cámara digital no es el uso que le pienso dar al objetivo en principio... aunque vete tu a saber,... porque es tan ligero... que si no necesitas la luminosidad de las ópticas fijas, es una óptica para pasear más versátil por su intervalo de focales, siendo ligero y poco llamativo. En cualquier caso, de forma inmediata pasé a calzarlo sobre la Canon EOS 650, que esa es la gracia de este pequeño capricho que no necesitaba en realidad para nada, con un rollo de película en blanco y negro. Le puse un Rollei Superpan 200 que andaba por el frigorífico desde hace un tiempo y para el que no tenía pensado un uso inmediato. Cuando se acerque el momento de la fotografía infrarroja pienso más en el formato medio que en la película de 35 mm, así que no me merecía la pena guardarlo más tiempo. Y como es una película económica, venía bien como rollo de prueba.

Los días en los que lo utilicé el tiempo no estuvo muy luminoso, y me di varios paseos con el objetivo por varios entornos, urbanos y cuasiverdes, es decir, espacios verdes urbanos. Su uso es cómodo, y salvo el primitivismo de su enfoque automático, que no es malo en realidad, es exactamente como había previsto. Un cómodo objetivo para salir a pasear. Con alguna ventaja que no había previsto... y es que tiene una escala de reproducción máxima de 1:5, que es mejor que el 1:7 o 1:8 habitual de las focales fijas de la época. Se consigue con el objetivo a 70 mm. Y haciendo fotografía de aproximación, se obtienen desenfoques bastante armoniosos. Basta ponerle un aro de extensión de 20 mm para tener una escala de reproducción 1:2. Y el mismo efecto se consigue con mi lente de aproximación de 3 1/3 dioptrías, aumentando con poco esfuerzo la versatilidad de la óptica como objetivo de paseo. Más cuando en esta fotografía de aproximación suelo usar el enfoque manual o el enfoque por aproximación progresiva al sujeto.

Para quien quiera conocer más detalles sobre el rollo puesto, recordar que la Rollei Superpan 200 es una película con sensibilidad extendida al infrarrojo, con amplia gama tonal. Como he hecho muchas veces, revelé el rollo con Kodak HC-110 dilución B (1+31) durante 6 minutos a 20 ºC. Hubiera querido revelarla con SPUR Acurol-N, pero olvidé consultar con antelación la tabla de revelados de este revelador, que indica que hay que exponer esta película a un índice de exposición 40 en lugar de su sensibilidad nominal ISO 200. En otra ocasión. Los negativos fueron digitalizados con la Panasonic Lumix G100 y el Leica DG Macro-Elmarit 45 mm f2,8 ASPH OIS. Pocas veces más usaré esta cámara para este menester, ahora que la E-M5 III de Olympus ha llegado a casa. Pero sin problemas.

En fin... este objetivo, un capricho, barato, más que otra cosa. Pero seguro que lo aprovecho de vez en cuando. Ahora le he puesto una película negativa en color a la misma combinación de cámara y óptica... pero estamos con unos días muy modorros. Aquí no se ve la calima colorada porque estamos dentro del nublado de la borrasca que la provoca. Pero dicen que si llueve... lloverá barro.