La fotografía como afición y otras artes visuales

CARLOSCARRETER.ES

Último rollo de Lomography Color Negative 400 del verano - Praktica MTL5 con Tessar 50/2,8

Para la #CrappyCommieCameraParty de la que os he estado hablando durante todo el verano, en la que he participada utilizando mis cámaras y objetivos fabricados en los países del antiguo bloque prosoviético durante la guerra fría, compré ha principio de la estación tres rollos de película Lomography Color Negative 400. Con el que os presento hoy, he llegado al tercero de los tres que venían en el envase conjunto que adquirí en un comercio local de Zaragoza. Hace unos días ya os comenté los resultados del que expuse con el Mir-1 37/2,8 adaptado a una Canon EOS. Y lo que tengo que comentar hoy no es más que más de lo mismo, de alguna forma.

En esta ocasión utilicé un equipo fabricado en Dresde y Jena, antigua República Democrática de Alemania. La cámara, la Praktica MTL5, fue fabricada en Dresde por Pentacon, mientras que el objetivo, Carl Zeiss Jena Tessar 50/2,8, fue fabricado por Carl Zeiss Jena en esta última ciudad. Hay que decir que el objetivo que tengo yo se fabricó para el mercado de los países satélites de la Unión Soviética, ya que la marca registrada "Tessar" era propiedad de Carl Zeiss Oberkochen, en la República Federal de Alemania. Y este objetivo se vendía fuera del bloque prosoviético como Jena T 50/2,8.

Las Praktica con montura de rosca M42, de 42 mm de diámetro, son muy apreciadas por muchos fotógrafos veteranos, aficionados o profesionales, porque por su ajustado precio fueron la cámara de entrada a la fotografía para muchos de ellos. La MTL5, que funciona con una razonable fiabilidad, resulta sin embargo tosca y con una ergonomía "discutible", como me gusta decir para no ofender a esos colegas que sienten cariño por estos trastos. Es puramente mecánica, sólo precisa una pila para alimentar el fotómetro incorporado. Pero como está preparada para un pila de mercurio, prohibidas por su toxicidad e impacto ambienta, de las que hay que buscar alternativas diversas, pero no siempre inmediatas, la uso sin ella y con un fotómetro externo de mano, generalmente el Gossen Digisix, o exponiendo por estimación bajo la regla "soleado f16".

El objetivo, como tantos de su época, que son los años 50, aunque se estuviese vendiendo varias décadas, tal vez con alguna actualización en los vidrios ópticos utilizados (o tal vez no, nada puede asegurarse de la fabricación al otro lado del telón de acero), tiene unas prestaciones honorables y adecuadas cuando se diafragma a unas aperturas entre f5,6 y f11. Pero es utilizable en todo el intervalo de aperturas, con una gran ventaja. Su distancia mínima de enfoque, entre 30 y 35 cm, es muy favorable para la fotografía de aproximación, con una escala de reproducción 1:4 frente al 1:7 - 1:10 de la mayor parte de los 50 - 55 -58 mm de la época. Tiene un confortable diámetro de filtro de 49 mm, lo que me permite ponerle una lente de aproximación de buena calidad de 3,33 dioptrías, que me permite rozar la escala de reproducción 1:2. En realidad es más cómodo de usar adaptado a una Pentax K o a una Canon EOS que sobre la montura nativa de la Praktica.

En cuanto a la película, la Lomography Color Negative 400, cabe decir lo que ya comenté en la entrada anterior. Es una película ISO 400 que tiene un aspecto más parecido a algunas películas de principios de los años 90 que a las modernas todo terreno actuales de la misma sensibilidad. Grano muy aparente, aunque tiene unos colores bien definidos y saturados, sin pasarse, con cierta predominancia cálida en mi muy subjetiva, y posiblemente sesgada, apreciación. En The Big Film Database no están seguros de quien la fabrica, pero sospechan de que sea una antigua emulsión de Kodak, que sería coherente con esos tonos cálidos, fabricada o terminada en China, con el embalaje de Lomography, que no fabrica las películas que vende bajo su marca.

El caso es que no es precisamente mi película favorita de las que vende Lomography bajo su marca. Prefiero la Lomography Color Negative 800, especialmente en formato 120 para cámaras de formato medio. Pero en este verano me he dado cuenta de que abrazando sus características, puedo convivir con ella y disfrutarla. Existe una tendencia actual, debido al uso de la Kodak Portra 400 por los profesionales del retrato y el reportaje social (BBC = Bodas, bautizos y comuniones), a sobreexponer las películas negativas en color, con lo cual se puede obtener un grano más fino y unos colores menos saturados, adecuado al retrato. Pero cada vez estoy más convencido de que esto no funciona igual de bien con todas las emulsiones.

Después de la experiencia de este verano, prefiero exponer esta Lomography Color Negative 400 a su sensibilidad nominal, asumir que va a tener un grano evidente, propio de su sensibilidad y de que no es un producto innovador y puntero, y obtener unos colores más saturados, que tampoco es que lo sean de forma exagerada, unas sombras más profundas, y un aspecto general más llamativo, pero que no es desagradable ni mucho menos, que sobreexponerla para obtener un grano menor, pero produciendo un aspecto más anodino, cono unas sombras desvaídas. Lo que no se debe hacer es digitalizarla levantando las sombras a toda costa, porque entonces si que aparecen desviaciones del color feas, y un grano horrible. 

Asumamos la película con sus características y disfrutémosla si llega a nuestras manos. Eso sí... como casi todos los productos Lomography, tiene un precio excesivo para la calidad que ofrece. Y por ello, lo normal es que yo siga fiel a las películas de Kodak Ultramax 400, mi preferida en estos momentos para un uso general, o la Fujifilm Superia X-Tra 400, que tampoco está mal. Y si quiero gastarme más dinero, que está muy cara, pero puede merecer según lo que quiera hacer, la líder en calidad en esta sensibilidad, la Kodak Portra 400.