La fotografía como afición y otras artes visuales

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Abandonando Adobe; breve comentario sobre Luminar 4

Durante años he sido usuario de Adobe Photoshop Lightroom como principal herramienta para la gestión y ajuste de mis fotografías digitales, así como de las de película tradicional digitalizadas. En su momento, con una de las cámaras compactas de marca Leica me llegó un versión de este software, y con actualizaciones cada dos años con un precio contenido, me parecía una solución potente y razonable a mis necesidades.

Como software complementario para correcciones que superaban las capacidades de Lightroom probé varias cosas. Desde hace años, procuro que todo el software instalado en mi iMac sea legal y en condiciones. Adobe Photoshop estaba fuera cuestión. Su potencia era excesiva para mí, pero su precio también lo era. Durante un tiempo funcioné con Photoshop Elements, que tenía un precio más razonable. Pero Adobe le imponía unas limitaciones muy irritantes, con la excusa de que estaba pensado para un entorno más bien informal y familiar. Desde ese punto de vista, lo cierto es que el precio de este software me resulta elevado. En 2015, salió al mercado Affinity Photo, con una potencia cercana a la de Adobe Photoshop, en algunas herramientas incluso superior, y con un precio mucho más barato. Incluso notablemente más barato que el de Photoshop Elements. Y más todavía durante el período de promoción durante el lanzamiento al mercado. Lo estuve probando en sus versiones beta, y no lo dudé. No he vuelto a gastar un euro en este asunto, con actualizaciones periódicas y con mis necesidades cubiertas de sobra.

Pero en 2017, Adobe volvió dar otro mazazo a sus clientes. Decidió que todas sus aplicaciones de cierto nivel sólo se podrían usar bajo un sistema de suscripción que en cualquiera de sus variantes en estos momentos supone gastar unos 150 euros al año. Prácticamente el cuádruple. Mi versión Lightroom 6 quedó funcionante, pero sin mantenimiento ni actualizaciones para adaptarla a equipos o sistemas operativos futuros. De hecho, hubo indicios alarmantes de que podía no funcionar, o no hacerlo bien, en cuanto Mac OS X se actualizase a su última versión, "Catalina", este mes de octubre pasado. El mío funciona, aunque ya se advierte que el programa de instalación no lo hará. Así que tarde o temprano, dejaré de poder usarlo.

Ya en 2017 decidí buscar una alternativa. En aquel momento aparecía en el mercado Luminar 2018, nueva versión de una versión de un programa de tratamiento de imágenes prometedor, asequible y relativamente fácil de usar. También probé su versión beta. En aquel momento no llevaba módulo de gestión de la biblioteca de fotos, pero se prometió una actualización durante 2018 con ella, sin coste añadido. Decidí arriesgar. Pero la cosa no iba bien. Aunque el programa de tratamiento de imágenes era utilizable, la gestión de la biblioteca de fotografías era lenta, muy lenta en ocasiones, y con frecuentes caídas de la aplicación. Y octubre de 2019 se acercaba. Y llegó. Había otras opciones en el mercado, pero la que más me gusta y me convence después de haberla probado, Capture One, cuya versión más sencilla tengo porque venía con la Fujifilm XF10, es muy cara en su versión completa. Más que las suscripciones de Adobe. Estas pueden estar bien para un profesional, pero no para un aficionado. Al que además no le apetece confiar sus fotos a una compañía tan rapaz y poco considerada con los usuarios de sus productos. Es algo que le viene de largo. Adobe siempre ha sido una compañía muy prepotente por su condición dominante en un oligopolio.

Tras procesar mis fotos del viaje a Japón durante este mes de octubre pasado, decidí actualizar el iMac a "Catalina". Lightroom, como decía todavía funciona. Pero había que tomar decisiones. Skylum estaba a punto de actualizar a Luminar 4. La actualización de Luminar 2018 con el gestor de imagen se llamó Luminar 3... así que, Luminar 4. Todo indicaba que venía con cambios importantes... pero tenía cierta desconfianza. Hay un tema añadido. No me gusta cómo promocionan su producto. Todas las demostraciones que hacen de sus herramientas basadas en "inteligencia artificial", según ellos, conllevan la generación de imágenes que no me gustan. Saturadas en exceso, efectistas, antinaturales... Os voy a poner un ejemplo realizado con Luminar 4 sobre una fotografía realizada por mí en el templo de Kiyomizudera en Kioto.

Está realizada con la Fujifilm XF10. Cuando viajo, en estos momentos, mi cámara principal es la Panasonic Lumix G9 con un conjunto de objetivos que varían día a día según lo que vayamos a visitar. Pero la llevo guardadica en la mochila hasta que es necesaria para hacer una foto con enjundia. Mientras, llevo la compacta XF10 en la mano para tomar notas o documentar el lugar en el que estamos, aun en situaciones que sé que son fotos que no son interesantes o con buenas condiciones. Lo cual sucedió con esta pagoda de tres pisos, en un de situación de luz apagada y poco contrastada. La imagen de la izquierda es con un tratamiento moderado en Lightroom, mientras que la derecha es con todos los filtros de "inteligencia artificial" de Luminar 4, incluido el reemplazo de cielos. La imagen resultante, que es el tipo de imágenes que promocionan, me parece un truño. Poco natural y efectista. Aunque hay personas a las que gustan estas cosas... Bueeeno...

Pero cuando uno prueba una aplicación tiene que ser sensato. Y una de las cosas sensatas que hay que hacer al procesar una fotografía digital es ser moderado en el uso de los "deslizadores" de las herramientas de la aplicación. Pequeños incrementos en varias herramientas pueden generar un efecto potente pero razonable. Grandes incrementos nos llevan al exceso, al "kitsch", a la horterada. Veamos otra imagen.

El original está apagado. Porque es como queda el archivo raw recien importado. De la Fujfilm XF10. Fue el momento en que exploraba encuadres y posibilidades de Meoto Iwa, las "rocas casadas" de Fujimi en Ise. No era una fotografía definitiva. Era una exploración. Pero la segunda imagen es una aproximación del ambiente que había en el lugar a las cinco de la tarde. El sol se ponía a las seis menos cuarto. La imagen es razonable. Aunque no es especial. Y hay diferencias con el original. Pequeños cambios en varias herramientas.

Una vez explorado el lugar, saqué la Lumix G9, el trípode, un filtro degradado y el "Big Stopper" de Lee (densidad neutra que rebaja la exposición 10 pasos). Y procedí a la foto, tras pelear contra el viento y las salpicaduras de agua en los filtros. Que me parece más interesante.

Luminar 4 funciona muy bien. El gestor de imágenes tiene mucha más velocidad y es estable. Al nivel de Lightroom. Y las herramientas de procesado se han reorganizado con respecto a la versión anterior de forma muy racional. Son muy potentes. Y lo único que hay que hacer para obtener buenos resultados es ser moderado y cauto en el uso de sus herramientas más potentes. A las que llaman "filtros". Y un precio de la actualización, 69 euros, mucho más razonable. Teniendo en cuenta que el ciclo de actualizaciones es cada dos años, es un gasto razonable. Unos 35 euros al año. Para un aficionado, una opción casi perfecta.

Y con el Affinity Photo de apoyo. Por ejemplo, los defectos en la fotografía debidos a las salpicaduras en el filtro que no pude "erradicar" las resolví con el pincel de restauración de esta aplicación. Luminar 4 también tiene la suya, pero no funciona también. No pasa nada.

Mas fotografías.

Luminar 4 tiene lo que llama "looks", que son similares a los "presets" de Lightroom. Las anteriores fotografías realizadas en las calles más tradicionales de Higashiyama en Kioto están procesadas usando alguno de los que proceden de una colección que es posible descargar de la página de Skylum, el desarrollador de Luminar 4. Quedan bien. Si hay alguno que te conviene, lo aplicas, y luego terminas de ajustarlo a tu gusto.

O puedes desarrollar tus propios preajustes. Por ejemplo, para eliminar la dominante azulada de los filtros de densidad neutra de Lee. O los siguientes que he elaborado con el fin de instruirme a mi mismo, en los que trato de imitar el aspecto de las fotografías de algunos fotógrafos japoneses del grupo Provoke, que usaban la Kodak Tri-X 400 forzada un par de pasos, para obtener fotografía en blanco y negro abundantemente contrastadas y con un grano muy aparente. Yo, el grano lo he matizado un poquito más.

En lo que vengo usando el programa desde que salió la versión definitiva de Luminar 4 hace unos días, no tengo quejas. Las fotos que han aparecido en mis blogs, o en mis cuentas de instagram o facebook, en estos últimos días ya proceden de Luminar 4. Las he obtenido de forma rápida y sin problemas. Y exactamente lo que yo buscaba. No intentéis emular los ejemplos que Skylum propone en su publicidad. Usad la moderación y encontrad vuestro estilo. Y veréis que es un programa muy útil. Y adecuado para aficionados serios a la fotografía.

Termino con otra fotografía procedente de la Fujifilm XF10, realizada en Umeda, Osaka. En la que una vez más he buscado reflejar las condiciones de luz y contraste de la realidad. Otras aplicaciones que he considerado pero he desechado son: DxO PhotoLab, ON 1 Photo Raw y Darktable. Esta última, software libre, muy potente, pero con una interfaz de usuario absolutamente infame.