La fotografía como afición y otras artes visuales

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Un nueva mesa de luz, un carrete de HP5 Plus y la Pentax MX

Primero. Es un hecho que cuando vuelvo de un viaje, especialmente si es un viaje visualmente muy intenso y estimulante, durante una semanas permanezco en una especie de parálisis fotográfica. No veo nada, fotográficamente hablando. No se me ocurre nada. Es como si mi cerebro hubiese alcanzado un estado de saturación visual. Así que el fin de semana pasado cargué un par de carretes en sendas cámaras, uno de blanco y negro en la Pentax MX y otro de color en la Canon EOS 650 y me obligué a salir con ellas al mundo. Bueno. De momento con la MX... la otra todavía no se ha movido de casa.

Segundo. Durante la charla que el fotógrafo catalán Martí Llorens, especializado en procesos antiguos, casi podríamos decir arcaicos, nos ofreció en el Museo Pablo Gargallo en el marco de las actividades que han rodeado la exposición "Zaragoza en línea recta", conocí unas mesas de luz que usan los dibujantes para reproducir dibujos o diseños, iluminadas por LEDs. Ligeras, muy planas, ofrecían una iluminación muy uniforme. Inmediatamente me di cuenta de que necesitaba una para evaluar con tranquilidad y bien mis negativos. Pero no la encargué de inmediato. Quise enterarme de las posibilidades para usarla como fuente de iluminación en la digitalización de negativos con la Panasonic Lumix G9 calzada con el Panasonic Leica Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH. Y vi que era factible, e incluso más conveniente, más cómoda y eficiente, que mi opción actual utilizando el iPad.

Por lo tanto, una semana después, expuesto el carrete de blanco y negro, las fotografías que os muestro aquí son las primeras digitalizadas con la mesa de luz.

Primero las circunstancias de la toma. Como he dicho, escogí la Pentax MX para cargar un carrete de Ilford HP5 Plus 400, que he expuesto a su sensibilidad nominal. Dentro de un mes nos vamos a Berlín, y estoy pensando en hacer como el año pasado en el lago de Constanza. Llevar como cámara principal una cámara para película tradicional con unos cuantos carretes en blanco y negro. Tengo ya muchas fotos digitales de la capital alemana. El año pasado me llevé la Leica M2 con el Summicron 35/2 ASPH. Una opción de enorme calidad óptica. Este año, por la conveniencia de llevar un fotómetro incorporado en la cámara, estoy pensando en la MX, con dos objetivos; el SMC-M 28/3,5 y el SMC-A 50/2. Un equipo compacto y versátil. Todavía no he tomado una decisión, pero me estoy "entrenando" un poco con este último equipo, por si acaso. Con dos filtros Heliopan, un nº 25 rojo y un nº 8 amarillo.

El Ilford HP5 Plus 400 lo he expuesto a su sensibilidad nominal. También he usado eventualmente un Ricoh XR Rikenon 135/2,8, aunque este no entra en mis planes de viaje. Elimina en parte la idea de equipo compacto, aunque aumenta la versatilidad del mismo. Para los objetivos de 28 y 50 mm, ambos con un diámetro de filtro de 49 mm, he usado los objetivos Heliopan. Ya digo que van muy bien, aunque hay que tener cuidado con el filtro nº 25 rojo. Así como el nº 8 amarillo puede funcionar como polivalente, mejorando el contraste en una diversidad de situaciones, el objetivo rojo hay que reservarlo exclusivamente a las situaciones donde obtengamos una ventaja clara. En alguna ocasión, en lugar de mejorar el contraste, por usarlo en situaciones no adecuadas por los tonos de la escena, he obtenido unos tonos más planos de lo que pensaba.

He revelado la película de una forma muy convencional, con revelador Kodak HC-110 dilución B (1+31), durante 5 minutos a 20 ºC. Los tiempos generalmente recomendados para esta combinación. Sin problemas. El Kodak HC-110 se lleva muy bien con estas emulsiones clásicas, y la HP5 Plus es muy cómoda de procesar. Hay mucho margen para error, aunque he intentado ser lo más riguroso posible durante todo el procedimiento.

La novedad venía del uso de la caja de luz Huion L4S, en el que la superficie luminosa encaja sin problemas una hoja de tamaño DIN-A4. La superficie activa es superior a este tamaño. La caja de luz funciona conectando a la red o a un puerto USB activo de un ordenar, y tiene una batería que una vez cargada permite su uso durante 2 a 5 horas, nos dicen las especificaciones técnicas. La luz se reparte muy uniformemente, me aseguré de ello buscando referencias, para evitar "puntos calientes" a la hora de usarla como fuente de luz para digitalizar los negativos. Como no tiene píxeles que molesten, como es el caso del iPad, se puede reposar el portanegativos directamente sobre la superficie de la mesa de luz, lo cual es más cómodo. Y con una mayor superficie luminosa, es mucho más cómoda su utilización, lo que da más rápidez y precisión a la operación. Ayer, ajustando cuidadosamente el negativo con el objetivo macro, y usando el modo de alta resolución del  Panasonic Lumix G9, obtuve ficheros aprovechables de 70 megapíxeles. En torno a 10250 pixeles x 6840 píxeles, que da 70,11 megapíxeles. Impresionante. Muchíiiiiisimo mejor que con un escáner de sobremesa.

Los principales "miedos" como se han encargado de recordarme en algún grupo de fotografía analógica en Facebook vienen derivados de la consistencia de la luz y del color suministrados por los LED de la caja de luz. Como ya he dicho, me aseguré previamente que las revisiones de la misma hablasen de la uniformidad de la difusión de la luz, y efectivamente no he tenido problemas de irregularidades en la misma ni de puntos calientes. En cuanto a la calidad del color, hice una prueba con un par de negativos de Kodak Portra 400... pero soy incapaz de decir si afecta mucho, poco o nada... porque bastante complicado es atinar con la corrección del color tras neutralizar la máscara naranja de los negativos en color e invertir la imagen. Lo normal es que siga llevando los negativos en color a un laboratorio comercial fiable, donde tienen equipos calibrados para los distintos tipos de película, y reserve mi proceso de digitalización de negativos para el blanco y negro, que es lo que yo proceso integramente en casa. Así que tampoco me supone mayor problema.

Por terminar el comentario, decir que los archivos RAW de 80 megapíxeles que obtengo por el modo de alta resolución de la Panasonic Lumix G9 los recorto a las dimensiones del negativo y hago un primer ajuste de tono y contraste con el negativo todavía tal y como sale de la cámara en Adobe Lightroom. Luego convierto a TIFF 16 bits que sigo procesando en Affinity Photo, donde invierto para obtener el positivo, elimino impurezas si las hay (polvo y esas cosas), y realizo algún ajuste extra de tono y contraste. Sin pasarme, para evitar que el grano de la película se haga  excesivamente evidente. Cuando lo cierro, conservando las capas del TIFF para un futuro, desde Lightroom obtengo ya la copia para el uso que le quiera dar. Subir a InstagramFacebookTwitter o Tumblr, o mostrarlo en mi Cuaderno de ruta o en este blog técnico sobre fotografía y otras artes visuales. U obtener un fichero adecuado para una copia en papel o para integrarlo en un libro de fotografías.