La fotografía como afición y otras artes visuales

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Volviendo a la diapositiva (I) - La nueva Kodak Ektachrome E100 con Canon EOS 100

Tengo miles de diapositivas en casa. Hasta el año 2004, era el medio fotográfico de preferencia para mí, y para otros, cuando fotografiábamos en color. Había varios motivos para ello.

El precio; un carrete de diapositivas con revelado incluido salía bastante más económico que un carrete de negativos más el revelado más el precio de las copias.

La brillantez de las imágenes; unas diapositivas proyectadas en una pantalla de razonable calidad creaban una sensación muy superior a las "birriosas" copias de tamaño postal que ofrecían a partir de los negativos. 

La oportunidad de torturar a los amigos con las sesiones de proyección de diapositivas a la vuelta de un viaje; te lo perdonaban si les invitabas a cenar.

La escasa calidad de los laborantes en los minilabs que imprimían las copias en color a partir de los negativos; en muchas ocasiones, cualquier parecido en tono, color y sensación general entre lo que aparecía en las copias y lo que habías percibido al hacer la foto era mera coincidencia. Irte a un laboratorio "profesional" para una copia decente te salía por un ojo de la cara.

La Ektachrome E100, con la Canon EOS 100; esta cámara tiene un buen exposímetro de medición parcial, muy adecuado para determinar la exposición con un material sensible con una latitud de exposición baja.
Con una ligera niebla, y un contraste en la escena muy limitado, esta película diapositiva no sufre problema alguno para encajar la escena.

Los inconvenientes también existían. Fundamentalmente, que era difícil y costaba caro obtener una copia en papel decente. Y que exponer una diapositiva correctamente es mucho más delicado que casi cualquier otro medio fotográfico. Aunque eso tiene su parte pedagógica.

La llegada de la fotografía digital, como todo el mundo sabe, afectó profundamente al negocio de la película fotográfica de toda la vida. Y la película diapositiva, muy utilizada por los profesionales, que se pasaron en seguido con armas y bagajes a la tecnología digital, fue probablemente el sector más afectado hasta casi desaparecer. Mi último carrete de diapositivas, un Fujichrome Provia 100, lo disparé en los Pirineos franceses en julio de 2004. Desde entonces y hasta la fecha, sólo uno de los carretes de Kodak Ektachrome 100 caducado desde 2008 que nos repartimos en la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ el año pasado, en 2017, lo he disparado en serio. Con unos resultados simpáticos, si los recordáis.

En esta escena, me sorprendió favorablemente la nueva Ektachrome. A pesar del brutal contraste, se aprecia materia en las sombras. Mucho más oscuras de lo que aprecia el ojo desnudo, pero aguantando más de lo que pensaba.
Pero en general, la película diapositiva no es adecuada para paisajes con mucho contraste. O las sombras quedan bloqueadas o las luces deslavazadas, cuando no quemadas.

Hace un par de años, Kodak anunció que iba a resucitar las Ektachromes, con una sensibilidad de ISO 100. Creo que su interés va más al cine aficionado, con el formato Super 8, que a la fotografía fija. Pero desde hace unos meses, les ha costado como un año más de lo que prometieron el sacarla al mercado, disponemos de carretes de película de 35 mm con doble perforación de la nueva Kodak Ektachrome E100. Para proceso E-6; si alguien sueña con un renacer de la Kodachrome, proceso K-14, va dado. Es demasiado complejo. Decidí probarla. Con escepticismo hacia la posibilidad de utilizarla habitualmente en un futuro. Con 13 euros por carrete, el coste-efectividad comparado con la película negativa en color a la hora de obtener buenos resultados es muy desfavorable. Y es más delicada de usar. No lo olvidemos. La película diapositiva tiene una latitud de exposición muy inferior a la película negativa en color. La tolerancia a la subexposición es mínima; la tolerancia a la sobreexposición es prácticamente nula, salvo en escenas de escasísimo contraste.

No obstante, encargué un par de carretes. He de decir que mi película favorita cuando fotografiaba habitualmente con película diapositiva no eran las Ektachromes de Kodak, o su versión para aficionado, las Elite. Yo era de Fuji. Y las Provia 100 eran las películas de mi elección. Como esta película se ha mantenido en fabricación, desconozco qué evolución habrá tenido en su fabricación en los últimos 14 años, decidí encargar también un par de carretes de 35 mm y un par de rollos de formato 120 de esta película japonesa, la Fujichrome Provia 100F. Un detalle, que todavía exista esta película en formato medio. En estas semanas atrás, expuse uno de los carretes de Ektachrome, y los dos rollos de Provia 100F en formato medio. Hoy os cuento la experiencia con la película de Kodak, y dejo para otro día la experiencia con la película de Fujifilm.

Los colores son bastante naturales. No se aprecia el exceso de amarillo que tenían hace un par de décadas las Ektachrome y las Elite de Kodak.
La saturación de los colores tampoco me parece excesiva; en esta escena creo que el laborante del escáner ha corregido en exceso la dominante azul de un escena en la sombra y sí que se aprecia un exceso de amarillo. Nada grave.

En dos sesiones, una matinal y otra vespertina, expuse la Ektachrome E100 con la Canon EOS100. En la sesión matinal, con el objetivo EF 40/2,8 STM, un objetivo de buena calidad, con una perspectiva muy estándar, que me gusta, y que hace del conjunto relativamente "compacto" para ser una cámara réflex.

En esa mañana, comenzamos con niebla, aunque fue despejando, quedando cerca del mediodía un día muy soleado, lo que provocaba en algunas escenas contrastes de luz importantes. En las escenas de niebla, sin problemas para que la película encajara el contraste de las mismas, pero en las escenas más soleadas, con zonas de sombra profunda, empezó a tener problemas, como era de esperar para encajar el contraste de luminosidades. De todas formas, me sorprendió favorablemente. Un caso emblemático es la fotografía bajo el puente, en el que tenemos unas altas luces importantes y unas sombras profundas, encontrando materia en toda la escena.

Una serie de escenas con el gran angular en las que se opta por conservar las luces, provocando unas sombras profundas; a veces excesivamente profundas. Unas son más convincentes, otras menos. El fotógrafo ha de saber evaluar la escena para decir si la foto se hace o no.

En la sesión vespertina, le puse a la EOS 100 un objetivo Olympus Zuiko 21/3,5, gran angular también relativamente compacto, diseñado para los tiempos de la película tradicional. Es un objetivo usable en cámaras digitales, pero se nota con estas la veteranía de su diseño. Pero con película tradicional pensé que podría dar buen resultado. La cuestión es que esa tarde también salió muy soleada, y en algunas de las fotografías el contraste era muy notable. Mandado a revelar a Carmencita Film Lab, el amable operador que las ha digitalizado me mandó un comentario sobre que algunas de las diapositivas estaba subexpuestas. En realidad, eso es opinable. Todo el carrete está expuesto midiendo con el modo de medición parcial, mide sólo sobre un círculo que ocupa el 9 % de la imagen. Hay quien llama a esto medición puntual, pero es un punto "gordo" y yo prefiero llamarle parcial. Dejo lo de puntual para cuando sólo se mide sobre un 1 a 3 % de la imagen. En cualquier caso, mido sobre una zona de la imagen que caiga en lo que Ansel Adams consideraría una Zona VI, y con el compensador de exposición en +1. Esto suele proteger las luces suficientemente. Pero a veces deja las sombras, cuando el contraste es muy potente, muy oscuras.

En general, la caída de la tarde es un buen momento para sacar partido del aspecto de la película diapositiva; el viñeteo del gran angular ayuda a concentrar la atención en las zonas más iluminadas de la escena.

Con el trabajo de digitalización que han hecho en el laboratorio, puedo afirmar que la película es muy nítida, los colores tienen la brillantez que habitualmente se atribuyen a la diapositiva pero sin pasarse de saturación en ningún momento, razonablemente natural. Y no aprecio el exceso de dominante amarilla, cálida le llamaban ellos, que con frecuencia surgía en tiempos en las diapositivas de Kodak y que me hacía preferir las inversibles de Fuji. Nitidez estupenda, y grano... yo no lo percibo.

Por lo tanto, estamos ante un buen producto, ante un material sensible excelente, pero que no sé si es lo que a mí me apetece usar habitualmente. Su limitada latitud de exposición limita las situaciones en las que se puede usar, aunque aprecio que estas son relativamente variadas. Su precio es muy elevado... muy muy elevado. Y no tiene la personalidad o el rendimiento específico de las películas negativas en color, como pueden ser las de la gama Portra o la Ektar. O equivalentes de Fujifilm. La verdad es que para obtener el tipo de imágenes que me ofrece la Ektachrome E100... puedo tirar en digital sin ningún problema. Pero es una muy buena película en mi opinión.

La caída de la tarde suaviza los contrastes, y la diapositiva vuelve a dar lo mejor de sí. Aunque si el sol hubiera estado más presente, o más avanzada la hora, haría falta un filtro degradado para compensar la diferencia de luminosidad entre el cielo y el suelo.