La fotografía como afición y otras artes visuales

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Fomapan 400 Ultra expuesto a un índice de exposición 200

En su momento ya comenté que hace unos meses compré un lote de rollos de película Fomapan por el simple hecho de que, para celebrar un aniversario de la marca Foma, se vendían con unos divertidos envases de vistosos colores. Muy modernistas, aunque claramente retro. Ya en su momento comenté mi experiencia con la Fomapan 200 Creative, que no había usado nunca y me agradó mucho, y con la Fomapan 100 Classic, durante una excursión al yacimiento arqueológico de Los Bañales. Pero me quedaban los dos rollos de Fomapan 400 Ultra, para los que no encontraba ocasión por haber dedicado a mis proyectos otras películas que me inspiran más confianza.

He de decir que ya había probado la película hace unos años, cuando la vendían con un envase más anodino. Que no me habían disgustado, pero que tampoco había encontrado motivo para preocuparme por ellas, existiendo como existen otras películas de la misma sensibilidad de más calidad y facilidad de compra. Los resultados de aquella ocasión se pueden ver en este enlace; la usé tanto a su sensibilidad nominal como forzada dos pasos. Lo que más me llamó la atención es la profundidad de sus negros, especialmente en las escenas con buena luz. Que daban buena impresión de nitidez a la imagen, pero que delataban que la sensibilidad nominal podía ser un poco justa. Las películas forzadas, en situación de escenas de bajo contraste, y con una cuidada medición para las sombras, no presentaban tanto este fenómeno.

Hace unas semanas, un conocido mío me dirigió a un artículo en internet en el que se hablaba de las bondades de esta película cuando se expone a un índice de exposición de 200, es decir sobreexponiendo un paso sobre su sensibilidad nominal, pero revelando con el tiempo que aconseja el fabricante para su sensibilidad nominal, ISO 400. Generalmente, cuando se subexpone una película, se recomienda disminuir el tiempo de revelado recomendado para reajustar la posición de sus tonos, especialmente los tonos medios. En esta ocasión, no. De esta forma, se garantizaría la correcta exposición de las sombras, manteniendo un contraste adecuado, y no disminuido como cuando se acorta el tiempo de revelado. Así que decidí probarla de esta forma.

Así que cogí los dos rollos y me dí una amplia caminata por las calles y las zonas periurbanas de Zaragoza en una tarde razonablemente agradable en los primeros días del mes de diciembre. Soleada. Algo fresquita. Con pocas nubes en el cielo. Luz que sin ser tan intensa como en verano, podía producir sombras profundas. La cámara escogida fue la Fujifilm GS645S Wide 60, con un filtro amarillo Heliopan #8, y la medición de la luz se realizó con el propio fotómetro de la cámara, que es razonablemente competente. El fotómetro está integrado en el cuerpo pero no mide la luz a través del objetivo. Por lo que si descuentas el paso de subexposición más la luz que se lleva el filtro amarillo, el fotómetro estaba ajustado a IE 100.

El revelado se realizó con mi revelador habitual, Kodak HC-100 dilución B (1+31), durante 7 minutos a 20 ºC. Como he dicho, este es el tiempo recomendado para una exposición a la sensibilidad nominal de la película, ISO 400. Quizá el resultado más sorprendente de la prueba es que la densidad de los negativos no parece ser significativamente más alta de lo que esperarías de unos negativos sobreexpuestos. Desde luego, aunque no se han aplicado mediciones técnicas a los mismos, da la impresión de que la película tiene una sensibilidad nominal demasiado optimista. Que probablemente está más cerca de los 200 que de los 400. Por otra parte, el contraste no es excesivo. Desde luego, en las escenas tomadas a la sombra, muy contenido. En las escenas más soleada... pues incluso hay que ajustar las sombras tras la digitalización para que no queden demasiado poco profundas.

Pero sinceramente,... me gustaron más los resultados de mi primera experiencia, con la película expuesta a su sensibilidad nominal. Es cierto que los valores más bajos de luminosidad están a riesgo de empastarse y que hay que medir con cuidado. Pero unos negros profundo dan una imagen más vistosa, sin sacrificar una razonable gama tonal. De todos modos, sigo diciendo que es una película perfectamente utilizable, pero hay alternativas más fáciles de encontrar en mi medio, algo menos baratas, pero de calidad contrastada y perfectamente adecuadas.

Dípticos: Pentax MX + Ilford FP4 Plus; el adiós al SMC-M 50/1,7

Os presentaba hace unos días los resultados de buscar el paisaje verde urbano y periurbano con la Hasselblad y un teleobjetivo corto y sobre película Kodak Ektar 100. Las fotos fueron realizadas en dos días consecutivos, un domingo y el lunes siguiente en el que me cogí un día de fiesta. Y en la caminata del segundo día se vino conmigo también mi fiel Pentax MX con el hasta ese momento no menos fiel SMC-M 50/1,7 y un carrete de Ilford FP4 Plus. Para mejorar el contraste de las fotografías, el 50 mm montaba un filtro rojo Heliopan #25.

La idea durante todo el camino fue la de presentar los resultados en forma de dípticos. Fotografías apareadas, bajo un criterio. Que en muchos casos es formal, y en otros tiene que ver más con historias o con motivos que probablemente no serán evidentes para la mayoría. Pero lo son para mí. Ahora no es el momento de hablar de eso. Quizá más adelante,... y probablemente en otro entorno. Pero digamos que mi interés habitual en fotografiar los espacios periurbanos de Zaragoza tienen que ver sobre todo el cambio, unas veces más rápido, otras más pausado, del paisaje de esos espacios.

Con respecto a la película y su revelado, no hay mucho que comentar. La Ilford FP4 Plus es una película de manufactura clásica, de grano fino, cúbico, no tabular como las más modernas, de sensibilidad... antaño decíamos "media", hoy con frecuencia oigo hablar del ISO 100-125 como "baja", bien contrastada pero sin estridencias, y que se maneja bien con cualquier revelador clásico. En este caso, Kodak HC-110 dilución A (1+15), durante 4,5 minutos a 20 ºC. La recomendada, con cierta confusión en distintas fuentes, para esta combinación. Un poco corto el tiempo para lo que me gusta... pero iba con prisa y tampoco me importaba mucho que hubiera un poquito más de contraste que el probablemente me hubiera dado la otra combinación recomendada, el HC-110 dilución B (1+31) durante 9 minutos a 20 ºC.

El filtro rojo vino bien para dar más solidez y contraste al cielo, especialmente cuando aparecieron algunas nubes en él. Bueno... más bien,... las nubes estaban, en abundancia, al principio de la caminata, y poco a poco fueron desapareciendo y haciéndose más escasas. En cualquier caso, hubo momento en que el filtro rojo vino bien, aunque también hubo alguna toma en el que no hizo falta... y lo quité, claro.

Pero lo mañana tuvo un resultado final imprevisto y no deseado. El objetivo Pentax SMC-M 50/1,7, que venía con la Pentax MX cuando la compré hace algo más de 20 años de segunda mano en Casanova Foto, en Barcelona, siempre había tenido una pieza, en la que se enroscan los filtros, un poco suelta, con un poco de juego. Nunca le he dado mucha importancia porque, no estando anclada al bloque óptico, no producía ningún efecto en la calidad de la imagen. Pero al desenroscar para una de las tomas el filtro rojo... se me vino al suelo. Se había roto por un punto. Supongo que siempre ha estado dañado por ahí. Quizá el dueño anterior le dio algún golpe, inaparente por otro lado. El caso es que... decidí jubilarlo. Con un apaño que le he hecho, ahora me sirve de lupa para examinar los negativos en la mesa de luz. Y lo he sustituido por un Pentax SMC-M 50/1,4, del que os hablaré otro día.

Kodak Ektar 100 con una Hasselblad y un 150 mm

No siempre me he encontrado cómodo con la Kodak Ektar 100. La película de sensibilidad baja, antaño se consideraba media, grano fino y alta saturación del antaño gigante americano venido a menos no siempre es fácil de manejar. Desde luego no es una película generalista. El rendimiento de sus colores puede ser adecuado en ocasiones... y bastante menos adecuado en otras.

Hace unas semanas decidí trabajar un poco esta película sobre una cámara de formato medio. Y elegí para ello la Hasselblad 500CM con un objetivo que uso poco el Carl Zeiss Sonnar 150/4 C T*. Es un teleobjetivo corto. Me cuesta hablar de equivalencias entre las focales de las Hasselblad, con fotograma de 56 x 56 mm aproximadamente, y las de las cámaras más habituales de formato pequeño, con fotograma de 24 x 36 mm. Aunque se pueda hablar de "equivalencias" basadas en las dimensiones de la diagonal del fotograma, lo cierto es que el formato cuadrado de la Hasselblad tiene exigencias específicas distintas de las fotografías casi panorámicas de la relación 3:2 del más común de los formato en película fotográfica. Por ello nos quedaremos con la idea de que es un teleobjetivo corto.

Hace tiempo que me he sumado a la idea de que el teleobjetivo corto es una focal tan respetable como cualquier gran angular para la práctica del paisaje. La idea, aislar el motivo principal, destacarlo. Con teleobjetivos cortos, es posible incluir suficiente información a su alrededor como para dar una idea del entorno, sin que este se "coma" al motivo principal. Un teleobjetivo largo tiene más dificultades para ejercer esta misión. Por ello los teleobjetivos largos en paisaje, sobretodo en digital, los uso para componer panorámicas o fotografías compuestas. Más información para ángulos de visión finales propios de focales más cortas.

La fórmula óptica de los Sonnar, muy querida a Carl Zeiss, fue la que la marca alemana usó para sus objetivos más luminosos en la era anterior a los revestimientos antirreflejos. Permitía utilizar un número de elementos ópticos adecuado a una corrección de la mayor parte de las aberraciones, permitiendo aperturas amplias que sus Tessar no permitían, y su limitado número de interfaces vidrio-aire permitía un mayor contraste que los Planar/Biotar que tenían un número de elementos parecido pero separados en más grupos. Los Sonnar siempre tuvieron el inconveniente de un importante curvatura de campo, lo que hacía delicado el calibrado de su enfoque en las amplias aberturas que se proponía. Pero en los teleobjetivos este es un problema menor que en ópticas más cortas, y la fórmula de los Sonnar siguió presente en el catálogo de Carl Zeiss.

En las fotos que muestro aquí podéis comprobar la visión que se obtiene a través de uno de estos objetivos. Con luz suficiente, la sensibilidad de la Ektar no supone ningún problema si se usa a mano alzada. Aunque en cuanto la luz empieza a bajar, el enfoque se vuelve delicado. La escasa profundidad de campo de estos objetivos hace que el enfoque por debajo del f/8 exija mucha atención. Y mi vista para las distancias cortas ya no es lo que era. En cualquier caso, es en estas situaciones de paisaje, aunque sea periurbano o suburbano, cuando la película brilla por la intensidad de sus colores, especialmente de los tonos rojos y naranjas, que todos asociamos al otoño. Espero que os gusten. Insistiré en esta combinación en un futuro, cuando las circunstancias lo permitan.

"Nueva" Ilford Ortho Plus; comparándola con la Rollei Retro 80S

A finales de octubre, tras una campaña para incrementar las expectativas de los aficionados a la fotografía con película tradicional, Ilford, el principal fabricante de películas en blanco y negro de la actualidad, y probablemente de las que tienen mejor calidad, es una opinión, anunciaba la "novedad" de la Ilford Ortho Plus. Una novedad que lo es de forma relativa. La emulsión no es nueva. Ya lleva un tiempo comercializada en hojas de película de gran formato. Lo que es novedad es que a partir de ahora también dispondremos de ella en película de 35 mm y en rollos de 120 para cámaras de formato medio.

Un paisaje con la Ilford Ortho Plus realizado con la Fujifilm GS645S Wide 60.

La Ortho Plus es una película ortocromática con una sensibilidad nominal ISO 80 para luz natural diurna. Para una escena iluminada por luz artificial se recomienda un índice de exposición de 40. Porque es ortocromática. ¿Qué significa esto? Pues que al estilo de las película más antiguas, la película es sensible a los azules y a los verdes, quizá también al ultravioleta próximo, pero su sensibilidad espectral decrece a partir del amarillo, no siendo sensible al naranja o al rojo. O muy poquito. Frente a esto, las películas habituales, denominadas pancromáticas, tienen sensibilidad extendida al amarillo, al naranja, y a parte de los rojos. Suelen ser "cegatas" a los rojos profundos. Y luego están las superpancromáticas, que extienden su sensibilidad hasta los rojos profundos e incluso hasta el infrarrojo cercano. Uno de estas últimas es la Rollei Retro 80S, que hasta el momento he utilizado exclusivamente para hacer fotografía infrarroja, colocándole a la cámara siempre un filtro IR 720, que impide el paso de la luz visible.

Decadente cabina telefónica fotografiada con la Rollei Retro 80S con una Leica M2 y objetivo Zeiss ZM Biogon C 35/2,8.

Encargué en cuanto fue posible, para probar las nuevas presentaciones de la Ortho Plus, cuatro rollos en formato 120. En principio, mi intención era simplemente ir haciendo fotos y ver cuán cómodo me encontraba con ella. Aunque no es barata. Con nueve euros por rollo, no es fácil sentirse "cómodo". Pero entonces recordé que tenía algún carrete de Retro 80S en el frigo y me dije, ¿por qué no compararlas?. No se trataba de hacer una comparación exhaustiva. No estoy cualificado para ello. Simplemente fotografiar las mismas escenas con ambas películas y comprobar luego la diferencia en los tonos debida a la diferente sensibilidad espectral. Y de paso, decidir cual de ellas me gusta más. Partiendo del hecho de que ambas tienen la misma sensibilidad nominal a la luz diurna, ISO 80.

Bar Las Nieves. Encuentren las diferencias entre las dos películas. Una pista... el letrero de la Coca-cola

Pero las cosas no son tan fáciles. Y salvo en situaciones muy bien definidas, hay que tener mucho cuidado a la hora de analizar las diferencias. Me explicaré contando cómo procedí.

La Ortho Plus, en formato medio, la expuse con la telemétrica Fujifilm GS645S Wide 60. Aunque esta cámara lleva un fotómetro incorporado bastante fiable, la medición de la luz la hice con el fotómetro de mano, mi fiel Sekonic L-408 Multimaster, con mis técnicas de medición habituales. Cuando la escena está uniformemente iluminada, una medición de luz incidente funciona estupendamente. Cuando hay zonas iluminadas y zonas de sombra, o el contraste es grande, una medición parcial de la luz reflejada permite valorar el contraste y exponer salvando la información en las sombras. La Retro 80S la expuse con la telemétrica Leica M2 con el objetivo Zeiss ZM Biogon C 35/2,8. La medición, en las tomas en las que fotografiaba la misma escena, era la misma exactamente que la usada con la Ortho Plus. Por experiencias previas, me constaba que ambos sistemas ofrecían exposiciones análogas dada una combinación de apertura y velocidad de obturación. Pero...

Pistas deportivas.

Voy a explicar también cómo he digitalizado las imágenes en esta ocasión. He usado el escáner de sobremesa Epson Perfection V600 Photo con al última versión del programa piloto del mismo proporcionado por Epson. Esta última versión, que salió hace unas semanas para adaptarse a Mac OS X Catalina, tiene en la práctica las mismas capacidades que la antigua, pero con una interfaz más agradable. Y algo más ágil. Cuando escaneo negativos en blanco y negro procedo de la siguiente forma. Abro el histograma y paso de la exposición automática que me ofrece. En los ajustes de entrada, llevo el punto blanco y el punto negro hasta los extremos del histograma, para evitar empastamientos de sombras o luces por minúsculos que sean. Si estos aparecen a pesar de todo, es porque la exposición del negativo es incorrecta. En los ajustes de salida, también llevo los ajustes hasta el 0 en las sombras y el 255 en las luces. De este modo suelo tener un archivo TIFF 16 bits con los extremos de la gama de grises ya ajustados, y con la más amplia gama de grises que se puede conseguir del negativo. Luego ya sólo queda hacer pequeños ajustes en los tonos medios con las curvas del programa de tratamiento de imágenes preferido. Con las fotos que presento aquí, no he hecho nada más.

Puente del tren.

Comentaré también el revelado. En ambas películas he utilizado Kodak HC-110 dilución B (1+31) a 20 ºC. Durante 6 minutos para la Ilford Ortho Plus y durante 8 minutos para la Rollei Retro 80S.

En los datos de revelado de la Ortho Plus no aparece en estos momentos datos para el Kodak HC-110. Ni los he encontrado en ningún sitio. Pero sí aparecen para el revelador Ilford Ilfotec HC, que siempre se ha dicho que es lo mismo. De hecho, muchas películas ofrecen los mismos tiempos para ambos reveladores, aunque la propia Ilford no. Tras investigar, llegué a la conclusión de que era seguro usar los mismos tiempos de revelado. El resultado fue bueno. Los negativos aparecían algo más densos de lo que esperaba, pero tengo la sensación de que eran pequeñas desviaciones debidas a los tiempos de exposición que ocasionaban ligeras sobrexposiciones. Se digitalizan bien, con abundancia de tonos y detalles. Más tratándose de formato medio.

Para la Rollei Retro 80S he utilizado el tiempo que aparece en la caja de la película,... que no es el mismo para nada del que se suele encontrar en muchos sitios. En este caso, sin embargo, los negativos aparecen, en su mayoría, no todos, algo menos denso de lo esperado. No hay empastamientos en las sombras salvo quizá en un par de negativos... pero eso sí que produce una cosa. Al ajustar el escaneo de los negativos como he comentado, estos aparecen sistemáticamente más contrastados que en la Ilford Ortho Plus. Y eso lo podréis observar en varios de los ejemplos que os he ido presentando. Un poquito, el efecto del forzado químico, pero vía el proceso de digitalización.

Hojas rojas.

¿Qué conclusiones saco? En los negativos que presentan una exposición similar, las diferencias entre ambas películas se pueden observar en la gama tonal cuando en la escena hay tonos de color diversos. En las fotografías "Bar Las Nieves" y "Hojas rojas" se aprecia perfectamente que los tonos rojos de los letreros o el tono de las hojas del árbol son más oscuros en la Ortho Plus, mientras que los cielos aparecen más contrastados y con más detalle en la Retro 80S. Lo esperado. El resto de las fotografías son difíciles de comparar por la diferencia de contraste debida a las diferencias de exposición en los negativos. Recuerdo que están tomadas con la misma apertura y la misma velocidad de obturación en dos cámaras que nunca habían mostrado diferencias de comportamiento.

Soto de Cantalobos

Por supuesto, hay más detalle y sensación de volumen en las fotografías de Ilford, que no se aprecia en las fotos que he puesto aquí. Pero es que los negativos son considerablemente más grandes. 2,7 veces más grandes. Pero aun así la Rollei Retro 80S aguanta bastante bien el embate. Su grano es muy fino, casi imperceptible a pesar del negativo más pequeño. No tengo medios para asegurarlo con precisión, pero cuando observo los archivos digitalizados a la misma ampliación, diría que casi tiene un grano más fino que la Ilford. Apreciación subjetiva. Tomároslo con precaución.

Y con todos los defectos que tiene esta comparación... ¿qué película me gusta más, diréis? Pues estoy sesgado por un hecho. Como tras realizar las fotos para la comparativa me quedaba más de medio carrete de la Retro 80S, un par de días más tarde, al salir de trabajar, como hacía un día y una luz muy agradable, me fui con la Leica M2 a dar un paseo. No llevaba el fotómetro, así que expuse a "ojímetro". Ya sabéis aquello de "soleado f/16" y a partir de ahí ajustar...

Lo cierto es que al aire libre, con luz diurna, mis estimaciones a "ojímetro" no se desvían mucho de lo que me informa el fotómetro. Y los negativos me quedaron en la misma tesitura que los que había expuesto bajo la rigurosa medición con el L-408. Ligeramente subexpuestos, pero sin que se empastasen las sombras. Igual va a ser que la Rollei Retro 80S tiene una sensibilidad real más cercana a los ISO 50 que los declarados ISO 80. En cualquier caso, el resultado final de estos negativos me gusta. Como tras digitalizarlos quedan algo más contrastados... llaman más la atención. En fin... os he dejado algunos para que los veáis. Y bueno... no tengo claro que me vaya a gastar habitualmente los nueve euros más los portes en la Ortho Plus. Supongo que para quienes necesiten una película para aplicaciones o rendimientos determinados... Pero para los demás, poned un filtro cian/azul claro al objetivo, y ya tenéis vuestro bloqueo de los naranjas y rojos.

Buscando el otoño en la ciudad; Canon EOS 650 con Fujicolor Superia X-Tra 400

Hace 10 o 12 días subí un primer artículo sobre buscar el otoño en la ciudad, con película negativa en color sencilla, de las pensadas para los aficionados y los usuarios casuales. En esa ocasión hablaba de la Fujicolor C200, la película más sencilla y barata del fabricante japonés. Hoy nos vamos a centrar en otra película de Fujifilm. Más moderna y, a priori, mejor. Con mayor sensibilidad. Me refiero a la Fujicolor Superia X-Tra 400, que ya me habéis visto utilizar en más de una ocasión.

El domingo que cargué le carrete de X-Tra 400 en la Canon EOS 650, que iba calzada con el EF 50/1,4 USM, no pensaba que fuese a hacer muchas fotos, y que el carrete me duraría un tiempo en la cámara, con fotos en distintas situaciones. Pero de repente, la luz de aquella mañana de domingo, que amenazaba con ser abundante y dura cuando salí de casa, quedó matizada por unas finas nubes que la difundían y la hacían menos agresiva. Así que me animé. Y terminé el carrete en una mañana.

Además de algunas fotos que hice en una exposición, de las que no pongo aquí ningún ejemplo, realicé algunas por el casco histórico de la ciudad antes de recorrer un tramo de la ribera izquierda del Ebro a su paso por Zaragoza, buscando los colores del otoño que, aunque presentes aquí y allí, se seguían retrasando.

La Superia X-Tra 400 tiene un paso más de sensibilidad nominal que la C200. Pero siendo una película más moderna, eso tiene poca incidencia en la granularidad de la fotografía. Quizá un poquito más en la X-Tra 400,... pero también puede depender la diferencia que se observa en las imágenes digitalizadas en diferencias en el procesado digital. Por ahí les irá. Lo que sí que se aprecia, dentro de que tienen la colorimetría muy similar, es que la Superia X-Tra 400 ofrece unos colores más saturados, más vivos. Lo que la hace más adecuada, teóricamente, paisajes.

Lo cierto es que ambas son película pensadas para un uso polivalente por el aficionado a la fotografía que no quiera gastar un dineral en película. La C200 se puede encontrar por precios tan bajos como los 3,50 euros en Fotoimpex. La Superia X-Tra 400 es notablemente más cara, con 5,80 euros en el mismo comercio en línea. La Fujicolor Pro 400H, por no salirnos del mismo fabricante y del mismo comercio, cuesta 9,95 euros.

He puesto los precios de Fotoimpex poco me resulta fácil encontrarlos y enlazarlos. No quiero decir que tenga una preferencia por ese comercio berlinés. Aunque cuando compras en cantidad, el coste del envío suele compensar porque los precios de los productos suelen estar más baratos que la mayor parte de los comercios españoles. Para pedidos más pequeños... pues no se compensan estos costes y no merece la pena, salvo que sea un producto que no se encuentre en los comercios en línea españoles. Pero hay otras consideraciones a la hora de comprar, cuando las diferencias de precio no son exageradas, como son el apoyo a las iniciativas locales y otras filosofías de venta. Eso es una decisión muy personal.

Bueno, de momento, nada más. Por supuesto, recordar que Kodak tiene sus equivalentes, y que tampoco están nada mal. Por ejemplo, la Kodak ColorPlus 200, la Kodak Gold 400 y la Kodak Portra 400, por poner las equivalentes a las mencionadas de Fujifilm. Bueno... la ColorPlus 200 aún es más barata.