La fotografía como afición y otras artes visuales

CARLOSCARRETER.ES

Mi cámara más antigua, del año 1948; cómo usarla

Zeiss Ikon Ikonta B (521/16)

Fotografiar con una cámara de medio formato es algo muy interesante, y divertido. Desde luego, hacerlo con una de medio formato digital es impensable por su coste absolutaente prohibitivo. Pero hacerlo con una cámara tradicional de película es algo perfectamente planteable. Sobretodo, porque en estos momentos hay muchas cámaras de venta de segunda mano u ocasión, y muchos modelos no son especialmente costosos. La estética del negativo de gran tamaño es muy interesante y, dado que obliga a tener una buena técnica para obtener buenos resultados, son muy pedagógicas.

Desde la primavera de 2012, tengo una Yashica Mat 124G, una reflex binocular, muy interesante, pero que tiene un problema. Es muy grandota; da pereza sacarla con frecuencia. Por eso, me apetecía tener algún aparato más llevadero. Aunque claro, por definición son más grandes que las cámaras de formatos más pequeños.

De vacaciones en Londres en octubre de 2013, en una tienda de material fotográfico clásico y de ocasión en Portobello Road, vi la cámara que os traigo hoy. Una Zeiss Ikon Ikonta B (521/16); sería un modelo de posguerra similar a un modelo anterior del mismo nombre pero con código 520/16. Si no estoy equivocado. La gente, cuando la ve, suele decir cosas como “qué maravilla” o “qué joya”. Pero lo cierto es que es un aparato de gama baja, aunque no la más básica del fabricante, y que no me costó mucho dinero; pero que funciona. Y plegadito, me cabe en un bolsillo de un chaquetón.

Os la muestro en fotos.

Aquí tenemos la cámara totalmente desplegada. No es muy grande. Más, teniendo en cuenta que el negativo tiene un tamaño de 54 x 54 milímetros.

El objetivo es un Novar-Anastigmat 7,5 cm f/4,5. Es una focal estándar, equivalente a un 43 mm en el formato estándar de película de 35 mm, y tiene un diseño muy sencillo. Tres elementos en tres grupos. Como comentaremos más adelante, el revestimiento, si es que lleva, no hace maravillas.

Hay que enfocar por estimación. No lleva ninguna ayuda para el enfoque. Pero vemos que tanto en la escala de enfoque (en metros) como en la de diafragmas hay un punto rojo, que es una indicación para usar la hiperfocal cuando la luz en el ambiente lo permite.

El visor es muy sencillo, y plegable. En el elemento anterior vemos la indicación del formato del negativo, redondeando 6 x 6 cm, así como la focal del objetivo, 7,5 cm.

El visor visto por detrás; el recuadro donde se aplica el ojo no es muy grande, y además hay que tener cuidado al encuadrar. El error de paralaje puede llevar a “cortar cabezas”.

En la trasera de la cámara, además de la identificación del modelo, Ikonta 521/16, vemos la ventanilla con el cristal rojo para contar las exposiciones realizadas, que vienen impresas en el papel que protege la película en los rollos de formato 120.

Una de las cuestiones que más extraña a la gente que no conoce las cámaras más antiguas o clásicas, es que es necesario montar el obturador antes de disparar. Eso se hace con la manivela que vemos sobre el selector de velocidades de obturación. En la posición vertical que vemos en la foto, no es posible tomar la fotografía.

Cosa que sí es posible en la posición horizontal que vemos en esta otra imagen. El obturador, Kilo, como vemos grabado en el frontal del objetivo, es de gama baja, y no alcanza más que 1/175 segundo. Muy escaso aparentemente, aunque hay que tener en cuenta que cuando la cámara salió al mercado, una sensibilidad de 100 ASA / 21 DIN (entonces no existía la norma ISO), se consideraba ya una sensibilidad alta. Con el diafragma cerrado a f/16, la cámara admite sensibilidades de hasta 200 ISO a pleno sol. Más sensibilidad, implica sobreexposición.

En una excursión reciente al Monasterio de Rueda, Escatrón y las saladas de Sástago/Bujaraloz, me la llevé; con algunos carretes de película en blanco y negro Ilford XP2 Super. Esta película es para revelado en proceso C41, como el de las películas negativas en color. Pero también se puede revelar como cualquier otro negativo en blanco y negro, con resultados razonables. Especialmente si se expone a 100 o 200 ISO, en lugar de a su sensibilidad nominal de 400 ISO. Por evitar el excesivo grano.

Como las circunstancias de toma fueron muy variables e imprevisibles, para evitar sorpresas, opté por un tipo de revelado que no es el mejor, pero que ayuda a salvar situaciones malas. Se trata del revelado desatendido en Rodinal a 1+100, durante 90 minutos. Lo cierto es que la mayor parte de los paisajes no lo necesitaban, y se hubieran beneficiado de un revelado más convencional. Pero las tomadas en el claustro del monasterio, con contrastes muy fuertes, agradecieron este revelado compensador. 

Veamos con fotografías los resultados.

En situaciones de contrastes muy elevados, la cámara no se maneja muy bien, ya que las fuentes potentes de luz producen pérdidas de contraste. Por lo que las fotografías tomadas en el claustro del Monasterio de Rueda son muy regulares. Intentaré digitalizarlas de nuevo para ver si se puede apañar de alguna forma. En cualquier caso, se nota que el objetivo no está fabricado por Carl Zeiss, a pesar de la marca de la cámara. Por lo que he leído, los Novar-Anastigmat se subcontrataban a otros fabricantes como Rodenstock o Steinheil, que no disponían de las avanzadas técnicas de revestimiento que en aquel momento tenían ya los objetivos Carl Zeiss, como los modelos Tessar.

Sin embargo, en cuanto nos enfrentamos a este paisaje del río Ebro, con una luz suave a primeras horas de la tarde, y con el suave contraste que produce el revelado desatendido, tenemos una estupenda gradación de tonos y una imagen que sin ser un prodigio de resolución, es muy agradable.

Desconozco que ha sucedido en un momento dado, pero ha habido algún negativo que ha aparecido lleno de motas negras. Estas son propias de suciedad en el momento de la toma. Una pena, porque esta imagen del azud del Ebro en Escatrón, a la altura del monasterio, podría haber quedado muy razonable.

Como el enfoque es por estimación, y la profundidad de campo en formato medio no es muy grande, he usado diafragmas relativamente cerrados. Entre f/8 y f/11. Como la luz no ha sido muy fuerte en ningún momento, con un índice de exposición de 200 es posible disparar a f/11 y 1/175 segundo. Esto produce una sobreexposición de aproximadamente un paso sobre la sensibilidad nominal de la película 400 ISO, que le sienta muy bien, ya que produce un grano muy contenido, y una buena gradación de tonos.

A pesar de estar en diafragmas de ese tipo, un enfoque a corta distancia, entre 2 y 3 metros, produce un agradable desenfoque en el fondo.

Esta imagen ha quedado razonablemente bien por los pelos, ya que los contraluces le sientan fatal a este objetivo. De hecho, encima de “Camino Jacobeo del Ebro”, ya se percibe una pérdida de contraste por los reflejos internos del objetivo.

Trasladados a las saladas que hay entre Sástago y Bujaraloz, la buena luz del atardecer es ideal para usar esta cámara. De hecho, al usar un revelado compensador, he tenido que usar el Lightroom sobre el archivo digital obtenido del escáner para recuperar bastante contraste. La fotografía había quedado demasiado plana. En un proceso puramente físico-químico, habría que haber usado papel de alta gradación para remontar el contraste.

En cualquier caso, queda claro que en las condiciones adecuadas es una cámara perfectamente utilizable y muy disfrutable, en un proceso mixto película-digital.

Así que con estas imágenes de las antiguas salinas que hay junto a la salada, humedal de la estepa monegrina, me despido confiando en que esta experiencia que os he contado os haya gustado.