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Usando un "clásico" soviético - Industar-22 con una leica digital

Estas semanas atrás comencé a contar mi experiencia con el sistema CANON EOS, sea en versión para película tradicional o en versión digital. Me queda un último artículo, pero antes he decidido tomar un pequeño desvío para no caer en la monotonía.

En la primavera de 2013 visité el mercadillo de coleccionismo que se celebraba en el centro cívico del barrio de OLIVER en ZARAGOZA. Fui sin más expectativa que curiosear y hacer alguna fotografía de los expuesto a la venta si se terciaba. El caso es que encontré algunos puestos con material fotográfico antiguo. Especialmente alguno con cámaras y objetivos fabricados en la extinta UNIÓN SOVIÉTICA, bajo las habituales marcas ZORKI (Зоркий) y FED (ФЭД). Las primeras se manufacturaban en una fábrica cerca de MOSCÚ, mientras que las segundas se hacían en JARKOV, en lo que hoy es UCRANIA. Buena parte de las cámaras que se fabricaron con estas denominaciones eran copias más o menos descaradas de las cámara LEICA y otros modelos del mundo occidental en la época.

Una FED y una ZORKI en la feria de coleccionismo - ambas lucen el mismo objetivo aunque bajo distinta marca: FED e INDUSTAR-22

Como podéis ver en la fotografía, las cámaras lucían unos objetivos con un aspecto muy característico ya que fue muy copiado en todo el mundo. Externamente muy similares al mítico ELMAR 50/3,5 con que LEITZ CAMERA dotó a sus primeras cámaras LEICA, la fórmula óptica correspondía al TESSAR de CARL ZEISS, cuyas máquinas, diagramas y materiales, especialmente los vidrios ópticos, de la fábrica de JENA (ALEMANIA) se llevaron a la UNIÓN SOVIÉTICA al terminar la guerra. Las inscripciones de las objetivos de las dos cámaras, como indico en la fotografía, son distintas según el lugar de fabricación. Pero de hecho, salvo estas cuestiones cosméticas, son el mismo objetivo.

Como estaba a la venta suelto uno de ellos por un precio muy asumible, me lo compre. Se trata de un INDUSTAR-22, que como su nombre no indica tiene una focal de 5 cm (50 mm) y una abertura máxima f/3,5. Con ese nombre, que no es un FED, deducimos que es el modelo fabricado cerca de MOSCÚ. Durante unas semanas lo usé con distintas cámaras. Principalmente digitales y para fotografías en color.  Y salvo las notables pérdidas de definición a plena abertura y de contraste cuando el sol u otra fuente de luz puntual se encuentra frente al objetivo, no van mal del todo. Se puede hacer fotos.

Veamos un poco las características de esta pieza optomécanica. Su aspecto externo es muy similar al de un ELMAR 50/3,5 como ya hemos dicho, hasta el punto de que los accesorios externos de estos, como filtros o parasoles, se pueden montar sin problemas sobre él. La montura es de rosca, con el mismo paso que la montura de rosca de LEICA, por lo que se puede utilizar con toda la gama de cámaras telemétricas de la marca alemana, tanto las que originalmente llevaban esta montura, como las que llevan montura de bayoneta M, mediante un adaptador. Las fotos que aquí presento tomadas con este objetivo, fueron realizadas con una cámara telemétrica digital, LEICA M-E, de la que ya hablaré más extensamente en otra ocasión.

El INDUSTAR-22 montado sobre la LEICA M-E
El ELMAR montado sobre la M-E y a su lado el INDUSTAR-22 que lleva acoplados un filtro amarillo Nº 2 y un parasol originalmente fabricados para el ELMAR

Las cosas funcionan de forma "casi perfectas". Lo cierto es que, desde el punto de vista mecánico el INDUSTAR-22 consigue adoptar los defectos del ELMAR y eliminar algunas de sus virtudes. El accionamiento del diafragma es difícil, en el frontal del objetivo, como el ELMAR. Está pensado más bien para que el fotógrafo acomode un diafragma con una abertura razonable, por ejemplo f/8, y la deje ahí quieta, modificando la velocidad de obturación para ajustar la exposición. Sin embargo, las distancias de enfoque y la escala de profundidad de cambio las tiene intercambiadas con respecto al ELMAR, lo cual es un error porque de cara a enfocar por zonas, práctica muy conveniente con este tipo de cámaras y ópticas, no siempre podemos apreciar con claridad la profundidad de campo para un diafragma dado. Cosa que con el ELMAR es muy sencillo.

Aquí apreciamos la rueda de diafragmas rodeando la lente frontal y ajustado en un valor entre 4 y 5,6 - no hay clicks para fijarlo a un determinado valor sino que es un continuo como el ELMAR
La escala de profundidades de campo está en el barrilete del objetivo y gira mientras que la escala de distancias de enfoque es fija en la montura del objetivo - incómodo

En cuanto al rendimiento óptico, como ya he dicho la fórmula corresponde a un TESSAR de CARL ZEISS, un conjunto de cuatro elementos dispuestos en tres grupos. El ELMAR tiene una fórmula que se le parece mucho, pero con el diafragma situado en una posición más adelantada que el TESSAR. Por ello, parece que los expertos lo consideran como una fórmula distinta. En cualquier caso, esta fórmula óptica fue muy popular durante décadas, copiada por multitud de fabricantes, y en general con muy buenos rendimientos a poco que se fabricase con un poco de cariño. No permite aberturas de diafragma muy grandes, pero su escaso número de elementos hace que sea más resistente a las pérdidas de contraste por las reflexiones internas de la luz al rebotar contra las lentes. Esta formula suele dar a plena abertura una imagen razonablemente nítida en el centro con las esquinas y los laterales francamente menos nítidos. Pero mejora progresivamente conforme se cierra el diafragma dando buenos resultados a partir de f/5,6 o f/8 dependiendo de la habilidad del fabricante.

Teóricamente, el objetivo tiene las lentes revestidas con una capa antirreflejos, lo cual viene indicado por la letra cirílica П (equivalente a una p mayúscula), pintada en rojo. Pero cuando se utiliza este objetivo frente a luces puntuales de frente o en escenas fuertemente contrastadas, se pueden producir pérdidas de contraste notables, especialmente a aberturas importantes.

Entonces, os podréis preguntar si es un objetivo de juguete o si puede tener un uso más serio. Pues la cuestión es que el problema del material de origen soviético no es que fuera malo por sí mismo. El problema era que tenía unos controles de calidad prácticamente inexistentes. Por lo tanto, estos objetivos son una lotería. Si una determinada unidad está bien construida y ajustada, puede funcionar sin problemas y dar unos resultados razonables, considerando las limitaciones de su diseño original y su época de fabricación, los años cincuenta. Y os lo muestro con algunas muestras más, también tomadas con la LEICA M-E, pero en esta ocasión pensadas para ser reveladas en blanco y negro.

El BATALLADOR sale bien fotografiado a f/8 y con una buena luz lateral
Este juego de sombras y luces, texturas y líneas, exige más cuidado por los contraluces involucrados - hay que trabajarse más a fondo el revelado en LIGHTROOM
En esta toma no se puede evitar una cierta pérdida de contraste debida al sol de frente (aunque escondido por el ciprés)
Enfocando por zonas (f/8 a 3 metros) y con contraste moderado o suave el objetivo se comporta sin problemas - sólo hay que subirle un poco el contraste en el revelado