La fotografía como afición y otras artes visuales

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Recomendaciones semanales - del 20 al 27 de agosto de 2017

Últimas recomendaciones del mes de agosto de este 2017 en una semana en la que la red, por la enorme influencia que tiene Estado Unidos en los contenidos de la misma, ha estado preocupado más por las fotos del eclipse total de sol que ha habido en aquel país que por otras cosas. Bien es cierto que durante el mes de agosto el nivel de novedades o propuestas que han surgido en cuestión de fotografía ha sido más flojo cuantitativamente hablando. Pero bueno... cosas hay. Y además me ha salido una recopilación muy japonesa. Debe ser que como en estas semanas estoy leyendo ficción procedente de ese país, estoy más receptivo.

Las fotografías acompañantes no son nuevas. Son de este invierno pasado, realizadas con la Olympus Pen EE-3 sobre película negativa en blanco y negro Ilford FP4+ revelada en su momento con HC-110. El porqué del rescate ahora de estas imágenes es porque he estado probando un nuevo sistema de procesado de los archivos resultantes de la digitalización de estos negativos con una cámara digital y un objetivo macro. He buscado una combinación de pasos entre Adobe Photoshop Lightroom y Affinity Photo que me hicieran ser más eficiente e ir más rápido en el procesado de los mismos. Y creo que lo he conseguido.

En Cultura Fotográfica han dado un buen repaso a la vida y obra del fotógrafo norteamericano de la agencia Magnum Photos David Alan Harvey. Fotógrafo muy veterano que lleva más de medio siglo en la brechas, y sigue bastante fiel a la fotografía con película tradicional prefiriendo las emulsiones de sensibilidad media o baja, y las ópticas fijas tradicionales del reportero, el 35 y el 50 mm. Es un fotógrafo con una vocación fundamentalmente documental que tan magistral se muestra con el blanco y negro como con el color. A mí, su obra en color especialmente, me gusta bastante.

Otro repaso a la obra global de un fotógrafo viene de la mano de Oscar Colorado. Mejor dicho, de una fotógrafa, la alemana Rut Blees Luxemburg. Y se le nota que es una fotógrafa contemporánea y muy alemana, porque está dotada de esa capacidad de documentar sistemáticamente, de forma casi obstinada y persistente, el objeto de su trabajo que no es otro que el entorno urbano contemporáneo. Obra de carácter muy etnográfica, que sin embargo no me resulta tan fría como la de algunos de sus compatriota que recorren senderos similares, especialmente los discípulos de la escuela de Düsseldorf. Es una pena, pero su página web no parece funcionar muy allá. Por lo menos con los navegadores que uso yo en casa.

Seguimos con la serie On the Road de la agencia Magnum Photos, y en esta ocasión acompañaremos al francés Raymond Depardon, que también se sintió atraído como muchos fotógrafos europeos por la inmensidad del oeste y el sur de los Estados Unidos. Han pasado ya tres décadas y media desde sus periplos por los desiertos de California, Arizona o Nuevo Méjico, con su mezcla de fotografía documental y paisaje, con una mirada curiosa y a veces divertida, al mismo tiempo que asombrada por la inmensidad de los espacios naturales y humanos. A mí, Depardon, es un tipo que me cae bien. Y también empieza a hacerse mayor...

Cambiamos totalmente de tercio, y me resulta interesante el artículo en Creative Boom sobre las relaciones de los jóvenes en los clubs... bares/discotecas les llamaríamos nosotros, creo,... que ha ido buscando el fotógrafo Ewen Spencer. La adolescencia es una época de la vida que atrae con frecuencia a los fotógrafos. En esta ocasión, podemos observar en las ásperas fotografías de Spencer esa mezcla de autafirmación y vulnerabilidad simultáneas que se produce en esta edad, la osadía en las relaciones entre el romance y el puro hedonismo, que se mezcla con la inseguridad ante las mismas, cuando no con el fracaso a la hora de establecerlas. No veremos fotos bonitas, con su flash directo sobre los chicos y chicas que bailan, beben, conversan o se enrollan, pero sí que nos meteremos un poquito en sus vidas.

Ya he dicho que iba a haber mucho contenido procedente del País del Sol Naciente, y empiezo con una historia que engarza con la anterior. En la revista digital de Lomography, que cada vez mejora más sus contenidos yendo a historias más sustanciales que sus fotos espontáneas casí convertidas en un cliché, aparece un artículo abundantemente ilustrado con fotografías de la época del fenómeno de las sukeban. A finales de los años 60 y sobretodo en los 70, surgió en Japón un movimiento contracultural de chicas jóvenes se agrupaban en bandas y que rompían, o al menos lo intentaban, con los estereotipos y papeles preasignados a las jóvenes y a las mujeres en ese país. Aun hoy todavía se orienta a las chicas japonesas al matrimonio y a un papel secundario tras el varón, siendo la cultura dominante la de las chicas monas, kawai, que buscan atraer con su feminidad tópica al chico, que aparece más fuerte e inteligente. Estas jóvenes se opusieron a este hecho. Tengo la sensación que con poco éxito, y que su imagen se subvirtió posteriormente, especialmente hipersexualizándola a beneficio de los machos dominantes. Pero aun deben quedar restos de esta subcultura. El artículo remite a otro de hace más tiempo en Dazed Digital, con menos imágenes pero más profundidad en el texto.

En LensCulture tenemos un artículo del fotógrafo Kenji Chiga, fotógrafo japonés natural de Shiga, que lleva ocho años viviendo en la capital Tokio. Chiga reflexiona sobre el hecho de que a pesar de ser una ciudad extraordinariamente populosa, los círculos de relaciones son pequeños. Es difícil establecer relaciones, hay mucha soledad, y se puede considerar a la capital nipona como el hogar de nueve millones de extraños. El fotógrafo, en un momento dado, utilizó una aplicación de contactos del teléfono móvil para conocer a algunos de esos extraños, no con intenciones románticas, sino para saber quienes son algunos de esos extraños con los que se encuentra habitualmente. Sus fotos se encuentran a caballo entre lo documental y lo conceptual y hacen hincapié en el aislamiento de las personas o en los extraños objetos o situaciones que esconden historias que sólo podemos imaginar.

Otro fotógrafo nipón que me interesó esta semana es Toru Ukai. No recuerdo, no señale correctamente la dirección de la página, dónde encontré la referencia a este fotógrafo. Aunque mucho más irregular en su obra, quizá porque no selecciona con cuidado las fotografías limitando los porfolios a las más significativas, algo muy difícil de hacer, también es un fotógrafo que dirige su mirada a estructuras ocultas de la sociedad moderna. También dirige su mirada hacia la soledad y la separación entre las personas de las grandes ciudades. Pero quizá sean más interesantes sus miradas hacia las estructuras e inaparentes que hacen funcionar, bien o mal, estas ciudades, estas sociedades. Ya digo que me parece más irregular, pero tiene algunas fotografías que me resultan muy sugerentes.

Y termino con una última recomendación colectiva que nos viene también de LensCulture. En uno de sus artículos nos proponen repasar la obra de nada menos que doce fotógrafas japonesas contemporáneas, con una diversidad de estilos e influencias, que hacen plantearse la preguntar sobre si podemos hablar realmente de una mirada femenina, asociada o no a un origen común, o si cada individuo es una mirada propia, indiferente o no al género al que se asigne. En cualquier caso, no he tenido todavía ocasión de repasar a todas estas autoras individualmente. Intentaré hacerlo estos días, y quizá os traiga a estas páginas un comentario sobre las que me han parecido más interesantes.