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Impossible Black and White en la sierra de Armantes

Llevo un retraso horrible a la hosra de recopilar en estas páginas las series de cartuchos de película instantánea. Creo que con el que presento hoy, que es del mes de septiembre, son cuatro los que tengo recopilados. Uno de ellos todavía no ha empezado a aparecer en mi cuenta en Instagram, por lo tanto en realidad son tres los cartuchos que no han sido presentados de forma agrupada.

Así que sin más demora, y con casi tres meses de retraso desde que se expusieron estas fotos, os pongo el reportaje "instantáneo" de una tarde domingo a finales de septiembre en la sierra de Armantes, cerca de Calatayud.

Cámara: Polaroid Image System SE.

Película: Impossible Project Black and White type Spectra.

Tarde de paisajes en la sierra de Armantes - Muy bien hasta que,... "mal"

Entendámonos. El "mal" es relativo; como decía aquel, "si se puede arreglar con dinero". Pero maldita sea la gracia que me hacía tener que rascarme el bolsillo porque un teléfono móvil decidió ir por libre mientras recorríamos un pinar de regreso al coche, volviendo de una muy agradable tarde fotografía de paisajes en la sierra de Armantes. Este es un curioso paraje no lejos de Calatayud, que muchos comparan con Monument Valley. Creo que hay algunas diferencias de magnitud, no obstante... creo.

En fin. Que el puñetero móvil se me perdió mientras triscábamos entre los pinos cuando ya oscurecía, avanzando a la luz de las linternas. Aquí la última fotografía que hice con él, una copia que subí por ayer domingo por la tarde a las redes sociales. El fichero original no tuvo ocasión de sincronizarse con la "nube", y no lo he podido recuperar.

Nos dirigimos hacia el lugar, situado en el Sistema Ibérico zaragozano, entre la vega de los ríos Manubles, Ribota y Jalón, ayer domingo por la tarde, con tiempo para llegar, orientarnos y situarnos. Ciertamente, las formaciones denominadas "castillos" o "castillejos" son muy notables, estética y fotográficamente apetecibles.

Aquí os presentaré algunas vistas realizadas con la pequeña Panasonic Lumix GM5, que le tiene mucho más cariño a mis bolsillos que el desagradecido teléfono de marras. Eso sí, para que me quepa en un bolsillo, la GM5 va calzada del pequeño G 1:2,5/14 ASPH, un pequeño gran angular de tipo pancake, que da muy buenos resultados a condición de que lo diafragmes un poquito. A plena apertura, las esquinas son más flojitas y viñetea bastante el condenado. Pero bueno... está bien.

Estos llamados "castillos" o "castillejos" están formados por sedimentos de arcillas y margas que han quedado elevados de su entorno, más resistentes a la erosión que los yesos que los rodean.

El viento y el agua, escasa esta en la zona, pero a lo largo del tiempo su efecto se va acumulando, se han ocupado de esculpir las formaciones con formas más o menos caprichosas, esbeltas y elegantes.

La pequeña GM5 me la llevé un poco por casualidad. Su objetivo para la jornada era simplemente el de adquirir unas cuantas tomas digitales que me sirvieran para compartir en el blog y en las redes sociales. Cosa que también podría haber hecho simplemente con el móvil. Y entonces, sin tener que pelearse por es espacio en mis bolsillos, igual hubiera vuelto conmigo a casa. Pero soy persona que considera que por mucho que se puedan hacer muchas cosas interesantes con los móviles en la cosa fotográfica, todavía no igualan a un aparato expresamente diseñado, con un poco de talento, para tal fin.

Evidente, el teléfono móvil se enfadó. Y ya veis las consecuencias.

Como he venido haciendo durante el verano en distintas excursiones de interés paisajístico o fotográfico, he sido fiel a la idea que ya comenté en su momento de seguir el ejemplo de Bernard Plossu, y caminar por el mundo simplemente con una cámara mecánica para película tradicional, calzada con un simple 50 mm. En esta ocasión, me llevé la Leica M2 con el Carl Zeiss 50mm f/2 ZM Planar. Con seguridad uno de mis objetivos más nítidos. Me llevé algunos carretes de película negativa en color, de los que usé un Fujicolor C200, mientras la luz fue muy abundante, y un Fujifilm Superia XTRA 400, para cuando el sol fuese bajando y perdiendo potencia luminosa.

No creáis. La XTRA 400 no es menos nítida ni se aprecia más su grano que con la modesta C200. Pero este último carrete llevaba ya tiempo en casa, y era un buen momento para deshacerse de él, y pasar en un futuro a usar exclusivamente su hermana más prestigiosa y algo más sensible.

Tardaré todavía unas semanas en poder enseñar el resultado. Me voy dentro de pocos días de viaje, y no mandaré a revelar los carretes hasta que vuelva. Junto con algún otro que haga esta semana.

También me llevé, como he venido haciendo durante el verano, la Polaroid Image System SE con un cartucho de Impossible Project Spectra Black and White. Ya sólo me queda uno en la nevera con esta marca. Los que encargué dentro de unas semanas ya vendrán con la marca Polaroid Originals. En cualquier caso, cuando les llegue su turno, estas instantáneas irán apareciendo en mi cuenta de Instagram.

Solo me queda terminar agradeciendo doblemente al amigo José Miguel Aznar, también conocido como Masjota, por haberme invitado a esta excursión permitiéndome conocer el paraje, y por haberse ofrecido a volver hoy con su 4x4 al lugar a intentar encontrar el teléfono. En principio acepté el ofrecimiento, pero luego me di cuenta que el asunto tenía un serie de problemas que ayer por la noche no percibí... así que teléfono nuevo tengo desde hace unas horas. Igual me dedico a hacer unas cuantas fotos un rato de estos para comentar sus capacidades fotográficas.