La fotografía como afición y otras artes visuales

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El 2016 en fotos (2): De película

En 2016 se ha producido un cambio notable en mis costumbres fotográficas. Si hasta el año pasado y durante las últimas rondas solares la fotografía con película tradicional era un complemento o un entretenimiento que se producía de vez en cuando, pero mi forma de fotografiar principal era la toma digital, en este año ha cambiado. En proyectos muy concretos y en los viajes, la toma digital es la predominante. Pero para mis paseos, para mi entretenimiento cotidiano, para el día a día, la película tradicional ha ocupado un lugar principal. 2016 ha sido también un año donde he hecho muchas pruebas, algunas con éxito, otras con menos. Las iré resumiendo mes a mes.

ENERO

Dos temas fundamentales. El primer el taller de fotografía estenopeica con Beatriz Aisa que reunió a ocho aficionados con esta estupenda fotógrafa y persona. El segundo la fotografía en interiores con Cinestill 800T, película cinematográfica adaptada a un uso como película negativa color de alta sensibilidad calibrada para luz de tungsteno. En ambos casos, experiencias muy satisfactorias.

Fotografía estenopeica
Canon EOS 100 + EF 50/1,4 USM + Cinestill 800T

MARZO

Habiendo anunciado el fabricante chino de las cámaras Holga que cesaba la producción de estas cámaras, me hice con un modelo básico. Sin flash, con lente de cristal. Lo probé en la excursión a Anento con Fotógraf@s en Zaragoza.

Holga 120N + Tri-X 400

MARZO-ABRIL

Con febrero un mes un poco anodino en experiencias fotográficas, marzo y abril fueron sin embargo dos meses de gran experimentación. Fundamentalmente, durante esos dos meses me hice con una serie de objetivos antiguos con montura de rosca M42, de los cuales uno japonés, el Takumar 35/2 de Pentax, y el resto una colección de diversos 50 - 58 mm de los países de la antigua Europa comunista, especialmente la República Democrática Alemana y la Unión Soviética. Con ellos vinieron alguna cámara Praktica y Zenit, a precios absolutamente ridículos. La Zenit fracasó poco después. Pero es poco importante.

Pentax MX + Takumar 35/2 + Portra 160
Pentax MX + Takumar 35/2 + Portra 400
Zenit E + Industar 50-2 50/3,5 + Fujifilm Acros 100
Praktica MTL 5 + Carl Zeiss Jena Tessar 50/2,8 + Portra 400
Praktica MTL 5 + Carl Zeiss Jena Tessar 50/2,8 + Portra 160

ABRIL

Con abril llegó también la primera de las dos quedadas analógicas que se han celebrado, con gentes de Fotógraf@s en Zaragoza (FeZ) y la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza (AFZ). Desarrollada en el entorno de la Expo 2008, tres cámaras distintas me llevé. Aunque una de ellas quedó tocada y averiada. No sin antes proporcionarme unas dobles exposiciones muy interesantes. Y también estrené un objetivo de la antigua RDA...

Voigtländer Perkeo II + FP4 Plus
Pentax MX + Meyer Optik Görlitz Trioplan 50/2,9 + Acros 100
Olympus mju-II + Kodacolor 200

También sucedió algo que plantó en mí la semilla de la inquietud por la fotografía instantánea, aunque tardaría unos meses en germinar. Emilio Molins se llevó su Instax Wide.

Olympus mju-II + Kodacolor 200.

MAYO

En mayo estaba encantado con los dos pequeños objetivos de tras el telón de acero, que con la Pentax MX hacen un equipo compacto y ligero. Y capaz de funcionar en condiciones impensables para mí.

Pentax MX + Trioplan 50/2,9 + Kodacolor 200
Pentax MX + Trioplan 50/2,9 + HP5 Plus

JUNIO

En el final de la primavera y principios de la primavera hice cosas diversas, pero destacaré dos de ellas. La excursión a Bubal y Jaca con Fotógraf@s en Zaragoza, a la que me llevé la Hasselblad 503CX, y el viaje a Islandia, al que me llevé la Olympus mju-II.

Olympus mju-II + Kodacolor 200
Hasselblad 503CX + Distagon 50/4 + Ektar 100
Olympus mju-II + Tri-X 400

JULIO

Julio estuvo cargado de experimentación. Por ejemplo, fotografía estenopeica sobre película con una Holga Wide Pinhole o con una Ondu 6x12 Multiformat.

Holga Wide PInhole + FP4 Plus
Ondu 6x12 Multiformat + Kodak Portra 400

También usando la película cinematográfica Cinestill 50D, de baja sensibilidad y calibrada para luz de día, adaptada a su uso como negativo en color tradicional.

Pentax MX + Helios 44 58/2 + Cinestill 50D

Y me hice con un zarrio, una Vivitar Ultra Wide & Slim, cámara de plástico con un gran angular en el entorno de los 21 mm, y que tengo que aprovechar más. No da gran calidad, pero es muy expresiva.

Ambas fotos: Vivitar Ultra Wide & Slim + FP4 Plus

AGOSTO

En agosto usé varias cosas, pero lo más destacable o específico fue que desempolvé mi cámara más antigua, la Agfa Billy de 1928, con la que con un poco de cuidado se pueden conseguir fotos muy interesantes. Y con su negativo de 6 x 9 cm, recoge información en cantidad a pesar de su flojo triplete como objetivo. También, con esta serie comencé a experimentar con el revelado de la Ilford XP2 Super como película en blanco y negro tradicional en lugar de proceso C-41. Con buenos resultados.

Ambas fotos: Agfa Billy o Jgestar 8,8 + Ilford XP2 Super

SEPTIEMBRE

Este mes también fue dado a experimentar y probar cosas. Usé más la Hasselblad 503CX, probé los procesos forzados con película Portra 400 y me llevé la Fuji GS645S a una excursión al matarraña con Fotógraf@s en Zaragoza. Un no parar.

Hasselblad 503CX + Sonar 150/4 + Ilford XP2 Super
Las dos fotos anteriores: Canon EOS 100 + EF 40/2,8 STM + Portra 400 @ 1600
Fujifilm G645S + Portra 400

OCTUBRE

Empecé este complejo mes con una quedada de Fotógraf@s en Zaragoza a la que me llevé la Hasselblad 503CX.

Hasselblad 503CX + Planar 80/2,8 + Portra 400
Hasselblad 503CX + Sonar 150/4 + Portra 400

Y el evento más importante del resto del mes fue que me traje de Hong Kong una Plaubel Makina 67, una cámara que empezó dándome unos resultados excelentes y mucha satisfacción, pero que con el uso ha empezado a mostrar filtraciones de luz y voy a tener que llevar a revisar. Una pena, porque por lo demás está en excelente estado. Pero son los riesgos de adquirir material clásico que ha podido estar mucho tiempo parado y sin mantenimiento.

Ambas fotos: Plaubel Makina 67 + Portra 400

OCTUBRE-NOVIEMBRE

Durante el verano me hice, por un precio ridículo, con una pequeña Olympus PEN EE3, cámara de medio formato, es decir, que en un carrete de 35 mm obtienes el doble de exposiciones que con una cámara habitual. Hice un carrete paseando por Zaragoza, en la excursión a Monreal del Campo para fotografiar la flor del azafrán y en una escapada a Madrid.

Las cuatro fotos: Olympus Pen EE3 + Acros 100

NOVIEMBRE

Dos quedadas marcaron este mes. La primera de ellas fue la segunda quedada analógica del año, continuación de la anterior que hicimos en abril, y que nos llevó al Gran Capitán en Montañana y a la Cartuja de Aula Dei en Peñaflor. Allí comprobé que definitivamente la Makina 67 no iba bien. Pero también comprobé que la Leica M2, con revelados forzados incluidos, va mejor que nunca. Con todo tipo de focales.

Una de las fotos que pude salvar de la Plaubel Makina 67 + Portra 400
Leica M2 + Biogon-C 35/2,8 + Tri-X 400 @ 1600
Leica M2 + Elmar C 90/4 + Portra 400

A la segunda quedada de noviembre, organizada por Rafael Ricote y pensada para hacer fotografía callejera por el casco viejo de Zaragoza, opté por llevarme un equipo improbable para este fin, la Hasselblad 503CX con el respaldo para Super Slides, 16 exposiciones de 4 x 4 cm.

Hasselblad 503CX con respaldo A16s + Planar 80/2,8 + XP2 Super

DICIEMBRE

Y en diciembre germina la semilla de la fotografía instantánea que se planto en el mes de abril. Desempolvo la Polaroid Supercolor 635 que tengo por casa, gasto la película Polaroid 600 que me quedaba en el Chocoencuentro de Fotógraf@s en Zaragoza, y me hago con unos cartuchos de Impossible Project 600, para ir conociéndonos.

Algunas polaroids fueron regaladas a los modelos y yo hice fotografías digitales para testimoniar su existencia: Polaroid Supercolor 635 + película Polaroid 600
Polaroid Supercolor 635 + película Polaroid 600
Polaroid Supercolor 635 + Impossible 600 BN
Polaroid Supercolor 635 + Impossible 600 color

En la última semana del año, tengo una de cal y otra de arena. Busco paisajes con niebla con la Fuji GS645S, que no quedan bien por culpa de un revelado mal hecho.

Fujifilm GS645S + Ilford XP2 Super

Y me voy al parque con la Hasselblad 503CX y la Polaroid Supercolor 635. Con esta me llevo una lente de aproximación, consiguiendo algún modesto éxito,... pero necesito más práctica.

Hasselblad 503CX + Planar 80/2,8 + Ilford XP2 Super
Polaroid Supercolor 635 + Lente de aproximación Hoya de 2 dioptrías + Impossible 600 Color
Polaroid Supercolor 635 + Impossible 600 Color

The Impossible Project - Cada vez menos "imposible", pero "imposiblemente" caro

Hace unos días comentaba el conjunto de experiencias con la cámara Polaroid Supercolor 635, cámara que "heredé" en su momento cuando en la empresa donde la tenían dejaron de usarla durante años con el advenimiento de la fotografía digital para documentar visualmente sus cosas y donde había dejado de tener valor.

Como se puede comprobar en este autorretrato, y en otro similar en color que muestro más adelante, la distancia mínima de enfoque de la Polaroid Supercolor 635 no la hace apta para este tipo de fotos, o de retrato con mucha aproximación. La distancia mínima de enfoque es 1,2 metros.

Entre las experiencias se encontraban las de haberla usado con película procente de The Impossible Project, una iniciativa para volver a rescatar la película instantánea para el uso con el parque de millones cámaras Polaroid dispersas por el mundo, e inútiles desde el momento en que esta empresa americana cesó la producción de la película adecuada a las mismas. Pero los cartuchos de película que compré en su momento, de las primeras generaciones lanzadas por The Impossible Project, tenían una serie de inconvenientes. Los cartuchos que compré eran de la versión en blanco y negro.

Me resultaba muy difícil conseguir exposiciones consistentes y el contraste y la gama de grises era muy pobre.

Había que dejar revelar durante bastante tiempo protegida de la luz.

Se informaba del riesgo de degradación con el tiempo si se exponía a la luz.

Eran muy caras, especialmente dada la calidad y los inconvenientes de uso.

No probé las versiones en color, pero esencialmente se anunciaban los mismos inconvenientes, con el añadido de la inconsistencia o pobreza en la restitución del color.

Pasados varios años, mantuve recientemente una conversación con un aficionado a los materiales instantáneos, tanto compatibles con las cámaras Polaroid como con el ecosistema Fuji Instax. Me comentó que las películas de The Impossible Project habían experimentado mejoras notables y que a lo mejor me merecía la pena probarlas. Dicho lo cual, compré un par de cartuchos en el único comercio que me consta que los venden en Zaragoza, Shuave. Uno de ellos en blanco y negro y otro en color. Como creo que ya comenté hace unos días, frente a las diez exposiciones que eran el estándar en los cartuchos de película Polaroid, en los cartuchos de The Impossible Project sólo salen ocho. Dado que el contador de la cámara es decreciente y empieza por diez, cuando llegas a tres, es el momento de disparar tú última bala del cartucho. Perdón, fotografía.

Mis impresiones, absolutamente subjetivas, tras pasar un rato en el Parque de la Memoria de Zaragoza un sábado por la mañana buscando motivos adecuados a cada uno de los modelos de película vienen a continuación. Recordemos que se trata de película de sensibilidad 600 ISO, con una superficie útil de 7,9 x 7,9 cm, para una tamaño total de 10,8 cm de alto por 8,9 cm de ancho.

En lo que se refiere a la película en blanco y negro, la gama de tonos está muy mejorada con respecto a la versión que probé hace unos años, y es mucho más predictible. Evaluando la escena, y aplicando el corrector de exposición de la cámara, conseguí que la exposición fuera razonablemente correcta en las fotografías resultantes.

El contraste de la película en blanco y negro también está mucho más mejorado. Aunque no se consiguen negros profundo, pueden ser razonables, y los blancos no se empastan con facilidad. Eso sí, en condiciones de iluminación natural suave, sin fuertes contrastes provocados por la luz del sol, aunque con luz abundante. Estamos hablando de una luz en la que aplicando la regla de "soleado f/16", para una película de 600 ISO, deberíamos obtener buenas exposiciones a f/11 y velocidades de obturación entre 1/250 y 1/500. Nublado ligero con algún rayo de sol asomando entre las nubes de vez en cuando. Si en el encuadre hay abundancia de vegetación oscura, corrigiendo con el compensador de exposición hacia la subexposición. Si en el encuadre hay abundancia de superficies de hormigón o tierra de color claro, corrigiendo con el compensador de exposición hacia la sobrexposición. En el resto de los casos, compensador de exposición en posición neutra.

La película en blanco y negro tiene un tono general cálido, que me parece agradable.

En lo que se refiere a la película en color, la fidelidad del color no es excesiva, pero los colores son agradables. No demasiado saturados, pero diferenciados. Mejorables, pero utilizables.

Tras hacer la foto, al bolsillo inmediatamente, protegida de la luz y recibiendo el calor del cuerpo, para un mejor revelado. En todos los casos, no los saqué al exterior hasta que pasó un tiempo de entre 30 - 45 minutos, para conseguir un buen revelado y evitar pérdidas de contraste por la exposición a la luz antes de que el revelado estuviese completo.

La definición de la imagen no es excesivamente fina o nítida, pero en la línea de lo que se puede ver con otros materiales sensibles instantáneos comercializados en estos momentos.

La conclusión de lo mencionado, que podéis contrastar hasta cierto punto con las copias digitalizadas que he ido poniendo en este artículo, es que esta película es utilizable. E incluso puede ser interesante desde un punto de vista creativo. Menos desde un punto de vista lúdico, porque la lentitud del revelado completo y la conveniencia de mantenerlo protegido de la luz hasta que este se conseguir, coarta la posibilidad de contemplar cómo surge la imagen en la fotografía desde su estado latente a su estado de plena visibilidad.

El principal problema sigue siendo su precio. Cada uno de los cartuchos cuesta 20 euros, para ocho exposiciones. Es decir, estamos hablando de 2,5 euros por fotografía. Lo cual sigue siendo una cantidad excesiva desde el punto de vista de lo que es la relación calidad/precio. Aunque entiendo que esta gente se está partiendo el cobre por conseguir un producto nuevo, ya que no ha contado con la colaboración de Polaroid, a pesar de que esta no estaba interesada en el producto. Bueno... vende alguna cámara que son Fujis "recauchutadas" y usando película Fujifilm Instax. Incluso tiene que sufrir la competencia de una empresa consolidad como Fujifilm, que ha visto sus ventas de película Instax impulsadas, debiéndose este impulso a motivo diversos pero también el interés por este tipo de fotografía que The Impossible Project ha ayudado a mantener. Hasta Leica se ha subido al carro. Evidentemente, Fujifilm tiene mucho más músculo y conocimiento sobre el tema, y aunque sus productos Instax dejan que desear en el lado de la calidad, son lúdicos y más baratos. Con precios de 11 o 12 euros por cartucho de 10 exposiciones, sus fotografías cuestan la mitad. Han empezado a comercializar película en blanco y negro, y han anunciado que van a comercializar un formato cuadrado, aunque más pequeño que el de las antiguas Polaroid. En superficie aprovechable, son las Instax Wide las que son equiparables, aunque con otro formato distinto del cuadrado.

En estos momentos, si uno se compra una cámara Fujifilm Instax Wide por unos 120 euros, que equivale a 6 cartuchos de The Impossible Project. Suponiendo, como en mi caso, que el coste de la cámara Polaroid es cero. Y que un amigo decidiera comprarse dicha Instax Wide por ese precio... En el momento en que hicieramos ochenta fotografías, 8 cartuchos él de película Instax Wide, 10 cartuchos yo de película Instax Wide, los costes de ambos se habrían equilibrado. A partir de ahí, a él le saldrían las fotografía a la mitad o menos de coste mientras se mantuviese el esquema de precios actual.

Si estás interesado en invertir en fotografía instantánea... hay muchas cosas en las que pensar.

ChocoEncuentro Polaroid

Como previa a este artículo de hoy, os hablé el sábado pasado de mis experiencias con la fotografía instantánea a través de un modesta cámara de gama baja Polaroid de la serie 600. De alguna forma, el recuperar este material tenía como objetivo comprobar si estaba lo suficiente en forma para el uso que pensaba darle. Como cada año, Fotógraf@s en Zaragoza (FeZ) (Flickr, Facebook, Instagram) organiza su fiesta anual previa a las fiestas de fin de año en el segundo domingo de diciembre. Es una tarde de fiesta. Nos reunimos a las cuatro y media de la tarde para la foto de grupo, paseamos por el ambiente navideño de la plaza del Pilar de Zaragoza, cantamos nuestro "villancico" y, a las seis de la tarde, nos reunimos en un restaurante cercano para hacer el balance del año y merendar un tradicional chocolate con churros.

Este año decidí que lo iba a documentar con la Polaroid Supercolor 635. Con dos cartuchos de auténtica película Polaroid 600 que conservaba en la nevera, más dos cartuchos, uno en color y otro en blanco y negro, de Impossible Project 600 que compré el sábado, me dirigé al encuentro. Estos dos últimos no los usé. Antes de llegar al lugar de la cita, probé la cámara...

Con las condiciones de luz, tarde de niebla en Zaragoza, bajo contraste, buenos tonos en las paredes de ladrillos, una ligera sobrexposición, y tonos oscuros quizá faltos de profundidad. Pero un aspecto general agradable. O por lo menos, según mis preferencias estéticas.

Así que armado con la veterana Polaroid y su correspondiente cartucho de 10,... bueno, ya sólo 9 exposiciones. La dinámica fue la siguiente. Cuando la polaroid correspondía a un retrato individual o como mucho de dos personas, una vez completamente revelada, hice entrega de la copia al retratado a cambio de permitirme hacer una fotografía con la cámara digital de la persona y de la copia polaroid. Constancia de su existencia en mi archivo fotográfico. Por ejemplo, la polaroid de Papá Noel o la del reno.

Sin embargo, cuando la polaroid incluía un grupo de gente más amplio, la copia me la he quedado yo, se guardará convenientemente, y se digitalizará para ser compartida digitalmente. En este caso, están digitalizadas con la aplicación para el teléfono móvil PhotoScan de Google, que ofrece una resolución de sobra para la información contenida en una polaroid. Como por ejemplo, este grupo de entusiastas de la fotografía, con espíritu navideño, esperando a la foto de grupo.

Hay que considerar que las copias polaroid tienen un modesto tamaño efectivo de 7,9 cm de lado. Excluyo el marco de la imagen y la base más grande por contener los químicos para el revelado que se extienden gracias a los rodillos que la exprimen al salir la foto. Quizá el tamaño en pantalla al que se ven en esta entrada sea excesivo, y eso de sensación de baja nitidez. Pero las copias en si mismas en papel se ven simpática. Lo que me hace insistir en un tema. La fotografía de verdad está pensada para acabar copiada o impresa en papel a un tamaño adecuado y elegido por el fotógrafo.

Una vez hechas las aclaraciones técnicas, pasemos a lo que fue el ChocoEncuentro FeZ. Como digo, primero organizarse tras la Lonja de Zaragoza, junto al caballito del minutero para la foto de grupo, lo que llevó su rato de caos, dado que además había que incluir la ronda de saludos o presentaciones. Entre quienes no se veían desde hacía tiempo o los que eran novedad en el sarao.

Después de la foto de grupo, paseo por la plaza del Pilar, que más que dedicado a hacer fotografías, que se hicieron, bastantes, se dedicó a muchas conversaciones. Conversaciones sobre fotografía, y sobre otras cosas. Momento adecuado para hacer algunos retratos con la polaroid entre las personas con las que ocasionalmente entablé conversación. No voy a poner todas, sólo algunas. Por no aburrir.

Eso sí, entre medias, una vez llegados al gran árbol de navidad frente al ayuntamiento de la ciudad, nueva reunión conjunta para la segunda actividad de grupo. Cantar en forma de "villancico" nuestra felicitación a todos los aficionados de la fotografía y a todos las personas que por la plaza se encontraban en ese momento. No vamos a hacernos ricos gracias a la música, pero por lo menos hacemos unas risas.

Durante todo este tiempo, aun se fueron sumando más personas. Creo que el cálculo global estaba en más de 70 personas, que a las seis en punto nos dirigimos a un restaurante cercano como ya he dicho, para hacer el balance del año, ver un vídeo resumen de las actividades del año, comer el cchocolate con churros y realizar el tradicional sorteo de regalos.

Entre unas y otras de estás actividades, y ya con el segundo cartucho de polaroids, seguí haciendo algnos retratos más. Ya digo que no pongo todos por no cansar. Pero al final de la tarde acabé con las 20 exposiciones de los dos cartuchos originales de la marca Polaroid que me quedaban y que habían estado guardados en nevera durante al menos ocho años.

Pero todo lo bueno se acaba. Algunos más voluntariosos aun siguieron una rato más entrada ya la noche tomándose algunas cervezas. Pero otros, cansados, porque el día había sido largo al menos en mi caso, y al día siguiente había que trabajar. A las ocho de la tarde, sólo quedaba una exposición en el cartucho que sirvió para una última foto a un pequeño pero significativo grupo de personas. La experiencia de ir a cuestas con la Polaroid, muy satisfactoria y divertida. Y me quedaron los dos cartuchos de Impossible Projecto, que lo cierto es que esperaba reservar para ser usado otro día en situaciones más controladas. Es un material con el que no estoy familiarizado, muy caro, y que no sé que resultado va a ofrecer. Ya os contaré.

Y dentro de un año... un nuevo ChocoEncuentro de FeZ. O por lo menos eso esperamos todos.

Recomendaciones semanales - del 4 al 11 de diciembre de 2016

Un tonto problema, sin mucha importancia pero que es necesario resolver, me está complicando el domingo. Pensaba que no me iba a dejar elaborar mis recomendaciones semanales, y pone en ligero riesgo el ChocoEncuentro de Fotógraf@s en Zaragoza de esta tarde. Mi asistencia... el ChocoEncuentro seguro que es un éxito. En fin. Como tengo un rato de tranquilidad esperando en casa, me apresuro a escribir estas recomendaciones. Empiezo por dejar el tablero en Pinterest, que como ya dije la semana pasada, probablemente es uno de los últimos con carácter semanal. Ya estoy avanzando en modificar cómo gestionar mi Pinterest.

No soy un fotógrafo de teleobjetivos. Sí que uso con relativa frecuencia los teles cortos, aptos para retratos o para cerrar el encuadre en determinados momentos en un paisaje o en fotografía documental. También puedo usar un teleobjetivo en macro, porque la distancia que marca con el sujeto tiene sus ventajas. Pero con carácter general, algo más largo de un 100 mm en formato 24x36 mm no es plato de mi gusto. Con frecuencia encuentro estas fotografías monótonas. Aburridas. Cuando llevaba focales largas a los viajes, tomaba detalles de los sitios con el teleobjetivo, que luego casi nunca seleccionaba entre las fotografías a conservar o enseñar. Pero el fin de semana pasado me dio por salir con la Pentax MX, un carrete de película en blanco y negro y el Ricoh Rikenon 135 mm f/2,8. En un momento dado, los objetivos más habituales de los aficionados a la fotografía eran un angular 35 mm, un estándar 35 mm y el tele 135 mm. Hoy en día el planteamiento, en ópticas fijas, es más variado. Pero muchas personas prefieren que su angular sea un 24 mm o incluso más abierto, el 35 y el 50 mm se ponen en el mismo saco de óptica estándar polivalente, siendo una preferencia personal el elegir uno u otro, mientras que los teles... están muy de moda los 85 mm, los 100 mm para macro, y el 135 mm ha quedado como una óptica especializada para fotógrafos de retrato, especialmente en interiores. Pero bueno, ilustro la entrada de hoy con fotos realizadas con mi 135/2,8.

El 7 de diciembre pasado fue el 75 aniversario del bombardeo de Pearl Harbour que supuso la declaración de guerra de los Estados Unidos a Japón y su entrada en la guerra contra Alemania asimismo. Lo cual supuso un cambió en las tornas del conflicto de consecuencias notables que afectaría a la historia del mundo incluso hasta hoy. Pensaba que nos llegaría una avalancha de enlaces con fotografías haciendo alusión al evento, pero la verdad es que no fue para tanto. No obstante, en The Atlantic PHOTO nos recordaron que hace unos años, en su retrospectiva sobre la Segunda Guerra Mundial en 20 partes, dedicaron una de esas partes al bombardeo de los objetivos norteamericanos en Hawai. Incluyendo fotografías tomadas por los propios japoneses desde sus aviones.

Dentro de lo que fue la fotografía documental de las guerras que asolaron el mundo entre los años 30 y 40 es relativamente poco conocida la actividad de Kati Horna, siendo como es una de las más interesantes de su época. Y se dedicó a fondo para documentar la retaguardia de la guerra civil española. Nos lo recordaron en Albedo Media en un artículo muy recomendable, aunque con escaso material gráfico que habrá que buscar en otras partes.

David Seymour, "Chim", a quien recordaba hace no muchas semanas en una entrada de recomendaciones como ésta, también estuvo en la guerra civil española. Y comentaba en su momento que tras la Segunda Guerra Mundial dedicó mucho esfuerzo a documentar la situación de la infancia en Europa tras el conflicto. Pero "Chim" tuvo más que ofrecer. Siendo uno de los socios fundadores de Magnum Photos, esta icónica agencia ha puesto a la venta obra del fotógrafo en una campaña de recaudación de fondos. Aunque no son muchas, destacan en el conjunto tres fotografías en color de Ingrid Bergman en 1953Joan Collins en 1954 y Sophia Loren en 1955, con estilos muy similares, maravillosas, las fotos y las mujeres, que no me importaría tener. Cualquiera de ellas. Por 1800 dólares en 28x35,5 cm o 2250 dólares en 40x50 cm pueden ser vuestras. Qué pena no llevo suelto a mano.

En otro orden de cosas, Méjico ha dado nombres muy significativos a la fotografía. Y uno de los representantes más importantes y de sexo femenino es Flor Garduño, que fue discípula del maestro e inspirador de muchos de ellos, Manuel Álvarez BravoEn L'Oeil de la Photographie nos dejan una muestra de su estilo, que a mí me gusta mucho, me parece una fotógrafa muy elegante, y que espero que sirva para despertaros la curiosidad sobre esta fotógrafa tan interesante. Por cierto, también estudió con Kati Horna, que aunque húngara se naturalizó mejicana.

Estoy terminando de ver la que parece ser última temporada del drama televisivo Masters of Sex. Y en algunos de los episodios de la misma hemos acompañado a los protagonistas de la serie hasta la mansión Playboy en Chicago. Curiosamente, esta semana ha aparecido en Magnum Photos un artículo dedicado a este peculiar lugar, de la mano de las fotografías de Burt Glinn. No soy precisamente un fan de este tipo de publicaciones. No soy mojigato, pero una cosa es que sea ampliamente tolerante con los temas relacionados con la sexualidad y otra cosa son los mensajes o modelos de vida subyacentes. Las siliconadas modelos que muestran con más o menos ropa me parece muy falsas, y se les dota de unas muy sexistas personalidades no especialmente inteligentes, objetos de deseo de hombres no especialmente inteligentes, que ven a estas mujeres como trofeos de una vida de presuntos éxitos. Desgraciadamente, en el fondo, hay mucha gente que realmente comparte estos valores aunque sea incapaz de reconocerlo.

Hubo esta semana un día, el martes 6 de diciembre, que en L'Oeil de la Photographie dedicaron sus artículos a los premiados en un certamen de fotografía de moda. Las más de las veces no me interesan mucho este tipo de fotografía. Pero me llamó moderadamente la atención una de las finalistas, la japonesa Yurina Niihara, cuyas fotos no incluían seres humanos, sólo obras de aspecto abstracto a partir de las prendas de lencería a promocionar, y que curiosamente titulaba "autorretrato". El caso es que me llamó la atención lo suficiente como para entra en la página web de Niihara, cuya sección Monologue me pareció bastante interesante, muy introspectiva. Especialmente cuando reflexiona fotográficamente sobre su país desde su visión de japonesa desplazada y residente en Europa.

Y esto me lleva a los artículos finales de estas recomendaciones de este domingo. En las páginas del Museo de Arte Moderno de San Francisco (SFMoMA), que son interesantes de visitar en sí mismas, nos ofrecen una colección de vídeos con entrevistas a fotógrafos japoneses actuales, pero que abarcar desde los veteranos de los años de posguerra hasta los más actuales. Siempre he manifestado mi interés por la fotografía nipona y esta es una fuente indudable de conocimiento sobre la misma. Para los aficionados al arte moderno y contemporáneo en general también puede ser interesante suscribirse al canal de Youtube o al blog en Tumblr del museo.

Y para finalizar, un vídeo que os dejo aquí puesto por recomendación de Photolari. Inspirado también en parte por la entrada que escribí ayer dedicada a las polaroids, y en el que se reflexiona sobre el uso tradicional de la fotografía como memoria de una vida. Uso que se está perdiendo, ya que con el advenimiento de la fotografía digital y especialmente de los teléfonos móviles con potentes cámaras fotográficas, la función ha dejado de ser la de generar memorias para pasar a ser la de informar sobre el presente. Un presente que formado por estados electrónicos en chips de silicio, acabará por desaparecer y no dejará memoria gráfica como las fotografías de antaño. El corto, de animación, también es muy majico y sensible... ¿casi sensiblero? Juzgad vosotros.

Polaroid Supercolor 635

Hace ya una década de años, un amigo me comentó que en su centro de trabajo tenían una cámara Polaroid. Que era usada en su momento por algunos empleados para documentar fotográficamente algunos aspectos de su trabajo, pero que las nuevas tecnologías de adquisición electrónica de la imagen, la fotografía digital, la había dejado obsoleta. Y que como yo era aficionado a la fotografía, que si la quería. No sabía si funcionaba o no, porque hacía tiempo que no se usaba. Simplemente ocupaba espacio en un cajón o en un estante o en un armario. Me la quedé. Aunque no sabía si le podría dar uso en algún momento...

Esta es la cámara, uno de los modelos más populares y vendidos de Polaroid. De los años 80, probablemente.

De entrada, la guardé. Pero poco antes de que naciera mi sobrino Diego en febrero de 2009, hacia el último trimestre de 2008 pasé por IMESA, un "difunto" comercio zaragozano en el que nos aprovisionábamos muchos aficionados a la fotografía, especialmente la tradicional fotoquímica, y allí me dijeron que tenían algunos cartuchos de película tipo 600 de Polaroid. En aquellos momentos, Polaroid había anunciado el cese de producción de película unos meses antes. Cogí tres cartuchos de 10 exposiciones.

La película instantánea Polaroid se declinó en distintos formatos y sensibilidades, siendo el formato cuadrado el más habitual. La serie 600 de cámaras y sus derivadas usaban sensibilidad de 600 ISO, como esta cámara. Luego estaba la serie SX-70 más prestigiosa, que con el mismo formato de imagen usaba película de sensibilidad de 100 ISO, lo que hacía suponer mayor calidad. La película venía en cartuchos con 10 hojas, que incluían una pila que alimentaba las funciones de la cámara que como veremos son elementales. Las hojas de película, al ser expuestas, eran expulsadas de la cámara por una ranura, donde unos rodillos exprimían y extendían por toda la superficie sensible los químicos incorporados que provocaban el revelado de la imagen.

Cavidad para el cartucho de película y rodillos para extender los líquidos de revelado, que vienen incorporados en la propia hoja de película. En la parte inferior, donde se aprovecha para tomar anotaciones.

El funcionamiento de la cámara no puede ser más elemental. La lente es un menisco de plástico con una longitud focal de 106 mm. No sé si habrá algún error en este dato, porque en muchos sitios he leído que la lente equivaldría a un objetivo moderadamente angular, pero haciendo las matemáticas, teniendo en cuenta que la imagen es un cuadrado de 79 mm de lado, a mí me sale que es un objetivo estándar corto. Da igual. El diafragma es fijo a f/11 (dato que no sé si es preciso... en algún sitio he leído que sería f/14), y tiene una célula fotométrica que alimenta un circuito para la exposición con selección automática de la velocidad de obturación entre 1/4 y 1/200 s. Tiene un mando para permitir una ligera sobreexposición o una ligera subexposición. Todo esto se ve con claridad en el frontal de la cámara.

A la derecha, la ventana de entrada del visor y debajo la célula del fotómetro. En el centro, el menisco de plástico y el selector de sobre o subexposición.

Lleva un flash incorporado que aparentemente se dispara siempre... o lo he utilizado siempre en situaciones de luz en los que siempre se dispara. No lo sé. Hay personas a las que gusta el efecto del flashazo directo de las Polaroid, a mí no especialmente. Por lo menos, se encuentra elevado unos cuantos centímetros sobre el objetivo, minimizando el riesgo de ojos rojos.

Desconozco la potencia del flash, pero no pretendáis iluminar la nave de una catedral o un campo de fútbol con él. De verdad que no. Útil para retratos a unos poco metros.

Para accionar la cámara es sencillo, se carga el carrete, se espera a que la luz de carga del flash esté verde se apunta por el elemental visor cuadrado, y se pulsa del botón naranja. La exposición se produce y sale la hoja de película expuesta, que al cabo de pocos minutos se convertirá en una fotografía más o menos divertida o artística según la habilidad del fotógrafo. La resolución del conjunto es regular. Siempre hay un aspecto ligeramente difuso. Los objetos tienen que estar a más de 120 centímetros para que salgan enfocados.

Existieron otras cámaras Polaroid con objetivos de mejor calidad y más posibilidades de control de la exposición, así como películas con más capacidad de resolver el detalle que la tipo 600, pero esta no es así.

Llamativo botón naranja para que sepamos de dónde se dispara la cámara.
Visor cuadrado elemental. La única información que ofrece, aparte de una aproximación a la escena que va a ser fotografiada, son unas flechitas que indican la posición del ajuste de sub o sobreexposición.

Utilicé uno de aquellos cartuchos de IMESA cuando nació mi sobrino Diego. Fueron las primeras fotografías de su vida. Fue divertido, sobretodo por la interacción social familiar de todos los "implicados" directa o indirectamente con el nacimiento. No quedaron mal. Los otros dos carretes los metí en la nevera y pensé: "En algún acontecimiento social más adelante los usaré".

Un servidor mostrando orgulloso al pequeño sobrinillo recién nacido.

Poco después salió a la luz pública que unos tipos con el nombre de Impossible Project habían adquirido las instalaciones abandonadas de Polaroid y se proponía reproducir la película y volver a comercializarla con otra marca, pero compatible con el enorme número de cámaras distribuidas por todo el mundo.

El caso es que en julio de 2011, volviendo de vacaciones pasé por Madrid, y en Caixaforum me compré unos cartuchos de película Impossible Project 600 BN, en blanco y negro claro. Me decía que había que tratarlas con cariño. Que había que cubrir de la luz hasta que se revelasen por completo, que tardaban en revelarse por completo, y que la estabilidad posterior era floja. En lugar de 10 exposiciones por cartucho, que ofrecía Polaroid, sólo ofrece 8 exposiciones. Y sale carísimo. Aquí algunos ejemplos de lo que hice con uno de los cartuchos.

No me gustaron nada los resultados. Hay quien los considerará "artísticos", pero el resultado fue totalmente impredectible, con una exposición excesiva. Y con defectos en la película. Estas dos que he puesto fueron las más decentes.

El caso es que este resultado, que yo consideré decepcionante, tuve algún comentario sobre las fotos muy entusiasmado... curiosamente, me hizo enfriarme muchísimo sobre el tema, y dejé aparcados. Los dos cartuchos de Polaroid que ya tenía, y el cartucho de Impossible Project que me quedaba.

Ayer me acordé... Y decidí "tirar" el cartucho de Impossible Project, guardado en la nevera durante más de cinco años, a ver que tal. Lo más "gracioso" es que cuando lo abría leí en la letra pequeña que se desaconseja guardarlos en la nevera. Pues empezamos bien...

Hice las ocho fotos. En interior, con el flash, y en exterior con el flash y tapando el flash. Os pongo algunos ejemplos.

Problemas en el selfi con la distancia mínima de enfoque...
Algunas cámara de mi colección, relativamente bien expuestas, pero con escasa nitidez.
Desde el balcón de casa, con el flash, y con defectos claros en la emulsión. Obsérvese la esquina superior derecha.
La misma foto, pero tapando el flash, aunque con unas bandas de distinto tono que tampoco consigo explicar. También defectos en la emulsión.
"Mi parada" del autobús, con distintos bandas claras y oscuras también, no explicadas.

A saber cuales son las causas de los resultados tan frustrantes. Me dicen que las emulsiones actuales de Impossible Project han mejorado mucho, pero que siguen siendo caras y lentas en el revelado. Quizá pruebe algunos cartuchos. Otros me dicen que si quiero algo instantáneo, que pase de la Polaroid y que me haga con una Fujifilm Instax. Las "Mini" me parecen muy chiquitas, aunque las cámaras son muy monas. Las "Wide" tienen un tamaño más razonable, aunque pierden el encanto del formato cuadrado. Pero las cámara son un talabarte. Dicen que se viene una Instax en formato cuadrado. Y han sacado película Instax Mini en blanco y negro. Entre los "conoisseurs" hay un acuerdo. El sistema Instax es muy simpático, pero Fujifilm ha descuidado dos aspectos. Uno, el proporcionar una película con más definición que las 10 l/mm, y que permita "ampliar" digitalmente y con aprovechamiento la pelicula. Seguro que tienen la tecnología. Las Fujifilm FP-100c y FP-3000b, con tecnología "peel apart", tenían una mayor resolución, pero están difuntas. Segundo, proporcionar alguna cámara con una lente digna y más capacidad de control de diafragma y velocidad de obturación por parte del usuario avanzado. Que por lo menos exprima esas 10 l/mm de la película, que es cierto que con las cámara actuales para qué más. Me lo estoy pensando. Quizá como regalo de navidades...

De momento, tal vez mañana aproveche un acontecimiento social de Fotógraf@s en Zaragoza para usar los dos cartuchos Polaroid que me quedan.