La fotografía como afición y otras artes visuales

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Recomendaciones semanales - del 27 de febrero al 7 de marzo de 2016

Esta semana también aparecen descolocadas mis recomendaciones semanales, que han pasado al lunes porque ayer por la tarde de este último domingo fue "menos tranquila" de lo que pensaba. En primer lugar, como de costumbre el tablero de Pinterest con las fotografías que me han interesado en los últimos días. Alguna vez ya lo he advertido. En estos tableros, recojo fotografías que me llaman la atención durante la semana, y pueden ser del género que sea. Retratos, reportaje, paisajes... Los bodegones van a parar a un tablero específico. Y en las últimas semanas, antes de la ceremonia de los Oscar, era fácil encontrar alguna fotografía de gentes del cine. Y sí, también hay algún desnudo. Procuro evitar aquellos que tienen un carácter de explotación sexual de la persona o los marcadamente pornográficos. Pero el resto, si tienen características estéticas o conceptuales interesantes, pueden aparecer. He recibido alguna queja de que debería advertir de que hay desnudos... pero es que yo no considero este género distinto de los demás ni vergonzante. Eso es un problema de quien observa, no de quien propone. Ni siquiera considero que, con los condicionantes que he puesto antes, se deba privar a los menores de la contemplación natural del cuerpo desnudo. Excepciones,... la explotación de las personas. Por supuesto. Paradójicamente, cuando Pinterest me avisa de que a alguien le gusta o ha guardado uno de mis pines, con una frecuencia mucho mayor de la que se dan en mis tableros, es una fotografía de desnudo. Esta visto que los seres humanos, o no llegamos o nos pasamos. Y nos falta mucha naturalidad ante el mundo...

En cuanto a las fotografías acompañantes de estas recomendaciones de hoy, proceden de la mañana de este domingo, que pasé en compañía de mi sobrino Diego de siete años. A primera hora de la mañana, acudimos con Fotógraf@s en Zaragoza a la exposición sobre George Méliès patrocinada por la cinemateca francesa que hay en el Caixaforum de Zaragoza. Y luego nos pasamos por las salas del IAACC Pablo Serrano, queríamos subir a la terraza. Pero estaba cerrada al público. No sé si será por el desagradable asunto de unas adolescentes que se tiraron desde arriba... una pena...

Esta fotografía y la siguiente, de la exposición de Georges Méliès, están hechas por mi sobrino Diego, de 7 años.

Esta semana nos moveremos principalmente por el terreno de lo conceptual. Empezando por la figura que rescatamos entre los clásicos, el checo František Drtikol. Nos lo recuerdan desde Oscar en fotos, donde dedican una galería a la fotografía de desnudo de este autor, que incluye tanto modelos desnudas en carne y hueso, como desnudos realizados a partir de recortes en papel o cartón, jugando con la luz, la forma y la profundidad de campo. A caballo entre el pictorialismo y el art deco, sus fotografías me parece que tienen también la influencia de los surrealistas, si no en el fondo, al menos en la forma. Juega mucho con las escenografías, y sus composiciones están muy muy meditadas.

Sigo mirando con atención el bodegón. Y esta semana desde Cada día un fotógrafo/Fotógrafos en la red nos ha llegado la propuesta de conocer el trabajo del belga Frederik Vercruysse. Los bodegones de este fotógrafo tiene composiciones formales muy geométricas y a la vez muy minimalistas, buscando una armonía en las forma y los tonos más que en las texturas y las luces. A caballo su trabajo entre el bodegón de autor y la fotografía de producto, son sus composiciones las que más me han llamado la atención.

Aquí intentó fotografiarme enmarcado por estos armazones de madera,... y se quejó de que salía borroso. Otro día le explicaré el concepto de profundidad de campo. De momento, que siga teniendo ideas espontáneas.

Cuando pensamos en los paisajes marinos, solemos imaginar idílicos atardeceres o amaneceres, con playas vírgenes o magníficos roquedos y acantilados. Pero la serie que encontré en el tumblelog HLDKY del fotógrafo Marc Wilson nos muestra unos paisajes brumosos en los que las rocas y acantilados naturales se ven sustituidos por las construcciones de cemento y hormigón, muchas veces ruinosas que el ser humano ha dejado. Y a pesar de todo son bellas fotografías, que reflexionan sobre el impacto del ser humano sobre el paisaje, tema que me interesa desde hace varios años. Para su trabajo The last stand (la última posición) Wilson recorre las costas de Inglaterra, Francia o Dinamarca, buscando los restos de intervenciones humanas, muchas veces con origen en los conflictos bélicos, y que dejan dañado el paisaje. También es muy interesante su serie A wounded landscape (un paisje herido), en la que busca las huellas físicas sobre el paisaje de los genocidios llevados a cabo por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial.

Elizabeth Avedon también nos propone echar una mirada al pasado, con las fotografías escenificadas de Richard Tuschman. A modo de una especie de fotonovela, con una compleja realización que involucra modelos reales y dioramas, nos lleva al barrio en Cracovia de Kazimierz, en una meditación sobre la vida de las familias judías en la década de los años 30 del siglo XX, antes de la guerra. Al mismo tiempo, sus fotografías tienen la melancolía de las pinturas de Edward Hopper, sobre el cual el propio Tuschman había realizado un trabajo previo.

Esta y las dos siguientes son del IAACC Pablo Serrano.

Una desconcertante fotografía que apareció en el tumblelog de Marc Peter Drolet me llevó a conocer el trabajo del japonés Naoyuqui Ogino. En una serie realizada en unos estudios cinematográficos, Ogino reflexiona sobre los límites entre la realidad y los sueños o los mitos, entre los terrores reales y los imaginados. Entre el simulacro y lo auténtico. También sobre la desaparición de estas fábricas de mitos que fueron los estudios cinematográficos tradicionales, que se han ido transformando, y muchas veces desapareciendo, por las nuevas formas de hacer cine. Pero hay unas cuantas series más que podéis visitar en su página web, con una estética muy cinematográfica y muy simbólica.

Desde L'Oeil de la Photographie nos llega el trabajo de Hans Breder, que se encuentra a caballo entre la escultura viviente, la performance y la fotografía. Con influencias claras de algunos fotógrafos clásicos de principios de siglo XX, pero con un engarce claro en las tendencias del arte conceptual de la segunda mitad del siglo, los juegos de formas que establece entre los cuerpos desnudos de sus modelos, los espejos y los escenarios en los que realiza sus fotografías, dan nuevos significados a lo que estamos presenciando.

Estas están hechas por mí.

Y termino con la obra de una artista de mi ciudad, Luisa Rojo, que desde Cada día un fotógrafo/Fotógrafos en la red nos recordaron la semana pasada. Es una pena que su página web sea tan simple y no ponga más en valor su obra, una obra valiente, en la que experimenta con procesos muy distintos, muy alternativos. Y no en el sentido que se da hoy en día a la palabra. Fue pionera en nuestro país del "copy art", los originales artísticos trabajados en fotocopiadoras, lo que ha dado que también se denominara a esta variante del arte contemporáneo "xerox art". Son muchos los materiales a partir de los cuales trabajar, pero uno de los posibles es la fotografía, que se puede ampliar, variar los tonos, multiplicar... intervenir de formas diversas para llegar a una nueva obra con nuevas formas y significados. Por habitual, pero interesante... y al alcance de muchos. Sería planteable, aunque no sean fotocopiadoras propiamente dichas, acercarse ha dicha forma de expresión con nuestros equipos multifunción de sobremesa.

Diego estaba entretenido con otro asunto... también muy divertido.