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En el Matarraña con Fotógraf@s en Zaragoza... y con la Fujifilm GS645S Professional Wide 60

Si recordáis, en el artículo que dediqué hace unos días a la excursión al Matarraña con Fotógraf@s en Zaragoza, ya adelantaba que me había llevado una cámara para película tradicional de formato medio. Por otro lado, también comentaba el pasado domingo que una de las estrellas de la Photokina 2015 ha sido la presentación de una Fujifilm para formato medio, que ha levantado mucho revuelo. Pues bien... la cámara que me llevé al Matarraña fue una Fujifilm de formato medio. Bien es cierto que ya tiene unos 30 años de antigüedad. Pero bien divertida de usar que es. Ya ha venido por estas páginas en otras ocasiones, pero para aquellos que no se coscan o no habían venido antes, os presento a la Fujifilm GS645S Professional Wide 60.

Breves especificaciones... Cámara de formato medio para película tradicional en carrete tipo 120 o 220, y 15 o 30 exposiciones respectivamente, de 6 x 4,5 cm (en realidad, aproximadamente 55 x 41 mm), con un objetivo no intercambiable de focal fija 60 mm f/4. Equivale a un angular muuuuuuuyyyyyyy moderado, casi un estándar amplio, similar a un 38 mm en el formato más habitual de negativo de 24 x 36 mm. Es totalmente mecánica, las pilas sólo sirven para alimentar el fotómetro. Funciona sin ellas. Y se enfoca por telémetro de coincidencia, estilo "leica", aunque he de reconocer que es uno de los puntos débiles de la cámara. Las más de las veces enfoco por zonas estimando la distancia del sujeto pricipal, y aprovechando la escala de profundidad de campo grabada en barril del objetivo. En su posición habitual, el visor nos muestra un fotograma vertical... al contrario que con la mayoría de las cámaras. Y es ese formato el que más obtengo de esta cámara. Aunque ladeándola permite obtener fotogramas horizontales sin mayor problema.

Para la excursión me llevé varios rollos de película negativa en color Kodak Portra 400, auténtica todo terreno, que en buenas condiciones de luz uso con un índice de exposición de 200 y revelado normal con excelentes resultados. Empezamos, como ya comenté, con una visita a La Fresneda.

Como siempre, la Kodak Portra 400 es absolutamente idea para retratos, con unos colores muy naturales y gradaciones suaves. Ninguna extridencia, todo muy placentero. No he dicho que, como de costumbre, el revelado y digitalización es de Carmencita Film Lab. Pero buena parte del día, especialmente en nuestra visita al Parrizal de Beceite, estuvo trabajando en paisajes. Y la ventaja de la Portra 400 ahí es que, ofreciendo un grano razonablemente fino, especialmente cuando sobrexpones la película como hice yo, tiene una latitud de exposición muy amplia, y se merienda los contrastes fuertes sin problemas. Especialmente cuando visitas un entorno natural como un cañón en un río al mediodía.

Pasé algunos apuros con el tercer carrete de los cuatro que usé. Inadvertidamente, el ajuste de sensibilidad se colocó en 1600. Es decir, 2 puntos de subexposición en lugar de 1 punto de sobrexposición. Me di cuenta tras tres exposiciones, y decidí mantener, solicitando luego al laboratorio un revelado forzado +2. Es la primera vez que lo hacía. Hace 20 años nos decían que se podía forzar la película negativa en blanco y negro y la diapositiva en color, pero no los negativos en color porque se producían horribles alteraciones en los colores. Pero hoy en día, con las modernas emulsiones hay gente que lo hace constantemente. Las fotos se salvaron, aunque no tienen la calidad de los otros carretes.

Esta es una de las fotografías que más sufrió con el error en el ajuste del fotómetro.

También coincidió ese rato, con el ajuste del fotómetro cambiado, con el momento en que sobre Valderrobres se nubló y la luz fue menos intensa que en el resto del día. Me ha llegado algún consejo de que otra vez que me pase eso, que subexponga dos pasos, pida un revelado +3 en lugar de +2. Hablaré otro día del tema del forzado de las Portra 400, y no estoy del todo de acuerdo con el consejo, pero ya veremos.

El caso es que el resto del día siguió sin problemas, terminando la visita a Valderrobres y a los campos de girasoles con un último carrete expuesto como los dos primeros a un índice de exposición de 200-400.

Salida fotográfica al Matarraña con Fotógraf@s en Zaragoza... y a vueltas con el concepto de "HDR"

Este miércoles pasado, 14 de septiembre de 2016, había propuesta una excursión fotográfica por parte de Fotógraf@s en Zaragoza (flickr, facebook), esas que llamamos de "jubilados" por aquello de los que tienen más posibilidades de apuntarse entre semana. Aunque hay de todo. Como iba bien de festivos, decidí cogerme un día de asuntos propios y acompañarles. No voy a entrar en el proceloso proceso que nos llevó a dirigirnos a la comarca aragonesa del Matarraña después de una semana observando cuidadosamente las predicciones meteorológicas, y que anunciaban justamente para ese día el final de los calores del verano y la entrada de las lluvias y tormentas de otoño. El destino original era otro... pero al Matarraña fuimos.

Cargué con la Olympus OM-D E-M5 y varios objetivos, entre los cuales el Meyer-Optik Görlitz Trioplan 50/2,9 V y el adaptador correspondiente. Este último lo iba a compartir con una compañera que dispone de la E-M5II y las más prestigiosa versión del Trioplan de 100 mm de longitud focal. Nos referimos a las versiones históricas, no a las carísimas nuevas versiones que está desarrollando una empresa que ha comprado los derechos de uso de las marcas de Meyer-Optik. También me llevé la Fujifilm GS645S Professional con algunos carretes de Kodak Portra 400, de los cuales use tres a su sensibilidad nominal y otro a un índice de exposición de 1600, y de Ilford XP2 Super 400, que se volvieron a casa tal como salieron. Tardaré unos días en comprobar los resultados de la película.

Comenzamos la excursión en la bella población de La Fresneda.

Comencé el día usando el Trioplan,... aunque pronto cambié a un gran angular y ya tan apenas use el histórico objetivo.

En La Fresneda pudimos visitar una colección de fotografías de la zona que dispone en su casa un antiguo fotógrafo profesional de la zona, tras lo cual recorrimos las calles del pueblo hasta acabar haciendo el primer control de avituallamiento en una terraza de la Plaza Mayor, donde por la hora no hubo acuerdo pleno sobre si era ya la hora de la cerveza o todavía la del café. Lo que sí cayó fue una deliciosa empanada gallega de bacalao.

Tras abandonar La Fresneda, nos dirigimos al Parrisal o Parrizal de Beceite. Se trata de un lugar donde el río Matarraña, que da nombre a toda la comarca, se encañona, ofreciendo una calidad paisajística y naturalista de primer orden. Como el primer control de avituallamiento se había prolongado demasiado y el segundo tenía hora fija, no pudimos dedicar todo el tiempo que se merece el lugar, pero disfrutamos bastante del mismo.

En el Parrizal existen pinturas rupestres que si no estoy mal informado pertenecen al extenso conjunto del Arco Mediterráneo de Pinturas Rupestres declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Cuando llegó el momento, replegamos los trastos de fotografiar y nos dirigimos a Valderrobres, capital de la comarca del Matarraña, para proceder al segundo control de avituallamiento, la comida, donde se nos unieron algunos destacados miembros de FeZ que residen en el Bajo Aragón. Lo cual todavía más el buen ambiente de la salida. Después de comer, paseamos, a ratos bajo la lluvia por el bellísimo casco histórico de Valderrobres... Bueno... a algunos les dio también para cazar "pokemones"... todo sea dicho.

Tras un breve tercer control de avituallamiento que consistió en algunos cafés, algunos caramelos de Ecuador y las maravillosas galletas de chocolate o avena de Carmina, nos encaminamos a paisajear el ocaso en algún campo bonito en los alrededores de Alcañiz. La intención era encontrar algún campo de girasoles donde, a pesar de lo tardío de las fechas, estos conservasen algo el porte. Nos costó, pero algunos, poquitos, encontramos.

Allí discutimos y pusimos en práctica la idea de tomar varias tomas con horquillado de la exposición con el fin de aplicar algunas técnicas para obtener imágenes con gama tonal ampliada o "alto rango dinámico" que dice la mayoría maltraduciendo la expresión inglesa "high dinamic rank", el famoso HDR.

Hoy en día la mayor parte de los aficionados (y muchos profesionales) denominan HDR a las técnicas de mapeo tonal, que permiten reducir el contraste de una imagen a partir de una serie de imágenes iguales pero horquilladas respeto a su exposición, o una sola imagen a partir de la que se obtienen varias variantes con distinta luminosidad. Pero lo cierto es que hay otras muchas formas de comprimir el excesivo contraste de una imagen. Yo siempre he sido partidario, especialmente desde que la fotografía digital encaja tan amplias gamas tonales de hasta 12, 13 o 14 diafragmas, del ajuste de brillo y contraste por zonas, reproduciendo las técnicas de quemados y reservas heredadas del cuarto oscuro fotoquímico. Pero últimamente, usando el programa HDR Effects Pro 2, que desde hace unos meses Google puso a disposición del público de forma gratuita, me he estado introduciendo en el mapeo tonal. En el reciente viaje a Suecia obtuve algún éxito en fotografías de la ciudad vieja de Estocolmo, pero habitualmente no he sido muy partidario de estas técnicas por el aspecto artificioso y efectista que presentan con frecuencia. Soy partidario de un aspecto más natural, aunque haya que sacrificar algunas luces o sombras.

Esta era una ocasión para usarlo con paisajes. De momento no he acabado de obtener resultados del todo satisfactorios. Y no sé si es que no consigo dominar el programa, o es que definitivamente no me convencen los resultados que ofrece el método. Os dejo para terminar con dos imágenes obtenidas con el sistema de reservas y otra con el mapeo tonal.