La fotografía como afición y otras artes visuales

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Un objetivo de 1958 en un cámara digital de 2013 - Canon S 50/1,8 II en Leica M-E

Una de las ventajas de cámaras tan conservadoras en su diseño como las telemétricas de Leica es que son capaces de utilizar objetivos fabricados desde los años 30 hasta la fecha. Y han sido tantas veces copiadas o imitadas, que son diversas las marcas y las calidades de los mismos.

Desde hace años tengo un objetivo Canon S 50/1,8, en su segunda versión, que calculo fue fabricado en 1958, para montura de rosca compatible con las Leicas de este tipo. Pero con el adaptador correspondiente se puede utilizar sin problemas con las Leicas de la serie M con montura de bayoneta. Está totalmente acoplado al funcionamiento del telémetro, por lo que el enfoque de la fotografía está totalmente garantizado. El pero está en qué sentido tiene poner un objetivo de “segunda fila” en su época en una cámara del precio y las exigencias de la Leica M-E. Pues la respuesta básica es porque se puede y puede ser divertido.

Y además pasa una cosa. Este objetivo de “segunda fila” tiene un comportamiento más que honorable. Seguro que a plena apertura no tiene el rendimiento de un objetivo Leica u otros con similar pedigrí. Pero es utilizable. Y en cuanto vas cerrando el diafragma el rendimiento es bastante bueno. Cualquier objetivo de 50 mm fabricado con el suficiente cuidado es un buen objetivo desde hace años. Las grandes diferencias entre los mejores y los demás son el rendiiento a plena apertura. Y por lo demás, mecánicamente funciona muy bien. Está bien terminado, e incluso tiene algún detalle de diseño mejor que los propios objetivos de Leica. Por ejemplo, en una esquina del visor de la cámara ves qué diafragma tienes elegido. En cualquier caso, os dejo algunos ejemplos recientes de su utilización.

A f/8 tine una buena resolución. Y ni siquiera es necesario hacer importantes correcciones de contraste, o saturación. Esta fotografía está prácticamente como salida de la cámara.
Incluso enfocando a menos distancia, y con un motivo con fino detalle, a f/8 resuelve sin más problema. Esta imagen está más procesada para compensar la diferencia de luminosidad entre el campo de maíz y el cielo con claros y nubes.
Aquí estamos ya en terreno más difícil. Enfocando muy próximo y con el diafragma a f/1,8. Para conseguir el contraste y la saturación adecuados hay que trabajar algo más el archivo RAW. Pero el desenfoque es agradable y el resultado final utilizable.
Esta imagen está tomada justamente después de la anterior. Oí llegar el tren y no me dio tiempo a cambiar ningún parámetro salvo la distancia de enfoque, que moví a infinito. Por lo tanto, está tomada también a f/1,8, lo cual se aprecia en el desenfoque del primer plano. Y en que en las esquinas la definición baja y se oscurecen. Pero con la luz principal a mis espaldas, saturación y contraste son buenos. La fotografía me resulta agradable.
Utilizando un diafragma a medio camino, a f/4, tenemos una nitidez razonable en la zona de profundidad de campo, y un suave desenfoque bien estético hacia el fondo de la imagen. La luz es más complicada por lo intensa en la esquina superior derecha, pero con el diafragma a este valor, no se aprecia gran pérdida de contraste y saturación.

Como veis, no es necesario arruinarse en objetivos para disfrutar de una telemétrica digital. Evidentemente, no son objetivos con la misma calidad que los prestigiosos summicrones u otros summiluxes. Pero teniendo en cuenta sus limitaciones, podremos conseguir imágenes de las que podemos estar satisfechos.