La fotografía como afición y otras artes visuales

CARLOSCARRETER.ES

Home / Essays / leica

# FP4Party Edición 2021 - Leica M6

Segunda entrada dedicada a la edición de 2021 de la #fp4party, "fiesta" de la fotografía con película negativa en blanco y negro, cuya naturaleza ya os expliqué hace unos días. Lo que se refiere al revelado de la película, lo resumiré con rapidez. Todos los rollos de la "fiesta" los revelé al mismo tiempo, en el mismo tambor JOBO, que admite 4 rollos de 35 mm, o 4 rollos tipo 120, o dos de cada. Esto último fue; dos de cada. Con Kodak HC-110 1+19, 5 minutos y 15 segundos durante 21 ºC. Luego, digitalizados los negativos con la Panasonic Lumix G9 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8.

Este segundo rollo fue expuesto durante el sábado de esa primera semana de la fiesta, por la mañana. Y utilicé como cámara la Leica M6 que tengo en depósito desde hace unas semanas, y que cada vez me gusta más. Acabaré quedándomela en propiedad... si encuentro una forma razonable de financiación para un precio de la cámara también razonable. Pero las Leica de telémetro, de la serie M, tienen un problema. Bueno... aunque son muy divertidas y eficaces para según que usos, para otros no van también. Y uno de esos usos para los que no van bien es la fotografía de aproximación. El uso del telémetro, la precisión en el enfoque, el error de paralaje, son algunos de los conceptos que entran en conflicto en este tipo de fotografía.

En modernas cámaras digitales del sistema, con el uso de la pantalla electrónica, la cosa ha mejorado. Pero con las antiguas cámaras de película... Hay que tener en cuenta que la distancia mínima de enfoque en las ópticas para montura Leica M oscila entre los 70 cm en las más modernas y los 90 y los 100 cm para las más antiguas. Lo cual es muy desfavorable, especialmente para focales como la de 35 mm, que en sistemas réflex tiene distancias mínimas de enfoque como máximo de 30 cm, las hay con menos, y las de 50 mm, que en sistemas réflex rondan como distancia mínima de enfoque los 45 cm, a veces menos.

Pero con los teleobjetivos cortos, como sucede con mi Elmar-C 90/4, estas distancias mínimas de enfoque de 90 a 100 cm ya no son una desventaja con respecto a los sistemas réflex. Están más o menos a la par. Sólo están en desventaja con objetivos macro y otros de uso especial. Esto permite una mejor aproximación al objeto. Y aunque el visor de las Leica M está más adaptado al uso con focales cortas, 90 mm es una focal que he utilizado de vez en cuando sin mucho problema.

Por ello, ese sábado por la mañana, eché a la mochila la M6, un 35 mm, un 50 mm y el mencionado 90 mm. De camino al Parque Grande de Zaragoza hice alguna foto con las focales cortas. Pero una vez que cambié al 90 mm, ya no lo abandoné. Bien fuese para comprimir los planos en tomas generales, como para acercarme a las flores de cerezo ornamental, a los tulipanes y a los narcisos que estas semanas atrás daban color al parque. Ya están marchitas. Pero me apeteció quitarles el color con la FP4 Plus y comprobar si podía jugar con las formas y entornos. Sin más. Espero que os gusten.

Leica M6, Planar 50/2 ZM, Summicron 35/2 ASPH, filtros de densidad neutra, Kodak TMax 400 y piernas para caminar

Aunque durante la Semana Santa existía la posibilidad de moverse por el interior de la comunidad autónoma, pero no de viajar fuera de ella, una serie de factores aconsejaron que no me moviese de Zaragoza. No estuvo mal en un principio, aunque se torciese por un acontecimiento inesperado en su recta final. Planifiqué fotografiar una serie de cosas y motivos con rollos en color,... no fue exactamente como tenía en mente, pero algo tendré. Lo veremos dentro de unos días, espero. En cualquier caso, como sí quedé con amigos para hacer una diversidad de actividades culturales y para caminar, cargué una cámara con un rollo de película en blanco y negro.

Sigo pegado a la Leica M6 que tengo en depósito, cada vez más convencido de que acabará siendo de mi propiedad, todo es cuestión de establecer un marco de financiación razonable, porque es divertida de usar y obtengo resultados buenos con facilidad. En el plano técnico, no voy a valorar ahora las fotos en el plano artístico o significativo. Eso es otro cantar que no es dependiente del equipo, sino del fotógrafo. Unos pocos días antes de los de fiesta, el lunes o el marte de esa semana, pasé por una tienda en el centro de la ciudad donde venden una cierta variedad de películas fotográficas, y vi que tenían algún rollo de Kodak T-Max 400. Y decidí comprar uno.

No suelo usar Kodak en blanco y negro. Pero no porque sean malas emulsiones, ni mucho menos, sino porque tienen más complicaciones en su uso que otras marcas de calidad y garantía como Ilford. En primer lugar, son considerablemente más caras. En segundo lugar, el soporte de las películas tiene una estabilidad dimensional peor y es complicado trabajar con ellas. Se enrollan, se doblan,... para un proceso mixto químico/digital como el mío, es difícil digitalizar los negativos perfectamente plano y sin que se "contaminen" de motas de polvo que luego son un aburrimiento de eliminar. Las películas de grano fino, de grano tabular, como las T-Max hay que ser muy cuidadoso al revelarlas y darles tiempos de fijado prolongados... Nada es tan sencillo y directo como las películas tradicionales de Ilford. O incluso como sus equivalentes de grano tabular de Ilford, las Delta. Pero decidí que no pasaba nada por hacer un rollo.

Además, para ese momento, ya disponía de filtros de densidad neutra de buena calidad, que me permitan abrir el diafragma cuando me interesa, incluso en situaciones de abundante luz. Con una película ISO 400, en un paseo con amigos en un día soleado, te vas moviendo en valores de exposición de f/16 o f/11 y 1/500 s en las escenas mejor iluminadas, a f/8 y 1/125 o 1/250 s cuando te metes en la sombra. Si quieres valores de diafragma más amplios, que te permitan cierto aislamiento del primer plano con el fondo... o tienes que usar sensibilidades más bajas, arruinando tu posibilidad de fotografiar en interiores iluminados, o tienes que llevar un filtro de densidad neutra contigo para poder usar aperturas entre f/2,8 y f/5,6, que permitan una cierta separación de planos. Para el Zeiss Planar 50/2 ZM tenía un B+W ND 0.9, filtro de buena calidad que resta tres pasos de exposición (donde tienes que usar un f/11 pasas a usar un f/4), pero nada para el Summicron 35/2 ASPH. El primero tiene un diámetro de filtro de 43 mm y el segundo de 39 mm.

Una posibilidad, y la tengo, es usar una económica arandela que adapte un filtro de 43 mm a la rosca de 39 mm. Pero eso conlleva otros inconvenientes en el uso del parasol y alguna otra cosilla. Es perfectamente factible, pero preferí buscar otro filtro para el 35 mm. Similar, también un B+W ND 0.9... no sé si de la misma serie, pero parecido. B+W es una de las mejores marcas de filtros, son caros en comparación con otras marcas, y no digamos en comparación con los ultrabaratos de Amazon y otros procedentes de China. Pero no tiene sentido poner cristales baratos, si te has esforzado en conseguir ópticas de alta calidad, nítidas y contrastadas. Por otro lado, estos diámetros de 39 o 43 mm son apreciablemente más económicos que os de los monstruos de 67, 72, 77 mm o más.

Así que durante los paseos por Zaragoza, visitando exposiciones, museos, quedando a tomar un café o una cañita en una terraza con algún amigo, llevé conmigo la Leica M6 y los dos objetivos mencionados, con los filtros de densidad neutra mano, y cargada con el rollo de Kodak T-Max 400. La película la revelé con revelador Kodak HC-110, dilución B 1+31, como hago habitualmente, durante 5 minutos y 30 segundos a 20 ºC. Los negativos están digitalizados con la Panasonic Lumix G9 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS. Y estoy muy satisfecho.

Con el ISO 400 de la película, con o sin filtros puestos he podido fotografiar desde escenas a pleno sol con abundante luz, como escenas en interiores razonablemente bien iluminados. Con calmar y tranquilidad, he conseguido mantener en el proceso de digitalizado la película bastante plana, por lo que no he perdido nitidez en ese parte del proceso. El grano de una T-Max 400 bien expuesta es bastante más contenido, bastante más fino, que el de las películas de ISO 400 que uso habitualmente, especialmente la Ilford HP5 Plus. Y con un contraste algo más elevado, pero manejable. La T-Max 400 perdona menos los errores de exposición que la HP5 Plus, pero el fotómetro parcial de la Leica M6 me permite controlar muy bien la exposición. No tengo negativos mal expuestos entre los 38 que obtuve del rollo de 36 exposiciones.

Dicho todo lo anterior... ¿cuál es el inconveniente para no usar la T-Max 400 de continuo? Pues que la Ilford HP5 Plus se compra por 6 euros en los comercios de Zaragoza y la T-Max 400 me costó 10,50 euros. La diferencia es notable. Aunque algo así me pasa también entre la Ilford FP4 Plus y la Fujifilm Neopan 100 Acros II... y he encargado recientemente unos cuantos rollos de esta. En fin... todo es cuestión de lo que quieres y lo que puedas hacer o gastar. Pero lo cierto es que la película fue muy bien, y fue agradable hacer las fotos.

Leica Minilux y Kodak Ultramax 400 - una buena combinación

Durante el mes de febrero expuse dos rollos de película negativa en color. Con sendas cámaras Leica. Pero muy distintas. El primer rollo, con la compacta Leica Minilux, de la popular Kodak Ultramax 400; el segundo, con la veteranísima Leica M2 calzada bien con el Zeiss Planar 50/2 ZM bien con el Leitz Elmar-C 90/4, de la prestigiosa Kodak Portra 160. Estaba principalmente en este segundo. A priori, usado con un equipamiento más prestigioso que la compacta de Leica fabricada por Minolta. Y por ello lo comenté primero. Especialmente, porque los resultados fueron decepcionantes. Una subexposición clara en buena parte de los fotogramas hizo que, por prestigioso que fuera el equipo,... pues eso, los resultados fueran decepcionantes.

Pero en las primeras semanas del mes, no me compliqué mucho la vida en este aspecto. Cargué un rollo de Ultramax 400, una película a la que estoy cogiendo un cierto cariño, en la compacta Minilux, y me dediqué a usarla de bloc de notas fotográfico cada vez que veía un motivo que quería conservar en forma de fotografía, en lugar de fiar las circunstancias a la memoria. El usar una cámara ligera, que puedas llevar siempre encima, como bloc de notas fotográfico es algo que recomiendo. Quizá muchas de las fotografías que hagas sean intrascendentes para la mayor parte de los que las contemplen. Pero sirve como entrenamiento personal sobre la luz y las formas y su potencial fotográfico, que viene bien cuando te mueves en un entorno más interesante, como pueda ser un viaje o un acontecimiento.

Ya había usado esta combinación de cámara y película a principios del mes de enero, con buenos resultados. Siendo la Kodak Ultramax 400 una película de ISO 400, podríamos considerarla como adecuada para situaciones en exteriores donde la luz no es excesivamente brillante. Pero comparando los resultados obtenidos en enero, días de luz más tenue, menos brillante, con los de febrero, en los que en Zaragoza son frecuentes ya los días francamente soleados, lo cierto es que la Ultramax 400 muestra su mejor cara con mejor luz. Colores más limpios, más luminosos, saturados pero no sobresaturados. Realmente satisfecho con el resultado.

Y también con este resultado, una enseñanza general que vale para cualquier tipo de equipamiento o técnica fotográfica. Da igual lo potente, prestigioso, caro, complejo... el adjetivo que prefiráis, que sea vuestro equipo, si cometéis errores en vuestra técnica fotográfica, un error en la medición o en el ajuste de la sensibilidad en esta ocasión, los resultados van a ser mediocres o peores que con un equipo más modesto pero con una técnica fotográfica impecable. Estas son las prioridades que hay que tener en cuenta.

Segunda ronda con la Leica M6; con el Leitz Elmar-C 90/4

Tras el "estreno" de la Leica M6 que ha llegado a mis manos con el Summicron 35/2 ASPH, el fin de semana pasado decidí darle un segundo repaso, pero con un objetivo distinto. Mi primera cámara Leica fue la Leica CL. Una pequeña cámara de objetivos intercambiables, compatibles con la montura Leica M, que estaba pensada como cámara más económica y para aficionados que no se pudieran permitir el coste de las Leica M. Fue desarrollada en combinación con Minolta, que sacó sus propias versiones tanto de la cámara con de los objetivos que específicamente fueron diseñados para ella. Las versiones de Minolta tienen un prestigio tan alto o superior a las versiones de Leica, e incluso sacaron al mercado un segundo cuerpo de cámara inspirado en el primero. Este pequeño sistema tuvo más vida con Minolta que con Leica.

La primera foto del rollo y, como digo más adelante, una de las que fue sobreexpuesta 3 pasos; IE 50 en lugar de IE 400.

Con la Leica CL se pueden usar todos los objetivos con montura M, salvo algún gran angular cuyos elementos traseros se introducen en exceso en el cuerpo de la cámara y pueden interferir mecánicamente con el brazo móvil que porta la célula de medición de la luz de la cámara. Por que la Leica CL, junto con la Leica M5, contemporánea suya, fueron las primeras Leica telemétrica que incorporaron un fotómetro en el cuerpo de la cámara. El caso es que con aquella cámara salieron al mercado dos objetivos específicos, el Summicron-C 40/2 y el Elmar-C 90/4. Muy compactos, especialmente el 40 mm y de una calidad óptica más que honorable. Tengo los dos. Y es una pareja que me ha condicionado mucho después de probarla, puesto que muchas veces he ido por el mundo con una cámara y una pareja de objetivos de focales similares.

Algo que he leído en múltiples ocasiones es que aunque la bayoneta de estos dos objetivos Leitz-C, por agruparlos bajo una denominación y la de los demás objetivos con montura M son todas mecánicamente compatibles con las monturas de todas estas cámaras, la geometría de los mismos tiene alguna diferencia, y podría producir alguna imprecisión en el enfoque cuando se usan los Leitz-C en las cámaras de la serie Leica M. Pero eso es algo que puede ser verdad, o pudo ser una estrategia de la marca, un aviso que introdujo para que los usuarios de las Leica M no se tirasen a comprar unos objetivos de buena calidad óptica y más baratos, en lugar de comprar otros objetivos de más precio. Así que cuando ha llegado a mis manos una Leica M, siempre los he probado. Especialmente el Elmar-C 90 mm, porque su mayor longitud focal hace que el enfoque sea algo más difícil.

No he querido probar también el Summicron-C 40 mm por dos motivos. El primero, porque su corta focal hace que los errores de precisión en el enfoque se noten menos, al ofrecer habitualmente más profundidad de campo. Cierto es que su apertura máxima es mayor, f/2 frente a f/4. Ciertamente, si se usa una calculadora de profundidad de campo, y se enfoca un objeto digamos a 3 m, la profundidad de campo del 90 mm a f/4 es menor que la del 40 mm a f/2. Aunque la diferencia no sea mucha. El segundo motivo es que todas las Leica M tiene marco para encuadrar una focal de 90 mm, pero sólo la Leica CL tiene marco para encuadrar una focal de 40 mm. Cuando montas el Summicron-C 40 mm en una Leica M... aparece el marco correspondiente a los 50 mm... y tienes que adivinar cuanto más va a aparecer en la foto final. Se puede hacer... pero es un rollo. Una pena, porque como focal de uso general, los 40 mm me gustan más que los 35 y los 50 mm.

Hasta ahora, nunca he tenido problemas para enfocar con precisión el Elmar-C 90 mm, que he probado con una Leica M2, para película tradicional, y con una Leica M-E, digital. Por lo que tiendo a pensar que los avisos de imprecisiones en el enfoque no son más que una estrategia para meter miedo a los compradores de objetivos de la marca en aquella época, en los años 70, y hacer que los usuarios de Leica M no compraran este objetivo más barato. Pero he decidido comprobarlos también con la Leica M6, porque nunca se sabe y, uno que es de ciencias, siempre que puedo confirmo experimental u observacionalmente mis hipótesis. Le puse a la cámara un rollo de Ilford HP5 Plus 400 de 24 exposiciones, y le monté el Elmar-C 90 mm. Y salí a la calle el domingo por la mañana para hacer unas cuantas fotos.

Aunque no había sol radiante, la luz natural era relativamente alta, con un sol suavizado por una nubosidad ligera o simplemente esta nubosidad ligera. Y con ISO 400, la mayor parte del tiempo tuve que usar diafragmas de f/8 o f/11. En el momento en que el objeto de interés estaba lo suficientemente alejado, la profundidad de campo es lo suficientemente elevada para eliminar el efecto de cualquier imprecisión. Aun así, tuve oportunidad de usar en varias ocasiones las aperturas de f/4 y f/5,6 a distancias cortas. Y no he encontrado ningún enfoque incorrecto en ninguno de los fotogramas.

La película la revelé, como de costumbre, en Kodak HC-110, dilución B (1+31), durante 5 minutos a 20 ºC, con diez inversiones tranquilas al principio del revelado, y cinco inversiones tranquilas al principio de cada uno de los restantes minutos. Es un método de revelado que tengo completamente controlado y funciona bien con esta película. La medición de la luz la hice con el fotómetro de la cámara, a un índice de exposición de 320, y la densidad de todos los fotogramas es correcta, salvo los dos primeros en los que había olvidado cambiar el ajuste del fotómetro y se expusieron a IE 50. Aun así, se puede extraer sin muchos problemas la información de los mismos. Las bondades de la HP5 Plus a la hora de aguantar los eventuales errores de exposición.

En fin, como resumen, que como ya suponía, el Elmar-C 90 mm se puede usar perfectamente con la Leica M6. No sé si algún día usaré el Summicron-C 40 mm. Pero salvo la imprecisión del encuadre por falta de la referencia adecuada en el visor, tampoco preveo mayores problemas.

Kodak Portra 160 en Leica M2... con un error

De la gama de películas Kodak Portra, la de menos sensibilidad, la Kodak Portra 160 es con la que menos familiarizado estoy. La he utilizado ocasionalmente, siempre con algunas cámara réflex con un sistema de medición fiable, puesto que siempre he leído que es más exigente que su hermana de ISO 400 en lo que se refiere a la precisión en la medición. Pero tenía algún rollo por casa, y hacía tiempo que no usaba la Leica M2. Lo cual coincidía con el hecho de que tenía sobre la mesa la oferta de usar una Leica M6 de la que os hablé hace poco.

Pero cometí un error notable. Cargué la película hacia principios del mes de febrero, hice alguna foto con ella, pero luego la aparqué a un lado con otras cosas. Y cuando la volví a retomar... había olvidado qué película iba en su interior. Y por algún motivo estaba convencido de que era una Kodak Portra 400 que había ajustado a un índice de exposición de 200.

Y en ello estuve. Haciendo unas cuantas fotos con la Leica M2, con el fotómetro de mano, el Gossen Digisix ajustado a IE 200, con el Zeiss Planar 50/2 ZM como óptica principal, aunque también usé el Leica Elmar-C 90/4 en algunas de las últimas fotografías, convencido en que todo iba a quedar bien. Cuando estaba haciendo como promedio una subexposición de un tercio de paso. Poca cosa diréis.

Ayer me llegó revelado el rollo... y no estoy muy satisfecho. Es cierto que por distintos motivos no he podido valorarlo con el detalle que esperaba. Pero del laboratorio ya me advierten en el correo de remisión que algunos fotogramas están subexpuestos, y que por lo tanto, en esos, no puedo esperar la misma calidad en los colores y aparece mayor nivel de grano en las sombras. Igual modifico más adelante mis impresiones... pero no he acabado excesivamente satisfecho.