La fotografía como afición y otras artes visuales

CARLOSCARRETER.ES

De compras en Tokio; Panasonic Leica DG Summilux 15/1,7 ASPH.

Si cuando llegué a KIOTO, lo de encontrarme con el ojo de pez y comprarlo fue un poco una casualidad, feliz casualidad desde mi punto de vista, en TOKIO sí que teníamos previsto algún rato, dependiendo de las circunstancias, para dedicarlo a las tiendas. Y he aquí que la mañana del 25 de septiembre salió gris y lluviosa. Así que quedamos a las doce en otro lado, y nos dividimos según nuestros interesantes para la cosa comercial. Y yo me quedé en SHINJUKU donde abundan las tiendas de fotografía, con material nuevo y también de segunda mano.

De segunda mano vi muchas cosas interesantes, y alguna de ellas a punto estuvo de venirse conmigo, y este artículo tendría un cariz muy distinto. Pero las circunstancias hicieron que no me decidiera por ninguna. Y así hasta que entre en MAP CAMERA. Disfruté mucho en el sótano de este comercio, donde encontramos marcas como LEICA, HASSELBLAD, ROLLEI, ZEISS, y una amplia colección de telemétricas de las marcas anteriores, pero también de marcas japonesas como CANON y NIKON. Lo que pasa es que los precios estaban un poco subiditos de tono para mis intenciones. Así que me dediqué a mirar otros pisos, con material moderno. Y la quinta planta está dedicada a las cámaras de objetivos intercambiables sin espejo. Y allí se me quedó mirando un PANASONIC LEICA DG SUMMILUX 15 MM F/1,7 ASPH. En concreto, este que aparece montado en mi OLYMPUS OM-D E-M5.

Yo ya disponía de un gran angular, un 14/2,5 también de PANASONIC que no está mal, pero que tiene algunos defectos que me empezaban a pesar. A saber... un bajo contraste a aperturas grandes, especialmente en contraluces, y demasiados artefactos de colorines en situaciones de fuerte contraste. Estos últimos se pueden corregir con facilidad. El problema del contraste a aperturas grandes, más difícilmente. Y es cierto que de nitidez no está mal, y que es extraordinariamente compacto. Pero estaba un escalón por debajo del resto del equipo.

El objetivo que me he traído de la capital japonesa es más grandote. Al fin y al cabo es un paso más luminoso. Es un objetivo diseñado por LEICA aunque fabricado en JAPÓN por PANASONIC para las cámaras micro cuatro tercios. Es metálico, incluido su generoso parasol. El enfoque automático es total y absolutamente silencioso y muy rápido. Dispone de selector de diafragmas en el barrilete, como veremos en la siguiente fotografía, aunque sólo es útil en las cámaras PANASONIC. En las OLYMPUS hay que ignorarlo y seleccionar el diafragma con la rueda del cuerpo de la cámara. Eso es una pena, porque probado con la PANASONIC LUMIX GF1 es una gozada ergonómicamente hablando. Y dispone de una generosa rueda de enfoque que permite la corrección manual cuando está en modo automático con gran facilidad.

Está claro que el objetivo está un par de escalones por encima del 14/2,5 en calidad. Y la cuestión es que con diversos descuentos, estaba a un precio que me sorprendió. Por lo bajo. Así que no lo dudé, y se ha venido conmigo. Aunque a partir de ese momento fue el angular de primera elección en lo que me quedaba de viaje, haciendo una pareja estupenda con el 45/1,8 de OLYMPUS. De hecho, algunos días fueron los dos únicos objetivos que usé, siendo absolutamente suficientes para mis propósitos de fotografía viajera.

Os dejo algunos ejemplos.

Muy discreto y totalmente silencioso, permite hacer fotografías en los trenes de Tokio, línea Chuo, sin problemas.
En interiores, con luz escasa, con su amplia apertura y la estabilización de la cámara, no hay demonio budista del Museo Nacional de Tokio que se resista.
Como buen angular, idóneo para la fotografía de arquitectura, como por ejemplo en los templos de Nikko.
Cualquiera asociará un gran angular al paisaje, pero su favorable corta distancia de enfoque y su gran apertura, permite jugar con la profundidad de campo, como en los bosques de Nikko.
Aunque no tiene escala de profundidad de campo, con un poco de habilidad se puede usar el enfoque por zonas o en la hiperfocal, permitiendo la instantánea oportunista cuando surge la ocasión, como en los santuarios de Kamakura.
Y si estamos en Kamakura, es el instrumento adecuado para registrar la imagen del Gran Buda de bronce del siglo XIII.
No soy un fanático de la fidelidad en la reproducción del color, pero en este autorretrato en Kawaguchiko anto el monte Fuji, los tonos de color son realmente muy agradables.
Y despido el artículo jugando con las aperturas más pequeñas del objetivo, generando estrellas de difracción bajando del monte Tenjo en el funicular de Kawaguchiko.