La fotografía como afición y otras artes visuales

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Cuando todo va mal - Desventuras con una Kodak Portra 800

Nunca había usado antes película negativa en color Kodak Portra 800. Ni en formato pequeño ni en formato medio. Satisfecho como estoy con mis experiencias con las sensibilidades más bajas de la familia, de 160 y 400 ISO, me apetecía mucho probar esta película de alta sensibilidad. Pero desde que compré un par de carretes en formato 120, para formato medio, no había tenido ocasión.

Hace unas semanas, en el fotopaseo del X Asalto en Zaragoza patrocinado por Fujifilm, dada la hora a la que se celebraba y los lugares del Casco Viejo por los que presumiblemente iba a transcurrir, decidí que sería una buena idea llevarme estos carretes. Y ya que tengo la Fujifilm GS645S de formato medio, me pareció adecuado cargar uno en la cámara y llevármelo. Luego, como conseguí hacer durante el paseo con la X100T para probarla,... pues no hice más que una foto. Esta.

Los más sagaces o conocedores os estaréis preguntando. Si nos está hablando de una película negativa en color, ¿por qué nos enseña este tipo una foto en blanco y negro? Pues a eso vamos. A que el carrete parece que salió gafado. Y como dicen que de los errores también se aprende, para aquellos que se interesan por las técnicas fotográficas con película tradicional, os cuento lo que pasó.

Con sólo un fotograma expuesto el día del fotopaseo, este sábado que también bajamos por el Casco Viejo me volví a llevar la telemétrica de formato medio y terminé de exponer el resto del carrete. Un poquito de ambiente por aquí y por allí, algún rincón de las callejuelas del casco, y fiestas en la calle de San Pablo. Como olvidé coger el segundo carrete, cuando se terminó, 14 fotos más tarde, fiesta... a tomar unas cervezas.

Dejé el carrete en la cámara, y olvidé guardarlo en la nevera hasta mandarlo a revelar al llegar a casa.

El domingo saqué la Hasselblad y me puse a hacer bodegones con película blanco y negro. De eso os hablo otro día. Estuve por la tarde a ello. Cuando se hizo de noche y empecé a recoger la casa de las actividades del fin de semana, me dispuse a dejar la Portra 800 en la nevera, recordando que no lo había hecho, y a cargar la película en blanco y negro en el tambor de revelado para el día siguiente. Pero me equivoqué. Cargué la Portra 800 en el tambor y guardé la película en blanco y negro. Cuando fui a tirar el papel protector a la basura me di cuenta del error.

¿Carrete perdido? Pensé un poco y decidí que no. Por un carrete no me iba a meter en el lío de encargar un kit de revelado en color, que tardaría días y luego es un follón. Así que opté por tirar por la del medio, hace un revelado desatendido con Kodak HC-110, y obtener unas cuantas fotografías en blanco y negro. Porque de cualquier tipo de película puedes obtener un negativo monocromo. Sólo el revelado especial que fija los colorantes a los granos de plata permite obtener un negativo en color.

El revelado desatendido lo he comentado ya en alguna ocasión. En el caso del revelador HC-110, se diluye a 1 parte de revelador por cada 160 de agua. Es decir, uno 4 ml para 640 ml de agua. No usar menos revelador. Se agita durante un minuto y se deja en reposo durante una hora, haciendo una agitación suave a la media hora de la misma. Tienes unos negativos difíciles de positivar en una ampliadora tradicional, por la máscara naranja propia de los negativos en color, pero que se puede digitalizar en un escáner adecuado sin ningún problema. Y de ahí he obtenido las fotografías que aquí se muestran. Es decir, en caso de meter la pata, aun podemos tener algunas fotografías, aunque no fuesen las previstas.

Pero...

Cómo podéis observar, no quedaron bien muchas de las fotos. Y es que como digo, el carrete estaba gafado. O yo muy torpe. Como prefiráis. Cuando vertí el revelador en el tambor de revelado, empezó a salirse del mismo. No había cerrado correctamente el mismo. Y estaba flojo. Actué lo más rápidamente posible. Lo dejé todo lo mejor cerrado que pude, volví a preparar una dilución de revelador y ejecuté el proceso. El problema es que en algún momento entró algún rayo de luz en el tambor. Y hay zonas veladas. Mi gozo en un pozo.

Como podéis comprobar, una pena. Porque alguna de las fotos pudo quedar más o menos curiosa. En plan reportaje y fotografía callejera.

Tengo la sensación de que la tecnología digital nos hace descuidados. Ponemos la tarjeta, descargamos los archivos, los pasamos por el programa de tratamiento de imagen, los torturamos hasta que confiesan la foto que tienen (o no, pero los torturamos igual), y ya está. Pero con las técnicas tradicionales no se puede ser descuidado. Hay que ser sistemático, verificar cada paso, ser consciente de las condiciones en las que se debe realizar cada tarea del proceso. Es educativo; nos impone una disciplina. Y cuando nos dejamos llevar por la laxitud... la cagamos.

En fin. Dos enseñanzas. Si cometéis un error, es posible que lo podáis paliar y sacar algún provecho todavía de vuestras cosas. Pero como cometáis una cadena de ellos, la catástrofe está asegurada.

El caso es que todavía no sé qué tal me manejo realmente con la Kodak Portra 800... en color.