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Dípticos en medio formato

De la pequeña Olympus Pen EE3 ya he hablado en otras ocasiones. No voy a entrar ahora en muchos detalles sobre las características de esta sencilla cámara de medio formato, que no de formato medio. Es decir, que a partir de un carrete de película biperforada de 35 mm de 36 exposiciones ofrece 72. Aproximadamente. Siempre sale alguna más, si tienes cuidado al cargar la película. Lo cierto es que se puede hacer interminable uno de estos carretes. Aunque en una ocasión que la llevé de viaje, vino bien el aumento de capacidad. Y por cierto, aunque sea la mitad de un fotograma con una relación de aspecto 3:2, la de los negativos de esta cámara no son 3:4. Algo se pierde en el intervalo entre negativos y está más bien en el 5:7. Más que negativos de 18 x 24 mm son, en realidad, de 17 x 24 mm.

Lo cierto es que la disminución del tamaño del fotograma hace que el sacar provecho de la información que contiene por medios caseros sea complejo. La mejor solución que he encontrado ha sido la de fotografiar los fotogramas con una cámara digital y un objetivo macro. Pero la mayor relación de aumento necesaria para reproducirlo, hace que la tarea de encuadre, el paralelismo necesario entre el sensor de la cámara y la película, y el diafragma usado sean más críticos para conseguir todo el fotograma enfocado. Con una mesa de reproducción sería más fácil. Pero con el trípode que tengo, más adaptado para salir al campo, y el iPad como mesa de luz... pues hay más margen para el error que con negativos más grandes.

En esta ocasión, en la que he empleado mi último carrete de Fujifilm Neopan 100 Acros, que da un grano muy fino, decidí conseguir un digitalizado de mayor calidad, y la mandé a revelar a Carmencita Film Lab. Como suele suceder con los laboratorios comerciales, de escanean la película como si fuera de 24 x 36 mm, por lo que obtienes 36 imágenes dobles. Lo cual es aprovechado por muchos fotógrafos para obtener dípticos con significado en sí mismo. Las fotografías que aquí muestro intentan ofrecer paisajes, naturales, urbanos o humanos, que supongan un contraste en cada par de fotografías.

Lo cierto es que la calidad del escaneo se nota. Sin que se aprecie el grano, la gradación de gris es muy buena. Y más nitidez es difícil de pedir, por las limitaciones propias de la cámara. Hay que tener en cuenta que cuando la luz empieza a faltar, abre mucho el diafragma. Y teniendo un foco fijo, el infinito y los primeros planos pueden aparecer poco enfocados, priorizando los planos medios, retratos de cuerpo entero y similares, que sí podrían aparecer bien enfocados. Pero no el enfoque completo que se busca en los paisajes. Aunque cierto aspecto difuminado también ofrece sus virtudes estéticas.

En cualquier caso, estoy parcialmente satisfecho con los resultados obtenidos, puesto que he obtenido algunos dípticos que me parecen interesantes. Aunque tendré que pensar mejor las tomas, para mejorar los resultados globales. Espero que os gusten y os interesen.

Ah... una última cosa. Como dato. A la resolución de escaneo solicitada, el díptico tiene una resolución de algo más de 19 megapíxeles, permitiendo una ampliación de 54 x 36 cm, aproximadamente, según lo exigentes que seas. Algo menos de la mitad, si sólo quieres uno de los fotogramas del par. No está nada mal para una cámara con un negativo de este tamaño. Podría haber solicitado un nivel mayor de resolución, prácticamente el doble, pero dadas las características de la cámara, decidí que no merecía la pena el gasto. Y creo que hice bien.

Película en color - Película de tungsteno con filtro a la luz de día y medio formato con Olympus Pen EE

He recibido recientemente los resultados de revelar un par de carretes en color. Ambos han sido revelados y digitalizados, muy bien, en Revelatum Laboratorio de Revelado. Uno de ellos es película calibrada para luz de tungsteno, el otro es un carrete expuesto en una cámara de medio formato. Os cuento cada uno de ellos con un poquito de detalle.

PENTAX MX + SMC-M 28/3,5 + KONO! KOLORIT 400 TUNGSTEN

Este es el tercer y último carrete que me quedaba de un sobre de regalo de la marca KONO! comercializada por Reanimated Film directamente o a través de las Lomography Shop y similares. 

Deducimos las características de la película a partir del nombre: KOLORIT = película en color, 400 = sensibilidad nominal ISO 400, TUNGSTEN = equilibrada para luz artificial de lámparas de filamento incandescente de tungsteno.

Así pues, la característica más importante es que se trata de un película para usar en interiores con luz artificial de tonos cálidos. Cómo no he encontrado una ocasión adecuada, opté por exponerla a la luz del día con un filtro corrector de tipo 85B.

En líneas generales, el resultado ha sido correcto. Sin más. Probablemente, como otras películas de Reanimated Film, se trata de retales de película cinematográfica de Eastman Kodak. Y probablemente esté emparentada con las Cinestill, las cuales proceden de algunas Vision 3. Probablemente la Vision 3 500T, calibrada para luz de tungsteno. En alguna toma, se ha apreciado los halos rojos que resultan de eliminar las capas antihalo que harían incompatible esta película con el procesado estándar C-41 y exigirían el procesado específico ECN-2.

Algunos fotogramas del carrete presentan luces rojas, signo de veladuras de algún tipo. Me lo hizo notar el técnico de revelado, pero en un principio, sin haberlas analizado bien, las achaqué a algún efecto de la propia película. No parece tal. En algún momento a esos primeros negativos del rollo les ha llegado algún rayo de luz indebido. En principio, la Pentax MX con la que he realizado las tomas, no ha sufrido nunca este tipo de problemas. Aunque es cierto que ayer estuve revisando carretes realizados con ella este año, y hay uno de febrero, en blanco y negro, en el que se puede observar el problema. Sin embargo sólo aparece en unos pocos, al principio del carrete. Recientemente, en el Taller escuela de cerámica de Muel no presentó en absoluto ningún problema.

Los cuatro negativos que presentan el problema. En unos de forma muy clara, en otros apenas evidente.

Con este rollo expuse mis primeras fotografías sobre película tradicional con el objetivo SMC-M 28/3,5. Ya tenían un 28 mm f/2,8 para montura Pentax K de Sigma,... pero es muy malo. Y encontré este pequeño objetivo propio de Pentax, muy compacto, por un precio sumamente asequible. Está como nuevo. Y en principio hace fotos como un jabato. Sobre la cámara digital, se convierte en un 42 mm también útil, aunque excesivamente poco luminoso.

En general, es nítido, tiene buen contraste, razonable resistencia a los contraluces, y no parece distorsionar en exceso. Ventajas de la apertura moderada. Todo es más sencillo de fabricar.

OLYMPUS PEN EE3 + FUJIFILM SUPERIA XTRA 400

Es la primera vez que utilizo esta pequeña y veterana cámara, tiene ya 50 años, con película en color. Cuando las mandas a revelar, lo habitual es que te digitalicen los negativos de dos en dos como si fueran uno. Os recuerdo que en esta cámara, en lugar de obtener 36 negativo de 24 x 36 mm, se obtienen 72 negativos de 24 x 17 mm aproximadamente, por lo que se denominan de medio formato.

Teniendo en cuenta tal hecho, puede ser una estrategia interesante presentar las fotografías como dípticos, tal y como salen del escáner. Se puede haber previsto el hecho, o dejarlo al azar, que es lo que veréis en esta entrada. Es cierto que los cinco dípticos que he mostrado en primer lugar son fotografías unidas por un tema en común, la visita la Taller Escuela de Cerámica de Muel con la Asociación de fotógrafos de Zaragoza, AFZ. Pero a continuación os mostraré algunos otros dípticos menos relacionados a priori. Fruto de haber paseado con la cámara por la ciudad.

Lo que sí suponía es que la película Fujifilm Superia XTra 400 iba a ser muy adecuada para esta cámara. Su sensibilidad nominal media alta, ISO 400, permite un margen suficiente de situaciones de luz, con un grano contenido y con un buen contraste y saturación. También tiene una buena latitud de exposición, lo cual le permite comerse contrastes pronunciados, así como funcionar bien, como podéis ver en negativos contiguos, en interior y al aire libre. Muy recomendable esta combinación, que seguramente utilizaré en más ocasiones.

Y por cierto, que buenos son los Zuiko de estas sencillas Olympus Pen de gama baja, que aguntan la luz que les eches. Incluso con contraluces, que en otras ópticas producirían notables pérdidas de contraste.

Olympus Pen EE3 - El medio formato hecho simple... y eficaz

El medio formato... no es el formato medio. Confusión a la que nos lleva nuestro idioma. En inglés, queda más claro... "half format" no es lo mismo que "medium format".

"Medio formato" es la denominación que se dio al formato de negativo que resultó de fabricar cámaras que, usando carretes normalizados de película perforada de 35 mm, formato 135 del catálogo de Kodak, producían negativos de 24 x 18 mm en lugar de los 24 x 36 mm que quedaron establecidos con la adopción de Leica de este tipo de película. Y 24 x 18 mm es exactamente la mitad que 24 x 36 mm. Por lo tanto, para un carrete de 36 exposiciones con estas cámaras podíamos obtener 72. Incluso alguno más, de la misma forma que es posible obtener con un poco de habilidad 37 o 38 exposiciones en las cámaras de formato estándar.

Ya os he hablado de una cámara de este tipo, una Canon, que desgraciadamente, por algún problema que no he localizado, no funciona en la actualidad. Así que no insistiré en las cuestiones allí tratadas sobre las cuestiones sobre este formato, ampliadas en otro artículo sobre el uso práctico de la cámara.

En cualquier caso, paseando a principio de mes por el mercadillo de las Armas en su versión "La Placica Vintage", en la que se venden chisme antiguos, me encontré con que en uno de los puestos tenían a la venta dos Olympus Pen de la gama más baja, la EE. Realizada una consulta rápida en internet de los precios razonables para estos chismes, me llevé uno de ellos, el más barato, una Olympus Pen EE3 que, tras una revisión en el lugar, parecía funcionar adecuadamente.

Esta es una cámara muy compacta y ligera. Y muy sencilla de manejar. No utiliza pilas, pero es casi totalmente automática. Alrededor del objetivo de 28 mm f/3,5 encontramos un fotómetro de selenio. Ajustas en el aro que rodea el objetivo la sensibilidad de la película (entre 25 y 400 ASA en tercios de paso), y en función de la luz que recoja el fotómetro, ajusta ella sola una combinación de diafragma (entre f/3,5 y f/22) y velocidad de obturación. En la mayor parte de los sitios consultados dicen que son posibles las velocidades de obturación de 1/200 o 1/40 s, pero en alguno hablan de 1/125 y 1/30 s. El objetivo de 28 mm equivale a un 40 mm en el formato "completo" de 24 x 36 mm, por lo que con una velocidad de obturación de 1/40 s no hay riesgo de trepidación si no eres muy zoquete. Así que es posible que por ahí vayan los tiros. Por otro lado, este conjunto de combinaciones permite su utilización en una relativamente amplia gama de situaciones al aire libre o en interiores muy bien iluminados. Si no encuentra una combinación adecuada, aparece un indicador rojo en el visor, y no permite el disparo.

No obstante, el aparato tiene en el aro de selección alrededor del objetivo otras dos escalas. Una de ellas es para el uso de flash en interiores, no la he usado, y la otra es una escala de diafragmas, con la que siempre podrás provocar el accionamiento del obturador. Y que es necesaria para cargar la película en interiores si hay poca luz. Para poder avanzar la película hasta su primer fotograma aprovechable. Si pulsas el botón de disparo hasta la mitad de su recorrido y lo mantienes así, podrás medir y reencuadrar, para evitar errores de exposición ante sujetos excesivamente claros u oscuros. No hay otro mecanismo de tomar decisiones al respecto, salvo engañar a la cámara modificando la sensibilidad ASA. Recordamos que los valores ASA son similares a los ISO.

Por lo que he podido averiguar, la escala de diafragmas está pensada para usar con flash, y en ese caso la velocidad de obturación es de 1/40 s. Variarías el diafragma en función de la distancia del sujeto a iluminar con el flash, calculando con el número guía del mismo. Pero evidentemente, también podríamos utilizarlo para tener un mínimo de control de la estética de la fotografía al seleccionar la apertura por tí mismo. Con una película de 100 ISO, un ajuste del diafragma a f/11 a pleno sol te daría una exposición razonablemente correcta... Pero tampoco merece la pena complicarse mucho la vida, porque el objetivo es de foco fijo. Según parece, está enfocado de modo permanente a una distancia no especificada de entre 3 y 5 metros. Teniendo en cuenta que no aconsejan situar el objetio principal a menos de 2,5 metros salvo que esté muy abundantemente iluminado, podemos asumir una distancia fija de enfoque de 3,5, lo cual daría a f/3,5 una profundidad de campo entre 2,5 y 6 metros aproximadamente. Con luz suficiente, ajustando un diafragma de f/11, estaríamos en horquillas entre 1,5 metros e infinto.

La cámara dispone de un contador de exposiciones, con marcas cada dos, por lo que la última marca correspondería al 74, aunque esté marcada en rojo y con un número el 72. Tiene una zapata de flas y un zócalo para cable flash. Por supuesto el mecanismo de avance y rebobinado de película, y un visor que en su posición normal es vertical. Por lo que hay tendencia a usarla en este formato, frente a las cámaras de 24 x 36 mm de negativo en las que la tendencia es a usarlas en horizontal.

Pero, ¿una cámara que tendrá entre 33 y 43 años de antigüedad y que depende para su correcto funcionamiento de un fotómetro de células de selenio, que con el tiempo se agotan, funcionará correctamente hoy en día? Pues salí a probarla. Cargué un carrete de Ilford FP4 Plus de 36 exposiciones, 72 en este caso, que luego he revelado con Ultrafin Plus a 1+4 durante 6,5 minutos y ajustando el fotómetro de la cámara a 80 ASA, por si había una pérdida de eficacia del fotómetro de selenio. Y a jugar. Que lo único que hay que hacer una vez ajustada la sensibilidad de la película es encuadrar y disparar. No hay más.

En mi circuito habitual de pruebas, es decir, paseando por el Canal Imperial de Aragón y el Parque Grande de Zaragoza, a la caída de la tarde con buena luz, el comportamiento de la cámara ha sido impecable. Los negativos estaban algo más densos de lo esperado, por lo que supongo que ajustando el fotómetro de la cámara a la sensibilidad nominal de la película, 125 ISO, hubiera dado buenos resultados. De todos modos, las luces tampoco han quedado empastadas, y al escanear con el Epson Perfection V600 Photo, se ha podido recuperar casi toda la gama de tonos del negativo. Y eso que para ir rápido la exposición del escáner la puse en automático. Con un ajuste fino y dedicado se podrían haber obtenido mejores resultados.

Algo que hice fue buscar contraluces y situaciones en las que el sol podría estar incluido en el fotograma, para ver el comportamiento del pequeño Zuiko de 4 elementos en 3 grupos. Supongo que un diseño de tipo Tessar o similar.

Como se podrá observar, se produce una pérdida de contraste si la presencia del sol es muy importante y alguna luz parásita, pero nada realmente catastrófico. De hecho el pequeño Zuiko tiene un comportamiento mucho más digno de lo que pensaba, lo que habla de los buenos ópticos que ha tenido tradicionalmente Olympus, márca con oficio y prestigio en el mundo de la óptica.

Con un negativo de sólo 24 x 18 mm, la ampliación que se puede alcanzar es menor que con otros sistemas. Con mi escáner, que limita bastante, no es realista pensar en ficheros digitales de más de 4 megapíxeles. Pero la información que hay en el negativo es superior. Con un sistema de digitalización mejor se podrían alcanzar resoluciones mayores, y con una ampliación tradicional en cuarto oscuro se podría aspirar a tamaños de copia más que decentes. Aunque sea una cámara pensada para un uso familiar y copias de tamaño postal o poco más.

En el momento actual, es idónea para quien quiera utilizar un aparato para película tradicional de un modo desenfadado, informal, aunque sin renunciar a obtener resultados estética o conceptualmente dignos. Representando lo mejor de las propuestas "lomográficas", pero sin la cutredad de sus chismes de plástico y con un precio mucho más asequible. Yo me lo pasé bien con el carrete de prueba.

Una “medio formato” de Canon para la colección - Presentando la Canon Demi EE17

En primer lugar, una aclaración. No es lo mismo el “formato medio” (“medium format”, en inglés) que el “medio formato” (“half format”, en inglés).

Las cámaras de “formato medio” se encuentran por el tamaño de sus fotogramas entre el formato tradicional, menor, de 24 x 36 mm para película perforada de 35 mm, y el gran formato, mayor, que empieza a partir de los negativos de 4 x 5 pulgadas (aproximadamente 10 x 12,5 cm). Un ejemplo de ellas es la Fuji GS645S Professional que os presentaba hace unas semanas.

Las cámaras de “medio formato” toman su nombre de que, utilizando película perforada de 35 mm, su tamaño es la mitad que el habitual, es decir, 24 x 18 mm. Se asemeja al tamaño que originalmente tenían los fotogramas de cine sobre este tipo de película. La relación entre sus lados es de 4:3 (1,33:1) en lugar de 3:2 (1,5:1), que es la propia del formato habitual para cámaras de película perforada de 35 mm.

He añadido a mi colección de cámaras clásicas o simplemente antiguas una de “medio formato”, la Canon Demi EE17, que hoy os presento. Podéis encontrar sus características completas en la ficha de la cámara en el Canon Camera Museum (en inglés).

Es una cámara de 1966, y tiene un bonito diseño con esquinas suaves y redondeadas, que la hacen agradable al tacto y fácil de coger. Está en muy buen estado. Obsérvese que como consecuencia de haber dividido por dos el fotograma tradicional para película de 35 mm, el visor es vertical. Por lo tanto invita a realizar fotografías con esta composición.
No he encontrado la fórmula óptica del objetivo, aunque sé que tiene 6 lentes en 4 grupos. Así que muy probablemente sea un doble gauss tradicional (enlace en inglés), propio de los objetivos de focal estándar. La focal de 30 mm es exactamente igual a la longitud de la diagonal del fotograma. Por lo tanto, es equivalente a un 43 mm en formato tradicional. Y obsérvese que, a pesar de lo compacto que es, su diafragma abre nada más y nada menos que a f/1,7.
La cámara se puede utilizar en manual, seleccionando la combinación adecuada de velocidad de obturación y diafragma. Pero con la pila puesta, tiene una posición “AUTO” en el aro de selección de diafragma que le permite funcionar con exposición automática con prioridad a la velocidad de obturación. Este modo de exposición automático es típico de Canon, mientras que otras cámaras preferían la prioridad a la abertura del diafragma. El círculo que vemos sobre el objetivo y a la izquierda del visor es el fotómetro.
El enfoque es manual por estimación de la distancia. El mando del enfoque es agradable y muy progresivo. A través del visor hay tres pictogramas (una cabeza, un grupo de personas y unas montañas) que actúan como ayuda a la estimación de la velocidad de enfoque. Pero son de utilidad fundamentalmente con diafragmas medios o cerrados. Con el diafragma abierto, es mejor usar la escala de distancias. Obsérvese que tiene un compensador de exposición con dos posiciones (x2 y x4) para evitar la subexposición, y para compensar el efecto de los filtros.
No he tenido habilidad con el objetivo macro para fotografiar el contenido del visor. Aunque he obtenido una curiosa imagen de mi Leica IIIf. Pero consta de un marco de encuadre, con una marca de corrección del paralaje para distancias cortas, los pictogramas de ayuda al enfoque que he indicado antes, y una escala de diafragmas. Cuando estamos en modo “AUTO” nos indica el diafragma seleccionado por la cámara. En manual, nos recomienda el diafragma a utilizar.
La cámara es muy manejable, aunque no muy compacta. Aquí la vemos junto a mi Leica M2 con el Carl Zeiss Planar 50/2 ZM T*.Son de una altura similar, de una profundidad también similar, y donde se diferencian en es la anchura, ya que la Leica tiene que albergar el espacio para un fotograma el doble de grande. Donde hay mucha diferencia es en el tamaño del objetivo. Ambos tienen una fórmula similar. Y el de la Canon es incluso medio paso más luminoso. Sin embargo su tamaño es mucho más compacto.
Aunque no he tenido tiempo a escanear nada, sí que he revelado ya el carrete de prueba que he tirado hoy, a pesar del día de perros por la lluvia y el frío que hace. Cuando sacas la película del tambor para poner a secar, te quedas alucinado con la cantidad de fotogramas. 72 en lugar de los 36 de siempre. Eso sí, más pequeñitos. Motivo por el que he usado Ilford Delta de 100 ISO. Para evitar tener mucho grano luego al ampliar. Pero bueno, la cámara parece que mide bien la luz. Por lo menos los negativos tienen buen aspecto general. Cuando haya fotografías para ver, las podréis ver por aquí.