La fotografía como afición y otras artes visuales

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Panasonic Lumix GF1 - De cámara de viaje a cámara de llevar a diario

Algún día os hablaré de mi historia de amor con la LEICA CL, y de cómo me condicionó mi forma de entender la fotografía desde el año 2002 hasta la fecha. Lo cierto es que recuerdo perfectamente que cuando en el año 2009, en un viaje por Suiza, vi en el escaparate de un comercio en Berna uno de los modernos modelos OLYMPUS PEN digitales, pensé que tal vez el concepto que representaba aquella veterana cámara de los años 70 del siglo XX podía estar de regreso.

Sin embargo, hubo que esperar unos meses hasta que PANASONIC, dentro del mismo protocolo MICRO CUATRO TERCIOS, sacase al mercado la PANASONIC LUMIX DMC-GF1 para comprobar que el concepto que a mí en su momento me convenció podía estar ahí, con tecnología digital. Llegó al mercado acompañada de un objetivo estándar de 20 mm f/1,7, equivalente a una focal de 40 mm en el formato 135, y que bien podía considerarse el sucesor del SUMMICRON-C 40/2 que acompañaba a la CL. Pequeño, luminoso y con excelente calidad óptica.

No tardó mucho en anunciar la marca japonesa otro objetivo, desarrollado en esta ocasión con la prestigiosa alemana, el LEICA MACRO-ELMARIT 45/2,8, ofreciendo por lo tanto una pareja de objetivos que acentuaba más todavía las semejanzas con la vieja CL, con no pocas ventajas añadidas.

GF1 acompañada de su tripleta básica de objetivos de focal fija.

Como se puede ver en la fotografía anterior, que corresponde con mi ejemplar. Un tercer objetivo vino a hacer compañía a los dos anteriores. Un gran angular, extremadamente compacto, un 14 mm f/2,5, equivalente a un 28 mm en formato 135, que algunos pensamos que hubiera sido todavía más atractivo si hubiera sido equivalente a un 24 mm, para alejarse más de la focal estándar. Pero con un precio muy atractivo, una calidad más que razonable, y siendo muy, muy, muy discreto, se le podía perdonar.

Por supuesto, además de estos objetivos, que son los que se adaptan bien a mi forma de concebir la fotografía, especialmente cuando salgo de viaje, admite los diversos objetivos de focal variable de la marca, que nunca me han interesado, y toda la gama de objetivos compatibles de OLYMPUS, así como de otras marcas independientes. No sólo eso; con los adaptadores adecuados puede montar un sinnúmero de objetivos antiguos e incluso clásicos, con resultados diversos. Yo dispongo de un adaptador a bayoneta M de LEICA, que me permite usar los de esta marca o compatibles. Incluidos los de rosca con un adaptador intermedio entre la rosca de 39 mm y la bayoneta M.

Paisaje tomado en la Hoya de Huesca con un Canon 50/1,8 del año 1957, para rosca de 39 mm.

Además de su compacto tamaño, que viene dado por el tamaño de su sensor de imagen, una cuarta parte que el llamado de "formato completo", pero mucho más competente que los minúsculos sensores de las cámaras digitales compactas, también tiene algunos aspectos convenientes. PANASONIC fue pionero en admitir varios formatos en sus cámaras digitales. Así, en el momento de la toma uno puede optar por una imagen en los formatos cuadrado (1:1), 4:3, 3:2 y 16:9. Es cierto que esto lo hace recortando el tamaño base del sensor, que es de formato 4:3. Una solución más elegante hubiese sido que se hubiese conservado la diagonal del área aprovechable en el sensor, como sucede con sus compactas de gama alta de la serie LX, salvo para el formato cuadrado. Pero, no se puede pedir todo. Así que los 12 megapíxeles del formato 4:3 se reducen a unos 9 megapixeles en el formato cuadrado. Pero en general el sistema es conveniente.

El primer viaje importante que hice con ella fue a París, y allí comprobé que las cámaras que no disponen visor óptico consumen bastante más batería y que conviene llevar a mano una de repuesto para echar el día. Más si te vas a París en invierno. Se le puede adaptar un visor electrónico, además de usar la pantalla trasera, para componer la imagen. Pero el modelo que admite esta cámara no tiene una gran calidad.

Aprovechando las posibilidades multiformato de la cámara. Un 16:9 para este panorama de la Defense...
... y un formato cuadrado para esta imagen tomada al vuelo en la boca de metro cercana.

La posibilidad de adaptar objetivos de OLYMPUS hizo que cuando salió al mercado el 45/1,8 de esta marca, me fijase en él de inmediato. Mucho más ligero que el macro firmado por LEICA, de gran calidad óptica, más de un paso más luminoso, y con un precio más que razonable. Con él se aprovecha mejor la cámara en viajes, mientras que el macro es más adecuado para salir a la naturaleza. Se pueden conseguir desenfoques selectivos mucho más eficaces.

El 45/1,8 se muestra muy eficaz en esta toma de la librería San Ginés de Madrid
Y el desenfoque selectivo en la ventanilla del tren que sale de la estación de Rávena da impresión de velocidad a pesar de que el tren está casi parado

Una de las quejas más frecuentes que se han vertido sobre el estándar MICRO CUATRO TERCIOS es que al ser un sensor más pequeño el APS-C y el llamado "formato completo", se defiende peor en condiciones de baja luminosidad. Sin embargo, considero que la gente exagera mucho con las condiciones de luz en las que quiere tomar sus fotos, o son especialmente aficionados a fotografiar gatos negros en carboneras con las ventanas cerradas a medianoche. Es cierto que se nota más ruido electrónico a altas sensibilidades que con otras cámaras. Pero se puede usar incluso a 1600 ISO, ya que el ruido, en condiciones de foto impresa a tamaños habituales, hasta DIN A-4, es perfectamente admisible. Veamos algunos ejemplos de una estancia en la italiana y universitaria ciudad de Bolonia.

Ambiente universitario nocturno en vía Zamboni.
Comunicación a distancia por la noche con dispositivos electrónicos desde la piazza Maggiore de Bolonia

Otra de las cuestiones que se les ha achacado a estos equipos es la falta de reactividad. Un enfoque automático lento y retardos al disparar. Sinceramente, creo que el valor más importante para conseguir la fotografía adecuada tiene más que ver con la capacidad de anticipación del fotógrafo. Y para eso hace falta visión y experiencia. En cualquier caso, yo soy una persona de fotografiar tranquilo, reposado, y por ello esa posible desventaja nunca la he notado, si es que existe de forma apreciable. Entendámonos. No estamos hablando de un equipo para cubrir la final de un campeonato deportivo o para hacer safarís fotográficos. Pero siempre es posible encontrar el momento oportuno para hacer una foto en la que hacen falta reflejos.

Desde este punto de vista, si algo echo de menos, pero en general en todos los equipos digitales con enfoque automático, es algún dispositivo que permita enfocar por zonas, según escalas de profundidad de campo, que es una forma en que realmente se va rápido. Y algún método electrónico debería haber. En las compactas de la serie LX de PANASONIC y sus equivalente D-LUX de LEICA lo hay.

Esta foto en la punta de la Dogana de Venecia no sería lo mismo si me hubiese perdido el raudo gesto de la mano de Mafalda

Tras tres años de buenos servicios algo quedó claro. La cámara está bien concebida, pero las tecnologías asociadas al sistema estaban un poco verdes cuando la compré. Las sucesoras de la serie GF de PANASONIC fueron cámaras mucho más sencillas, más pensadas para el aficionado sin pretensiones que para un fotógrafo que guste de un equipo ligero pero con altas posibilidades de gestión. Y la evolución de los sensores para captar la imagen también ha dado algún paso de gigante. Por ello, para mis viajes, sustituí en su momento esta cámara por una OLYMPUS OM-D E-M5 de la que hablaré en otra ocasión.

Pero en estos momentos esta GF1 se ha convertido en la cámara ideal para llevar siempre conmigo. Ocupa muy poco en la bolsa de bandolera que suelo llevar con otros objetos, y suele estar siempre preparada con el 20/1,7. Lo mismo da que en los paseos por la ciudad, que en las oportunidades que surgen en cualquier lugar, incluso en un sitio tan aburrido con el centro de trabajo. Desde luego es mucho más versátil y proporciona más calidad que cualquier compacta y que cualquier teléfono móvil. Estos últimos sólo tienen una ventaja. La conectividad permanente que permite enviar la imagen a distancia tras la toma. Por lo demás, una cámara estupenda para llevar a cuestas sin que te pene.

El formato 16:9 y la limitada profundidad de campo otorgan a las imágenes un aspecto muy cinematográfico
Simpática y colorida muñeca en el despacho de una compañera de trabajo

Y además he descubierto una nueva función. El campo de visión del 20/1,7 en formato cuadrado (1:1) es muy similar al de las cámaras de formato medio de 6 x 6 cm con el objetivo estándar de 80 mm. Si estas no disponen de fotómetro, aquí tenemos un que cumple perfectamente su misión.

Imagen de prueba para una toma con una cámara de formato medio - la presencia de la corredora hizo que la fotografía de prueba tuviera más interés que la "buena"

Seguramente, en los catálogos de diversas marcas encontramos hoy alternativas similares, que dan todo el sentido a estos equipos por encima de los pesados y conspicuos equipos réflex. Todo es buscarlos y probarlos. Aunque no sé si alguno de ellos me parecerá nunca tan simpática como esta GF1.