La fotografía como afición y otras artes visuales

CARLOSCARRETER.ES

Home / Essays / film

Olite con película en blanco y negro - Olympus mju-II e Ilford XP2 Super

Como ya adelanté el sábado cuando presenté mis últimas Polaroid, la semana pasada recibí ya revelados y digitalizados por Carmencita Film Lab los rollos de película del mes de enero, primero de los de 2022. Un total de siete rollos, de los cuales cinco corresponden a las escapadas de final de mes, pequeños viajes de un día, a Olite, en Navarra, y a Madrid. No sabía si hacer los comentarios por viaje o por rollos de película. Al final he decidido hacerlos por tipos de película; Ilford XP2 Super, la de hoy, Kodak Tri-X 400, Kodak Gold 200 y Kodak Ultra Max 400.

Cuando decidimos ir a pasar la tarde a Olite, con escapada en tren, el domingo 30 de enero, mi principal interés era seguir familiarizándome con el formato medio digital, Fujifilm GFX 50R. Pero también encontré que me quedaba por el frigorífico un rollo de Ilford XP2 Super, la película en blanco y negro de revelado comercial en procesado C-41, como los negativos en color, que suelo llevar en los viajes por su gran versatilidad y flexibilidad a la hora de usarla en distintos contextos. Antes de ir generando un nuevo stock para los viajes de este año, decidí finiquitar el del año pasado.

Pero, en lugar de utilizar la Minox 35 GT-E, que es la cámara de preferencia en los viajes, o la Olympus Trip 35, la que recientemente uso más para pasear por la ciudad, desempolvé la Olympus mju-II. Una cámara que durante años fue una de mis favoritas, pero que últimamente ha sido desplazada por otras. Veremos el porqué.

Con respecto a la película poco hay que decir. Es una película con amplia latitud de exposición, que se come muy bien los contrastes elevados. Algo muy necesario en ese domingo de finales de enero, con un cielo despejado y un sol brillante. Que cuarenta días después del solsticio de invierno, ya empieza a elevarse más sobre el horizonte. Y por lo tanto, ofrece una luz más dura que en los últimos días del otoño y primeros del invierno. La mandé a un revelado comercial en C-41, con los rollos de color, aunque a veces la he revelado en casa con química para blanco y negro tradicional.

En cuanto a la cámara... Cuando la compré, lo hice por tres motivos fundamentales; es bonita, está sellada contra polvo y salpicaduras, lo cual era ideal cuando subía a esquiar, y tiene una buena óptica, razonablemente luminosa con un 35 mm f2,8, y nítida. Pero tiene algunos inconvenientes. El primero, que no permite alterar el índice de exposición IE. Me gusta usar la XP2 Super a IE 200, en lugar de a su sensibilidad nominal ISO 400. No es posible. Además, usa sistema DX para leer la sensibilidad, con sólo cuatro contactos. Es decir, sólo puede usar sensibilidades por pasos; 25, 100, 200, 400, 800,... Las intermedias necesitan lectores de seis contactos. Y es una lata que no recuerde el ajuste del flash, habitualmente desactivado en mi caso, o del método de exposición, alternando entre puntual e integral, por lo que cada vez que apagas la cámara hay que volver a ajustarlos antes de hacer la foto. Además,... empieza a dar síntomas de vejez. Véase la filtración de luz en la primera foto, la de la estación ferroviaria de Olite. Ya comentaré eso cuando hable del rollo de Kodak Tri-X 400.

Globalmente, estoy muy contento con los resultados. Podría establecer una comparación con la Tri-X 400, ya que acabé el rollo antes de terminar la visita a Olite y puse esa película tan distinta en la cámara. Algún comentario haré en su momento. Pero sinceramente, para el estilo de fotografía que hago últimamente, no acabo de sentirme cómoda con ella. Era estupenda para subir a la nieve... pero no tanto cuando las condiciones van variando durante una jornada viajera. Pero si conoces sus pejigueras, también es apta para obtener buenas fotos. Que conste.

Experimento fallido - NocolorStudio nº 5 High Contrast con Pentax MX y SMC-M 40 mm

A finales de diciembre del año pasado llegaron a mi poder unos rollos de película envasada por alguien en Lituania bajo la marca NocolorStudio. Son películas, o papel en rollo, de muy distinto origen y características, que iré contando conforme los vaya utilizando. Hoy os presento los (malos) resultados que he obtenido del primero de los rollos que he utilizado, el NocolorStudio nº 5 High Contrast Orthocromatic. 

Como su nombre indica, más o menos, es una película de muy baja sensibilidad, ISO 5, ortocromática, en principio nula sensibilidad espectral al rojo, y de alto contraste. Parece que es una película de uso técnico, utilizada para el copiado, el archivo y la reproducción de documentos mediante técnicas de microfilmado, asegurando gran nitidez, ausencia de grano, y el alto contraste necesario para que los textos se lean con precisión. Tiene una base de PET muy transparente y fina, lo que hace que la densidad de la base+velo tras el revelado sea muy baja.

Como el envasado de la película en el carrete es casero, claramente, recomiendan usarlo en cámaras de avance mecánico, evitando las cámaras con motor eléctrico para el avance y el rebobinado. Por ello, la utilicé con la fiable Pentax MX. Y como no quería llevar mucho engorro, e incluso permitir introducir la cámara con su objetivo en un bolsillo del chaquetón en un momento dado, le puse el objetivo pancake de la marca, el SMC-M 40 mm f2,8. No es el objetivo más nítido de la marca, pero es decente. Quizá, por un poquito más de grosor, le tenía que haber puesto el SMC-A 50 mm f2... pero ya digo que me interesaba poder introducirlo en el bolsillo del chaquetón en un momento dado. Siempre he considerado el fotómetro de la Pentax MX como muy fiable a la hora de ayudarme a determinar la medición adecuada.

Dicho fotómetro sólo llega en sus posibles ajustes de sensibilidad de la película hasta ISO 25 por el límite inferior. Lo que es dos pasos y un tercio más que la sensibilidad ISO 5 de la película. En general, en condiciones de día soleado, las mediciones que me ofrecía estaban en las situaciones más luminosas con sol radiante en torno a f4,5 con 1/60 segundo de velocidad de obturación. Lo cual es coherente con la regla del "soleado f16". En la práctica, fotografiando al aire libre, usé una velocidad fija de 1/60 segundo para evitar trepidación por la cámara y el golpe del espejo, y aperturas de f4 o f2,8. Me parece que, dadas las condiciones de la toma, eran parámetros adecuados para la sensibilidad declarada de la película.

No tengo tiempos de revelado "oficiales" para Kodak HC-110, y menos aún para el SPUR Acurol-N que es el otro revelador del que dispongo. Me puse en contacto con el lituano que lleva este cotarro a través de su cuenta en Instagram, mediante un comentario en una de sus fotos, para saber si tenía experiencia con el HC-110. Me dijo que no, pero en el intercambio de comentarios, anuncié mi idea de hacer un revelado desatendido, y le pareció bien. Así que HC-110, dilución 1:160 y 50 minutos de revelado desatendido con 20 inversiones del tambor al principio y cuatro a la mitad del tiempo de revelado. En el mismo tambor iba otra película del mismo origen pero diferentes características, con 640 ml de preparado, lo que garantizaba un mínimo de 5 ml de revelador en la dilución. Fue digitalizado con la Panasonic Lumix G9 (ya veremos si sigue funcionando después de su paso por taller) y el Leica DG Macro-Elmarit 45 mm f2,8 ASPH OIS. El resultado... una enooooorme subexposición. Sorprendentemente, sobre los negativos digitalizados he encontrado materia, en luces y en sombras. Pero al ajustar el contraste, han salido deficiencias tanto en la película como en el sensor de la Lumix G9 (manchitas), que normalmente pasan absolutamente desapercibidas. Una estética sólo aceptable para los "lomógrafos" y otros fotógrafos similares, que asocian fotografía con película tradicional a chapuzas aleatorias. El aspecto de las fotos es de un momento del día crepuscular, cuando están tomadas entre las 15:30 y las 17:00, ya en la última semana de enero, en la que el sol se esconde a las 18:00 horas de la tarde. Es decir, bastante antes de la hora dorada, en la que hay que empezar a flojear la intensidad general de la luz del sol.

La película no es muy cara. Son 5,10 euros por rollo de 29 fotogramas. Más los gastos de envío desde Lituania. No hay aduanas; son Unión Europea. Pero no me veo yo utilizando esta película de nuevo. Aunque creo que visto lo visto en este rollo fallido, puede tener posibilidades. En cualquier caso, si quiero tener películas de baja sensibilidad y grano fino, prácticamente invisible, hay películas entre ISO 25 e ISO 80 perfectamente utilizables. Ortocromáticas o no. Incluso los inventos de Lomography, en realidad Orwo, de ISO 8  e ISO 13, son más utilizables y fiables. Aunque sean más caros. Pero bueno, esto es lo que os puedo contar.

Veteranos objetivos de enfoque automático con montura Canon EF - Canon EOS 650 con Rollei Ortho 25 Plus

Segundo rollo de Rollei Ortho 25 Plus de los que me dieron en diciembre por no usar, caducado hace casi dos años. No voy a entrar mucho en las características de la película. Me remitiré a la reciente entrada que publiqué sobre uno de ellos. Y tampoco dedicaré mucho a su procesado, porque fue el mismo que el de esa entrada, al mismo tiempo, en el mismo tambor de revelado, con SPUR Acurol-N durante 11 minutos con la dilución 1+70 a 20 ºC, y con un ritmo de agitación muy suave. Con prelavado para atemperar la emulsión a la temperatura de revelado, y usando agua desionizada, siguiendo la recomendación del fabricante. Negativos ligeramente sobreexpuestos, pero menos que los que hice con la Olympus Trip 35, en general muy fáciles de procesar en un proceso mixto químico-digital.

Sigma 28 mm

En lo que me voy a centrar en esta entrada es en las ópticas utilizadas. Como he señalado en el título de la entrada, la cámara que usé es la Canon EOS 650. Os recuerdo que la compré en 2017 por una cantidad ridícula de dinero, dado que está como nueva. Y que es perfectamente compatible con los más modernos objetivos Canon EF. Puede presentar algún problema de compatibilidad con objetivos de otras marcas para esta montura, como me pasa con el Tamron 35 mm f1,8, que tengo que utilizar en enfoque manual. Pero los objetivos que usé son otros muy distintos. De la época en que reinaba la película tradicional, a finales de los años 80 del siglo XX y en el principio y mediados de los años 90.

Sigma 28 mm

Mi primera Canon EOS fue la EOS 100, que tengo en perfecto estado de funcionamiento, que no uso mucho porque aunque es algo más ligera que la Canon EOS 650, 580 gramos de la primera frente a 660 gramos de la segunda, esta última es algo más pequeña y agradable de manejar, a pesar de que algunas de las opciones en los mandos de la EOS 100 son más modernas y adecuadas. Es un peculiar equilibrio de prestaciones y condiciones de uso. Hay que tenerlas en la mano para explicarlo mejor. Particularmente va bien con el mucho más moderno y pequeño Canon EF 40 mm f2,8 STM. Pero el caso es que la EOS 100, cuando la compré, venía con un EF 28-80 mm f3,5-5,6 USM que estaba bien, aunque con el tiempo sustituí por el estabilizado y más versátil, aunque no mejor ópticamente y más voluminoso, EF 28-135 f3,5-5,6 IS USM. Como era un objetivo muy poco luminoso, lo complemente con un EF 50 mm f1,8 II, objetivo plasticoso y barato, que tuvo mucho éxito, y con un Sigma Super-Wide 28 mm f1,8, que decía que estaba muy bien y era más barato que el similar de Canon.

Sigma 28 mm

En este rollo, primero usé durante una mañana de sol inclemente (por lo contrastado de la luz), aunque fría, con el 28 mm. Es un objetivo sólido, grandote, que venía con su parasol, y que cumplía con su misión de darme un angular luminoso cuando viajaba en los años 90, para interiores. No lo usaba mucho, pero siempre estuve conforme con él. Hoy en día, aprecio que tiene un enfoque lento y ruidoso. Los dos objetivos de hoy tienen motores de enfoque antiguos, ruidosos, con los que no se puede corregir el enfoque manualmente sin conmutar el mando del enfoque a manual. Y cuando analizo los fotogramas, teniendo en cuenta que la mayor parte de las fotos las hice a f8 o f11, aprecio una pérdida de definición acusada en el lado derecho del fotograma, probablemente por un descentramiento. Como no es compatible con las réflex digitales de Canon desde la Canon EOS 10D, a mitad de los años 2000 compré de segunda mano el Canon EF 28 mm f1,8 USM, que va mucho mejor.

Canon EF 50 mm

Otro día, en el que madrugué para ir a comprar a un centro comercial al que me cuesta una hora ir caminando por la ribera del Canal Imperial de Aragón, con una luz más suave por la ligera bruma, y por estar el sol todavía relativamente bajo en el horizonte, le puse a la cámara el 50 mm. No es ese EF 50 mm f1,8 II que he mencionado. Ese, y otro similar, fallecieron en su momento por un problema de construcción notable. El bloque óptico de esos objetivos de plástico se unía al barril principal del objetivo, a su sistema de enfoque realmente, ya que este se hace moviendo hacia adelante y hacia atrás el bloque óptico como un todo, mediante tres puntos de sujeción de plástico. Si el objetivo recibía un golpe en el marco de plástico del elemento frontal, aunque no fuese muy fuerte, corrías el riesgo de que se fracturasen estos puntos de sujeción, y el objetivo quedaba arruinado. Me pasó con dos. Y cuando me estaba pensando en 1994 cómo sustituía al segundo objetivo roto, en una visita en Barcelona a Casanova Foto, me encontré con la primera versión de ese famoso 50 mm.

Canon EF 50 mm

Esta primera versión, que se vendía como objetivo de serie con la EOS 650, por lo que es un conjunto histórico, el primero que se puso a la venta del sistema Canon EOS, tiene la misma fórmula óptica que el nifty fifty de plástico que tan mal resultado me dio. Pero estaba mucho más sólidamente construido, tiene la montura metálica, y una ventanilla en la que aparece la distancia de enfoque a la que estás trabajando. Mucho mejor en líneas generales, pero más cara de fabricar. Y ese lo tengo desde entonces. Y aunque ha sufrido alguna caída o golpe importante, sigue funcionando como el primer día y sin que parezca afectada su calidad óptica, que siempre ha sido reputado como muy buena, aunque sin llegar a la excelencia de otros 50 mm más prestigiosos para el sistema. Es un diseño óptico clásico, tipo Planar, con 6 elementos en 5 grupos, que tiene una prestaciones razonables a sus aperturas más abiertas, y muy buenas en cuanto diafragmas un par o tres de pasos. Como tantos objetivos clásicos de los años 70, 80 y 90 del siglo XX. Sigue funcionando muy bien, aunque me gusta más la focal de 40 mm como estándar, que la de 50 mm. Pero es más luminoso, claro. Y muy ligero, con solo 190 gramos de peso. Por supuesto, el sistema de enfoque automático antiguo, tiene inconvenientes notables respecto a los motores USM o STM.

Canon EF 50 mm

En estos momentos, es difícil que me anime a seguir usando el viejo Sigma 28 mm. Ese descentramiento claro, con pérdida de nitidez en un lado de la imagen, no anima a usarlo, especialmente disponiendo de una focal similar Canon EF con motor USM, que sólo tiene ventajas sobre este Sigma. En cuanto al 50 mm,... pues de vez en cuando es divertido usar una combinación que podemos considerar clásica. La que se puso a la venta en 1987 cuando se estrenó el sistema Canon EOS. Tengo el Canon EF 50 mm f1,4 USM que tiene mejores prestaciones a igual apertura, con la ventaja de que abre a f1,4... aunque sin que sus prestaciones sean brillantes, y con la ventaja del motor USM. Pero es más grandote. Para la Canon EOS RP tengo el dedicado Canon RF 50 mm f1,8 STM, y ahí no hay dudas. Más pequeño, sin necesidad de adaptador de montura y más nítido y moderno. Y siempre considerando que, si no necesito la luminosidad de estos objetivos, en realidad prefiero usar la focal de 40 mm.

Canon EF 50 mm

Olympus Trip 35, Rollei Ortho 25 Plus, SPUR Acurol N y la regla "sol f16"

En diciembre recibí un regalo de un conocido que había acumulado recientemente algunos materiales para fotografía con película tradicional y que en estos momentos, por problemas que no vienen al caso, era consciente que no iba a usar en un futuro previsible. Así que simplemente me los regaló. Pasaba de dedicar el tiempo a buscar compradores, y no se iba a hacer ni más rico ni más pobre por venderlos o regalarlos. El lote de productos era de cuatro rollos de película Rollei Ortho 25 Plus caducada en 2020, un lote de películas variadas de Nofoto Lab, y una botella de revelador SPUR Aculrol N sin empezar. De cada cosa iré hablando conforme vaya usando. De momento, en usado dos rollos de Rollei Ortho 25 Plus, y los he revelado con el SPUR Acurol N. Vamos con el primero de ellos.

En los últimos rollos que hice en blanco y negro con la Olympus Trip 35, en el mes de noviembre, cuando compré el adaptador de rosca para poder utilizar filtros en ella, me quedé con la mosca detrás de la oreja por el flojo resultado que obtuve con el filtro rojo. Básicamente, al disminuir mucho la sensibilidad efectiva por los tres pasos de luz que se come el filtro, la cámara había estado usando constantemente aperturas muy abiertas, privilegiando la velocidad de obturación de 1/200 segundo. Y con profundidades de campo muy pequeñas,... había fotos con poca nitidez. O con el plano nitidez en el lugar no deseado.

El caso es que le estuve dando vueltas al asunto, y comprendí que no tenía porqué usar la Trip 35 necesariamente en modo automático, que es como está pensada inicialmente. Tiene un modo manual, con algunas restricciones. Este modo manual está pensado para usar la cámara con un flash. La velocidad de obturación queda fijada a 1/40 segundo, y puedes seleccionar la apertura del diafragma en función de la distancia al sujeto y la potencia del flash. Si tienes un flash con número guía de 20 a ISO 100, con una película de esta sensibilidad podrás fotografiar a un sujeto a 5 metros de distancia con una apertura f4. 20/4 = 5 metros. Si usas ISO 200, cierras la apertura un paso, f5,6. Si usas ISO 25, como la Rollei Ortho 25 Plus, abres dos pasos, f2. Ups. La Trip 35 está limitada a f2,8... mmm... mejor sitúas al sujeto a 3,5 metros, y ya puedes usar esa abertura máxima. 20/3,5 = 5,7... dividido por dos para obtener el equivalente a ISO 25 y da 2,86... f2,8. No es difícil.

Pero claro, si usas la reglas del "tiempo soleado, ajusta f16 para una velocidad de obturación igual a la inversa de la sensibilidad de la película", vemos que un ISO 50 podríamos usarlo, por aproximación con este modo manual a f16. Entre 1/40 y 1/50 hay poca diferencia. Y en el caso de la Rollei Ortho 25 Plus... pues el equivalente sería f11 a 1/40 segundo, con tiempo soleado y sombras nítidas. A partir de ahí vamos bajando a ojo... f8 si está soleado pero las sombras son difusas, f5,6 si esta con un nublado ligero, f4 con un nublado más intenso o en sombras a cielo abierto... Es decir... tenemos un cierto margen para fotografiar en exteriores. Como la distancia focal del objetivo es 40 mm y la cámara es ligera, solo tenemos que tener un poquito de cuidado para evitar las fotos trepidadas. Y como tiene la posibilidad de un enfoque por estimación razonablemente sencillo y sabemos qué apertura usamos, cosa que no sucede en el modo automático, podemos previsualizar lo que va a quedar dentro del intervalo de profundidad de campo.

Revelé el rollo de Rollei Ortho 25 con el SPUR Acurol N. Por lo que he leído en la documentación del químico, es un revelador compensador, por lo que mejoraría el contraste, aplanándolo un poco, en escenas con iluminaciones duras, especialmente si se usa con diluciones elevadas. Parecido a lo que sucede con el Rodinal o con el Kodak HC-110. Pero estaría orientado a obtener una buena nitidez con un grano fino. Dicen. Tiene un elevado tiempo de conservación una vez abierto. En la documentación del fabricante, no aparecía el tiempo de revelado para la Ortho 25 Plus expuesta a su sensibilidad nominal, sino para un índice de exposición 100. Usé el tiempo de revelado para la versión anterior de la Rollei Ortho 25, 11 minutos con la dilución 1+70 a 20 ºC, y con un ritmo de agitación muy suave. Con prelavado para atemperar la emulsión a la temperatura de revelado, y usando agua desionizada, siguiendo la recomendación del fabricante.

Los negativos han resultado un poco más densos de lo esperado, pero perfectamente usables. Como el aumento de densidad es uniforme en toda la imagen y no mayor en las luces que en las sombras, es decir, no se acompaña de un gran aumento del contraste, asumo que se debe a que mi evaluación de las escenas a la hora de ajustar el diafragma fue conservadora, protegiendo las sombras, y que hay un cierto grado de sobreexposición en los negativos. Como digo, no me ha resultado problemático a la hora de digitalizar los negativos con la Panasonic Lumix G100 y el Macro-Elmarit 45 mm f2,8, y con ligeros ajustes de la curva tonal en el software de procesado del archivo digital. El grano es un poquito más notable de lo esperado para una película de sensibilidad baja. Pero el fabricante del revelador avisa de que el uso de diluciones elevadas, y 1+70 lo es, conlleva un cierto aumento del grano. Es lo que pasa con otros reveladores compensadores; tienen una alta acutancia, lo que hace que el grano sea más visible. Pero en general estoy contento con la gama tonal obtenida, y alguna escena muy contrastada ha quedado muy bien. No descarto usar de nuevo esta combinación en un futuro.

Con las telemétricas también funcionan bien los teleobjetivos - Leica M6 con Kodak Ultra Max 400

En fotografía, como en tantas áreas del conocimiento y la experiencia humanas, hay una tendencia de estos bípedos que pululan por la superficie del planeta Tierra a generar "dogmas". "Verdades" cuasiabsolutas, al parecer irrefutables, que todos los seguidores de una religión... perdón, afición, deben seguir con fidelidad. Y una de esas "verdades dogmáticas" que eventualmente se leen es que las Leica telemétricas se usan con objetivos con focales cortas. Como mucho un 50 mm de distancia focal. Los teleobjetivos... no son para las Leica, aunque existan y se vendan. Algún pirado del retrato que usa los objetivos de 75 mm, y sí... existe una cierta oferta de objetivos de 90 mm en el catálogo de la marca... misteriosamente. Cuatro de ellos. Incluso se habla de la existencia de un 135 mm f3,4.

Zeiss Biogon-C 35 mm f2,8

Bueno... el párrafo anterior no pretende ser serio. Es en parte una parodia de los grupos y foros de "leicaistas", "leicófilos" o como se quiera denominar. Si bien es cierto que las cámaras telemétricas de enfoque manual se prestan más y mejor a trabajar con focales cortas en modo reportaje, nada impide usar un teleobjetivo corto o medio para retratos, paisajes selectivos o aislamiento de escenas u objetos. El principal inconveniente de las cámaras clásicas de Leica es que el marco para encuadrar con los teleobjetivos es muy pequeño, y muchos consideran el encuadre demasiado impreciso. Aunque yo nunca he tenido demasiados problemas al respecto. Con cámaras Leica modernas digitales, en las que se puede usar la visión electrónica para encuadrar además de la visión directa con telémetro, el problema desaparece.

Zeiss Biogon-C 35 mm f2,8

Tras el rollo de Kodak Pro Image 100 del que os hablaba recientemente, durante el mes de diciembre pasado cogí la Leica M6 y le puse un rollo de Kodak Ultra Max 400. Antes escribía Ultramax, porque así lo leía yo en la caja de la película; pero recientemente busqué las hoja técnica de la película en Kodak Alaris,  y oficialmente la denominan Ultra Max. Aunque me gusta más la Pro Image 100, lo cierto es que estábamos en diciembre, y llevábamos días en los que la luz se nos iba muy pronto y con afectación de nubes frecuentes. Así que decidí que tocaba llevar más reserva de sensibilidad. En este mes de enero me hice con la sensibilidad intermedia, la Kodak Gold 200,... que hace muchísimo que no usaba, suponiendo que sea la misma película que antes tenía esta denominación,... ya os contaré dentro de unas semanas.

Canon S 50 mm f1,8

En principio, mi idea era usar el rollo con objetivos de 35 y 50 mm de distancia focal. Pero no los titulares habituales que uso con la cámara, el Summicron 35 mm f2 ASPH o el Zeiss Planar 50 mm f2, sino los primeros que tuve para este sistema; el Zeiss Biogon-C 35 mm f2,8 y Canon S 50 mm f1,8. De estos, el Biogon-C siempre me ha gustado mucho. Quizá no sea tan nítido como el Summicron, pero realmente es más contrastado. Y algo más cálido en su rendimiento cromático, en mi humilde opinión. Pero al final, y aprovechando la reserva de sensibilidad que me ofrece una película ISO 400, en un atardecer en el que el río Ebro lucía una avenida considerable y la luz era muy agradable, a pesar del fuerte viento, salí a fotografiar con el Elmar-C 90 mm f4. Objetivo pensado para Leica CL, la original de los años 70, no el modelo digital actual, y que con frecuencia se advierte que, por alguna diferencia en las monturas con los objetivos habituales de las Leica M, podría haber alguna imprecisión en el enfoque. Nunca lo he percibido.

Leitz Elmar-C 90 mm f4

El Elmar-C 90 mm es un objetivo con un diseño muy sencillo. Cuatro lentes. Separadas, sin ninguna agrupación de dos o más lentes. Diseño de teleobjetivo. Si en algún lugar leéis que lo equiparan a un diseño Tessar... no es así. De echo, los Tessar son cuatro lentes en tres grupos, con dos de ellas agrupadas, y dos de las lentes son divergentes, frente a una sola del Elmar-C. Y también la posición del diafragma es distinta dentro de la fórmula óptica. El caso es que siendo tan sencillo, tiene un rendimiento bastante razonable. Seguro que no es tan nítido como otros más prestigiosos de la marca en esta distancia focal; pero normalmente pocos notarán la diferencia. Quizá donde más se note es que tiene menos contraste que otros.

Leitz Elmar-C 90 mm f4

Resumiendo la experiencia, que no es muy distinta a las que ya había tenido en ocasiones anteriores; es una combinación con la que me siento cómodo. Me pasa lo mismo que con la combinación de la Hasselblad 500CM con el Sonnar 150 mm f4. Para paisajes urbanos en los que un teleobjetivo corto va bien para captar detalles, seleccionar motivos despejando elementos que no aportan nada, y evitar el exceso de líneas convergentes en edificios tomando una cierta distancia, si es posible, va muy bien. Es cierto que con una película como la Kodak Ektar 100, que suelo usar en el equipo de medio formato mencionado, los resultados son más vistosos. Pero no me puedo quejar. Es recomendable. Lo pasé bien. A pesar del viento. Frío viento.

Leitz Elmar-C 90 mm f4