La fotografía como afición y otras artes visuales

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Nueva película Bergger Pancro 400 (2) - Mi colección de cámaras para película tradicional (en funcionamiento)

Hace unos días os hablaba de mi primer rollo de la nueva película del fabricante francés Bergger, la Pancro 400. Una película de la que me sentía muy satisfecho, y que de hecho estoy pensando en que sea mi película de elección para trabajos de interés. Para un uso más casual, tengo pensado tirar de Fomapan. Pero de eso hablaré otro día. Más adelante.

Esta nueva película, como su nombre indica, es pancromática. Es decir, es teóricamente sensible a todo el espectro de luz visible, como la mayor parte de las películas modernas. Pero eso es algo cierto en parte. Voy a ponerme un poco técnico y voy a poner aquí la curva de sensibilidad espectral de la película, que no es muy distinta a la de otras películas pancromáticas. Está obtenida directamente de la versión en francés de la ficha técnica de la película ofrecida por el fabricante a fecha de enero de 2017.

Como vemos, la película es sensible entre las longitudes de onda de 400 nanometros y aproximadamente los 660 nanometros aproximadamente donde comienza un brusco descenso de sensibilidad para que esta sea nula a partir de los 680 nanometros. El espectro visible, aunque hay variaciones entre individuos va entre el violeta, que comienza e los 380 nanometros y los 780 nanometros del rojo más profundo. Ciertamente los valores más extremos están sujetos como digo a cierta variabilidad personal, y hay muchas personas que no llegan a ser sensibles a los rojos más profundos, por lo que en la práctica no es infrecuente ver mucho textos donde redondean y nos dicen que el espectro visible esta entre 400 y 700 nm.

El caso es que incluso en las películas pancromáticas como esta Pancro 400, siempre hay una menor sensibilidad, aunque sea ligera, a los tonos cálidos que a los tonos fríos. Normalmente, en escenas tomadas con luz de día, no tiene mayor importancia. Pero cuando fotografías en interiores con luz artificial, especialmente luz de tungsteno o aquellas que la imitan, hay predominio de tonos cálidos y las películas se pueden quedar cortas de sensibilidad. Algún fabricante, no muchos, lo avisan, y te dicen que la sensibilidad de la película para esas situaciones es menor. Por ejemplo, 320 ISO en lugar de 400 ISO. No es el caso de la Pancro 400. Pero yo decidí probarla con luz artificial.

Para ello, cargué la Hasselblad 503CX con un carrete de Pancro 400, la iluminé con mis lámpara habituales del salón, halógenas o de LED con tonos cálidos, e hice un pase de modelos de mi colección de cámaras para película tradicional, aunque solamente aquellas que están en funcionamiento, aunque sea con alguna limitación.

Estas son las dos primeras que fotografié, la Canon EOS 100 (1992) y la Leica CL (1973) (Entre paréntesis el año de fabricación aproximado para el modelo del que dispongo). Van juntas porque entre 1993 y 2004 fueron las responsables de ir de viaje conmigo. La primera hasta el año 2001, la segunda con posterioridad. El buen resultado de la Leica CL y su mayor ligereza me condicionaron para ser de los primeros en adoptar las cámaras micro cuatro tercios, comparables en tamaño, como cámaras viajeras por excelencia.

Desde el punto de vista del rendimiento de la película, creo que ciertamente su sensibilidad real cuando la fuente de iluminación es luz artificial cálida es algo inferior. Los negros del cuerpo de la Leica CL tendrían que tener algo más de materia. No obstante, la película, como ya comenté, se comporta muy bien y se traga los pasos de contraste sin ningún problema.

Sigo con el pase de modelos. Ahora ya sin interrupciones sobre las características de la película.

Además de la Leica CL ya vista, dos telemétricas de la marca alemana más, la Leica M2 (1961) con montura de bayoneta para los objetivos y la Leica IIIf (1951) con montura de rosca.

Otras dos telemétricas, pero de formato medio, y por lo tanto bastante más grandes. La Fuji GS645S Wide (1983) es una telemétrica para rollos de película de 120 y 220 sobre los que se obtienen 15 o 30 negativos de 6 x 4,5. Mientras que la Plaubel Makina 67 (1985) con su objetivo Nikkor 80/2,8 fabricado por Nikon, retráctil, tiene un cuerpo metálico, es más consistente, y admite sobre los mismos formatos de película 10 o 20 negativos de 6 x 7. Ambas hacen fotos sin problema, con elevada calidad, pero la Makina 67 necesita pasar por taller por filtraciones de luz en el fuelle del objetivo retráctil.

Dos cámaras réflex, una Pentax MX (1977) y una Praktica MTL 5 (1985). La primera con su popular montura K de bayoneta, la segunda con una montura de rosca M42 que Pentax había abandonado ya diez años antes de que saliera al mercado este modelo de Praktica. Mi primera cámara réflex, de 1989, fue una Pentax P30N que no conservo. La vendí para comprar la Pentax MX que usa todos aquellos objetivos de focal fija de Pentax que fui comprando de segunda mano poco a poco y que van muy bien. Por ello, le tengo un cariño especial. Además va estupendamente, es una de las cámaras más agradables de usar, siendo además muy compacta de tamaño.

Vámonos hacia atrás en el tiempo con estas dos Agfas. La primera, la Agfa Jgestar 8,8 (1928, posteriormente conocida como Agfa Billy, bajo cuyo nombre se declinaron muchas cámaras similares de iniciación) es una cámara de objetivo retráctil con fuelle, sencilla, con un objetivo de tres elementos que no ofrece mucho contraste y moderada nitidez, pero que con sus negativos de 6 x 9 sobre película de formato 120 da información de sobras para disfrutar de la fotografía. También tiene alguna filtración de luz, y hay que protegerla de la luz directa en el momento de hacer la foto. La Agfa Synchro Box (1953) representa a las populares cámaras de cajón cuyo concepto básico no varió desde la primera Brownie de Kodak de 1900. Admite también película de 120 produciendo negativos de 6 x 9, pero su objetivo muy sencillo, un simple menisco, acarrea todo tipo de aberraciones ópticas. Para ampliar con muuuuuuucha moderación. Pero divertidas de usar, ambas.

Dos nuevas cámaras de objetivo retráctil para película de formato 120, produciendo ambas negativos cuadrados de 6 x 6. Conceptualmente muy similares, aunque la primera, la Zeiss Ikon Ikonta modelo 521/16 (1948) es algo más latosa de usar que la Adox Golf 63 (1955). Curiosamente, la primera no sufre de las filtraciones de luz en el fuelle de las que sufre la segunda, que hay que proteger de la luz directa al usarla para evitar luces parásitas en exceso.

Un recuerdo especial para las cámaras que originalmente no fueron mía sino de mi familia. desde la Viking (1964) que usaba mayormente mi padre durante mi infancia, pasando por la Kodak Pocket A-1 (1977), que yo usaba cuando me iba de campamento cuando era un adolescente y que usa cartuchos de película de formato 110 con sus minúsculos negativo, hasta la Olympus μ(mju:)-1 (1993) que compré para mi familia con el fin de que tuvieran una cámara de cierta calidad pero sencilla de usar, una vez que yo ya me había aficionado a la fotografía.

Unos años más tarde, me compré para mí mismo esta Olympus μ(mju:)-2 (1997), descendiente de la anterior, más compacta, con un objetivo más luminoso y protegida contra las inclemencias del tiempo. La pongo en comparación con la Olympus Pen EE3 (1973), una de las populares compactas de medio formato, la mitad del tradicional formato popularizado por Leica, que hacían que los carretes de 36 exposiciones ofrecieran cerca de 80 si las cargabas con cuidado para aprovechar al máximo la longitud de la película.

Mezcla de estilos en esta ocasión. En el centro, una noble Yashica Mat 124G (1970), reflex binocular con un objetivo tipo Tessar que hace unas fotografías excelentes, pero que tengo con una funcionalidad algo "estorbada" porque como consecuencia de una caída, la lente de enfoque no se sujeta correctamente. Por lo demás va muy bien. A reparar en cuanto tenga ocasión. Y con las otras dos entramos en el terreno de lo lúdico. De las cámaras-juguete. Pero que hace fotos. Por dos euros en un mercadillo conseguí la Cámara Safari de Indiana Jones (1987), que es una variante de la Werlisa Club Color B, una cámara que se fabricó en España como churros desde los años 70. Es muy elemental en su uso, pero hace fotos. Conceptualmente similar es la Vivitar Ultra Wide & Slim (2001), pero con la peculiaridad de que tiene un objetivo gran angular de 21 mm. También se puede conseguir por pocos euros. Su ergonomía puede producir algún dolor de cabea que otro, pero las fotos que se hacen con ella pueden ser muy simpáticas. Pasad de las Lomography, y buscad este tipo de cámaras si queréis diversión.

Diversión que también se puede conseguir con las chinas Holga, de las que yo tengo dos. Una Holga 120W PC y una Holga 120N. Ambas son fabricadas en 2015. El PC de la primera viene de Pinhole Camera, y es efectivamente una estenopeica. Ambas son para formato medio, rollo de formato 120. La estenopeica puede hacer fotografías de 6 x 9 y 6 x 12, la 120N de 6 x 6 y 6 x 4,5. La calidad en la estenopeica es la esperable en este tipo de cámaras. La de la 120N es simpáticamente lamentable.

Y dos estenopeicas más... La Camara Pinhole Automontable (2015) comprada en la librería del CaixaForum de Zaragoza. Tengo pendiente sustituir la lámina del estenopo por otra más fina. El estenopo me salió con un diámetro excesivo y la nitidez que ofrece es demasiado baja. Aunque no deja de ser curiosa de usar. Se vendía en piezas, y te la montas tú mismo. Admite carretes de 35 mm normales y corrientes, pero el avance es muy aproximativo. La otras es una Ondu 6x12 Multiformat (2016), que con un sistema de tabiques móviles permite usar sobre película en rollo tipo 120 los formatos de 6 x 6, 6 x 9 y 6 x 12. Está hecha artesanalmente de madera, las piezas se mantienen en su sitio con imanes de vanadio, y es muy bonita.

Llevo 11 fotografías con 24 cámaras presentadas hasta el momento. Normalmente la idea es que todas menos una cámara cupiesen en los 12 fotogramas que permite la Hasselblad en un respaldo tipo A12. Pero un error en el primer fotograma hizo que hasta aquí llegáramos. La siguiente fotografía está realizada con la Leica M-E, digital, calzada con el Elmar-C 90/4 para suplir esa carencia.

A pesar de que parecía que esta tecnología iba a desaparecer, la fotografía instantánea esta viviendo un simpático resurgir. Hay quien tira de los nuevos productos desarrollados por Fujifilm. Pero otros preferimos rescatar las viejas Polaroid y usar la (carísima) película instantánea de Impossible Project. Yo dispongo de una Polaroid Image System SE y una Polaroid Supercolor 635. Esta última es un modelo muy sencillito, que ofrece las típicas fotos cuadradas de Polaroid. La primera ofrece mucha mayor calidad y posibilidades, pero hay que usar el formato especial tipo Spectra, algo más alargado.

Y queda una cámara... la que ha hecho la mayor parte de estas fotos...

Y aquí tenemos la reina de las cámaras, una Hasselblad de la serie V, en concreto una Hasselblad 503CX (1989), con su clásico Carl Zeiss Planar 80/2,8, fotografiada con la Polaroid Image System SE. En realidad este modelo no salió tal y como se ve de fábrica, ni se vendió tal cual, ya que está montado a partir de distintas piezas. Las Hasselblad para película eran fundamentalemente un concepto modular. La 503CX el cubo central, pero el respaldo vino por otro lado, el objetivo por otro, y el visor que se ve... no es Hasselblad. Es Kiev, soviético. Pero funciona correctamente.

Y este es mi repaso a mi colección de cámaras para película tradicional en funcionamiento, aprovechando mis pruebas con la Bergger Pancro 400.

The Pinhole Gang - Taller avanzado de fotografía estenopeica

Esta entrada es una copia casi idéntica pero con diferencias de la que preparé para el blog de Fotógraf@s en Zaragoza sobre el mismo tema.

Coincidiendo casi, semana arriba o abajo, con el primer aniversario del primer taller de fotografía estenopeica que pudimos hacer bajo la dirección de la ya amiga Beatriz Aísa, que se bajó una vez más de los Pirineos para compartir con nosotros su pasión y sus ideas sobre una de las formas más esenciales de practicar la fotografía. Una vez más, fuimos acogidos en las aulas del Centro Joaquín Roncal.

Si el año pasado fuimos Beatriz y "los ocho del estenopo", en esta ocasión en la que íbamos a profundizar un poco más en las artes y las técnicas de la fotografía "unicórnica" fuimos diez quienes nos juntamos alrededor de una gran mesa con nuestras cajas, botes, tijeras, agujas, pinturas, cintas adhesivas y aislantes, y demás aparataje. Estuvimos diez, una panda de gángsters, "The Pinhole Gang", con la pena de no poder contar entre nosotros algunos ausentes que nos acompañaron el año pasado, pero con la alegría de añadir a la banda caras nuevas. Algunas nuevas sólo en lo que se refiere a esta técnica... otras nuevas, nuevas, nuevas del todo. En todo caso, todos bienvenidos. Y a ver si pronto, en otras actividades se va sumando más gente al "gang".

Elemento importante en todo taller de Fotógraf@s en Zaragoza que se precie es la repostería de Carmina Andreu, Caramina; que en esta ocasión estuvo deliciosa como de costumbre. En cualquier caso, aquí tenemos a Carmina con una original lata en forma de zapato que creo que al final no usó, corrígeme si me equivoco Carmina, pero que desde luego sugiere mucho potencial y originalidad.

Y ya al trabajo. Algunos, como Miguel Ángel, nos turnábamos con el taladro para disponer el futuro espacio de los estenopos. Anu Medina mostraba hasta que punto había convertido sus mágicas manos, en el instrumento ideal para horadar con delicadez las láminas de aluminio por donde tan apenas íbamos a dejar pasar unos rayos de luz. Carmina, esprai en mano, se aseguraba que no hubiese reflejos de luz indeseables en el interior de las futuras cámaras. Y todo el mundo se afanaba transformando sus cajas, botes y latas en futuros instrumentos artísticos.

Finalmente, a la una de la tarde, ya estábamos en la calle todos, "cámaras" en mano, dispuestos a ir de caza de la escena y de la luz que se acomodase a la idea que nos habíamos hecho mientras construíamos las estenopeicas. Si el año pasado, con modestia, nos limitamos al concepto básico, una caja oscura, un estenopo, una hoja de papel sensible, en esta ocasión, teníamos cámaras con varios estenopos para una sola hoja, plana o envolventes, o dispositivos con varias hojas y distintas "focales" para tomar varias "instantáneas" de larga duración. La imaginación al poder.

Aunque salimos todos juntos del Centro Joaquín Roncal, finalmente nos fuimos dispersando, cada uno buscando su mejor opción para aprovechar el único, o los poquitos "disparos" disponibles. Yo tuve la ocasión de acompañar a Emilio Molins "Triboniano", y Marco Evangelisti que, entre otras cosas, intentaron una panorámica de 360º en el Puente de Piedra.

Tras el trabajo de campo, la hora de comer, alrededor de una mesa redonda, que se prestan mejor a la conversación y el intercambio, y que podemos ver a continuación en su integridad gracias al ojo de pez que me prestó José Miguel "Masjota".

Por la tarde, tocaba revelar y comprobar si nuestros esfuerzos habían tenido un desenlace feliz. En primer lugar, y con la única fotografía en color de este reportaje, el muestrario de cámaras antes de apagar la luz y extraer sus tesoros escondidos.

Y luego ya, líquidos dispuestos, por turno fuimos pasando a revelar nuestros negativos fotográficos. Unos con más fortuna, otros con menos, pero todos con la sensación de que habíamos avanzado y aprendido cosas nuevas.

Después, el laborioso proceso de lavado y secado de las hojas de papel sensible con los negativos de las fotografías. Una vez más, la tarde se nos hizo corta para lo que podría ser el último paso del proceso, el copiado y obtención del positivo por contacto. Pero las nociones estaban ahí, sembradas, para cualquiera que quiera seguirlas.

Y ya sólo me queda una cosa... quizá una de las más importantes... compartir con todos vosotros el positivo que surgió de mi propio trabajo y del que ya os hablé hace unos días.

Como el año pasado, una jornada fenomenal, que nos permitió aprender, comunicarnos, convivir, conocer más la afición común a la fotografía y conocernos más entre nosotros. Y ya, poniéndonos a pensar qué nuevas técnicas queremos probar. ¿Alguien escuchó mencionar la palabra "cianotipia"? ¿Se oyó decir que nos íbamos ir a Ejea con Laura, "Lura Photos", a hacer una jornada analógica? ¿Alguna idea más?

"Tetrapinhole Camera",... ¿o tendría que haber sido "Hexapinhole Camera"?

El sábado pasado estuvimos en Fotógraf@s en Zaragoza (FeZ) de taller de fotografía estenopeica, al igual que el año pasado, nos juntamos un grupo de aficionados bajo el liderazgo de Beatriz Aísa. Si el año pasado buscábamos iniciarnos en estas técnicas, este año se trataba de profundizar un poquito más. Dentro de pocos días saldrá la crónica que he preparado para el blog de FeZ, que también reproduciré aquí. Y en ella podréis ver un poco más cómo transcurrió la jornada.

Pero hoy quería contaros un poco mi experiencia personal desde un punto de vista técnico.

He de decir que me llevé tres cajas de cartón con distintas características, sin saber muy bien qué iba a hacer. Como consecuencia de la convalecencia de la especie de gripe que tuve el fin de semana anterior, no había estado muy fino en los preparativos entre semana. De hecho, llegué a pensar en dejar el taller para otra ocasión. Afortunadamente al final me apunté.

De las tres cajas, había una pequeñita, pero con diversas formas y compartimentos en su interior que podría dar mucho juego. Las otras dos eran similares pero de distintas dimensiones, la grandota de color amarillo-naranja estaba pensada como una cámara de gran formato, que con un pequeño estenopo pudiera ofrecer gran nitidez. Con la negra con lunares... pensaba en algo parecido, pero no estaba convencido de que fuera a funcionar bien. La profundidad de la misma era de sólo unos 75 mm, mientras que la superficie aprovechable del potencial fotograma era de 23 x 28 cm. Se me hacía difícil concebir que con la caída progresiva de luz que se produce en la periferia del cono de luz proyectado por el estenopo, se pudiera cubrir toda esa superficie. No me había dado tiempo a buscar las matemáticas apropiadas para preverlo.

Dio igual. Beatriz trajo algunos libros para inspirarnos y un modelo de los que vimos en el que una multiplicidad de estenopos servían para exponer una única hoja de papel me sugirió utilizar esta última caja, la negra con topos, pero con varios estenopos. Aunque las tripas me pedían hacer seis de ellos, un cierto sentido de la prudencia, por si se solapaban en exceso las imágenes, me hizo conformarme con cuatro. Que distribuí por la superficie de la caja.

Para la realización de los estenopos sobre las láminas de lata de aluminio conté con la ayuda de Anu Medina.

Los aficionados a las "pinhole" tienen la costumbre de bautizar con nombres significativos o alusivos a sus cámaras, pero en este caso, venía ya bautizada, como podemos ver en el cuarto oscuro donde cargamos el papel sensible.

With Love to You

La hoja de papel de 23 x 28 cm la recortamos de una hoja estándar de 25 x 30 cm, y quedaba sujeta por la propia tapa de la cámara, sin necesidad de adherirla con cinta adhesiva ni nada. Una vez sellada la tapa con cinta aislante negra, la hoja no se podía mover, y quedaba razonablemente plana en el fondo de la cámara oscura.

Y ya salimos a pasear para buscar nuestros motivos. Con un par de compañeros acabamos buscando motivos adecuados por la ribera del río Ebro, bajo las arcadas del puente de Piedra de Zaragoza.

Y ahí fue donde decidí dos cosas. Primero que el lugar me gustaba por el juego de luces y sombras del mediodía y por el grafismo del puente y los árboles sin hojas invernales. En segundo lugar, que en lugar de fotografiar cuatro escenas distintas sobre la misma hoja, iba a fotografiar cuatro veces seguidas la misma escena sobre la misma hoja. Dada la naturaleza "imperfecta" del proceso, las cuatro escenas tendrían algunas diferencias derivadas del propio paso del tiempo mientras se exponía cada una de ellas, y por la manipulación de la cámara entre las mismas.

Me ayudé de una aplicación del móvil para decidir la exposición. La focal calculada de la cámara era de 75 mm. Los estenopos que me ayudó a realizar Anu con gran precisión tenían un diámetro de 0,3 mm, por lo que la apertura relativa de los mismos era de f/256 aproximadamente. Para una sensibilidad del papel de 6 ISO, más mi propia estimación sobre las circunstancias del contraste de la escena decidí que la exposición correcta podía ser unos 30 segundos. Conté 25 segundos a lo que hay que añadir lo que se tarda en abrir y cerrar el estenopo con la cinta aislante.

Y el negativo que obtuve fue...

Es muy posible que si me hubiese arriesgado a poner seis estenopos, y dada las características de la escena, hubiera encajado sin problemas. Hay demasiado espacio en blanco (en sombra o negro en el positivo) entre la fila superior y la inferior, y también por de bajo de esta.

Por supuesto, hay diferencias entre las exposiciones. No todas tienen exactamente el mismo encuadre. Más allá del error de paralaje, se produjeron pequeños movimientos de la cámara entre toma y toma. En una de las inferiores el viento llevó a la cinta aislante que hace de obturador a tapar parte del fotograma, y en la última toma que hice, el miedo al viento me hizo sujetarla con las manos, y el propio movimiento de las mismas hizo que saliera trepidada.

Ya escaneada, eliminé digitalmente parte de la sombra/negritud sobrante. Y así puedo presentar el positivo final. Espero que os guste. Y que el proceso os haya sido ilustrativo.

Fotografía estenopeica - Cámara Ondu Pinhole 6x12 Multiformat

Durante estas vacaciones pasadas tenía intención de dedicar algún tiempo a la fotografía estenopeica. Voy muy mal en mi proyecto de construir una camara de este tipo de gran formato, en torno al tamaño de 20 x 25 cm. En mi cabeza se trata de un chisme que permita obtener el aspecto inequívoco de la fotografía estenopeica, pero con un razonable nivel de nitidez. Todo llegará.

Mientras tanto, se trataba de utilizar la Holga 120WPC de la que ya os hablé en su momento. De hecho, estuve tomando unas cuantas fotos en el entorno del camino de Miraflores de Zaragoza, zona suburbana, donde se confunden el paisaje urbano y rural de forma característica.

Esta cámara, como ya comenté, mediante un sistema de máscaras permite realizar fotogramas de aproximadamente 6 x 9 cm y 6 x 12 cm de tamaño. La suelo utilizar a 6 x 9 cm. Si no tienes cuidado, acabas haciendo alguna doble exposición,... que si hay suerte puede quedar curiosa.

El caso es que el día en que nos acercamos a Madrid para la exposición del Bosco y otras exposiciones de PHotoEspaña, me encontré en la tienda del Caixaforum madrileño una bonita cámara de madera, estenopeica, de acabado impecable, y con un sistema de imanes de neodimio para colocar en su sitio los distintos elementos de la cámara.

En la foto anterior vemos la palanca de madera que ejerce de obturador y que se mantienen en sus posiciones cerrada o abierta con los mencionados imanes de neodimio, resultando en un accionamiento muy suave. Sin problemas. Mediante un sistema de láminas separadoras, se pueden realizar fotogramas de distintos formato. Fundamentalmente, 6 x 6 cm, 6 x 9 cm y 6 x 12 cm. En el folleto incluido, habla también del 6 x 8 cm, aunque no sé muy bien como.

Como se puede suponer, la películas es de formato 120, de 6 cm de ancho. Los ejes de los carretes tambien se sujetan con un sistema de imanes, lo cual hace que haya poco riesgos de que se estropeen sistemas mecánicos, ni por mal uso ni por desgaste.

El estenopo, que se ve en el centro de la lámina dorada en el centro, tiene un diámetro de 0,3 mm que para la focal de 40 mm anunciada, da una apertura relativa de f/135. Yo preferiría un esfuerzo un poquito mayor en este capítulo, que intentarán bajar los diámetros de los estenopos a 0,15-0,20, para conseguir una apertura relativa de unos f/200 a f/265. No se pierde la estética de la estenopeica, no pasa nada por aumentar unos segundos la exposición, y aumenta la nitidez de la imagen.

La tapa posterior también se sujeta en su sitio mediante un sistema de imanes de neodimio, lo sufiecientemente firme como para que no hayas filtraciones de luz. Los círculo que en la imagen parecen negros correponden a las ventanas con filtro rojo para leer el número de exposiciones realizadas. Es difícil de usar sin una luz directa que los ilumine.

He probado la cámara usando los separadores para fotogramas de 6 x 6 cm, con un carrete de negativos en color que todavía no he revelado y un carrete de Fujifilm Neopan Acros 100. Esta última es muy adecuada, por su resistencia al fallo en la ley de reprocidad. Hay que llegar a exposiciones de casi minuto y medio antes de que esta falle, mientras que con otras películas, a partir de un segundo ya hay que compensar. En situaciones normales al aire libre, es fácil medir la luz y obtener buenas exposiciones. Si a pleno día aplicamos la regla "soleado f/16", una exposición equivalente a f/16 y 1/100 s sería equivalente a f/135 y 1 segundo aproximadamente. Si está nublado, pues 4 segundos. Y en la sombra no muy densa, 8 o 10 segundos. Sin muchos problemas.

Veamos algunos ejemplos tomados en el Parque Grande de Zaragoza.

En general, el resultado es razonablemente bueno. Pero sigo diciendo que para un ángulo de visión equivalente a unos 20 - 22 mm en formato 24 x 36 mm, un estenopo más fino, permtiría una nitidez en el centro de la imagen mejor. Desde luego, veremos como llega el escaneado profesional de Carmencita Film Lab con los negativos en color, pero el aspecto de las fotografías obtenidas no es equiparable a las de propaganda de la página web de Ondu, que se ven mucho más nítidas.

Por lo demás, es un aparato muy bonito, muy bien hecho de forma artesanal, y que puede ser muy divertido de usar. Muy probablemente en un futuro lo usaré con formatos de 6 x 9 o 6 x 12 cm... pero de momento, para probar, mejor disponer de 12 exposiciones por carrete en lugar de los 8 ó 6 de los formatos mencionados.

Recomendaciones semanales - del 10 al 17 de julio de 2016

Si echáis un vistazo hacia atrás en este blog, veréis que esta ha sido una semana muy activa y productiva, y para bien. Pero llega el domingo, y hay que ver lo que la red de redes tiene que ofrecernos tanto en noticias sobre el mundo de la fotografía como en descubrimiento de nuevas fotografías y nuevos fotógrafos. Empezaremos dejando aquí el enlace al tablero en Pinterest de la semana, donde encontraréis un colección de fotografías que me han interesado.

Respecto a las fotografías de la semana, seguiremos con una tanda derivada en cierta medida de la de ayer. Si ayer os mostraba las fotografías en blanco y negro que hice en Islandia con la pequeña Olympus mju-II y película Kodak Tri-X 400 Pro, las fotografías de hoy corresponden a los últimos fotogramas del cuarto y último de los carretes que ultimé ya de regreso en Zaragoza, así como a un carrete de Ilford FP4 Plus que llevaba desde hacía unas semanas en la Minox 35 GT-E. Esta también es una cámara pequeña, muy compacta, con una óptica fija de 35 mm 1:2,8, pero que tiene una filosofía de utilización distinta de la mju-II. Veo que no os he hablado de ella en estas páginas... así que tendré que hacer un artículo al respecto. Que las Minox fueron cámaras importantes para mí durante años.

Si generalmente comienzo mi recorrido con algún fotógrafo que considero clásico, en esta ocasión quiero hacer una reflexión sobre un concepto, qué es o consideramos una fotografía o imagen icónica.

Estas últimas semanas han sido turbulentas en las noticias y en el mundo. En el mundo, turbulencias las hay constantemente. Que se abran paso hasta los titulares de las noticias, menos. Así que  diremos que han sido semanas turbulentas en el mundo occidental,... ya que parece que las tribulaciones del resto del mundo importan menos, o son de segunda categoría. No. No todos los muertos son iguales, al igual que los vivos tampoco son todos iguales.

Como consecuencia de los excesos policiales en Estados Unidos contra los ciudadanos afroamericanos, hubo en este país una serie de manifestaciones que han dado lugar a todo tipo de imaginería y literatura,... y desgraciadamente a más muertes, ya que alguna acabó con más muertes, esta vez en el lado de la policía. En el tumblelog de SuperMassiveBlackHole vi una imagen que de repente empezó a recibir el calificativo de "icónica" en muchos medios. En ella vemos a una mujer, una manifestante afroamericana, de aspecto digno y elegante, vestida con un simple y vaporoso vestido de verano, sin armas de ningún tipo, que se mantiene de pie y firme ante un grupo de policía fuertemente equipados con material antidisturbios que acuden a retirarla de la calzada. Detrás, hay una línea con más policías fuertemente equipados. Es una fotografía potente, en la que apreciamos la desproporción de medios para el fin pretendido, así como la diferencia de actitudes ante la situación. Una buena fotografía periodística, sin duda. Pero ¿icónica?

De entrada, nos resulta familiar, en American Suburb X (ASX) publican un artículo sobre la misma en la que inmediatamente hacen referencia a la fotografía de Marc Riboud de 1967 en la que una joven de 17 años armada con una flor, se opone a una línea de soldados de la Guardia Nacional de los EE. UU. armados con fusiles y bayonetas, que han acudido a reprimir una manifestación contra la guerra del Vietnam. La fotografía del francés realmente se ha vuelto una fotografía icónica. Pero han pasado décadas, ha permanecido en la memoria de la comunidad, incluso con la perspectiva y los cambios en los valores de la sociedad que han acontecido desde entonces. ¿Podemos asegurar que la oportuna y actual fotografía de Jonathan Bachman será dentro de 4 o 5 décadas recordada y considerada como icónica? Más en un momento en el que el número de fotografías que se generan cotidianamente es inmenso.

Da la impresión de que se banalizan los conceptos. En este caso el concepto de "icónico". Sucede lo mismo con otros conceptos. Hace unos años estaba con dos amigas en el cine, esperando a que empezase la proyección de una película de ciencia ficción. Y escuchamos la conversación que llevaban dos chavales jóvenes acompañados de una chica de su edad a la que intentaban encandilar con sus conocimientos "cinéfilos"... la chica era muy mona, ciertamente, no era de extrañar el pavoneo de los dos maromillos. De repente, uno de ellos le dijo a la chica que esa película que íbamos a ver era "más de culto" que otra que había visto recientemente. ¿Una película es "más de culto" cuando estás en el día de su estreno y todavía no sabes cómo va a resultar, ni cómo va a ser acogida, ni su recorrido con los años? ¿Qué entendería aquel chaval por "película de culto"? Como anécdota... no puedo recordar ni aunque me maten del nombre de la película. Todo ese impacto nos dejó. Dejando aparte el comentario de mi amiga Maite que soltó un "este chico es tonto, y si encandila a la chica con sus chorradas, es que es más tonta todavía". Vamos a dejarlo en que eran jóvenes y carentes de referentes culturales. No seamos bordes, Maite. Pero refleja lo que quería decir sobre las desviaciones de estos conceptos de "fotografía icónica", "obra de referencia", "película de culto"... u otros que se deberían aplicar siempre con un sentido de impacto histórico de una obra de arte.

Tras este comentario que me apetecía hacer, voy un poco rápido con las recomendaciones:

El siempre interesante blog de Oscar en Fotos, nos ofrece una galería y una minibiografía del clásico fotógrafo japonés del siglo XX Shomei Tomatsu. Un fotógrafo que hay que conocer. De verdad. Esta al nivel de muchos fotógrafos documentales occidentales mucho más famosos o por encima. A por él.

En L'Oeil de la Photographie, que están a punto de entrar en modo verano, dedicaron un día a las fotografías de Pierre Jamet en el entorno de las actividades del Frente Popular frances en 1936, especialmente documentando los campamentos de jóvenes, con imágenes muy refrescantes, que reflejan alegría de vivir, y un desparpajo y libertad que se vería interrumpida por las guerras por venir.

Ya hace unos años que me gusta bastante el sudafricano Pieter Hugo, especialmente después de visitar hace cuatro años una exposición suya en el Museo de l'Elysée en Lausana. Muy comprometido con la turbulenta realidad de su país, pero sin abandonar su personal forma de hacer fotografía, en Art Ruby, blog dedicado al arte contemporáneo, nos invitan a ver sus obras más recientes, que tienen que ver con el mundo de los adolescentes. Que pena que su página web sea tan austera.

Mi visita reciente a Islandia me ha despertado el interés por los paisajes. Más de la habitual. Y esto me ha hecho fijarme en algunos artículos que de otro modo igual me hubieran pasado más desapercibidos. En Proof de National Geographic, encontramos el trabajo de Magda Biernat, que pone en paralelo fotografías en color de icebergs procedentes de los deshielos de los glaciares árticos o antárticos, con fotografías en blanco y negro de asentamientos humanos en esas latitudes, mostrando la fragilidad de los ecosistemas y de las relaciones del ser humano con la naturaleza, amenazadas por el cambio climático.

La visita a las playas islandesas también me dio para reflexionar sobre la estética del mar y de las olas, el movimiento en especial, tanto si lo queremos fijar, como si lo difuminamos. Y casualmente, en Feature Shoot nos han mostrado en esta semana el trabajo del australiano Warren Keelan. Bellas imágenes, muy dinámicas, en las que se diría que las olas son el resultado de cepillar con cuidado la superficie marina. Muy bellos paisajes marinos.

Está de moda encontrar y recuperar antiguos rollos de película fotográfica. Los lomógrafos, que de vez en cuando publican algo interesante entre sus chorradicas, ciertamente parece que últimamente quieren subir un poquito en calidad fotográfica de lo que publican, nos hablan de los rollos perdidos de Ron Haviv, que a lo largo de su vida como reportero de conflictos acumuló 200 carretes de película no revelada y olvidada. Y se ha puesto a ver lo que había hay. Fotografía. Muchas muy interesantes. Algunas sobre las que recuerda perfectamente el momento en el que las tomó, otras... realmente olvidadas, las películas y los momentos. Hay que recuperar los negativos perdidos...

El collage... de vez en cuando traigo alguna recomendación sobre esta técnica con la que no me atrevo yo mismo, pero que me encanta. En esta ocasión, os traigo un artículo del tumblelog de Criterion Colección, con los interesantes collages de Guy Maddin. Estupendos. Por cierto, Maddin es más cineasta que otra cosa.. pero no dejemos que eso nos impida disfrutar de sus collages.

Hace unas semanas se celebró el día mundial de la fotografía estenopeica. Yo estuve liado aquel día y no pude salir a celebrarlo como hubiese sido oportuno. Pero tengo pendientes de enseñaros algunas estenopeicas recientes, y de salir a fotografiar con un aparato nuevo. Pero de momento, me apetece con un artículo de Film Shooters Collective, en los que vemos las cámaras estenopeicas de algunos fotógrafos y sus obras. Las flores de Chris Faust me han encantado.

Finalmente, en Japan Camera Hunter me ha gustado el articulo dedicado a Cahute, un laboratorio de Helsinki especializado en realizar retratos con cámara de gran formato, en papel directo positivo, son únicos, procesado con Caffenol, revelador artesanal que se elabora uno en su casa a partir del café. Estupendo resultados, con obras únicas, realmente.