La fotografía como afición y otras artes visuales

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Excursión argéntica a Ejea de los Caballeros con AFZ

Surgió la idea como consecuencia de las actividades del III Encuentro Analógico, cuya excursión a Muel os conté en tres partes (1, 23), y que se realizaron esta primavera en la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza (AFZ). Durante las mismas se habló con Laura (Lura Photos), una simpática y animada aficionada a la fotografía de Ejea de los Caballeros, que de vez en cuando tenemos la suerte que nos acompañe en nuestras actividades en Zaragoza. En esta ocasión, tocaba devolver visita y acudir nosotros a Ejea, hacer fotos y, de paso, conocer mejor la capital de las Cinco Villas, sus calles, sus fiestas y su iniciativas culturales.

Como el contenido principal de esta entrada estará orientada a lo fotográfico, diré simplemente que por la mañana recorrimos las calles de la ciudad, y estuvimos en las actividades del mercado y la recreación medieval que se organizan para las fiestas de San Juan. Visitamos también dos centros culturales y de exposiciones, La Espiral y el Centro de Arte y Exposiciones de Ejea. Después de comer, con una visita guiada, conocimos las dos iglesias románicas, San Salvador y Santa María de la Corona, así como otros edificios e historias de la ciudad. Tuvimos la suerte de que el calor no fue tan agobiante como en los días anteriores, e incluso disfrutamos de una cierta brisa.

Comienzo obligado de la visita con una foto de grupo que hizo Ana.
Y momentos de relax y buen humor durante la comida.

Tenía ganas de experimentar durante esta excursión, así que me llevé una variedad de cámaras y materiales. Eso sí, que las cámaras no ocupasen ni pesasen mucho. Veámoslo en un cierto orden.

Olympus mju-II con Fujicolor Superia XTra 400

Nunca he utilizado mucho las películas negativas en color de Fujifilm, así como en tiempos, prácticamente sólo utilizaba las diapositivas de esta marca. Pero tras la experiencia con la cámara de un solo que me llevé a Muel, he empezado a usarlas. Y especialmente tenía ganas de usar la Fujicolor Superia Xtra 400, una todoterreno muy respetada, con una cámara que tuviera una óptica de mejor calidad. Así que cargué un carrete de esta película en la Olympus mju-II. Sobretodo la usé por la mañana, callejeando la ciudad y durante la recreación histórica medieval.

Unos colores vivos, un grano muy muy muy contenido y una amplia latitud de exposición la hicieron ideal para un día de sol radiante, no importando si el objeto de interés estuviera al sol o en la sombra, ya que la generosa sensibilidad nominal de ISO 400 así como la luminosidad del 35 mm f/2,8 de la Olympus, permitían un amplio abanico de posibilidades.

Película para todo uso muy recomendable, aunque para trabajos donde se exija una mayor matización de los tonos de color, y especialmente en retrato, creo que sigue siendo preferible la familia de las Kodak Portra, especialmente las 160 y 400. Pero está muy bien esta película. A tener siempre una reserva en el frigorífico.

Leica CL con Summicron-C 40/2 y película Fujicolor Natura 1600

La película Fujicolor Natura 1600 está reservada en principio por la marca japonesa a su mercado interno, en el País del Sol Naciente. Pero es posible adquirirla en Europa a través de algunas de las tiendas alemanas más especializadas en la fotografía argéntica, como Macodirect, donde compré hace unas semanas algunos carretes. No son baratas, aviso. Pero me apetecía probarla.

Puesto que parte de una sensibilidad nativa de ISO 1600, la usé con una óptica también razonablemente luminosa, reservada para interiores con menos luz. Los dos museo que visitamos y que mencionado anteriormente fueron los mejores lugares para usarla.

En la Espiral, atendiendo las explicaciones de la guía, y con una reproducción del bronce de Ascoli.

Siendo una película de tan elevada sensibilidad, el grano está muy presente, como no podía ser de otra forma. Como sucede en tantas y tantas otras películas negativas en color, conviene no subexponerla, para evitar tener desviaciones desagradables en los colores así como un contraste y tonos armoniosos.

En los negativos en los que la luz llegó en cantidades generosas, probablemente expuestos a un índice de exposición de 800, los colores fueron todavía más saturados y agradables y el grano se hizo notar mucho menos. Así que no sería de extrañar que su sensibilidad real se acercase a esos ISO 800 aunque con margen para exponerla a 1600. Donde más se nota es en las fotografías realizadas en el Centro de Arte y Exposiciones de Ejea. Podréis deducir fácilmente qué negativo iban más sobrados de exposición y cuales iban más justos.

Leica M2 con Summicron 35/2 ASPH y película Kodak Tri-X 400

Mi intención original fue llevar la Leica M2 con el 35 mm todo el día cargada con película en blanco y negro de todo uso, como es la todoterreno Tri-X 400. Y así lo hice durante buena parte de la mañana. Con el margen que da además para hacer alguna fotografía en interiores si la luz es suficiente y con la buena luminosidad del Summicron.

Por lo tanto, fue la película que utilicé durante buena parte del paseo por la mañana, asistiendo a la recreación medieval e incluso sirviendo para alguna foto arquitectónica en el interior de La Espiral, como veréis a continuación.

Como de costumbre, la Tri-X ofrece una estructura de grano bien marcada y unos negativos contrastados. Es cierto que tendí a la sobrexposición, como explicaré más adelante, pero se compensó en el revelado... debido a mi vagancia. Cuando consulté los tiempos de revelado para Rodinal a 1:50 y 20 ºC, que es lo que estoy utilizando en estos momentos, vi que la Tri-X tenía un tiempo revelado recomendado de 13 minutos. Y la ADOX que comentaré a continuación de 12 minutos. Así que decidí que en tiempos relativamente largos como estos, me iba a contentar con sacar la media, dejarlo en 12'5 minutos y confiar en los márgenes que ofrecen estos materiales para obtener buenos resultados. Con la Tri-X, sin problema.

Quiero avisar que no estoy usando el Rodinal habitual, sino el que ofrece ADOX bajo la denominación APH 09. Esta es la fórmula usada a principios del siglo XX hasta la Segunda Guerra Mundial, y que siguió usándose tras el telón de acero, mientras que Agfa modificaba ligeramente al fórmula de su Rodinal, el único que podía llevar esa denominación. Dicen que daría algo más de grano, aunque su uso es exactamente igual. Yo no estoy encontrando diferencias.

Leica M2 con Summicron 35/2 ASPH y película ADOX Supermax 100

La Tri-X es cómoda de usar,... pero yo no estaba suficientemente cómoda con ella. Básicamente, con un día de luz radiante como ese sábado, me obligaba a utilizar un diafragma de f/16 y una velocidad de obturación de 1/500 segundo, o su equivalente de f/11 y 1/1000 segundo. Pero nunca me gusta usar una diafragma tan cerrado por el efecto de la difracción, ni aun con una óptica excelente como el Sumicron asférico, ni me gusta llegar a velocidades de 1/1000 en cámaras mecánicas, ya que los márgenes de precisión a estas velocidades son menores. Por ello, prácticamente todos los negativos, salvo los de interiores, de Tri-X esta sobrexpuestos un punto, para exponer de f/11 y 1/500 hacia abajo.

Y también por ello, cuando terminé el primer carrete de Tri-X, decidí usar el de ADOX Supermax 100 que llevaba en el estuche. Aunque eso me iba a limitar la posibilidad de usar el blanco y negro en interiores. Pero una foto en color siempre se puede convertir a blanco y negro, y al revés, no.

De entrada, he de decir que esta película de ADOX se caracteriza por su elevado contenido en plata, lo que junto a su sensibilidad media, garantiza un grano mucho más contenido. La diferencia con la Tri-X es muy notoria, ofreciendo unos tonos más continuos y menos estructura de fondo. También tiene un contraste más suave que he tenido que corregir en el digitalizado de los negativos.

No me gusta tanto como la Fujifilm Neopan 100 Acros, y no es necesariamente superior a la mucho más accesible y probada Ilford FP4 Plus. Sí mejora el nivel de grano que ofrece la Fomapan 100 Classic, que se puede encontrar fácilmente también como Lomography Earl Grey 100. Por lo tanto, no creo que después de haberla probado vaya a usarla con frecuencia. Pero es una película muy razonable.

Aún me atreví a usarla en un momento dado en interiores, en el Centro de Arte y Exposiciones de Ejea, más iluminado que La Espiral.

Y tuve un desliz después de comer. Durante la mayor parte del día, con la película en blanco y negro estuve estimando la exposición a ojo, partiendo de la famosa regla "soleado f/16", que encontrábamos antaño, quizá también ahora, en los carretes de película para aficionado de Kodak o en algunas cámaras antiguas que no disponen de fotómetro. No suelo errar. Pero después de comer, debió de ser por la digestión, sí que hice unas cuantas tomas que resultaron subexpuestas.

Algo compensaría este error el hecho de que he revelado el negativo durante medio minuto más de lo aconsejado, debido al ataque de vagancia que he comentado antes. El tiempo recomendado era 12 minutos y lo usé con la Tri-X a 12'5 minutos. Pero por mucho que aumentes los tiempos de revelado, si en unas sombras no hay plata... pues negro se quedará. Aun a costa del incremento del contraste, que podéis apreciar en la imagen anterior.

Por lo demás, a la luz del día, me sentí más cómodo con esta sensibilidad que con la de la Tri-X.

Y un defecto...

Los más observadores verán que algunos negativos en blanco y negro presentan una larga raya recta transversal a la dimensión más larga, de color negro, que afecta a todos los negativos de Tri-X y a bastante de Silvermax. No sé a qué se debe. Se parece mucho a una que aparece en los dos negativos de largas exposiciones nocturnas que hice hace unas semanas. Pero entonces era otra cámara, la Hasselblad 503CX, y otra película, la Fujifilm Neopan 100 Acros. No sé a qué se debe. Y es una lata eliminarla tras su digitalización. Todavía no he comprobado si está en el negativo, o se produce por algún motivo al digitalizarlos. Por su coincidencia con su aparición con los de la Hasselblad. Esperemos que desaparezca del todo.

En la siguiente foto se ve muy claramente.

No hace falta arruinarse para usar una Leica - la Leica CL

Creo que no exagero que casi desde el mismo momento en qué comenzó mi afición por la fotografía, caí embrujado por el hechizo de esas míticas cámaras, utilizadas por no menos míticos fotógrafos a lo largo del siglo XX, perfectas aparentemente, carísimas,... Eran las LEICA.

Pero el problema es que una Leica es un objeto caro. Muy caro. En aquellos momentos, y durante años, lejos de mi alcance. Hasta que descubrí que siempre hay una forma de llegar a lo que quieres. El mercado de segunda mano, una cámara que funciona perfectamente, pero que tiene un aspecto cosmético muy gastado. Poco apetecible para el coleccionista caprichoso. Estos objetos tienen precios razonables, siguen siendo capaces de hacer fotos sin problemas, pero como ya se ven gastadas... pues ya no se piden precios exorbitantes. Menos si se trata del patito feo de la colección. La Leica barata. La LEICA CL. Esta leica.

Leica CL + Summicron-C 40/2

La CL fue una cámara Leica, con telémetro incorporado, con montura compatible con la bayoneta de la prestigiosa serie M, que fue desarrollada en combinación con Minolta que sacó su propia versión, más pequeña, y por lo tanto más económica. Tenía dos grandes virtudes a tener en cuenta. El objetivo de serie, el pequeño pero eficaz y nítido Summicron-C 40/2, y una novedad en aquellos tiempos para las Leicas, el fotómetro incorporado para medir la luz a través del objetivo. Junto con la Leica M5, fueron las primeras en incorporar una medición de este tipo. Una medición que había que saber usar, pero que era eficaz y precisa.

Summicron-C 40/2
Medición TTL en Leica CL

Además del pequeño 40 mm, también se comercializó un Elmar-C 90/4, también como es costumbre en la marca, de muy buena calidad. Ambos se pueden montar en cualquier cámara de la serie M, y aunque dicen que por alguna diferencia en la montura puede haber errores en el enfoque, yo los he usado incluso en la digital Leica M-E sin problemas. El 40 mm es realmente muy nítido, lo que pasa es que en el visor de las cámaras de la serie M no aparece el recuadro para encuadrar con esta focal. En su lugar aparece el de la focal de 50 mm, y hay que imaginarse a ojo por donde irá la foto.

En cuanto al uso de otras ópticas Leica en la CL, todas se pueden montar sin problemas, salvo algún gran angular extremo que se introduce mucho hacia el interior de la cámara y puede dañar el sistema de medición de la luz. Por lo demás, en el visor sólo aparecen los recuadros de encuadre de las focales de 40, 50 y 90 mm. Las demás focales precisan un visor externo. Tampoco se recomiendan objetivos excesivamente luminosos a su diafragma más abierto, ya que la base del telémetro es mucho más corta que en la serie M y el enfoque podría no ser suficientemente preciso. Pero por lo demás, se pueden usar sin problemas.

Leica CL + Summicron-C 40/2 + Elmar-C 90/4

Cuando compré esta cámara, viendo que funcionaba también, que el fotómetro era preciso y la calidad de las imágenes muy buena, empecé a llevármela de viaje. No fue durante mucho tiempo, porque pronto llegaron las cámaras digitales, que por razones de conveniencia en seguida desplazaron para estos menesteres a las tecnologías tradicionales basadas en las sales de plata. Pero puede aseguraros que los resultados eran muy buenos. Como se puede comprobar en algunos ejemplos tomados en Francia. En el valle del Dordoña, primero, y luego en París.

Molino en La BugueViaje por el Perigord y Quercy.
Mercado en Beaulieu s/ DordogneViaje por el Perigord y Quercy.
MaraisViaje a París
Place du TertreViaje a París

Como ya comenté hace unas semanas, las buenas experiencias y sensaciones que me transmitía este equipo fueron los que me llevaron a comprar con el tiempo la PANASONIC LUMIX GF1, similar en tamaño, que también salió al mercado con un par de ópticas equivalentes a las focales de 40 y 90 mm, esta última incluso firmada por Leica. Y que me ha producido muchas satisfacciones como ya comenté. En las siguientes fotografías, podréis comparar ambos equipos. Considerad que el tamaño del sensor de la GF1 es la cuarta parte de la superficie del fotograma de la Leica CL.

Leica CL vs Panasonic Lumix GF1
Panasonic Lumix GF1 + 20/1,7 ASPH + Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH

Con el advenimiento de lo digital, durante años la cámara quedó expuesta en una vitrina con escaso uso. Es cierto que, con un adaptador, se pueden usar los objetivos Leica en las cámaras micro cuatro tercios. Y así lo hice. También he de decir que adquirí otros objetivos para la CL de los que ya hablaré en otra ocasión como una gran angular 25 mm de Voigtländer y un 50 mm con montura de rosca de Canon. Ambos en buen uso todavía, y que son capaces de dar también buenos resultados, aunque quizá no tan estelares como los de la marca alemana. Pero sí al nivel de otras marcas del mercado.

En los últimos tiempos, en los que he vuelto ha usar película tradicional de vez en cuando, la he vuelto a usar eventualmente, con buenos resultados. Por ejemplo, con película en blanco y negro en las pasadas fiestas del Pilar en Zaragoza.

Conceirto en el TuboFiestas del Pilar, Zaragoza - 2013.
Forjando en la plaza de los SitiosFiestas del Pilar, Zaragoza - 2013.
Hora del aperitivo en la plaza Santa MartaFiestas del Pilar, Zaragoza - 2013.

Resumiendo, para todo aquel que quiera tener una Leica a un precio asequible, aunque no barato, quiera recuperar las sensaciones de usar la película tradicional, y quiera saber lo que se siente al manejar una cámara telemétrica, ligera y eficaz. Esta es una buena opción. Decir que se puede usar sin pilas, al ser totalmente mecánica, aunque en ese caso no funcionará el fotómetro. Y que no se pueden conseguir sus pilar originales, de mercurio, retiradas del mercado por contaminantes. Pero que se pueden conseguir alternativas.

Os dejo a continuación un pase de imágenes tomadas con esta cámara en tiempos pasado. Espero que disfrutéis viéndolas como yo disfruté haciéndolas.