La fotografía como afición y otras artes visuales

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Fomapan 100 Classic en la ciudad romana de Los Bañales

Llevo tres semanas sin actualizar estas páginas por un buen motivo; he estado de vacaciones, viajando por Japón. Pero pocos días antes de salir de viaje, tuve ocasión de tirar un par de rollos en formato 120 de la película Fomapan 100 Classic en la ciudad romana de Los Bañales. Estos dos rollos pertenecen a los seis que compré, de distintas sensibilidades, hace unos meses por la actualización modernista de las cajas de envase de las películas de Foma como consecuencia de algún aniversario de la marca o de la empresa. Pero esta película no es desconocida para mí, ya que ya la había utilizado previamente bajo su propia marco como bajo la marca Lomography Earl Grey B&W 100 (y aquí, y aquí). Es la misma película.

No es una película que me disguste... pero hasta el capricho de lo de la caja modernista, no me había planteado volver a usarla. No tiene ninguna ventaja sobre películas más fáciles de conseguir en ese intervalo de sensibilidades, los 80 a 125 ISO. Es, ciertamente, más económica que la Ilford FP4 Plus, por poner un ejemplo. Pero esta última la puedo comprar en mi ciudad con cierta facilidad, mientras que la Fomapan 100 Classic la he de pedir a través de internet, con el aumento del precio por los costes de envío. Antes era fácil encontrar la variante de Lomography, pero era más cara... y ya no tiene gracia. Puesto que al fin y al cabo, la gran ventaja de esta película de grano tradicional más o menos cúbico es que es barata con unos resultados que no están mal. Si se pierde por algún motivo la ventaja del factor precio... ya no tengo claro el motivo por el que haya que preferirla.

De otras sensibilidades de la marca, ya hablé de lo mucho que me sorprendió la variante de 200 ISO. Esa es otro cantar. Además es una rareza en la gama porque es una película de grano tabular. De hecho, la apariencia del grano no me parece significativamente más aparente en la de mayor sensibilidad, con lo que tienen más ventajas que la que traigo hoy a la palestra.

Pero bueno, ya que las compré por el capricho mencionada, había que sacarles rendimiento. Así que en una excursión planificada por la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ para unas visitas guiadas al yacimiento de los Bañales y a Ejea, me llevé la Fujifilm GS645S Wide60 Professional, con los dos rollos de Fomapan 100 Classic y un par de filtros, uno amarillo #8 y otro rojo #25, de Heliopan, para mejorar el contraste en las fotografías, especialmente para destacar las nubes en el cielo azul. De la Fomapan 100, como su nombre indica nos dicen que es una película pancromática, aunque como suele ser habitual la sensibilidad a los rojos no llega a los tonos más profundos, mientras que con los azules se puede meter incluso ligeramente en los ultravioletas más cercanos. Así que viene bien usar los filtros en fotografía de paisaje al aire libre. Acabé usando preferentemente el filtro rojo, con el que pierdes unos tres pasos de sensibilidad, pero como el día fue de sol radiante,.. pues está bien.

En Los Bañales ya había estado en un par de ocasiones, con cámaras digitales y con película en color y blanco y negro. Y es la primera vez que hacía una extensa visita guiada que llegó casi a las cuatro horas, que no se hicieron en absoluto pesadas porque fue muy ameno. Se desconoce el nombre original de esta ciudad romana que pudo llegar a tener entre 2000 y 3000 habitantes, pero que se desvaneció progresivamente cuando cayó el imperio y entramos en la alta edad media. Probablemente, según se nos contó, por agotamiento de los recursos próximos.

Las condicionex de luz y de toma fueron muy estables a lo largo de la mañana, por lo que prácticamente use los mismos ajustes de tiempo de exposición y apertura del diafragma durante toda la sesión. El filtro rojo me vino bien para mejorar el contraste de las fotografías. Y la cámara de Fujifilm es un valor seguro. El revelado fue en Kodak HC-110 dilución B (1 + 31), durante 6 minutos a 20 ºC, con la agitación clásica; treinta segundos de agitación constante al iniciar, y cuatro inversiones tranquilas cada minuto hasta llegar al tiempo previsto. De lo más clásico, para un película clásica. Espero que os gusten las fotos.

En Berlín, Weimar y Brunswick - Pentax MX + Ilford XP2 Super 400

De alguna forma, lo que tengo que contar hoy aquí no es una novedad. En los últimos años ya me he llevado cámaras para película tradicional en viajes, generalmente con película en blanco y negro. Y este es el segundo viaje que hago en el plazo de un año en el que la cámara principal es la cámara para película tradicional y no la cámara digital, que en esta ocasión, la Fujifilm XF10, ha sido la cámara de apoyo.

Después de la satisfactoria experiencia de hace un año en el lago Constanza y el Rin, parecería que repetir el equipo era lo más lógico. La Leica M2 con el Summicron 35/2 ASPH es capaz de ofrecer unas fotografías excelentes, sólo limitadas por la capacidad del fotógrafo. Un equipo discreto, con una óptica de muy alta calidad, con la rapidez que ofrece el enfoque por telémetro de coincidencia, o con la posibilidad de enfocar por zonas, gracias al campo de visión moderadamente angular de un 35 mm. Pero la Leica M2 tiene un pequeño contratiempo. No lleva un fotómetro incorporado. En el tipo de viaje que hice el año pasado, la cuestión no es especialmente importante. Con la mayor parte de las fotos en exteriores, y con una luz natural muy estable. Es muy fácil tirar de la regla "soleado f/16", que nos dice que si una película tiene una sensibilidad ISO ###, en exteriores con sol abundante en la espalda del fotógrafo la exposición correcta será un diafragma f/16 y una velocidad de obturación de 1/### segundos. A partir de ahí es fácil estimar otras situaciones de iluminación al aire libre. El sol lateral o  velado o cuando empieza a caer sobre el horizonte al atardecer, aumentamos un paso la exposición según la regla base. Si se nos nubla, aumentamos dos pasos. En la sombra con sol despejado o si llueve, aumentamos tres pasos. En calles en sombra muy estrechas, aumentamos cuatro pasos... Y otras situaciones que vas aprendiendo con el tiempo.

Pero en Berlín, en un entorno urbano diverso, con luces más cambiantes, con interiores o semiinteriores bien iluminados pero en los que es más difícil establecer la equivalencia, que la cámara lleve un fotómetro incorporado y fiable es importante. También es importante que tenga un tamaño contenido, como la M2. La Pentax MX reúne estas condiciones. Es un poquito más grande, por culpa del relieve del pentaprisma sobre la parte superior de la cámara. Hablando de objetivos, el SMC-M 28/3,5 y el SMC-A 50/2 que me llevé, son más grandes que los objetivos de Leica. Pero son bastante contenidos de dimensiones. Y desde luego no tienen el prestigio de la calidad óptica del Summicron mencionado, ni de lejos, pero eso no quiere decir que sean malos objetivos. En absoluto. A diafragmas entre f/4 y f/11 dan una calidad asumible por cualquiera, y son usables a plena apertura. El equipo me quedaba los suficientemente contenido en volumen y peso, que hasta me animé a echar en la mochila el SMC-A 100/4 Macro. Aunque lo he usado poco.

Como material sensible, lo que me suelo llevar a los viajes últimamente es la Ilford XP2 Super 400, que con su revelado cromogénico, me ofrece bastante nitidez y un grano contenido. Especialmente porque la expongo a un índice de exposición de 200 cuando hay luz suficiente. Y sólo subo a IE 400, la sensibilidad nominal de la película, o a IE 800, el límite recomendado de subexposición, cuando no queda más remedio por las circunstancias de la luz. En esas condiciones, el grano aumenta, pero siguen siendo fotografías aprovechables. Hasta tal punto me merece confianza el equipo, que solicité de Carmencita Film Lab el revelado con escaneado XXL, que me proporciona ficheros digitales con una resolución espacial próxima a los 40 megapíxeles, por si alguna de las fotos me apetece ampliarlas a buen tamaño. Si ningún problema para una ampliación a 70 x 50 cm, no con las fotos tomadas en situaciones más precarias, pero sí en las realizadas con buena luz y buena nitidez. Incluso, teniendo en cuenta que las grandes ampliaciones se contemplan a distancias mayores, he comprobado que se podría llegar al 90 x 60 cm sin ningún problemas. Es un mito lo de que necesariamente hay que imprimir a 300 o 360 píxeles por pulgada, y 200 píxeles por pulgada o 80 píxeles por centímetro pueden ser aceptables cuando se gestiona bien el archivo y la impresión.

También me llevé un par de filtros Heliopan, un Yellow 8 y un Red 25, para mejorar el contraste. El filtro amarillo lo usé casi con carácter general, desapareciendo del frontal del objetivo sólo cuando la luz se hacía escasa y todos los fotones eran bienvenidos. El filtro rojo lo reservé para tomas en exterior en los que encontré especialmente importante destacar las nubes del cielo azul, o donde quise mejorar la separación de los tonos de color, que hubieran tendido al gris uniforme sin el filtro. No me llevé filtros el año pasado, y lo lamenté en varias ocasiones.

En general estoy satisfecho. Aunque en general acabas obteniendo unas fotografías bastante contrastadas. Gracias a la sobreexposición de un paso en la mayor parte de las fotos, por el IE 200, muy luminosas. Pero me estoy planteando introducir modificaciones en un futuro cercano. En menos de cuatro semanas estaré de viaje a Japón, donde me llevaré un cámara para película tradicional como cámara secundaria. Probablemente la Minox 35 GT-E, que es muy compacta y capaz. Aunque es posible que me lleve un stock de película Ilford HP5 Plus en lugar de la XP2 Super 400, para conseguir un contraste menor y mayor riqueza tonal. Probablemente, si intuyo que las fotos van a merecer la pena, también confiaré el revelado y, sobretodo, el escaneado a un servicio comercial. A mí no me quedan mal. Pero las fotos son demasiado preciosas como para arriesgarme a un desliz en mis métodos caseros. Pero de todo eso ya os contaré dentro de un tiempo.

China con la Minox GT-E + Ilford XP2 Super 400

En mi últimas vacaciones viajé a China, a la República Popular China o China continental. En años anteriores ya había visitado las regiones administrativas especiales de Hong Kong y Macao, y la isla de Taiwan, un país no reconocido que, para unos es la República de China (sin Popular), para otros Taiwan, un país no reconocido, y para otros una provincia rebelde de una única China. Da lo mismo. Visitar los anteriores era fácil, uno cogía un billete de avión, iba, le sellaban el pasaporte en el control fronterizo y ya está. En esta ocasión ha habido que pagar, y a menudo precio, el visado correspondiente con antelación, ir pasando todo tipo de controles de seguridad, e ir presentando pasaporte para ir moviéndote dentro del limitado entorno en que lo hemos hecho. Con base en Shanghai, hemos visitado algunas ciudades interesantes de los alrededores, para luego movernos unos días a las montañas de Huangshan y a Hangzhou, que tampoco están muy lejos de la cosmopolita ciudad china. Y he hecho fotos, claro. Y como vengo haciendo desde hace un tiempo, me he llevado una cámara compacta con unos carretes de película negativa en blanco y negro.

Como en la última ocasión, en París, opté por llevarme la Minox GT-E, que mientras funcione bien, es con la que mejor me manejo y no abulta ni pesa casi nada. Y como película, la extremadamente polivalente Ilford XP2 Super 400, que te resuelve un montón de situaciones sin problema, con buenos resultados. Mi intención era mandarla a revelar a un buen laboratorio, que me hicieran una buena digitalización de los negativos, y a funcionar. Últimamente diversifico para estos trabajos entre Carmencita y Malvarrosa, los dos situados en Valencia, estos últimos más nuevos y algo más baratos, pero ambos con buenos y fiables resultados. Por lo demás, ofrecen servicios muy similares.

Pero a la vuelta, surgieron una serie circunstancias en mi entorno personal que me hicieron ser precavido sobre lo que iba a ser de mi vida en unas semanas. Nada malo, simplemente un lío de tiempo y organización, en el que encajar diversas actividades. Así que aprovechando que esta semana la tenía tranquila, decidí tirar por la de en medio, y revelar yo mismo los tres carretes de XP2 que expuse en China y digitalizarlos yo mismo. Luego ya, iremos repasando las fotos e integrándolas en el libro correspondiente cuando haya tiempo y ocasión. Pero sin estar pendiente.

La Ilford XP2 Super 400 es una película negativa en blanco y negro que tiene la peculiaridad de que es de tecnología cromogénica y está pensada para ser revelada en el proceso C-41, como las películas negativas en color habituales. Y de esa forma, se puede usar con índices de exposición entre 50 y 800, la sensibilidad nominal es ISO 400, con buena calidad de imagen, y con una granularidad muy discreta, especialmente cuando se usa con índices de exposición entre 50 y 200. De hecho, yo suelo ajustar el fotómetro de la cámara a IE 200, con muy buenos resultados. Sin embargo, se puede revelar sin problemas con una química habitual del blanco y negro tradicional. En tu casa.

Como está pensada para el proceso C-41, no hay tiempos de revelado oficiales para reveladores como el Rodinal o el Kodak HC-110 que usó yo habitualmente. Con estos reveladores, se puede utilizar un revelado desatendido, con altas diluciones (bajas concentraciones), de 1+100 para el Rodinal o de 1+120 o 1+160 para el HC-110, con tiempos de revelado de 45 minutos, una hora o más, sin agitación o una agitación mínima mínima mínima. Los resultados son buenos. Se controla bien el contraste. Pero tienen tendencia a presentar una granularidad mucho más marcada que en su revelado recomendado. Así que me lancé a buscar tiempos de revelado alternativos.

Encontré varias referencias de gente que había experimentado. Al final, agrupé varias de ellas y tomé una decisión operativa, porque no todas eran iguales, aunque todas se movían en situaciones similares. Decidí revelar a una dilución E modificada (1+49, en lugar de 1+47 que es la dilución E oficial; las cuentas son más sencillas), durante 6 minutos y 30 segundos a 21 ºC. Con la agitación habitual de inversiones tranquilas del tanque de revelado durante 30 segundos al inicio del revelado y luego cuatro inversiones tranquilas cada minuto. Esta dilución con estos tiempos son adecuados en principio para un índice de exposición de 200, que como he dicho es la que uso habitualmente. Aunque era consciente que tenía fotogramas expuestos a índices de exposición de 100 y 400 también. Los primeros no me suponían mayor problema, los últimos corrían algún riesgo de perder detalle en las sombras, pero había que fiarse de la latitud de exposición de la película.

Los resultados han sido buenos. La mayor parte de los negativos han quedado con buena densidad. Muy poquitos han quedado excesivamente transparentes, dos o tres de 112 negativos en total (37 negativos útiles en dos de los carretes, 38 en el otro). Bien es cierto que no he andado con las mejores luces para este tipo de película, que se maneja muy bien en situaciones de buena iluminación y algo contrastadas. Pero se puede trabajar con ellos. La granularidad ha quedado algo más alta que en el revelado y digitalizado comercial, pero bastante contenida. He digitalizado los negativos con la Panasonic Lumix G9 + Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS. He utilizado el modo de alta resolución de la cámara. Como no he apurado el encuadre de los negativos, a partir de los 80 megapíxeles del RAW del modo de alta resolución de la G9 he obtenido archivos aprovechables de 50 megapíxeles. Que no está nada mal.

A partir de ahí, todo es cuestión de trabajarlos un poquito en el procesado digital para dejarlos en su sitio de luminosidad y contraste. Me faltan muchos todavía por procesar. Pero no tengo más prisas, por lo menos, ya no tengo que estar pendiente de su revelado y digitalizado. Como habréis podido ir viendo, os he ido dejando ejemplos de lo que he ido procesando hasta el momento. Shanghái, Suzhou y las montañas de Huangshan.

Equipo para el viaje a China, región de Shanghái - Mi fiable G9, mi nueva XF10 y mi clásica Minox 35 GT-E

Cuando salgo de viaje, llevo casi 30 años con una fórmula similar a la hora de configurar mi equipo fotográfico, aunque ha habido variantes en función de la evolución de la tecnología, del estilo de viaje, del fin del mismo, y de otros factores que ahora sería prolijo mencionar. Pero el hecho que está ahí es que, en un porcentaje elevado de viajes, suelo llevar un cámara de sistema, antaño réflex, hoy en día sin espejo alguno, acompañada de una camara compacta. En los últimos años, eventualmente puedo llevar una camara para película tradicional, generalmente con pelicula en blanco y negro. Lo cual, si estoy centrado, me permite obtener fotografías alternativas de determinados lugares o situaciones, no siempre fácilmente de reproducir con las mismas sensaciones a partir de la tecnología digital. Veamos las tres cámaras que me he llevado a la República Popular China, a la región de Shanghái. Cuando hablo de "región de Shanghái" no me refiero a una región que administrativamente exista. Es más bien el área de influencia de la gran metrópolis portuaria china en la desembocadura del Yangtsé.

Mi cámara principal en viajes, la Panasonic Lumix G9
Las dos compactas que viajan o en la mochila. O muchas veces en el bolsillo, donde abultan poco más o menos como un paquete de tabajo; la Fujifilm XF10 y la Minox GT-E.

No voy a hablar mucho de la Minox. Es una cámara de capricho, para momentos o usos especiales, y cuando tenga revelados los carretes de película en blanco y negro que he expuesto con ella, ya haré el comentario correspondiente.

La lógica de las otras dos es sencilla. La cámara principal, la que uso cuando estoy enfocado en las visitas a los lugares de interés y en recoger un documento fotográfico que me satisfaga en lo posible es la Panasonic Lumix G9. Le acompañan un cierto número de objetivos del sistema micro cuatro tercios, y cada día, al salir del hotel, al evaluar lo que vamos a visitar, escojo el equipo mínimo para satisfacer mis necesidades sin tener que acarrear con todo el equipo. Veamos ejemplos, basados en los lugares que hemos visitados.

Shanghái

Templo del Buda de Jade.
Parejas de novios, con las novias vistosamente vestidas de rojo, en el Bund de Shanghái.

Tradicionalmente, en los últimos años, me he conformado con dos objetivos para recorrer los entornos urbanos. Un ángular moderado y un teleobjetivo corto. Con eso, suele ser suficiente. Hoy en día, con la incorporación de un ángular extremo, el Laowa 7,5/2, prefiero llevar un estándar corto como el fiel Lumix G 20/1,7 en lugar del también muy adecuado DC Summicron 15/1,7. Me da más separación entre las focales, que si es necesario cumbro con mi "zoom" preferido, los pies. Caminando de un lado a otro. Pero en esta ocasión no fue así. Había riesgo de lluvia. Así que en ese caso, se dejan las focales fijas, y usé el Olympus 12-40/2,8, que con la G9 constituye un equipo perfectamente impermeabilizado. He de decir que el Laowa 7,5 mm es tan pequeño y ligero, y único, que se ha hecho con un puesto permanente en la mochila. Como sospechaba que a la tarde, el paisaje desde el Bund de Shanghai podría precisar la potencia de un teleobjetivo, eché también en la mochila el Lumix G Vario 35-10/4-5,6. Que pesa poquito también y tiene una calidad de imagen sorprendentemente buena para sus caractaristicas.

Suzhou

Jardines de la casa del humilde admiministrador de Suzhou, uno de los bienes inventariados como patrimonio de la humanidad por la Unesco.
Las calles de Suzhou, con su invasión de escúteres y motocicletas eléctricas.

El tiempo se anunciaba estable y soleado para esta "pequeña" ciudad de dos millones de habitantes según en algunas fuente, aunque en la Wikipedia habla de más de 10 millones de habitantes. Supongo que los límites o la definición de ciudad, con estos volúmenes de personas, varía y es complejo decir de qué hablamos. El núcleo urbano, la metrópoli continua, el área de influencia...

Este día fue ideal para llevar el Laowa 7,5 mm, el Lumix G 20 mm y el Lumix G Vario 35-100 mm. Y nada más. Con tranquilidad, cada que llegas a un emplazamiento interesante, evaluas visualmente el lugar y optas por una focal. Si es necesario, explotada esta, puedes usar otra. Pero sin cambios compulsivos y constantes entre ellas, que denotan la falta de claridad de ideas visuales, y motiva la preferencia hacia los objetivos de focal variable en muchas ocasiones.

Zhangzhou

Canales en Zhangzhou.
Los interiores de las casas de los comerciantes y funcionarios en Zhangzhou son ideales para usar el super gran-angular.

Después de debatir si, con un pronóstico meteorológico dudoso, nos íbamos de excursión a una de las ciudades acuáticas del delta del Yangtsé o recorríamos los museos de Shanghái, visto que en realidad se anunciaba muchas nubes pero poca agua, y que difícilmente el museo de arte chino iba a superar al magnifício que vimos el año pasado en Taipéis, optamos por visita la ciudad acuática de Zhangzhoy. Con poca probabilidad de lluvia, repetí equipo, que poco a poco se convirtió el de preferencia en este viaje; 7,5 mm, 20 mm y 35-100 mm.

Nankín

"Lienzo" conservados de las imponentes murallas de la ciudad de Nankín, con origen también en la dinastía Ming.
Pabellón principal y más escondido del mausoléo Ming Xiaoling.

La antigua capital china durante la dinastía Ming y durante los primeros años de la época republicana, no suele aparecer mucho en las rutas típicas de las guías turísticas. Sin embargo, es muy agradable, muy paseable, a pesar de su tamaño, y tiene alguna maravilla como la tumba de Ming Xiaoling, donde se encuentra enterrado el fundador de la dinastía Ming. Está declarada también patrimonio de la humanidad según la Unesco. Y de acuerdo a la tendencia de días anteriores, la tripleta 7,5, 20 y 35-100 mm fue la utilizada. He de decir que podría haber sustituido sin mucho problema el 35-100 mm por el 45/1,8. Hubiera perdido versatilidad en las focales, pero hubiera ganado en luminosidad y en calidad de imagen. El zoom está bien, pero no está al mismo nivel. Pero bueno... uno toma las decisiones que toma, y luego apechuga. Y no me fue mal.

Montañas amarillas de Huangshan

Amanecer desde la senda que sube al Lianhua Feng (莲花峰), pico del Loto, el más alto de las montañas con 1864 metros sobre el nivel del mal, que subimos la tarde anterior.
Vista del área de Lupingo y del Tiandu Feng (天都峰), pico de la Capital del Cielo, de 1829 metros de altitud, actualmente cerrado para recuperación ecológica durante cinco años.

Aquí cambiamos por completo de planteamiento fotográfico. Curiosamente, tan apenas hubo cambios en los objetivos usados. El 20 mm siguió siento el objetivo de uso general, con eel super gran-angular 7,5 mm para paisajes específicos amplios, y el zoom 35-100 mm, diafragmado siempre a f/8 en la medidad de los posible, para separar el detalle o para componer fotografías panorámicas. Hay que decir que la elevada cantidad de bruma o polvo en suspensión hacía difícil el uso del teleobjetivo por la fuerte pérdida de contraste que causaban estos fenómenos atmosféricos.

Pero el momento más importante fue cuando nos levantamos a las 4:15 de la mañana para situarno 40 minutos más tarde en situación de esperar la salida del sol, que fue entre las 5:05 y las 5:10. El 7,5 mm y el zoom 35-100, junto con el trípode que hasta entonces había viajado tranquilo en la maleta, conveniente usado con la montura en L, fueron fundamentales para una experiencia satisfactoria. Así también cogí el 12-40 mm de Olympus, y dejé en el hotel del 20 mm fijo. Queda mucho todavía por explorar en las fotografías realizadas en las montañas. Una curiosidad, eso sí. Un panorama de los más interesantes, nos pilló después de cenar en el hotel, se cenaba entre las 17:30 y las 19:30, cuando dando un paseo por el exterior del establecimiento para bajar la cena, nos pilló una escena muy interesante sin más cámara que los teléfonos móviles,... así que hice uso de la función de fotografía panorámica del iPhone. Y no está mal... dado que es un teléfono móvil

Panorámica realizada con el iPhone delante del Yupinglou Hotel en las montañas amarillas de Huangshan.

Por supuesto, al día siguiente fuimos a cenar con mis mejores galas fotográficas, pero las condiciones para el paisaje no están ni la mitad de interesante. Por cierto, las montañas amarillas de Huangshan han sido el tercer lugar declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en este viaje. Y la única pega con ellas,... la invasión de manadas y manadas de chinos guiados por voceras con altavoces. Fuera de la hora del amanecer y del atardecer, en las que hay muy poquita gente, las recorres en fila india.

Hangzhou

A orillas del lago Oeste de Hangzhou.
Transbordadores que unen las orillas con las islas artificiales del lago Oeste.

Última etapa del viaje, otra populosa ciudad a una hora en tren de alta velocidad de Shanghái, en alza en las últimas décadas y que tiene como principal atractivo el Lago del Oeste, un lago artificial, como muchas de sus islas y paseos, que se remonta a casi dos mil años de antigüedad y cuyo entorno cultural y significado histórico le han granjeado también la categoría de patrimonio de la humanidad según la Unesco. Días de calor húmero, los más calurosos del viaje. Por lo tanto, seguimos con ese mínimo de objetivos, que he convertido en un clásico en este viaje; 7,5, 20 y 35-100 mm.

Y queda una cuestión en el aire. ¿Qué ha pasado con la Fujifilm XF10? Pues que es una cámara de apoyo, en una ocasión como esta. La llevo preparada en un bolsillo del pantalón, o en el bolso pequeño si lo uso, por si surge algo. Y a veces surge, ya lo creo. Y aunque tiene una ergonomía discutible a la que no me he hecho todavía, hace menos de un mes que la tengo, tiene dos ventajas incontestables. Tres. La calidad de imagen excelente, los modos de enfoque a la hiperfocal que la vuelven rapidísima de usar, y el precio. Cerremos esta entrada con algunos ejemplos de lo que es capaz de hacer.

Instantánea realizada con la XF10 con el modo hiperfocal a f/8 en un momento inesperado en el que un vendaval hacía que las aguas del lago Oeste de Hangzghou amenazasen con inundar los paseos.
Vista del distrito financiero de Shanghái tomada a partir de tres fotografías individuales con enfoque manual a infinito y exposición también en manual con la XF10.
Fotografía desde el interior del avión de China Eastern que nos llevó desde Shanghái hasta Amsterdam en el viaje de regreso.

En París con la Minox GT-E + Ilford XP2 Super 400

A lo largo de los últimos 365 días he usado la película Ilford XP2 Super 400 en varios viajes. En junio del año pasado en forma de cámara de un sólo uso de Ilford, por Francia y Suiza, con buenos resultados generales, limitados por las características de la cámara, de foco fijo, apertura fija y velocidad de obturación fija, y la lente de plástico. En agosto del año pasado, me la llevé con la Leica M2 al lago Constanza, que me dio una versatilidad y una calidad muchísimo mayor. dado que usé el Summicron 35/2 ASPH, una lente de primer orden, incluso me atreví a pedir una digitalización a casi 40 megapíxeles. En octubre del año pasado también, fue la Olympus mju-II, que viajó a Taiwan, la que me dio buenos resultados, aunque el funcionamiento sólo en exposición automática y únicamente en enfoque automática, no me dejó del todo satisfecho.

En estas últimas vacaciones de Pascua, en la que hemos hecho un viaje familiar a París, opté por la pequeña Minox GT-E. De tamaño reducido como la mju-II, permite intervenir de forma más efectiva en la exposición y en el enfoque. Aunque este último queda al buen ojo del fotógrafo, ya que el enfoque es por estimación o por zonas. Algo más hablaré sobre esto después. Lo que ya podemos asegurar es que, expuesta la película a IE que van desde el 100 (dos pasos de sobreexposición) al 400 (su sensibilidad nominal), lo resultados son muy buenos, con un grano imperceptible cuando se sobreexpone la película.

Los principales problemas que hay que tener en cuenta cuando usamos la Minox GT-E son los siguientes.

El error de paralelismo a la hora de encuadrar, sin ser brutal, es apreciable en las distancias cortas, o cuando el sujeto es geométricamente simétrico y te queda desplazado hacia un lado.

A veces, sin darte cuenta, si fotografías con rapidez, no te das cuenta de que la cámara calcula una velocidad de obturación baja y sale la foto trepidada. Como en muchas ocasiones voy enfocando a la hiperfocal, esto supone diafragmas de f/8 y f/11. Si no me acuerdo de poner el exposímetro a IE 400, porque normalmente si hay luz abundante lo llevo a IE 200 o IE 100 para obtener un grano menor, o si no abro algo el diafragma, me puede encontrar en situaciones en que la velocidad de obturación desciende demasiado. Por debajo de 1/60 segundo. 1/30 segundo me parece una velocidad arriesgada por la escasa inercia de la cámara, que pesa muy poquito, y amortigua mal un disparo un poco impetuoso. Que conste que con tranquilidad y buen ojo a la hora de calcular las distancias, se pueden hacer fotografías con diafragmas más abiertos, retratos por ejemplo con separación del sujeto del fondo disminuyendo la profundidad de campo. Si no publico ninguno, es porque no suelo poner nunca fotos de familiares, especialmente niños, en estas páginas. Pero quedan bien.

Hay que ser conservador al usar las escalas de profundidad de campo. Si queremos ajustar la hiperfocal para f/11, más vale que ajustemos la distancia de enfoque a la hiperfocal propuesta por la escala de profundidad de campo para f/8. Y con diafragmas abiertos, con más razón. Si no, corremos el riesgo de que las distancias lejanas, el "infinito", queden poco nítidos.

Si tenemos en cuenta todas estas precauciones, las fotografías resultan estupendas. La película ofrece nitidez, amplia latitud, garantía de que es difícil quemar las luces o empastar las sombras, y grano contenido, incluso inaparente si se sobreexpone un par de pasos. Recordemos que se trata de una película en blanco y negro cromogénica, que se revela por el procesado C-41 propio de las películas negativas en color, que también se suelen beneficiar de cierta sobreexposición. Hay puristas del blanco y negro con película tradicional que no son muy partidarios de la estructura del grano de esta película, especialmente si la comparas con los granos cúbicos de clásicos como la Kodak Tri-X 400 o la Ilford HP5 Plus 400, por hablar de dos películas con la misma sensibilidad nominal. Pero a mí me gusta cómo queda, y para viajar, resulta muy polivalente y adecuada.

Para terminar, decir que he probado un nuevo laboratorio de revelado. Se llama Malvarrosa Film Lab, se encuentra en Valencia, su funcionamiento es similar al de otros laboratorios que ofrecen el mismo servicio de revelado y escaneado, algún euro más barato que otros más consolidados, y la calidad de los archivos recibidos es muy alta.