La fotografía como afición y otras artes visuales

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Georges Méliès, la magia del cine, en Caixaforum Zaragoza

Ya adelanté en mis recomendaciones semanales del domingo pasado que ese día por la mañana estuve visitando las exposiciones de Caixaforum. Una, a punto de ser clausurada, El Greco - La mirada de Rusiñol, enmarcada en el cuarto centenario del fallecimiento de Doménikos Theotokópulos "El Greco"... aniversario que fue hace ya dos años, a todo esto. La otra, recién inaugurada, George Méliès - La magia del cine, organizada en colaboración con La Cinémathèque française, y que de alguna forma explota el hecho de que la figura de George Méliès se pusiera de moda hace tres cuatro años gracias a una película de Martin Scorsese.

De la exposición del Greco no voy a hablar gran cosa... ha  terminado ya cuando escribo estas líneas, aunque es posible que vaya camino de alguna otra ciudad. No lo sé. Bien cierto es que de la observación y el estudio de las obras del pintor, cualquier aficionado a la fotografía y a las artes visuales en general sacará provecho, especialmente en el análisis de la luz, del color y de la composición.

Dos de las obras atrajeron más rato nuestra atención, una María Magdalena y un San Pedro, en los que encontramos motivo para fijarnos un buen rato en descifrar el dominio de luz y color del maestro cretense afincado en nuestro país. Así como en descubrir aquellos aspectos que dan modernidad absoluta a un pintor que falleció hace ya más de cuatro siglos.

Pero lo que más nos apetecía ver era la exposición dedicada a Méliès, gran pionero del cine francés y mundial, especialmente en lo que se refiere a su utilización como espectáculo y como herramienta narrativa de obras de ficción. Algunas de sus películas más famosas son tan tempranas como del período entre 1900 y 1905, cuando fue sólo en 1895 cuando los Hermanos Lumière habían presentado su invento, el cinematógrafo, sin que le vieran de momento grandes posibilidades comerciales... Notables inventores,... nulos visionarios.

A la entrada de la sala de exposiciones, nos recibe la célebre imagen de la luna con el cohete incrustado en uno de sus ojos del filme más célebre de Méliès.

La primera parte de la exposición está dedicada a los antecedentes del cinematógrafo. Los primeros intentos por introducir imagen animada, creada con la intervención de la luz, dotando de dimensión temporal a la imagen, hasta el momento preferentemente estática y atemporal,... más allá de los estragos del tiempo sobre la misma. Espectáculos de sombras chinescas, o curiosas linternas mágicas en las que hay elementos móviles se encuentran entre los antepasados del cinematógrafo.

Incluso astrónomos de fama ya en el siglo XVII como Christiaan Huygens ya habían creado bocetos para la representación de una danza macabra en una linterna mágica. La danza macabra fue un elemento muy frecuente en la imaginería religiosa centroeuropea en la edad media y algunos siglos posteriores. Y también se ha representado en el cine. ¿Cómo olvidar la "dödsdans" de Ingmar Bergman hacia el final de Det sjunde inseglet (El séptimo sello)?

Se achaca con frecuencia a la persistencia retiniana la capacidad de la persona de percibir como imagen en movimiento una serie de imágenes estáticas pasadas a gran velocidad ante nuestra vista. Sería una velocidad de más de 10-12 imágenes por segundo, aunque para mejor fluidez en el cinematógrafo se usan 24 imágenes por segundo, y en televisión 25 en Europa y 30 en EE.UU. (algunas de estas cifras están redondeadas al entero más cercano). No obstante, parece que el auténtico mecanismo fisiológico que permite esta percepción tiene más que ver con la forma en que el cerebro procesa las imágenes que con el comportamiento de las conos y bastones retinianos.

En cualquier caso, de forma empírica se había descubierto ya el fenómeno, y chismes como los zoótropos, los estroboscopios y los praxinoscopios ya servían como juguetes para los niños de familias bien, en los que observaban caballos galopar o niñas saltar a la combar.

A continuación voy a colocar el archivo GIF en movimiento. Es un poco pesado así que puede tardar un ratito en cargar y verse con fluidez.

Un precursor del uso de técnicas fotográficas para la reproducción del movimiento fue Étienne Jules Marey, que utilizó la llamada cronofotografía para descomponer el movimiento sobre película sensible, gracias al llamado revolver fotográfico inventado por el astrónomo Jules Jansen y que fue utilizado también por Georges Demeny como asistente de Marey.

Bien es cierto que el que más sacó partido a la descomposición del movimiento por técnicas fotográficas en los finales del siglo XIX fue Eadweard Muybridge, pero como la exposición viene de Francia... se centra en los precursores franceses. Que son muy suyos nuestros vecinos. Pero fue Muybridge el encargado de desentrañar el misterio de si un caballo al galopar separa las cuatro patas del suelo al mismo tiempo en algún momento. Lo hace.

Un paso considerable para popularizar la fotografía en movimiento lo dieron los ingenieros que trabajaban para Edison con la invención del quinetoscopio, kinetoscopio o cinetoscopio... Ya tenemos la partícula "cine" asomándose en la historia. Se basaba en la proyección de una banda de película fotográfica sobre la que se había filmado una escena de forma ininterrumpida. El principal problema del invento es que sólo podía ser usado por una persona a la vez. Es decir, no podía ser un espectáculo de masas. Más bien, un entretenimiento de feria

En 1895 se rodó una escena representando la ejecución de María Estuardo, que se puede ver en la exposición. Voy a poner aquí, un GIF animado con la escena, lo que pasa es que cuesta mucho de cargar, porque es muy grandote.

El siguiente paso lo darían los hermanos Lumière con su cinematógrafo, que puso las bases del cine tal y como lo conocemos en la actualidad. Hicieron pasar la película fotográfica, el estándar de 35 mm de Eastman Kodak, primero por su cámara de filmación y después por su cámara de proyección, permitiendo el espectáculo con imagen animada al alcance de un grupo numeroso de personas. Habían puesto las bases para uno de los espectáculos de masas más populares del siglo XX y hasta la fecha.

Ya he comentado que los Lumière no le vieron muy claras las posibilidades comerciales al invento. Pero quien si lo hizo fue Méliès, que se montó un negocio completo sobre el cinematógrafo.

Construyó un gran estudio de filmación, básicamente un edificio con paredes de cristal para permitir el abundante paso de la deseada luz que iluminase las escenas a rodar.

Fue el primero en filmar películas cinematográficas con fines publicitarios. En esto no sé si le admiramos o le odiamos, la verdad... pero bueno, alguien lo tenía que hacer.

Ideó y construyó numerosos dispositivos para incluir en sus películas en lo que fueron los antecesores más artesanales de los efectos visuales y los efectos especiales en el cine, lo que le llevó a filmar las primeras películas de ciencia ficción y fantasía de la historia. La película de Scorsese que he mencionado antes habla mucho de su habilidad para la mecánica y la invención de dispositivos, siendo el macguffin de la película la reparación de un autómata, que podemos ver en la exposición. No recuerdo haberme fijado si es el original o una réplica de la Cinémathèque française.

Y sin duda alguna, fue de los primeros, no el primero, en utilizar ampliamente las técnicas de edición y montaje de las películas, un elemento básico en el proceso de producción y creación de la obra cinematográfica.

En fin, una exposición que a mí me resultó apasionante, y que supongo que intentaré volver a ver mientras esté en exhibición. Especialmente algún día entre semana, con menos gente que en un domingo por la mañana, para disfrutar más tranquilamente de la misma y de las interacciones con los objetos expuestos. No perdérsela.

La jetée - un fotorrelato de Chris Marker

Vi el anuncio hace unas semanas. Dentro de unos días se estrena la versión televisiva de 12 MONKEYS (12 MONOS), una película del siempre peculiar TERRY GILLIAM. Esta es una película que cuando se estrenó me pareció que no estaba mal, y que conforme he revisitado de vez en cuando en vídeo ha aumentado mi consideración por ella. He descubierto nuevos matices, me he metido más en sus detalles argumentales, en sus paradojas relacionadas con el viaje en el tiempo, en su reflexión sobre el determinismo, un determinismo fundamentalmente físico. Y por supuesto, sonriendo ante dichas paradojas, virtualmente irresolubles sin un deus ex machina, que en esta película no existe. Afortunadamente. Prefiero la debilidad de unas paradojas irresolubles en una historia que el recurso al deus ex machina, recurso argumental por el que nunca he tenido mucho aprecio fuera de la tragedia griega de hace veintitantos siglos.

"La Jetée" se refiere a la terraza donde llegaban los pasajeros cuando aterrizaban en el aeropuerto de Orly en aquellos años.

No confío mucho en la adaptación televisiva que se nos viene encima. Parece que va a estar basada en general en la historia de la película, pero con variantes, necesarias para darle un nuevo rumbo. Desde luego no es una continuación, la película implicaba un cierre total del arco argumental, sin resquicios, y por lo tanto estaremos ante una nueva historia basada en aquel universos, en la que probablemente habrá muchas más paradojas, peor llevadas y esas cosas. Pero le daré una oportunidad, porque nunca se sabe. Y por ello, en estos días de vacaciones, volví a ver la película protagonizada por un buen BRUCE WILLIS y una atractiva y competente, como me ha gustado siempre esta señora, MADELEINE STOWE.

Pero también volví a ver la película en la que se basa el largometraje de GILLIAM. Efectivamente, el trabajo de GILLIAM no es original del todo, ya que se basa fuertemente en un cortometraje del francés CHRIS MARKER de 1962; LA JETÉE.

Hoy en día Orly es un aeropuerto secundario; no como entonces, un símbolo de mordernidad y dinamismo de la capital francesa.

¿Por qué traigo a estas páginas dedicadas sobre todo a las fotografía esta película? Porque LA JETÉE no es un filme al uso. La historia no se nos cuenta mediante fotografía animada, cinematografía, al uso. La historia se nos cuenta a base de fotografías fijas, en blanco y negro. Al modo de las viejas fotonovelas que leían nuestras madres y nuestras abuelas, pero bien y proyectado sobre una pantalla, y sustituyendo los bocadillos de los diálogos propios del medio impreso, por la voz en off de un narrador. Creo que merece la pena dedicar los 28 minutos que dura el cortometraje, porque está muy bien, porque tiene muchos elementos para la reflexión, incluso más que los de la película de GILLIAM.

Hay que considerar que en 1962 la guerra mundial y sus estragos estaban todavía muy presentes en el imaginario colectivo, y que el mundo se encontraba en plena guerra fría y en plena psicosis de miedo ante lo nuclear. Por otra parte, la ciencia y la tecnología empezaba a avanzar a pasos agigantados y cualquier cosa era imaginable para un futuro... Suma todos estos factores, y entenderemos mejor los porqués de esta pequeña joya, que surge en un momento muy activo y dinámico del cine francés, lleno de NOUVELLE VAGUE y cine experimental.

No nos engañemos, sigue siendo un aeropuerto importante; pero no te reciben en la espléndida "Jetée", y se enfadan mucho si haces fotografías en las instalaciones del aeropuerto.

Desde luego hay muchos elementos de LA JETÉE que fueron trasladados a 12 MONKEYS. No solo en el plano argumental. También en el visual y en el musical. Al fin y al cabo algunas de las piezas de ASTOR PIAZZOLA que aparecen en 12 MONKEYS nos recuerdan al tema dedicado a la chica protagonista de LA JETÉE por TREVOR DUNCAN.

Como está disponible en YOUTUBE, os lo dejo aquí puesto. Espero que os guste.

Cine documental - The Salt of the Earth: Vida y obras de Sebastião Salgado

Habitualmente, mis comentarios sobre los estrenos cinematográficos que veo en las salas de cine aparecen en mi CUADERNO DE RUTA, blog dedicado a mis actividades de tiempo libre con carácter general; no específico, como estas páginas dedicadas a la fotografía principalmente, y otras artes visuales. Pero en esta ocasión voy a hacer una excepción, porque THE SALT OF THE EARTH (2014) es una película documental dedicada a uno de los fotógrafos documentales más importantes e influyentes de las tres últimas décadas. Se trata del brasileño SEBASTIÃO SALGADO. Las fotografías que acompañan la entrada, en riguroso blanco y negro como no podía ser de otra forma, de mi mucho más modestos y aburguesados viajes; en JAPÓN.

Conocí la obra de SALGADO hace ya unos 25 años, más o menos. En aquellos momentos estaba en pleno auge la presentación de su trabajo WORKERS, dedicado a los trabajadores de todo el mundo, especialmente a aquellos que tenían unas condiciones de trabajo más penosas. Y ya eran bien conocidas las imágenes de los mineros en SERRA PELADA o los desguazadores de barcos en INDIA. También contemplábamos las fotografías de las hambrunas que asolaron el SAHEL en los años 70. Su estética, su blanco y negro, era muy característica, y en el imaginario colectivo de los aficionados a la fotografía mantenía su imagen romántica de fotógrafo con su LEICA al hombro y unos pocos objetivos de focales no muy largas, que se plantaba en el lugar, se integraba y se lo curraba. Yo sólo le veía un problema. Sus fotografías, en ocasiones, eran estéticamente tan potentes que su belleza podía enmascarar la dura realidad que nos mostraban. Esto se daba especialmente en algunas de sus fotografías del SAHEL. Todavía me lo parece hoy en día.

La película documental que traigo aquí hoy es un trabajo a dos manos; dirigida por WIM WENDERS y JULIANO RIBEIRA SALGADO, hijo del fotógrafo. La he visto en versión original, como hago siempre que es posible. Pero también es posible encontrarla en la cartelera española en versión doblada bajo el título literalmente traducido de LA SAL DE LA TIERRA. Parece que en un momento dado el hijo del fotógrafo, que creció con múltiples ausencias de su padre por su trabajo, sintió la necesidad de conocer más de cerca al hombre que partía durante tanto tiempo en búsqueda de esas imágenes que luego se volvían célebres. Así se enroló como ayudante y camarógrafo en el equipo de gente de su padre, ya en su último proyecto recientemente presentado, GÉNESIS. Para terminar y dar una forma definitiva al filme contaron en un momento dado con el director alemán. Se notan claramente en el documental los segmentos dirigidos por uno y otro, pero no chirría. Se complementan.

En el documental, tras un prólogo de presentación del fotógrafo, con comentarios sobre su obra entre los mineros de SERRA PELADA o imágenes de su estancia entre los aborígenes de PAPÚA NUEVA GUINEA, somos acompañados por el recorrido biográfico de SALGADO, tanto personal y familiar como profesional. Comenzamos cuando es un adolescente y terminamos en la actualidad. En ambos casos, en el mismo lugar, la que fue hacienda de pastos de su padre y que hoy es un parque nacional de pluvisilva atlántica, recuperado por el INSTITUTO TERRA. Pero entre medio tenemos el importante trabajo del fotógrafo, realizado en muchas ocasiones en condiciones de tremendo dramatismo y sufrimiento humano. El documental nos lleva precisamente por una pendiente descendente en el trabajo del fotógrafo, en el que cada vez se enfrenta a situaciones que muestran la violencia y crueldad que parece innatas a la especie humana, y que causan un pesimismo vital casi inevitable. El tramo final, con una orientación que marca la opción por el ecologismo del fotógrafo, busca dar una visión final más optimista basada en los trabajos de recuperación de la mencionada pluvisilva y en el último trabajo del fotógrafo, GÉNESIS.

La película es claramente apologética. Pocas críticas se emiten al fotógrafo. Si existen puntos débiles en su vida o en su obra, en su carácter, no se muestran. Desde este punto de vista que nadie se llame a engaño, hay una intención clara de homenaje y publicidad del fotógrafo, su persona y su obra. El idealista que abandonó una prometedora y lucrativa carrera como economista por un duro trabajo de fotógrafo, con el encargo autoimpuesto de ser testigo de algunos de los aspectos más duros de la realidad humana. Pero hemos de decir que mantiene el interés. Que hay miga suficiente en las vivencias de SALGADO para que el documental tenga sustancia y nos transmita inquietudes y valores.

Para aquellos aficionados a la fotografía más tecnófilos, poco se habla en el documental sobre las características técnicas del trabajo del fotógrafo. Sabemos que su obra está prácticamente orientada en su totalidad al blanco y negro. En sus primero tiempos, vemos que su equipo a principios de los años 70 del siglo XX era las típicas NIKON F que triunfaban entre los fotorreporteros. Sé por otras referencias que con posterioridad se manejó con frecuencia con las discretas y ligeras LEICA de telémetro. Y lo vemos constantemente armado en la última década con cámara réflex digitales CANON EOS. No se cuenta en el documental, pero en estos momento el proceso técnico de las fotografías de GÉNESIS, salvo algunas iniciales tomadas directamente sobre película en blanco y negro en formato medio, es de toma digital en color con paso posterior a un internegativo en blanco y negro de formato medio, y ampliación fotoquímica tradicional del mismo en papel baritado de alta calidad. Si no me dejo algo por el camino.

Resumiendo, un interesante documental que casi podríamos considerar "obligado" para todos los aficionados a la fotografía, y especialmente a la fotografía documental. Por supuesto, también gustará a los aficionados a la historia contemporánea, puesto que SALGADO ha sido testigo de algunos hechos importante de la misma. Pero creo que con carácter general, y a pesar de la escasa cultura en nuestro país de acudir a este tipo de películas, puede gusta e interesar al público general. Espero que así sea.

VALORACIÓN:

Dirección: ****

Valoración subjetiva: ****