La fotografía como afición y otras artes visuales

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Desechables de viaje - Ilford XP2 Super Single Use

A principios de la primavera, en un pedido que hice de material sensible para tener durante esta estación, encargué dos cámaras desechables, de un solo uso, Ilford XP2 Super Single Use. Su destino iba a ser determinada actividad lúdica con unos amigos, que finalmente se canceló. Como ha sucedido con tantas actividades fotográficas de esta primavera que han hecho que buena parte de aquel material sensible siga intacto. Pero encontré la ocasión de dar buen uso de estas dos cámaras desechables en el viaje que hace un mes realizábamos por el sudeste francés y el lago Lemán en Suiza.

La primera fotografía tomada de las dos cámaras, en la estación de Nimes.

Llevo usando cámaras de un solo uso de forma muy esporádica desde hace casi treinta años. Algún día tengo que recuperar, de donde sea que se encuentren, los negativos de cuando hacíamos rafting en Sort, o de las panorámicas que hice en 1990 viajando por Francia y Bélgica. La cámara que he usado en esta ocasión ha sido una novedad para mí. La cámara, el tipo de película no, que ya somos viejos conocidos. Y esta en una imagen obtenida del sitio web de Ilford Harman. Espero que no les moleste su uso en esta página.

Como veis, es una cámara muy sencilla, como la mayor parte de este tipo de cámaras. Fabricada en plástico, este modelo esta recubierto por una funda en cartón con la imagen de marca, y una carcasa de plástico transparente que otorga algo de protección a la cámara, aunque no para hacerla sumergible o resistente a inclemencias del tiempo importante. Con ligera lluvia sí que la he usado sin más problema que ir secando las gotas que caían en el objetivo de plástico. Una recomendación, llevar siempre a mano una toallita de microfibras, que no rayan las lentes, para secar el material de inmediato cuando se moja. En tiendas de deporte como Decathlon las hay muy baratas y útiles.

Un par de instantáneas tomadas en Arlés.

Otras características importantes de la cámara son, según el documento técnico del fabricante, las siguientes. El objetivo tendría una longitud focal de 30 mm, con una apertura fija de f/9,5. La velocidad de obturación, también fija, es de 1/100 segundos. Está enfocado teóricamente a la hiperfocal, permitiendo imágenes nítidas entre 1 metro e infinito. Si calculamos la hiperfocal para estas condiciones en la Online Depth of Field Calculator, esta estaría a 3,18 metros, y la zona de nitidez estaría entre 1,59 metros e infinito. Bueno... todo es un poco aproximado, pero razonablemente útil.

Estasa dos instantáneas son de Aviñón, con tiempo más nublado que en Arlés.

Estas cámara llevan un flash incorporado, que hay que activar con un botón frontal, y que permiten iluminar hasta 3 metros de distancia. Útil como flash de relleno. Obligatorio en interiores. Nos anuncian que llevan un rollo de 24+3 exposiciones de película Ilford XP2 Super 400. Es una película en blanco y negro pero con tecnología cromogénica, que se revela en la sopa común del proceso C-41, la habitual para las películas negativas en color. Por lo que no debería ser complicado encontrar un lugar donde revelarla. Yo las he mandado a Carmencita Film Lab, donde hacen muy buen trabajo. Solicité un escaneado XL, 5350 x 3590 píxeles, algo más de 19 megapíxeles. Veremos dentro de poco que no es necesario digitalizar a tanta resolución.

En el espectacular Pont du Gard tuvimos también abundancia de luz solar.

Después de esta descripción técnica del aparato, ¿qué resultados da? Pues muy simpáticos, pero con limitaciones. Evidentemente, el sencillo objetivo de plástico, que creo que es un menisco con alguna superficie asférica fabricado en moldes, en el documento técnico no lo pone, tiene sus limitaciones. Razonablemente nítido en el centro del campo, los bordes y las esquinas se degradan rápidamente. Por lo tanto, la definición en la imagen tiene sus limitaciones, aunque el buen contraste de las mismas las dota de un aspecto agradable. En cualquier caso, nos podemos contentar con escaneados a menor tamaño, porque son imágenes que no dan para grandes ampliaciones, y así nos ahorramos algún dinero. Probablemente, un escaneado a 6 megapíxeles sea más que suficiente.

La luz del atardecer en Annecy es menos intensa pero de muy buena calidad.

Una de las claves del éxito con estas cámaras no está en saber cuándo se pueden hacer fotos, sino en saber cuándo no merece la pena, absteniéndonos y reservando fotogramas para los momentos adecuados. Si aplicásemos la regla del sunny f/16, aquella que nos dice que en las horas centrales del día con el sol a nuestra espalda iluminando frontalmente la escena la exposición adecuada es f/16 y como velocidad de obturación la inversa de la sensibilidad de la película, tenemos de sobra con esta cámara para fotografiar en condiciones de exteriores nublados. Entre f/8 y 1/400 segundos que nos indica la regla en cuestión y los f/9,5 y 1/100 segundos que nos ofrece la cámara hay una diferencia de en torno a un paso de exposición, a groso modo, para fotografiar con seguridad. Pero a esta película cromogénica de ISO 400, como sucede con otras en color, le gusta la luz. Y una cierta sobreexposición le sienta bien, disminuyendo el tamaño del grano y sin que se bloqueen las luces. Así que es una cámara muy adecuada para exteriores razonablemente bien iluminados. A las sombras les cuesta empastarse, pero cuando la luz general es escasa, la escena aparece pero el nivel de grano es mucho más evidente.

En Chamonix-Mont Blanc tuvimos condiciones de luz muy diversas en cuanto a intensidad, y no siempre de buena calidad; pero la cámara salió adelante.

En interiores, no he hecho ninguno, irá bien con el flash y con el sujeto principal en las cercanías. Si la estancia es muy profunda, los fondos quedarán negros, y si no, algo les llegará de luz del flash más la ambiental y pueden quedar agradables. También va bien el flash como luz de relleno durante el día, en caso de contraluces, o para rellenar sombras fuertes de los rostros de nuestra gente querida.

En cualquier caso, es una cámara que te libera de preocupaciones. Si interiorizas los momentos en los que puedes disparar y los que no según las condiciones de luz, todo es encuadrar y disparar. Y por el resultado de mis fotos, el visor es bastante útil porque se aproxima bastante al resultado final. No he tenido ningún desastroso resultado por errores de paralaje. Lo cierto es que he quedado muy contento. Aunque probablemente, en un futuro, por ejemplo en cierta escapada a Constanza en agosto, preferiré llevarme un cámara compacta con un objetivo decente, que no abulta mucho más tamaño, y conseguir una mayor nitidez en todo el campo. No sé. Si el pronostico es bueno, sin lluvias, la Leica Minilux. Si el pronóstico es húmero, la Olympus mju-II, que está protegida contra las inclemencias del tiempo.

La ciudad suiza de Ginebra y el pueblecito francés de Yvoire, ambos a orillas del lago Lemán, con tiempo soleado radiante, son mis últimos ejemplos de una experiencia muy positiva.