La fotografía como afición y otras artes visuales

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Imitando a los antiguos - recomponiendo una imagen a partir de sus canales de color

El viernes de la semana pasada fue el último día aprovechable de nuestras vacaciones por el sudeste francés y el lago de Lemán en Suiza. El sábado fue simplemente el viaje de regreso. Y en ese viernes, de tiempo espléndido, nos paseamos al mediodía y para comer por la agradable ciudad de Vevey, a orillas del lago suizo. Antes de comer nos dividimos. A mi acompañante le apetecía relajarse tomando el sol en la orilla del lago, donde realmente se estaba muy bien.

Pero yo no valgo para sentarme al sol y no hacer nada. Mi forma de relajarme es hacer cosas. Cosas que no puedo hacer habitualmente. Y en Vevey hay un museo maravilloso para el aficionado a la fotografía; el Museo Suizo del Aparato Fotográfico. Es la segunda vez que lo visito.

Si la primera vez me centré en contemplar embobado las distintas cámaras, diciendo constantemente hasta provocar las carcajadas de los amigos que me acompañaban "¡Yo quiero una como esa!", en esta ocasión me centré más en los procesos, en las rarezas y en las innovaciones en el tiempo.

Quienes me conocen sabe que me gusta especialmente la fotografía en color. Frente a los defensores a ultranza del blanco y negro como modalidad artística y expresiva por excelencia en fotografía, yo sostengo que el color es su igual desde todos puntos de vista. Incluso más difícil de practicar con éxito, puesto que hay que añadir un componente más a la formación de la imagen. Así que me detuve especialmente en los primeros procesos fotográficos en color. Que parece mentira, pero se retrotraen al siglo XIX. En cualquier caso, me fascinan especialmente los autocromos, de los cuales, la tarde anterior había podido contemplar unos cuantos de Jacques-Henri Lartigue en el Museo del Elysée en Lausana.

Muchos de los procesos anteriores al autocromo, se basaban en la realización de tres placas fotográficas, cada una filtrada con uno de los colores primarios, el rojo, el verde y el azul. Luego estas se teñían y al recomponer la imagen se veía la escena en colores. Así, explicado en trazos groseros.

El caso es que los archivos de fotografía digital que utilizamos habitualmente también se pueden descomponer en tres canales de color para cada uno de los componentes primarios, que se puede transformar en imágenes monocromas.

Veamos un ejemplo.

Están tal cual los he extraído en el programa de procesado de imágenes Affinity Photo, que es el que uso yo como sustituto de Adobe Photoshop. Ofrece prácticamente las mismas funcionalidades y potencia, con un precio ridículamente inferior, sin suscripciones y para siempre.

La cuestión que me planteé fue si podía utilizar este concepto de forma creativa. Así que ayer me fui al parque con la pequeña Leica D-Lux y un trípode ligero. Y de determinadas escenas realicé tres fotografías separadas por unos segundos en el tiempo. A pesar del trípode, es fácil que por la acción del viento u otros elementos móviles, las escenas no sean exactas. Si recomponemos la escena utilizando el canal rojo de la primera fotografía, el canal verde de la segunda y el azul de la última, la fotografía puede tener sutiles cambios que pueden ser interesantes. Veamos el caso de la flor.

Como el tiempo estaba muy calmado, apenas se notan las diferencias. Algunos cambios hay de todas formas. El ligerísimo viento hace que hay ligeros halos de color en la flor y en algunas hojas. El efecto es modesto, pero es una primera prueba.

Un efecto mucho más marcado se produce si engañamos a la escena al recomponerla. Digamos que el canal rojo de la primera foto lo insertamos como el canal azul de la foto recompuesta, y el azul como el rojo. Entonces se produce una mezcla de colores totalmente distinta, con efectos de desviaciones de color notables.

Nuestra rosa ha dejado de ser roja, adoptando unos tonos púrpuras que no son desagradables. Esta es una nueva forma de intervención. Que también se puede usar con imágenes sencillas, utilizando la herramienta denominada "Mezclador de canales". Pero el efecto no será exactamente idéntico. Por supuesto, si modificamos el contraste y la luminosidad de los canales aún obtendremos más cambios.

Pero claro, hay un elemento clave en esta técnica; el movimiento. Si intencionalmente buscamos una escena con objetos en movimiento, otros efectos aparecerán. Así que me fui a las fuentes del paseo principal del Parque Grande de Zaragoza, donde además la luz oblicua del atardecer producía algún que otro arco iris.

¿Qué es lo que sucede si recomponemos la escena a partir de los canales de color de tres fotografías distintas? Pues que la multitud de gotas de agua, blancas en la escena anterior salvo las que producen la refracción de la luz blanca, se nos transforman en gotas de colores, al proceder cada una de una canal de color diferente. El resultado puede ser algo impredecible, aunque supongo que con la experiencia se podrá planificar y prever ese resultado. A cada uno la posibilidad de experimentar.