La fotografía como afición y otras artes visuales

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Comprando (muy modestamente) arte: Postales desde el Limbo

Me gustan las mañanas de domingo en otoño cuando no hay niebla. Y cuando parecen de otoño. Porque este año, daba la impresión de que el verano se prolongaba indefinidamente. Pero si es otoño de verdad, las temperaturas son frescas, no necesariamente muy frías, y la luz tiene algo especial. Este último domingo ha sido de estos. Primero estuvimos viendo exposiciones en el IAACC PABLO SERRANO,... pero de estas os hablaré otro día.

Luz suave, poca circulación y hojas ocres en los árboles... una mañana de domingo de otoño.

Después, fuimos paseando tranquilamente hacia la SALA CUARTO ESPACIO o ESPACIO CULTURAL PLAZA DE ESPAÑA que parece que la llaman ahora de la DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE ZARAGOZA, donde se celebraba el mercado de POSTALES DESDE EL LIMBO.

Esta es una iniciativa solidaria en la que se reúnen obras, del tamaño de una postal, de artistas ya establecidos o emergentes de todo el mundo, que las ceden para con su venta apoyar proyectos de alguna organización no gubernamental. En este caso, el CENTRO DE SOLIDARIDAD - PROYECTO HOMBRE. Esta iniciativa es una adaptación de una similar que surgió en la ciudad de NUEVA YORK.

Junto al palacio de la Diputación Provincial, en la Plaza de España de Zaragoza, se celebra el evento.

Una cuestión importante es que las obras, las "postales", que pueden ser pinturas, dibujos, diseños, fotografías, collages, o lo que sea, están expuestas en la pared, identificadas con un número, pero el visitante desconoce quién es el autor. Así pues, se eligen en función del gusto del consumidor, de su apreciación estética o conceptual y no por el "nombre" del artista. Salvo que alguien conozca lo suficiente de la obra de alguno como para identificarlos simplemente al ver la obra. Hasta tal punto es así que cuando fui a pagar la tres "postales" que decidí adquirir, me comentaban los voluntarios que llevaban la venta que había un nombre "consagrado" que en las dos ediciones anteriores no había vendido nada. Por prudencia, habían decidido no volver a solicitar su colaboración. Al comprobar que las obras que yo estaba adquiriendo eran fotografías me contaron que "fulanito tal", un "nombre" conocido por los aficionados a la fotografía tenía algunas obras en la pared, y que después de dos días y medio, allí seguían.

Las tres obras que elegí para mí y que comentaré a continuación.

Muchas veces he pensado en la posibilidad de adquirir obra de algún fotógrafo de mi gusto. Es algo que con un poco de planificación presupuestaria doméstica podría hacer. Se supone que es una inversión. Que en un futuro se puede recuperar. Y mientras tanto puedes disfrutar de la misma. Pero siempre me he sentido incómodo ante el hecho de cómo se da un valor a una obra artística. He asistido a varias ferias de arte dedicadas a la fotografía. Mi sensación es que el precio está en función del "nombre" y de la superficie de la obra en venta. Pero no tengo la sensación de que esté en función de algún valor intrínseco sobre los valores estéticos o conceptuales de la obra. No he hecho ningún estudio en profundidad, mis impresiones está basadas en mis percepciones, me puedo equivocar, es muy posible que sea así, pero no tengo esa sensación. Humildemente ruego perdón si estoy metiendo la pata. Como consecuencia, no había comprado nunca obra de ningún fotógrafo.

Hay una alternativa que sin embargo hace años que me satisface mucho. Aunque me está empezando a generar problemas de espacio doméstico. Compro libros. Así puedo disfrutar de un gran número de obras de un buen número de fotógrafos. Y además leer y aprender sobre las circunstancias en las que se realizaron. Creo que es una buena opción para disfrutar de la fotografía tanto como objeto de arte o como documento de una época y un lugar.

Pero en estas POSTALES DESDE EL LIMBO hay otros conceptos en juego. So obras de pequeño formato, asequibles, y no hay un interés comercial intrínseco a priori, puede que sí en algunos, sino la posibilidad de colaborar en un acto solidario. Y con una gradación de precios. Lo que se vende el primer día, todo a 40 euros. El segundo día, ley de la oferta y la demanda, 30 euros. El tercer día, el que pude ir yo, 20 euros. Se supone que "lo mejor" ya se lo han llevado. Y la mañana del cuarto día, liquidación, todo a 10 euros.

Vamos a lo que yo me llevé:

La primera es una fotografía. Autora, ANTONELLA ARISMENDI - Título, MERKABAH 1. Es una copia en formato pequeño de la primera de las fotografías de la serie a la que dirige el enlace anterior, y nos recuerda o hace referencia al HOMBRE DE VITRUVIO de LEONARDO DA VINCI, teóricamente la figura humana perfecta. En este caso, una mujer. La fotógrafa es una argentina afincada en LONDRES, y que desarrolla su trabajo fundamentalmente en el mundo de la moda, aunque también tiene trabajos personales.

La segunda es también una fotografía. Autor, JAVIER GUERREIRA - Título, MOON. En el reverso de la "postal", con una amplia dedicatoria del autor que se agradece, me cuenta que presentó la fotografía a un concurso internacional de NATIONAL GEOGRAPHIC, junto con otras dos obras como vemos en el enlace anterior. Y también me cuenta que la mujer de la fotografía, una vietnamita cuyo nombre se traduce como "luna", no estaba posando. Es espontánea. Hay varios motivos por los que me gusta la fotografía. Pero uno de ellos es que frente a la tendencia de colores saturados que se aprecia en muchas fotografías de viaje en lugares exóticos, los de esta son sutiles, matizados, sin contrastes bruscos. Me transmite una sensación de moderación y respeto hacia la persona y el entorno en que se toma la fotografía.

La tercera es un collage. Autor, Ubé - Seconda Generazione. Un turolense dedicado tanto al collage tradicional, del que se hace con tijeras y pegamento, como al arte digital. A mí es el primero el que me gusta más. Especialmente por la relación tradicional entre el collage y el surrealismo, una tendencia que siempre me ha gustado. Lo que no me gusta es que a cualquier cosa se le llame surrealismo. Pero no acuso de tal cosa a este autor; ni mucho menos.

Bicicletas y hojas muertas en la Plaza de España de Zaragoza.

Una vez realizada la compra, se hizo la hora de tomar el aperitivo, disfrutando un poquito más de la mañana de otoño. Y luego a comer a casa. Ahora, que estoy en proceso de reorganizar el salón de casa, toca ver en que lugar coloco mis modestas obras de arte, enmarcarlas de forma adecuada, y disfrutar de ellas. De eso se trata, ¿no?